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Cómo serán los viajes a través del tiempo (página 3)

Enviado por Alejandro Rocha


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Obviamente, los autores de ciencia ficción sólo adecuan sus argumentos al suspenso y al drama, sin interesarse mucho por el punto en el que las especulaciones con algún fundamento llegan a convertirse en burdas fantasías. Una de estas posibilidades infundadas, que es expuesta a pesar de su incoherencia, es que la realidad, en el presente, se transforma "mágicamente" a medida que es cambiada en el pasado. Sólo así, no habría nada "ilógico" en que el viajero se matara a si mismo antes de nacer. En películas tales como "Timecop" y "Frecuencia Mortal", los objetos rotos se recomponen espontáneamente en el presente cuando son arreglados en el pasado. Si el viajero, luchando por su vida en el pasado, amputa la mano al villano, éste ve en el presente, con horror, cómo su mano desaparece. Si en el pasado es impedida la muerte de un pariente, en el presente los nuevos recuerdos en su compañía aparecen espontáneamente en la mente del protagonista que lo conoció. Inclusive, dicho pariente, salvado de la muerte en el pasado, surge físicamente a su lado, con la edad que tendría actualmente…

Otra posibilidad sin consistencia es suponer que la realidad está estructurada de tal manera que cambiar la historia es imposible. En esta versión, el Universo es una especie de "entidad vigilante", que no tolera ningún cambio en la secuencia de sus acontecimientos capaz de alterar substancialmente su devenir. Si un conocido del viajero ha muerto en el pasado, se plantea que es imposible que éste, viniendo desde el futuro a advertirle, o mediante cualquier otro medio, pueda salvarlo. En "La Máquina del Tiempo", es la novia del viajero la que muere al resultar asaltada. El viajero retorna al fatídico momento y consigue ahuyentar a los delincuentes. Piensa que ha cambiado felizmente el destino de su amada, pero no es así. ¡Minutos después de quedar a salvo, ella es atropellada por un carruaje!… Del mismo modo, según este supuesto, para el caso de la "paradoja del progenitor", no importa los intentos que el viajero haga en el pasado para impedir su nacimiento: jamás podrá lograrlo porque, de alguna manera, la realidad "conspirará" para anular todos los actos que realice en contra de su concepción, o repetirá aquellos acontecimientos que finalmente la produzcan.

Podemos imaginar muchos argumentos a favor de ambas posibilidades (de la "transformación del presente en función del pasado" o de "la imposibilidad de afectar el pasado"). Pero igualmente pueden existir muchos otros argumentos en contra. Y, lo más importante, no existen hechos ni principios físicos, biológicos o psicológicos, que apoyen cualquiera de estas suposiciones. No hay ninguna forma de comprobar que el presente esté "ligado" de manera simultánea con el pasado, de manera que los cambios en éste repercutan instantáneamente en el presente. Y, si la hubiese, de todos modos ello sólo podría ser probado una vez que las excursiones temporales puedan realizarse. Por otra parte, es menos justificable todavía sostener que existe una supuesta "rigidez histórica" de la realidad, que no sea la que imponen sus propias leyes naturales conocidas. Y mucho menos razonable todavía es creer que esté dotada de una especie de "retroalimentación conspiradora" contra todo posible cambio en el devenir de sus acontecimientos. De este modo, la única guía que tenemos, por ahora, para ofrecer un bosquejo coherente de la experiencia del viaje temporal, sigue siendo la interpretación de Everett, con toda su extravagancia, debido al éxito lógico que ha demostrado al interpretar los fenómenos mecánico-cuánticos.

La lógica de los viajes a través del tiempo

Si la realidad es una colección infinita de universos, ordenados como una serie de acontecimientos paralelos, en muchos de estos universos habrá una copia idéntica a cada uno de nosotros. Para continuar con nuestro ejemplo extremo, habrá muchos idénticos viajeros potenciales, con la idea fija de frustrar su existencia, y muchos padres que lo engendraron ignorando la trágica determinación que anima a su vástago. Sigámosle la pista a uno solo de estos "autohomicidas". Veremos que la única forma de eludir las infundadas ideas sobre una supuesta "transformación del presente en función del pasado" o sobre una no menos misteriosa "imposibilidad de afectar el pasado", es que el viajero transite al pasado de otro universo paralelo. Allí, podrá cumplir con su propósito en cualquier forma imaginable, sin necesidad de suponer ningún obstáculo de parte de una realidad inexplicablemente rebelde a ser cambiada. Y el que haya evitado su propio nacimiento, en el pasado de este otro universo, no es en modo alguno tampoco algo incoherente, ni supondrá que él desaparezca espontáneamente. Pues, seguirá formando parte de ese universo distinto al que ha llegado y en el que, por su intervención, nunca nacerá una copia idéntica de él. Sin embargo, ya no estará más en el universo desde el cual salió y en el que, efectiva y necesariamente, ha nacido. En resumen, en el contexto de la interpretación de Everett, la "paradoja del progenitor" se resuelve satisfactoriamente, sin necesidad de acudir a suposiciones adicionales e injustificables, asumiendo simplemente que el viajero temporal nunca vuelve al pasado de su propia "línea de universo". Su viaje, ya sea que lo haga hacia el pasado o hacia el futuro, invariablemente irá a dar a "pasados" o a "futuros" de otros universos paralelos, si bien idénticos a aquél del cual salió, distintos del mismo (Ver fig. 5).

