- Introducción
- Revisión Bibliográfica
- Materiales y Métodos
- Resultados y Discusión
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
Introducción
Una de las adquisiciones más positivas realizadas por el hombre a lo largo de su evolución histórica y cultural es una masa ganadera estable y manejada, que lo surte según su demanda de productos cárnicos y lácteos. Dentro de la masa ganadera el bovino es la especie doméstica de mayor importancia y es cada vez mayor la exigencia de su crianza intensiva.
Esta situación ha traído como consecuencia un aumento de las enfermedades
infectocontagiosas y de las parasitosis clínicas que infieren gravemente sobre los índices productivos. Las enfermedades parasitarias producen pérdidas económicas al afectar la conversión de los alimentos, generando menores ganancias de peso, retardo en el desarrollo, menor producción láctea, canales de menor calidad, posibles decomisos de órganos o canales completas y, en casos graves, incluso muerte de animales (Ehrenfeld, 1976).
Objetivo:
Evaluar la influencia de la infección por Fasciola hepatica en bovinos adultos sobre su estado corporal y la producción láctea.
Revisión Bibliográfica
Fasciolosis Hepatica.
Dentro de las enfermedades que afectan a los animales domésticos de importancia económica, la fasciolosis es una de las más relevantes y frecuentes provocando graves pérdidas económicas para la empresa ganadera, tanto por el decomiso de órganos afectados, muerte de los animales o menor rendimiento productivo de las especies.
La fasciolosis es una enfermedad parasitaria (helmintiasis) causada por dos especies de trematodos digéneos, Fasciola hepatica y Fasciola gigantica, conocidas vulgarmente como duelas del hígado. Los adultos se localizan en la vesícula biliar o en los conductos biliares del hígado.
Afecta a los conductos biliares de rumiantes, cerdos, equinos, conejos y otros herbívoros, así como también al hombre (Urquhart et al., 2001).
Por lo tanto es una enfermedad zoonósica y en comparación con la infección animal, la prevalencia real de esta enfermedad en el hombre es aún desconocida y de difícil diagnóstico. Algunos estudios han demostrado diferencias en la resistencia o sensibilidad a esta parasitosis dependiendo de la especie animal. Es así como se ha descrito que el cerdo, el jabalí, el perro y el gato, montan una rápida respuesta contra el parásito evitando su desarrollo. Otro es el caso de los bovinos, los equinos y el hombre que reaccionan en forma tardía permitiendo su proliferación. Finalmente los ovinos, los caprinos y los bovinos son los más receptivos al parásito (Cordero et al., 2002).
1.1. Etiología:
Taxonómicamente se clasifica al agente causal de la Distomatosis de la siguiente manera:
Phylum: Platyhelminthes.
Clase: Trematodo.
Orden: Digenea.
Familia: Fasciolidae.
Género: Fasciola.
Especie: Fasciola hepatica y Fasciola gigantita.
(Siendo la segunda más grande y de áreas tropicales, mientras que la Fasciola hepatica es más chica y de áreas con condiciones climáticas templadas. En América la única que existe de estas dos especies es Fasciola hepatica). El género Fasciola es de distribución mundial. Vulgarmente se denomina a la Fasciola hepatica con los siguientes nombres: Duela, Saguaipé, Distoma del hígado, Alicuya, Jallo, Callutaca.
