El Hombre Polilla (Mothman)
Entre noviembre de 1966 y fines de diciembre de 1967, la pequeña localidad de Point Pleasant (West Virginia) se vio presa de un brote de histeria colectiva que tuvo al Hombre Polilla (Mothman, en inglés) como su principal foco de atención y temor. Decenas de personas denunciaron el avistamiento de la extraña criatura y los medios de comunicación no tardaron en convertirla en una estrella, dentro y fuera de los Estados Unidos. Desde entonces, Point Pleasant se ganó un lugar reconocido en el mapa y los cazadores de monstruos adquirieron a uno de los seres más bizarros del imaginario. Uno capaz de generar decenas de libros, películas, un museo y hasta un Festival que, desde 2002, convoca a miles curiosos, creyentes y también escépticos.
Hoy, a medio siglo de aquellos acontecimientos, el calendario ?a caballo entre dos años? habilitó al pueblo a realizar un doble festejo. Uno (cumplido en 2016) centrándose en los 50 años transcurridos desde su primera supuesta aparición (noviembre de 1966); y el otro, en vías de organización (septiembre de 2017), conmemorando su última aparente irrupción (diciembre de 1967), en la que anunciara con el batir de sus alas el desplome del Silver Bridge (Puente de Plata), cuyo saldo final resultó de 46 muertos y decenas de heridos.[1]
Ya hemos debatido estas cuestiones en dos artículos anteriores, razón por la cual no nos repetiremos.[2]
Así todo, la cuestión parece no agotarse con aquellos dichos.
Nuevas "historias" han visto la luz en los últimos meses, enriqueciendo la leyenda del Hombre Polilla, permitiéndonos desarrollar lecturas y relaciones complementarias y ?sorprendentemente? ser testigos del posible origen de una ciudad competidora a Point Pleasant, cuna del monstruo.
Sobre estos aspectos tratará el presente trabajo.
Miniatura de la estatua de Mothman
en Point Pleasant, West Virginia
Agosto de 2017
Buenos Aires
PARTE 1
Mothman y el Silver Bridge de Point Pleasant
"Now this could only happen to a guy like meAnd only happen in a town like thisSo may I say to each of you most gratefullyAs I throw each one of you a kissThis is my kind of town, Chicago isMy kind of town, Chicago isMy kind of people, tooPeople who smile at you."
Cantanda por Frank Sinatra
My Kind of Town,
Compuesta por Jimmy van Heusen (1964)
Si nos dejáramos llevar por lo que han venido diciendo los diarios y otros medios de comunicación con relación a las secuenciadas apariciones de Mothman en los últimos años ?casi siempre asesorados por oficiosos criptozoólogos y expertos en cuestiones paranormales?, parecería que la criatura está eligiendo poner su nido bastante lejos del Estado que la viera nacer en los "60 (West Virginia).
La mayoría de los "especialistas" en el tema coinciden en afirmar que, tras el desastre del Silver Bridge en diciembre de 1967, el Hombre Polilla se ausentó de Point Pleasant, no sin dejar un muy duradero recuerdo entre los habitantes. Pero sus ininteligibles andanzas (de las cuales se han tejido más de una hipótesis delirante) no acabaron con aquella terrible tragedia navideña. Por el contario ?y muchas veces con retroactividad? los "avistamientos" (aún a cuenta gotas y forzando el contenido de algunos relatos) nunca desaparecieron del todo. Por ejemplo, se han "detectado" sus feéricas y agoreras irrupciones durante la Guerra de Crimea (1853-1856), en China (1926), Chicago (1951), Alemania (1978), Chernobyl (1986), México (2009) y Singapur (2015).[3]
Pero las noticias que más nos interesan son las que lo ubican en tiempos mucho más recientes.
