- Resumen
- Planteamiento del problema
- Antecedentes y fundamentación teórica
- Diseño y metodología
- Conclusiones de la investigación
- Conclusión final
- Discusión de resultados
- Limitaciones y sugerencias de nuevos estudios
Resumen
La investigación se centra en el análisis de la relación entre la acción del voluntariado en las aulas y el complejo mundo de la indisciplina escolar. En el marco de la Educación Secundaria Obligatoria, el efecto de la acción del voluntariado sobre la producción de problemas de disciplina en el aula hasta ahora ha sido más objeto de elucubración que de estudio científico. La investigación aquí reflejada aborda desde un enfoque cualitativo y a través de un estudio de caso único, la producción de problemas de disciplina en un aula de primer ciclo de educación secundaria en la que se pudo contar, durante un curso académico, con dicha colaboración. El posterior análisis e interpretación de los datos recogidos demostrarán como la acción del voluntariado en el aula además de ser una opción ampliamente valorada por la comunidad educativa, supone una estrategia metodológica que en el caso de ser bien diseñada y aplicada viene acompañada de un notable descenso en la producción de problemas disciplinarios.
Palabras clave: problemas de disciplina, voluntarios, conducta juvenil, educación secundaria, enseñanza efectiva.
(Voluntary action in secondary school classrooms.
A study about the prevention and treatment of discipline problems)
Summary. The research focuses on the analysis of the relationship between the action of volunteerism in classrooms and the complex world of the school indiscipline. In the framework of the Compulsory Secondary Education, the effect of the action of volunteerism on the production of discipline problems in the classroom has been so far more a matter of digression than of a real scientific study. From a qualitative approach and through a study of a unique case, this investigation deals with the production of discipline problems in a particular first cycle classroom of Secondary Education where there was the above collaboration during one academic year. The subsequent analysis and interpretation of the data collected proves that the action of volunteerism in the classroom is not only an option widely appreciated by the educational community but it is also a methodological strategy that, if well designed and implemented, means a marked fall in the production of disciplinary problems.
Key words: discipline problems, volunteers, child behaviour, highschool, efective teaching.
Planteamiento del problema
La escuela es una institución al servicio de la sociedad e involucrada con la cultura y la formación de todas las generaciones que pasan bajo su techo. En este proceso, es lógico considerar de singular importancia la adaptación que debe ir realizando a la naturaleza mutante y dinámica de la misma. Por ello, atender a la legítima aspiración social de una educación de calidad implica que la propia escuela debe estar muy pendiente para poder ser eficaz y operativa en las respuestas a los distintos problemas que van surgiendo. Uno de ellos, base del presente estudio, es el ocasionado por los problemas de disciplina que se dan en los centros escolares.
El problema de la disciplina escolar es un problema antiguo que nunca ha perdido vigencia o interés ni dejado de ser objeto de investigación, especialmente desde las últimas décadas y fundamentalmente desde el ámbito de la Psicología de la Educación. Actualmente la institución escolar se encuentra frente a desafíos enormes que implican una necesaria revisión y reestructuración de sus conceptos y prácticas para evitar entre otros aspectos que los individuos que no pueden ser asimilados corran un inevitable riesgo de exclusión (Wrigley, 2007).
Con esta investigación se pretende poner de manifiesto que una de las claves más importantes, sino la más, para responder a estas nuevas funciones será la capacidad de la propia institución para favorecer las relaciones en la escuela y crear ambientes favorables para lograr el desarrollo integral del individuo. El espíritu del estudio que a continuación se presenta se aleja del enfoque reactivo aplicado al tratamiento de los problemas de disciplina. Con él se pretende abordar desde un enfoque preventivo, comunitario, y de orientación dialógica la creación de ambientes de trabajo en el aula que faciliten el proceso de enseñanza y aprendizaje a través de la reducción de problemas de disciplina. Ello podría ser una de las consecuencias que puede suponer la presencia y colaboración de agentes externos en el aula: los voluntarios. Por ello, con esta investigación se pretende aportar algún elemento más de reflexión y estudio a la comunidad científica sobre el valor preventivo que esta colaboración puede suponer.