Ahora bien. Del mismo modo en que el viajero podría conocer a sus ancestros, viajando unos pocos años, e inclusive, sólo horas o minutos hacia el pasado, podría encontrarse con el doble de si mismo en el universo paralelo al cual fuese a dar. Un argumento, construido magistralmente sobre esta paradoja, se desarrolla en el film "Doce Monos", de Terry Guilliam. Aquí, el protagonista tiene pesadillas recurrentes sobre un sujeto que vio morir cuando niño, balaceado por policías. Ya adulto, es encarcelado y, luego, utilizado como conejillo de indias para ensayar viajes a través del tiempo. En una de sus incursiones al pasado, se rebela y decide quedarse en esa época. Vuelto sospechoso de portar un virus mortífero, intenta huir de la policía y, entonces, es acribillado en presencia de un niño… ¡que resulta ser él mismo! Por perturbador que resulte, hay que agregar que la posibilidad de que, con los viajes hacia el pasado, se den semejantes experiencias circulares, tienen sólidas justificaciones dentro de la lógica de las líneas de universos paralelos.

Siempre hay que partir acotando un subconjunto de "universos posibles" para la situación considerada, el cual, en este caso, debe estar constituido por todos aquellos universos paralelos en que el niño llega a vivir por lo menos hasta la edad en la cual es enviado hacia el pasado. Para ser precisos, el niño no se ve morir a si mismo, sino a su copia, ya adulta, habitante de otro universo. Y, empleando rigurosamente la lógica sugerida por la interpretación de Everett, en la mitad de los universos en que el viajero llega a ser adulto y viaja en el tiempo, de niño nunca se verá a si mismo muriendo. Eso sólo le tocará experimentarlo a sus copias-niños de la otra mitad de universos, a los cuales llegará el viajero adulto salido de la primera mitad de universos mencionada. Por supuesto, para esta "segunda mitad" de copias-niños, esto es simple retórica, pues nada parece poder impedir que, ya de adultos, vuelvan a tener el mismo destino en el pasado de otro universo, en el que otra copia infantil de si mismos los vea morir de nuevo… y así sucesivamente, ad infinitum.

En la saga de los films de Spielberg "Volver al Futuro", el genial profesor protagonista expone brevemente la lógica de universos paralelos para tratar de explicar cómo son posibles sus aventuras a través del tiempo. Sin embargo, lo que no se ajusta a dicha lógica es que el presente al cual retorna una vez que ha manipulado el pasado, sea precisamente el mismo en el cual ha producido los cambios. Esto se deja ver toda vez que el futuro al cual retorna aparece mostrando consecuencias indeseables, producto de las alteraciones que el atribulado protagonista introdujo en el pasado. Inclusive, hay relatos escritos por físicos connotados que incurren en una falacia parecida. Es el caso de un famoso cuento de Isaac Asimov, en el cual cierta "agencia turística" de nuestra época ofrece "safaris" a sesenta y cinco millones de años en el pasado, con el fin de vivir la emocionante, pero peligrosa, experiencia de cazar un tiranosaurio. Ocurre que el aventurero que contrata el servicio no puede sobreponerse al terror que le causa la vista de semejante bestia y huye despavorido, despreocupándose del delicado protocolo del safari, que prohibía intervenir el escenario de tan remoto pasado. En su huida a través del terreno fangoso, aplasta a una pequeña mariposa y descubre el hecho sólo una vez que los guías lo han hecho retornar, sano y salvo a la máquina. Sin embargo, ese minúsculo descuido ha transformado la cadena de acontecimientos evolutivos que, a lo largo de millones de años, termina desencadenando un presente muy distinto al que abandonaron. El relato termina cuando los viajeros, horrorizados, constatan que la raza dominante en el presente no son los humanos y ni siquiera alguna otra especie de mamíferos… ¡sino que los propios descendientes de los terribles dinosaurios!

