Con lo anterior queda demostrado que la palabra "origen" en el pasaje citado en su uso heideggeriano se refiere lo ontológico, a la determinación del ente mediante conceptos "ontológicos". Pero la cuestión más importante en el pasaje de referencia es la idea de la "reconducción [del ente] a otro ente". La esencia del pasaje radica en prohibir tal "reconducción", de hecho Heidegger la iguala al mero "contar cuentos". Como en el caso del término "origen" estamos confrontados nuevamente con una concepción heideggeriana plenamente desarrollada, más aún, se debe distinguir entre la forma ocasional en la que la introduce y, por el otro lado, su núcleo. Lo ocasional es la referencia al "no contar cuentos" en El sofista de Platón. Ahora bien, a partir de 1994, año en el que se publicó el volumen 19 de las obras completas de Heidegger, sabemos que la expresión en cuestión se refiere a la crítica que Platón hace en El sofista a los filósofos presocráticos que trataban de explicar qué es lo que son las cosas "reconduciéndolas" a, por ejemplo, "elementos", tales como fuego, agua, etc., es decir, "reconduciéndolas" a otras cosas. En la lección acerca del diálogo El sofista de Platón Heidegger interpreta el pasaje 242 c en El sofista acerca de "no contar cuentos" diciendo:
"(…) esto significa que en la medida en la que los antiguos hablaban del ser, simplemente hablaban del ente (…), no pudieron lograr ninguna comprensión den ser del ente", de hecho, "(…) tomaban cierto ente al cual le asignaban alguna importancia especial y explicaban el ente partiendo del ente. Ese es el significado [de la expresión]: »contaban cuentos«, es decir, se movían en la dimensión del ente y no arribaron a la dimensión del ser." (B19 441) Es decir, los filósofos antiguos pensaban que "[e]l ente se compone de varios entes o de [sólo] un ente, por tanto, (…) no llegaron a la pregunta del ser." (B19444) Entonces, de acuerdo a la interpretación de Heidegger el pasaje 242 c en El sofista, tomar uno o varios entes especiales y tratar de "explicar" otros entes a través de aquellos no es otra cosa que "contar cuentos", y tal es el origen de la prohibición heideggeriana de reconducir el ente como ente a otro ente, y recuérdese: la expresión "ente como ente" implica, según Heidegger, el "ser del ente".
4 Cf.: Hemos traducido zurückführen literalmente de acuerdo al término latino reducere: conducir de vuelta
a, reconducir, regresar algo a algo. Para efectos de posible control reproducimos el texto original: "Der erste philosophische Schritt im Verständnis des Seinsproblems besteht darin, nicht
»µ·θ ν τινα διηγε™σθαι«, d. h. Seiendes als Seiendes (…) durch Rόckführung auf ein anderes Seiendes
in seinem Ursprung zu bestimmen, gleich als hätte Sein den Charakter eines möglichen Seienden." (6)
5 Una mención importante de la idea de ontología" y origen" se encuentra en 334/362, pero el problema de esta mención es que Heidegger utiliza la expresión Ursprung en vez de la expresión Herkunft, a pesar de que ambas
§3. No se debe "explicar el ser a través del ente" porque el ser es "lo trascendente"
El problema principal es ahora la prohibición de reconducir un ente a otro ente. Aquí hay dos aspectos. El primero es la idea de Heidegger acerca de los caracteres "transcendentales" del "ser". Según vimos, los filósofos antiguos trataron de decir qué es lo que es el ente "explicándolo" mediante otro ente. En términos heideggerianos esto equivale a explicar el ser a través del ente. Las fórmulas correspondientes pueden ser encontradas en ST. Heidegger dice: "Cuando el idealismo insiste en que el6 ser y la »realidad« sólo son en la conciencia, se está expresando el hecho de que (…) el ser no puede explicarse por medio de ningún ente. (…) Si el título de idealismo quiere decir el hecho de que (…) el ser no es explicable jamás por ningún ente es decir por lo dado como ya dado y, por tanto, experimentado, sino que (el) ser es en cada caso ya para todo ente lo »transcendental«, entonces en el idealismo está la única y justa posibilidad de desarrollar los problemas filosóficos. Y Aristóteles no es menos idealista que Kant." (207s.)