Según las "estadísticas" ?llevadas a cabo por el criptozoólogo y locutor de radio Lon Strickler[4]y el escritor de temas paranormales Nick Redfern[5]Mothman estaría agitando otra vez sus grandes alas en territorio yanqui. Pero, como dijimos antes, en sitios algo lejanos de los que marca la tradición:
3 en Chicago (2011).
1 en Ohio (2015).[6]
1 en Colorado (2015).[7]
1 en Phoenix (2016).
Sólo 1 en Point Pleasant (el día 20 de noviembre de 2016).[8]
Y más de ¡20 avistamientos! (desde abril de 2017 y agosto de este mismo año) otra vez en el área de la ciudad de Chicago.[9]
¿Qué le pasa a Mothman? ¿Decidió cambiar de aire o todo se debe a alguna extraña y desconocida migración que aún falta investigar? ¿Deberá Jeff Wamsley (propietario del Museo Mothman en Point Pleasant) mudar su negocio a "La Ciudad de los Vientos", convirtiéndola en la nueva Meca del turismo paranormal? ¿O será Chicago el próximo blanco de una ?hasta ahora? desconocida desgracia (como reza la moderna mitología polillista)?[10]
Aún así, la cantidad es lo que cuenta en estos días previos a la conmemoración del 50° aniversario.
¿Acaso Mothman está perdiendo el carácter de "monstruo local" que tenía hasta hace poco, aspirando a convertirse en una criatura con "pretensiones nacionales" dentro de Estados Unidos? ¿Y qué decir de sus aparentes apariciones por todo el mundo?
Sea como fuere, difícilmente Point Pleasant pierda en breve la condición que supo construir a lo largo de los últimos 45 años, gestionando la fantasía de propios y extraños.[11] La fuerza de los orígenes, el prestigio que da el mero paso del tiempo y la memoria son baluartes muy fuertes. En ellos se apoyaron vecinos y autores (escritores) para conservar el bien logrado título de "Pueblo de Mothman"; reivindicando permanentemente la "gran oleada de avistamientos" desatada entre noviembre de 1966 y la navidad del "67. Una forma inteligente de hacer valer los privilegios de haber sido los primeros.
Primeros artículos periodísticos en West Virginia
Parece evidente que por detrás de todo este tema se está librando una guerra sorda en los medios de comunicación y las redes sociales de una y otra ciudad.
Chicago, sus criptozoólogos y expertos en cuestiones forteanas, decidieron enfrentarse a Point Pleasant y sus tradiciones. Los reclamos provenientes desde West Virginia ya se empezaron a oír (no sin un dejo de ironía encubierta): "¡No nos quitaran a Mothman!"; "¡Es nuestro!", escribe más de uno en el blog de Lon Strickler, conductor de una radio chicagoense y principal vocero de los avistamientos recientes en dicha ciudad.
Así todo, ambos bandos parten de trincheras impregnadas de irracionalismo y testimonios difícilmente comprobables dado el carácter anónimo de la mayoría de ellos (por no decir todos). En este punto, Chicago lleva las de perder: desde principios del 2016 a la fecha (agosto de 2017) no ha dado ni un solo nombre y apellido. Todos los testigos del Hombre Polilla se niegan a brindarlos por temor al ridículo u otros "secretos" motivos.[12] Lo que nos lleva a sospechar que todo el asunto es un ejemplo más de "noticias falsas" (inventadas). Mentiras y elucubraciones ficticias lanzadas en serie para atraer a lectores (y oyentes), desatando debates infinitos frente a la ausencia más absoluta de pruebas objetivas.
Aunque, a fuer de ser sinceros, habría que hacer una aclaración: en toda esta cuestión referida a las "pruebas", Point Pleasant se anota algunos puntos a su favor no sólo por disponer de testigos reconocidos e identificables (que John Keel, Jeff Wamsley, Loren Coleman y otros se han encargado convenientemente de convertirlos en héroes locales en sus libros)[13], sino por exhibir ?desde el 20 de noviembre de 2016? una de las pocas fotos (siempre borrosas, claro) que hasta la fecha se tiene de la criatura alada en las cercanías del pueblo.