Puede apreciarse cómo, en ambos casos, se está apelando al argumento implícito de que el presente cambiaría espontáneamente a raíz de los cambios suscitados en el pasado. Lo cierto es que la lógica de Everett muestra otra cosa. Por ejemplo, el profesor de "Volver al Futuro" podrá lograr que, en el pasado, las cosas cambien de modo que el futuro de esa "línea de universo" en la que interviene sea mucho más placentero y benigno. Pero, ineludiblemente, este futuro "mejorado" sólo podrá disfrutarlo su doble, su otro yo que nacerá y crecerá en ese universo intervenido. Si él sale de nuevo de esta época con la intención de volver al futuro del que viniera, no podrá jamás llegar al mismo futuro que ha arreglado, sino que, ineludiblemente, llegará a otro distinto (porque esa es la condición para eludir suposiciones sin fundamento, tales como la "transformación espontánea del presente en función de los cambios operados en el pasado"). Y ese otro futuro al cual llegará será, obviamente, muy parecido a aquél desde el cual saliera inicialmente hacia el pasado, pero diferente en un aspecto; un detalle no menor: ¡con una copia de él mismo, que (dependiendo de si vuelve poco antes o poco después de su partida) se dispone a viajar o que ya ha viajado en el tiempo, al igual que lo ha hecho él! De nuevo, la lógica de Everett impone que, en la mitad de los universos de cuyo pasado sale, jamás llegará al futuro de estos mismos universos, pudiendo sí llegar al futuro de la otra mitad de los universos en cuyo pasado estuvo. Y aquí, al profesor no le quedará más remedio que compartir este nuevo futuro con un doble de él. Pero la situación podría volverse todavía más caótica si, por ejemplo, los dos profesores, al encontrarse, insisten en viajar de nuevo hacia el pasado, para luego retornar poco antes de su partida… ¡Porque, entonces, (por lo menos en el 50 por ciento de los universos en que esto ocurre), ambos se reencontrarían con sus primeros dobles, y habría cuatro profesores idénticos, compartiendo el mismo paradójico espanto!

Deutsch y Lockwood exponen esta consecuencia con lo que han llamado "separación asimétrica". Si salgo de este universo en un viaje hacia el pasado o hacia el futuro, prometiendo a mi pareja regresar, el 50 por ciento de mis dobles en universos paralelos jamás podrán cumplir esa promesa. No, por lo menos, a la pareja que abandoné en el 50 por ciento de los universos de los cuales salí. Invariablemente, iría a dar al otro 50 por ciento de los universos en que esa situación ocurre, en los que la reencontraría junto al correspondiente doble de mi mismo, oriundo de dichos universos…

Conclusiones

La posibilidad de los viajes a través del tiempo no contradice ningún principio físico conocido hasta ahora. Por el contrario, los conceptos de la Física contemporánea (sobre todo, la idea de "relatividad del tiempo", el concepto geométrico de "espacio-tiempo", el Principio de Incertidumbre y la noción de "energía fluctuante del vacío") facilitan el imaginar cómo realizarlos. Ello nos lleva a suponer que semejantes excursiones podrían algún día llevarse a cabo, siempre y cuando las restricciones actuales referentes al inconmensurable "interés cuántico" que hace falta comprometer en energía para abrir "agujeros de gusano" estables, puedan eludirse. Cabe que estemos siguiendo el camino equivocado, al igual que Leonardo al diseñar alas móviles semejantes a las de los pájaros, pero que el organismo humano no tenía la fuerza necesaria para poder batir. O, simplemente, puede ocurrir que tales restricciones resulten insalvables, y los futuros desarrollos teóricos obliguen a decretar la imposibilidad del viaje trans-temporal mediante algún principio limitante, semejante al de Invariancia o al de Incertidumbre.

Cabe también suponer que esté prohibido efectuar viajes a través del tiempo "de cuerpo presente", y que no podamos jamás llegar a trasladarnos físicamente a otras épocas. Pero, cuando menos, podría ser posible el envío de "señales" hacia el pasado o hacia el futuro; una especie de comunicación entre dos espacio-tiempos diferentes. El film "Frequency" inaugura un paradójico drama en base a esta alternativa. Una actividad inusitada en el Sol altera los campos electromagnéticos del "viento solar", provocando auroras boreales espectaculares y serias distorsiones en las comunicaciones radiales. Esto ocurrió, primero, a fines de los cincuenta (cuando el protagonista era sólo un niño) y luego, treinta años más tarde. Manipulando un radiotransmisor, antigua reliquia familiar, el protagonista logra comunicación con un misterioso interlocutor, que resulta ser su propio padre, transmitiendo desde el mismo escritorio en el que él se encuentra… ¡pero treinta años antes! La justificación para tan singular fenómeno es explicada (vagamente por supuesto) planteando que el tiempo puede tener, no una, sino varias "dimensiones" e "interconexiones" insospechadas. Y se apela a las relativamente recientes propiedades descubiertas en los "campos de cuerdas", para explicar lo sucedido: un "tercer tipo de tiempo" se ha extendido como un puente entre el "tiempo pasado" y el "tiempo futuro", juntándolos en un "rizo", en una estructura espacio-temporal mayor que ambas. En este caso, la comunicación lograda entre el fallecido padre del pasado y el hijo del futuro, ya un adulto, tiene el efecto de modificar sus conductas de tal manera que tanto el pasado como el futuro cambian también. Nuevamente, hay que dejar de lado la suposición (ya discutida y descartada como "injustificada") acerca de que dos espacio-tiempos distintos puedan alterarse mutuamente en la misma "línea de universo", porque cualquier tipo de señal que sea posible de enviar al pasado o al futuro ha de respetar los principios básicos de la Interpretación de Everett.