El modelo kantiano para esta idea heideggeriana es, por ejemplo, que es imposible explicar el tiempo a través de los objetos. Estos son experimentados en el tiempo, pero el tiempo no es encontrado como un objeto puesto que para cada objeto es "ya lo transcendental", es decir lo que es trascendente respecto de él. La expresión ya para todo ente" indica el orden de la constitución transcendental: el tiempo es la condición de la experiencia de cualquier ente y, entonces, previo o "antes" de cualquier ente. Precisamente, refiriéndose al ejemplo del tiempo y del espacio Heidegger llama a esta significan origen" (aunque literalmente Herkunft significa "proveniencia").
prioridad constituyente propia de cualquier "carácter" transcendental de un ente en relación con este ente, la "precursoriedad" (Vorgängigkeit) o la "aprioridad" (31, 111) de tal carácter. De acuerdo a estas ideas, en su importante lección del semestre de verano de 1927, año de la publicación de ST, Heidegger habla de la "aprioridad del ser" (B24 25). Así pues, Heidegger concibe el carácter "transcendental" del ser como una aprioridad completamente análoga a la kantiana, y esto explica la referencia a Kant en el pasaje citado de la página 208 de ST. Sin embargo, a primer vista, la mención del realista Aristóteles junto al idealista transcendental Kant resulta sorprendente. En términos kantianos es imposible "explicar a través del ente" aquello que para el ente es "lo transcendente", pero, ¿qué tiene que hacer aquí Aristóteles?
§4. La transcendentalización heideggeriana de "el ente como ente" aristotélico
La respuesta a la pregunta recién planteada es, en principio, muy sencilla y nos vas a llevar a la muy especial interpretación heideggeriana del "ente como ente" aristotélico y del "no contar cuentos" platónico mencionada arriba. La expresión "el ente como ente" tomada por Heidegger del principio del libro IV de la Metafísica aristotélica se refiere justamente, como vimos arriba, a la famosa idea de Aristóteles de una ciencia que no considera ningún grupo o clase especial de entes sino el ente meramente en cuanto que es. Y ahora sabemos que Heidegger interpreta esta idea diciendo que el enfatizar algún ente especial equivale a reconducir el ente al ente y, entonces, a renunciar a la pregunta por el ser del ente. Lo que importa ahora es la transcendentalización de esta idea: reconducir un ente a algún otro ente no es un procedimiento transcendental sino empírico, ya que con ello uno refiere el ente en cuestión a algún otro ente ya previamente conocido.
A fin de mostrar de una manera precisa la manera en que Heidegger piensa esta problemática, referiremos ahora a la lección del semestre de invierno de 1924 / 25 ya mencionada arriba. En ella Heidegger dice: "Y en a28 y subsiguientes él [Aristóteles] indica que los [filósofos] antiguos al preguntar por los (…) elementos del ente y dar diferentes respuestas: agua, aire, tierra – propiamente no estaban preguntando por ninguna región específica del ente, ellos no buscaban decir cómo se ve materialmente el ente. En vez de ello los conducía el interés de determinar el ser del ente. Pero no arribaron al tipo de pensamiento el cual comprende que el ente como ente no puede ser explicado partiendo de una región específica del ente sino sólo [partiendo] del ser mismo." (B19 211) Nótese la similitud con la manera en la que Heidegger interpreta el pasaje platónico 242 c discutido arriba en El sofista. Más aún, Heidegger dice: "Los antiguos trataron de clarificar el ente (…) en el sentido más amplio – lo que ya está ahí -, (…) y ciertamente mediante la deducción del mismo a partir de otro ente específico."
(B19 436) Empero, "deducir" el ente "en el sentido más amplio" partiendo de otro ente equivale a tratar de "explicar" el ser "a través del ente". Así pues, el rechazo basado en Aristóteles a la "reconducción" del "ente como ente" a "otro ente", equivale al rechazo transcendentalista, basado en Kant, de "explicar" el ser "a través del ente". Consecuentemente, "Aristóteles no fue menos idealista que Kant".
6 En esta líneas – en total 22 renglones – Heidegger nunca utiliza el artículo determinado para referirse al ser" (Sein), por lo que es perfectamente admisible traducir sin artículo, lo que da por resultado un carácter verbal.
