Desear amar, desear solidaridad, desear
Permanecer siempre unidos.
Yo estoy solo con hijos y con un sol variopinto.
Luz de Amor
Saber que la luz de Dios
Es riquísima
En esencias divinas.
Saber que su cascada de amor
Nos inunda.
Yo prefiero vivir en paz
Esperando
La oportunidad de no existir.
Me desahogo pensando en Dios;
Yo deliro pensando en Dios.
Soy testigo del mar qué huye de las olas.
¿De qué manera una nube existe?
¿De qué forma la luna gira?
Yo no tengo conocimientos de informática
Pero, escribo poemas místicos
Que algún día vos, deliberadamente
Comprenderás.
Saber que la luna es híbrida.
Saber que el sol es un retoño.
Me comprometo a conquistar el futuro
Reino del Padre;
Yo soy Hijo.
Cuatro princesas tengo:
Después de muerto seré pródigo en amor.
Los lunáticos no creen en mí;
Los lunáticos me acompañan de tarde en tarde.
¿Apostarías
Un dólar
Por pensar en Cristo
Como un profeta
Que no cumple
Con la sagrada palabra?
Pues no;
Entonces porqué me criticas.
Yo no soy un Cristo, yo soy un poeta;
Espero que Verbo y adjetivo
Fluyan.
Espero que sufijo y prefijo
Se escondan.
Dadme un cuaderno y lo llenaré de poemas.
Dadme la luna por testigo
Y le otorgaré mis poderes.
Yo apenas tengo conciencia de mí.
Pues soy un mensajero.
Quiero permanecer desnudo
Especulando sobre Padre.
¿Acaso habrá raigambre para el pobre?
Nada nos concierne.
Todo acaba después de escribir
Poemas que alaban a Dios.
La luna es sabia, de noche nos vigila.
Días Oscuros
Me comprometo a abandonar
La tristeza.
Me comprometo
Con la alegría.
Vivir eternamente joven.
Vivir en Padre.
Quieran las aves
Que yo las observe.
Quieran los soles
Que yo los pinte.
Desearía convertirme
En Van Gog
Sin suicidio.
Como Picasso.
Yo a nadie odio, a todos amo,
Hasta los perros callejeros son mis amigos.
Pero tengo rencor
Y es por la maldad del hombre.
No puedo evitarlo, sólo soy un poeta.
¡Qué las guerras acaben!,
Soy un iluso, es cierto.
¡Qué las muertes violentas acaben!,
Soy un apóstata, es cierto.
Buscar un río en que remen los ángeles
De manera inversa.
Buscar aguas que giren y no maten.
Aguas para calmar el espíritu.
Sabed que, de un barrio proletario soy;
Delincuentes, basura.
Pero también tengo a mis hijos
Que vibran con los deportes extremos.
Jugar a la pelota, luchar.
Cortar el cabello.
Soy un padre bondadoso; pero enérgico.
¿Habrá para mí descanso?
Yo no busco la fama;
Busco la inmortalidad.
Me aseguras que las aguas del mar
Son tiernas;
Me aseguras que,
De noche los arcángeles
Me protegen.
Tengo pesadillas
Con amigos suicidas.
No quiero ser uno de ellos;
Quiero persistir.
La muerte es un tránsito.
Celeste Ámbar
Daría mi vida
Por Padre.
Daría mis sueños
Por comprenderle.
Daría mis estrógenos
Por hallarle
Caminando
En vía pública.
Ay de mí:
Yo sólo añoro a Padre.
Me contagia de su amor.
Me celebra por mis éxitos:
Amar el canto de una mariposa,
Cuyo regazo es
El universo.
Amar el golpe
De un pie
En una pelota plástica
Cuyo conflicto
Hay cosas notables en la vida.
Vivir, amar, renacer.
Hay bellos atardeceres en Recoleta.
Tomar el té, beber café.
¿Comprendéis acaso mis inclinaciones?
Yo soy devoto de Cristo;
Del crucificado;
Soy el delincuente arrepentido.
Llevadme al reino esta noche.
Los sofistas han comprendido bastante bien
La idea de la inmortalidad;
Yo no la comprendo
Ya que mis huesos son mortales.
Nuestro espíritu es inmortal.
Desearía convertirme en una súper nova
Y estallar
Para que Padre me aceptara en su reino.
He pecado mil veces;
¿Qué será de mí después de muerto?
¡A los poetas los acepta Dios
Tal cual somos!
Ya que de su reino
Somos los sufrientes.
Idéntica materia para Vallejos,
Que en París murió y en jueves.
Idéntica materia para Neruda
Que, de tristeza, se nos arrepintió.
Quisiera yo bendecir el cosmos.
Quisiera elevar una cometa y reír.
Llevadme a un río. Quiero navegar.
Llevadme al mar. Quiero ocultarme
Entre las olas.
Yo amo las olas que, veraniegas,
Nos hilan en salvaje comunión.
Una a una van tejiendo la espuma.
Quiero vivir. Quiero compenetrarme de vos.
Ríos de Espuma
Encadenamiento
Mil veces he vivido
Al borde de la muerte;
Ya que soy una flor.
Mil veces he disentido
En el abismo de la muerte;
Ya que soy un pétalo.
Rugen los gusanos y los caracoles
Visten de etiqueta.
Yo soy un fakir
Con elegante
Vuelo de mariposa.
Subid a mi grupa;
Os daré el azar por testigo;
Subir a mi diestra;
De este modo, comprenderéis a Dios.
El azar es fundamental;
Nada puede preverse con exactitud.
El destino existe pero es como un río.
Dejaos llevar por sus aguas
Y viviréis perfectamente regios.
En la vida hay dos caminos:
El bien o el mal.
¿Cuál preferís?
Las siluetas de los enamorados
Contienen a Padre.
Las tarimas de los teatros:
El destino de una mariposa
Cuyo aleteo nos germina.
Yo doy fe de la vida;
Doy amnistía
Al réprobo
Que existe en mí.
¡Padre!,
Bendíceme;
No quiero pecar.
¡Padre!,
Las hormigas me agradan
Tanto como los caracoles.
Recibidme en vuestro reino
De infinitas paredes, que no culminan.
Vuestro castillo espiritual.
De allí seré como luz de armisticio.
Siluetas bajo la Luna
Me río de mí mismo y me contengo.
Yo busco la luz de un ebrio, que,
Asolapado bebe ajenjo.
Me gustaría enamorarme de una virgen.
Me gustaría ascender en paracaídas hasta el paraíso.
Yo conozco a María, la Virgen; y le amo.
Los árboles con sus ramas: de allí soy.
