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Estrategia de comunicación para activar el microcrédito y combatir la pobreza (página 2)

Enviado por Fabiana Feijoo


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El mismo sistema que genera los niveles de pobreza con los que convivimos traduce su mano generosa en subsidios, que no hacen más que remarcar la condición de pobre, asegurándole una suma de dinero determinada, liberando del impulso del trabajo.

Y otra vez se abren dos mundo, pero ahora más próximos. Las ONGs, con infraestructura y capital para microcréditos, y los prestatarios, o aquellos que deben despertarles de su letargo de pobreza para mostrarles algunos marcos de bienestar posibles. Espacios en los que el trabajo surge, o resurge como un factor de dignidad humano. Donde es viable y se debe, planificar la educación, alimentación y sanidad familiar como resultado lógico del fruto del trabajo.

Vivir en una desigualdad indecente es sumergirse a diario en el hambre, en enfermedades, exclusión social por causa y efecto, marginalidad, sin acceso a servicios de salud y educación. Por características estructurales, estos hombres y mujeres no pueden visualizar ni llevar a la práctica soluciones y acciones posibles.

En este sentido, y en esas comunidades, los sistemas de microcrédito aparecen con la fuerza de una revolución cultural en sí misma. Según figura en el Proyecto World Values Survey, se está produciendo un proceso de globalización de la comunicación que no refiere directamente a la cultura. Así, la identidad cultural surge como un elemento diferenciador en una globalización descontrolada. Identidad que debe ser el resultado del procesos de comunicación que permita la construcción de una identidad civil aglutinante.

Además, suponen una revolución cultural al otorgar créditos para micronegocios a aquellas personas que, por su condición de pobreza, analfabetismo y discriminación social, están normalmente excluidas de estos privilegios.

Los códigos en la pobreza  

En el Fórum Barcelona 2004, se presentaron 114 preguntas a responder a lo largo del encuentro, una de las cuales fue ¿respetaríamos más al mar, si pudiéramos comunicarnos con sus habitantes. Construyamos un paralelo entre el mar como sociedad que comparte elementos en común y el tema que estamos tratando.

En comunidades que transitan en niveles de máxima pobreza, los códigos relacionales comienzan a ser otros. La esperanza y la desconfianza en quien propone el microcrédito como camino para salir del estado de pobreza, se dan por partes iguales. Se codean en un juego de comunicaciones relativas y directas, creadas en función de un público específico con necesidades estructurales, donde los mensajes se construyen de manera clara, sobre soportes conocidos, donde quien presta pasa a ser la mano que guía en un camino de esfuerzo liberador, y no quien especulará con su necesidad.

Las proyecciones y planificaciones deben dejar de ser "espejitos de colores" para llegar a realidades concretas en un tiempo óptimo. Establecer plazos, objetivos, mover el engranaje de lo posible, elevando el grado de comunicación dignifica a la persona a niveles sorprendentes.

El sistema de microcréditos se aplica desde hace un poco más de 25 años en los países en desarrollo, con resultados esperanzadores. Pero no alcanza.

En un mundo con desigualdades cada vez más amplias, los puentes de comunicación entre ambos deben ser cada vez más sólidos, capaces de reforzar la efectividad, para que no se quiebre la débil voluntad y esperanza del que solamente espera.

Muhammad Yunus , creador del Grameen Bank de Bangladesh, y por esta iniciativa Premio Nóbel de la Paz 2006, asegura que es preciso entender que se puede erradicar la pobreza con un conjunto de acciones no aisladas que fomenten el desarrollo social en general y no únicamente económico. El Grameen Bank, así como otras organizaciones canalizadoras de microcréditos, incluye en sus programas proyectos de capacitación, educación para los niños, mejoras sanitarias y de hábitos alimenticios, con el objetivo de maximizar los resultados y garantizar un desarrollo completo y una salida total de la pobreza.

Asia y América Latina, tan distantes, tan cercanas

Si la globalización nos permite establecer características estructurales generales, y compartir mismas problemáticas de pobreza, podemos imaginar soluciones similares.

Generar plataformas de comunicación e información (TICs), para hacer del conocimiento un arma poderosa, para operar como fuente de la que puedan beber los estudiosos y prácticos de todo el mundo, suelen ser las mejores tendencias y estrategias actuales. Manejar estadística, técnica y comunicaciones, seguramente activa la toma de decisiones para acciones concretas y elimina pasos de exploración. La información, como eje, favorece la rápida puesta en marcha de planes, reduciendo, en gran parte el porcentaje de error.

Podemos enumerar varios sitios y espacios de Internet dedicados a difundir, aplicar, agrupar y favorecer trabajos, entidades y proyectos, para combatir la pobreza extrema. En este contexto de análisis y teniendo en cuenta que una de las características de la pobreza es el poco o nulo acceso a la educación, podemos analizar el siguiente caso.

A finales de 2006 se realizó un estudio comparativo entre los estudiantes en Asia Oriental y en los países en desarrollo de América Latina. Se pudo determinar, que si bien ambas poblaciones infantiles recibían educación básica en la escuela primaria, la cantidad de jóvenes que accedía al nivel polimodal/secundario disminuían considerablemente.

En lugares tan distantes, la problemática por acción de un sistema económico compartido y globalizador es semejante. Ambos deben facilitar el acceso a la educación polimodal/secundaria y a la vez mejorar la calidad de los procesos de aprendizaje y enseñanza, además de reducir las desigualdades entre grupos de ingresos y áreas urbanas y rurales. Los trabajos en conjunto de las comunidades involucradas servirán para dar pronta resolución a estos problemas.

