- Introducción
- Desarrollo
- Pensamiento estratégico
- Actitud Estratégica
- Cultura Estratégica
- Conclusiones
El contexto actual se caracteriza entre otros aspectos por un alto grado de dinamicidad y complejidad, expresado entre otros aspectos en un mercado en evolución constante, con clientes cada vez más exigentes en cuanto a la calidad de los productos y servicios que se le ofrecen, por lo que las empresas deben ser capaces de captar sus exigencias, de aumentar permanentemente su satisfacción, demandas estas que requieren de la incorporación a sus sistemas de dirección y gestión, de los aportes que en este campo del conocimiento se generen, y en particular aquellos que constituyen herramientas para el mejoramiento continuo bajo una concepción proactiva, como condición esencial para garantizar el crecimiento sistemático y la competitividad (Castellanos, 2016).
Particular importancia tiene en este sentido la innovación, la creatividad y la calidad de la propia dirección y gestión; así como el desarrollo de la cultura empresarial sustentada en valores que contribuyan al avance sostenido hacia la competitividad, además de tener la comprensión exacta de sus objetivos y los métodos que han de utilizarse para alcanzarlos, lo cual implica la supervisión constante de las variables vitales en el funcionamiento de una organización y el control oportuno de cada parámetro.
En este sentido la Dirección Estratégica de las organizaciones constituye actualmente uno de los aportes más relevantes y pertinentes para ello, reconocida por Menguzzato y Renau (1991) como un punto de vista innovador, dada su coherencia como enfoque de dirección con las particularidades del referido entorno y su posibilidad de asimilar e integrar desde su perspectiva otros enfoques, constituyendo su implementación además un factor de decisión clave para el manejo eficiente y eficaz de los recursos, al disponerse de metas realmente decisivas para el futuro de la organización como base para ello.
La estrategia como elemento medular del enfoque estratégico es el medio, la vía para la definición y obtención de los objetivos de una organización, constituyendo el elemento medular de los modelos de organización y dirección que contribuyen a que las organizaciones se mantengan en un mercado cada vez más global, complejo, profesionalizado, cambiante y orientado a la calidad y/o satisfacer en mayor medida las exigencias de la sociedad o de un sector en particular (Castellanos, 2016).
A los efectos de sistematizar lo revisado en la literatura sobre el enfoque estratégico se siguió el esquema de pensamiento que se muestra en la figura 1.
Figura 1. Elementos para analizar el enfoque estratégico
El enfoque estratégico constituye un punto de vista para desarrollar la dirección y gestión de las organizaciones, una alternativa para la búsqueda permanente de ventajas competitivas, de crear un mayor valor agregado y de avanzar de forma sostenida hacia el éxito expresado este en resultados superiores en el desempeño organizacional y en la satisfacción de las expectativas de las partes interesadas, sobre todo en un entorno de cambio como el actual caracterizado entre otros aspectos por la dinamicidad y complejidad de las fuerzas internas y externas en que operan las instituciones y empresas. Particularidades estas que demandan de ellas provocar, impactar y evolucionar en los cambios que se producen en los mercados, la sociedad (Jambel y García, 2010).
Ronda (2002), reconoce que los procesos de dirección de alto impacto económico social deben tener un enfoque estratégico, dada la necesidad de precisión en el rumbo u orientación de los esfuerzos del sistema de Dirección en el cumplimiento de la misión en interacción con su entorno.
Como enfoque se sustenta en la concepción y puesta en práctica de la estrategia de las organizaciones mediante su sistema de dirección y gestión condicionada a su vez por otros elementos relacionados del capital intelectual tales como el pensamiento estratégico, la actitud estratégica, las habilidades y la cultura estratégica.
Es la capacidad del ser humano de percibir las influencias del entorno en términos de totalidades para analizar, comprender y accionar en la organización. Además se refiere a los procesos de análisis buscando en todo momento soluciones creativas para hacer frente sin perder la esencia de la organización al entorno en el cual se desempeña.
El pensamiento estratégico es considerado fundamental tanto para las empresas u organizaciones públicas como las privadas, de países desarrollados o en vía de desarrollo. El pensamiento estratégico proporciona las bases para la Dirección y Gestión Estratégica y es, en gran medida, de naturaleza intuitiva; por otra parte, la creatividad es una cualidad altamente sobrevaluada si tenemos en cuenta que todos somos iguales, ya que todos tenemos ideas, pero con la diferencia que algunos recurrirán a métodos no convencionales para poder concretarlas.