Tanto calor en verano con mujeres
Desnudas en las playas.
Me estremezco ya que soy un vividor.
¡Luz de atardecer!,
¿De qué modo habré de purificarme?
Gandhi vive en el Parnaso de la India;
Yo vivo en el atolladero de Santiago.
Desearía convertirme en gaviota.
Y domesticar las corrientes de aire.
Desearía vivir en la luz
Y convertirme en monje.
Un santuario de Venus para mí.
Pero no; siempre el poeta flora
Con sonetos misteriosos
Para muchachas
Misteriosas.
¡Padre!,
No me reprendas,
Soy humano.
¡Padre!,
No me critiques,
Fui…
A Continuación Declaro mi Vida
De mi mano izquierda
El universo.
De mi mano derecha
El aullido de un niño.
Yo amo a mis hijos.
Yo me compadezco del que sufre.
He observado la luna
En tardes estivales.
Me agradaría contenerme en felicidad
Por siempre.
Sin disputas conyugales.
¿Por qué somos tan torpes sufriendo?
¿Por qué vivimos tan diestramente sin esperanzas?
Padre nos cobija con ángeles que nos protegen.
Yo sé que para vos, hermano,
Estas cosas son declaraciones ficticias,
Pero sabed que Padre existe y nos juzga.
No temáis.
Un hombre debe besar a su mujer;
Consumiendo su amor en santo armisticio.
Yo soy separado y he amado a muchas féminas.
Padre no me castigará por aquello;
Padre castiga por odiar.
Acuérdense de Oseas.
A la Deriva
Mi fetiche es Padre, que no comprende
Mi vida.
Mi salario
Es Padre,
Que no culmina en mi vida.
Yo me alargo como goma sintética.
Me estremezco como océano voraz.
Algunos son castos monjes budistas cristianos mahometanos.
De mi pleitesía: las coronas del Mesías.
Habrá tiempo de plegarías pero el reino está sellado.
Habrá tiempo de rosas pero las espinas en la cabeza son los clavos.
Yo soy de un tiempo avasallador.
Ya que, no de dormir, he de vivir.
Yo doy un testimonio distinto.
Ya que, de Hijo, fui el primogénito.
Muerto fui antes de la materia.
Las olas del mar son tres billones.
Yo la he contado
En Santa María del Solar.
Las olas del océano Índico son secas
Ya que no poseen sal.
Apuesto que vosotros tomáis todo literalmente.
Esto es poesía.
Y como tal:
Atmósfera irreal.
Padre (y, ¡ay de mí!), Padre solamente es real.
Yo soy un gusano que habrá de morir.
Soy un ataúd al viento.
Deseáis vedme desfallecer; pues no.
Mis cenizas serán esparcidas por París.
¿Y si equivoco el rumbo y jamás
De mi trabajo escapo?
¿Y si muero de obrero municipal?
Puedo estar errado. Las estrellas estallan al chocar.
No importa. Tengo un tulipán germinando
En mi costado.
Han de saber que Cristo es mi hermano.
Yo no dudo de vos. Dudo del azar.
Mampostería del Destino
Las flores son bellas.
Los tulipanes, las calas.
Los colores son tan bellos.
¿Qué dirán de las mezclas?
Las mariposas, las abejas.
El polen es el mismísimo Padre.
Me agrada pensar en vos.
Que del destino eres.
Dueño de tu vida.
Amo y señor de las cosas.
¿Pensáis en el gusano
Cuando hacéis el amor?
¿Pensáis en los huesos
Cuando tocáis la vulva?
Pensando en Padre
Encuentro tranquilidad.
Pensando en las rosas
Encuentro pétalos
Desnudos
De siluetas
Opacadas
En un espejo.
Daría mi alma
Por romper el huevo;
Pero estoy aquí escribiendo
Sangre de vuestra sangre.
No me considero soñador,
Me considero
Caballero
De corbata
Con pantalones cortos
En verano.
Me considero
Mal afeitado
En invierno.
Me considero
Hombre
De pocas palabras.
Me considero
Estupefacto
Ante el humillado.
Yo quiero servirme mi propio té
Y al camarero bendecir.
El barrendero que sana mi ciudad
Merece una estatua.
El doctor que sana mi cuerpo
Merece un café.
¡Basta!, amanece; y yo estoy despierto.
Luna Azul
Yo soy la vida, que emana de los deseos.
Soy el vino, que nos atormenta por las noches.
Soy el rocío que cubre las camas yertas,
Donde los amantes son esclavos del silencio.
Dios es un peregrino en estas casas
A cuya entrada no hay más que desolación.
Busco las nubes con formas de conejo.
Son mi infancia perdida con padres réprobos.
Busco los atajos que me llevarán a los mares.
Busco
A mis amigos,
Busco
A mis enemigos,
Busco
A mis mascotas;
Busco
Mis juguetes
Perdidos.
Yo deliro por encontrar amor.
Deliro con las Escrituras.
Sé que algún día
Me enamoraré
De una virgen.
Apuesto mi cabeza.
Apuesto que,
De mi locura
Extraeré su encanto.
¡Viva el amor!;
Y las mujeres castas.
¡Vivan las enamoradas
Que han parido hijos!
Yo encuentro virginidad
En la Siete Rosarina;
Que ha dado toda su vida
Por el consumo
Del vino.
¡Vivan las hembras
Que aman a Dios!,
¡Vivan en los consagrados
Moteles!
Hay que buscar la vida
En todos lados.
Yo soy de aquel lugar
Donde las madres ofrecían
Incienso.
Todas sus hijas fueron mías;
Yo no soy el Mesías;
Yo soy un poeta
Meditabundo.
Las estrellas y la luna
Me consagran a Padre.
De morir habré.
¿El cuándo y el dónde?
Son un misterio.
Dulce néctar son las híbridas:
Entre ángel; entre mujer.
Dulce néctar son las bellas;
Que nos aman a escondidas
Del marido.
Procuro estarme quieto.
Un ángel ha parido una estrella.
Agonía de Amor
Yo te quiero amar,
Te deseo por flor, que, de silvestre,
Tiene las marcas de la cruz.
Yo te deseo hilvanar
Como una costurera, que,
En año nuevo
Se emborracha
De agua bendita.
Lucifer ha manchado de agonía a los poeta;
Yo vengo a liberarlos.
Lucifer está preso, y, agónico,
Enciende hogueras.
Yo te quiero amar por que sois mi Padre.
Vos me habéis dado sabiduría.
Del heliotropo que fecunda los ríos
El más hermoso es aquel que cubre
Mi cabeza.
Yo podría amar pero jamás odiar.
