•Aumento de molestias físicas frecuentemente asociadas a conflictos emocionales, como dolores de estómago, de cabeza y fatiga
•Pérdida de interés por la escuela o el trabajo escolar
•Sensación de aburrimiento
•Dificultad para concentrarse
•Deseos de morir
•Falta de respuesta a los elogios
•Aviso de planes o intentos de suicidarse, incluyendo los siguientes comportamientos:
•Verbaliza: "Quiero matarme" o "Voy a suicidarme"
•Da señales verbales como "No seré un problema por mucho tiempo más" o "Si me pasa algo, quiero que sepan que…"
•Regala sus objetos favoritos; tira sus pertenencias importantes
•Se pone alegre repentinamente luego de un período de depresión
•Puede expresar pensamientos extraños
•Escribe una o varias notas de suicidio
Las amenazas de suicidio significan desesperación y un pedido de auxilio. Siempre se deben tener en cuenta muy seriamente los sentimientos, pensamientos, comportamientos o planes de suicidio. Todo niño o adolescente que exprese ideas de suicidio debe ser sometido a una evaluación inmediatamente.
Las señales de aviso de sentimientos, pensamientos o comportamientos suicidas pueden parecerse a las de otros trastornos médicos o problemas psiquiátricos.20
Métodos de suicidio
El método más utilizado en la tentativa de suicidio es la autointoxicación medicamentosa, siendo notablemente superior la proporción en adolescentes (91%) que en niños (44,4%).Este hecho es explicable por el número y la diversidad de fármacos, así como la disponibilidad y accesibilidad a los mismos que tienen los niños y adolescentes, tanto dentro como fuera del hogar.
Los fármacos más frecuentemente utilizados son los analgésicos, los psicofármacos (principalmente ansiolíticos y antidepresivos) y mezclas de diferentes sustancias medicamentosas.
Otros métodos también utilizados son: la flebotomía, cortes en las muñecas, la precipitación y el ahorcamiento. Estos últimos son más frecuentes en varones que en mujeres, quienes suelen realizar tentativas más violentas. Los niños, a diferencia de los adolescentes, utilizan preferentemente métodos violentos en el 66% (precipitación, arma blanca…), siendo el método utilizado por los niños tanto más violento y traumático cuanto menor es su edad. 21
Tratamiento para los sentimientos y comportamientos suicidas
El adolescente que ha intentado el suicidio debería ser hospitalizado si su inestabilidad hace que su comportamiento sea impredecible, indicando al menos un riesgo serio a corto plazo. Los rasgos de estado mental predictivos de riesgo a corto plazo incluyen: incapacidad de formar una alianza con el clínico, falta de veracidad o incapacidad para debatir o regular la emoción o el comportamiento, pensamiento psicótico, intoxicación actual por drogas o alcohol, o múltiples intentos previos de suicidio.
Los rasgos diagnósticos que indican la necesidad de hospitalización incluyen el trastorno depresivo mayor con rasgos psicóticos, ciclado rápido con la irritabilidad y comportamiento impulsivo, psicosis con alucinaciones imperativas y el abuso de alcohol o sustancias. Entre los factores sociales destaca la falta de apoyo ambiental suficiente para ayudar a estabilizar el estado psiquiátrico del niño o adolescente.22
El tratamiento específico para los sentimientos y comportamientos suicidas será determinado por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:
•La edad del adolescente, su estado general de salud y sus antecedentes médicos
•La gravedad de los síntomas del adolescente
•La seriedad del intento
•La tolerancia del adolescente a determinados medicamentos o terapias
•Sus expectativas con respecto del riesgo futuro de suicidio
•Su opinión o preferencia
El tratamiento de la salud mental para los sentimientos, ideas o comportamientos suicidas comienza con una evaluación minuciosa de los acontecimientos de la vida del adolescente ocurridos durante los dos o tres días previos al comportamiento suicida. Una evaluación integral del adolescente y de la familia contribuye a la toma de decisiones con respecto de las necesidades de tratamiento. Las recomendaciones de tratamiento pueden incluir, entre otras, la terapia individual para el adolescente, terapia de familia y, cuando sea necesario, la internación para brindarle al adolescente un entorno supervisado y seguro. Los padres tienen un rol vital de apoyo en cualquier proceso de tratamiento.
La atención psicoterapéutica a una crisis suicida infantil debe ir dirigida a la sensibilización de padres o tutores para que tomen conciencia de los cambios ocurridos en el niño, que presagian la ocurrencia de un acto suicida. "Hay que insistir con ellos en el control de los métodos mediante los cuales pueda autolesionarse. Si el niño realiza una tentativa de suicidio hay que investigar qué intención perseguía con este acto, pues necesariamente no tiene que ser el deseo de morir el principal móvil, aunque sea el de mayor gravedad".