Antecedentes y fundamentación teórica
Como ya se conoce, el fenómeno de la indisciplina en las aulas es poliédrico y multidimensional, hecho que ha derivado en multiplicidad de enfoques y tratamientos. Sin olvidar que las causas son múltiples (Díaz Aguado, 2009) y el ámbito de actuación escolar limitado creo que intervenir sobre ellas siempre será un camino más productivo. Pese a la complejidad que se plantea, ni debe ni puede renunciarse a iniciar procesos de reflexión y autocrítica que puedan adecuar la propia institución a las necesidades requeridas. Cambiar lo que no funciona o funciona regular supone repensar el proceso educativo. Esta meta, como se verá a lo largo del trabajo, puede suponer cambios importantes a todos los niveles, especialmente en el metodológico y casi siempre tendrá un coste que ya es sabido; toda la carga de reticencias y obstáculos que los procesos de innovación suelen incorporar.
Desde una perspectiva docente, es inquietante el hecho de que la convivencia se convierta frecuentemente en una preocupación por la búsqueda de soluciones o recetas contra la violencia escolar. A veces es más fácil buscar soluciones o recetas mágicas fuera de la propia escuela porque puede resultar incluso más cómodo y menos traumático que descubrir la cantidad de prácticas, costumbres y culturas que la institución emplea y podrían ser susceptibles de revisión. Por ello este trabajo puede constituir una posibilidad de reflexión para profundizar en la investigación del potencial real que la propia institución escolar tiene para la mejora de la convivencia. Ello será posible desde un enfoque que entiende a la educación como un proceso personalizado en el que la comunidad puede intervenir activamente desde la riqueza de su diversidad y aprovechando el vacío investigador existente sobre el tema.
En principio no debe extrañarnos que sea la Educación Secundaria Obligatoria una de las etapas que actualmente preocupe más al profesorado, especialmente el primer ciclo y en temas referidos a problemas de disciplina en las aulas; sus causas, sus consecuencias y sus posibles soluciones. Hablamos de un conglomerado de conductas que preocupa no solo al sector docente sino que a toda la sociedad en general, ya sea por la distorsión que esto supone en el proceso educativo como por la transferencia que de dichos comportamientos indisciplinados hacen o pueden hacer a otros sectores de la vida social y ante los que los habituales mecanismos de control social no siempre saben o pueden responder.
Las investigaciones más recientes sobre conflictividad en las aulas españolas[1]reflejan una preocupación mayoritaria de los docentes por episodios de indisciplina caracterizados por su baja intensidad y elevada frecuencia. En su conjunto, desligados de acciones de violencia explícita, que se presenta muy ocasionalmente y que aunque no por ello revisten menor gravedad, constituyen un serio problema que obstaculiza la acción educativa. Precisamente por el problema que plantean creemos que merece especial atención el estudio de procedimientos que permitan prevenir su aparición. En nuestro caso la línea de investigación se ha mantenido por el efecto que pueda obtenerse sobre el comportamiento del alumnado en el caso de contar con voluntariado en el aula. Es importante aclarar que el interés del estudio no es saber si cuando hay voluntariado en el aula el alumnado aprende más o menos que cuando no los hay. El foco de interés radica en conocer si se existen menos problemas de disciplina cuando el voluntariado colabora en el aula y de ahí y en su caso deduciremos las conclusiones oportunas.
En la literatura consultada hemos localizado múltiples artículos acerca de las bondades de la participación comunitaria en los centros escolares (Flecha, et al. 2006). De entre sus posibilidades encontramos un común acuerdo en la obtención de beneficios para todos los miembros de la comunidad y en especial para la formación del alumnado a nivel global. Como limitaciones encontramos que una parte importante de estos casos se refiere a una participación testimonial y esporádica alejada de acciones que impliquen su labor directa en el aula, aspecto éste que consideramos de gran interés. En el caso español, es muy escasa la bibliografía que hemos localizado acerca de investigaciones sobre el impacto en la convivencia de esta colaboración y ninguna focalizada sobre el efecto en la producción de problemas de disciplina en el ámbito de secundaria. Quizás ello pueda ser debido a la ausencia en los centros de secundaria, de culturas de colaboración real dentro del aula por parte de agentes externos. A ello ha podido contribuir la pervivencia y consideración de la misma como un territorio particular y exclusivo del profesorado, y a que las muy pocas experiencias hasta la fecha desarrolladas en España no han sido examinadas sobre este particular con lo que fuera del ámbito teórico no se ha demostrado.
La investigación[2]que se expone en el presente artículo tuvo su origen en el deseo de conocer si los problemas de disciplina que se generaban en un aula disminuían cuando se encontraban en su interior personas voluntarias[3]colaborando en las tareas docentes. Para ello, se seleccionó un centro concreto de educación secundaria[4]español que contaba con voluntariado al participar en el proyecto Comunidades de Aprendizaje (Elboj, 2005) y adicionalmente reunía unas características especiales[5]y posteriormente se realizó un estudio en el mismo con dos objetivos específicos. El primero atendiendo a una dimensión ideológica y el segundo a la dimensión de práctica en el aula.