§5. El "ente en él mismo" y el lenguaje
Mediante lo anterior quedamos confrontados con una radical transcendentalización de Aristóteles (y de Platón) la cual tiene consecuencias inmediatas para el problema del lenguaje, según veremos basándonos en la traducción que Heidegger hace de la expresión "el ente como ente" (τ΅ ¤ν ¥ν, das Seiende als Seiendes) en la expresión "el ente en él mismo" (das Seiende an ihm selbst). La última expresión (o paráfrasis de la misma) aparece por todos lados en ST (a partir de la página 6) y tiene importantes presupuestos, sin embargo aquí sólo podemos discutir lo concerniente a la traducción de la expresión aristotélica "el ente como ente".7
En su lección sobre el diálogo platónico El sofista Heidegger dice: "El libro cuarto de la Metafísica principia (…) con la oración: Εστιν pπιστxµη τι_ θεωρε› τ΅
¤ν ¥ν και τα το¬τ^ ―παρχοντα καθ α―τ (…) »Hay una ciencia (…) que considera (…) el ente como ente«, es decir, precisamente en vista de su ser, el ente, por tanto, no como alguna otra cosa (…) sino (…) καθ α―τ , (…) »en ιl mismo«" (b19 208) Aquí no nos interesa la corrección o incorrección ni de las traducciones ni de las interpretaciones heideggerianas sino que nos interesa únicamente el modelo de pensamiento que Heidegger está aplicando. La idea heideggeriana es, ahora, que hay "caracteres del ser", y estos son los que corresponden al ente "en él mismo": "(…) la multiplicidad de caracteres del ser que corresponde a él [el ente] καθ α―τ (…)” (B19 210). La idea de los “caracteres del ser” nos conduce directamente al lenguaje. Heidegger dice: “El λ γο_ es, en tιrminos totalmente generales, un dirigirse a algo en él mismo, o bien, un dirigirse a algo en vista
de algo el cual el dirigirse a determina algo predado ein Vorgegebenes en relación con otro. Esto significa: en el λnγειν, [i. e.] en el dirigirse al ente, en tιrminos totalmente generales, el ente es hecho accesible en dos direcciones: primero, como él mismo en su presencia simple, segundo, en la manera del πρ _ τι, es decir en vista a una relación con …. Correlativamente al λ γο_ se puede, por tanto, caracterizar al ente en su posible presencia ser como aquel que existe simplemente en él mismo, o bien en el carácter del πρ _ τι, »en relaciσn con..«. En el λnγειν es aprehensible faßbar una doble presencia del ente: »en él mismo« y »en relación con«." (B19 544) Heidegger postula esta dualidad del λ γο_ en tιrminos realmente universales, es decir, para todo dirigirse al ente. Por ello nos dice: "(…) se debe de distinguir respecto a todo ente un doble λ γο_: primero, aquel λ γο_ (…) el cual simplemente se dirige a un algo en él mismo, segundo, aquel λ γο_ en el sentido trivial del término, que se dirige a algo en relación con algo otro algo diferente de él mismo (…)" (B19 506).