Los niños y adolescentes suicidas informan de tener sentimientos intensos y dolorosos, depresión e inutilidad; ira, ansiedad y una incapacidad desesperanzadora para cambiar o encontrar solución a circunstancias frustrantes. Pueden responder impulsivamente a su sensación de desesperación con un intento de suicidio.22
El objetivo de las técnicas psicoterapéuticas es disminuir tales sentimientos y pensamientos intolerables y reorientar las perspectivas cognitivas y emocionales del niño o adolescente suicida. El clínico debe estar disponible al paciente y su familia, ser diestro en el manejo de crisis y relacionarse con el paciente de forma honesta y consistente; comprender las actitudes del paciente suicida y sus problemas vitales, transmitiendo un sentido de optimismo y actividad.22
Terapia cognitivo-conductual
Los niños y adolescentes suicidas a menudo experimentan cogniciones negativas sobre sí mismos, su entorno y su futuro. Es un tipo de intervención efectiva para los síntomas depresivos.
Se cree que los individuos suicidas tienen dificultades para comunicar y negociar sus necesidades y deseos y frecuentemente se refugian en estrategias de afrontamientos pasivas y evitativas, un modelo basado en métodos más directivos y asertivos de comunicación incrementará la capacidad del adolescente para conceptualizar soluciones alternativas a los problemas. Se pueden explorar las preocupaciones sobre la autonomía y la confianza, las distorsiones cognitivas, cogniciones, atribuciones y conceptos negativos de sí mismo.23
Psicoterapia interpersonal
El comportamiento suicida en niños y adolescentes se asocia frecuentemente a los conflictos interpersonales y el tratamiento de estos puede reducir el riesgo suicida.
La psicoterapia interpersonal (TIP) es una terapia limitada en el tiempo que dirige los problemas interpersonales, que son categorizados en: pérdidas, disputas interpersonales, transiciones de roles y déficits interpersonales. Es un tratamiento adecuado para suicidas deprimidos con problemas interpersonales. Se focaliza en el estilo y efectividad de las relaciones interpersonales actuales y en el contexto social inmediato.
La fase inicial conlleva una evaluación de los síntomas, diagnóstico y una historia de relaciones interpersonales. El terapeuta educa al paciente sobre los síntomas de depresión y ubica los síntomas dentro de un marco de dificultad interpersonal, como las reacciones ante las perdidas, disputas interpersonales y transición de roles. En la fase intermedia se abordan los problemas propios del paciente apoyando los esfuerzos para disminuir el pesimismo del paciente y los esfuerzos por alcanzar nuevas soluciones a los dilemas; se enfatizan opciones para el cambio. En la fase final apoya la independencia del paciente nuevamente adquirida y reconocida para controlar las preocupaciones interpersonales. El objetivo es asistir al paciente para reconocer y disminuir los efectos de futuros síntomas depresivos.24
Terapia dialéctico-comportamental
Es la única terapia que ha demostrado ser efectiva en la reducción de suicidio en adultos con trastorno límite de la personalidad.
Está basado en una teoría biosocial en la que los comportamientos suicidas con considerados como soluciones de mala adaptación a las emociones negativas dolorosas pero también tienen cualidades reguladoras de afecto y obtienen ayuda de otros. El tratamiento conlleva el desarrollo de estrategias orientadas a los problemas para aumentar la tolerancia al sufrimiento, la regulación de emociones, la efectividad interpersonal y el uso de los inputs racionales y emocionales para realizar decisiones más equilibradas.
El terapeuta conduce un análisis del comportamiento de cada problema con el objetivo de entender su función y las situaciones que lo provocaron, identificando soluciones constructivas y evitando problemas.24
Psicoterapia psicodinámica
Su objetivo es resolver conflictos internos relacionados con experiencias tempranas de rechazo, disciplina severa y abuso. A su vez trata de mejorar la autoestima permitiendo a los niños o adolescentes suicidas tengan más confianza en sí mismos, y ser menos inhibidos por la creencia de que son responsables de crear sus circunstancias problemáticas. No está demostrada su eficacia.24
Terapia familiar
La intervención familiar puede disminuir la discordia familiar, la pobre comunicación y el sentirse integrado en el seno familiar, mejorar la efectividad de la resolución de problemas y conflictos familiares, así como los sentimientos de culpabilidad del niño o el adolescente suicida. La terapia cognitiva basada en la familia intenta reencuadrar el conocimiento de la familia acerca de sus problemas, modificar los patrones de funcionamiento desadaptativos y alentar a las relaciones familiares positivas.24
Tratamiento Farmacológico
Se considera el litio o un estabilizador de humor como tratamiento farmacológico de elección para niños y adolescentes con trastorno bipolar, antes que un antidepresivo El tratamiento de mantenimiento con litio reduce en gran parte (8.6 veces) la recurrencia de intentos de suicidio en adultos con trastorno bipolar u otros trastornos afectivos mayores. Además, cuando se interrumpe el tratamiento con litio la tasa de intentos de suicidio aumenta de 7 a 9 veces. En niños y adolescentes la prescripción de litio requiere especial cuidado, ya que la sobredosis puede ser letal.
