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Murrup: el pueblo de la iguana (desierto costero de Lambayeque, Perú)

Enviado por José Gómez Cumpa


    1. Configuración espacial y ecología
    2. Una larga transición demográfica
    3. Fuentes y bibliografía

    La costa norte peruana es un espacio poco estudiado desde el punto de vista histórico. En los últimos años se está estudiando, desde el punto de vista arqueológico, el florecimiento de la cultura Sicán, cuyas expresiones monumentales más importantes se ubican en Sipán, Batangrande y Túcume, y que se desarrolló entre los años 700 a 1350 D.C. Sin embargo, la costa norte no ha sido testigo solamente del florecimiento de esta importante cultura regional. Al norte y al sur de el espacio Sicán o Lambayeque, se desarrolló un archipiélago cultural de reinos y señoríos que han interactuado ampliamente a través de migraciones que han quedado registradas como leyendas o mitos recogidas en diversos documentos coloniales, y en la tradición oral.

    Por otro lado, se ha enfatizado mucho el carácter agrícola de los pueblos y culturas de la costa norte. Mórrope tradicionalmente ha sido un pueblo del desierto, dedicado a la pesca, y al comercio de sal y pescado: la agricultura no ha sido nunca un eje de su actividad económica. Aún en la actualidad, a pesar de los estereotipos existentes por tener una comunidad campesina, tampoco tiene hegemonía esta actividad, siendo más bien minera (yeso y sal), y una reserva de fuerza de trabajo agrícola para la región.

    Por estas razones, creemos que es importante estudiar las condiciones en las cuales se ha desarrollado una cultura muy peculiar en el desierto norteño, donde las condiciones de vida son radicalmente distintas a los valles de Lambayeque y la Leche, sedes del señorío Sicán o Lambayeque, de los cuales Mórrope fue un pueblo tributario, pero marginal, como lo fue también en la época colonial. Esta singular cultura sobrevivió a la dominación de las culturas sicán, chimú, inca, española, y acutualmente la republicana. Sin embargo, el impacto de la modernidad, a través de las comunicaciones, está haciendo desaparecer rasgos muy importantes de esta cultura, especialmente en las dos últimas generaciones.

    En esta trabajo intentamos una visión global del proceso histórico de Mórrope. Iniciamos con un primer apartado el análisis de los aspectos ecológicos, que son muy importantes para entender el proceso histórico cultural de este desarrollo cultural. Luego, continuamos con la evolución demográfica, para lo cual recurrimos a los diversos testimonios documentales que nos han sido accesibles; lamentablemente no hemos podido estudiar los libros parroquiales, ahora en proceso de restauración por el concejo distrital de Mórrope.

    El siguiente apartado corresponde a los aspectos de historia social propiamente dicha, usando del mismo modo las fuentes accesibles de los archivos de Lambayeque, Trujillo y Lima, aunque hay que reconocer que se trata de una exploración preliminar. Culminamos con un apartado en que se resumen apreciaciones sobre los aspectos propiamente culturales de Mórrope. Reconocemos el carácter preliminar de una de los apartados de este artículo. Sin embargo, consideramos que ya representan un nivel de avance en la comprensión de una problemática sumamente compleja.

    1. CONFIGURACION ESPACIAL Y ECOLOGIA

    Mórrope está ubicado en la costa norte del Departamento de Lambayeque, perteneciendo a éste como distrito. Forma parte del desierto de Sechura, que en conjunto tiene 14,000 kilómetros cuadrados de extensión. Este desierto es parte del desierto occidental más grande del mundo (desde Atacama, hasta la parte septentrional de la costa peruana: 3,700 kilómetros) (Petersen 1975).

    Iglesia de Mórrope, cuadro de Carlos O'Higgins Guimoye

    Mórrope está ubicado en el Departamento de Lambayeque, en la parte baja de los valles Chancay y La Leche, a unos 36 kilómetros de la ciudad de Chiclayo, en la ruta de la llamada carretera Panamericana nueva, entre las ciudades de Lambayeque y Piura (ruta Bayóvar). En el Mapa 1, se ofrece una visión resumida del componente forestal de Lambayeque, en que puede ubicarse al distrito de Mórrope. La extensión territorial de Mórrope es de 1,041.66 Kms2, representando el 11.1% de la superficie de la provincia de Lambayeque y el 7.2% de la superficie del departamento de Lambayeque (ver Mapa 2).

    Como en el resto de la costa norte lambayecana, se da una extrema aridez. Sólo se pueden identificar variaciones climáticas alrededor de la temperatura: estación cálida-seca con temperaturas sofocantes hasta 29 ºC y 31ºC (octubre a mayo), y la media estación que llega a bajar hasta 16ºC (junio a setiembre), con los extremos más fríos de julio a agosto. Este elemento es muy importante para el calendario agrícola y la vida cotidiana de los morropanos, que así ordenan sus cultivos, de acuerdo a dos bloques: cultivos de "verano" y de "invierno".

    A despecho de la imagen que puede sugerir al mundo urbano una comunidad campesina como Mórrope, en este caso se trata de una comunidad con características especiales, lo que puede evidenciarse si tenemos en cuenta algunos indicadores como son los referidos a las características ambientales.