Por supuesto, la lógica de los viajes a través del tiempo aquí aplicada, derivada de la interpretación de Everett de la Mecánica Cuántica y reformulada por Deutsch y Lockwood, no es concluyente. Pero es la hipótesis sobre la posible experiencia trans-temporal más fiel a los principios físicos de que disponemos. Obviamente, como toda hipótesis científica, sólo podrá ser confirmada o refutada cuando dicha experiencia sea realizada. Mientras tanto, dentro de su probable validez, nos ofrece cuando menos una orientación acerca de lo que deberíamos esperar de semejantes excursiones a través del tiempo.

Hay físicos connotados que, a pesar de todo, se muestran escépticos ante los viajes por el tiempo. Hawking, en particular, ha dicho que no existe mejor prueba contra la posibilidad de tales viajes, que el hecho de que no estemos invadidos por hordas de "turistas" del futuro. Pero Deutsch y Lockwood se atrincheran en la lógica de Everett, argumentando en el fondo (aparte de otras propuestas, a mi juicio más débiles, referentes a la "escasez" de los "túneles de gusano" y a la falta de interés por nuestra época que tendrían los viajeros del tiempo) que el hecho de que nuestra "línea de universo" particular no haya recibido hasta ahora visitas trans-temporales no es prueba de que éstas excursiones no puedan realizarse; simplemente, muestra que la posibilidad de ser visitados desde (o de visitar nosotros) otros espacio-tiempos, queda abierta hacia el futuro.

A esta réplica, yo agregaría dos más. En primer término, asegurar, como lo hace Hawking, que nuestra "línea de universo" nunca ha sido visitada desde el futuro de algún universo paralelo es, por decir lo menos, arriesgado. No solo porque no hay un criterio que permita afirmar con seguridad que nuestra evolución e historia no han sido jamás "intervenidas" y, por lo mismo, cabe la posibilidad de que esto sí haya ocurrido, aunque lo desconocemos. Sino que, además, por el hecho de que existen varios hallazgos arqueológicos de "objetos fuera de lugar", que violan absolutamente la idea de una cronología evolutiva coherente. Los ejemplos más espectaculares de estos hallazgos son, quizás, las huellas de calzado encontradas en el Desierto del Gobi (sureste de Mongolia), en un estrato de hace doscientos millones de años. O el martillo de hierro, encontrado en Texas en 1934, incrustado en una roca que tenía sesenta millones de años, cuyo mango de madera, carbonizado y petrificado, mostraba todos los signos de la fosilización esperable en semejante antigüedad. O esa especie de bujía, hecha de un cilindro metálico con componentes electroconductores y revestimiento de cerámica, encontrada a mediados del siglo XX, también en Texas, al interior de una piedra de unos cuatro millones de años. O el curioso artefacto con engranajes hallado entre los restos de un naufragio helénico en Antikithera, Grecia, cuyo análisis, llevado a cabo en 1950 por Derek de Solla Price, docente de la Universidad de Yale, demostró que podía definir las órbitas de los planetas e, inclusive, predecir eclipses. Para explicar estos y otros muchos casos, registrados por especialistas serios y simplemente "archivados", la idea de un universo evolutivamente coherente, es insuficiente. ¿Cómo pudieron existir estos objetos en épocas tan remotas y totalmente aislados de alguna otra evidencia, que señale inteligencias y civilizaciones en cuyos contextos pudiera explicarse su origen?

Una explicación probable es que la cronología evolutiva, construida hasta ahora, sea errónea. Pero desecharla, junto con todos sus logros, por incorporar la incertidumbre de estos pocos casos extraños, es un costo demasiado elevado e injustificado. Otra explicación menos "costosa" es esta que parece estar siendo sugerida desde la Física de los viajes por el tiempo. "Turistas del futuro" podrían ser los responsables de haber salpicado nuestra "línea de universo" con estas curiosas evidencias. En efecto: ¿quién, yendo de excursión aérea a selvas inaccesibles, no ha perdido un celular o una brújula y, con ello, dejado en lugares absolutamente vírgenes, objetos que resultaría inexplicable encontrar allí si no es aceptando la posibilidad de tales viajes? Por supuesto, muy bien puede ocurrir que estos hallazgos tuviesen otra explicación. El reto que se impone entonces es que semejante explicación, de haberla, resulte tan "económica", cohesionadora y sugestiva como ésta.

Por otra parte, siempre es conveniente recordar la función que una idea, como la de los "universos paralelos" de Everett, desempeña en el contexto de una explicación científica. No es lo adecuada al sentido común o lo carente de extravagancias lo que decide su verdad o falsedad. Su "valor de verdad" depende de cuántos cabos sueltos, colgantes de otras teorías, amarra ("valor contextual") y de cuántos hechos observables consigue explicar ("valor pragmático"). El "valor contextual" de la interpretación de Everett, aplicada a los viajes trans-temporales, es evidentemente superior al de cualquier otra idea, en la medida en que los vincula con principios físicos sólidamente establecidos. Queda por ver, en los futuros experimentos relacionados con la "energía negativa", si su "valor pragmático" conserva la misma superioridad frente a ideas alternativas que vayan surgiendo.