Para ello, el pensamiento estratégico se impone como una cualidad que puede ser utilizada para optimizar la estructura de estas unidades empresariales. Cuando se hace un diagnóstico acerca de las necesidades futuras del cliente, los medios para prestar un mejor servicio, la relación de las actividades realizadas actualmente y los mejoramientos necesarios en distintas áreas de la empresa, representan una aproximación del pensamiento estratégico a la práctica (Zúñiga y Reina, 2010).
El desarrollo del pensamiento estratégico, una competencia principal, tanto a nivel profesional como personal, construye una actitud gerencial estratégica para actuar de forma proactiva, es decir, para adelantarse a los acontecimientos y determinar la orientación futura de la empresa, facilitando así la transformación y adecuación de la organización a las realidades de su entorno competitivo.
La creatividad se describe como una habilidad imprescindible para la evolución de las organizaciones, además de ser fundamental para el surgimiento e introducción continua de innovaciones. Somos creativos cuando asumimos activamente ciertas posibilidades que nos ofrece el entorno y damos lugar a algo nuevo valioso; dichas casualidades nos vinculan estrechamente con las realidades que las ofrecen.
Potencializar la creatividad tiene como objetivo llevar al individuo a identificar y revisar sus creencias, valores y actitudes, como una forma de acreditarse en su propia capacidad de transformarse y transformar el medio donde actúa.
La creatividad no es más que un reto al mejoramiento y a la innovación en la organización frente a las nuevas oportunidades y amenazas de su entorno que desafían la misión de la entidad. Es un instrumento de solución a los problemas implícitos para el beneficio de la calidad de vida de la organización y de los usuarios.
Para Omahe (2004) "El pensamiento estratégico es la combinación de métodos analíticos y elasticidad mental utilizados para obtener ventajas competitivas.¨
En este sentido, Morrisey (2006) define el pensamiento estratégico individual como la aplicación del juicio basado en la experiencia para determinar las direcciones futuras y el pensamiento estratégico de la organización como la coordinación de varias mentes creativas dentro de una perspectiva común que le permita a una entidad avanzar hacia el futuro de una manera satisfactoria para todos. El propósito del pensamiento estratégico es ayudarle a explorar los muchos desafíos futuros, tanto previsibles como imprevisibles, más que prepararlo para un posible y único mañana (Figura 2).
Figura 2. Elementos esenciales del pensamiento estratégico. Fuente: Ronda 2007.
La implementación del pensamiento estratégico como coordinador de mentes creativas, fundamentada en la misión, la visión, los valores y la estrategia de la organización, facilita la orientación hacia la prosperidad sostenible de cualquier entidad.
Particular importancia en el estudio del pensamiento estratégico tiene la concepción de Mintzberg (2001) sobre las escuelas de pensamiento estratégico quien afirma que las escuelas de pensamiento han aparecido en distintas etapas del desarrollo del management estratégico. Se consideran diez escuelas de pensamiento acerca del concepto de estrategia, estas explican maneras de diseñar estrategias según los factores internos y externos, la cultura y el ambiente, entre otros.
Cada una de estas escuelas tuvo su éxito en la época de su nacimiento, unas están evolucionando actualmente, y otras se mantienen menos desarrolladas pero significativas. No se puede negar que son excelentes las bases que brindan al estratega, pero indiscutiblemente estamos en un mundo tan cambiante que no podemos guiarnos con los planteamientos de una sola escuela y se tiene que tomar lo más importante de cada una para crear una buena estrategia (Garces y Tovar, 2009).
La siguiente tabla 1 ayuda a interpretar las características diferenciadoras de las escuelas de estrategias, así como identificar a sus elementos esenciales de la estrategia.