    En Mórrope el hombre se ha adaptado con muchas dificultades a un medio sumamente pobre de recursos inmediatamente explotables (Collin-Delavaud 1984: 271).

    En este territorio de Mórrope, existen varias formaciones o ambientes naturales de los identificados por Koepcke: vegetación escasa o nula (desierto), vegetación discontinua (semidesierto, terrenos cultivados) y bosques secos (Koepcke 1953).

    La escasa área agrícola de Mórrope es regada actualmente por el norte por el río La Leche, a través del canal San Isidro. También recibe aguas del Chancay a través del Taimi (desde los años 1920), por el canal Túcume, que riega los subsectores de Mórrope y Sasape. En la parte sur recibe agua del Chancay, a través de los canales San José y San Romualdo, en el subsector Lambayeque. También utiliza aguas subterráneas, aunque con niveles tecnológicos atrasados. Es de indicar que la presencia de estos canales sólo beneficia a reducidas extensiones de tierras, siendo la inmensa mayoría sin riego.

    No existe un estudio ecológico o de suelos sobre nuestra área de estudios. Sin embargo. Sin embargo, existe una una clasificación convencional de los tipos de uso del suelo, según la cual sólo el 1.87% de los suelos son de uso agrícola, con un total de 8,069 Hás. La mayor extensión del territorio comunal es de tierras eriazas, con 244,150 Hás., dando un 56.62% del total. El área forestal es de 193,158 Hás., con el 28.75%; mientras que el área minera es de 55,057 Hás., representando el 12..76%.

    El área forestal corresponde al 28.75% del total del territorio comunal. Existe un Mapa e Inventario Forestal de Lambayeque (Gonzáles, et al. 1993), sin embargo, este importante estudio sólo hace una evaluación a nivel global departamental, pero no nos proporciona la clasificación forestal detallada a nivel de distrito, lo cual nos impide diferenciar los tipos de bosque existentes en Mórrope, así como comparar con los datos que nos proporciona el estudio realizado por la comunidad campesina San Pedro de Mórrope.

    Sin embargo, podemos decir que predomina el bosque seco ralo de llanura y en establecimiento (regeneración natural por el Fenómeno del Niño de 1983, especialmente). Weberbauer 1929 y Koepke 1953, elaboran una clasificaciones atingentes a la vegetación, y ONERN (1982) elabora una clasificación moderna de las tierras del Perú, en la que se señala para Lambayeque que tiene áreas de cultivo el 19.66%, áreas de pastos el 16.01%, de producción forestal (sic) el 4%, y de protección el 60.33%., con un total de 1’373,690 Hás. Asimismo este estudio indica que las cuencas de Motupe – La Leche (donde se halla Mórrope) tienen un total de 388,200 Hás., de las cuales serían de producción forestal el 7.32%, de protección el 55.59%, de pastos el 24.93%, y de cultivos en limpio del orden del 12.16%. En "intercuencas" de Olmos – Motupe – La Leche señala este estudio que el 8.8% corresponde a pastos, y el 91.3% corresponde a áreas de protección.

    Vale la pena, por su relevancia para la ecología y la historia de la costa norte, hacer una breve referencia sobre el Fenómeno de El Niño. Al parecer, sucesos y gran parte de la cronología del norte del Perú está muy vinculada a la recurrencia de este fenómeno cíclico natural. El Fenómeno de El Niño es la razón de todas las crecidas más extremas, debido a la alta pluviosidad que produce ese fenómeno oceánico-meteorológico. La recurrencia del Fenómeno de El Niño no se da con una periodicidad, orientación, ni intensidad uniformes. Ello da como consecuencia que en las cuencas de la costa norte del Perú, se den diferentes efectos ante este Fenómeno, cualquiera sea su intensidad. La presencia de la corriente de El Niño nos proporciona un elemento importante para la explicación de desplazamientos de la población, ya que la ausencia de esta corrienete, y al producirse un desecamiento progresivo de los oasis costeros, provocan abandono de pueblos de la costa (Caviedes y Waylen 1987: 18-19). Nosotros apuntaríamos adicionalmente que, probablemente, está este fenómeno en migraciones, de repente tan importantes como las de Naymlap, o los antiguos morropanos

    Para el caso de Lambayeque diversos testimonios arqueológicos y de la tradición oral señalan la importancia del fenómeno de El Niño en la formación de los núcleos poblacionales: la leyenda de Naymlap, los desplazamientos de los ejes de control urbano de Batan Grande a Túcume, parecen estar asociados al fenómeno de El Niño: asimismo en el caso de Mórrope, la llegada original al área de Mórrope desde el sitio de Félam parece estar asociado a estas disturbaciones ecológicas.

    Por otro lado, la recurrencia cíclica del Fenómeno de El Niño ha permitido la existencia de los bosques secos, característica de las áreas intercuencas, donde no existe agua superficial más que en épocas de las grandes avenidas por lluvias abundantes en la sierra, o por las lluvias abundantes que son expresión más acusada de este fenómeno ecológico.