Por último, necesitamos responder a la pregunta que nos hicimos inicialmente, en relación a si los viajes al pasado nos permitirían "arreglar" nuestro presente. Si la lógica de Everett es correcta, la respuesta definitiva es "no". Aunque los viajes trans-temporales fuesen posibles, sólo podríamos arreglar el presente del universo a cuyo pasado viajemos; nunca, aquél presente del universo del cual saldremos para siempre. Cabe presumir entonces que la motivación básica para efectuar excursiones a través de las épocas no sería la eventual "corrección" de la historia. Pero esto no significa que tales excursiones no atraigan poderosamente la atención de nuestros descendientes por otras razones.

Sin duda, los viajes trans-temporales serán una experiencia límite, que posiblemente desencadenará un desarraigo incomparablemente más profundo. De modo semejante al indígena que ve disuelta su identidad étnica, patrimonio inútil en la cautivadora urbe postmoderna, o al cosmopolita que no se siente parte de nada y para el cual ningún lugar sobre la Tierra es diferente al otro sino por su novedad o belleza, así también, los "crononautas" irán saltando de universo en universo, una sola vez. De la manera más radical imaginable, se hará patente la intuición filosófica de Heráclito, que compara al tiempo con un río en el que jamás nos sumergimos dos veces. El espacio-tiempo para los "crononautas" jamás será igual. Convivirán con infinitos seres idénticos, pero que no serán los mismos. Tratarán con innumerables copias de sí, inclusive, experimentando en extremo el dilema de la inexistencia de un referente objetivo para su identidad personal. Y, más profundamente que ahora, la vida será entonces una sucesión de avatares sin más propósito que la búsqueda, en el pasado o en el futuro, de una caleidoscópica variedad, lo suficientemente abigarrada como para eludir el aburrimiento.

Es pensable que, ante tanta abundancia de universos completos, que se repetirán sin cesar durante nuestras incursiones, agotemos incluso los últimos reparos morales que, todavía a la mayoría, nos permiten medianamente respetar la integridad y la vida de otros. Total, ¿qué importaría esclavizar, violar y asesinar, y vivir tan extrema experiencia, si siempre existirán infinitas copias de mis víctimas, en infinitos universos paralelos?

Quien sabe… Quizás, el "turismo temporal", al estilo imaginado por Asimov, llegue a convertirse en el negocio más rentable para quienes, en ese entonces, diseñen o puedan adquirir la tecnología de los viajes a través del tiempo.

* * *

 

NOTAS:

