Auto mutilación — La "cirugía" plástica del neolítico que sosiega el ego? (página 2)
Enviado por Felix Larocca
La automutilación
Desde que Armando Favazza atrajera la atención a este fenómeno, la automutilación en sus formas más leves se consideraba como aspectos de comportamientos sancionados por las culturas que la practicaban. (Véase: Our Kind por M. Harris).
Nadie hoy repara en quien se perfora los lóbulos del oído para lucir aretes, o aún quienes se perforan otras regiones del cuerpo, se remueven la grasa subcutánea o se ponen tatúes como si estuviesen llevando a cabo actos de automutilación — sin embargo, aunque en medida discreta, no lo aparezcan: lo son.
La automutilación se asocia a una gama muy amplia de trastornos emocionales para que sea considerada en aislamiento. Se asocia con la personalidad mimética, con la esquizofrenia, con psicosis afectivas y con trastornos de la personalidad. (Véase mi ponencia: La personalidad as if… La Personalidad Mimética, un concepto, a menudo ignorado, en la psiquiatría publicada en monografías.com y Psikis).
La automutilación se estudia en diversos contextos.
Algunos autores le conceden a esta práctica, casi siempre de naturaleza subrepticia, tres razones:
- 1. Finalidad estética
- 1. Finalidad sexual
- 1. Finalidad psicológica
Pero, antes de profundizar en estos aspectos sería útil examinar los trabajos del líder mundial en esta materia, Armando Favazza, de la Universidad de Missouri en Columbia. (Véanse: Bodies Under Siege: Self-mutilation in Culture and Psychiatry por A. Favazza y PsychoBible: Behavior, Religion and the Holy Book, por el mismo autor).
Armando es una persona difícil de conocer, por su tendencia a ser distante — pero, cuando se conoce es un individuo de cualidades personales inimitables.
Por ser pionero distinguido en este campo, aquí le cedemos un breve aspecto biográfico para el beneficio de nuestros lectores.
El libro de Favazza Bodies Under Siege, publicado en el 1987, fue la primera obra escrita por un psiquiatra acerca de este tópico. Todavía se considera el tratado más citado en este tema. Favazza tomó la iniciativa en clasificar los actos de automutilación como una variedad morbosa de auto-ayuda, ya que temporalmente alivia síntomas de dolor y de angustia. Como la ansiedad, la pérdida de la noción de la cohesión del ego, la depresión y la angustia extrema.
Estos comportamientos patológicos para quienes de ellos dependen, constituyen un aspecto de espiritualidad en la que tratan de curarse a sí mismos. El acto, aunque doloroso, les permite lograr un sentido de orden personal en un mundo caótico.
En sus aspectos estéticos, la automutilación organiza una industria en la que tantos gastan, miles de millones anuales por razones cosméticas. Y, aunque en nuestro mundo "civilizado" no aceptemos las deformidades asociadas con los aspectos deformantes de esta práctica — huesos atravesados en el tabique nasal, instrumentos colocados para agrandar los labios o para impedir el crecimiento normal de los pies — el hecho es: que nuestra juventud practica la automutilación en gran escala.
En sus aspectos sexuales. Algunas personas obtienen placer sexual a través del dolor físico (y del dolor emocional, en forma de humillaciones). Para que produzca placer este dolor debe ser controlado por la persona que lo padece, la cual puede pactar con su compañero sexual los límites del dolor que le permite producirle, o bien hacerse daño a sí mismo, en cuyo caso se considera automutilación. Estas personas se denominan masoquistas, y tienen como contrapartida a los sádicos, personas que disfrutan (sexualmente) causando dolor. Se venden multitud de artículos destinados a producir dolor en tiendas especializadas, pero es una práctica tabú y es imposible saber la frecuencia con que este deseo aparece en la población general.