    Es decir, hay varios elementos asociados a las características ambientales de nuestra área de estudio: predominancia del desierto, matizado por bosques secos, climatología caracterizada por la sequedad extrema y temperaturas medias entre 21º C a 23º C (Petersen 1975: 136). Por otro lado, hay un elemento cultural nuevo, evidente en los últimos dos siglos, especialmente, aunque ya se presentaba en la época colonial: La enorme depredación de los bosques secos, y en general la reconversión ecológica que ha significado los cambios de los cultivos y sistemas tradicionales de agricultura, que se vienen dando desde la instalación colonial. En general, en Lambayeque.

    Por ejemplo, a comienzos de este siglo, se explicaba la decadencia de la producción apícola de Lambayeque habida entre 1894 y 1908, por la reducción de árboles melíferos, fenómeno vinculado a la expansión de los cultivos de caña de azúcar y arroz (Palacios 1908: 80). A la actualidad, prácticamente ya se ha eliminado virtualmente los bosques densos, antiguamente existentes en las enormes áreas de Mórrope.

    Carlos J. Bachmann en 1921 señalaba que en la entonces hacienda Sasape, uno de los negocios principales era la leña de algarrobo (Bachmann 1921: 196); asimismo Ricardo Miranda en su clásica monografía mencionaba que hacia 1925 si bien existían amplios bosques de algarrobales, se cortaba leña en gran cantidad (Miranda 1927: 219) lo que cubría la demanda de las máquinas a vapor de las redes ferroviarias y los vapores que traficaban por los puertos de Lambayeque, desde mediados del siglo XIX, con la introducción de esta novedad tecnológica en Lambayeque.

    En 1935 Augusto León y Rómulo Paredes indicaban que en el departamento de Lambayeque, apenas existían, "como flores de recuerdo, y a manera de muestrario, algunos pequeños algarrobales" (Cf. León y Paredes 1935: 196-203). Los recursos naturales son fuente tradicional de alimentos. Por ejemplo, desde la época prehispánica se utilizaba el fruto del algarrobo (vainas), de las que se hacía harina, pan y una especie de mazamorra llamada yupisin (Gonzales de Cuenca 1976: 151).

    Como señala el ecólogo Antonio Bragg-Egg, el hombre ha actuado negativamente sobre su medio ambiente en estos espacios, con la tala de los bosques, lo que ha ocasionado la expansión de los desiertos, lo que redunda negativamente en las condiciones y en la calidad de vida de los morropanos. Hay que tener en cuenta que el avance de la desertificación no es sólo la tala de árboles para tráfico de leña y carbón, sino también por las malas prácticas agrícolas y de riego, así como el excesivo Número y mal manejo del ganado vacuno, equino y caprino. Todo ello ha provocado la extinción de la flora y fauna nativas (Bragg-Egg 1977: 232-3). Las continuas leyes y reglamentaciones que se vienen dando hasta últimamente no han tenido efectos aún en la morigeración de la depredación de los bosques de Lambayeque.

    En este sentido, la desertificación es un proceso que se viene dando aceleradamente no sólo en Mórrope, sino en todo el departamento de Lambayeque. Este proceso puede definirse como de una degradación en gran escala, que involucra cambios en los ecosistemas, desde una mayor a una menor productividad y estabilidad. En este proceso, las condiciones ambientales desérticas se extienden fuera de los límites de los desiertos, o se intensifican en sus dominios, como resultado de una interacción compleja entre plantas, animales, terreno y clima. Este proceso tiene lugar no sólo en regiones áridas y semiáridas, sino también en sus márgenes subhúmedos, es decir en las denominadas áreas agrícolas y forestales por el impacto combinado de las actividades humanas y las sequías que constituyen un fenómeno recurrente en esta áreas. En este sentido, en Mórrope, según los testimonios de los viejos habitantes, se da una fuerte reducción del "monte" en el último siglo: en la actualidad sólo hay algunos bosquetes aislados entre los caseríos, y la expansión artificial y vana de las áreas agrícolas no han traído sino ampliación de las áreas de bosques ralos y nuevas áreas eriazas. Es de señalar que la desertificación, a través de la brusca disminución de la productividad del ecosistema, afecta en forma grave y a veces con caracteres de catástrofe a las poblaciones que de él dependen y que en muchos casos viven a nivel de bajo del mínimo para subsistir incluso en años mejores (Cf. Naciones Unidas 1978 y Schneider 1980: 24).

    El área denominada "eriaza", en el estudio de la comunidad campesina de Mórrope, cubre la inmensa mayoría de su territorio. Es un desierto árido, cargado de sales, que le impiden tener potencialidades productivas agrícolas, y provocan un excesivo calor. Cuando eventualmente hay agua por las lluvias, ésta se pierde aunque crezcan los ríos, por la fuerte evaporación debido al excesivo calor. Hay dos tipos de desiertos en Mórrope: de arena, hacia el lado sur-oeste; y de arcilla, yeso y sal hacia el centro-oeste y nor-oeste.