1.3. El Hospedero Intermediario.
Los hospederos intermediarios son caracoles pulmonados pertenecientes a la familia Lymnaea (Knapp et al., 1992), Fossaria cubensis (Gutiérrez et al., 2000) y Pseudosuccinea colummella (Cong et al., 1991) en Cuba. Se caracterizan por ser moluscos acuáticos, de agua dulce. El caracol maduro tiene una longitud que oscila entre 8 y 12 mm y algunas veces su tamaño máximo llega hasta 14-15 mm. En la naturaleza podemos encontrar caracoles de diferente tamaño dependiendo de su edad y desarrollo desde 1 a 10 o 12 mm. La concha cónica y puntiaguda es delgada y observada desde la cúspide muestran 4 o 5 espirales, muy marcadas de derecha a izquierda, profundamente gravada y con aspecto de escalera, tomando siempre un color similar al del medio en que se encuentra. La abertura de la concha que existe lateralmente y aparece situada hacia el lado derecho siendo elíptica u oval. El caracol es hermafrodita y pone los huevos en forma de masa envuelta en una cápsula gelatinosa que contiene de 8 a 16 huevos y se le denomina cocón. La puesta de cocones tiene lugar generalmente en el agua, lugares húmedos, pequeñas ramas. La capacidad de reproducción depende de las condiciones ecológicas y de nutrición, se estima que en las condiciones óptimas la producción diaria de huevos es de 40 a 60. El caracol alcanza su madures y empieza a poner los huevos entre 3 y 4 semanas después de su salida del cocón. En general los caracoles prefieren como zonas de cría los terrenos bajos, zonas inundadas; el agua debe ser estancada o con poca corriente, clara y rica en oxigeno. El pH del agua debe ser entre 5 y 9. Prefieren el sustrato más fangoso o de arcilla fina, pero también puede ser arenoso si los caracoles disponen de los alimentos precisos el cual consiste principalmente en algas, polen, plantas en putrefacción y lodo.
Los factores del clima (precipitaciones, temperaturas, topografía) según áreas geográficas tienen una gran influencia sobre las condiciones ecológicas óptimas para el desarrollo de los caracoles. De esta manera es que los biotopos pueden dividirse en permanentes y temporales. Desde el punto de vista epizootiológico los biotopos temporales son más peligrosos que los permanentes; en los últimos existe cierto equilibrio entre la fauna animal y la intensidad de reproducción de los caracoles se limita hasta cierto punto, en los temporales los caracoles encuentran abundante alimento, la reproducción es muy intensa y masiva, además el desarrollo de las formas larvarias de F. Hepática en el caracol es más rápida. En los meses de verano (julio, agosto, septiembre) se observan limitaciones de la reproducción de los caracoles producto de la intensa radiación solar, la temperatura del agua en los biotopos durante el día llega hasta 45-50 grados centígrados; en los meses de octubre, noviembre y diciembre las lluvias son mas continuadas y las temperaturas más favorables para su desarrollo. Las excesivas lluvias imperantes en determinadas partes del año ejercen un efecto negativo por el arrastre de los caracoles, de sus huevos y del sustrato del que se alimentan (Malone et al., 1998).
1.4. Ciclo biológico de la Fasciola hepatica.
El ciclo biológico es complejo e indirecto. O sea, para poder realizar el ciclo la Fasciola hepatica necesita la presencia de hospedadores intermediarios, en este caso se trata de algunos caracoles del género Limnea. En dicho caracol se reproducen algunos de los estadios juveniles del trematodo. Estos caracoles miden entre 0,5 y 1 cm., son de color pardo oscuro y el caparazón tiene de 2 a 5 espirales (Behm et al., 1999).
Los parásitos adultos se ubican en los canalículos biliares de los hospederos definitivos donde producen huevos por autofecundación (Fasciola hepatica es capaz de poner 20.000 huevos/día y para ello debe consumir gran cantidad de sangre del hospedador). Los que son liberados por la bilis y salen al medio ambiente en las heces del animal. Estos huevos son operculados y en su interior desarrollan otro estadío evolutivo, el miracidio. Esto ocurre en un lapso de 9 a 14 días y requiere para ello temperaturas de 22 a 26ºC y una humedad ambiental alta. Cuando la condición ambiental, en particular la temperatura, no es la óptima la evolución es retardada llegando incluso a ser inhibida completamente a una temperatura inferior a 10ºC. Por lo anterior el ciclo queda interrumpido, en el periodo de otoño-invierno donde no se producen nuevas infecciones (Alcaíno, 1989).
Después de su eclosión el miracidio que posee cilios con función locomotriz busca al hospedero intermediario, un caracol anfibio, que en nuestro país corresponde al Lymnaea cubensis. Este también necesita alta humedad y temperaturas, sobre los 10ºC para completar su desarrollo (Knox, 1994).
