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Misiones en búsqueda de gobernantes


  1. Cuadro de Situación
  2. Misión de Argentina y Chile. Rivadavia e Irisarri compiten por sus proyectos monárquicos
  3. Bibliografía general

Cuadro de Situación

Luego del Cabildo abierto de 1810, y de manera terminante, con posterioridad a la Declaración de Independencia de 1816, la clase dirigente de Buenos Aires, cabecera del español Virreinato del Río de la Plata, ante la aparente incapacidad de autogobierno, se encontraba en una angustiante búsqueda de alguien que tuviese el respaldo internacional y la capacidad financiera, de gobernarnos adecuadamente.

Las miradas se posaron en numerosos personajes de la nobleza europea y también de los incas. Hubo para todos los gustos. En este comentario solo trataremos dos gestiones puntuales a las que considero emblemáticas por lo disparatado de ambos casos: Habíamos declarado y aun nos encontrábamos en una cruenta guerra de independencia con España y al mismo tiempo requeríamos nobles españoles y/o de cualquier otra nación para gobernarnos. Un dislate difícil de digerir.

Misión de Argentina y Chile. Rivadavia e Irisarri compiten por sus proyectos monárquicos

Podemos observar que tanto Argentina como Chile, estaban tras el mismo objetivo y competían entre sí por lo mismo: Un príncipe europeo pudiente y capaz que pudiese hacerse cargo de sus gobiernos. Sobre todo pudiente.

Bernardino Rivadavia detenta el gobierno en dos oportunidades. La primera cuando en 1820 caen el Directorio y el Congreso; y Rivadavia fue convocado por el nuevo gobernador Martín Rodríguez, que lo nombró en el cargo de Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores de la Provincia de Buenos Aires. Ocupó su puesto en julio de 1821 hasta mayo de 1824 cuando Juan Gregorio de Las Heras es elegido nuevo Gobernador. Rivadavia en este período es el que hace y deshace los manejos gubernamentales.

La segunda oportunidad que gobierna Rivadavia fue como Presidente de la Nación Argentina, desde el 7 de febrero de 1826 hasta el 9 de agosto de 1827.

Pero estas gestiones promonárquicas que comentaremos, ocurren cuando Rivadavia es Ministro de Martín Rodríguez.

Sabemos que Rivadavia viaja a Europa para tratar de conchabar  algún príncipe desocupado que se atreviese a reinar sobre nuestra incipiente nación. Tras Rivadavia viaja  de apoyo el  Presbítero José Valentín Gómez e inmediatamente tras Gómez viaja Antonio José de Irisarri y una comitiva, con el mismo objetivo pero para Chile.  Todos se encuentran en Londres haciendo turno para ser recibidos y en carta  del 8 de julio de 1822, Rivadavia  lo pone al tanto al Pbro. Gómez que: "Irisarri le había dado cuenta de sus gestiones para ser recibido por miembros del gabinete inglés, a quienes debía entregar un oficio de O"Higgins y una nota suya, y que si bien se le había prometido que sería llamado en seguida, habían pasado veinte días sin que se lo hubiese citado".

Amplía Rivadavia: "En él (En Irisarri) domina la convicción de los grandes riesgos que corre nuestra patria; él parece animado de las mejores intenciones y de los principios que pueden estimarse como los más sólidos en nuestra tan grande como complicada causa; él me ha abierto su opinión de que el único medio que cree capaz de consolidar la Independencia de la América del Sur, es el establecimiento de una Monarquía bajo una protección exterior fuerte y eficaz; me ha asegurado que ésta es la opinión no sólo de los jefes de Chile y Buenos Aires, sino de la parte principal del pueblo y en particular de la última capital (Buenos Aires) él ha ido tan adelante, que me ha manifestado que, para establecer una Monarquía y sostenerla, era preciso formarla de los tres estados comprensivos de lo que componía los virreinatos de Buenos Aires y del Perú y de la Capitanía General de Chile."

Conviene aclarar algunos detalles, para entender la trama que ocupaba a los gestores promonárquicos que se encontraban en Londres esperando ser recibidos para que les den el visto bueno. En realidad los candidatos a monarcas había que acordarlos con Francia y el apoyo, el sostenimiento y el comercio  de esa monarquía había que conseguirlo de Inglaterra.