Controvertida foto tomada el 20/11/2016 en las cercanías de Point Pleasant[14]
Los virginianos del oeste redoblaron así la apuesta.
El 7 de diciembre de 2016, después de casi un año entero de soportar el bombardeo de noticias provenientes de Chicago, la cadena WSAZ Channel 3 News de West Virginia[15](estación local a cargo de la reportera Katy Andersen) fue la encargada en difundir la primicia.
Según se informó, una "extraña figura alada" había sido fotografiada en el cielo en las proximidades de Point Pleasant el 20 de noviembre por un cazador anónimo, quien captó por la noche, con su teléfono celular, a la criatura saltando de un árbol a otro, en tanto circulaba por la Ruta 2, paralela al río Ohio. El testigo aseguró no conocer nada de la leyenda. Aún así detuvo su auto, descendió y sacó la toma que, sin duda, pasará a engrosar el Expediente Mothman por algún tiempo.[16]
Como era de prever, los comentarios desde Point Pleasant no tardaron en llegar.
Jeff Wamsley ("curador" del Mothman"s Museum) no se jugó y sostuvo que con la tecnología existente en la actualidad es imposible saber con seguridad si las fotos son reales o falsas. En tanto que Carolin Harris (propietaria del café-restaurante más famoso del pueblo y lugar de reunión de todos los cazadores de monstruos que visitan la región) fue mucho más sincera al declarar, poco antes de morir: "¡Es algo muy bueno! Traerá mucha gente al área".[17]
Caroline Harris frente al su Mothman"s Diner y Jeff Wamsley
No hay dudas: las fotos resultaron muy convenientes. Pusieron a Point Pleasant de nuevo en cartel, especialmente en unos meses (noviembre/diciembre) por demás simbólicos para el pueblo y a punto de ser estrenada la última pieza fílmica que trata el tema, The Mothman of Point Pleasant. 13 Months that Changed History, dirigida por Seth Breedlove.[18]
Cartelería y souvenirs relacionados con el Mothman´s Festival 2017
Analizados críticamente, ninguno de los reportes registrados en lo que va del año 2017 es lo suficientemente convincente como para sostener la existencia real, objetiva, material, de una criatura como la descripta por los supuestos testigos. Mothman sigue siendo el producto de un rumor alimentado por la prensa sensacionalista dentro de un contexto sociopolítico y económico tenso, con temor diario, retroalimentado por filmes, novelas, falsos documentales y libros con aspiraciones científicas.
Todo es un absurdo de proporciones épicas. Un reflejo de creencias ancestrales y de la pervivencia de una mirada mágica y encantada del mundo. El Hombre Polilla es la narración espontánea de todo eso. De las necesidades insatisfechas, los fracasos personales y sueños incumplidos de millones de seres humanos.
Aún así, no nos queda claro (a nadie en nuestra opinión) qué es lo que busca Mothman. Qué persigue con sus incursiones o si hay alguna extraña inteligencia detrás de él, como suponen los más conspirativos.
En los años "60, "70 y "80 del siglo pasado la relación que la criatura de Point Pleasant tenía con los ovnis era más que explícita, especialmente en el principal Best Sellers de la época escrito por John Keel (Las Profecías de Mothman, 1975). Pero eso también ha cambiado. Basta con revisar las últimas denuncias de "avistamientos" para concluir que los extraterrestres brillan por su ausencia. La hipótesis de que Mothman es un ser de otro planeta (o la mascota de alguna criatura interplanetaria) está en retroceso. Nadie defiende esta explicación en la actualidad. Todo parece indicar que la Paraufología es la que domina el tablero y sus acólitos ?como Lon Strickler? son los que explican a Mothman como un fenómeno paranormal proveniente de una exointeligencia terrestre o de otro plano dimensional paralelo. Un buen atajo para explicar todo sin decir nada.