El miracidio una vez eclosionado busca al caracol y penetra en él a través de la piel, generando en su interior un esporoquiste que produce partenogenéticamente 5 a 8 redias las que en condiciones desfavorables originaran redias hijas y nietas. Si estas encuentran condiciones ambientales apropiadas, originaran cercarias este es el estadio con el cual el parásito abandona al hospedador intermediario (Lymnaea cubensis). Lo notable del ciclo es que por cada miracidio exitoso en alcanzar al caracol salen de 400 a 1000 cercarias. Bajo esta forma de vida alcanza los vegetales que se encuentran a las orillas de ríos, lagos, lagunas. Esto lo logra gracias a la movilidad que le otorga la cola que posee. Una vez que alcanzó la vegetación acuática, la cercaria, pierde la cola y produce una membrana que la recubre, enquistándose sobre las plantas a la espera del hospedador. Este estadio nuevo se denomina metacercarias (Urquhart et al., 2001).
Este último estado es el infectante, el cuál resiste hasta un año con buena humedad y bajas temperaturas (Alcaíno, 1989). Finalmente el ciclo evolutivo dentro del caracol es de aproximadamente 5 a 6 semanas, por lo que por ejemplo en la séptima región la mayor parte de la infección se produciría a fines de octubre y durante el mes de noviembre (Alcaíno et al., 1993).
Por lo tanto el hospedero definitivo se infecta al consumir vegetales contaminados con metacercarias, las que al desenquistarse en el tubo digestivo dejan en libertad fasciolas juveniles. Estas al penetrar la pared intestinal, caen en la cavidad peritoneal y a través de ella migran al hígado. Luego de 3 o 4 días estos estadíos juveniles atraviesan la cápsula de Glisson y migran durante 6 semanas por el parénquima hasta alcanzar finalmente los canalículos biliares donde culmina su desarrollo en aproximadamente 4 semanas. Durante este tiempo las fasciolas alcanzan su madurez sexual y comienzan a producir huevos (Dunn, 1983).
La etapa prepotente de esta infección, es decir, aquel período que transcurre desde que el estadío evolutivo infectante es ingerido hasta que el parásito, una vez maduro sexualmente, comienza a eliminar huevos por las heces, dura aproximadamente 10-12 semanas (Duménigo et al., 2003).
1.5. La Fasciolosis animal y su epidemiología.
Un factor importante de considerar en la epidemiología de la fasciolosis, tiene relación con las principales condicionantes en la producción de metacercarias:
1. Disponibilidad de hábitat adecuado para los caracoles: condiciones adecuadas de temperatura y humedad. Estas condiciones ambientales las encuentra el caracol de preferencia en arroyos y aguas corrientes, y su aparición se producirá en los últimos meses de invierno, para disminuir en marzo comenzando así su fase de hibernación.
2. Temperatura: una temperatura ambiental media igual o superior a 10°C es necesaria tanto para la reproducción de caracoles como para el desarrollo de Fasciola hepatica. Ambos procesos se detienen a temperaturas iguales o menores de 5°C. Esta también es la temperatura mínima para el desarrollo y eclosión de los huevos de Fasciola hepática.
3. Humedad: las condiciones óptimas de humedad, se producen cuando las precipitaciones superan a la transpiración y alcanzan niveles de saturación. Esta condición es también esencial para que los miracidios encuentren a los caracoles y para la dispersión de las cercarias liberadas de estos (Fredes, 2004). Por lo tanto, es en primavera y verano cuando encontramos las condiciones ambientales que permiten su eclosión más rápida.
1.6. Principales tipos de cuadros clínicos:
Fasciolosis aguda: es aquella que se produce por el consumo de gran cantidad de metacercarias, en un corto periodo de tiempo. La migración masiva de fasciolas juveniles a través del parénquima provoca una hepatitis traumática con destrucción celular, hemorragias, anemia y muerte en casos graves. Los estadios más patógenos son los de 6 a 8 semanas, ya que ellos son los responsables de la gran destrucción del parénquima hepático y debido a ella de la abundante hemorragia (Soulsby, 2000). Este cuadro se produce fundamentalmente en la especie ovina, es de curso rápido y puede llegar a la muerte del animal aproximadamente a los 12 días después de la aparición de los primeros síntomas (Quiroz, 2005). Esta forma clínica es imposible de diagnosticar por exámenes coproparasitarios, ya que los estadios juveniles no producen huevos (etapa prepotente de la infección) (Alcaíno, 1989).