Y la cuestión más importante en todo esto es la crítica heideggeriana al segundo tipo de λ γο_; refiriιndose a él, dice: "En la medida en que el λ γο_ el ϊltimo se dirige a algo como algo, es por principio incapaz de aprehender erfassen8 aquello que, de acuerdo a su sentido, ya no puede ser interpelado como algo otro algo diferente de él mismo, sino que solamente se debe aprehender erfassen en él mismo. Aquí fracasa el λ γο_ en esta su estructura mαs inmediata y predominante. Sólo resta, si se va más allá de él una nueva idea del λ γο_: el λ γο_ καθ’ α―τ (…)” (B19 206), con el cual Heidegger se estα refiriendo a las expresiones adecuadas al ente "en él mismo". Tales expresiones son los “caracteres del ser” para el ente dado. Queda fuera del alcance de este texto discutir la manera en la que Heidegger cree haber encontrado la idea del λ γο_ καθ α―τ en la teorνa aristotélica de la definición. Más bien aquí es importante únicamente subrayar el sentido más simple de esta transcendentalización de Aristóteles. La misma consiste en la diferencia entre lo que podemos llamar los predicados transcendentales y predicados empíricos, ya que "dirigirse al ente como ente" es exactamente lo opuesto a "determinarlo reconduciéndolo a otro ente", es decir, lo opuesto a "dirigirse" a él "relacionándolo con algo otro". Obviamente, tal "reconducción a" o "relación con" supone que el segundo término es algo previamente conocido, es decir, algo previamente experimentado. Por lo tanto, las expresiones obtenidas por esta vía – la podemos llamar reductiva o relativa -, son todas, sin excepción alguna, meramente empíricas, pero, según vimos, el "ser es en cada caso ya para todo ente lo transcendental". Pero esto implica que el "dirigirse al ente en él mismo", es decir, el λ γο_ καθ α―τ , da por resultado predicados transcendentales o “caracteres del ser” de la entidad en cuestiσn. Adicionalmente debe notarse que estamos confrontados con dos tipos de predicados, los que podemos llamar no únicamente transcendentales o empíricos sino también autoreferenciales o propios, por un lado, y referenciales o impropios o reductivos, por otro lado.9
Antes de dar ejemplos de los dos tipos de predicados en ST, queremos enfatizar que Heidegger siempre se mantuvo fiel a su idea del λ γο_ καθ α―τ o de los predicados autoreferenciales del ente. La manera usual en que tal idea aparece despuιs de ST es la de la "tautología" en oposición al "concepto"10 y, de hecho, Heidegger siempre, antes y después de ST, construye "tautologías" tales como las famosas "la cosa cosea", "el suceso sucede", "el mundo mundea"o el "habla habla", para mencionar sólo algunas. Las dos últimas son importantes en nuestro contexto actual, ya que precisamente al referirse a ellas Heidegger nos da versiones materiales de la prohibición formal de la "reconducción a" o de la "explicación mediante". En Unterwegs zur Sprache (1959) Heidegger dice:
"(…) habla/lengua es habla/lengua Sprache ist Sprache. La oración no nos lleva a otro en el cual se fundamente el/la habla/lengua. Tampoco nos dice nada acerca de si el/la habla/lengua es un fundamento para otro." (US 13). O bien: Die Sprache spricht El/la habla/lengua habla" (US 12) y la conversación (…) conversa/habla das Gespräch (…) spricht." Las tautologías de este tipo aparecen, en principio, por lo menos ya en 1918:
"Lo experimento: un [ente] intramundano, [i. e.] mundea [Ich erlebe es, ein Umweltiches, weltet es (…)" (B56/57). En el semestre de verano de 1928 Heidegger refiere al mencionado temprano uso del "verbo »mundear«" (B26 219), y apenas un año después, en Vom Wesen des Grundes, encontramos ya la tautología correspondiente de una manera expresa: "Mundo no es nunca sino que mundea [Welt ist nie, sondern weltet]" (WG 44, c. a.), lo que puede compararse con la siguiente fórmula en Vorträge und Aufsätze (1954):
"Mundo hay en la medida en que mundea [Welt west, indem sie weltet]," fórmula que Heidegger aclara enseguida de la siguiente manera: "Es decir: el mundear de mundo no se puede explicar mediante otro ni tampoco descubrir desde otro." (VA 172). Así pues, la fórmula "tautológica" compacta "mundo mundea" (VA 174), se refiere a la misma prohibición de reconducción a otro que la "tautología" "el habla habla" y que, según queda claro ahora, es la misma prohibición que aparece ya al principio de ST en el sentido de no determinar el "ente como ente reconduciéndolo a otro ente". Se trata, pues, del mismo programa de la determinación de algo (ente, mundo, habla, cosa, etc.) mediante predicados ontológicos o. propios (tautológicos).
7 Para una discusión de dichos presupuestos véanse del autor PP, Anhang I.
8 Nótese que Heidegger no dice aquí verstehen (comprehender). A diferencia de lo que ocurre en ST en los pasajes decisivos de las lecciones que ahora citamos, Heidegger no tiene ningún empacho en usar la expresión
aprehender" en vez de comprehender", y esto es, precisamente, porque la primera se designa una acto monotético, mientras que la segunda designa un acto sintético. Cf. §15.
