Efecto de la suplementación energética sobre producción de leche (página 2)
Enviado por Graciela Cumare
En general, las necesidades de mantenimiento representan más del 50% de las necesidades energéticas totales de las gallinas ponedoras, casi el 45% en el caso de animales en ceba, y menos del 40% en el caso de hembras en lactación. Mientras que las principales necesidades energéticas de mantenimiento corresponden a la energía necesaria para cubrir los gastos del metabolismo basal, esto es, las necesidades energéticas para llevar a cabo la síntesis de moléculas grandes a partir de moléculas pequeñas (en particular la síntesis de proteínas de la renovación proteica), el transporte activo a través de las membranas celulares, y la realización de funciones mecánicas indispensables (movimientos del corazón y movimientos respiratorios y digestivos), estando el animal en reposo y en un intervalo de temperatura confortable (zona termoneutral). Los gastos energéticos asociados a la síntesis de moléculas representan el 35 – 45% de los gastos para cubrir el metabolismo basal, otro 35-45% lo representan los gastos energéticos para cubrir el trasporte activo, y alrededor del 20% para cubrir los gastos de las funciones mecánicas. La situación de metabolismo basal no se alcanza más que en situaciones experimentales (McDowell y Colb., 1984).
Además de las necesidades energéticas para mantener el metabolismo basal, los animales también necesitan energía para mantener la temperatura corporal y realizar los movimientos. Aunque suelen representar más del 25% de los gastos de mantenimiento en el caso de animales de compañía con cierta actividad física y en el caso de animales en pastoreo. La energía no es un nutriente tangible que se aísle en el laboratorio, sino un concepto que en términos de nutrición significa ¨calor¨ (Cevallos, 2006).
Los requerimientos de energía son expresados como: ¨Energía Metabolizable¨ ¨energía neta para el crecimiento¨, ¨energía neta para lactación¨. La energía metabolizable se estima con facilidad a partir de la energía digestible, obteniendo en general la conversión por la fórmula siguiente:
– 0.45+1.01E Digestible (Mkal/Kg.) de M.S.= E.M x Kg. de M.S.
La energía neta para la lactancia es definida como la energía contenida en la leche. Los valores de energía neta en lactación expresados combinan el mantenimiento y la producción. La energía es quizás el más importante requerimiento para la producción de leche. La energía requerida, se basa en el volumen de leche producida una búfala alta productora necesita 3 a 4 veces la energía requerida por una seca de peso equivalente. La pérdida de condición corporal en la primera fase de lactación, revela el enorme déficit de energía ingerida con relación a los requerimientos del momento. La energía faltante la toma de sus reservas corporales perdiendo así peso (Córdova, 2005).
La energía contenida en los nutrientes no oxidados para cubrir las necesidades energéticas de mantenimiento se almacena en forma de compuestos químicos que van a formar las estructuras corporales y los productos animales; esto es, las necesidades energéticas de producción representan la energía contenida en las producciones animales (carne, leche, etc.). Debido a que la energía de producción es aquella contenida en los productos animales, las necesidades energéticas de producción se determinan midiendo en una bomba calorimétrica la energía contenida en la carne, la leche y en los huevos (Vélez y Colb., 2006).
El contenido energético de la leche depende básicamente de su contenido en grasa, oscilando entre 2.5 MJ por litro de leche de yegua y 9.5 MJ por litro de leche de coneja; el contenido energético de los huevos depende de su tamaño, oscilando entre 375 – 425 KJ. En las hembras en gestación y en los animales en crecimiento, las necesidades energéticas de producción se determinan midiendo la energía retenida en los fetos y en las estructuras corporales, siendo de unos 30 KJ por g de tejido adiposo y 5 KJ por g de tejido muscular formados; la energía depositada durante el crecimiento es de 10-15 MJ por kg engordado, dependiendo del engrasamiento del animal (Córdova, 2005).
Suplementación
En situaciones de escasez, de los alimentos principales que componen la dieta habitual de los animales: pasturas de campo natural, y pastos introducidos o mejorados, se hace necesario apelar a diferentes tipos de suplementos que contribuyan a conformar una dieta responsable, que permita mantener a los animales en adecuadas condiciones productivas. La disponibilidad de nutrientes asociada con la oferta forrajera y la época de las pariciones debe ser el instrumento a considerar en la aplicación de cualquier programa productivo y reproductivo. En la gran mayoría de las explotaciones ganaderas no se logra sincronizar el momento en el cual se presentan los máximos requerimientos de los animales al momento cuando los forrajes poseen las máximas ofertas nutricionales. Es por ello que en muchas ocasiones es necesario acudir a los programas de suplementación alimenticia (Ventura, 2001).