    En los desiertos de arena hay cierta cobertura vegetal, dada la presencia de agua (aunque escasa). La vegetación que se presenta es de: algarrobo, sapote, huarango, bichayo; y una fauna de ratones, lagartijas, escorpiones, zorros y zorrinos.

    Mientras tanto el desierto de arcilla, yeso y sal, presenta muy poca o ninguna vegetación. Se formaron por la presencia del mar, ocasionalmente, cuando inunda el desierto, y al evaporarse deja capas de sal (Bragg-Egg 1977: 202 y ss.).

    Las minas de yeso, y las minas de sal, que se encuentran contiguas, en 55,057 Hás. de yacimientos mineros no metálicos ubicados a 35 Km. del pueblo de Mórrope. El yeso se presenta intercalado con calizas, pizarras rojas, areniscas, arcilla, potasa, azufre y sal de gema. Se dice que el mineral de yeso es de excelente calidad, con un alto grado de pureza (entre el 98.27% y 99.46%). Siendo su explotación sin uso técnico, se desperdicia grandes volúmenes. El potencial de recursos yeseros es de 70 millones toneladas métricas. Asimismo las minas de sal significan fuente de trabajo y de recursos para los habitantes de Mórrope.

    2. Una larga transición demográfica

    Los datos demográficos más antiguos con que contamos son los del padre Justo Modesto Ruviños y Andrade, quien menciona que en el año 1125 se dió una primigenia migración desde Félam, a la zona de Pacora-Mórrope de una población de pescadores – salineros que estaban insertados en un flujo comercial entre el norte (actual Piura) con los reinos costeños de Lambayeque. Esta primera migración se debió probablemenete a los efectos de la corriente El Niño, y coincide con otras migraciones fundacionales como las de Pacatnamú y de Naymlap (Cf. Calancha y Cabello).

    El mismo Ruviños nos proporciona datos de la población de Mórrope y Pacora en el año 1536 de 697 y 1839 personas respectivamente, conforme a un censo hecho por el cura Josef Antonio de Araujo. Catorce años después, según una numeración hecha por el cura Diego de Avendaño, en 1548, habían 1930 personas en Mórrope y 914 en Pacora.

    Vemos que casi se triplicó en este periodo la población de Mórrope, y se redujo a la mitad la de Pacora. La causa es, según la explicación del mismo Ruviños, que las dos parcialidades más grandes de Pacora se trasladaron a Mórrope, por desavenencias religiosas. Asimismo, a mediados del siglo XVI hubo un traslado importante de población de Eten, que estaban "mal contentas con su cacique" (Ruviños 1936: 298-300).

    Otra información de interés demográfico y cultural es el de la presencia, al parecer clandestina, de los

    "…yndios serranos, que eran los maestros incorregibles de [las]…supersticiones y brujerías…".

    Estos brujos (quizá sacerdotes de los antiguos cultos de la región) fueron desterrados a perpetuidad del curato de Mórrope y Pacora por el cura Lucas Manuel Centeno, en noviembre de 1586; pero el virrey Marqués de Salinas a su paso por esta región, anuló el decreto del cura Salinas y

    "dio licencia para que los serranos volviesen a residir entre los yndios yungas…" (Ruviños 1936: 303-4)

    Estas breves informaciones nos permiten atisbar, en pequeño, algunas características de la movilidad de los grupos étnicos de esta región, la enorme complejidad de los intercambios culturales desde antiguo en este espacio, así como el interés de la administración colonial de ordenarla, con fines de control religioso y tributario.

    En la Visita de Gregorio Gonzales de Cuenca (1566-1567), se dió la reestructuración definitiva de los poblados indígenas de Lambayeque. En los diversos documentos de la visita, como en peticiones y mandatos generados alrededor de ella, observamos frecuentes decisiones alrededor de: tributación, ocupaciones y desplazamientos de centros poblados indígenas, generalmente a solicitud de los principales o mandones locales, para asegurar el control religioso y tributario de la población.

    No tenemos datos precisos de los efectos de la catástrofe demográfica del siglo XVI en Mórrope. Faltaría hacer un estudio de los documentos que quedan de los archivos parroquiales, para tener una idea de la evolución demográfica colonial.

    La impresión que tenemos es que hubo una relativa estabilidad de la población de Mórrope en el largo plazo. La dureza de las condiciones de vida en el desierto, la escasez de agua sempiterna, las exigencias tributarias coloniales no eran condiciones precisamente favorables el crecimiento problacional en el período colonial.

    En los años setenta del siglo XVIII, con la visita del Obispo Martínez Compañón, disponemos de información básica de la situación de la población en el norte. Hacia 1772, Mórrope tenía una composición étnica casi exclusivamente indígena, a excepción del cura y 4 españoles, probablemente vinculados a éste.