  • 1) "Fáustico" es una expresión que alude al mito de Fausto, el personaje de la tradición alemana del siglo XVI, popularizado por la obra de Goethe. Fausto adquiere juventud, sabiduría y poderes mágicos de parte del Demonio, quien se compromete a servirle a cambio de su alma inmortal. En "La Decadencia de Occidente", Oswald Spengler representa con este término el temperamento que caracteriza al hombre moderno y lo empuja a determinar su propia existencia mediante el conocimiento y el dominio de la naturaleza.
  • 2) Bergson, Henri: "Ensayo sobre los Datos Inmediatos de la Conciencia". 1889.
  • 3) Concepto introducido por el matemático ruso Hermann Minkowsky y adoptado luego por Einstein. Véase Einstein, Albert: "Sobre la Teoría de la Relatividad y otras Aportaciones". Sarpe, Madrid, 1983.
  • 4) Las pruebas realizadas por vuelos comerciales en 1971 indican que los relojes que viajaron hacia el este sufrieron un retraso de unos 60 nanosegundos (60 milmillonésimas de segundo) con respecto a los ubicados en tierra, valor que encuadra perfectamente con la predicción de 40 ± 23 nanosegundos, arrojada por la teoría relativista. Véase Tarrach, R.: "El Tiempo: Nacimiento, Vida y Muerte". Inv. y Ciencia. Abril 1986, p. 36.
  • 5) La luz viaja a la enorme velocidad de, aproximadamente, 300.000 kilómetros por segundo.
  • 6) Generalmente, se trata de sistemas de estrellas dobles, que giran una en torno a la otra, como dos bailarines de vals, siendo una de ellas un "agujero negro" que está constantemente devorando la materia ígnea de su compañera. Uno de los más conocidos de estos sistemas estelares dobles es "Cygnus X-1". Véase Hawking, Stephen: "La Mecánica Cuántica de los Agujeros Negros". Inv. y Ciencia. Marzo 1977.
  • 7) En los últimos años del siglo XX se ha avanzado mucho en la comprensión de lo que ocurre con la materia que cae dentro del "hoyo negro", utilizando modelos matemáticos de cuerdas. Véase Susskind, Leonard: "Los Agujeros Negros y la Paradoja de la Información". Inv. y Ciencia. Junio 1997, p.17 ss.
  • 8) En algunos artículos parece hablarse indistintamente de "agujeros negros" y de "agujeros de gusano" (véase infra: John A. Wheeler). La ambigüedad se da a consecuencia de que ambas entidades son aún objetos hipotéticos cuya existencia es más bien matemática. Así, cuando se afirma de ciertos "agujeros negros", que giran o están dotados de carga eléctrica, que podrían servir de túneles espacio-temporales porque no poseen singularidades, más que de objetos estelares se está hablando de cierta clase de modelos matemáticos de "agujeros de gusano". Véase "Los Agujeros Negros, ¿Una Máquina del Tiempo? Inv. y Ciencia. Febrero 1989, p. 33 y Ford, Lawrence H. & Thomas A. Roman: "¿Qué es la Energía Negativa?". Inv. y Ciencia. Marzo 2000, p. 10.
  • 9) En rigor, el concepto de "cuanto" y la constante referida fueron introducidas en 1900 por el físico alemán Max Planck, con el fin de dar explicación a la brusca emisión y absorción de energía que delataban ciertas líneas que aparecen en los espectros luminosos que se obtienen de los cuerpos calentados. La Constante de Planck (que suele simbolizarse con una "h") es un valor de energía por unidad de tiempo, extremadamente pequeño: 6,6256 x 10-34 Joule por segundo.
  • 10) Véase Freedman, Daniel Z. & Peter van Nieuwenhuizen: "Supergravedad y la Unificación de las Leyes de la Física". Inv. y Ciencia. Abril 1978, p. 82.
  • 11) Véase Yam, Philip: "Aprovechamiento Energético del Punto Cero". Inv. y Ciencia. Febrero 1998.
  • 12) Aparte de ser una teoría más complicada que la relatividad General, predice un valor enorme para la energía del vacío, lo cual debiera manifestarse en un espacio-tiempo sumamente curvado y no prácticamente plano, que es como lo experimentamos cotidianamente. Véase Abbot, Larry: "El Misterio de la Constante Cosmológica". Inv. y Ciencia. Julio 1988, p.80 y De Witt, Bryce: "Gravedad Cuántica". Inv. y Ciencia. Febrero 1984, p.65, 68 ss.
  • 13) Véase "Contacto". Director: Robert Zemeckis. Warner Bros.
  • 14) El diámetro de un núcleo atómico es del orden de los 10-12 centímetros; vale decir, 0,000000000001 décimas de centímetro. La "escala espacial de Planck", en la que vienen recién a hacerse importantes las fluctuaciones del vacío cuántico que permiten el surgimiento de "agujeros de gusano", es del orden, muy inferior al anterior, de 10-33 centímetros. Y la "escala temporal de Planck", que señalaría cuánto duraría como mínimo una fluctuación en forma de "agujeros de gusano", es del orden de 10-44 segundos. Véase De Witt, Bryce: "Gravedad Cuántica". Inv. y Ciencia. Febrero 1984, p.58.
  • 15) Véase Deutsch, David & Michael Lockwood: "Física Cuántica de los Viajes a Través del Tiempo". Inv. y Ciencia. Mayo 1994, p. 52.
  • 16) El artículo referido aparece en una publicación del Physical Review Letters de 1988. Véase Inv. y Ciencia. Febrero 1989, p. 33.
  • 17) Véase Lawrence H. Ford & Thomas A. Roman: "¿Qué es la Energía Negativa?". Inv. y Ciencia. Marzo 2000, p. 6-7.
  • 18) Véase Slusher, Richard E. & Bernard Yurke: "Luz Comprimida". Inv. y Ciencia. Julio 1988.
  • 19) Entre otros, por Éanna E. Flanagan, de la Universidad de Cornell, Michael J. Pfenning, de la Universidad de Tufts, Christopher J. Fewster y Simon P. Eveson, de la Universidad de York, y Edward Teo, de la Universidad Nacional de Singapur.
  • 20) Véase Ford, Lawrence H. & Thomas A. Roman: Op. cit., Inv. y Ciencia. Marzo 2000, p. 10-12. Véase también "The Quantum Interest Conjecture". Physics Review D, vol. 60, n° 10, art. 104018, 15 noviembre 1999. ().
  • 21) Para mayores detalles, véase Visser, Matt: "Lorentzian Wormholes: From Einstein to Hawking". American Institute of Physics Press, 1996.
  • 22) Véase Green, Michael B.: "Supercuerdas". Inv. y Ciencia. Noviembre 1986, p. 26-27.
  • 23) Véase Deutsch, David & Michael Lockwood: "Física Cuántica de los Viajes a Través del Tiempo".Op. Cit., p. 50. En rigor, el artículo habla de que, de este modo, se pueden crear "curvas de tipo tiempo cerradas" (CTC), lo que viene a ser lo mismo que "agujeros de gusano" hacia el pasado.
  • 24) Véase D’Espagnat, Bernard: "Teoría Cuántica y Realidad". Inv. y Ciencia. Enero 1980, p.80-95 y Sánchez-Gómez, J. L. & J. M. Sánchez-Ron: "Quantum Mechanics and Macroscopic Separability: A Critical Review". Anales de Física, Serie A. Vol. 79, 1983, p. 85-93.
  • 25) Un experimento muy ilustrativo que demuestra esto es el denominado de "elección retardada", realizado en 1988 por dos equipos diferentes: el de Carroll O. Alley, Oleg G. Jakubowicz y William C. Wickes, de la Universidad de Maryland en College Park, y el de T. Hellmuth, H. Walter y Arthur G. Zajonc, de la Universidad de Munich. Se hacen incidir fotones individuales en un dispositivo, cruzado el cual cada fotón tiene la misma probabilidad de seguir por dos caminos diferentes. Mientras no se sabe por cual vía siguió, al hacer converger los dos caminos se forma un diagrama de interferencias (señal del extraño hecho de que el fotón debió recorrer los dos caminos al mismo tiempo). Sólo introduciendo detectores en las trayectorias, se sabe por cual camino transitó el fotón. Pero entonces, el diagrama de interferencias desaparece. La superposición del fotón recorriendo ambas trayectorias se desvanece (la expresión usual es: "colapsa") al detectarse el fotón en una de ellas. Véase Shimony, Abner: "Realidad del Mundo Cuántico". Inv. y Ciencia. Marzo 1988, p. 33-34.
  • 26) Véase Hofstadter, Douglas R.: "Falacias del Principio de Incertidumbre y Paradojas de la Mecánica Cuántica". Inv. y Ciencia. Septiembre 1981, p.115. Véase también Davies, Paul: "Other Worlds". Simon and Schuster, 1980.
  • 27) Véase "Terminator", Terminator II: Juicio Final, Terminator III: Rebelión de las Máquinas". Intermedia/IMF Production & C2 Pictures y Mostow/Lieberman Productions.
  • 28) Véase Ford, Lawrence H. & Thomas A. Roman: Op. cit., Inv. y Ciencia. Marzo 2000, p. 4-5.
  • 29) Deutsch y Lockwood la llaman "paradoja del abuelo". Véase Deustch, David & Michael Lockwood: "Física Cuántica de los Viajes a Través del Tiempo". Op. cit., p. 48.
  • 30) Véase "Timecop". Director: Peter Hyams. Lago Entertainment & JVC Entertainment.
  • 31) Véase "Doce Monos". Director: Terry Guilliam. Universal Pictures & Atlas/Classico.
  • 32) Una de las suposiciones implícitas en la interpretación de Everett, necesaria para conservarla como una idea coherente, es que los universos paralelos que han de considerarse son todos aquellos en los cuales los acontecimientos ocurren según las leyes físicas fundamentales.
  • 33) Véase Deustch, David & Michael Lockwood: "Física Cuántica de los Viajes a Través del Tiempo". Op. cit., p. 54.
  • 34) Véase "Frequency" (Doblada como "Desafío al Tiempo"). Director: Gregory Hobblit. New Line Cinema.
  • 35) Véase Deutsch, David & Michael Lockwood: "Física Cuántica de los Viajes a Través del Tiempo". Op. cit., p. 54.
  • 36) Véase "La Gaceta del Sur" N° 1307 (31 Octubre 1999).
  • 37) Véase Agazzi, E., M. Artigas & G. Radnitzky: "La Fiabilidad de la Ciencia". Inv. y Ciencia. Noviembre 1986, p. 66-74.