Se justifica la suplementación debido a que existen numerosas deficiencias nutricionales en las especies forrajeras tropicales naturales o introducidas. Estas deficiencias son muchas, tanto en calidad (desbalances de nutrientes, relación energía: proteína, macro y mícrominerales las cuales limitan la digestibilidad y el consumo voluntario) como en cantidad por baja oferta de la biomasa forrajera durante la época seca y en la que no se alcanzan a cubrir los requerimientos animales (Sanz y Colb., 2004).
La suplementación se recomienda en las siguientes circunstancias: 1.- Cuando la oferta forrajera es de baja calidad (baja proteína y minerales); 2.- Cuando existen limitaciones energéticas durante los periodos preparto y postparto, dado que un balance energético negativo antes del parto afecta la condición corporal del animal y en el postparto influencia la secreción hormonal, esenciales para el reinicio de la actividad cíclica reproductiva. 3.- Cuando existe bajo aporte de proteína en la dieta, esencial para una adecuada tasa de preñez. 4.- Cuando se tienen animales que no han culminado su crecimiento y están gestantes para garantizar la viabilidad de la cría y el reinicio de los ciclos reproductivos postparto. 5.- Cuando se tienen hembras lactantes que pierdan rápidamente peso y condición corporal y se encuentran en una época crítica de limitación de forrajes (verano) y 6. – Cuando en la dieta el contenido de fósforo es menor a 0.20 % ya que se afecta al consumo voluntario y la fermentación ruminal de la materia seca, causando desbalances en la producción de gases ruminal y de proteína microbiana, afectando la reproducción (Ventura, 2001).
Principios para la suplementación Ventura, (2001).
Los principios que determinan el desarrollo sistemas de alimentación se basan en: Identificar las áreas y épocas con deficiencias calórico-proteicas y de minerales, conocer la disponibilidad de alimentos en áreas de producción, identificar las limitaciones nutricionales asociadas con su utilización por los rumiantes y formular suplementos con el objeto de optimizar la oferta de nutrimentos. La suplementación debe estar dirigida a re problemas carenciales en el rumen, por lo que el desarrollo de los sistemas de producción, particularmente en pasturas de bajo valor nutritivo, debe basarse en el uso adecuado del tipo y cantidad de suplemento para corregir las deficiencias del forraje, a fin de mantener y aumentar el consumo de forraje, incrementar la eficiencia de uso de los nutrimentos y aumentar la producción animal (Ventura, 2001).
Cuadro 2.
Requerimientos nutricionales de una vaca de doble propósito.
Condición corporal
Básicamente es una medida para estimar la cantidad de tejido graso subcutáneo en ciertos puntos anatómicos. Por lo tanto es un indicador del estado nutricional. La condición corporal es importante porque permite tomar decisiones de manejo. La CC es un método subjetivo, simple y práctico que estima la cantidad de energía que el animal tiene almacenada como músculo y grasa, evaluándolo de esta forma en su estado nutricional independientemente del tamaño corporal. Se debe de tener en cuenta que es un estado dinámico variable en el tiempo con las condiciones ambientales (Edmondson y Colb., 1989).
La clasificación de los animales por CC asigna grados numéricos para clasificarlos en muy flacos, muy gordos y grados intermedios, en cuanto al grado de reservas energéticas de un animal. Se han desarrollado numerosas escalas de clasificación de CC para bovinos de carne y de leche independientemente, variando el número de categorías que se asignan en cada una. Estas escalas de clasificación se pueden basar en: a) palpación de zonas del lomo (lomo – apófisis espinosas y transversas – área de inserción de la cola). b) palpación y apreciación visual del animal c) sólo en la apreciación visual del animal (Edmondson y Colb., 1989).