    Asimismo se observa una muy reducida proporción de población mixta. Todo ello difiere mucho de los otros pueblos vecinos, como Jayanca, muy reducido demográficamente, después de haber sido en la época prehispánica un núcleo poblacional y político muy importante, una reducida población correspondiente a casi la mitad de la de Mórrope. Asimismo, llama la atención el escaso volumen de población negra, frente a los grandes volúmenes y proporciones en los distritos vecinos; mientras en Mórrope es sólo el 0.9%, en Jayanca los negros representan el 11.7% de la población total; y en Lambayeque los negros vienen a ser el 7.4% de la población total. Mientras que Chiclayo, pueblo eminentemente indígena, no presenta población negra esclava, pero sí notables volúmenes de población mestiza (mixta) y mulata (parda), en 14.3% y 10.3%, respectivamente. Todo lo cual da una configuración social y racial muy particular y diferenciada a cada uno de los pueblos mencionados (ver el cuadro anterior).

    Desde este censo del siglo XVIII, hasta el censo de 1876, observamos notables cambios en la configuración de la población, especialmente en lo que respecta al crecimiento de la población indígena que casi se duplica, fenómeno que se da también en los otras castas o razas, como puede apreciarse en el cuadro siguiente.

    CUADRO NUMERO 2: POBLACION DE MÓRROPE POR RAZAS, 1772 Y 1876

    RAZA

    1,772

    1,876

    BLANCOS

    5

    12

    INDIOS

    1,317

    2,229

    MIXTOS

    67

    157

    PARDOS

    0

    0

    NEGROS

    13

    37

    CHINOS

    0

    0

    TOTAL

    1,402

    4,908

    FUENTES: Elaborado de Cuadro anterior y Censo de 1876.

    Sobre los aspectos metodológicos de la clasificación urbano-rural, así como las categorías raciales – en realidad categorías sociales según George Kubler. Habían, en la época colonial, docenas de categorías (social-raciales). El problema respecto a los censos, es que hay que saber interpretarlos. Es necesario comprender que quieren decir los términos empleados, y sus significados, según Kubler son muy variables. En la época colonial, y en el siglo XIX, la definición de indio es la del recaudador de impuestos, ya que estamos hablando de un indio tributario, sustentador de gran parte de los ingresos fiscales (Kubler 1952).

    En el caso de Mórrope, el incremento de la población indígena implica crecimiento de población tributaria. En cualquier caso, es evidente la recuperación muy importante de la población en Mórrope en el siglo XIX: se multiplica a más del 300 por ciento en un siglo.

    Desde el censo de 1876, ya contamos con información más o menos sistemática sobre el crecimiento de la población. A partir del análisis de los resultados censales de 1876, 1940, 1961, 1972, 1981 y 1993, podemos tener una visión del crecimiento de la población en Mórrope, en los ámbitos urbano, rural y en el total.

    La información censal nos ofrece desde 1940 un fuerte incremento de la población en todas las áreas, a pesar que es mucho más significativo en la zona rural. En el período 1876 a 1940, sin embargo, se da una relativa estabilidad, aunque hay algo notable: la mayoría de población estaba calificada como urbana. El incremento de la población rural es un fenómeno del siglo XX.

    Por otro lado, observamos que en relación con la provincia de Lambayeque, la tasa de crecimiento de Mórrope ha tenido un incremento sostenido desde 1876 a 1972: 0,59% anual entre 1876 a 1940; 2,0% entre 1940 a 1961; 3,15% entre 1972 a 1981 y 3,53% entre 1981 a 1993. La tasa de crecimiento intercensal entre 1940 a 1993 es de 2,31% anual, bastante alta, si tenemos en cuenta que a nivel nacional en el mismo período es de 2,09%. Esto contradice la tendencia observada en la provincia de Lambayeque, donde la tasa de crecimiento promedio anual en el período 1940-1993 fue de 1,61%.

    Por otro lado, en el lapso 1876 a 1993, observamos que ha habido comportamientos diferenciados de la población, ya sea por sector urbano o rural, o por sexo, en las tasas de crecimiento. La información censal nos permite observar tasas diferenciadas de crecimiento por los diferentes periodos intercensales, por residencia y sexo. Así, en el periodo 1876-1940 se dio un decrecimiento de la poblacion urbana del orden de casi el -2% promedio anual. Lo que también se puede observar en este gráfico es que en el periodo de 1961-1972 y de 1972-1981, las tasas de crecimiento del sector urbano son bastante elevadas. En el periodo de 1981-1993 el crecimiento para todos los sectores indicados es casi parejo, con diferencias mínimas, en favor del sector urbano, lo que indica un mayor crecimiento relativo de la ciudad.

    Si analizamos los datos absolutos, apreciaremos otro aspecto de la dinámica poblacional que vale la pena comentar. En términos absolutos, la población rural supera largamente a la urbana en el período 1940 -1993, evidenciándose además un enérgico crecimiento entre los distintos censos en el período indicado. Para una comparación más fina de la dinámica de la población de Mórrope, veamos los incrementos por sexo y residencia. Tomando como año base a la población de 1940, en el período de 1940 a 1993 (53 años), la población, en general, se ha cuadruplicado (creció en 416%). Este crecimiento ha incidido más en la población urbana (505%). En el sector rural, que creció al 401% entre 1940 a 1993, los hombres mostraron un menor crecimiento que las mujeres (397% frente al 404% de las últimas) en el período aludido.