 

BIBLIOGRAFÍA:

  • 1) Abbot, Larry: "El Misterio de la Constante Cosmológica". Inv. y Ciencia. Julio 1988.
  • 2) Agazzi, E., M. Artigas & G. Radnitzky: "La Fiabilidad de la Ciencia". Inv. y Ciencia. Noviembre 1986.
  • 3) Davies, Paul: "Other Worlds". Simon and Schuster, 1980.
  • 4) D’Espagnat, Bernard: "Teoría Cuántica y Realidad". Inv. y Ciencia. Enero 1980.
  • 5) Deutsch, David & Michael Lockwood: "Física Cuántica de los Viajes a Través del Tiempo". Inv. y Ciencia. Mayo 1994.
  • 6) De Witt, Bryce: "Gravedad Cuántica". Inv. y Ciencia. Febrero 1984.
  • 7) Einstein, Albert: "Sobre la Teoría de la Relatividad y otras Aportaciones". Sarpe, Madrid, 1983.
  • 8) Freedman, Daniel Z. & Peter van Nieuwenhuizen: "Supergravedad y la Unificación de las Leyes de la Física". Inv. y Ciencia. Abril 1978.
  • 9) Ford, Lawrence H. & Thomas A. Roman: "¿Qué es la Energía Negativa?". Inv. y Ciencia. Marzo 2000.
  • 10) Ford, Lawrence H. & Thomas A. Roman: "The Quantum Interest Conjecture". Physics Review D, vol. 60, n° 10, art. 104018, 15 noviembre 1999.
  • 11) Green, Michael B.: "Supercuerdas". Inv. y Ciencia. Noviembre 1986.
  • 12) Hawking, Stephen: "La Mecánica Cuántica de los Agujeros Negros". Inv. y Ciencia. Marzo 1977.
  • 13) Hofstadter, Douglas R.: "Falacias del Principio de Incertidumbre y Paradojas de la Mecánica Cuántica". Inv. y Ciencia. Septiembre 1981.
  • 14) Sánchez-Gómez, J. L. & J. M. Sánchez-Ron: "Quantum Mechanics and Macroscopic Separability: A Critical Review". Anales de Física, Serie A. Vol. 79, 1983, p. 85-93.
  • 15) Shimony, Abner: "Realidad del Mundo Cuántico". Inv. y Ciencia. Marzo 1988.
  • 16) Slusher, Richard E. & Bernard Yurke: "Luz Comprimida". Inv. y Ciencia. Julio 1988.
  • 17) Susskind, Leonard: "Los Agujeros Negros y la Paradoja de la Información". Inv. y Ciencia. Junio 1997.
  • 18) Tarrach, R.: "El Tiempo: Nacimiento, Vida y Muerte". Inv. y Ciencia. Abril 1986.
  • 19) Visser, Matt: "Lorentzian Wormholes: From Einstein to Hawking". American Institute of Physics Press, 1996.
  • 20) Wheeler, John A.: "Los Agujeros Negros, ¿Una Máquina del Tiempo? Inv. y Ciencia. Febrero 1989.
  • 21) Yam, Philip: "Aprovechamiento Energético del Punto Cero". Inv. y Ciencia. Febrero 1998.