Clasificación de la condición corporal
Para calificar a un animal es necesario observarlo cuidadosamente (masa muscular y huesos) de lado y por la parte posterior, además como el método se basa mucho en la cantidad de grasa que cubre las costillas, lomo y base de la cola, es necesario en algunas ocasiones, tocar con las manos esas regiones a fin de obtener calificaciones exactas. La CC se puede realizar en el corral de manejo o al cambiarlo de un potrero a otro. La evaluación de la condición corporal puede efectuarse mensualmente ó durante las principales etapas del ciclo productivo. La talla, peso o edad del animal no interfieren con la calificación de condición corporal que pueda obtenerse. Se recomienda anotar en un cuaderno la identificación de los animales (nombre, número, señas, etc.), así como la calificación obtenida. Al mes siguiente volver a calificar para detectar a los animales más delgados (Edmondson y Colb., 1989).
Se ha demostrado que una baja condición corporal:
– Incrementa el número de días abiertos
– Aumenta el número de servicios por concepción
– Reduce la tasa de preñez
– Reduce la producción de leche
– Reduce el peso de los terneros al destete
– Disminuye los ingresos y la rentabilidad
Clasificación
Según Edmondson y Colb., (1989) se distinguen las siguientes clasificaciones:
Punto 1: Las apófisis transversas siguen distinguiéndose fácilmente al tacto y mostrándose puntiagudas. Continúa, aunque en menor grado, el aspecto prominente de las apófisis espinosas.
Punto 2: Las apófisis transversas pueden aún detectarse por palpación, aunque no tan claramente al estar recubiertas por una delgada capa de grasa, que explica también el cambio de un contorno puntiagudo a otro más redondeado.
Punto 3: Las apófisis transversas sólo pueden apreciarse con una fuerte presión. Se palpa una ligera capa de grasa subcutánea alrededor de la base de la cola.
Punto 4: Las apófisis transversas no se notan siquiera con una fuerte presión. La capa de grasa alrededor del nacimiento de la cola se encuentra engrosada, adquiriendo incluso un cierto relieve.
Punto 5: La estructura ósea del animal no es detectable en absoluto. La base de la cola está prácticamente embutida en grasa.
En forma ideal el 80% de las hembras lactantes particularmente las vacunas en etapa de lactancia deberían perder entre medio punto y tres cuartos de puntos de CC antes del parto y los 30 ó 40 días de lactación. La búfala promedio de dos o más lactaciones debe ganar entre 2 y 2.5 Kg/ semana, después de 50 ó 60 días de lactancia. Dado que un punto de CC equivale a 54 Kg en hembras maduras, a la búfala promedio le tomará 6 meses para recuperar los kilos perdidos en los primeros 60 días de lactación. Las primerizas requerirán recuperar más kilos, si pierden un punto de CC en virtud que aun están en crecimiento (72 Kg. aproximadamente).
Una caída de más de un punto de la CC, o una pérdida de menos de medio punto indican una posible falla de manejo en la alimentación que no permite que las vacas alcancen su óptima producción. Una pérdida de un punto de la CC en 2 ó 3 semanas es extremadamente rápida e indica un problema de alimentación. Lo normal es la pérdida de medio punto (27 Kg.), en 4 ó 5 semanas indica un correcto manejo de la alimentación.
Condición Corporal, balance de energía y producción de leche
De acuerdo a Ventura, (2001) las hembras vacunas altas productoras no pueden consumir suficiente alimento durante los primeros 60 ó 90 días en lactancia para satisfacer los enormes requerimientos de nutrientes, por lo que se encuentra en un balance energético negativo. Su organismo moviliza las reservas grasas para obtener energía extra que necesita y que no esta siendo aportada por el alimento. Es precisamente esta situación la que determina la pérdida de CC. El máximo desequilibrio energético se da a la 2da ó 3era semana de lactancia y a los 50 días entran nuevamente en un balance positivo de energía. La correcta estimación de las reservas corporales debe hacerse a través de la medición del EC en forma visual y por palpación utilizando una escala de 1 a 5 (1 = flaca, 5 = gorda). Su determinación es particularmente importante en momentos claves como el secado, el ingreso al preparto, el parto y el pico de producción. El peso vivo no es un buen indicador de las reservas corporales ya que vacas de un mismo peso pero de diferente conformación, pueden presentar diferentes niveles de engrasamiento. El EC al parto afecta la salud, la eficiencia reproductiva y la producción de leche en la futura lactancia. Esto es especialmente importante en sistemas de producción pastoriles dado que, el consumo de materia seca (MS) en inicio de lactancia suele verse comprometido, por lo que la energía obtenida a partir de las reservas movilizadas adquiere especial importancia.