Por eso ambas delegaciones, la argentina y la chilena se encontraban divididas. Veamos: Rivadavia estaba en Inglaterra esperando ser recibido por algún ministro y el Pbro. Gómez en Francia arreglando los detalles de los candidatos. Los chilenos hacían otro tanto, Irisarri en Londres y Rivas en Paris. Para Buenos Aires, los candidatos eran varios pero los de mayores posibilidades eran el Príncipe De Luca, heredero del reino de Etruria (Tirrenia).  El Infante don Francisco de Paula candidato de una parte de los borbones españoles y franceses y el duque de Orleáns que era el candidato del Rey de Francia Luís XVIII. Honestamente la terna era de cuarta.

Previamente a todo esto, el Presbítero Gómez se había entrevistado con Jean-José marqués de Dessolles en dos oportunidades, que era Primer Ministro de Francia (1818-1820) y habían acordado que un príncipe de la casa de España, el príncipe de Luca, o el infante don Francisco de Paula, podrían ser los indicados para fundar en Buenos Aires una monarquía. Tanto Rivadavia como Gómez suponían que de esas entrevistas los chilenos no estaban enterados y consideraban que corrían con ventaja en ese aspecto.

Según suponía Rivadavia Irisarri había partido a Europa ignorando la misión de Gómez ante Dessolles ni de la propuesta de éste de coronar al príncipe de Luca. Por eso cuando le escribe a Gómez que se encontraba en Francia le informa: "Sobre este punto es necesario que Vm. Me exprese su juicio. Yo preveo que si el envío del Sr. Rivas a Paris para entrevistarse con usted se verifica, y si el señor Irisarri se muestra en adelante consecuente, será preciso no sólo instruirlo de todo, sino decidirlo a que pase a ésa, concierte con Vm., vean ambos al Ministro (Dessolles) con el cual pueden adelantar algo el Negocio, y darle al menos mayor formalidad."

El Congreso de las Provincias Unidas y la candidatura del príncipe de Luca.

No debemos olvidar que para ese momento teníamos un Congreso que estaba nuevamente en  funciones. El Congreso de Tucumán que al tiempo se trasladó a Buenos Aires, y por otra parte,  la gobernación de Martín Rodríguez había finalizado. El nuevo Gobernador de Buenos Aires era Juan Gregorio de Las Heras (2 de abril de 1824 hasta el 7 de febrero de 1826)

A pesar de ello Rivadavia y su comitiva continuaban en funciones en

Inglaterra.

Generalmente los autores critican al Congreso, quien oportunamente había aprobado el envío a Europa de un comisionado destinado a recibir a un príncipe de primera categoría para gobernarnos y finalmente el ejecutivo había caído tanto en sus pretensiones que se avino a admitir otro de inferior orden. En mi opinión el Congreso estuvo a la altura de las circunstancias y demostró en la emergencia una notable prudencia y lejos de aceptar el candidato propuesto por el ministro Dessoulles, acordó que tal candidatura fuera anulada por quien podía hacerlo: por Gran Bretaña. Como nuestro ejecutivo no podía o no quería anularlo, el Congreso le pasó la pelota a Gran Bretaña.

Una elemental prudencia aconsejaba no rechazar ni aceptar  la propuesta francesa. Éramos nosotros los temerosos de una alianza entre España, Portugal y Brasil, que para ese momento que nos limpiara del mapa y fuimos nosotros a pedirles ayuda y candidatos para gobernarnos. Los hechos y el tiempo le dieron la razón al Congreso. Para cuando la noticia de lo acordado por el Congreso llegó a Paris, Dessolles había dejado de ser Ministro de Luís XVIII; las gestiones que había realizado ante España habían fracasado y la candidatura del príncipe de Luca había fenecido antes de concretarse en algo formal.

El Congreso se abocó al asunto en sesión secreta del 27 de octubre de 1824. El 30 se reanudó la sesión secreta, que se suspendió ante la noticia de que Santa Fe había declarado la guerra a Buenos Aires. El 3 de noviembre se comenzó nuevamente a considerar la cuestión, y según se registra en el acta correspondiente: "Se presentó a su consideración, por una parte, la incompatibilidad que envuelve la propuesta con la forma de la Constitución política del estado que estaba sancionada y publicada, aceptada por los pueblos sin contradicción y que el Congreso y ellos (los diputados) han jurado solemnemente observar y sostener; y por otra parte la falta de facultades para variarla, no siendo bajo las formas que ella misma establece para consultar mejor a su estabilidad y permanencia".