Diseño y metodología
El estudio[6]partió de un marco teórico dedicado a la disciplina escolar. Este se inició con el origen del término disciplina escolar y la evolución histórica de dicho concepto. En segundo lugar el estudio se centro en los problemas de disciplina en el aula a través de tres aspectos, definición, tipología y clasificación. Posteriormente el centro de atención del apartado teórico se dirigió hacia las causas de la indisciplina relacionadas con el sistema educativo. En este apartado tanto el propio sistema educativo a nivel general, el centro educativo a nivel local y el profesorado a nivel particular, fueron los ejes medulares que vertebraron la exposición. A continuación se revisaron distintos enfoques y modelos para el tratamiento de la indisciplina escolar, exponiendo notas comunes y relevantes de los mismos. Finalmente concluyó el apartado teórico con la exposición de varias claves metodológicas emergentes y contrastadas en cuanto a su efectividad que articularían en su conjunto el modelo comunitario propuesto.
El apartado empírico presenta un estudio centrado en la realidad de un aula de primer ciclo de secundaria en el escenario de un centro público pionero en el estado español en incorporar voluntariado externo a sus aulas. La cuestión general de investigación se planteó en los siguientes términos: ¿Decrecen los problemas de disciplina en un aula de secundaria cuando colaboran los voluntarios? El objetivo general se centró en averiguar si había menos problemas de disciplina cuando había voluntarios que cuando no los había a través de la realización de un estudio comparativo. A continuación la investigación se articuló en dos objetivos específicos. El primero atendiendo a una dimensión ideológica y dirigido a conocer la opinión y valoración de alumnos, profesores, voluntarios e informantes clave del centro sobre la labor de los voluntarios en relación con los problemas de disciplina. El segundo, atendiendo a la dimensión de práctica en el aula, se dirigió al análisis de la producción de problemas de disciplina con y sin voluntarios.
La naturaleza de las cuestiones de investigación planteadas (descriptiva/interpretativa) aconsejó un método de investigación fundamentalmente cualitativo por la orientación que caracteriza a este enfoque: abierto, flexible, con sensibilidad estratégica y criterios de referencialidad o no prescriptividad (Sandoval, 1996). Adicionalmente reunió algunos rasgos peculiares del diseño cualitativo que presenta Janesick (1994); holístico, se refería a una cultura y dentro de esa cultura a lo cotidiano, planteaba una comprensión sobre un escenario social concreto, existía una estancia prolongada del investigador en el campo de estudio y el investigador se constituía en el principal instrumento. Así mismo se incorporaban el consentimiento informado y la responsabilidad ética, previendo finalmente un análisis conjunto de datos.
La selección del tipo de diseño se acogió al concepto que Stake (1994, 1995, citado por Rodríguez et al., 1996) da en llamar oportunidad para aprender. Se optó por el diseño de caso único entendido este como aquel que centra su análisis en un único caso justificándose por su fundamentación basada en el carácter crítico y su carácter extremo y revelador (Yin, 1984, citado por Rodríguez, Gil, 1996).
El tipo de estudio implicaba un proceso de indagación caracterizado por el examen detallado, comprehensivo, sistemático y en profundidad del caso objeto de interés (García Jiménez, 1991) y era portador de características del tipo particularista, descriptivo, heurístico e inductivo (Merrian, 1988). Sobre la tipología de caso único y con respecto a las clasificaciones presentadas por Rodríguez (1996) atendía a las modalidades mixta e inclusiva[7]Por sus propósitos de profundizar en un tema se acercaba a la tipología instrumental (Stake, 1994), siendo adicionalmente generador de hipótesis tipo comprobación/interpretación desde los niveles factual e interpretativo (Guba y Lincoln, 1981).
Así mismo el estudio se caracterizaba por ser observacional, situacional y microetnográfico, tres de las seis modalidades de caso único que presentan Bogdan y Biklen (1982). Para garantizar la calidad de la investigación y asegurar la veracidad de los resultados se adoptaron diversos criterios tales como la formación metodológica del investigador, la explicitación del enfoque teórico de referencia, el rigor en todos los pasos del proceso y la triangulación.