Tengo las manos temblorosas
Ya que Cristo es mi huésped.
Tengo la nariz rutilante
Ya que María, la Virgen,
Se compromete en mí.
(La dulce luna emana de la sien
De mi amada Sofía)
Ave María
Soy todo tuyo,
En cuerpo, en espíritu.
Soy un espejo, que, duplicado, te observa.
Ave María,
Mi dulce madre, que, enhorabuena,
Es toda nuestra.
Yo me conduelo por que vos
Visteis a vuestro hijo herido.
Las mil voces qué gritaban.
La saeta en el costado,
La corona de espinas,
Los clavos.
Soy todo tuyo en espíritu.
No miento si, por casualidad,
Os concedo mi alma.
No hay resquemor si, por tenebrosa ambrosía,
Vos tocáis mi cuerpo.
Habéis bajado a la tierra para reconfortarme;
Habéis almidonado mi alma.
¿De qué modo, vos sois lo que sois?
Dulce María, mi Virgen;
Apuesto mi vida por vos.
Sostenimiento de Amor
Yo daría mi alma
Por un guijarro;
Daría mis pies
Por una piedra;
Daría mi espíritu
Por un poema.
Otros son felices
Con carros
Amarillos;
Yo en cambio vibro
En estío
Con plumas de ganso
Escribiendo
Poemas a Dios.
Mi alma se comporta de manera
Extraña;
En cada cosa
Observo ángeles.
Los palpo, los huelo.
Si yo pudiera contenerlos:
A vosotros cantaría
Versos inolvidables.
La lluvia cae sobre mi rostro;
La lluvia es llanto de Dios;
Me palpo el corazón
Y en él hay una flecha.
Es Uriel que ha infectado
Mi alma de sus proezas.
¡Mil demonios muertos!
¡Mil saetas en el infierno!
Yo lucho por no perderme;
Pero el tráfago de la conciencia
Es arduo.
Están las féminas que me seducen;
Y el mal proceder.
¿Buscaré paz en las quimeras
De los poetas
Muertos?
¿Buscaré refugios
En la paz
Del bisonte?
Yo no dudo de vos; yo dudo de mí.
Letanía a Cristo
Sabré recompensarte,
Escribir por ejemplo
"Te amo".
Pondré mi pluma
En tu cerviz
Y viviré actos
Heroicos.
No me crucificaré, es verdad,
Pero siempre
Os tendré presente.
No erraré el rumbo
Ya que por vos
Mi vida daré.
¡Cristo!,
Yo os he dado hijos.
¡Cristo!,
Por vos la luna
Es tenue.
Amantar a vuestros seguidores,
Sostenerme
En vuestra barca,
Dar luz
Al ciego;
¡Milagros!,
Eso habéis dado al mundo.
¿De qué manera,
Se contrapone el pez
Que multiplicaste
Con mis poemas?
Yo pienso que vos fuiste un poeta;
El más grande;
Escribiendo carne del Verbo
En los paralíticos.
Yo no dependo de nadie
Para amarte;
Ya que soy
Librepensante.
No hay barreras entre vos y vuestras hazañas.
Buscaré refugio en Mateo
Y vivenciaré
A Lázaro resucitado.
¡Maestro!, decidme,
¿Cómo es Dios?
Siluetas de Ámbar
Desolación
Darte amor significa ¿sacrificarme?
Darte cariño significa ¿morir?
Eres un Dios ¿amoroso?;
Por tanto;
¿Por qué todos tus profetas fueron humillados?
Yo estimo mi vida.
Estimo las rosas, los tulipanes, las olas del mar.
Me agrada perderme en el bosque.
Dulce sería mi agonía si me matarás por ¿amor?
Yo no te comprendo; eres un Dios ¿ateo?
Qué pregunta tan tonta.
He de pasarme la vida preguntándote:
Sobre mi destino.
Murmuras cuando estoy triste;
Y cuando estoy alegre, cantas.
Eres un Dios misericorde;
Ya que a cada circunstancia
Cuidas de mis hijos.
Un ángel por cada retoño.
He sabido defenderme solo;
Pero a vos amo.
He sabido luchar con determinación.
En la cruz no quiero morir;
Menos ser un mártir;
Ya he sufrido demasiado.
¿Todos tus profetas han muerto mutilados?
¿Dime?
No hay respuesta porque Dios duerme.
Qué gracia me da pensar aquello;
Un Dios amoroso en siesta.
Si tú duerme yo muero,
Ya que vos mantienes el universo.
Nada más por esta tarde.
Siluetas en el Horizonte
Yo no daría mi alma
Por un sueldo digno;
Yo daría mi espíritu
Por amar.
Yo estoy contento de lo que soy:
Un padre, un poeta.
Busco en el horizonte
Los árboles que he plantado.
Tengo casa pero no vivo en ella;
Yo permanezco mudo de terror;
Vivo al descampado.
¡Padre!,
Vos sois el Bendito;
Dadme refugio;
Tengo libros por millar;
Pero no tengo muralla donde estar.
Mis textos se acumulan en un nido de gavilán.
Busco la liturgia de mis dedos;
Yo confecciono palabras
Que extraigo
Del rugido del mundo.
Soy vidente; ya que de mí nada puede libraros.
Un día de estos moriré;
Ascenderé a Júpiter;
Ya que allí hay una cervecería para muertos inéditos.
¡Júpiter!;
Dios del Olimpo.
Desearía vivir siempre
Para adentrarme en el misterio,
Pero tengo fecha señalada.
Busco ser un hombre sencillo;
Servil con el débil,
Hábil con el poderoso;
Me despido ahora para vivir sin conflictos;
Sin voces disidentes,
Sin armonía celeste.
Estoy muriendo,
Ya que pronto cumpliré la edad de Cristo.
Sesgado
Yo soy el que delira,
Soy el anfitrión,
Me quito las gafas y compongo poemas.
Nada veo ya que escribo con el alma.
Doy testimonio de fe.
Doy mi vida por amor.
¡Altísimo!,
Vedme sufrir por estos poemas.
Yo te busco y no te encuentro.
Decidme: ¿seré casto para vos?
Las cosas son ecuménicas:
Cortarse las uñas, vestirse de obrero,
Levantarse temprano, beber café.
Las cosas son ecosistémicas:
Planchar las rosas, plantar tréboles,
Buscar lagartijas, demostrar que,
Los cuantos,
Nada son.
Yo estoy por la vida silvestre;
Silvestremente científica.
Nada sé de matemáticas.
Mi Altísimo habrá de enseñarme.
Una Súper Nova estalla
Y yo, como un tonto, calculo
La extensión del estallido.