Por su carácter federal "La Ley Fundamental" aprobada por el Congreso el 23 de enero de 1825, tenía el carácter de Ley constituyente y en su articulado no preveía príncipes ni entenados. En ese momento "La Ley Fundamental" proyecto presentado por el diputado correntino Francisco Acosta era nuestra Constitución Nacional y Federal; y el Congreso la hizo respetar. El texto citado demuestra que se comenzó poniéndole a la candidatura una tacha constitucional insalvable, suficiente para invalidarla. A pesar de ello se resolvió tratarla teniendo en cuenta que la "expresada propuesta no salía de la esfera de un simple proyecto de negociación."

No quiero terminar este resumido comentario sin mencionar, primero al padre de la criatura de la "La Ley Fundamental" que fue  el instrumento institucional que impidió uno de los tantos disparatados proyectos rivadavianos. Me refiero al diputado por nuestra provincia Don Francisco Acosta, que se opuso enérgicamente a cualquier  modificación de nuestra constitución de ese momento.  También quiero destacar la posición de otro diputado, el representante por Charcas Jaime de Zudáñez, quien directamente expresó que el no podía contrariar la voluntad expresa de su Provincia de conservar un gobierno republicano, por lo que directamente se oponía siquiera a tratar la propuesta. (1)

No se debe olvidar la destacadísima actuación que tiene el diputado por Charcas Jaime de Zudáñez en el Congreso de Tucumán de 1816.

Fuente: Toda la correspondencia y documentación  mencionada, fue dada a conocer por investigaciones realizadas por Ricardo Piccirilli y publicadas en su obra "Rivadavia y su tiempo". Ediciones Peuser, Tres Tomos, Buenos Aires, 1960.  Es conveniente mencionar que el doctor Piccirilli es el exaltador más importante de Rivadavia.  En la obra mencionada utiliza una hermenéutica rigurosamente liberal y se apoya en la interpretación de Mitre.

(2) El suscripto siempre se queja de lo poco que se reconocen las acciones de nuestros predecesores y reclama el reconocimiento de la modernidad de las personas que hicieron nuestra patria.

En el caso del diputado por Charcas Don Jaime de Zudáñez, Bolivia actuó de manera diferente. Una Provincia Boliviana lleva el nombre de Jaime de Zudáñez. La Provincia de Jaime Zudáñez  se encuentra en el Departamento de Chuquisaca y tiene como capital a la ciudad de Villa Zudáñez.

Argentina por ejemplo se encuentra dividida en provincias y las mismas en Partidos (como Buenos Aires)  o en Departamentos (como Corrientes). Bolivia se divide administrativamente en Departamentos y los Departamentos en Provincias.

Misión designada ante Austria y Rusia por el Director Pueyrredón al periodista cubano Valdés para lograr un príncipe protector

El Director Pueyrredón designa a un periodista cubano, José Valdés, para que ante las monarquías   gobernantes en  Austria y en  Rusia, nos salven la situación política a nosotros.  Si señores lectores, en 1817 representantes de las provincias Unidas del Río de la Plata le piden ayuda a Rusia.  Algunos conspicuos autores sostienen que hasta Manchuria no llegaron, porqué era invierno y había mucha nieve.

Con fecha 3 de enero de 1817, Pueyrredón, que fue Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde el 9 de julio de 1816 hasta el 9 de junio de 1819, dispuso dar por finalizada la maratónica misión de Rivadavia en Europa, que venía desde el Segundo Triunvirato (1814).  Prácticamente desde un año atrás se encontraba varado en Paris, que como todos sabemos es un lugar ideal para vivir viaticando  sin hacer nada. Ya ni las más elementales noticias sobre la situación del país le eran comunicadas. El último oficio que recibió del gobierno fue en diciembre de 1816 dándole cuenta de la Declaración de la Independencia en Tucumán. Esta noticia hacía más de dos meses que era pública en Europa. Si carecía de comunicaciones sobre hechos de tanta importancia como la declaración de la independencia, no es extraño que se mantuviera sin instrucciones y sin respuestas a sus muchas cartas informativas sobre la situación europea. A pesar de ello considero de interés reproducir algunas de esas cartas que no eran respondidas y ni siquiera se les acusaba recibo por parte del gobierno. Ni Manuel García, que se supone que dependía de él y que se encontraba en Londres, le informaba nada. Cada personaje jugaba su propio partido de manera independiente y de acuerdo a sus intereses políticos y económicos.  