Los niños y adolescentes suicidas deprimidos con una historia de trastorno bipolar deberían de ser tratados con un estabilizador del humor antes de recibir un antidepresivo.
Los ISRS deben considerarse como tratamiento de primera elección para los niños y adolescentes suicidas por su bajo potencial letal, en contraste con los antidepresivos. Se debe observar cualquier incremento en la agitación o los pensamientos suicidas.24
Prevención del suicidio
El reconocimiento y la intervención temprana de los trastornos mentales y de abuso de sustancias son la forma más eficaz de prevenir el suicidio y el comportamiento suicida. Varios estudios han demostrado que los programas de prevención del suicidio con más probabilidades de éxito son aquellos orientados a la identificación y el tratamiento de las enfermedades mentales y el abuso de sustancias, el control de los efectos del estrés y de los comportamientos agresivos.
De acuerdo con la Fundación estadounidense para la prevención del suicidio (American Foundationfor Suicide Prevention, AFSP), para poder prevenir el intento de suicidio en los adolescentes es importante aprender cuáles son las señales de advertencia. Mantener una comunicación abierta con el adolescente y sus amigos brinda una oportunidad para ayudar cuando sea necesario. Si un adolescente habla sobre suicidio, debe recibir una evaluación inmediata.25
Señales de advertencia de depresión en adolescentes:
•sentimientos de tristeza o desesperanza
•disminución del rendimiento escolar
•pérdida del placer/interés en actividades sociales y deportivas
•dormir muy poco o demasiado
•cambios en el peso o el apetito
•nerviosismo, inquietud o irritabilidad
•abuso de drogas
•Medidas en salud pública
Las principales aproximaciones, en la salud pública, hacia la prevención de suicidios han sido
•1) Líneas telefónicas de crisis;
•2) restricción de métodos;
•3) búsqueda indirecta de casos a través del sistema educativo;
•4) búsqueda directa de casos;
•5) asesoramiento a los medios de comunicación; y
•6) entrenamiento a profesionales.
Medidas que los padres pueden tomar:
•Guardar las armas de fuego y los medicamentos fuera del alcance de los niños.
•Proporcionar ayuda a su hijo (de un profesional médico o de la salud mental).
•Apoyar a su hijo (escuchar, evitar la crítica excesiva, permanecer conectado).
•Mantenerse informado (biblioteca, grupo de apoyo local, Internet).
•Medidas que los adolescentes pueden tomar:
Tomar con seriedad el comportamiento y las conversaciones sobre suicidio de tu amigo.
Animar a tu amigo a buscar ayuda profesional, y acompañarlo, si fuera necesario.
Hablar con un adulto de tu confianza. No intentar ayudar tú solo a tu amigo.25
Conclusiones
Los principales factores de riesgo en los adolescentes que cometen suicidio son: el divorcio de los padres, violencia doméstica, el uso de drogas o alcohol y los problemas escolares.
Los signos de alarma fundamentales ante un intento suicida son: uso de alcohol o drogas, no participación en las actividades habituales, cambios en el modo de vestir y en la escuela, retraimiento y la escritura o la verbalización de tener ganas de morir.
El principal método empleado para cometer suicidio es la ingestión de tabletas, por la fácil accesibilidad a las mismas.
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Autor:
Dra. Electra Guerra Domínguez 1;
Est. Ariadna Gorgoso Vázquez2;
Est. Susana Grey Pompa Carrazana2;
Dra. Mercedes Banqueris Soto3;
Dr. Rolando Pulgar Rodriguez4;
Lic. Mariluz Álvarez Núñez 5
País: Cuba
Ciudad: Bayamo.
Créditos:
1. Especialista de Segundo Grado en Pediatría. Profesora Auxiliar. Máster en Atención Integral al Niño
2. Estudiante de Medicina.
3. Especialista de Primer Grado Medicina Interna. Profesor Instructor.
4. Especialista de Primer Grado en Pediatría. Profesor Instructor.
5. Licenciada en Enfermería. Profesor Instructor.
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