Como medir el estado corporal o condición corporal
Si bien la determinación de la CC es una evaluación subjetiva, es posible hacerlo con razonable precisión y de manera sencilla utilizando la escala de EE.UU, de 5 puntos (1 = flaca, 5 = gorda) en la cual cada punto de a escala se divide en cuartos (Figura 1). (Edmondson y Colb., 1989).
Figura 1.- Escala para la determinación del estado corporal.
Fuente: Edmondson y Colb., (1989).
Figura 2.- Puntos anatómicos para la determinación del CC
Fuente: Edmondson y Colb., (1989).
Metabolismo de lípidos o grasas en las vacas lecheras
Usualmente la dieta consumida por las vacas contiene solo 4 a 6% de lípidos. Sin embargo, los lípidos son parte importante de la ración de una vaca lechera porque contribuyen directamente a casi 50% de la grasa en la leche y son la fuente más concentrada de energía en los alimentos. Solo pequeñas cantidades de lípidos se encuentran en forrajes y semillas. Sin embargo, algunas plantas (algodón, soya) tienen semillas llamadas "oleaginosas" que acumulan más de 20% de lípidos. Típicamente los lípidos son extraídos de las semillas oleaginosas pero pueden estos ser incorporadas en forma entera en las dietas de las vacas lecheras. Los lípidos son insolubles en agua pero son solubles en solventes orgánicos (éter, cloroformo, hexano etc.) (Wattiaux, 1999).
Los triglicéridos se encuentran principalmente en los granos de cereales, semillas oleaginosas y grasas de origen animal. La estructura básica de las triglicéridos consiste de una unidad de glicerol (un azúcar de tres carbones) y tres unidades de ácidos grasos. Los glicolípidos son una segunda clase de lípidos encontrados principalmente en los forrajes (gramíneas y leguminosas). Tienen una estructura parecida a los triglicéridos con la excepción que uno de los tres ácidos grasos ha sido reemplazado por un azúcar (usualmente galactosa). Cuando uno de los ácidos grasos esta reemplazado con un fosfato ligado a otra estructura compleja, el lípido se llama fosfolípido. Los fosfolípidos son componentes menores en los alimentos, encontrados principalmente en las bacterias del rumen (Martínez y Sánchez, 1999).
Los ácidos grasos encontrados en los lípidos de las plantas varían de 14 a 18 carbones. El punto de fusión determina si el lípido estará en forma liquida o sólida a temperaturas normales. El punto de fusión depende principalmente del grado de saturación y en menor grado de la longitud de la cadena de carbones. Los lípidos de plantas típicamente contienen 70 a 80% de ácidos grasos no saturados y tienden a quedarse en un estado líquido (aceites). Por otro lado, las grasas de origen animal contienen 40-50% de ácidos grasos saturados y tienden a quedarse en un estado sólido (grasas). El grado de saturación tiene un efecto marcado en el modo de digestión por los animales y en el caso del rumiante, si interfieren o no con la fermentación de carbohidratos en el rumen (Martínez y Sánchez, 1999).
Absorción intestinal de lípidos
Los fosfolípidos microbianos son digeridos en el intestino delgado y allí contribuyen a formar la masa total de ácidos grasos procesados y absorbidos a través de la pared del intestino. La bilis, secretada por el hígado, junto con las secreciones pancreáticas (ricas en enzimas y bicarbonato) se mezclan con el contenido del intestino delgado. Estas secreciones son esenciales para preparar los lípidos para absorción, formando partículas mezclables con agua que pueden entrar las células intestinales. En las células intestinales una porción importante de ácidos grasos son ligados con glicerol (proveniente de la glucosa de la sangre) para formar triglicéridos.
Los triglicéridos, algunos ácidos grasos libres, colesterol y otras sustancias relacionadas con lípidos son cubiertos con proteínas para formar lipoproteínas ricas en triglicéridos, también llamados lipoproteínas de baja densidad. Las lipoproteínas ricas en triglicéridos entran a los vasos linfáticos y de allí pasan al canal torácico y así llegan a la sangre. En contraste a la mayoría de nutrientes absorbidos en el tracto gastrointestinal los lípidos absorbidos no van al hígado sino que entran directamente a la circulación. (González y Bas. 2002).