    Pasemos ahora al análisis de los cambios poblacionales ocurridos entre 1876 y 1993, años para los que contamos con datos censales. Haciendo el análisis demográfico de los censos de 1876 y 1993, que cubren un lapso de más de un siglo (117 años), podremos ver a largo plazo las tendencias de la población por grupos etáreos y sexo.

    En el cuadro Número 3 , correspondiente al censo de Mórrope en 1876, notamos que hay altos índices de masculinidad en algunos estratos: de 10 a 14 años y de 15 a 19 años de edad; asimismo los grupos etáreos de 40 a 44 y 50 a 54, reduciéndose muy significativamente el Número de mujeres desde los 65 años en adelante, lo cual indica claramente esperanzas de vida más bajas de las mujeres respecto a los hombres en los mencionados grupos etáreos. Por lo demás se trata de una pirámide acampanada de base ancha, con brechas en algunos grupos etáreos, que probablemente indicarían presencia de epidemias, especialmente en el grupo etáreo de 15 a 19 años. Otra característica observable en la pirámide, en relación con nuestro comentario del índice de masculinidad, es la menor proporción de mujeres en casi todos los grupos etáreos.

    La situación cambia en 1993, 117 años después, en que observamos que la pirámide es más homogénea (ver cuadro Número 4), notándose que no existen brechas, sino el decrecimiento "normal" de una población en que existen todavía altas tasas de natalidad y se han reducido las tasas de mortalidad. Existe por tanto altos porcentajes de población joven. Por otro lado, las diferencias entre población masculina y femenina representados en el índice de masculinidad expresan, en general, una mayor proporción de población femenina.

    CUADRO Número 3: POBLACION DE MÓRROPE, ESTRUCTURA POR SEXO Y EDADES, 1876 (TOTAL)

    GRUPOS

    AMBOS SEXOS

    HOMBRES

    MUJERES

    INDICE DE

    ETAREOS

    POBLAC.

    %

    POBLAC.

    %

    POBLAC.

    %

    MASCULINIDAD

    TOTAL

    4908

    100,00

    2435

    100,00

    2473

    100,00

    98,46

    0 – 4

    931

    18,97

    452

    18,56

    479

    19,37

    94,36

    5 – 9

    656

    13,37

    358

    14,70

    298

    12,05

    120,13

    10 – 14

    574

    11,70

    319

    13,10

    255

    10,31

    125,10

    15 – 19

    366

    7,46

    166

    6,82

    200

    8,09

    83,00

    20 – 24

    505

    10,29

    233

    9,57

    272

    11,00

    85,66

    25 – 29

    342

    6,97

    153

    6,28

    189

    7,64

    80,95

    30 – 34

    319

    6,50

    142

    5,83

    177

    7,16

    80,23

    35 – 39

    295

    6,01

    124

    5,05

    171

    6,91

    72,51

    40 – 44

    287

    5,85

    157

    6,45

    130

    5,26

    120,77

    45 – 49

    213

    4,34

    99

    4,07

    114

    4,61

    86,84

    50 – 54

    179

    3,65

    113

    4,64

    66

    2,67

    171,21

    55 – 59

    78

    1,59

    38

    1,56

    40

    1,62

    95,00

    60 – 64

    57

    1,16

    25

    1,03

    32

    1,29

    78,13

    65 A +

    106

    2,16

    56

    2,30

    50

    2,01

    112,00

    GRANDES GRUPOS DE EDAD:

    0 – 14

    2161

    44,03

    1129

    46,37

    1032

    41,73

    109,40

    15 – 64

    2641

    53,81

    1250

    51,33

    1391

    56,25

    89,86

    65 A +

    106

    2,16

    56

    2,30

    50

    2,02

    112,00

    CUADRO Número 4: POBLACION DE MÓRROPE, ESTRUCTURA POR SEXO Y EDADES, 1993 (TOTAL)

    GRUPOS

    AMBOS SEXOS

    HOMBRES

    MUJERES

    INDICE DE

    ETAREOS

    POBLAC.

    %

    POBLAC.

    %

    POBLAC.

    %

    MASCULINIDAD

    TOTAL

    29902

    100,00

    15031

    100,00

    14871

    100,00

    101,08

    0 – 4

    5010

    16,75

    2580

    17,16

    2430

    16,34

    106,17

    5 – 9

    4839

    16,18

    2487

    16,55

    2352

    15,82

    105,74

    10 – 14

    4080

    13,64

    2069

    13,76

    2011

    13,52

    102,88

    15 – 19

    3289

    11,00

    1669

    11,10

    1620

    10,89

    103,02

    20 – 24

    2646

    8,85

    1239

    8,24

    1407

    9,46

    88,06

    25 – 29

    1816

    6,07

    874

    5,81

    942

    6,33

    92,78

    30 – 34

    1720

    5,75

    855

    5,69

    865

    5,82

    98,84

    35 – 39

    1446

    4,84

    685

    4,56

    761

    5,12

    90,01

    40 – 44

    1067

    3,57

    529

    3,52

    538

    3,62

    98,33

    45 – 49

    835

    2,79

    411

    2,73

    424

    2,85

    96,93

    50 – 54

    765

    2,56

    358

    2,38

    407

    2,74

    87,96

    55 – 59

    676

    2,26

    346

    2,30

    330

    2,22

    104,85

    60 – 64

    584

    1,95

    320

    2,13

    264

    1,78

    121,21

    65 A +

    1129

    3,78

    609

    4,05

    520

    3,50

    117,12

    GRANDES GRUPOS DE EDAD

          