Tabla 1. Relación entre las escuelas de pensamiento y los elementos esenciales de la estrategia
Escuela de pensamiento | Autores | Elementos esenciales de la estrategia | |||
Diseño (Prescriptiva) Proceso de concepción | Selznick, Andrews | Director y la forma adecuada de cambio organizacional es ocasional y cuántico | |||
Planificación (Prescriptiva) Proceso formal | Ansoff | Planificador y la forma adecuada de cambio organizacional es periódico e incremental | |||
Posicionamiento (prescriptiva) Proceso analítico | Porter, Schendel, Hatten | Analista y la forma adecuada de cambios organizacionales son graduales y frecuentes | |||
Empresarial (descriptiva) Proceso visionario | Schumpeter | Líder y la forma adecuada de cambio organizacional es ocasional, oportunista y revolucionaria | |||
Cognitiva(descriptiva) Proceso mental | Simon, March | Mente y la forma adecuada de cambio organizacional es poco frecuente, resistido y construido mentalmente | |||
Aprendizaje (descriptiva)- Proceso emergente | Quinn, Prahalad, Hamel, Lindblom, Cyert | Rumbo de la organización y la forma adecuada de cambio organizacional es continuo, incremental y gradual | |||
Poder (descriptiva) Proceso de negociación | Allison, Astley, Pfeffer, Salancik | Poder, y la forma adecuada de cambio organizacional es frecuentes y graduales. | |||
Cultural (descriptiva) Proceso social | Rhenman, Norman | Colectividad, y la forma adecuada de cambio organizacional es poco frecuente. | |||
Ambiental (descriptivo) Proceso reactivo | Hannah, Freeman | Entorno, y la forma adecuada de cambio organizacional son raros y cuánticos. | |||
Configuración (descriptiva) Proceso de transformación | Chandler, Mintzberg, Miles Snoww | Director general, y la forma adecuada de cambio organizacional es ocasional, revolucionaria e incremental. |
Fuente: Elaboración propia.
De forma general, la elección de la mejor escuela para la creación de la estrategia, es un asunto muy debatido, pues todas son importantes y tienen aportes muy interesantes que el management estratégico debe tener en cuenta. Además, con los cambios en la economía es difícil guiarnos por una escuela, de tal modo que, para asegurar una buena estrategia es preciso tomar lo mejor de cada escuela, es decir asumir una posición de integración de concepciones en correspondencia con el contexto. Probablemente es necesario crear una nueva escuela que se adapte a nuestro mundo globalizado y vertiginosamente cambiante.
Para Robbins (2009), es la disposición de ánimo manifestada en la ejecución, con éxito, de las acciones relacionadas con la formulación, ejecución y control de la dirección estratégica.
Robbins (2004) señala que en las organizaciones es fundamental buscar la congruencia entre las actitudes y el comportamiento de los individuos con el fin de dar una impresión racional y congruente. Las actitudes que se consideran importantes son aquellas que manifiestan valores fundamentales, interés personal o identificación con grupos o individuos. Además son juicios evaluativos, favorables y desfavorables, sobre objetos, personas o acontecimientos. Manifiestan la opinión de quien habla acerca de algo.
Actitud que hace que el individuo vea su tarea, su trabajo y su producto de la misma manera que los ve el director, es decir, en relación con el trabajo del grupo. Es el líder que emite palabras con el respeto, responsabilidad y honestidad consigo mismo y con los demás.
Con respecto a la actitud estratégica el propio Robbins (2009), la considera como la disposición de ánimo manifestada en la ejecución, con éxito, de las acciones relacionadas con la formulación, ejecución y control de la dirección estratégica (ver figura 3).
Figura 3. Elementos esenciales de la actitud estratégica. Fuente: Ronda 2007
Habilidades estratégicas
Las habilidades son un conjunto de capacidades y conocimientos que una persona posee para realizar las actividades de liderazgo y coordinación, en el rol de gerente o líder de un grupo de trabajo u organización (Codina, 2001).
En investigaciones realizadas por Fardella (2013), considerando criterios de Mintzberg, (2001) y Cortes (2003), propone como habilidades estratégicas que un líder debe desarrollar las que a continuación se relacionan:
Orientación estratégica. Capacidad de visualizar el futuro (visión trascendente).
Carisma. Un fuerte sentido de rumbo (energía), alinear. Influencia idealizada, requiere la competencia de integridad personal (credibilidad y confianza), esta, va junta con la capacidad de influir (compromiso y persuasión).
Aprendizaje organizacional. Con flexibilidad al cambio: adaptabilidad. Se puede señalar como estimulación intelectual, creatividad-innovación. El cambio es un proceso de aprendizaje, requiere adaptabilidad, apertura y prolijidad.
Gestión del talento. Orientación al desarrollo de las personas, delegar, manifestar consideraciones individuales, coach. Implica desarrollo del recurso humano. Se relaciona con la mentalidad de colaboración: gestionar las relaciones.
Retroalimentación razonable: análisis reflexivo. Solución delas desviaciones de forma oportuna y actualización de nuevos acontecimientos. Permite el mejoramiento continuo, a través del aprendizaje organizacional.
La cultura organizacional, es una de las dimensiones de análisis más importantes en las organizaciones, en el momento en que una organización comprende y decide emprender el cambio estratégico en su sistema de Dirección y gestión.
