- Patógenos transmitidos por vectores
- Estrategias para el manejo de plagas de insectos vectoriales
- Bibliografía
Todos los seres vivos soportan la actividad de sus enemigos naturales, dentro de los cuales se encuentran los especializados para transmitir patógenos que pueden enfermar a los hospedadores y eventualmente causar su muerte: es una relación asimétrica, en la que sólo uno de los implicados obtiene beneficios.
Entre los individuos del reino animal se encuentran los moluscos, insectos y otros invertebrados, donde es frecuente el parasitismo debido a que tienen características comunes a pesar de sus orígenes diferentes (convergencia adaptativa).
El parasitismo se puede presentar en los artrópodos que arremeten contra animales de sangre caliente o endodermos, como son la mayoría de las aves y mamíferos silvestres o criados y humanos, afectándoles su estado sanitario; son parásitos accidentales, es decir mantienen una relación breve con el hospedador.
De todos ellos, los mosquitos son los más conocidos y padecidos. Estos dípteros (insectos con 2 alas) que extraen sangre de su presa por medio de una picadura, pertenecen a la Familia Culicidae (del latín Culex – mosquito), dentro de la cual se han citado más de 2.000 especies, todas muy abundantes en regiones tropicales y subtropicales.
Una de las características de esta Familia la constituyen sus largas y angostas alas con su venación típica.
Morfología externa de mosquito adulto
El ciclo biológico se inicia cuando las hembras depositan sus huevos en el agua o cerca de ella. Luego de la eclosión, las larvas se alimentan constantemente de la materia orgánica en suspensión y de algas, bacterias y otros microorganismos presentes en ese medio.
Respiran a través de 1 sifón, localizado en el extremo caudal del cuerpo, con el que atraviesan la película superficial del agua. Para su supervivencia es imprescindible que la misma esté calma ya que en caso contrario esa película se rompe, estos animales no pueden respirar y mueren.
Larva con su sifón
Las larvas de los mosquitos del género Psorophora, como P. ciliata que pueden tener una longitud corporal de hasta 9 mm, se alimentan de los estados juveniles de insectos acuáticos y hasta de renacuajos.
Durante la pupación, el 3º estado del ciclo de vida que también evoluciona en agua, se realiza la metamorfosis total.
A continuación emergen los adultos voladores, abandonando el medio acuoso para iniciar un rápido vuelo, iniciando la fase terrestre del ciclo. .
Mosquito adulto recién emergido sobre el agua
Los machos abandonan sus puparios con los testículos desarrollados, pero las hembras maduran sus óvulos con la incorporación de las proteínas de la sangre caliente del huésped (hematofagia). Algunas especies de mosquitos consuman el desarrollo ovárico sin el aporte de sangre, valiéndose de las sustancias lipídicas de reserva acumuladas en el interior del cuerpo durante la fase larvaria.
Las temperaturas elevadas y los altos porcentajes de humedad acortan los ciclos y las regiones con abundantes lluvias, propician un incesante aumento de sus poblaciones. En cambio la sequía es el mayor enemigo de los mosquitos culícidos y durante esas épocas las hembras sobreviven en lugares frescos y oscuros de las habitaciones de las viviendas (anofelismo o culicidismo residual) o en las oquedades de los árboles
Según la información disponible, se ha demostrado que la preferencia de los mosquitos por los equinos, vacunos y caninos es mucho mayor que por el Hombre, situación que se comprueba cuando este permanece acompañado por esas especies animales.
Una hembra necesita 3 minutos totales de succión para completar el sistema digestivo con la sangre de su victima, acción que puede ocurrir en 1 ocasión o varias; luego vuela hacia un lugar oscuro para reposar.
En el momento de la picadura puede experimentarse alguna sensación local extraña, como es el caso de Culex spp y Aedes spp quienes provocan leves reacciones epidérmicas, salvo en personas alérgicas en las que se manifiestan con mayor magnitud.
Si bien ambos sexos disponen de un mismo tipo de aparato bucal, en el caso de las hembras se observa un sistema picador-chupador más potente que les permite perforar la piel de sus presas.
Los mosquitos son responsables de la transmisión de numerosas especies de patógenos. La sangre obtenida de un hospedador infectado contiene microorganismos infecciosos que pasan al sistema digestivo y de allí retornan a las glándulas salivales, donde se replican. La saliva de los mosquitos cuenta con sustancias anestesiantes y con compuestos anticoagulantes, es inyectada al clavar el estilete del aparato bucal antes de la succión de la sangre, entonces cuando pica al siguiente hospedador, los microorganismos le serán transmitidos.
Los insectos que tienen como hospederos al Hombre y a los animales, se agrupan en 2 categorías:
a) una comprende a los que producen picaduras (avispas, tábanos) o mordeduras (hormigas).
b) la restante está conformada por formas insectiles definidas como vectores de patógenos como los mosquitos Mansonia, Anopheles, Culex y Aedes spp, la mosca tsé-tsé Glossina palpallis, la vinchuca Triatoma infestans, etc.