Como ya se conoce, el procedimiento más utilizado para dotar de veracidad o autenticidad a las informaciones en investigación interpretativa es la triangulación. La triangulación consiste en, usando palabras de Denzin (1970) "la combinación de metodologías en el estudio de un mismo fenómeno" (p.291). Como apunta Kemmis, (1983) citado por Tojar Hurtado (2006) la triangulación se puede obtener cruzando diferentes fuentes de datos (personas, instrumentos, documentos o todos en combinación). Partiendo de la clasificación que presenta Bisquerra, (2000) se usó la denominada triangulación múltiple al combinarse varios tipos de triangulación, de datos, de métodos y finalmente de investigadores.
Los instrumentos principales del estudio entendidos como tipos primarios de técnicas que se utilizaron para registrar y facilitar el tratamiento experimental (Bisquerra, 2000), fueron en el caso de la dimensión ideológica, cuestionarios y entrevistas. En el caso de la dimensión práctica esta labor se realizó a través de cinco instrumentos[8]distintos: escala de signos, recogida de incidentes críticos, estudio pormenorizado y comparativo de los partes de incidencias emitidos durante el periodo de estudio, medición y registro del nivel de ruido en el aula y diario de campo (tabla nº 1). Los dilemas éticos previstos y surgidos en la investigación discurrieron en torno al mismo eje común; la observación de la salvaguarda y el respeto de los derechos que las personas tienen legal y moralmente reconocidos.
Tabla nº 1. Resumen de la planificación metodológica del estudio.
Conclusiones de la investigación
Para desarrollar el presente apartado se presentarán ocho conclusiones, cuatro por cada uno de los dos objetivos específicos de estudio. Todas ellas se expondrán seguidas de una breve explicación. Con respecto al primer objetivo observaremos como se visibiliza la aceptación unánime por parte de la comunidad educativa de la colaboración del voluntariado, su consideración como labor preventiva sobre los problemas de disciplina, ciertos aspectos limitadores y algunas propuestas de mejora.
Conclusión nº 1. Se acepta y valora positivamente la colaboración del voluntariado. La gran mayoría de los integrantes de la comunidad educativa se muestran de acuerdo con su presencia en las aulas y apoyan su labor.
La presencia de voluntariado en las aulas es vivida por la comunidad educativa como un hecho positivo. Este viene determinado por la unión de aspectos metodológicos y relacionales que favorecen en su conjunto la tarea de enseñanza y aprendizaje. La comunidad educativa acepta que exista más de un responsable único en el aula. Su valor se fundamenta en la posibilidad de incorporar y redistribuir de una forma más equilibrada la atención tanto en calidad como en cantidad que el alumnado pueda requerir. El voluntariado no es considerado como un "extraño en el aula", goza de buena consideración y se estima positivamente su capacidad de ayuda en la tarea educativa.
Conclusión nº 2. Para todos los sectores comprendidos en el estudio la colaboración del voluntariado en el aula supone una disminución en la producción de problemas de disciplina.
Aunque cada uno de ellos sostiene sus creencias en argumentos de diversa índole, todos tienen un denominador común; la disminución de problemas de disciplina se produce en mayor o menor medida y esta se concibe como una consecuencia del efecto preventivo que supone la posibilidad de proporcionar mayor atención al alumnado.
Haciendo un recorrido por cada uno de ellos se localizan los siguientes aspectos de interés que a continuación se exponen.
La mayoría del alumnado opina que cuando hay voluntarios en el aula no sólo mejora el comportamiento del grupo sino que en particular ellos mismos también se portan mejor de lo que lo hacen habitualmente. Se argumentan sobre dos razones: la ayuda académica que perciben por parte del voluntariado y el tipo de relación que establecen con el mismo. Para el alumnado, se trata de un tipo de ayuda en forma de explicación y resolución de dudas que viven como una acción individual y positiva hacia su persona. Todo ello se produce en un marco de trabajo donde el aspecto relacional cobra un especial significado. En esta línea el alumnado destaca la calidad relacional que perciben del voluntariado tanto a través del lenguaje verbal como no verbal. Se trata de un tipo de relación que diferencian de la mantenida con el profesorado habitual de área y que supone por su especificidad una alternativa a la que les resulta más fácil acogerse.
Para un amplio sector del profesorado el efecto preventivo se debe a la mayoritaria creencia de que contando con la colaboración de voluntariado se aumenta en gran medida la atención a la diversidad debido fundamentalmente al incremento de la atención individual. Este hecho, entre otros, es traducido en cambios positivos especialmente en el comportamiento de algunos alumnos. No se entra a valorar si se aprende más o si se aprende menos, se valora el que se portan mejor en clase. En este escenario, en el que se puede acceder y dedicar más tiempo al alumnado, la mejora del comportamiento viene determinada como una consecuencia lógica. Un alumno más tiempo atendido puede aprender más y por tanto tiene menos posibilidad de crear problemas de disciplina.