Pasto de criptozóologos, ufólogos y parapsicólogos sui generis, el Hombre Polilla ha dado para todo. Se han vertido sobre él las hipótesis más inverosímiles, incluso graciosas. La bizarría invertida en el tema es de antología y a muy pocos de los "especialistas" les ha temblado la pera en hacer públicas las más desquiciadas explicaciones.
Pero vende.
Y en un mundo como el nuestro es lo único que importa.
Por algún misterioso motivo, Mothman salió una vez más de su madriguera ¿interdimensional? Lo hizo a cuenta gotas durante años, pero ahora se ha desatado. Los reportes de los periódicos así parecen señalarlo. No hay semana en la que alguien no denuncie su irregular presencia en alguna parte.
Hijo de la mala suerte de muchos, de un capitalismo deshumanizado y rampante, la criatura no es otra cosa que un símbolo y un síntoma de nuestros días. De su injusticia, violencia e ignorancia.
Quedamos, pues, a la espera de sus nuevas incursiones.
Seguramente, se darán en breve.
Ícono de nuestros días
PARTE 2
Una criatura alada con estilo británico
Owlman: el Hombre-Búho de Cornualles
En el extremo suroccidental de Inglaterra, hacia el final de la larga península que se interna en el océano, bordeada por los canales de Jorge y de la Mancha, está en condado de Cornualles; antigua región celta que arrastra una dilatada historia llena de leyendas y seres sobrenaturales. Pero no son los más antiguos aquellos que hoy nos interesan, sino uno muy moderno que hiciera acto de presencia en el imaginario por primera vez en abril de 1976 y extendiera su influencia mediática ?intermitentemente? hasta julio de 1978. Una criatura que guarda similitudes con el Mothman de Estados Unidos y al que ?de no ser por algunos hechos que revelaremos en breve? le hubiéramos adjudicado una relación directa (aunque con una década de retraso).
Como ya es costumbre, el periodismo y los especialistas en "asuntos raros" fueron quienes lo bautizaron; y aunque nunca llegó a tener la fama de la criatura virginiana, algunos ingleses lo siguen recordando después de tanto tiempo. Basta con indagar en la Web para reconocer que no han sido para nada desmemoriado. Hay inclusive un libro que le dedica buena parte de sus páginas.
Nos estamos refiriendo a Owlman o el Hombre-Búho, en su versión castellana. Un ser liminal que, como no podía ser de otra manera en Inglaterra, hizo acto de presencia en un ambiente tan gótico como las escenografías de la Productora Hammer (realizadora de los filmes de horor más famosos, entre ellos los de Drácula y el Hombre Lobo).
Permítanme resumir su corta historia para luego establecer ciertos paralelismos con el Hombre Polilla de Point Pleasant.
Mawnan Church, Cornualles. Escenario de los supuestos avistamientos
Abril 17, 1976.
Condado de Cornualles, Inglaterra.
En las inmediaciones de la iglesia de Saint Mawnan.
Rodeada de bosques y con un viejo cementerio abandonado, la Iglesia Mawnan semeja un tétrico castillo, aislado y distante de todo. Un sitio ideal para que la imaginación se dispare. Y parece que eso fue lo que ocurrió aquel día de abril con dos niñas de 12 y 9 años de edad respectivamente.
Cuentan que June y Vicky Melling caminaban por la zona cuando de repente vieron ?según declararon a su padre? un "hombre pájaro" provisto de plumas y planeando encima de la iglesia. Tras un breve vuelo se posó en el campanario. Aterradas corrieron hasta la casa que la familia alquilaba en esas vacaciones y le avisaron a su progenitor, Don Melling, quien salió de inmediato hasta la iglesia a verificar la denuncia. Y (oh, sorpresa) también la vio. El susto y el ataque de nervios de las niñas fue tal que la familia decidió acortar las vacaciones y abandonar el lugar dos días antes de que terminaran oficialmente.