En fecha 31 de enero de 1817en carta al gobierno dice: "… se dolía de la conducta de la corte de Brasil, pero desgraciadamente todos mis esfuerzos son hasta ahora inútiles, para saber las deliberaciones de ese Gobierno a este propósito, y qué es lo que ha hecho D. Manuel García , de quien, es bien extraño , no tengo ni una letra; de manera que sobre un asunto de tanta consecuencia no puedo, absolutamente, obrar ni hablar, y precisamente cuando la invasión de los portugueses en ese territorio ocupa tanto a la Europa, a quien generalmente desagrada."

El 22 de marzo volvía a escribir afligido, advirtiendo "… que la causa revolucionaria debía atender tres objetivos vitales: las disposiciones existentes, o posibles, de las naciones cuyo influjo decidía los destinos en el momento; la situación particular de España, y la marcha que, como consecuencia de uno y otro, y de su propio estado, debían adoptar las Provincias Unidas."

Conviene detenerse un momento en estos tres objetivos vitales para nuestra revolución e independencia. Considero que resumen exactamente el ideario rivadaviano sobre el particular. Primero tenemos que considerar las disposiciones de las potencias que deciden los destinos de las naciones, (Gran Bretaña y Francia); segundo tener en cuenta lo que podría querer España de nosotros y tercero las medidas que deberían adoptar las Provincias Unidas respecto de los puntos anteriores.

Al efecto Rivadavia añadía: "Nunca pensé que el Congreso demorase tanto en pronunciar sobre la forma de gobierno de este Estado; pero siendo demasiado urgente el hacerlo, yo estoy persuadido que es de suma importancia el declarar a ESE ESTADO EN MONARQUÍA, RESERVÁNDOSE LA ELECCION DE SOBERANO AL RESULTADO DE LA NEGOCIACION QUE EN SU VIRTUD ACUERDAN PARA CON LAS CORTES DE EUROPA. (El subrayado es del propio Rivadavia).

Algunos antecedentes de la misión ante Rusia.

 José Lanz fue uno de los tantos profesionales europeos que Rivadavia, durante su larga permanencia en Europa, contrató para trabajar en el Río de la Plata. José Lanz, un profesor de matemáticas y ciencias naturales español que vivía en Londres,   en 1816 viaja a Buenos Aires y como no se adapta a estas latitudes regresa a Gran Bretaña en mayo de 1817 donde se encuentra  con Rivadavia. Lanz si bien es verdad que  no nos sirvió como profesor, fue contratado nuevamente por Rivadavia para que le sirviese de correo con Pueyrredón y volvió al Río de la Plata con correspondencia para el gobierno. En carta del 30 de agosto de 1817, dice que "este método para informar al gobierno lo usaría  en cuanto se lo permitieran sus recursos, adelantando la noticia de que se preparaba una nueva expedición en Cádiz, y se rumoreaba que era propósito del Emperador Alejandro de Rusia auxiliar a España en sus propósitos ofensivos, si bien señalando que las demás potencias veían con desconfianza la actitud rusa, por ser la nación que menos relaciones e intereses tenía con la América. (1) Por otra parte, añadía Rivadavia, es muy poco probable que la Rusia hiciera sacrificios de buques, tropas y dinero, o sólo dinero, sin una indemnización más que proporcionada. Por su parte no creía que tal expedición  (la española que se preparaba en Cádiz) llegara tener más apoyo que el de la corte del Brasil, cuando ésta ha pedido a Lisboa un refuerzo de 4 a 6 mil hombres con la mayor urgencia, y que ya han salido en parte, y el resto si no se ha dado ya a la vela, no tardará en zarpar, según la noticia de los diarios."