El voluntariado, por su parte, opina mayoritariamente que su propia actividad repercute positivamente en la disminución de problemas de disciplina. Sus argumentos se distribuyen básicamente en dos aspectos, en los relacionados con las consecuencias preventivas y reguladoras que derivan de la presencia de más adultos en el aula (aumento del control sobre el alumnado) y en los asociados con la buena relación que pueden y que de hecho mantienen con el mismo.
Los informantes clave se posicionan mayoritariamente en la misma línea de disminución de problemas de disciplina y sostienen su postura en argumentos basados en tres aspectos básicos: las consecuencias derivadas del incremento de la atención individual, los efectos del aumento en la motivación personal y los derivados de una mayor integración en el grupo (al reducirse la posibilidad de existir alumnos desatendidos).
Conclusión nº 3. Las limitaciones que existen se relacionan con aspectos organizativos, administrativos y personales.
Se han detectado deficiencias que requieren especial atención. Todos los sectores coincidieron y con especial énfasis el profesorado, en la existencia de limitaciones organizativas relacionadas con deficiencias de información, planificación y coordinación. La ausencia de información previa acerca de la presencia y labor de voluntariado en las aulas, la deficiente planificación caracterizada por ausencia de espacios de formación, preparación y coordinación entre voluntarios y profesores de área se constituye en un punto claramente susceptible de mejora. Es importante señalar que para gran parte del profesorado son aspectos que se han vivido de forma inadecuada o muy inadecuada y esto hace temer, de no subsanarse, futuras posiciones claramente contrarias a este tipo de colaboración externa.
No sirve de nada contar con voluntarios en el aula sin saber con seguridad el día en que van a venir o sin haber preparado la sesión previamente con ellos. Sobre la figura del voluntariado hay unanimidad sobre el deficiente sistema de captación ya que se considera insuficiente el número de voluntariado y muy limitado el origen del mismo. En concreto se reclama más presencia de familiares en las aulas pues se les considera dentro de la tipología o perfiles del voluntariado como uno de los más idóneos para colaborar en el aula; se valora especialmente su cercanía y facilidad de acceso a los alumnos.
El voluntariado por su parte posiciona los problemas en la relación profesional con el profesorado como uno de los aspectos más críticos de su labor. Se quieren sentir útiles y para ello quieren saber qué tienen que hacer en el aula. No quieren sentirse como algún informante explicó: "mano de obra barata", quieren tener responsabilidad y sentirse realmente parte activa del proceso educativo que tiene lugar en el aula. Sobre este particular y ante la falta de directrices por parte del profesorado, no es infrecuente la divagación, el vagabundeo y por consiguiente la desmotivación.
Conclusión nº 4. Las propuestas de mejora se agrupan en torno a la captación de voluntariado, la adopción de determinadas estrategias y estilos docentes, modificaciones en la propia organización escolar y el rediseño de determinados procedimientos en la Administración Educativa.
El profesorado propone la consecución de una adecuada coordinación con el voluntariado a través del incremento y habilitación de espacios horarios y lugares físicos de encuentro así como el diseño y aplicación de nuevos métodos para la captación de voluntarios. El voluntariado apuesta por dos líneas básicas dirigidas hacia su sector. La primera recomendando la adopción en su relación con el alumnado de actitudes personales relacionadas con la paciencia y el trato respetuoso y la segunda proponiendo el incremento de los niveles de diálogo y coordinación con el profesorado de área.
Los informantes clave apuestan en primer lugar y por orden de interés por la mayor captación de voluntarios muy especialmente en el seno del ámbito familiar, en segundo lugar y dentro del ámbito docente, por modificar actitudes personales de cierta susceptibilidad hacia la labor del voluntariado dentro de las aulas, eliminando prejuicios y haciéndolas más receptivas a las posibilidades y beneficios que puede suponer la acción del voluntariado como colaboración externa. Una acción como la que supone incorporar voluntariado a las aulas de un centro no debe ser una acción aislada y direccionada a grupos y alumnos especiales. Debería sentirse como un proyecto global de centro y como tal recibir el apoyo y la colaboración de toda la comunidad educativa. De no ser así este tipo de colaboración se vivirá como "acción impuesta" y dejará de ser efectivo.