Para Robbins (2004) la cultura es un sistema de significados compartidos por los miembros de una organización, que la distinguen de otras. Asimismo, Cleghorn (2005) definió la cultura como la totalidad compleja que incluye conocimientos, creencias, arte, ley, moral, costumbres y cualquier otra capacidad y hábitos adquiridos por el hombre, como miembro de una sociedad".
Friedman y Tregoe (2007), por su parte, la definen como un grupo complejo de valores, tradiciones, políticas, supuestos, comportamientos y creencias esenciales que se manifiesta en los símbolos, los mitos, el lenguaje y los comportamientos y constituye un marco de referencia compartido para todo lo que se hace y se piensa en una organización. Por ser un marco de referencia, no atiende cuestiones puntuales, sino que establece las prioridades y preferencias acerca de lo que es esperable por parte de los individuos que la conforman.
Según Carter (2015), es el conjunto de creencias compartidas y formas de conducta dinámicas de una comunidad estatal, no estatal o supraestatal, derivadas de tradiciones, experiencias comunes y narrativas aceptadas (orales y escritas), que dan forma a la identidad colectiva con respecto a las relaciones con otras comunidades y que determinan las formas, los medios y los fines apropiados en el uso de su potencial para lograr los objetivos políticos de la comunidad.
En ese orden de ideas, la cultura es considerada como el efecto combinado de conductas, valores, visión global y pensamiento estratégico; es la manera en cómo se integran en una organización sus acciones, debiéndose considerar tanto aquellos aspectos intangibles, tales como el conocimiento, los valores; así como aquellos aspectos tangibles propios del sistema.
Otro criterio importante a los efectos del estudio de la cultura organizacional lo constituye la posición en cuanto a que los mismos están dados por los caracteres del entorno compartidos; tecnología, hábitos y modos de conducta, las atribuciones y obligaciones de los cargos, roles, ritos, ceremonias y rutinas, redes de comunicación, sistema de valores, mitos y creencias.
En tanto recurso en sí misma, la cultura organizacional contiene elementos con aptitud para construir, transformar y generar condiciones organizacionales, hallándose entonces en el dominio de las capacidades existentes y por lo tanto en el de auto organización. En el dominio de las capacidades están presentes también los elementos de los otros dominios propios (de las relaciones, de los propósitos, entre otros) del funcionamiento de la organización.
Finalmente, no debe descuidarse la idea de que la cultura proporciona a la organización un marco interpretativo, una estructura instituida desde la cual se asigna significado a las acciones cotidianas y se comprenden los fenómenos organizacionales. Por lo que es necesario dilucidar cuáles son los parámetros que establece este marco interpretativo puesto que es a partir de allí que se obtendrán valiosos elementos para diseñar las acciones a seguir constituyendo un elemento organizacional determinante en la formación de la estrategia. Es por esto que es importante que el proceso de formación de estrategias presente un carácter colectivo, por cuanto todos los miembros de la organización actúan bajo patrones culturales específicas, integrándose para diseñar las estrategias más convenientes para la organización.
Hay dos consideraciones más que deben hacerse sobre la cultura organizacional. Por un lado, decir que la principal función de la cultura es cohesionar, puesto que en el marco de una organización la cultura genera en los sujetos un sentimiento de pertenencia. En este sentido, se la considera como el adhesivo social que mantiene unidos a los sujetos en torno a un proyecto.
La lógica de la cultura estratégica reside en la creencia central de que las ideas colectivas y valores sobre el uso de la fuerza, son factores constitutivos importantes en el diseño y ejecución de políticas de las comunidades.
Por otro lado, mencionar que los factores culturales del entorno ejercen influencia en la configuración cultural de la organización. La cultura nacional del país donde la entidad se inserta, por ejemplo, imprime sus valores en los patrones de comportamientos y los marcos interpretativos de la cultura en cuestión.
Para el desarrollo del enfoque estratégico se debe tener en cuenta algunos puntos, tales como: procurar que la visión y la estrategia de la empresa sean entendidas en todos los niveles, conectarlos con los objetivos estratégicos de la empresa, contar con sistemas de dirección y medición de resultados, la alta dirección debe apoyar el proyecto estratégico, la cual es responsable del rumbo a seguir por la organización, alinear las inversiones en tecnologías con los procesos de negocios permitiendo la integración de la dirección (Venkatraman, 1993; Ronda, 2002; Hernández, 2006).
En otro orden se plantea que para lograr resultados de alto impacto económico y social, se debe identificar las necesidades y situarlas en el punto central de atención de los sistemas productivos y de servicios (Hernández, 2006).
Autor:
Ing. N?kupete Lagos Lidimu
Dr. José R. Castellanos Castillo
Dra. Gislena Mesa Contreras