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Microeconomía


Partes: 1, 2, 3

    1. Objetivos
    2. Contexto de la empresa moderna
    3. El desafío de las empresas públicas frente al actual contexto de crisis
    4. Marketing
    5. Tecnología e información en la empresa
    6. Planeamiento estratégico
    7. Balance de Score Card
    8. Competitividad
    9. Franquicias
    10. Bechmarking
    11. Conclusiones
    12. Recomendaciones
    13. Bibliografía
    14. Anexos

    Introducción

    El presente trabajo recoge el esfuerzo personal. La necesidad permanente de producir instrumentos que facilitaran las prácticas de la materia, y la acumulación de material útil para tal fin, contenido en las pruebas elaboradas para evaluar a los cursantes, llevaron a pensar, que a partir de él, se podría generar una especie de problemario que contuviera conceptos diversos, en los que el estudiante centrara su habilidad para el mejor desarrollo de su aprendizaje de la microeconomía.

    Así mismo, se agregan a la producción personal, conceptos planteados en los textos más conocidos de microeconomía, escritos en español o traducidos a este idioma, sobresaliendo entre ellos problemarios como el del profesor Samuelson, guía clásica de profusa utilización en las más diversas escuelas de economía del mundo. Su contenido es sumamente amplio, y quien se dedique con atención y esmero a resolver las interrogantes y situaciones aquí presentadas, podrá sin dificultades confrontar cualquier prueba u evaluación referente a los temas aquí tratados.

    La distribución de los conceptos de la teoría de la producción y a la Teoría de la formación de los precios y cantidades en los diversos mercados, para hacer un total de conceptos útiles. Bueno es aclarar, que muchos de estos textos de los que fueron extraídos, y que, pueden ser perfectamente identificados si se revisa la bibliografía adjunta.

    Dejo en sus manos, pues, este modesto aporte, esperando que quienes utilicen el resultado de mi incipiente esfuerzo, puedan sacar el mayor provecho posible para sus propósitos de aprendizaje.

    Objetivos

    • Dar a saber sobre los conceptos actuales de la modernización en la empresa
    • Determinar la influencia de la tecnología y la información en el desarrollo y crecimiento de la empresa
    • Identificar los panoramas actuales de la empresas en cualquier parte del mundo
    • Saber cual es la competitividad a la que se enfrentan las empresas en el mundo de hoy en día

    I .- CONTEXTO DE LA EMPRESA MODERNA

    La empresa moderna y la RSC

    El actual contexto mundial globalizado estimula el comercio y la inversión, reforzando un modelo de desarrollo centrado en el libre comercio, el crecimiento económico y la producción orientada hacia la exportación (con resultados exitosos en los países serios).

    Ambientalistas y otros grupos de opinión sostienen que el actual sistema de desarrollo es insostenible en términos ecológicos y sociales, que destruye sistemas locales y regionales y que ejerce influencia sobre las culturas, a las que suele desvirtuar. Las empresas siempre han sido observadas con desconfianza por gran parte de la sociedad, más allá de viejos mitos arraigados en mucha gente, discursos de barricada de políticos populistas y acusaciones de algunas ONGs. Mucho de esto se origina en el tipo y canales de comunicación que las empresas han utilizado (o no utilizado) para comunicar sus actividades, no sólo económicas, sino además las que significan un aporte a la sociedad y un esfuerzo por conservar y mejorar el medio ambiente.

    El reto que enfrenta la empresa moderna es monumental. Su objetivo no se limita a obtener el reconocimiento del mercado, sino que ahora es mucho más amplio. Apunta al reconocimiento de la sociedad por el cumplimiento de su compromiso con ésta, además de una aceitada relación con los clientes y una preocupación por la capacitación y el bienestar de sus recursos humanos.

    La empresa actual sabe que necesita legitimación por parte de la sociedad. Esto implica, además de responder a los requerimientos del mercado, comprender el medio donde actúa y estar atenta ante las nuevas demandas sociales. Para ello le es preciso replantear constantemente su razón de ser, misión y principios, y revisar su conducta empresaria en el día a día.

    Se trata, pues, de un objetivo múltiple, que se extiende a lo económico, lo social y la conservación del medio ambiente.

    Responsabilidad social y competitividad

    La Responsabilidad Social Corporativa implica un nuevo modelo de gestión que posibilite a la empresa obtener ventajas competitivas, innovar y anticiparse a la competencia.

    Ante la estandardización global de la oferta, la Responsabilidad Social Corporativa puede contribuir en forma importante a la diferenciación y fidelización de clientes. Actualmente, los activos intangibles, como la ética empresaria, la reputación, la confianza, etc., son una fuente segura de generación de ventajas competitivas.

    La Responsabilidad Social favorece las inversiones y eleva el valor de la empresa; genera oportunidades comerciales y ventajas competitivas; contribuye al desarrollo sostenible; alienta la relación con los stakeholders (grupos de interés, como clientes, proveedores, accionistas, etc.); crea sentido de pertenencia y retiene recursos humanos talentosos; consolida la cultura corporativa y mejora el clima laboral; constituye un factor clave de liderazgo empresarial; promueve la imagen y reputación de la empresa y facilita la generación de nuevas oportunidades de comunicación, entre otras ventajas.