Por su parte, la Administración Educativa es destinataria de medidas como la propuesta de revisión de su política de adscripciones de centros y en concreto del reparto equitativo del alumnado para evitar crear guetos. Al mismo tiempo debiera procurar cierta estabilidad del profesorado que pueda participar en este proyecto (la movilidad de plantillas supone el traslado continuo de profesorado que una vez formado abandona el centro). Finamente y ante la ausencia de una evaluación rigurosa de proyectos innovadores como el que supone la presencia de voluntarios en las aulas, se subraya la necesidad de un mayor control sobre la actividad hecho que permitiría adoptar las posibles y oportunas modificaciones posteriores.
A nivel de la propia organización escolar se propone coordinación tanto a nivel horizontal como vertical dentro del mismo centro: búsqueda de espacios horarios destinados a coordinación e intercambio de experiencias, mejora de la organización (planificación, información, coordinación y evaluación) de la acción del voluntariado, creación de experiencias previas de trabajo con voluntarios en los centros de educación primaria o el rediseño de criterios en el reparto de alumnos y profesores por grupos. Este último aspecto viene a subrayar, por ejemplo, las consecuencias, ya resaltadas en el marco teórico, de asignar grupos conflictivos a profesorado inexperto (tanto a nivel de las distintas áreas como en el reparto de tutorías).
Conclusión nº 5. En las clases que se cuenta con voluntariado el profesorado dispone de más tiempo para explicar y aclarar dudas al efectuar menos llamadas de atención y correcciones al alumnado.
La observación directa en el aula permitió establecer inferencias legítimas desde el nivel manifiesto al nivel latente (Ballesteros, 2007) y sirvió de base para un análisis del que se extrajeron resultados determinantes. El profesorado en las sesiones en las que no contaba con voluntariado efectuaba un mayor número de llamadas de atención al alumnado por su mal comportamiento. Este hecho se producía tanto a nivel particular como a nivel general. Conviene no olvidar que precisamente este tipo de conductas son las que más preocupan e impiden la tarea docente. En consecuencia, en este tipo de sesiones, el tiempo del que disponía para realizar su labor se veía mermado notablemente. De este modo al dedicar parte importante del tiempo a llamar la atención y corregir determinadas conductas, el profesorado explicaba menos, podía dedicar menos tiempo a cada alumno y al final todo ello contribuía a frenar el ritmo individual y colectivo de aprendizaje con las consiguientes y nefastas consecuencias para el ambiente de la clase.
Evidentemente esto pudo haber contribuido a que el profesorado adoptara, con ánimo corrector, determinadas actitudes y medidas en su mayoría punitivas, pues no se considera ni insustancial ni irrelevante el hecho de que en este escenario se produjeron, por ejemplo, más del doble de expulsiones de alumnos de clase que cuando se contaba con voluntarios.
En este escenario, los comportamientos contra-normativos generales, los relacionados con la motricidad gruesa, los comportamientos ruidosos, los verbales y finalmente los agresivos conformaron una globalidad de conductas que caracterizaban a las sesiones sin voluntariado y que doblaban en frecuencias de aparición a las que se produjeron en sesiones con voluntarios. Los alumnos más problemáticos en las sesiones sin voluntarios solían estar ajenos a la actividad y era frecuente que cuando no estaban pasivos alteraran el ambiente del aula a través de conductas como dar palmas y golpear la mesa (a modo de repiqueteo de tambor), se llamaran a gritos o tiraran cosas entre ellos o a los demás. Los comportamientos agresivos aparecieron muy esporádicamente cobrando menor importancia (por su baja frecuencia de aparición) y basándose en insultos y agresiones leves (collejas, empujones, etc.). Se trataba de alumnos que prácticamente no recibían ninguna atención a lo largo de la sesión, salvo para llamarles la atención, hecho al que estaban acostumbrados y parecían por ello no darle importancia.
Conclusión nº 6. En las sesiones en que se contó con la colaboración de voluntariado, las condiciones ambientales en el aspecto acústico son mejores ya que el ruido producido en su interior era menor que en las sesiones en las que no se contaba con dicha colaboración.