Fasciolosis crónica: es la forma clínica menos severa, pero la más común de esta parasitosis, y se produce por el consumo de pastos leve o moderadamente contaminados en un período largo de tiempo. Esto permite que el animal reaccione y resista a la infección. Los parásitos se establecen en los canalículos biliares produciendo un engrosamiento, fibrosis y obstrucción de ellos (etapa patente de la infección). En esta ubicación el verme en un estado maduro, elimina huevos por la bilis los que aparecerán en las heces, lo cual permite realizar el diagnóstico coprológico para los individuos que presenten un cuadro crónico.
La anemia generalmente es intensa y las mucosas aparecen extremadamente pálidas. Aunque pueden producirse muertes, muchas solamente presentan una baja productividad cuando la carga parasitaria es baja o cuando disponen de una alimentación adecuada. En ocasiones que los animales mueren por otras causas pueden presentar fasciolosis crónica (Barriga, 2002).
1.7. Síntomas clínicos en animales:
Los síntomas de la fasciolosis están siempre asociados a la dosis infecciosa (cantidad de metacercarias ingeridas). En las ovejas, el hospedador definitivo más común, los síndromes clínicos se dividen en cuatro tipos según (Dubinský, 1993).
1) Fasciolosis aguda de tipo I: Dosis infecciosa superior a 5.000 metacercarias ingeridas. Las ovejas mueren súbitamente sin síntomas previos, a lo sumo debilidad. Ascitis, hemorragia abdominal, ictericia, palidez de las membranas.
2) Fasciolosis aguda de tipo II: Dosis infecciosa entre 1.000 y 5.000 metacercarias ingeridas. Como en el caso anterior, las ovejas mueren, pero muestran antes muestran palidez, deterioro físico y ascitis.
3) Fasciolosis subaguda: Dosis infecciosa entre 800 y 1.000 metacercarias ingeridas. Las ovejas muestran letargia, anemia y pueden morir. En síntoma característico es la pérdida de peso.
4) Fasciolosis crónica: Dosis infecciosa entre 200 y 800 metacercarias ingeridas. Asintomático o gradual pérdida de peso, ascitis (edema ventral) y emaciación.
1.8. Tratamiento:
Se usan numerosos fármacos para el control de la fasciolosis en animales, que difieren en su eficacia, modo de acción, precio y viabilidad; se denominan fasciolicidas y se clasifican en cinco grupos principales: (Fair-weather et al., 1999).
* Fenoles halogenados: Bitionol (Bitin), Hexaclorofeno (Bilevon), Nitroxinil (Trodax).
* Salicilanilidas: Closantel (Flukiver, Supaverm), Rafoxanida (Flukanide, Ranizole).
* Benzimidazoles: Triclabendazol (Fasinex), Albendazol (Vermitan, Valbazen), Mebendazol (Telmin), Luxabendazol (Fluxacur).
* Sulfonamidas: Clorsulon (Ivomec Plus).
* Fenoxialcanos: Diamphenetide (Coriban).
* Prazicuantel.
Hexaclorofeno: 11grs / 50 Kg de peso corporal y debe de administrarse con 12 hrs. de ayuno.
Nitroxinil: 10 mg / por Kg de peso corporal en inyección sub-cutánea.
El triclabendazol se considera el mejor fármaco dada su alta eficacia tanto contra las duelas adultas como frente a las juveniles. Se usa en el control de la fasciolosis en muchos países. No obstante, su uso continuado durante muchos años ha causado la aparición de cepas de Fasciola hepática resistentes; los primeros casos se dieron en Australia, (Overend et al., 1995), más tarde en Irlanda (O"Brien, 1998) y Escocia (Mitchell et al., 1998) y más recientemente en Holanda (Moll et al., 2000).
Como consecuencia de ello, se está trabajando en el desarrollo de nuevos fármacos. Recientemente, se ha probado con éxito, tanto en ganado infectado de modo natural como experimental, un nuevo fasciolicidas en México; se llama "compuesto alfa" y es químicamente muy similar al triclabendazol (Ibarra et al., 2004).
1.9. Control:
Existen alternativas de lucha contra la enfermedad y otra Farmacológica:
Los medicamentos fasciolicidas pertenecen a un grupo diverso atendiendo a su estructura y modo de acción. Ellos tienen una actividad variable contra los estados parasíticos de Fasciola hepatica y tienen diferencias notables en la toxicidad (Quintín et al., 1994). No todos los fasciolicidas tienen actividad contra la fase joven y adulta del parásito.