Ambas regiones incluyen a países muy disímiles en cuanto a desarrollo social y económico, los que varían de países de ingreso medio a medio superior como Corea, Malasia, México y Chile, a países de ingreso más bajo como Viet Nam, Camboya y Bolivia.

Las crisis o situaciones cambiantes en lo político y económico que suceden en los distintos países dejan heridas en el seno de cada familia en situación de riesgo. Padres e hijos se enfrentan a un cuadro difícil de modificar por sus propios recursos, si no es a través de acciones concretas externas, que posibiliten de manera efectiva mejorar una situación de frustración personal que repercute en una inestabilidad social visible y compleja: jóvenes sin futuro profesional, dificultades de insertarse al sistema económico, altas probabilidades de caer en la delincuencia, ingresar en el sistema de trabajo ilegal, adicciones, etcétera.

Podemos entender al conocimiento como la manera de construir bases sólidas para el progreso social, atendiendo simultáneamente necesidades individuales que facilitan la movilidad social ascendente, contribuyendo al crecimiento del país.

El acceso limitado a la educación polimodal/secundaria, y más aun de grado, es una realidad imposible de negar. Universidades estatales politizadas que socavan recursos, tiempos y entusiasmo de los jóvenes, también forman parte de otro marco de análisis. La calidad de la educación no está relacionada solamente con el caudal de aportes económicos financieros, sino de un grupo de acciones en conjunto que mejoren la eficacia.

La educación no debe ser considerada parte de la política sectorial, sino la variable clave de la estrategia para el desarrollo de cualquier país.

Si bien la situación y marco de diagnóstico resultan complejos, están fácilmente reflejados en los jóvenes que, queriendo mejorar su futuro, intentando no repetir la historia de sus padres, se encuentran limitados en su progreso. No pensemos en sistemas asistencialistas, no pensemos en regalar, ni en donar. Pensemos en fomentar sistemas que permitan descubrir habilidades, capacidades y vocaciones y así facilitar el acceso al estudio y a la elección laboral.

El caso de México

Al igual que en muchos otros países, los jóvenes aportan dinero con su trabajo (muchas veces ilegal), que permite mantener cubiertas algunas necesidades básicas del hogar. De esta manera, no solo el joven prioriza el trabajo frente a las horas de estudio, sino que además es alentado por los padres a hacerlo.

Vista la educación como la herramienta que facilita el ascenso social, lo que parece ser una solución (dinero) es el comienzo del transitar por un círculo vicioso, que no les permite escapar del estado de pobreza.

Ante este marco de diagnóstico, en México se pone en marcha un plan financiero conocido como "Transferencias en Efectivo Condicionadas".

Se ideó de manera distinta al sistema de becas otorgadas en Argentina, donde se entregaba a cada joven un importe en dinero, que él debía administrar para la compra de elementos de estudio y solventar los gastos de escuela. Rápidamente, en un país jaqueado por la falta de empleo, el dinero de la beca se destinaba a cubrir los gastos del hogar. De manera que la beca de estudio se disfrazaba de subsidio a la pobreza.

Por lo contrario, en México, los pagos en forma de becas y ayuda se entregaban a los hogares pobres en forma de alimentos, siempre y cuando mantuvieran a sus hijos en la escuela.

El programa, que atendió a alrededor de cinco millones de familias en 2005, entrega más dinero a medida que los niños pasan a grados superiores, lo que favorece levemente a las niñas en el nivel secundario inferior.

La idea es compensar a las familias por los ingresos que habrían llevado al hogar los niños que no asisten a la escuela, además de ofrecer a los jóvenes una opción para escapar de la pobreza crónica e intergeneracional a través de la educación. Entre 2000 y 2002, las matrículas en la escuela secundaria crecieron un seis por ciento al año, en comparación con el dos por ciento antes de 2000.

El programa es reconocido por el aumento del 8,4 por ciento en el índice de asistencia, el 20 por ciento en cuanto a transición a la escuela secundaria y el 10 por ciento en relación con el logro de grados, según señala Emanuela di Gropello, del Banco Mundial.

Muhammad Yunus en su libro Hacia un Mundo sin Pobreza, afirma que se muere de muchas maneras, pero la muerte por inanición es la más inaceptable. Va tomando cuerpo con lentitud. Segundo tras segundo, el espacio entre la vida y la muerte se reduce inexorablemente. En un momento dado, la vida y la muerte están tan próximas que se torna casi indistinguible, no se sabe si la madre y el hijo, postrados en el suelo, se encuentran todavía entre nosotros o ya se fueron al otro mundo. La muerte sucede a pasos tan sigilosos que ni siquiera la escuchamos. Y todo esto por un puñado de alimentación. En los alrededores , el mundo come a placer, pero no ese hombre, no esa mujer. El bebe llora, y luego acaba por dormirse sin la leche que necesita. Mañana quizás, ya no tendrá fuerzas para gritar.

 

 

 

 

Autor:

Por Fabiana Feijoo

Argentina, licenciada en Periodismo y Comunicación, especialista en Comunicación del Tercer Sector y Comunicación Estratégica.

Revista Chasqui Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicacion para America Latina (CIESPAL) Email: chasqui[arroba]ciespal.net      info[arroba]ciespal.net Weblog: www.revistachasqui.blogspot.com Web: www.chasqui.comunica.org Web institucional: www.ciespal.net Quito – ECUADOR

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