La energía
La energía es el nutriente que más influencia tiene sobre el costo de la ración, no debido a su costo unitario sino por la cantidad total de energía que la vaca necesita. Por otro lado, la energía es un nutriente con una gran influencia sobre la reproducción. Tanto un déficit de energía (balance energético negativo) como un consumo elevado de energía y materia seca pueden afectar negativamente la reproducción (Palmquist, 1999).
Balance Energético Negativo
La maximización del rendimiento económico de la producción del vacuno lechero obliga, en la mayoría de las situaciones, a inseminar a las vacas al principio de la lactación, lo que suele coincidir con un balance energético negativo. El balance energético de un animal está influenciado por su producción de leche, sin embargo esto no implica que las vacas más productoras estén en un balance negativo superior, pues uno de los factores más determinantes del balance energético es la ingestión de energía. No es infrecuente, encontrar animales poco productores con graves problemas reproductivos (Palmquist, 1999).
En muchos de estos casos, son animales poco dominantes que tienen dificultades para acceder al alimento, y muestran un balance energético negativo. Medir el balance energético a nivel de campo es prácticamente imposible (pues requiere determinar el peso del animal -y su evolución en el tiempo-, la ingestión diaria, y la cantidad y composición de la leche producida diariamente). Por ello se usa comúnmente la condición corporal como indicador del balance energético (si pierde condición el balance es negativo). La condición corporal es una herramienta sencilla, rápida y económica basada en la observación o palpación de diferentes partes de la anatomía del animal que tiene como objetivo cuantificar el estado de engrasamiento. (Palmquist, 1999).
Sistema de variables
Según (Ander y Egg, 1996), las variables "constituyen un elemento básico en la hipótesis, puesto que estas se construyen sobre la base de relaciones entre variables referentes a determinadas unidades de observación". En otras palabras, puede decirse que la misma se trata de una característica observable o un aspecto discernible en un objeto de estudio que puede adoptar diferentes valores o expresarse en varias categorías. El presente estudio esta sujeto a dar respuestas a las siguientes variables:
Variables Dependientes:
Las variables dependientes para esta investigación están representadas por la producción de leche, porcentaje de grasa en leche y la condición corporal de las vacas sometidas a la suplementación con grasas sobrepasante.
Variable Independiente:
La variable independiente para este estudio fue la suplementación con grasa sobrepasante en vacas en producción.
Variables Intervinientes:
Las variables intervinientes son las condiciones ambientales, y el manejo propio de la finca.
Sistema de Hipótesis
Hipótesis de la investigación:
El uso del suplemento energético a base de grasa sobrepasante tendrá relación con el aumento de la producción de leche, porcentaje de grasa en leche y el mejoramiento de la condición corporal de las vacas sometidas al ensayo.
Hipótesis afirmativa
El suplemento energético a base de grasa sobrepasante producirá un aumento significativo de la producción de leche, porcentaje de grasa y mejorará la condición corporal de las vacas sometidas al ensayo.
Hipótesis nula
El suplemento energético a base de grasa sobrepasante no producirá un aumento significativo de la producción de leche, porcentaje de grasa en leche y no mejorará la condición corporal de las vacas.
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Cuadro Nº 3.
Operacionalización de las variables.
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
Tipo y Diseño de la Investigación
El presente estudio se realizó bajo el tipo de investigación explicativa, ya que estos van más allá de la descripción de conceptos, fenómenos o del establecimiento de relaciones entre conceptos, y están dirigidos a responder a las causas de los eventos físicos o sociales. Al respecto Arias (2004), expresa que la investigación explicativa "es el medio que se encarga de buscar el por qué de los hechos mediante el establecimiento de relaciones causa – efecto¨.
El diseño de la investigación fue de campo experimental, el cual consiste en someter a un objeto o grupo de individuos a determinadas condiciones o estímulos para observar los efectos que se producen. Es decir se van a someter a un grupo de vacas a una suplementación energética con grasa sobrepasante para medir la relación, en la producción de leche, porcentaje de grasa en leche y en la condición corporal.
En este sentido, Hernández, Fernández. y Baptista (2000) manifiestan que los diseños experimentales "son aquellos en los cuales el investigador introduce una o varias variables independientes para observar los efectos que ocasionan en las variables dependientes, pudiendo manipular las primeras y ejercer un grado de control sobre las variables extrañas.
En síntesis, puede decirse que la experimentación es el método clásico de laboratorio científico, donde los elementos manipulados y los efectos observados pueden controlarse. Según Bunge (2003), es el "método más sofisticado, exacto y poderoso para descubrir y desarrollar un cuerpo de conocimiento organizado".