Son tres veces la arena que hay en mis pantalones.
Busco el mar y ya nada hay de misterioso.
He allí el dilema.
Dulce Fin
Estoy dispuesto a morir
Por escribir poemas.
Me agrada.
Los poetas somos amantes de Padre;
De lo contrario, somos
Falsarios.
Lo digo de convicción.
Las musas existen;
Pero el demonio también.
Yo canto a los ángeles que habitan la tierra.
Canto a los pobres que agonizan.
Voy buscando las piedras sílfides;
Ya que vos, Padre, me has enseñado
El misterio.
Vivir es tremendamente bello.
Después un suspiro.
¿Qué nos depara el destino?
Yo doy alegorías de fin de mundo.
Voy a contenerme y a expandirme
De solidaridad.
Paz para los pobres de Guatemala.
Paz para los esclavos de África.
Paz para los chinos.
La dulce fuente de vida
Es mi canto;
En cuyo abrevadero
Padre
Es
Virtuoso.
Yo doy testimonio de amor.
Busco arrebolarme con la llaneza
De corazón.
Paz para el aborigen de América.
Paz para los negros.
Paz para los rusos que mueren de frío.
Paz para mis hermanos chilenos.
Yo estoy cantando.
Debo proseguir.
Las cosas son de exabrupto
Cuando no hay amor.
Cantad poetas a la esperanza;
Ya que por vosotros,
Nuestro Padre,
Reza.
Paz para las hormigas.
Paz para el leopardo.
Paz para los elefantes.
Yo estoy cantando.
Siempre.
Silbando en el Viento
Me aferro a la vida.
Doy testimonio de arrepentimiento.
Doy fe de amor.
Yo procuro compartir mi alma.
Busco susurros de compañía de ángeles.
Son bestias de amor.
Voy cantando por la vida.
Voy feliz por el mar.
Silbando melodías, que, Padre,
Me obsequia.
"Hijo,
Vos sois un mensajero".
Yo declino la invitación,
Ya que tengo miedo.
Me voy por los roqueríos;
Espío el mundo.
Soy y existo.
Soy extremadamente
Feliz.
No me arrojéis a las hogueras
De vuestras cátedras.
Soy feliz
Como hombre de pueblo.
Yo me compadezco
De Somalia;
He cantado a los negros de África.
Yo me compadezco del Congo;
He cantado a sus eternas
Guerras.
"No matarás";
Enseñadles las Escrituras y dadles de comer.
Busco paz en la guerra.
Busco amor
En el desamor.
Busco novia
En el cementerio.
Busco desesperanza
En un hospital.
Quiero vivir, es cierto;
Danzar
Bajo la luna.
Quiero amar
A Sofía
Después de muertos
En un paraíso irreal.
Yo soy poeta y como tal actúo.
Camino erguido.
Camino con los ojos como el mar.
Agonía Celestial
Yo soy amor.
Yo soy sueños.
Yo soy trabajo.
Yo soy suavidad.
Contagiadme
De verdades
Eternas.
Contagiadme
De silencios.
Habré de despertar.
Habré de conversar con vos.
Hay maneras de amar.
Muchas.
La madre al hijo;
El padre al yerno.
Yo, no me compadezco;
Ya que amo
Intensamente.
No me agrada estar solo.
Me gusta la compañía
Femenina.
Mis amigos son
Tres:
Padre, Cristo, Espíritu Santo.
Me alegro de estar vivo;
Me alegro de vivir.
Busco una ola en el mar;
Una sola:
Prístina,
Alocada,
Impersonal.
Yo soy esa ola
Girando
Solitaria.
"Padre",
¿Me aceptas como soy?
"Padre",
Vos me has mirado:
¿Me aceptas como soy?
La recompensa
Es el paraíso.
Pero yo voy al reino.
Dualidad
Luz de Amanecer
Me miro en un espejo:
Se duplican
Mis facciones.
Yo doy luz
Ya que, Padre,
Me bendice.
Paz, hermano.
Laberintos
Culminan
En mi canto.
Laberintos
Suaves
Como el viento.
Dadme una escalera
Para llegar
A vos.
Dadme alas
Para sincerarme:
Un hombre pecador he sido.
Me agrada cabalgar
Sobre unicornios.
Pero estos seres
Mitológicos
Son escasos
En el mundo actual.
Antaño
Eran manadas.
¡Ángeles!,
Pedidme permiso
Para saciarme
Mi espíritu
De recompensa.
¡Ángeles!,
Vosotros sois mis hermanos.
Yo soy de quimeras,
De mujeres que,
A la cinco de la mañana
Parten al trabajo.
Tienen las manos curtidas,
Tienen estómagos acerados.
¿A vos, Padre?,
Dadle un paraíso.
Dadle escafandras.
Yo respeto los oficios;
Respetadme a mí;
Que poeta soy.
Vengo de un mundo
En ebullición.
Los malandras son mis amigos.
Buscadme en prisión;
Preso estuve por loco.
¡Ángeles!,
Os suplico compasión.
Empatía de Amor
Yo he soñado con amar.
He vivido pensando en vos.
Busco en los bosques,
En los acantilados,
En las casas asoladas por la ventisca.
Yo he soñado con vivenciaros
Ya que, de las olas,
Extraigo mi experiencia.
Dulce es el néctar que, enhiesto,
Se precipita
En la ribera de la vida.
Busco amar al prójimo,
Busco saciarme.
Yo doy fe de amor,
Ya que, de manera tajante,
Padre murmura:
"Hijo,
Sabed que las estrellas
Están vivas".
Me amo porque amo a mis hijos.
Me amo porque amo a Sofía.
Yo deseo un mundo puro.
Sin conflictos.
Deseo ser partidario del pacifismo mundial.
Busquemos soluciones.
¡América!,
Yo no invoco tu nombre;
Yo invoco
La paz
De las praderas.
Sabed que Dios es piadoso.
Pero nosotros estamos
En la tierra.
Hagamos de este ámbar
Un lugar cómodo.
Que nadie muera en la miseria.
¡América!,
Por vos Padre llora.
Levantaos de Madrugada
Llueve y nada hay para comer.
Llueve y la comida agotada está.
La fuente de vida
Es mi poética.
Un sándwich de verbo
Para mis hijos.
Llueve y no tengo calefacción.
Llueve y en Santiago
Hay miles de pobres
Esperando ayuda.
Padre rechina los dientes.
Los poderosos
Comen petibuché.
Los poderosos viven
A costillas del pobre.
Padre rechina los dientes.
Hay tanta amargura en mi tierra
Natal.
Yo soy de los que aman a Padre
Pero tengo que comer.