Poco tiempo después, el señor Melling le comentó el acontecimiento a un amigo que a su vez conocía al investigador de cuestiones paranormales Jonathan Downes, entregándole unos bosquejos realizados por sus hijas. Fue así como nació el Owlman para la literatura forteana.
Unos días más tarde, el 3 de julio de 1976, otras dos menores de edad, Sally Chapman y Bárbara Perry, ambas de 14 años, oyeron un fuerte siseo en el bosque donde acampaban, cercanos a la misma iglesia Mawnan. Cuando reconocieron la fuente de dicho sonido quedaron pasmadas.
"Era un gran búho con orejas puntiagudas y grande como un hombre. Tenía los ojos rojos, brillantes y levantó vuelo justo delante nuestro. Recién ahí vimos que tenía dos piernas terminadas en pinzas. Su cuerpo estaba cubierto de plumas grises y su cara era de búho".
Uno de los pocos libros que trata el tema
Veinticuatro horas más tarde, otras dos jovencitas ?Jane Greenwood y su hermana? volvieron a verlo en las inmediaciones de la misma iglesia, de pie entre los árboles costeros y con sus dos patas dobladas hacia atrás, como las aves. Los ojos rojos, las plumas grises y las pinzas de sus patas se repitieron.
A partir de entonces el Hombre-Búho de Cornualles se hizo rogar durante dos largo años, reapareciendo (siempre en el mismo lugar) en junio de 1978. Otra vez fue una joven el supuesto testigo de los hechos. En esta ocasión ?dijo? la criatura había pasado volando.
Finalmente, en agosto del "78, el extraño ser hizo su última aparición antes otras tres chicas francesas.
"Era como un gran pájaro peludo, de boca enorme, ojos rojos y de color blanco. Merodeaba cerca del templo".
Si creemos en la investigación que llevó a cabo Jonathan Downes, se registraron por entonces más de 100 avistamientos. Y no sólo de extraños Hombres Búhos, sino también de ovnis y llamativas luces en el cielo. La hipótesis extraterrestre estaba de moda en aquellos días.
Bosquejos del ser alado visto por las hermanan Melling en abril de 1976 y Sally Chapman en julio del mismo año
Tradicionalmente Inglaterra ha sido la tierra de los fantasmas. Basta con leer un catálogo de las mansiones, abadías, hoteles y castillos encantados que se registran en el país para certificar que el imaginario no se equivoca. Hay espectros para todos los gustos y tantas hipótesis como escritores sobre el tema. Una de ellas le atribuye esa característica al clima húmedo, neblinoso y frío, que tiende a nuclear a los hombres en torno a una chimenea y así acicatear la imaginación. Pero no acordamos con ese determinismo climático, como tampoco estamos de acuerdo en afirmar que Owlman es sólo un Mothman con variaciones. Ni un mero reflejo británico del monstruo yanqui.
El asunto es un poco más complejo y para poder dilucidarlo hay que a ir a la verdadera fuente de la historia. Una olla en la que el propio Hombre Polilla abrevó, aunque retroactivamente: el cine.
Nadie se animaría a decir que Mothman es una prolongación de la trama de una película previa. En caso de hacerlo estaría definitivamente equivocado, porque si bien hay un film inglés que trata el tema de una polilla humanoide gigante, es de fines de 1967 y se estrenó en Estados Unidos dos meses después del desastre del Silver Bridge.[19] En este caso es muy claro que la historia de los periódicos norteamericanos llegó hasta la mesa británica del guionista y no al revés. Y aunque el film de 2002 Las Profecías de Mothman[20]sí influyó muchísimo en la resurrección del mito a principios del siglo XXI (como hemos explicado en un artículo anterior), el cine no está en las simientes del bicho de West Virginia.
En cambio, las irracionales andanzas del Hombre Búho sí tienen sus orígenes en el cine británico. Concretamente en una película estrenada nueve años antes de que la criatura alada apareciera en las cercanía de la iglesia Mawnan, Cornualles.