Población y Muestra
Población
La población o universo se refiere al conjunto de elementos para el cual fueron validas las conclusiones que se obtengan (Hernández y Colb., 2000). En este caso, la población corresponde a las unidades involucradas en la investigación. La misma se llevó a cabo en la Hacienda La Gloria ubicada en Santa Bárbara de Zulia Municipio Colón, kilometro 2 ½ de la vía que conduce Santa Bárbara – El Vigía, en la que existen en la actualidad 120 vacas mestizas de cebú – pardo y cebú – Holstein y son las que constituyen la población objeto de estudio. Estas están distribuidas en dos vaqueras de ordeño y en lotes de 60 cada una.
Muestra
Para lograr la selección de la muestra se escogieron de modo no probabilístico a un lote de 30 vacas de tres o mas partos gestantes y en el último tercio de la gestación con el propósito de que ésta fuera lo más homogénea posible y minimizar los errores experimentales. Estas se dividieron en dos bloques de quince (15) vacas cada uno. El tamaño de la muestra se calculó de acuerdo a un procedimiento estadístico, con base en estimados de la población, expuesto por Hernández y Colb., (2000), el cuál arrojó una muestra de 30 vacas.
Materiales y Métodos
La Unidad de producción esta conformada por un total de 420 hectáreas, distribuida de la siguiente manera dos hectáreas de infraestructura cien (100) para ganadería y 318 hectáreas de superficie destinadas a la producción de palma aceitera.
Unidades experimentales y manejo
Se conformaron dos (02) unidades experimentales integradas por treinta (30) vacas agrupándolas de quince (15) animales para cada uno de los tratamientos n= (15).
T1 = (n= 15) vacas suplementadas con grasa sobrepasante + pastoreo + melaza + mineral + sal
T2 = (n= 15) vacas a pastoreo + melaza + mineral + sal
Las vacas siguieron el manejo zootécnico y sanitario de la finca y se alimentaron a pastoreo con las especies de gramíneas forrajeras establecidas en la unidad de producción, entre estas las que se destacan pastos Tanner (Urochloa arrecta), Estrella (Cynodon nlemfuensis); y suplementados con sales minerales y melaza.
El grupo tratamiento consumió durante las mañanas 50 gr animal/día de grasa mezclada con pasto picado durante el periodo de acostumbramiento de 8 días aproximadamente y paulatinamente se fue incrementando hasta llegar a los 300 – 400 gr. /animal/día. Esta suplementación se inició 30 días antes de la fecha próxima al parto y 90 días después del parto. Sus características nutricionales y fisicoquímicas se detallan en el Cuadro 4. El valor energético aproximado de la suplementación con grasa sobrepasante al inicio del ensayo fue de 315 Kcal y 2520 Kcal al final.
A los animales se les evaluó la condición corporal al momento del parto y con intervalos mensuales (cada 30 días) durante tres (03) meses, se utilizó el método descrito anteriormente.
Se determinó el consumo voluntario de forraje y suplemento grasa sobrepasante por animal pesando lo ofrecido y restándole al día siguiente lo rechazado, previamente a la incorporación del nuevo alimento ofrecido en cada tratamiento (consumo de grasa sobrepasante y control) y dividiéndolo entre el número de animales de cada grupo para obtener el promedio por animal.
Se tomó una muestra de 300 ml de leche homogénea (una vez medida la producción total de ese día) de cada vaca, una vez cada 15 días durante los tres meses y se analizaron individualmente en el laboratorio de la Planta de Lácteos Santa Bárbara.
Estos datos se descargaron en planillas para luego ser vaciados al programa estadístico (ver anexos, 2 y 3).
El pastoreo de ambos grupos se realizó entre las 6:00 am hasta 1:00 p.m. y de 6:00 pm hasta 1:00 am.
El suplemento a base de grasa sobrepasante utilizado posee las siguientes características según información de la casa comercial:
Presentación en sacos de 25 kilogramos.
Ingredientes: sales de calcio de ácidos grasos, antioxidantes, ethoxyquin, ácido cítrico y propilenglicol
Cuadro Nº 4.