Atendiendo a la importancia de las condiciones ambientales en que se desarrolla la actividad en el interior del aula descritas en el apartado teórico, y determinando al nivel de ruido como un componente de las mismas, los datos recogidos en el estudio determinaron a las sesiones con voluntariado como más compatibles con la actividad académica que las sesiones en las que no se contó con dicha colaboración. Es decir que un aspecto como el ruido, relativo a la disposición ambiental y entendido como factor vehiculante o posible causante de actos de indisciplina, deja de serlo en cierta medida, cuando se cuenta con la colaboración adicional de más personas en el aula. Paradójicamente y frente a lo que podía pensarse en un principio, un aumento de adultos en el aula, con el lógico impacto que podría conllevar (más personas, más grupos y por tanto más actividad) no supuso que el ruido en el interior del aula aumentase sino todo lo contrario.
Los resultados obtenidos en la investigación situaron precisamente como más ruidosas a las sesiones en las que no se contaba con la presencia de voluntarios. En concreto, una vez obtenidos y comparados los valores en decibelios[9]se demostró que en las clases con voluntarios el nivel medio de ruido producido era menos de la mitad que en las clases sin voluntarios. Con estos resultados es lógico suponer que el ambiente en el que discurrían las sesiones con voluntariado era mucho más favorable para el correcto desarrollo de la actividad educativa.
Conclusión nº 7. Las sesiones en las que se cuenta con la colaboración de voluntariado son menos conflictivas que las que no lo hay.
Se llegó a esta conclusión tras comprobar mediante diversos procedimientos como el análisis de documentos y la observación, que el profesorado emitía menor número de partes de disciplina en las sesiones en las que contaba con voluntariado. El estudio puso de manifiesto que a nivel de conflictividad entre las distintas áreas ocupaban los primeros lugares las áreas que no recibían voluntariado. Posteriormente se visibilizó el hecho de que entre las propias áreas que recibían voluntariado, las sesiones en las que contaron con voluntariado se caracterizaron por ser mucho menos conflictivas que las
sesiones que no lo hubo. De hecho la suma de partes de incidencias en sesiones sin voluntarios duplicó a la obtenida en sesiones con los mismos.
Conclusión nº 8. Las incidencias producidas en las sesiones con voluntariado son de menor gravedad que las producidas en sesiones sin voluntariado.
Los resultados indicaron que la conflictividad a lo largo del curso se agrupaba mayoritariamente en torno a los fenómenos de disrupción escolar quedando prácticamente relegados los relacionados con episodios explícitos de violencia. Ambos tipos de sesiones presentaron una clase de incidentes totalmente distinta tanto por su tipología como por su frecuencia de aparición. Mientras que en las sesiones con voluntarios las incidencias reflejadas dibujaban un escenario caracterizado mayoritariamente por la pasividad o la falta de interés, en las sesiones sin voluntarios hubo mayor tensión, produciéndose más episodios de amenazas, agresiones y actos de enfrentamiento entre iguales y hacia el profesorado.
Conclusión final
Una vez efectuado el proceso de revisión y reflexión teórica, el posterior análisis científico y la exposición de resultados se ha podido demostrar que la colaboración del voluntariado en el aula previene claramente los problemas de disciplina y por consiguiente las situaciones de conflicto. En consecuencia se responde de modo afirmativo a la cuestión general de investigación origen del estudio; si decrecen los problemas de disciplina en un aula de secundaria cuando colabora el voluntariado.
La investigación ha demostrado la importancia que dicha colaboración tiene a nivel preventivo sobre la producción de problemas de disciplina en el interior del aula. Se trata de una primera y general conclusión que se deduce tras haberse demostrado por dos medios, en primer lugar a través de la constatación de la creencia mayoritaria en la comunidad educativa (sin olvidar las limitaciones y sugerencias de mejora aportadas) de que así se producen los hechos y en segundo lugar, por la demostración en el ámbito práctico, de la reducción de la producción de problemas de disciplina que acompaña a dicho tipo de colaboración. Estos resultados suponen una importante aportación del presente trabajo, ya que la literatura científica existe hasta el momento sobre la relación entre la acción del voluntariado y la producción de problemas de disciplina es más bien escasa a nivel internacional e inexistente en la educación secundaria española.