La autodestrucción, que se manifiesta en cortes, quemaduras y rasguños, es una forma de expresar el dolor, usando una forma no verbal de comunicación donde los sentimientos se transmiten visualmente a través del cuerpo. Generalmente, se usa para liberarse de sentimientos de rabia, ira, tristeza, soledad, rencor y sufrimiento emocional. Se efectúa también para descargar esas emociones que el auto mutilador no puede expresar. También, a veces, ante el sentimiento de no estar vivo, los autos flageladores se cortan para cerciorarse de que siguen vivos.
- Este padecimiento se utiliza a veces para aliviar angustias emocionales fuertes, ya que es más fácil controlar el dolor físico que el emocional. La sensación de dolor produce una cierta liberación de ansiedad. Muchos adolescentes se infligen heridas — cortes, quemaduras — aunque también pueden llegar a beber su propia sangre en momentos de crisis o de sufrimiento, porque el dolor físico les ayuda a soportar su sufrimiento psicológico. En otras circunstancias la automutilación se utiliza para sentir poder sobre uno mismo.
- La automutilación está relacionada con las adicciones, y trastornos del comer, como la bulimia y la anorexia.
- También puede utilizarse la automutilación como forma de demostrar públicamente el sufrimiento interno, de forma similar a la costumbre judía de "rasgarse las vestiduras y echarse ceniza sobre la cabeza". En este caso el objetivo último es la búsqueda de ayuda o comprensión.
- Por último hay que añadir que muchos enfermos mentales de todo tipo (dementes, esquizofrénicos, retrasados mentales, autistas) se producen a sí mismos daños sin ningún objetivo sino a consecuencia de su enfermedad, y que esta conducta también se considera automutilación.
Otros aspectos
Como fenómeno congruente se observa a menudo con algunas bulímicas que además demuestran inclinación a la cleptomanía, el abuso de drogas y la promiscuidad sexual.
Causas. Las causas permanecen en el campo de lo desconocido.
La automutilación es un desorden severo que se asocia a menudo con otros trastornos psiquiátricos. Estos incluyen:
- Trastorno de los límites de la personalidad (el más común)
- Con la personalidad mimética
- Depresión
- Abuso de sustancias (alcoholismo o abuso de drogas)
- Trastornos del comer (anorexia o bulimia nervosas)
- Psicosis
- Trastornos de personalidad antisocial
- Trastornos de estrés postraumático
- En algunos adolescentes jóvenes, con la confusión psicosexual y con la depresión
Factores de Riesgo
Un factor de riesgo es algo que incrementa la posibilidad de adquirir una enfermedad o afección. Los factores de riesgo para la auto mutilación incluyen:
- Abuso sexual, físico o emocional durante la niñez
- Abandono emocional por parte de uno o de los dos padres
- Violencia o algún otro abuso de familiares en el hogar
- Desórdenes de estrés post traumático
- Carencia de control y dirección por figuras paternas maduras
- Víctimas del divorcio y del abandono emocional materno
- Sexo: Femenino, donde se presenta con mayor frecuencia
- Edad: Adolescencia, donde los actos impulsivos son más aparentes
- Retraso mental
- Autismo
- Algunos trastornos metabólicos como es el Síndrome de Lesch-Nyhan — en cuyo caso, no se puede considerar trastorno psiquiátrico.