Trabajo;
Todos trabajamos
Pero el salario es mísero.
¡Hasta cuándo tanta irreverencia!
Somos el país más hipócrita de América.
Agonía de Amor
Yo doy mi vida
Por las estrellas.
Doy mi fe de amar
Por conseguir
Una ola estallando.
Estamos condolidos
Pero amamos.
Cocino mis alimentos,
Barro la casa,
Ordeno la ropa,
No plancho,
Tampoco lavo en lavadora.
Suplico piedad a Padre
Por mi flojera.
Yo soy una hormiga
Que ha observado
El nirvana.
Yo soy un coleóptero
Que ha gozado
De la vida.
¿A qué redimirse?
Las cosas suceden de manera totalitaria:
La muerte es
Un reducto
Que nos condena.
Yo prefiero la vida;
La sutil beatitud
De los camaradas.
Los amigos deberían reunirse;
No malgastar el tiempo
Con evasivas.
Los amigos deben asistirse;
No consumirse
Como sal.
¡Hasta cuándo con tanta tontería!
Apagad la tele y salid a los parques.
Los niños necesitan aire puro.
Yo tengo tantos hijos.
Busco amar al prójimo
Pero me cuesta.
Castidad
La insolencia
De los medios de comunicación.
La insolencia
De la televisión.
Nuestro Padre
No es símbolo.
Nuestro Padre
Está triste.
Yo voy por la vida especulando.
Me contengo de sabiduría;
Mi vida es solitaria:
No hay televisores
Ni espectáculo.
Me son totalmente antipáticos.
Yo creo en Dios y en la castidad del alma.
Yo creo en los actos heroicos
De los mártires;
Creo en Maradona;
Y en la sutil beatitud
De su perdón.
¿Apuesto que vosotros me creéis un cretino?
Pues no;
También estoy gordo.
La virtud se adquiere
Con ejercicios físicos;
Delgadez,
Mente sana,
Fuerza física,
Corporeidad divina.
Los ángeles son virtuosos;
Se ejercitan noche a noche antes de dormir.
Liderazgo
Yo domino el arte de amar.
Domino el arte de bendecir.
Doy gracia a Padre por las rocas,
Por las tejedoras de redes de pescar,
Doy fe por los mutilados de Cartagena.
Yo soy un poeta que busca soledad en el mar;
Con mis hijos voy cantando.
A la deriva están los náufragos;
Los peces rechinan
Con ganas de vivir,
Pero la pesca es cosa
De hombres.
Pedro fue pescador,
Hasta que Cristo le iluminó.
Yo también he pescado
Sílabas
Cantadas al viento.
¡Hurra por los poetas!
Hilvanando olas de mar
Las barcazas se adentran en el océano.
Hilvanando
Algas marinas
Los botes
Buscan el horizonte.
Yo soy capitán de navío:
En Verbo amar voy salpicando sal
De mares sureños.
¡Valparaíso!,
Los pelícanos me recuerdan
Vestido de novio.
¡Valparaíso!,
Por vos hay tanta belleza;
Por vos
Los pescadores son estatuas.
Yo confío en el amor.
Después de muertos
Habrá tiempo para descansar.
No hay que dormir,
Hay que vivir.
No hay que perezar,
Hay que gozar.
Viviendo en Andalucía
Descubrí amor por vos, Padre.
Viviendo en Madrid,
Descubrí amor por vos, Padre.
Yo estoy en Punta Arenas;
Soy del fin del mundo,
Yo estoy en Puerto Varas;
De colonia alemana
Hasta la Extremadura de Chile.
Los ángeles festejan,
Los ángeles me contagian de alegría.
Yo doy testimonio de fe,
De las colas de zorro
Que habitan la Patagonia.
Dulce despertad de Padre
Que nos bendice.
Dulce néctar de Padre
Arrodillado en Magallanes.
Los pescadores rechinan los dientes;
Mientras yo escribo "Amor".
Cristo es Amor
Desearía vivir vuestra agonía.
Desearía cubrir con lágrimas
Vuestras heridas.
Habéis muerto pero también resucitado.
El Cristo es Vida.
El Cristo es sabiduría.
El Cristo es raigambre.
El Cristo es melancolía.
El Cristo es naufragio.
El Cristo es vendaval.
El Cristo es totalidad.
El Cristo es cenagal.
El Cristo es pedregal.
El Cristo es
Amigo
Nuestro
De infancia.
Desearía vivir al borde de vuestro manto.
Desearía crucificarme por vuestras yagas.
Desearía vestirme desnudo con vuestros trapos.
A vos mutilaron en Jerusalén.
A vos mataron en Jerusalén.
A vos clavaron en el Gólgota.
Sabed que tengo vuestros clavos
Guardados
En mi pupitre
Donde escribo diariamente
Poemas.
Yo soy la Cruz.
Por vos yo he cambiado
Como la Sibila.
Yo soy la Cruz.
Por vos yo he renacido.
A Cristo han matado.
A Cristo han maldecido.
A Cristo han renegado.
Nada es cómo sucede;
Las cosas son
Tan enormemente distantes
Como el llanto de María
Al veros morir.
¡Hermano!,
Cúbreme con vuestra sabiduría.
¡Hermano!,
Por vos espero al morir.
Condenación
Las cosas son
Efímeras,
Dicen los ateos,
Pero la condenación existe.
Yo he visto a los agónicos pedir perdón,
He visto muertos que culpan a sus hijos por sus yerros.
He visto al apóstata que, endurecido, escupe sangre
A Padre.
Sabed que, todos vosotros estáis condenados
Si no actuáis de buena fe.
Yo daría mi alma por vosotros;
Pero no es asunto nuestro.
Es asunto de Padre.
El infierno existe.
Los truhanes van allí;
Como los cambiantes de moneda extranjera.
Yo sé que muchos poetas
Han abandonado
A Padre;
Buscan en Baudelaire
La poética.
Pero condenados están
Ya que del mal sólo nace pudrición.
Buscad el vuelo de la paloma
Pintada por Picasso;
Premios de paz necesitan los escritores.
Yo soy andaluz de adopción.
Amo la liturgia campesina de los gitanos.
¡Granada!,
Por vos llora el mundo la muerte de Federico.
¡Granada!,
Por vos el cántico aguerrido de los Credos.
La condenación existe.
Cambiad de actitud, poetas.
Cantad a la rosa,
No a los tanques.
Cantad por la paz;
Cantad y veréis que de muertos
Padre os dará vida eterna.
Yo estoy seguro. Padre es dueño de vosotros.
Llevadle en el corazón,
Como quien camina distraídamente
Por campo minado.