Por carta del 30 de junio de 1817, dirigida al director Pueyrredón, Rivadavia decía que "el 14 de dicho mes había sido sorprendido por un artículo de uno de los diarios  de París, concebido en los siguientes términos: En La Gazeta de Bremen del 29 de mayo, se lee el artículo siguiente: En este momento se halla en ésta un diputado de Buenos Aires de paso para Viena, encargado de ofrecer el Reino de Buenos Aires a un príncipe Austriaco. Se dice que este Diputado deberá dirigirse a otra corte poderosa de Europa, en el caso que sus ofertas no sean admitidas en Viena."

Rivadavia ya había recibido instrucciones del 3 de enero de 1817 firmadas por Pueyrredón, disponiendo su regreso por no haber "motivo alguno de conveniencia que pueda fundar su residencia en Europa".  Rivadavia no pudo admitir que se enviara un nuevo comisionado, por lo que supuso se trataba de una falsa información. No lo era en realidad. En la misma fecha, el 3 de enero de 1817, Pueyrredón había confiado a Antonio José Valdés, un cubano que había sido director de "El Censor" a llevar pliegos a los emperadores de Rusia y Austria rogándoles nos adopten bajo sus poderosos dominios, y eventualmente designen algún príncipe que se haga cargo de nosotros. Valdés utilizaba el cargo de Diputado Representante de las Provincias Unidas  de Sud América.

En la carta que lleva Valdés, dirigida al emperador de Rusia, y sobre la cual requiero de los señores lectores la lean con detenimiento, Pueyrredón comienza diciendo que: "Estaba en el interés de Europa que América dejara de permanecer en la ignorancia y la servidumbre, para que cultivada, floreciera y abriera sus entrañas al género humano, sin ser patrimonio exclusivo de una Nación mezquina y suspicaz, que se abroga su dominio en virtud de un descubrimiento casual  (el descubrimiento de Américay de la famosa Bula de donación otorgada por Alejandro 6º,  (la Bula que divide América entre España y Portugal) Es constante que la naturaleza ha destinado la tierra a las necesidades del hombre en general, Y NO DA A NINGUN PUEBLO MAS DERECHO QUE EL DE APROPIARSE EL PAIS QUE LE ES SUFICIENTE, obstruyendo su beneficio con perjuicio necesario de los demás Pueblos".

Este último párrafo, en el que subrayamos un concepto sorprendente, que ofrece todos los caracteres de una invitación a tomar posesiones en América, ya que era evidente que Buenos Aires a la cabeza de las Provincias Unidas de Sud América contaban con más tierra de la que necesitaban por su cantidad de habitantes. Por otra parte se debe tener en cuenta que de manera simultánea a la Guerra de la Independencia que se estaba desarrollando a pleno. El triunfo de Chacabuco fue el 12 de febrero de 1817, los gobernantes gestionaban príncipes de cualquier nación del mundo y sugerían la ocupación de nuestros territorios a las potencias europeas.

Existía una contradicción evidente entre las acciones militares de algunos héroes por la guerra de independencia de nuestra patria contra el anterior coloniaje español;  y las acciones políticas de los dirigentes portuarios que ofrecen el gobierno y el territorio de nuestra patria a cualquier potencia que aspire a obtenerla.

Pero debemos continuar con los lagrimosos pedidos de Pueyrredón al Zar de Rusia. "La América sigue su denodada y sangrienta lucha (la Guerra de la Independencia) en la que reconoce la suma necesidad de un brazo poderoso que vigorice su aliento, y paralice las maquinaciones  y esfuerzos de sus enemigos. ¿Y quién, Señor, mas adecuado que V. M. I. (2)cuyo sólo nombre respeta toda la Tierra.