Algunas especies comparten el status de plagas y de vectores de enfermedades como la cucaracha cosmopolita Blatella germanica y la mosca común Musca domestica.
Definición de plaga: animales que causan daños a los intereses de las personas, ya sea en la salud (mosquitos), en cultivos (langosta), en alimentos deshidratados (gorgojos), en los animales (garrapatas), en plantas forestales (la procesionaria del roble), en los atuendos (polilla de la ropa), en la vivienda (termitas), etc.
Patógenos transmitidos por vectores
Los microorganismos patógenos (bacterias, nemátodos, virus, etc.) portados por un animal vector pueden iniciar una infección en el hospedador que se manifiesta como malestar general, decaimiento y otras.
Estos padecimientos pasan por 3 etapas: incubación (tiempo transcurrido entre la entrada del patógeno y la aparición de los primeros síntomas), desarrollo (aparición de los síntomas característicos) y convalecencia (se domina la enfermedad y el organismo se recupera).
Las enfermedades infecciosas se clasifican según sean transmisibles por vía directa o indirecta. Las primeras se pueden propagar desde un individuo enfermo hacia otro sano a través de la piel o mucosas e indirectamente, por medio de la respiración, al compartir un determinado objeto o un alimento.
Las enfermedades infecciosas transmitidas por vía indirecta, se caracterizan porque el microorganismo patógeno tiene que ser transmitido por vectores como moluscos, insectos, arácnidos, roedores y otros animales que se viven en tierra o agua.
Estas especies pueden alimentarse de fluidos como la sangre del huésped (mosquitos Culicidae) o depositar huevos en sus presas vivas (mosca gusanera Cochliomyia hominivorax), para generar mas tarde alguna de las 200 enfermedades zoonóticas que el ser humano y los animales superiores pueden padecer, aunque también suelen manifestarse cuando la epidermis se lesiona y por lo tanto, se establece un sitio para el ingreso de patógenos desde el exterior.
El vector tiene 2 roles: formar parte esencial del ciclo biológico del patógeno y contribuir a su diseminación.
Los animales invertebrados con un aparato bucal picador/chupador son más importantes en la dispersión de patógenos respecto de los que disponen de otros sistemas (lamedor, mordedor/masticador, cortador/chupador, masticador/lamedor) porque como el artrópodo succiona desde la hipodermis, el patógeno inoculado está protegido de la deshidratación.
Muchas especies de insectos hematófagos son vectores de patógenos como alguna de las 175 especies del género Plasmodium, que en humanos puede derivar en paludismo o malaria, transmitida por picadura de alguna de las 430 especies de mosquitos del género Anopheles.
Anopheles spp
La enfermedad de Chagas es provocada por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi, transmitido por la vinchuca Triatoma infestans (Hemiptera:Triatomidae) y otros triatómidos.
Triatoma infestans
La enfermedad del sueño o tripanosomiasis africana, cuyo agente causal es el protozoario patógeno Trypanosoma spp transmitido por la mosca tsé-tsé, Glossina palpalis palpalis (Diptera: Glossinidae).
Glossina spp
Tifus, conjunto de enfermedades infecciosas ocasionadas por bacterias del genero Rickettsia, que se transmite por picaduras de garrapatas, piojos, ácaros y pulgas quienes son transportados por diferentas especies de aves y mamíferos.
La peste bubónica o peste negra producida por la bacteria Yersinia pestis que pueden acarrear las pulgas de las ratas. Estos pulícidos, que se alimentan de sangre de sus hospederos, transmiten los patógenos a los humanos después que succionaron sangre de roedores infectados.
Pulga de las ratas Xenopsylla cheopis (Siphonaptera: Pulicidae)
Leishmaniasis, enfermedad que afecta a perros y humanos producida por protozoos del género Leishmania transmitidos por los mosquitos de la familia Phlebotomidae de los géneros Phlebotomus (phlebo, vena; tome, picar) en Europa, Asia y África y Lutzomyia en América.
Filariasis linfática, que puede transformarse en "elefantiasis", es una enfermedad parasitaria tropical causada por Wucheria bancrofti. Este nemátodo del Orden Spirurida es transmitido durante el primer estadio denominado microfilaria, a vertebrados por picadura de hembras de mosquitos de las familias Culicidae y Phlebotomidae o por tábanos (Diptera: Tabanidae). W. bancrofti completan su ciclo biológico en 2 hospederos: los mosquitos son hospedadores intermedios y los humanos, donde residen en el sistema linfático, son los definitivos.
Filariasis humana, una dolencia menos agresiva que la anterior producida por el nemátodo Brugia Malayi transmitido por picadura de mosquitos Mansonia, Anopheles y Aedes spp.