Caminad con paraguas.
La lluvia radiactiva es venenosa.
Buscad la sabiduría en Li Po.
Buscad ternura en Tala.
Buscad el Cielo
Dios Habita el Vacío
Yo soy Padre, habitando, dulce despertar de los sentidos.
Yo soy Padre, en la quimera de los tímpanos que, refugiados, nos exhortan a la vida.
Yo soy Padre que, en desiderata, os cobija; ya que por amor perdería la vida.
Se extravían los ángeles.
Se extravían los sentidos.
Se extravían los desideratos.
Yo soy Padre, que, enlutado, sufre la agonía del padre que permite a sus hijos morir.
Yo soy Padre; y ya no hay mención del Hijo crucificado, hay mares, ríos, árboles.
La mención de mi Nombre es sagrado.
Llamadme Padre, ya que por vosotros soy lo que soy.
Llamadme Hijo, ya que por vosotros soy lo que soy.
He vivido cantando estrellas qué nacen. He vivido satisfecho del cosmos.
He vivido pensando en vos, Hijo; mi malaquías.
Vosotros pensáis en mí pero yo vivo en vosotros.
¿Esperáis castigos?; pues no; os equivocáis:
Sólo flores para los poetas.
Vivir en Armonía
Me complazco en presentarme Yo Soy quien Soy.
Aquel por quien deben los héroes santos sufrir.
Padre, me dicen los monjes. Padre de las raza humana.
El jolgorio del cosmos se precipita en mí como acantilado.
Yo soy amor en llaneza, no hay dobleces ni ámbar.
Amor.
Dudo de los paracaídas que buscan la inmortalidad.
Soy Padre de las estrellas. Ya no depende de mí la salvación,
Depende de vosotros.
Los ríos en mi Castillo son maravillosos:
Grandes ciudades podrían construirse con los planos
De un río que emana de mi corazón.
Yo estoy en el atrio del Castillo esperando a Cristo.
Hijo y Espíritu Santo son invocados. La multitud es, sumamente, atea;
Ya no hay amor a Padre.
¿Qué haré entonces con la raza de hombres?
¿Un diluvio?
Morirían los pobres; ya que los ricos viven en rascacielos.
Podría entonar un canto; y que los místicos elucubren la melodía.
Yo canto todas las noches pensando en los hombres.
Subid a los montes Urales y hallaréis descanso.
Subid a las olas y hallaréis sosiego.
Yo soy Padre de hombres valientes.
Seguid el camino del bien.
Multitud
Sabed que espero participar de la cosmogonía celeste.
Sabed que el bien es unipersonal.
Yo no dudo de los hombres, yo dudo de tu maldad.
¿Por qué asesinas?, ¿por qué fumas?, ¿por qué castigas a vuestros hijos?
Yo no sé; estoy ciego de ver tanta esquizofrenia.
Los ciegos han de ver milagros cuando yo descienda a la tierra;
Los paralíticos han de sospechar milagros cuando yo descienda.
Cristo los contuvo; Padre también desea caminar sobre el mar.
Dadme una oportunidad de demostrar qué existo.
La luna por ejemplo gira en torno de vosotros porque yo así lo decidí.
El sol es hiedra de los desiertos porque yo así lo decidí.
¿Qué más queréis?
De hombre no puedo morir; me crucificarían.
Yo soy Dios y os castigaré con el infierno.
Yo soy Padre y os regalaré con el paraíso.
De vosotros depende la salvación.
Elementos
La fuga de la vida es mi elemento; ya que soy polvo cósmico amoroso.
Mi vida es eterna, no tengo principio, no hay ríos, no hay árboles ni estrellas.
Mi vida es un acantilado en cuyo término yo no comienzo, yo existo.
Podría acontecer que finiquitara mi existencia
Pero el conocimiento, que, es luz, acabaría.
La muerte de Dios es imposible.
Soy eterno como un manantial que emana de mis ojos.
Soy eterno como misterio de mis dedos tocando una canción.
Soy eterno luchando contra demonios estelares que buscan mi destrucción.
Soy eterno como el canto del gallo que traicionó a Pedro.
Soy eterno como María que cobijo mi espermio en su óvulo.
Soy eterno ya que por vos no perdí la vida, Hijo, de mi alma.
Vosotros pensáis antropomórficamente. Pues os equivocáis.
Pensad científicamente. Soy una estrella que jamás nace ni fallece.
Soy origen de Alfa, Beta y Gama. De mí procede el océano maravilloso de la Vía Láctea.
Os confundís si decido morir. Nada existiría entonces.
Al Padre muerto todo es exterminio.
Padre jamás puede morir.
Yo sustento la vida.
Flor de Enhiesto
Anécdota de Amor
Yo creo en Dios porque soy riachuelo
Que, solidariamente,
Canta poemas de amor.
Yo creo en Dios porque, en materia
De estadísticas,
Soy matemático metafísico.
Yo creo en Dios porque soy sencillo,
De mirada transparente.
Creo ser feliz en compañía femenina;
Es mi pecado; lo sé…
Yo creo en Dios porque no hay nada más hermoso
Que buscar la inmortalidad.
Saber que dependemos de un Padre
Bondadoso.
Saber que nos elogia
Por nuestras culpas
Subsanadas.
Nos perdona los yerros,
Nos acicala en la vida del más allá;
Nada puede existir tan maravillosamente.
Yo creo en Dios y espero que vosotros también.
Siluetas que nos Acongojan
Abro mi corazón a los extraños:
Los peluqueros, los albañiles.
En ellos hay cosas buenas y malas.
Yo abro mi corazón al desposeído:
Buscarle hogar estatal es bienestar de la sociedad.
Yo soy hombre de ciudad; añoro el bosque.
Mis poemas tienen sabor a cemento.
Desearía amar a mi prójimo
Como enseñó el Maestro.
Desearía abrir mi casa al extranjero.
Las leyes de la Hospitalidad
Están caducas.
Soy jardinero de casa propia.
También tengo hijos en casa extraña.
Yo le debo a Padre
Un millar de pecados;
Pero me ha perdonado;
O eso, creo yo.
Cuando viajo al mar
Mi sangre
Es
El atrio de Dios.
Cuando viajo al campo
Mis tripas
Son
Dios.
Últimamente he tenido sueños extraños;
De extravío.
Una muchacha me condena
Al adulterio.
No quiero pecar.
Quiero ser puro.
Pero amo las rocas
Que, en descomposición,
Nos cobijan del abismo.
Amo la vida material.
No soy cínico, digo la verdad.
El vidente es un
Atónito espectador
De sus sueños.
¿Qué hago por de pronto?
¿Escapar?