9 Recuérdese la observación hecha arriba acerca de que la expresión alemana Zurückführen, si bien etimológicamente corresponde a reconducir, también se puede traducir perfectamente por reducir.
§6. Un ejemplo de los predicados "ontológicos" o transcendentales
La meta consiste ahora en familiarizarse con algunos predicados ontológicos o propios que no sean el mero uso absoluto de los verbos "cosear", "suceder", "mundear", "hablar", etc., recién vistos.11 Tales predicados serían, según el modelo heideggeriano aplicado, transcendentales o a priori y, por tanto, fundamentalmente diferente de los predicados empíricos. Tal diferenciación es una cuestión central para la construcción de ST y la primera vez que dichos predicados aparecen en esta obra es en ocasión del rechazo heideggeriano de "caracteres" tales como "mesa", "casa" y "árbol" (42) como posibles determinaciones del ser del ser-ahí. Para la mayoría de los lectores de ST tal rechazo es una obviedad, pero lo cierto es que Heidegger rechaza también el termino "hombre" 12 y aquí sí, los lectores no prejuiciados se sienten sorprendidos, por lo menos hasta cierto punto.13 La cuestión es que ni "ser mesa", ni "ser casa", ni "ser árbol", ni tampoco "ser humano" son, de acuerdo a la concepción heideggeriana, predicados transcendentales u ontológicos sino meramente empíricos. Los predicados recién mencionados son nombres de clases, y clasificar es uno de los modos principales de relacionar algo con algo otro que no es ello mismo. Clasificar implica comparar, y la comparación relaciona algo con algo otro ya conocido, es decir, ya visto, que no es lo primero mismo. Todos los nombres de clases son, pues, meramente empíricos. Por ello, al rechazar términos tales como
"mesa", "casa", "árbol", Heidegger nos dice que él está interesado solamente en "ser" (42), esto es, en términos transcendentales y no en empíricos; y términos transcendentales serían, en el caso del ser-ahí, "existencia", "ser en cada caso mío" (Jemeinigkeit) (42), "ser en el mundo" (53).
La famosa determinación del martillo "en su ser" es el próximo ejemplo de predicado ontológico. Heidegger no lo determina, en efecto, como una clase de instrumento o utensilio y, para más precisión, tampoco como un "útil" (Zeug). Por el contrario, se tiene que determinar el ser del util – martillo, signo, o lo que sea -. Y la determinación "ontológica" correspondiente es el extraño "es para …" (um zu). Esta fórmula se hace concreta apenas en el caso de un ejemplo negativo: "El martillo es demasiado pesado." (154)14. "Ser demasiado pesado" es, de acuerdo al modelo heideggeriano, un predicado ontológico y, de hecho, refiriéndose a la exposición heideggeriana (154 – 8) no hay manera de construir la clase de las cosas que son "demasiado pesadas". Una manera breve pero clara de entender que es lo que está en juego aquí es referir la lección de Heidegger del semestre de verano de 1923.
En esta lección hay un ejemplo muy claro del modelo con el que estamos confrontados, es decir con del modelo de los predicados ontológicos en tanto predicados autoreferenciales del ente. Heidegger dice: "En la habitación aquella está la mesa (no »una« mesa) (…)" (B63 90, c. a.); nótese de entrada el énfasis en el artículo determinado en vista de su función singularizadora y el concomitante rechazo explícito del artículo indefinido en vista de su función clasificatoria ("esto es una mesa"). Dos líneas más abajo, refiriéndose a la mesa, Heidegger dice que (…) primeramente se le encuentra así en ella misma. El carácter de »para algo« no le es puesto con base en una relación comparativa ver-gleichende Beziehung con algo otro, lo cual ella no es." (B63 90)
Ciertamente, Heidegger no explícita en ninguno de sus textos hasta ahora conocidos este modelo, pero sus elementos son suficientemente claros. "Comparar" algo con algo otro es un modo de "reconducir" la primera cosa a "otra" cosa, y con respecto al ser de la primera cosa tal comparación equivale a "explicarlo a través del ente". Y la cuestión clave aquí es que todos los conceptos empíricos tales como mesa, casa, árbol, son caracteres tales que – de acuerdo a la teoría tradicional sostenida también por Heidegger – se obtienen mediante abstracción, es decir, relacionando una cosa a otra mediante una comparación (en vista de su aspecto), lo cual permite clasificar mediante el concepto así obtenido. Es decir: los términos "es una mesa", "es una casa", "es un árbol", "es un humano", son términos clasificatorios o, lo que ahora viene a ser lo mismo, referenciales o empíricos, pero no autoreferenciales, es decir, no predicados ontológicos. Esta es la razón por la que ni términos como mesa, casa, árbol ni, tampoco, el término "humano", caracterizan el ser del ser-ahí. Todos ellos son términos que refieren meramente al "aspecto (ε—δο_)" (61) de la entidad vista pero no a su γnνο_.