Gusano del ojo africano, loiasis o edema del Calabar producida por nemátodos Loa loa transmitidos por Chrysops spp (Diptera: Tabanidae), cuyas hembras durante la alimentación depositan sobre la piel las larvas filariales quienes ingresan al huésped por la herida generada como consecuencia de la picadura del tábano y permanecen en los tejidos subcutáneos.
Chrysops spp
Ceguera de los ríos u oncocercosis, enfermedad parasitaria causada por el nemátodo Onchocerca volvulis transmitido por las 1.800 especies de mosquitos llamados "moscas negras", que pertenecen al género Simulium.
Simulium spp
Fiebre amarilla, dengue, chikungunya y zika, enfermedades ocasionadas por virus de la familia Flaviviridae transmitidos desde una persona enferma hacia otra sana por la picadura de hembras de mosquitos Culex spp y Aedes spp, portadores de estos virus.
Las transmisiones de patógenos pueden ocurrir por alguno de los siguientes 3 modos:
1) mecánicamente, como acontece con una aguja hipodérmica infectada. Un ejemplo de este caso lo encontramos en la mosca doméstica o cucaracha y su modo de transmisión de bacterias.
2) En otros casos los patógenos tienen una relación fisiológica con sus vectores, atravesando dentro de ellos un período obligatorio de desarrollo, llamado ciclo extrínseco, durante el cual se convierten en formas infecciosas. Un ejemplo: Trypanosoma cruzi que produce la enfermedad del sueño necesita 3 semanas para madurar dentro de su vector, la mosca Glossina palpalis palpalis.
3) Al azar como es el caso de la garrapata Boophilus (=Rhipicephalus) microplus que trepa la vegetación para permanecer allí y fijarse al primer animal, principalmente bovino, que impacta en la planta o bien por la atracción que ejerce el calor, CO2, ácido láctico, etc. que emite el hospedador.
Para que un vector inocule eficazmente a un huésped (factor indispensable para la supervivencia del patógeno) debe existir aptitud en el primero y en el caso de patógenos con ciclos complejos, es necesario que encuentren dentro del vector condiciones para poder replicarse y luego establecerse en el huésped.
Existen períodos de vulnerabilidad que deben ser tenidos en cuenta y aprovechados en la lucha contra los vectores, como por ejemplo el tiempo de reposo del artrópodo hembra después de haber succionado la sangre de su victima.
El contacto entre vector y huésped puede materializarse durante el día o por la noche y está relacionado con los ciclos gonotróficos (período entre la succión de sangre, ovipostura y nueva hematofagia de las hembras), momentos que son dependientes de la temperatura y humedad ambiental.
Conocer la etología (comportamiento) de los vectores es una experiencia que sustenta el manejo moderno y exitoso de esas poblaciones, pues los momentos de mayor vulnerabilidad son los más propicios para orientar las acciones de combate directo.
Al respecto, los mosquitos ocupan uno de los primeros lugares en la lista de enemigos naturales del Hombre, ya sea por las picaduras y sus múltiples consecuencias (alergias, infecciones, etc.) como por su papel de vectores de patógenos.
Los virus dentro del mosquito pueden mantenerse mucho tiempo, aunque la capacidad de los microorganismos para transmitirse, ingresar en el hospedero y provocar una infección (infecciosidad) ocurre generalmente entre los 6 y 12 días después que el mosquito ha succionado sangre infectada. En condiciones controladas y artificiales de laboratorio se determinó que ese período puede extenderse hasta 8 semanas.
Los patógenos no enferman a sus vectores, quienes actúan como el sustrato donde se replican y como el medio para ser transportados. Por lo tanto, las enfermedades de los vectores no se relacionan con las generadas por los patógenos acarreados por ellos.
Estrategias para el manejo de plagas de insectos vectoriales
El combate contra plagas trasmisoras de patógenos exige el cumplimiento de los siguientes requisitos:
1) urgente adopción de medidas en casos de epidemia (enfermedad que afecta a un gran número de personas o de animales de un mismo lugar y durante el mismo período de tiempo), endemia (enfermedad que afecta a un país o región, habitualmente en fechas fijas) o pandemia (enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que padecen casi todos los individuos de una región);
2) superar los problemas de implementación por razones étnicas, geográficas, culturales, ambientales u otras, existentes en las regiones o países perjudicados;
3) eficacia de las estrategias de lucha directa contra la plaga para manejar, controlar o erradicar la enfermedad;
4) ajustar las acciones a las realidades económicas de los países, principalmente los que están en desarrollo.
No obstante todo esto y por su mayor complejidad, el manejo de plagas vectoriales que afectan al Hombre, cuenta con mayor apoyo de la población respecto del control de otras plagas: las personas toman este asunto de modo más directo ya que son ellas las principales perjudicadas o las que están en riesgo. Esta complejidad, además, se relaciona con la extensión de las zonas que muchas veces supera los límites de un país dado.
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Autor:
Miguel Ritacco
Investigador Consulto CNEA