Soy hombre de ciudad.
Los recovecos son escondrijos.
Yo he hallado calma en el mar;
Pero mis sueños
Me persiguen.
¿Hasta dónde llegaré?, es la pregunta.
Ágata de Zafiro
Días de tristeza espera mi alma.
Días de eterna reconciliación.
Busco a Padre y le hallo cantando.
Siempre es lo mismo. Busco refugio en su despertar
Y le encuentro cantando.
Yo he visto a Padre directamente a los ojos.
Sus cuencas son galaxias.
Sus manos planetas.
Yo he dilucidado su rostro.
Le he cortado la barba;
Ya que como Cristo
Se asemeja.
Por vos yo vivo.
Por vos yo muero.
Por vos yo camino.
Por vos yo existo.
Por vos yo me revivo.
Por vos yo me animo.
Por vos soy solidario.
Por vos me extermino.
Por vos resucito.
Por vos voy cantando, cantando alegremente.
Por vos los ríos son inmortales.
¿De qué manera existe Padre
En su atrio en los Cielos?
¿De qué manera existe Cristo
En el atrio de Padre?
Por vos he muerto.
Por vos como sandía.
Por vos me lamento.
Por vos me satisfago.
Por vos las estrellas me deliran.
Por vos he enloquecido.
Por vos soy fetiche
De alcurnia
De cien millones
De almas.
Término de Conflicto
La locura de amar,
La locura de existir.
Un barco se estrella
En mi diestra:
Los ángeles
Emergen
A siniestra.
La luna emerge
Y ya nada parece cómo es.
Yo no castigo a mis hijos;
Yo enfrento la vida
Valientemente.
Suplico piedad por los látigos;
Hasta Pedro
Tuvo miedo.
¿Cuántas veces habremos de morir?
Nada me parece simple.
Yo soy un poeta
Ecuménico.
Mi verdad es poética; no profética.
Dulce néctar de mis verbos.
Hallaréis a Padre en mis
Más descarados
Adjetivos.
La luna emerge;
Y por fin estoy ciego de tanto amar.
La luna se desvanece y nada puede;
Nada puede contenernos.
¿Seremos infieles a Padre?
Sinfonía de las Estrellas
La soledad es quántica,
La soledad es efímera,
La soledad es abismal,
La soledad contiene
Materia
Radiactiva;
La soledad es seráfica,
La soledad es ecuménica,
La soledad es Padre.
Yo confío en las olas,
Confío en los bosques.
Yo confío en los pétalos,
Confío en las rosas.
Yo soy y existo.
Yo no pretendo nada.
Soy poeta
Y como tal
Escribo.
La soledad es omnipresente,
La soledad es bestial,
La soledad nos encubre,
La soledad es un rosal.
Yo espero satisfacer a Padre
Escribiendo olas
Que estallan
En el acantilado.
Yo espero no renegar de las estrellas
Que nos encubren.
Yo estoy en Padre desde siempre.
La soledad es inmortal,
La soledad es morir,
La soledad es guerrear
Por causas nobles.
La soledad es perpendicular,
La soledad es arbitraria,
La soledad es casta, mansa, equívoca.
Vosotros no entendéis nada.
Padre es cósmico.
La dimensión divina es incognoscible.
Padre habita una aguja
Pero es como un cuasar gigantesco.
Padre es como un pergamino
Escrito
A carbón;
Pero los signos son
Inmensas Súper Novas.
La soledad es bilateral,
La soledad es armisticio,
La soledad es excluyente,
La soledad es vertiente
De fuegos
De artificio.
¡Soledad!,
Yo os amo.
¡Soledad!,
Yo os confundo
Con las vocales zodiacales.
La soledad es rígida
Porque nada puede
Contenernos.
Sabiduría de Dios
Sé perfectamente que, Padre,
Me bendice;
Con las uvas,
Con los vinos fabricados
Por el hombre.
Sé perfectamente que, Padre,
Nos cubre con su amor.
Yo daría mi alma por conocerle:
Observarle,
Palparle,
Mimarle.
¿Moriré y le veré?
Mil años habrán de pasar.
Las hojas de los árboles caen,
También las olas del mar.
He visitado a un monje.
Escondido en el bosque
Me predijo:
"Vos sois Hijo de Dios";
Yo palidecí.
"Te equivocas, soy poeta".
Mil veces he pensado en la posibilidad del suicidio,
Pero, yo no sé, amo la vida.
Mil veces he pensando en morir;
Sin embargo, han primado las aves
Que tanto me gustan.
Yo soy un escritor consagrado.
Escribo por gusto.
Sesgada Pleitesía
Amo la vida y os deseo felicidad,
Amo la experiencia
De vestirme.
Desodorante
Para las axilas,
Talco para los pies.
Amo la vida con sus infinitas
Posibilidades;
Amo destapar una botella
De cerveza.
¿Qué daría yo por daros alegrías
Infinitas?
Daría el sol que nos cubre.
La poesía es meditabunda,
La poesía debe pertenecernos
A los bosques,
A las riveras,
A los montes,
A las selvas.
Yo soy hombre de ciudad
Pero amo la servidumbre
De una cabaña en la cordillera.
¡Andes!, majestad pétrea.
Solidaridad es lo que más me embarga;
Con los pobres.
Yo soy un artesano de las palabras.
Escribo para vos, hermano.
Soy fruto de la inmensa alegría de vivir.
Leyenda de Amor
A la deriva están los poetas
Cantando miserias.
Son pobres, ya que no hay espacio
Para amar.
A la deriva están los sindicatos, que,
Atosigados,
Buscan salarios
Decentes.
A la deriva están los bomberos,
Los artesanos del calzado.
A la deriva buscan las gaviotas
Sustento para sus vidas.
Me busco y no me encuentro,
Ya que por vos, desconocido,
Daría mis zapatos.
Caminando descalzo por el mundo
Sería feliz.
Apóstata
Silbando por el camino
Las huellas del destino.
Silbando denodadamente
Yo encuentro sabiduría.
Arrojadme a las llamas
Del infierno;
Ya que, de poeta he pecado;
¡Mujeres!,
¡Adulterio!,
¡Robo!,
¡Mentiras!
No busco la compasión de Padre
Pero, de su esencia,
Extraigo poemas.
¿Podrá perdonarme?
Soy un hijo rebelde.
Bello Atardecer
Rocas
Rocas del desierto,
Rocas que, enlutadas, buscan amor.
Rocas de los desiertos del mundo.
Rocas amorosas.
He pensando en vosotras y he hallado a Padre.
Voy buscando la sabiduría de vuestra resistencia.