Atendiendo al marco teórico expuesto, los problemas de disciplina, constituidos por un conglomerado de conductas enojosas e inapropiadas de alta frecuencia y baja intensidad portan un mensaje oculto de llamada de atención. El hecho de no contar con el apoyo adicional que suponía la colaboración de voluntarios puede explicar el que conductas que caracterizadas por desobediencia y perturbación, se produjesen más del doble de veces en las sesiones sin voluntarios. A todo ello hay que añadir el que los actos que pueden caracterizarse por violencia física o moral así como las injurias u ofensas a otros miembros de la comunidad se localizaron mayoritariamente en este tipo de sesiones. Todo el proceso descrito viene a desarrollarse en el marco de un enfoque particular sobre el tratamiento de la indisciplina que se ha considerado híbrido entre los ya tradicionales. Este se situaría en una posición muy cercana al enfoque social y comunitario, básicamente preventivo, por tanto proactivo y siendo en su conjunto resultado de aportaciones de múltiple naturaleza. Se caracteriza por operar educativamente bajo los siguientes parámetros: participación comunitaria, grupos reducidos, diálogo, estilo docente cercano, organización efectiva de actividades en el aula, trabajo cooperativo, y adecuado marco físico.
Desde el enfoque social, interesa subrayar la idea de la participación de la colectividad y por tanto la idea de responsabilidad social. Desde el enfoque cognitivo, el papel que realizan tanto docentes como voluntariado al crear un clima de cooperación es compatible con el rol docente descrito en el marco de la disciplina constructivista. Por otro lado si recordamos el uso de la atención del profesorado al alumno, entendida como reforzadora del comportamiento (enfoque conductista), el incremento de la atención producido se convierte en una poderosa herramienta para disuadir los malos comportamientos. Entendemos que siempre se producirá una comunicación de mayor calidad y con menos posibilidad de interpretaciones erróneas cuando esta sea más cercana, por ejemplo en el seno de grupos de trabajo dirigidos por uno o más responsables. Precisamente la calidad en la relación ha sido uno de los aspectos que más valoraron todos los sectores, especialmente el alumnado. Por otro lado, el uso de metodologías participativas de clara identificación con el enfoque humanista por considerar al profesorado y voluntariado como sujeto social, cultural y laboral, implican la incorporación en su diversidad de destrezas, habilidades y por tanto procesos comunicativos que eliminan o interfieren de forma natural actitudes indisciplinadas (Torrego y Moreno, 2007).
Desde el enfoque ecológico, a parte de poner en evidencia los efectos de la inadecuada planificación escolar se subrayarían las implicaciones de aspectos relevantes como el tamaño, composición y distribución de los grupos o las condiciones físico/ambientales en las que se desarrolla la labor educativa. Adicionalmente la presencia de más personas en el aula tiene sus implicaciones con el enfoque naturalista. Ello puede traducirse desde el papel motivador que requiere del profesorado para captar la atención del alumno, así como su desmitificación como único portador de autoridad y sabiduría. Un alumno motivado crea menos problemas. Bajo este planteamiento, el profesor es uno más de los que se puede aprender, no necesariamente el único ni el mejor para ello. En este escenario, la participación activa de agentes externos, familias, exalumnos, exprofesores, universitarios, colectivos y asociaciones, etc. supone una estrategia que puede facilitar buenos resultados académicos por el beneficio que reporta al vehicular (previniendo la indisciplina), el proceso de enseñanza y aprendizaje (Edwards, 2006). Desde un enfoque dialógico y una perspectiva comunitaria acompañada de altas expectativas (bases del proyecto Comunidades de Aprendizaje) los resultados confirman su valor preventivo al ser un tipo de intervención eminentemente relacional que integra de forma efectiva en su funcionamiento a la riqueza y diversidad de la sociedad a través de la colaboración voluntaria de sus miembros en las aulas.
A la vista de los resultados obtenidos, las conclusiones emitidas y todo ello en el marco de la revisión teórica expuesta la participación externa trasciende en su valor preventivo del ámbito teórico al práctico, convirtiéndose, entre otros aspectos, en una valiosa herramienta facilitadora de la convivencia y por tanto del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Discusión de resultados
El sistema educativo y más concretamente la educación no universitaria constituye un escenario interrelacionado y muy complejo que además como organización es reticente al cambio y más si se pretende hacerlo de forma rápida. Hablamos de un marco en el que como alertan algunos especialistas (Sarason, 2003) el predecible fracaso de planes y reformas se debe, entre otras causas, a que no se modifican las relaciones de poder existentes en el sistema educativo, en las instituciones escolares y en las aulas. En este escenario nos encontramos en España con cambios legislativos y sucesivas reformas que sucediéndose de una forma ininterrumpida arañan superficialmente la realidad de las aulas dando lugar en la mejor de las situaciones a cambios híbridos entre lo que ya existía y lo que se pretende implantar. Frente a la tendencia de responder a la implantación de proyectos afrontando los problemas más importantes y llamativos existe la posibilidad de centrarse en elementos más sencillos que puedan conllevar cambios en todas las demás partes del sistema.
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