El oficio dirigido al emperador de Austria por Pueyrredón, y entregado por el inefable cubano Antonio José Valdés, tiene las mismas características lagrimosas, y transcribiré algunos párrafos que considero importantes. Se iniciaba con una explicación de los antecedentes políticos de estas pampas, que a los austriacos le sonarían como si les hablaran en chino. Ahora veremos como Pueyrredón le pide disculpas al Emperador de Austria  de haber realizado las acciones de 1810 y sobre todo la declaración de la independencia en  1816. Todo un verdadero y vergonzoso disparate. Habla de los americanos en tercera persona. ¿Y él que era él en 1810 y en 1816, súbdito de Gran Bretaña? "El proceso revolucionario establecido al ser invadida España por los franceses, los americanos creyeron que adoptar sus precauciones para no correr la suerte de su Metrópoli en Caso de ser desgraciada. Los gobiernos revolucionarios instalados en España pretendían dictar la ley a la América. Resistimos a sus pretensiones tan injustas y creamos gobiernos provisorios hasta la restitución del Sr. D. Fernando VII a su trono. Las juntas de la Península nos declararon la guerra. El regreso de Fernando VII encontró a estos pueblos en plena guerra."  Si, estábamos en plena  Guerra de la Independencia.

"Creímos haber llegado entonces al término de tantos desastres; pero el rey  (Fernando VII) mal aconsejado, sin encontrar que aplaudir en los gobiernos españoles, no consideró en nuestra resistencia los preceptos de unas autoridades que él mismo declaró nulas, la prueba ilustre de nuestra lealtad".

"A los males consiguientes a una guerra sin fin, se había unido la expedición portuguesa, que se suponía realizada mediante un entendimiento con España, por lo que se recurre ante el emperador para que fuese el Protector de la América, título que acompañaría al de Pacificador de Europa,  con el que se lo reconoce en todo el orbe".

Sorprendentemente la misión de Valdés ante Rusia y Austria se frustra por las inclinaciones detectivescas de Rivadavia. Por un confidente de la policía de Paris, por supuesto pago, Rivadavia es informado que el diplomático enviado por Pueyrredón  se trataba de un aventurero carente de escrúpulos y que vendía el producto (el reinado de Buenos Aires) a varios interesados a lograr la vacante. Valdés con ese objeto, según Rivadavia, había visitado al embajador español en París, el duque de Fernán Núñez, y mantenido  entrevistas con el Conde de Casa Flores. Valdés habría supuesto que a falta de príncipes no estarían mal un duque o un conde. Cualquiera que pague.

Posteriormente y por carta del 15 de febrero de 1818, y cuando en Buenos Aires ya se conocía el papelón, Rivadavia informa "que se trataba no solamente de un impostor sino también de un traidor, pues la embajada española dio a conocer un escrito suyo".

Ya entonces se conocía la verdad en Buenos Aires, pues con fecha 31 de julio de 1818, Gregorio Tagle le escribió a Rivadavia diciéndole que se conocían otros chanchullos de Valdés.   

Como lo menciona Diego Luis Molinari en la bibliografía que señalo, "Pueyrredón recibió en este caso una dura lección. No se debe confiar en venales e  inescrupulosos periodistas". (3)

Observaciones

(1) Esta es una errónea interpretación geopolítica de Rivadavia. Para la fecha Rusia de hecho era la poseedora de vastísimas  extensiones de América del Norte (Alaska) y competía tanto con Francia como con Gran Bretaña en los derechos de posesión de prácticamente todo el norte de Canadá hasta la Bahía de Hudson. También tenía un conflicto con Dinamarca sobre el dominio de Groenlandia, que es América y que recién se resuelve al finalizar la guerra ruso japonesa en 1905.

(2) V. M. I. es Vuestra Majestad Imperial.

(3) Diego Luis Molinari era un activo militante radical y siempre  la prensa liberal y luego la peronista fueron muy críticas con su obra. Irónicamente Molinari y Perón eran amigos personales y lo visitaba seguido en la Casa Rosada. También queda la correspondencia entre ambos de los años de exilio en España. Tal vez por eso la prensa antiperonista también era muy crítica con la obra de Molinari. Le pegaban de todos lados; y el cuando podía también respondía, como en este caso.

Bibliografía general  

Diego Luís Molinari. "Fernando VII y la emancipación de América", Buenos Aires, 1939. Reedición 1957.

Ricardo Piccirilli. "Rivadavia y la Diplomacia. Historia de una empresa monárquica frustrada".Buenos Aires, 1945.

William Spence Robertson. "Russia and the emancipación of Spanish America 1816-1826, en"Hispanic American Historical Review", tomo XXI, 1941.

 

 

Autor:

Roberto Antonio Lizarazu