El triclabendazol es una droga efectiva contra todos los estados del parásito, el costo del tratamiento con este fasciolicidas es una barrera para su amplia adopción por productores rurales en países en desarrollo. Además la resistencia al Triclabendazol ha sido reportada en ovejas infectadas con Fasciola hepatica (Overend et al., 1995) sugiriendo que la eficacia de esta droga puede eventualmente estar comprometida por la selección de parásitos resistentes en el campo.
Además el diagnóstico de la fasciolosis se puede controlar por el establecimiento de métodos directos, mediante la búsqueda del parásito o sus huevos en las heces o bilis obtenida por sondeo duodenal. Lamentablemente este método no es 100% eficaz ya que no detecta formas prepotentes de infección, es decir cuando el parásito aún no alcanza su madurez sexual. Además, su uso es limitado en hospederos infectados con pocas fasciolas o que se encuentran en período de invasión.
En la actualidad la prueba de ELISA es una de las herramientas diagnósticas más empleadas y aplicable a gran escala, cuya sensibilidad y especificidad depende de la fuente del antígeno utilizado. Es así como el uso de esta técnica permite un diagnóstico más temprano de esta parasitosis, al detectar estados juveniles del parásito y con ello realizar la aplicación de tratamientos en forma temprana y oportuna.
Materiales y Métodos
El presente trabajo se realizó entre los meses de Noviembre del 2011 y Marzo del 2012, para ellos se tomaron muestras de 40 bovinos adultos procedentes de dos Vaquerías en una Empresa Pecuaria. Las muestras de fecas fueron tomadas del recto de los animales en horario de la tarde. El método empleado para el diagnóstico fue Sedimentación-Decantación.
El estado corporal de todos los animales se determinó según Valdez (2005). Además se realizó una valoración económica de las pérdidas en la producción láctea con respecto a esta parasitosis.
Se realizó un rastreo por las áreas de pastoreo de los animales en estudio en los que se evidenciaron cinco biotopos, consistentes en uno permanente y cuatro de curso temporal. Todos estos datos fueron procesados por el paquete estadístico STATGRAPHICS Plus 5.1 sobre Windows 2003 y World versión 2003.
Resultados y Discusión
Como podemos apreciar en la Tabla 1 y 2 hay presencia de animales adultos con infestación a Fasciola hepatica coincidiendo con (Moriena et al., 2001) la mayor prevalencia de "fasciolosis" se registra en bovinos adultos antes que en jóvenes.
Tabla 1: Resultados de los animales investigados a Fasciola hepatica en la Vaquería A:
Estado Corporal | Razas | Positivo | Negativo |
Bien | M x S | 6 | 5 |
Regular | M x C | 1 | 3 |
Mal | M x C | 5 | 0 |
Tabla 2: Resultados de los animales investigados a Fasciola hepatica en la Vaquería B:
Estado Corporal | Razas | Positivo | Negativo |
Bien | M x C | 0 | 10 |
Regular | Holstein–Cebú | 3 | 4 |
Mal | M x S | 2 | 1 |
Se atribuye la presencia de esta parasitosis en el estudio realizado a las inadecuadas condiciones de manejo a que están sometidos los animales ya que solamente la unidad cuenta con 2 cuartones para el pastoreo de la masa por lo que coincidimos con (Szott et al., 2001) el que plantea que esto se debe, principalmente, a factores de manejo como el uso de químicos (herbicidas, fungicidas y fertilizantes) a la carga animal inadecuada (sobrepastoreo); lo cual provoca: pérdida de cobertura vegetal, reducción de la fertilidad del suelo, incremento de la erosión, compactación del suelo y desertificación.
Tabla 3: Resultado coprológicos a Fasciola hepatica por unidades (%).
Figura 1: Comportamiento de la frecuencia de Fasciola hepatica en las Vaquerías B y A
Tabla 4: Correlación entre los resultados obtenidos a Fasciola hepatica y la condición corporal de los animales.