10 Por ejemplo, en VS 116, 135, 138.
11 Sobre el uso heideggeriano de "ser" como predicado absoluto véase SS 174, PP 6.3 y IV §5.
12 Véase: 46, 165, 183; B63 17, 21, 25s.; B20 207; Wm 368.
13 Véase, por ejemplo, Tugendhat, quien considera esto como un "manierismo" de Heidegger (SS 172).
14 En todo ST sólo hay otro ejemplo de un predicado ontológico de este tipo concreto y también se trata de un caso negativo: "El cuadro esta colgando chueco" (217).
§7. El concepto de "mundo" y los predicados ontológicos
El problema es ahora la manera en la que Heidegger piensa que es posible evitar la
"reconducción" de u ente a otro ente, es decir, la manera de satisfacer el programa de dirigirse al ente en él mismo y no en relación con algo otro. Recordando el predicado ontológico "ser muy pesado" el cual Heidegger determina como el ser del martillo, tenemos un indicio para la solución de este problema. En principio, de acuerdo a Heidegger, tal predicado no se basa en ninguna relación comparativa, muy por el contrario, es la expresión para el modo en el que el martillo "nos encuentra" "él mismo" (154). Tal "encuentro" se basa, de acuerdo a ST, en la "apertura [Erschlossenheit] del mundo". Esta "apertura" implica, pues, de una manera que todavía deberá ser aclarada, el evitar cualquier forma de relacionar el martillo con alguna otra cosa, y esto incluye, desde luego, a toda posible comparación. El concepto clave que Heidegger usa en este contexto es el concepto de "totalidad" o "todo". El carácter "es para …" (um zu) implica un "todo de remisiones" (Ganzes von Verweisungen) (68s.), y hay varios pasajes en ST en los cuales Heidegger insiste en la diferencia esencial entre un "todo" y una "suma" o "composición" (68, 72, 242, 265). Ciertamente, Heidegger no explica tal diferencia en ST, pero se trata de una diferencia fenomenológica elemental.15 De acuerdo a la fenomenología, los "todos" son aprehendidos en "actos de conciencia" "simples" o "intuitivos", mientras que las "sumas", las "colecciones", las "comparaciones", "explicaciones" (mediante algo más), las "deducciones" y algunos otros "correlatos de la conciencia" son construidos en "actos discursivos", es decir, es decir en un "recorrer desde" algo dado "hasta" algo otro que no es él mismo. El "todo de remisiones" es en efecto, de acuerdo a Heidegger, aprehendido – "entendido" – en un ver muy especial, es decir en un acto intuitivo que él llama "circunvisión" (Umsicht) (69, 146s.).
El concepto heideggeriano de "mundo" implica, como un momento constitutivo, el mencionado "todo de remisiones"; por tanto, la "apertura de mundo" – de hecho la aprehensión intuitiva del "mundo" – implica la aprehensión intuitiva de tal "todo" ya que "totalidades" no pueden ser aprehendidas de ninguna otra manera más que la intuitiva.