Análisis garantizado de la grasa sobrepasante
Para determinar el porcentaje de grasa en leche se utilizó la siguiente metodología de análisis químicos:
Grasa
Se utilizó la metodología de Babcock, descrita en la norma de COVENIN 931-77 (Fondonorma, 1977). Los resultados se expresan en porcentaje p/p.
Método Babcock
Se transfirieron 17,6 ml de la muestra homogenizada a un butirómetro para leche fluida. Se añadieron 17,5 ml de ácido sulfúrico, se agitaron manualmente hasta que desaparecieron todas las trazas de coágulos y se centrifugó por 5 min. Luego se añadió agua a 60°C hasta el borde inferior de la columna del butirómetro, se centrifugó por 2 min, se añadió otra cantidad de agua a 60°C hasta llenar la columna y se centrifugó por 1 min. El contenido de grasa se midió directamente en la escala impresa en el cuello del butirómetro.
Variables evaluadas
Producción de leche: Esta variable mide la producción originada en kilogramos de leche por animal, por efecto de la suplementación, esta se evaluó cada quince (15) días de manera individual cada animal. Se realizó el pesaje durante el ordeño de la mañana y la otra en la tarde.
Condición corporal: Los animales se evaluaron por el método de (Ferguson y Colb., 1994) y se determinó la condición corporal de ambos grupos al inicio y durante el ensayo. Es decir cada 30dias por 120 días.
Porcentaje de grasa en leche: En este ensayo se determinó por medio del método de análisis volumétrico de Babcock (Herreid 1942), antes de iniciar el ensayo y al final del mismo.
Técnicas e Instrumentos de recolección de datos
Para obtener los datos primarios o de campo se utilizó la técnica de la observación la cual permitió evaluar la condición corporal de las vacas sometidas al ensayo, el puntaje (1 al 5) fue colocado individualmente para cada animal y para cada observación realizada durante el tiempo previsto de la investigación es decir en este caso cada treinta (30) días, estos fueron vaciados en una planilla de campo diseñada previamente, posterior a cada observación los datos obtenidos se vaciaron en planillas de Excel para su procesamiento futuro. En cuanto a la producción de leche, esta fue medida cada quince (15) días de manera individual cada animal ambos ordeños (matutinos y vespertinos) para tal efecto se colectaba la leche en baldes plásticos que previamente fueron pesados para aforar el peso (tipo reloj), tomados los pesajes (Kg.) se vaciaron en una planilla de campo y luego se vaciaron los datos en hojas de Excel para su posterior análisis. En cuanto al porcentaje de grasa se realizó por el método descrito anteriormente en la empresa Lácteos Santa Bárbara los datos obtenidos también se vaciaron en hojas del programa Excel.
Los datos secundarios fueron recolectados de la revisión de libros de textos, revistas científicas y de la web a través de un meta buscador avanzado.
Técnicas de Análisis y Procesamiento de Datos
Los datos obtenidos fueron evaluados a través del método crossover, utilizando el paquete estadístico SPSS Versión 17.0 (Sistema Estándar de procesamiento estadístico) incluyendo como variables discretas e independientes el efecto de la suplementación energética y el manejo tradicional. Se estimó el efecto de la grasa sobrepasante sobre la producción de leche, condición corporal y porcentaje de grasa en leche utilizando un modelo estadístico lineal aditivo con medidas repetidas en el tiempo. Se utilizó el Procedimiento ANOVA y una prueba de Tukey donde se obtuvieron diferencias significativas. El modelo utilizado fue el siguiente:
Yij = µ + Ti + eijk
donde:
Yij = variable a estimar,
µ = media de la población,
Ti = efecto de la grasa sobrepasante (i),
eij = residual, NIID (0 ,s 2).
Se correlacionaron los porcentajes de grasa en leche con producción y condición corporal de las vacas por el método de Pearson con el paquete estadístico SAS (SAS, 1992).
CAPÍTULO IV
ANALISIS Y DISCUSION DE RESULTADOS
Producción de Leche
El promedio general del experimento Cuadro 5, fue de 4,0 litros/vaca/día para el T1 y 3.12 litros/vaca/día) para el T2. El coeficiente de variación fue de 3.55% que se lo considera Excelente para este tipo de experimentos.
En el análisis de varianza, se detecta alta significación estadística para producción de leche a partir del cuarto pesaje en el grupo suplementado con GS. Si se pudo observar una tendencia del efecto tratamiento a favor de las vacas que consumieron grasa sobrepasante en relación al grupo control. Hubo un efecto significativo (P<.0.05) del tratamiento y la producción de leche.