    0 – 14

    13929

    46,58

    7136

    47,48

    6793

    45,68

    105,05

    15 – 64

    14844

    49,64

    7286

    48,47

    7558

    50,82

    96,40

    65 A +

    1129

    3,78

    609

    4,05

    520

    3,50

    117,12

    Sin embargo, la esperanza de vida de las mujeres es menor, ya que el en el grupo de 65 a más años, el índice de masculinidad sube abruptamente a 121.43.

    El procesamiento de la información demográfica de los censos de 1876 y 1993 nos permite obtener algunos indicadores cuyo análisis es importante. En el cuadro siguiente (ver cuadro Número 5) vemos las edades media y mediana de la población de Mórrope en 1876 y 1993. Las edades medias, como corresponde a este promedio aritmético, tienen escasa variación, aunque tiende a bajar ligeramente hacia los 22 años de promedio.

    Donde se nota una mayor variación es en la edad mediana, es decir la edad que divide en dos mitades al total de la población, que ha bajado sensiblemente. La edad mediana de la población total ha bajado de 19.003 a 16.554 años en promedio entre 1876 a 1993. Esto indica que el 50% de la población se concentra en los grupos etáreos hasta 19 años en 1876, y hasta 16.5 años en 1993. Es de observar que la población rural femenina tiene una edad mediana algo mayor: la edad de 16.794 divide en dos mitades la población rural femenina.

    CUADRO Número 5 : EDADES MEDIA Y MEDIANA DE LA POBLACION DE MÓRROPE, SEGUN SEXO Y RESIDENCIA, 1876, 1993

     

    TOTAL

    HOMBRES

    MUJERES

    MUJ.RURAL

    INDICADORAÑO

    1876

    1993

    1876

    1993

    1876

    1993

    1993

    EDAD MEDIA

    22,518

    22,429

    22,419

    22,387

    22,616

    22,471

    22,282

    EDAD MEDIANA

    19,003

    16,554

    17,666

    16,137

    20,083

    16,983

    16,794

    Otro indicador demográfico importante para comparar los cambios entre 1876 y 1993 es la relación de dependencia (ver cuadro Número 6). Hay un incremento significativo en la relación de dependencia: pasa de 0.858 a 1.014 en la población total, siendo algo mayor en la población rural (1.032). Ello indica que la mejora relativa de las condiciones de vida está produciendo un mayor Número de población dependiente (de 0 a 14 y de 65 a más años) en relación a la población económicamente activa (15 a 64 años).

    Otro cambio destacable es el porcentaje de mujeres de 15 a 49 años, que ha bajado, dado que la esperanza de vida de las mujeres ha subido en forma significativa, así como también ha crecido la población menor de 15 años: si en 1876 las mujeres de 15 a 49 años representaban el 50% de la población femenina, en 1993 sólo representaban en 44% del total, siendo ligeramente menor en las mujeres rurales. Por otro lado, la relación niños/mujeres también ha variado en los diferentes grupos etáreos, como puede verse en el mismo cuadro Número 4 .

    El cambio más significativo es en las relaciones de los grupos de mayor edad: la relación de niños de 5 a 9 años sobre mujeres de 20 a 49 años se ha incrementado de 62.298 en 1876 a 98.015 en 1993, lo cual es más notable en el sector rural de 1993, pues llega a 99.231. Ello indica un crecimiento importante de la población infantil y una mayor tasa de fecundidad, así como de sobrevivencia de las mujeres fértiles.

    Este mismo fenómeno es observable en la RNM 10-14/25-54, como puede notarse en le mismo cuadro. Influyen, seguramente, la mejora de las condiciones generales de vida que permiten mayores sobrevivencias de la población infantil y de las mujeres madres, por los grandes cambios en las ciencias de la salud, que han permitido mejorar estos indicadores, aunque los otros indicadores de calidad de vida se mantengan.

    CUADRO NÚMERO 6: INDICADORES DEMOGRAFICOS DE LA

    POBLACION DE MORROPE, 1876 Y 1993

    AÑO:

    1876

    1993

    INDICADOR

    TOTAL

    TOTAL

    RURAL

    RELACION DE DEPENDENCIA

    0,858

    1,014

    1,032

    % MUJERES DE 15 A 49 AÑOS

    50,667

    44,093

    43,940

    RELACION NIÑOS/MUJERES POR GRUPOS DE EDAD:

    0-4 /15-44

    81,738

    81,689

    83,173

    5-9 /20-49

    62,298

    98,015

    99,231

    10-14/25-54

    67,769

    103,632

    107,246

    Un resultado interesante del análisis de estos dos censos con más de un siglo de por medio (entre 1876 a 1993), es que en ese lapso se ha ampliado mucho la población rural, pues se han incrementado tanto el volumen de la población rural como el Número de caseríos. Así, en 1876 habían sólo 7 caseríos con una población de 1422 habitantes, que representaban el 29%, mientras que en 1993 se censaron 45 caseríos y anexos con un total de 24581, representando el 82% de la población total. En Mórrope actual es más importante y significativa la población clasificada como urbana. Aunque es discutible, indudablemente, el carácter urbano del pueblo de Mórrope de 1876.