Formas de rocas preciosas,
Rocas de Atacama,
Rocas de Chiloé,
Rocas de Nueva York.
Por vosotras he pecado pensando en amaros.
Pero sois inermes, dicen los científicos;
Yo creo que no,
Yo en vosotras observo
Aleteos de ángeles.
¡Rocas!,
Por vosotras la vida continúa.
Viento de Amor
La calidez del rosario,
Como viento que cubre nuestros rostros.
La calidez de rezar,
Como viento que cubre nuestra piel.
La calidez de pensar en Padre,
Sustituyéndonos,
Amamantándonos,
Contagiándonos
De alegría.
Amar a Padre como quien ama al viento.
Yo soy americano.
Soy de Chile.
Y espero que los huracanes de este mundo
Me esparzan; ya que soy ceniza de poesía.
Viento que nos deja arrastrar,
Viento de arrinconadas,
Viento sureño con la frialdad del polo,
Viento nortino con la lluvia invernal.
Un cono de azúcar
Por las ráfagas.
Yo estoy escribiendo palabras
Pero es el viento quien me inspira.
Yo deseo amar con el rostro curtido.
Deseo desnudarme. Y que mi cabello
Se demude
Con el viento del mar.
Buscar la superficie del remolino
Y vibrar como la letra A.
Buscar la letanía del tifón
Y alegrarnos de que nada malo suceda.
Yo deseo amar la tibieza del mar;
Buscar refugio en las mareas.
¡Es el viento!,
¡Es el viento!,
Que lleva mi cuerpo
De océano en océano.
¡Es el viento!,
¡Es el viento!,
Que navega de río en río.
Un torbellino es mi sangre:
Soy un tigre.
Deseo de Misterio
Las rosas nos inclinan a vibrar,
Las rosas nos protegen de la vida.
Las rosas son sabias,
Tienen espinas.
Yo recuerdo al Maestro
Con su cabeza herida;
Espinas de cardos,
Espinas qué mutilan,
Espinas que, sangrientas,
Buscan zaherirle hasta el exterminio.
¡Es el Hijo de Dios!
¡Rosas!,
Vosotras habéis ideado los colores.
Vosotras permanecéis en mi diestra y en mi jardín.
Nos juramos amor eterno;
Por Cristo y por María.
¡Rosas!,
A vosotras el reino de mi Padre.
¡Rosas!,
Por las calles camino
Pensando en rojos, fucsias, amarantos.
¡Rosas!,
Por dónde, a dónde, de qué modo
Sois tan bellas.
Las he visto en jarrones de mimbre,
También en porcelana,
Pero las espinas;
¡No!,
Os equivocáis;
No quiero recordar al Nazareno
Con la cabeza zaherida.
No fueron rosas,
Fueron clavos.
Luciérnaga que Aman a Padre
Debo resistir pero hay enjambres de abejas
Que no culminan sus vidas
En las bellas hortensias.
La sabia del choclo es sabiduría de Padre.
Nos alimentamos
Pensando en comer, en vibrar, en beber ajenjo.
Padre es caritativo;
Nos da la lluvia,
Nos da los vegetales:
Los tomates,
Las zanahorias,
Las cebollas,
Los ajos,
El arroz,
Los porotos,
Las lentejas,
Las legumbres.
Y soy hombre que busca la impermeabilidad
De la maldad.
Soy hombre de estrechez económica.
Pero busco el surco
Donde plantar
Mi árbol
Sagrado.
Tengo amigos "Hijos de la Tierra",
Que, en mapudungun
Escriben
A su Regüe.
Tengo amigos que beben largas horas emborrachándose
De amor.
Yo soy del desierto,
De la uva,
Del río,
De la montaña,
Del acantilado marino,
Soy de sur a norte,
De este a oeste,
Soy de la serranía peruana,
Soy de Bolivia,
Soy de México.
Yo vivo y dejo que las abejas vivan.
De su panal
Espero extraer poemas;
Ya que a cada partícula de vida
Padre
Vibra.
¿Nos asemejamos a un pan?
Los poetas somos harina, manteca, sal y pimienta.
La vida nos ha consagrado a existir.
Yo soy de Quinchamalí,
Soy del ganso,
Soy del vacuno,
Del pescado,
Del marisco,
Del ganado
Que mansamente
Nos alimenta.
Nada es pecado; todo es amor.
Especulación
Yo voy por la vida
Pecando;
Ya que, de mi jardín, no extraigo la poética de Dios.
Tengo la cabeza dura;
Me agradan demasiado las féminas.
Tengo temor de ser adúltero;
Pero los pájaros; ellos no tienen conciencia
Y felices son.
Voy por el mundo con mi alegría de vivir;
Tengo la cabeza dura;
Ya que Padre
Perdona todos mis pecados.
Soy poeta; no profeta.
Busco no lastimar a nadie;
Me agrada reconocer la belleza
De un busto juvenil;
Pero tengo doncella
Que retoza en mi propia cama.
Es Sofía que no culmina para mí.
Sabed que soy un tonto;
Que de pecar soy el primogénito.
Las aves se burlan de mí,
Las aves son cautas,
No poseen morada
Pero Padre
Les obsequia con creces.
Yo soy poeta
Y debo pagar mis cuotas de tonteras.
Son secretos; ya sabréis de qué hablo.
Día de Amor
Celeste es el manto de María;
Celeste su cabello.
María coge un enhiesto pétalo
En paraíso.
Yo le concedo amor
Ya que por ella
El mundo es más calmo.
Celeste es el manto de la Virgen.
Celeste sus dedos.
Yo le concedo amor
En apariencia;
Ya que, duplicada, está en un espejo.
Mis ojos se observan en ella;
Mis ojos son
Celestes
De tanto
Amar.
¡María!,
Vos has bajado a la tierra
A consolarme.
¡María!,
He de deciros
Que vuestros dedos
Son tiernos.
¡María!,
No me dejes perderme;
No permitas que mi alma
Se encabrite
Con deseos
Inoportunos.
¡María!, sois tan joven,
Tan jovial.
Celeste es el corpiño,
Celeste la mirada,
Celeste
La banqueta donde
Nos observas.
Yo te estimo;
Yo estoy más bien enamorado
De vos.
Luz
Efervescencia del Mar
Yo arrojo una piedra y soy feliz.
El riachuelo contiene a Padre, que,
Expectante,
Me considera su Hijo.
Yo le estimo.
Yo arrojo mis palabras y soy feliz.
Las sílabas me contienen;
Ya que soy obrero
De las palabras.
Doy luz,
Doy fuerza,
Doy pureza,
Doy sentido
A la vida,
Doy esperanza,
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