La película se tituló El Buitre (The Vulture, 1967) y basta con destacar una serie de coincidencias (fácilmente detectables) para observar cómo la leyenda urbana resultó ser una copia fiel de la trama del celuloide; con variaciones obvias, por supuesto.
El Buitre (The Vulture, 1967). Carteleras
Desde la primera escena reconocemos que el escenario del drama es idéntico al sitio en el que Owlman ?años más tarde? se divertiría asustando jovencitas: el condado de Cornualles (Reino Unido).
Seguidamente, una mujer joven (que en el film envejece en una sola noche producto del terror experimentado) transita por un cementerio abandonado contiguo a una iglesia; y es ahí donde se convierte en testigo involuntario de la aparición de un Hombre-Pájaro enorme que, emergiendo de una tumba, se eleva hacia el cielo generando la esperada (y clásica) escena del aterrado grito femenino.
Como se puede observar las coincidencias son imposibles de obviar. Un mismo escenario geográfico, Cornualles. Un idéntico cementerio. La misma iglesia y, en medio de ese contexto, la extraña criatura. No parece pura casualidad. De alguna manera, el film debió influir en la familia Melling ?casi una década después? para que elucubraran la historia del Hombre Búho. Resulta sintomático que le padre (Don Melling) arguyera después de los sucesos denunciados que ya tenía referencias de un monstruo semejante en la región, y que la tradición oral de Cornualles (que visitaba en vacaciones siendo niño) arrastraba sucesos extraños de ese tipo desde hacía años.
Por otro lado, todo indica que El Buitre se nutrió también de las noticias que llegaban desde West Virginia, al otro lado del Atlántico, a partir noviembre de 1966. Las influencias del "Asunto Mothman" son bien claras en dos puntos del film.
El primero es la presencia de un misterioso individuo vestido completamente de oscuro atosigando a la testigo, como supuestamente hacen los Hombres de Negro (MIB, Men In Black). "No se meta con lo sobrenatural", le advierten a la mujer internada tras el susto en un hospital. "Usted vio algo que no debió ver. Debería olvidarlo todo".[21] El segundo es la aparición de un animal mutilado en el cementerio (¿un anuncio del futuro Chupacabras?).[22]
El combo es perfecto. Los ingredientes son los mismos. Y la sospecha de que los rumores yanquis habrían llegado al viejo Imperio Británico, nutriendo la imaginación del guionista, más que fundada.
Sólo en este sentido, y de un modo más que indirecto, podríamos decir que Mothman alimentó el mito del Hombre Búho; pero que los avistamientos de 1976 y 1978 en Cornualles estuvieron influidos directamente por la película británica del "67.
En síntesis, lo que notamos ?tanto en West Virginia como en el antiguo condado inglés? es una retroalimentación de influencias mutuas, en las que la ficción del cine moldea el imaginario social y éste a su vez alimenta otra ficción (los avistamientos) que no es tomada como tal por los aparentes testigos.
Del mismo modo que la película de 2002 protagonizada por Richard Gere (Las Profecías de Mothman) habilitó la creación de un mueso y un festival en Point Pleasant, colocando a la leyenda de Mothman otra vez ante los ojos del público, El Buitre, de 1967, fue un adelanto ?casi literal? de los extraños sucesos que tuvieron a Owlman como actor principal.
El Hombre Polilla logró vencer el paso de tiempo y hoy su historia festeja sus primeros 50 años. El Hombre Búho no tuvo tanta suerte. Tal vez requiera de una remake o de un nuevo film que rescate sus andanzas del olvido para alcanzar el estrellato.
Claro que, en ese caso, Point Pleasant no sólo tendría que competir con Chicago, sino también con Cornualles y la iglesia de Mawnan.
Buenos Aires, Agosto 2017.
Autor:
Fernando Jorge Soto Roland*
Página siguiente |