Debe ser resaltado aquí que el término "intuición" no significa "ver con los ojos corporales" (147) sino un concepto de "vista" o "visión" en un mero "sentido formal muy amplio" (147). El significado de esta formalización consiste utilizar el término "visión" o "ver" para cualquier aprehensión simple en tanto opuesta la discursividad o aprehensión compleja, de hecho, a la comprensión en sentido etimológico estricto.16 Y se debe ser consciente del hecho de que tal aprehensión simple o intuición – en el sentido meramente formal ya enfatizado – es el correlato fenomenológico del "encuentro" del ente "en él mismo", mientras que la aprehensión compleja es el correlato de la reconducción del ente a otro ente. En otras palabras, la prohibición de reconducir un ente a otro ente equivale al rechazo de los actos discursivos de cualquier clase. El aspecto que Heidegger enfatiza en esta teoría fenomenológica tradicional consiste en señalar la suspensión de la discursividad como suspensión de la determinación empírica.17
Los caracteres aprehendidos no son, de acuerdo a esto, empíricos sino transcendentales, es decir, implican la "determinación del ente en su ser." (7, c. a.)
En la aprehensión del "ente en él mismo" se evita cualquier "relación a algo otro que no es él mismo"; y la expresión – no importa que sea silente (149, 318) – correspondiente a tal aprehensión implica predicados no empíricos sino transcendentales, es decir, predicados ontológicos, "caracteres del ser".
http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/
15 Heidegger discute esta diferencia en varios lugares, por ejemplo en KM 43, 9,; en B20 90, y de manera especialmente clara en B25 116-8.
16 Véase la precisa aclaración de Heidegger en su lección del semestre de verano de 1925: "La expresión
»intuición« corresponde en su significado a aquello lo cual ya determinamos arriba como »ver« en el sentido pleno. Intuición significa: aprehensión simple de lo preencontrado predado mismo, tal como se muestra. En este concepto no está prejuiciado (…) si la visión sensible es la forma única y más original de la intuición o si hay otras posibilidades de la intuición relativas a otros campos materiales Sachfelder y existencias Bestände." (B20 64, c. a.).
§8. Conclusión: dos maneras de hablar acerca del ente
Heidegger discute la oración: "el martillo es demasiado pesado" comparándola con la oración teórica: "El martillo es pesado" entendida en el sentido de: "El martillo tiene la propiedad de la pesantez (153ss.). Justo al final de esta discusión (158) Heidegger aclara que, según su concepción, las oraciones del segundo tipo son posibles únicamente cuando el ente sobre el que se habla queda "cercenado de las remisiones" que constituyen el "mundo". Pero en este caso el "mundo" mismo ya no está "abierto" en sentido propio. Podemos decir, pues, que de acuerdo a Heidegger hay en lo fundamental dos modos de hablar del ente: basándose en la "apertura del mundo" o bien basándose en su "ocultamiento", es decir, "cercenados" de él. Esta diferencia en el "dirigirse al ente" no puede ser notada meramente atendiendo a las palabras utilizadas – por ejemplo, martillo, pesado, etc. -, por el contrario, la diferencia es, de acuerdo al modelo heideggeriano, una diferencia existencial. Aquel que realmente trabaja con el martillo "con entrega total" (69, 354) se dirige a éste de una manera ontológica o propia, mientras que aquel que meramente contempla el martillo y se dirige a él de manera meramente teórica, no habla de él ontológica o propiamente sino empírica o impropiamente. Al hablar de manera meramente teórica, el segundo hablante "oculta" el "mundo".18 Así, exactamente las mismas palabras pueden expresar modos diferentes de existir, dependiendo de cómo son usadas: ya sea "abriendo" el "mundo" o bien "ocultándolo", lo que, por su parte depende de si el individuo actúa (existe) con entrega total o no. Descansando en la "apertura del mundo", el lenguaje funciona de un modo ontológico o transcendental ya que el modo correspondiente de hablar del ente evita cualquier forma de discursividad o relatividad a otro ente que no es el mismo del que se está hablando. Así, el concepto de "mundo" es el instrumento con el que Heidegger piensa haber encontrado el modo de satisfacer el programa encerrado en la prohibición de hablar discursiva o impropiamente.