Resultados coprológicos | Bien | Mal | Regular | Total de muestras | |
Positivo | 6 | 3 | 8 | 17 | |
15.00% | 7.50% | 20.00% | 42.50% | ||
Negativo | 15 | 1 | 7 | 23 | |
37.50% | 2.50% | 17.50% | 57.50% | ||
Total de muestras por columna | 21 | 4 | 15 | 40 | |
52.50% | 10.00% | 37.50% | 100.00% |
Figura 2: Correlación entre los resultados coprológicos a Fasciola hepatica y la condición corporal.
Como indican la Tabla 3 y la figura 2 existe una relación en gran medida en cuanto a condición corporal y la infestación de Fasciola hepatica. Aunado a lo anterior es importante enfatizar que en esta enfermedad, el órgano afectado es el hígado, que es primordial para la mayoría de las funciones vitales del animal, por lo que, cuando hay Fasciola hepatica, se agrava el estado de desnutrición trayendo como consecuencia final la muerte. Igualmente en este sentido (Encinas et al., 1989) refleja en su estudio que la fasciolosis es producida por Fasciola hepatica afecta varias especies animales, en los que ocasiona cuantiosas pérdidas económicas en forma directa cuando mueren jóvenes e indirectas por ocasionar baja producción de carne y leche, deficiente conversión alimentaria que causa disminución del crecimiento, baja fertilidad y descomiso de hígados en forma parcial o total en los rastros o mataderos.
Análisis Económico:
La ganadería mundial reporta grandes pérdidas por los daños que ocasiona esta parasitosis, teniendo en la actualidad gran importancia epidemiológica y zootécnica perfectamente estudiada y documentada donde se demuestra la importancia en cuanto al impacto producido por esta, sobre todo en el ganado bovino, ovino-caprino, reportándose cifras de 250 millones de ovinos y 300 millones de bovinos potencialmente infestados por esta entidad (Serrano, 2001).
1. Estas pérdidas se basan fundamentalmente en:
Baja producción y calidad de la leche, pudiéndose ver afectado entre un 20 y 30%.
2. Bajas tasas de crecimiento y mala conversión alimenticia siendo las pérdidas entre un 30 y 50%.
3. Trastornos reproductivos.
4. Alta mortalidad que se llega a presentar en invasiones masivas en organismos jóvenes.
5. Decomiso de hígados llega en algunas zonas a ser del 70%.
Cuba tiene uno de los problemas más emergentes a resolver el control de la Fasciolosis en la ganadería bovina debido a que estadísticamente se ha demostrado que el 35% de las pérdidas en el ganado adulto está ocasionado por la Fasciola hepatica. Además debemos señalar que son sumamente mayores las pérdidas aun sin contabilizar teniendo en cuenta lo relacionado con la afectación de la producción de leche y conversión en carne al que nos referíamos anteriormente (Brito, 2006).
Para calcular las pérdidas se tomó como base de datos el total de litros de leche, por meses del año 2011 de la masa susceptible, teniendo en cuenta las vacas que estaban en ordeño, la muestra representa el 100% de los animales afectados.
Económicamente:
43159 x 2.40 = $ 103581.6 esto es lo que obtiene con una pérdida de un 30% por la infestación.
56106.7 x 2.40 = $ 134656.08 si los animales no estuviesen infestados por la parasitosis.
$134656.08 – $103581.6 = $31074.48 esta es la cifra que la unidad perdió por la parasitosis existente.
Conclusiones
1) Un 42.50 % del total de las muestras analizadas resultaron positivas a Fasciola hepatica en las unidades estudiadas.
2) La correlación entre el estado corporal y la presencia de Fasciola hepatica resultó ser mayor en la Vaquería 10.
3) La prevención y control de estas parasitosis resultó ser deficiente en los animales de las vaquerías investigadas.
4) Las pérdidas económicas por disminución de la producción de leche en el parámetro evaluado son sumamente elevadas al ser de $31074.48 por año.
Recomendaciones
1) Aplicación de tratamientos fascoiolicidas efectivos para la erradicación de esta parasitosis conjuntamente con estrategias de lucha y control sobre los Biotopos.
2) Incrementar las acciones para un manejo óptimo de la masa que se revierta en un mejor desarrollo de los animales y los índices bioproductivos.
3) Proporcionar a los directivos de la Empresa este análisis, para que reflexionen acerca de la necesidad de dar un giro total en el enfrentamiento a esta parasitosis.
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