Síntomas
Los síntomas de la automutilación varían. Los más comunes son:
- Cortarse la piel con objetos filosos (común en las bulímicas)
- Escarbarse o quemarse la piel
- Rascarse o auto golpearse
- Golpearse la cabeza
- Presionarse los ojos
- Morderse el dedo o el brazo
- Halarse los cabellos (tricotilomanía), a menudo acompañado por la práctica peligrosa de tragar los cabellos (tricofagia)
- Punzarse la piel con objetos afilados
- Ponerse tatuajes
- Ponerse objetos metálicos en la lengua, nariz, ombligo, pezones, órganos genitales
- Afeitarse las áreas genitales, las cejas las pestañas
Rara vez, en casos muy severos, la auto mutilación puede incluir:
- Fractura de huesos
- Amputación
- Castración
Diagnóstico
La automutilación puede ser difícil de diagnosticar. Con frecuencia, las personas que se automutilan se sienten culpables o avergonzadas por su conducta y la mayoría trata de ocultarlo. Un doctor puede ser el primero en ver el daño físico causado por la automutilación. Para ser diagnosticado, los síntomas deben presentar el siguiente criterio:
- Preocupación por el daño físicamente provocado
- Imposibilidad para resistirse a las conductas auto dañinas que resultan en lesiones de tejido
- Incremento de la tensión previa a la auto lesión una y sensación de alivio después del acto
- No tener un intento suicida en el acto de la auto mutilación
Tratamiento
Generalmente, el tratamiento incluye tanto el de tipo psiquiátrico como la medicación.
Tratamiento psiquiátrico
El tratamiento psiquiátrico puede llevarse a cabo de forma individual o en grupo. Usualmente, se enfoca a descubrir y tratar la dificultad emocional, el trauma o el desorden subyacentes. También puede incluir intervenciones del comportamiento cognitivo.
Medicamentos
El tratamiento incluye:
- Antidepresivos
- Anti psicóticos
Prevención
La mejor medida preventiva es buscar ayuda profesional tan pronto como sea posible cuando existan problemas de depresión, trauma o algunos otros desórdenes que puedan llevar a individuos susceptibles al auto mutilación.
Caso clínico
Melania y su flauta mágica
Para mejor entender esta condición en su asociación con los trastornos del comer, aquí continuaremos el estudio del caso de Melania, cuya presencia nos ha servido de ilustración en lecciones anteriores.
Melania, como recordaremos, fue concebida por durante el sexo desprotegido de una mujer de diecisiete años, la madre la abandonó al cuidado de los abuelos, su vida temprana se caracterizó como turbulenta, descuidada por quienes a ella debían de proveer atención y cuidado.
Desde muy temprano fue obesa, lo que remediaría con un ayuno — tipo anorexia — de muchos meses, seguido por un período del abuso extremo de los laxantes, y, finalmente de la bulimia caótica.
Melania empezó terapia cuando apenas cumpliera diecisiete años de edad.
Su pasado fue plétora de actos impulsivos, habiendo comenzado la práctica de sexo promiscuo y sin uso de profilácticos desde los nueve años, recurriendo a seducir a quienes fueran los menos probables de los candidatos para hacerlo.
En una ocasión un vendedor transeúnte fue su invitado a la casa para dispensarle satisfacción erótica. En otras ocasiones se llenaba de todas las drogas que amigos le ofrecieran y procedía a aventurarse a las secciones más sórdidas de la ciudad donde viviera para participar en orgías sexuales donde la depravación reinaba.
Descubrió la magia de las "pantallas" — nombre asignado a las varias piezas metálicas usadas para lucir en las perforaciones — que, por todas partes del cuerpo se hiciera.
Fumaba, faltaba a sus clase en el colegio, donde, cuando asistiera su conducta era deplorable.
Un día, luego de una orgía sexual en la que participaron varones y hembras en números desconocidos. Quedando sola en una habitación en una aldea distante al lugar donde viviera, tentativamente, mientras fumaba, empezó a quemarse la piel de los brazos. Sintió placer y excitación erótica. Las quemaduras fueron seguidas por los cortes de la parte interna de los muslos.
Se volvió un hábito.
Temía repercusiones adversas, por ello, nunca a nadie lo dijo.
Una vez, durante una sesión de terapia, percibió la música queda y distante de un concierto para la flauta de Mozart… Se quedó sorprendida y gesticuló con el dedo en la boca, pidiendo silencio.
Preguntó, "¿qué música es ésa?" Le respondí dándole el nombre de la obra y de quien la compusiera.