    La RSC hace que la empresa conozca mejor el entorno en el que actúa. Contribuye así a desarrollar una estrategia y una cultura empresarial compatibles con los valores sociales, a consolidar una imagen de fidelidad y a legitimar la misión de la organización en los grupos de interés.

    De esta forma, se establecen las bases para alcanzar una relación más estrecha y duradera con los stakeholders, en un clima de mutua confianza y valores compartidos.

    Las ONGs que se involucran en proyectos de Responsabilidad Social Corporativa obtienen igualmente grandes beneficios, como acceder a recursos para realizar más proyectos; potenciar su imagen y difundir sus objetivos; captar nuevos socios, donantes y voluntarios, entre otros.

    También se beneficia el cliente. Los consumidores, cada vez más escépticos y exigentes, son difíciles de convencer sobre las ventajas de tal o cual producto. Con esta actitud, el consumidor consigue que los bienes contengan un valor agregado y atributos compatibles con sus propios valores y expectativas.

    La gestión de la Responsabilidad Social Corporativa

    La RSC es la integración voluntaria por parte de la empresa de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con los stakeholders.

    La empresa asume obligaciones y compromisos, legales y éticos, con sus grupos de interés, que se derivan de los impactos económicos, sociales y medioambientales producidos por su actividad. Estas obligaciones y compromisos pueden resumirse en la idea de que la empresa debe crear valor para todos los grupos de interés.

    La Responsabilidad Social Corporativa debe ser gestionada como cualquier otra área de la empresa. Del mismo modo como se gestiona el área comercial, de recursos humanos o de producción, la RSC también ha de ser planificada y gestionada en forma sistemática y profesional para que cree valor para la empresa y sus stakeholders.

    La herramienta fundamental para la gestión de la RSC y la reputación de la empresa es el Plan de Responsabilidad Social Corporativa. Éste se compone de tres elementos fundamentales:

    1. Análisis: definición de la misión, objetivos y valores de empresa, así como un análisis interno y del entorno, que incluye la identificación de los stakeholders, estudio de los riesgos, reputación, benchmarking de la competencia, etc.

    2. Formulación e Implantación de la Estrategia de RSC: permite identificar la diferencia existente entre la situación actual de la empresa y la establecida como objetivo en el Plan de RSC.

    3. Evaluación y Control: medición de los resultados mediante indicadores de RSC, elaboración de una Auditoria Social y de Medio Ambiente y redacción de la Memoria de Sostenibilidad.

    La comunicación

    Para una correcta gestión de RSC, es imprescindible poner en marcha un eficiente proceso de comunicación, que sea fluido dentro y fuera de la empresa. El compromiso asumido y la acción social llevada a cabo deben ser comunicados. La empresa ha de asegurarse de que sean comprendidos, primero dentro de la organización y luego en el entorno.

    Los logros que no se comunican no generan valor para la organización. Los compromisos que se asumen y se cumplen (y es fundamental que se cumplan), deben comunicarse.

    El diálogo con los stakeholders ha de ser abierto, sincero y continuo. La empresa tiene que institucionalizar ese diálogo con los instrumentos a su disposición para informar de su compromiso social y de los objetivos que se plantea, así como los resultados que ha obtenido en el campo de la RSC.

    En este sentido, son muy útiles herramientas como el Código Ético, el Plan de RSC, la Auditoria Social y la Memoria de Sostenibilidad.

    El papel de la gerencia

    A fin de que la Responsabilidad Social Corporativa sea sostenible en el tiempo, es fundamental el papel de la alta gerencia, que debe tener la voluntad y el convencimiento necesarios para llevarla a cabo.

    Los ejecutivos están acostumbrados a tomar decisiones importantes y deben definir con firmeza qué clase de empresa se quiere. Además, está entre sus

    responsabilidades influir en la toma de decisiones de cada uno de los recursos humanos, de manera que todas las acciones de la organización estén en armonía con los objetivos buscados y guiadas por sólidos valores morales y un fuerte sentido de responsabilidad.

    Con su ejemplo y compromiso, encabezan el proceso, al incorporar a su sistema de objetivos las metas sociales y medioambientales e implementar estrategias basadas en la confianza y la reputación para alcanzar los objetivos. Así se convierten en líderes éticos y sociales.

    Los empresarios deben liderar este cambio, ser sensibles a las demandas del entorno y crear las condiciones necesarias para que el desarrollo pleno del talento de la empresa le permita a ésta obtener ventajas competitivas y conseguir sus propósitos.

    Un liderazgo ético y social es el que utiliza la reputación, el compromiso, la visión a largo plazo y una actuación impecable en lo ético y lo social, para promover el desarrollo de una empresa socialmente responsable.

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