    Es una evidencia el gran crecimiento de la población morropana, como hemos visto más arriba, crecimiento que se da a través de la expansión de los caseríos.

    Esto da como resultado que la densidad poblacional ha subido de 4.7 a 28.71 habitantes por kilómetro cuadrado, lo cual es bastante alto, si tomamos en cuenta que la tierra agrícola es bastante reducida, como hemos visto más arriba. Si tomamos en cuenta el dato de población en relación con las tierras de aptitud agrícola (que suman 8,069 Hectáreas). Así, la densidad poblacional sobre área agrícola ha pasado entre 1876 a 1993 de 0.61 a 3.71 habitantes por hectárea, lo cual debe verse en relación con la escasa implementación y desarrollo tecnológico, que no ha cambiado mayormente en el lapso mencionado, aparte de cierta relativa mejora en el sistema de riego en la última década.

    FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

    FUENTES INÉDITAS

    ARCHIVO GENERAL DE INDIAS, SEVILLA

    Sección Justicia. Juicio de residencia del Doctor Gregorio Gonzales de Cuenca.

    ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

    AGN 1773: DER. IND. C. 349. "Indios de Mórrope contra indios de Sechura sobre comercio ilícito de lejías". Lambayeque, 26 folios.

    ARCHIVO DEPARTAMENTAL DE LA LIBERTAD

    ADL 1762: Legajo 264, Expediente 3018, 19 de octubre 1762. "Compulsa del pedimento de Calixto Cuzquén, Procurador de los naturales y comunes de indios de Túcume y Mochumí; sobre la restitución del despojo que del agua del río La Leche, hecha por los indios del pueblo de Mórrope". 7 folios.

    ARCHIVO ARZOBISPAL DE TRUJILLO

    AAL 1762: Legajo 12, Expediente 23, 26 de noviembre de 1762. "El común de indios de Mórrope, se queja de la conducta de los esclavos del cura de Mochumí y Túcume, Licenciado don Joaquín de Gastelú, que les hacían perjuicio en la venta de las lejías de Mórrope". 62 folios.

    AAL 1765: Legajo 17, Expediente 1, 9 de febrero de 1765. "Exhorto notificando a don Justo Modesto Ruviños, cura de una de las ramadas de Lambayeque, para que no introduzca novedades en su doctrina". 29 folios.

    AAL 1783 : Legajo 2, Expediente 4, 27 de noviembre de 1783. "Información de los valores y cargas, Número de Anejos y distancias de la doctrina de Pacora, en la provincia de Lambayeque, recibida por N. Ilmo. Sr. Obispo de esta Diócesis de Trujillo, Dr. Dn. Baltasar Jayme Martínez Compañón, en la visita personal que de ella hizo". 29 folios.

    AAL 1813a : Legajo 1, Padrones. Expediente 15, Año 1813. "Padrón General de todos los vecinos habitantes de San Pedro de Mórrope, Partido de Lambayeque, grandes y pequeños, con distinción de nombres, calidades, casados, solteros, oficios, esclavos, libres y edades.- Padrón general de los vecinos de San Pablo de Pacora". 21 folios.

    AAL 1813b: Legajo 1, Padrones. Expediente 12, Año 1813. "Expediente sobre el nuevo censo de la población del Obispado de Trujillo, mandado formar por el Excmo. Sr. Virrey del Reyno, con los impresos del modelo de su extracto y del formulario del boleto que deberán dar los Párrocos a los ciudadanos para la concurrencia a las elecciones". 32 folios.

    ARCHIVO DEPARTAMENTAL DE LAMBAYEQUE

    Expediente sobre derechos de aguas de Mochumí y Túcume contra Mórrope, Pacora y Jayanca, siglos XVII-XVIII (testimonio de 1877).

    ARCHIVO DE LA COMUNIDAD CAMPESINA SAN PEDRO DE MÓRROPE

    Expediente de Reconocimiento de Linderos del pueblo de Mórrope, Lambayeque, 1732 (Títulos de la comunidad campesina San Pedro de Mórrope).

    Estudio técnico económico para la explotación del yeso, 1979.

    OTRAS FUENTES INÉDITAS

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    CIEZA DE LEON, Pedro. Crónica del Perú. Segunda Parte. PUCP / ANH, Lima, 1985.

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    Autor:

    José W. Gómez Cumpa

    Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo

    Licenciado en Sociología, Maestro en Ciencias-Historia, Doctor en Ciencias de la Educación,

    Coordinador de la Maestría en Evaluación y Acreditación Educativa, UNPRG, Lambayeque