Por tanto, el concepto de "mundo" es también el medio gracias al cual Heidegger puede evitar la "generalidad del género" para alcanzar la "generalidad de ser"; ciertamente, también en el habla propia o tautológica heideggeriana los términos generales del lenguaje siguen siendo generales, pero su generalidad es ahora la "generalidad transcendental", es decir, la "generalidad de ser". Y la diferencia no es primariamente una diferencia en los términos mismos sino del modo en el que son usados. El posterior énfasis heideggeriano en el leguaje poético significa – para decirlo de esta manera – un modo mejorado o acentuado de hablar basándose en la "apertura del mundo", a saber, en tal apertura del mundo que descansa en el carácter extraordinario del la "obra de arte".19 De hecho, el "suceso" de la poesía – similarmente a la oración en una fórmula ritual o sacra – satisface, de acuerdo a Heidegger, su modelo de un uso del lenguaje no referencial o no discursivo sino autoreferencial, propio u "ontológico". El énfasis heideggeriano en la poesía después de ST no es, esencialmente, más que una aplicación específica de la teoría del habla no referencial, tautológica o propia que en ST ya se encuentra aplicada sistemáticamente.
17 Esta distinción está ya implícita en la importantísima distinción husserliana entre conceptos y "formas de sentido", en el §7 de Id3. Para la discusión de este problema véase IV, capítulo. 1, parte 2.
18 Por mor de la completitud debe mencionarse aquí que los predicados ontológicos del tipo recién discutido no agotan los tipos de predicados ontológicos. El "ser demasiado pesado" en un ejemplo de predicado óntico ontológico, pero aparte de estos hay todavía otro tipo, a saber, los predicados ontológicos en en sentido estricto, tales como los que usa Heidegger en su ontología y de los cuales ya se mencionaron arriba algunos ejemplos: "ser existencia", "ser en cada caso mío" (Jemeinigkeit) o bien, "ser en el mundo".
También el "ser" del útil, es decir la "disponibilidad", es un predicado estrictamente ontológico. Tales predicados aparecen en oraciones estrictamente ontológicas tales como "el ser del ser ahí es la existencia" o "el se del útil es su disponibilidad". Para una discusión de esta diferencia véase IV part I.
19 Acerca de esto véanse TP y CE.
Bibliografía y abreviaturas
PP = Carrillo Canán, Alberto J. L., Heideggers Sein und Zeit oder die ontologische Fundierung des politischen Partikularismus, FU-Berlín, 1996.
IV = del mismo, Interpretación y verdad. Acerca de la ontología general de Heidegger, in: Analogía filosófica, número especial 4, México 1999.
PT = del mismo, Transcendentalism and Poetry in Heidegger, in: Analecta Husserliana, LXIX,
Kluwer Acad. Press, Dordrecht, Boston, London.
CE = del mismo, The Concept of "Earth" in Heidegger, forthcoming in Analecta Husserliana, Kluwer Acad. Press, Dordrecht, Boston, London.
BT = Heidegger, M., Sein und Zeit (1927). 16. ed., Max Niemeyer, Tubinga, 1986.
KM = del mismo, Kant und das Problem der Metaphysik (1929). 4 ed., Klostermann, Francfort / M 1973.
US = del mismo, Unterwegs zur Sprache (1959). 8. ed., Neske, Pfullingen, 1986. Wm = del mismo, Wegmarken (1967). 2. ed., Klostermann, Francfort / M, 1978. VS = del mismo, Vier Seminare (1971). 1 ed., Klosterman, Francfort / M, 1977.
De las obras completas de Heidegger:
B19 = Vol. 19, Platon: Sophistes (1924/25). 1. ed., Klostermann, Francfort / M, 1992.
B20 = Vol. 20, Prolegomena zur Geschichte des Zeitsbegriffs (1925). 1. ed., Klostermann, Francfort / M, 1979
B24 = Vol. 24, Die Grundprobleme der Phänomenologie (1927). 1. ed., Klostermann, Francfort / M, 1975.
B25 = Vol. 25, Phänomenologische Interpretation von Kants Kritik der reinen Vernunft
(1927/28). 1. ed., Klostermann, Francfort / M, 1977.
B63 = Vol. 63, Ontologie. Hermeneutik der Faktizität (1923), 1. ed., Klostermann, Francfort / M, 1988.
Id3 = Husserl, E., Ideen zu einer reinen Phänomenologie und phänomenologische Philosophie, vol. 3, W. Biemel, ed., Husserliana, vol. III, 1952.
SS = Tugendhat, E., Selbstbewußtsein und Selbstbestimunng, Suhrkamp, Frankfurt / M 1979.
c. a. = cursivas del autor del texto citado
Alberto Carrillo Canán
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