Continuó de la siguiente manera, "una vez cuando viajaba en Europa con mis abuelos — creo que el lugar era Austria — escuché esa música y me pregunté si yo podría aprender a tocarla".
"Le pregunte a mi abuela — ¿Sabe qué me dijo?". "Me dijo, tú eres muy bruta para eso…"
"¿Usted cree que soy muy bruta?"
La terapia como quienes siguen los avances de la neurociencia, bien entienden, es en sí un proceso de transformación al nivel celular de quienes en ella participan.
Melania, tenía meses de haber escuchado incontables piezas de música de cámara, tocada muy quedamente en el espacio de sus sesiones.
Empezó clases de flauta a las que dedicó todo su entusiasmo y esfuerzo.
No, el hecho de que Melania, hoy toque la flauta proficientemente, no la curó. Lo que la curó fue la "magia de la terapia". (Véase: Psychiatry, Psychoanalysis and the New Biology of the Mind por E. Kandel).
Para entender mejor este concepto, aquí ofrecemos otra lección que completa la que arriba concluimos.
Psicoterapia y cambio: Un concepto en búsqueda de exégesis
Dr. Félix E. F. Larocca
Cuando completé la primera fase exitosa del tratamiento del caso que publicara en la UD acerca del Síndrome de Asperger, recibí una montaña de mensajes de personas agradecidas por el conocimiento compartido, por la generosidad que manifestara la madre apreciativa, en sus deseos de comunicar a otros su experiencia y asimismo por el niño, cuya vida fue transformada permanentemente por la experiencia — aunque concluyera de manera imprevista. (Véanse dos extensas ponencias que, al respecto he publicado: La Universidad Digital… y La terapia de los niños que sufren de PDD).
Para entender cómo la terapia logra sus objetivos de cura, es necesario que quienes la practiquen tengan un conocimiento riguroso de las funciones del cerebro, de las técnicas del psicoanálisis — modelo de toda doctrina terapéutica — del desarrollo psicosexual, neuromuscular, cognitivo, afectivo, integrativo y social del ser humano, y un entrenamiento riguroso bajo experta supervisión.
Muy pocos reúnen esos requisitos necesarios, ofreciendo por terapia, una ilusión triste. Ya que la terapia es una línea humanista de comunicación entre seres entre los cuales, al menos uno, goza de equilibrio y madurez emocional.
La primera persona que entendiera de un modo científico las realidades de que el "culto" de la cura por el habla era una metodología sólida y disciplinada fue el mismo quien fundara el psicoanálisis, el neurólogo Sigmund Freud, cuya contribución en su perdurable Proyecto para una Psicología Científica, aun se considera uno de los hitos que señalan la dirección de la psicoterapia, hoy más y más guiada por las neurociencias. (Véanse mis dos ponencias: La Cura Hablada I & II).
En este ensayo se habla de un concepto del comportamiento humano similar al conocimiento que la ciencia física expresa del cosmos. Nosotros proveeremos aquí un juicio estructurado de lo que se llama la psicoterapia.
El cerebro y su desarrollo como epicentro de las emociones humanas
Nuestro desarrollo, de manera similar con lo que sucede en el universo mencionado, está interconectado con una infinitud de eventos y de sucesos que participan en la integración de lo que llamamos nuestro "aparato mental".
Ese mismo siendo el aparato que alberga nuestras percepciones, memorias, emociones, autobiografía, consciencia y sentido del self o persona.
Un aparato que hoy se considera una estructura neuro/socio/psicológica inseparable e indivisible. Una estructura de complejidades bioquímicas que escapan el entendimiento de los profesionales que sólo conocen las ciencias de la semántica del comportamiento y nada más.