Las vacas que consumieron grasa sobrepasante produjeron 12,27% más leche que las del grupo control, tal como se observa en la Figura 1, lo cual concuerda con los trabajos previos de Calvopiña, (2007), Rojas y Palavicini (1999), y Campabadall, (2007) quienes señalaron que dietas ricas en energía por la adición de grasa y, más aun si son de sobrepaso, incrementan la producción de leche. Esto representa un beneficio importante para el productor ya que se obtiene una mayor producción por día y total por lactancia.
Cuadro 5
Efecto del consumo de grasa sobrepasante (GS) sobre la producción de leche (litros) de vacas mestizas.
Gráfica 1. Relación porcentual de la producción de leche para ambos tratamientos.
Condición Corporal
En el Cuadro 6 se observa el efecto del consumo de grasa sobrepasante y la condición corporal. No hubo efecto significativo del consumo de grasa sobrepasante sobre condición corporal (sig. > 0.05) durante los primeros 30 días de consumo o suplementación. Sin embargo, existe una tendencia a mejorar la condición corporal a partir de los 60 días y se mantiene hasta los 90 días de tratamiento en comparación con el grupo de vacas control, se aprecia un nivel de significancia < 0.05. Probablemente porque al tener un mayor aporte energético al inicio de la lactancia, estas vacas no tuvieron que movilizar tanta grasa corporal a pesar de su aumento de producción de leche. Es decir que en el análisis de varianza, se detecta alta significación estadística para a partir de los 60 días y el coeficiente de variación fue de 2,87 se puede manifestar que conforme pasó el tiempo los animales ganaron condición corporal. Resultados similares fueron obtenidos por Gallardo y Colb., (2001) quienes concluyen que la CC al parto, en 110 vacas suplementadas con grasa junto con el nivel alimenticio, presentaron efecto positivo en las 20 semanas de lactancia estudiadas sobre la producción de leche.
Cuadro 6.
Efecto del consumo de grasa sobrepasante (GS) sobre los cambios de Condición corporal en vacas mestizas en lactancia.
Determinación del porcentaje de grasa en leche
Una vez realizado el análisis de las muestras de leche en el laboratorio en cada uno de los lapsos 15, 30, 45, 60,75 y 90 se observa que hay un aumento progresivo de grasa. Los mejores incrementos se observan a partir de los 45 días de iniciada la suplementación. En el Cuadro 7 se observa el efecto del consumo de grasa sobrepasante y el % de grasa en la leche. Se observa que no hubo diferencias significativas durante los dos primeros lapsos, lo que indica que el uso de la grasa sobrepasante no altero o afectó dicha característica durante las primeras semanas de tratamiento y por ende, la calidad de la leche. Se aprecia un efecto altamente significativo (P<0,01) del tratamiento sobre la grasa de la leche a favor de las vacas que consumieron grasa sobrepasante, dándole mayor valor agregado a la leche, beneficiando económicamente al productor. Lo cual concuerda con los resultados obtenidos por Calvopiña, (2007) quien logró un incremento de grasa de 2.3 g/100 ml de leche.
Cuadro 7.
Efecto del consumo de grasa sobrepasante (GS) sobre los valores porcentuales de grasa en la leche de vacas mestizas en lactancia.
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
CONCLUSIONES
La suplementación energética a base de 400g/vaca/día de grasa sobrepasante en la ración de vacas mestizas a pastoreo tuvo un efecto significativo sobre la producción de leche es decir que resulto beneficioso.
El consumo de grasa sobrepasante incluida en la suplementación de vacas mestizas en lactancia mejora significativamente la condición corporal.
La inclusión de grasa de sobre paso en la alimentación de vacas en lactancia aumenta el porcentaje de grasa de la leche.
Recomendaciones
La incorporación de grasa sobrepasante afecto de manera positiva la condición corporal y el consumo voluntario en las vacas por lo que su uso es recomendable para la producción con esta especie.
Se recomienda el uso de la GS antes del parto y durante los primeros cien (100) días posparto para lograr que exista un balance energético y las vacas no desarrollen una condición corporal por debajo de 2.5.
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ANEXOS
Anexo 1.
Planilla de recolección de datos de campo
Anexo 2.
Planilla de recolección de datos de campo
Autor:
Graciela E. Cumare V.
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