 

Chile, Ciudad de Concepción, 2004.

 

Autor:

Alejandro Andrés Rocha Narváez

BIOGRAFÍA DEL AUTOR:

Alejandro Andrés Rocha Narváez, nació en la ciudad de Concepción, Chile, el 6 de Octubre de 1965. Cursó estudios superiores en la Universidad de Concepción, durante 1984-1989 (egresando en esta oportunidad como Profesor de Biología) y durante el período 1995-2000 (egresando como Contador Auditor). Inquisitivo y multifacético, ha ejercido alternativamente ambas profesiones a lo largo de su vida y se ha interesado por los más diversos asuntos, buscando siempre una perspectiva integradora y novedosa. El Movimiento Universitario y sus manifestaciones políticas y culturales, surgidos en la década de los ’80 en las postrimerías del Régimen Militar y las contradicciones de la Transición, vivenciados en el contexto de los cambios mundiales que representaron el fin de la Guerra Fría y la Globalización, fundaron en él puntos de vista muy personales en torno a la idiosincrasia, la ética, la política y la sociedad chilena, todos los cuales ha vertido en narraciones, ensayos y cómics, algunos de los cuales fueron publicados en fanzines y revistas durante los años de estudio. Ha participado en concursos de novelas y de cuentos, logrando el reconocimiento al segundo lugar en un certamen auspiciado por Empresas Wackenhut.

Actualmente, ejerce como Profesor en un colegio de la zona. Equipos de estudiantes preparados por él han sido finalistas en concursos de Ciencias organizados por Universidades de la zona y se le ha distinguido por su esfuerzo permanente, a través de Talleres, en el logro de una comprensión fidedigna y actualizada de lo que son las Ciencias en los estudiantes. Paralelamente, ha creado y ejecutado, en conjunto con otros docentes, obras de "Cine Escénico", novedosas producciones en que se combinan la actuación de los alumnos y los recursos teatrales con grabaciones en estudios de sonido, proyección de escenarios y videos originales, con finalidades pedagógicas y formativas. El Ministerio de Educación lo ha calificado como "Profesor de Excelencia" el año 2007 y como "Maestro de Maestros" el año 2008.

Su interés por la Ciencia es estimulado por el carácter paradojal que introducen teorías como la de la Relatividad y la Mecánica Cuántica en la comprensión del mundo, así como también por el impacto ético y existencial de los avances tecnológicos y su capacidad de refundar el mundo y la conciencia. Tales circunstancias constituyen evidencia vigorosa de la relevancia, de la actualidad y de la urgencia que tienen aún hoy en día, no sólo la reflexión filosófica sobre las Ciencias y sus aplicaciones, sino que también sobre las decisiones de acuerdo con las cuales los seres humanos estamos articulando estos poderes.

PUBLICACIONES:

Cómics:

El Encargo (1989).

Angie (1990).

Esperanza Nuestra (1995).

Revistas y Fanzines:

No Wave (1989).

Síntoma (1990 – 1993).

Dis-Idencia (1993).

Ensayos:

La Crisis de la Revolución Socialista (1989).

El Horizonte de la Postmodernidad (1993).

Fukuyama vs Marcuse: El Umbral de la Posthistoria (1993).

¿Y si otro Mito nos Guiara? Ensayos para el Tercer Milenio (2000).

La Falacia de la Creación (2006).

Heráclito: Fragmentos para una Sabiduría de la Tierra (2008).

 

Narraciones:

Confesiones de un Cuerpo (Cuentos, 1998).

El Séptimo Dígito (2003).

 

Partes: 1, 2, 3, 4
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