Para entender la terapia hay que establecer que, de acuerdo a MacLean nosotros estamos estructurados cerebralmente como un sistema filogénico de tres-partes que refleja nuestra conexión evolutiva con ambos los reptiles y los mamíferos más primitivos. Pensemos que existe un cerebro dentro de nuestro cerebro. Cada capa o nivel se dedica a funciones y habilidades progresivamente más complejas. En el meollo reside el cerebro reptil, que poco ha cambiado dentro de nuestra historia evolutiva y que es responsable por la activación de nuestro cerebro, estimulación, homeostasis del organismo y los instintos reproductivos. El cerebro paleo mamífero (o sistema límbico) — involucrado en las funciones de aprendizaje, memoria y emoción que asimismo desenvuelve el cerebro reptil. La capa más alta consiste en el cerebro neo mamífero — primordialmente la corteza cerebral y una porción significativa del cuerpo calloso — elementos que son esenciales para el pensamiento consciente y la formación del estado de auto-conciencia. (Véase la descripción magistral en el libro: The Triune Brain in Evolution por P. MacLean).
Esta división simplista y reduccionista es necesaria para poder captar en sus elementos esenciales los sistemas múltiples que interactúan en el desarrollo y las funciones cerebrales.
Debido a que los programas genéticos que existen en nuestro cerebro son influenciados por los impactos, en su sustancia, del entorno, es necesario que entendamos la fisiología de ciertas funciones interconectadas que reflejan el desarrollo del infante y de la persona que lo cuida.
Basta decir, para los fines divulgativos de este artículo, que la dependencia del bebé en su mamá y la respuesta que ella hace a sus demandas están programadas en la forma de representaciones anatómicas cerebrales y mediadas por la acción de neurotransmisores específicos.
La neurociencia y la psicoterapia
En el núcleo de la interfaz de la neurociencia y la psicoterapia está el hecho de que la experiencia humana está mediada por dos procesos interactivos. El primero es la expresión de nuestro pasado evolutivo vía la organización y funciones de nuestro sistema nervioso — un proceso que es resultado de miles de millones de neuronas organizadas en sistemas neurales, cada uno con sus metas individuales de desarrollo y función. El segundo es la formación de esta arquitectura nerviosa dentro del contexto de relaciones interpersonales significantes.
El cerebro nuestro es un "órgano de adaptación" a los mundos físicos y social que es estimulado a crecer y a aprender a través de interacciones positivas y negativas.
El resultado siendo, que cuando uno o más de los sistemas neurales necesarios para la función óptima del cerebro permanece subdesarrollado. Entonces, careciendo de suficiente regulación o faltando en integración con otras redes neurales, las personas desarrollan los malestares y síntomas por los que buscan la psicoterapia.
Asimismo, cuando la terapia resulta en la mejora de un síntoma o resulta en cambios positivos por parte del paciente, sabemos que el cerebro, de alguna manera ha sido alterado en su estructura íntima.
Aquí podemos establecer parsimoniosamente que la terapia es un proceso fisiológico, resultado de la experiencia y participación de las áreas envueltas en el cerebro respondiendo al impacto de la comunicación entre el terapeuta y la paciente.
Aplicaciones prácticas
Desde los trastornos profundos del desarrollo, como son el autismo y el síndrome de Asperger, hasta los trastornos afectivos, pasando por las adicciones, las dependencias y las psicosis formales; el campo de la neurociencia ha impartido entendimientos fundamentales que ya corroboran lo que, en tiempos de Freud, no pudo corroborarse por falta de instrumentos y de conocimientos.
Hoy sabemos que los trastornos del autismo, de Asperger, de las fobias, de las depresiones, de las codependencias, de las obsesiones, de la ludopatía y de toda la gama de enfermedades emocionales, incluyendo las disorexias, deben de ser entendidas y tratadas desde un punto de vista comprensivo, racional y científico.
Algo que quienes solamente se educan en las ciencias del comportamiento no pueden lograr.
Por esta razón la terapia con los trastornos narcisistas y el de los PDD como es el Síndrome de Asperger, estarán destinados al fracaso final porque no se conforman al conocimiento limitado de la terapia basada en la mente como actividad y no en el cerebro y lamente, como actividades recíprocas.
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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