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Ascensión a la Maquinaria del Amor (página 4)

Enviado por Mauricio Uribe


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Desear amar, desear solidaridad, desear

Permanecer siempre unidos.

Yo estoy solo con hijos y con un sol variopinto.

 

Luz de Amor

Saber que la luz de Dios

Es riquísima

En esencias divinas.

Saber que su cascada de amor

Nos inunda.

Yo prefiero vivir en paz

Esperando

La oportunidad de no existir.

Me desahogo pensando en Dios;

Yo deliro pensando en Dios.

Soy testigo del mar qué huye de las olas.

¿De qué manera una nube existe?

¿De qué forma la luna gira?

Yo no tengo conocimientos de informática

Pero, escribo poemas místicos

Que algún día vos, deliberadamente

Comprenderás.

Saber que la luna es híbrida.

Saber que el sol es un retoño.

Me comprometo a conquistar el futuro

Reino del Padre;

Yo soy Hijo.

Cuatro princesas tengo:

Después de muerto seré pródigo en amor.

Los lunáticos no creen en mí;

Los lunáticos me acompañan de tarde en tarde.

¿Apostarías

Un dólar

Por pensar en Cristo

Como un profeta

Que no cumple

Con la sagrada palabra?

Pues no;

Entonces porqué me criticas.

Yo no soy un Cristo, yo soy un poeta;

Espero que Verbo y adjetivo

Fluyan.

Espero que sufijo y prefijo

Se escondan.

Dadme un cuaderno y lo llenaré de poemas.

Dadme la luna por testigo

Y le otorgaré mis poderes.

Yo apenas tengo conciencia de mí.

Pues soy un mensajero.

Quiero permanecer desnudo

Especulando sobre Padre.

¿Acaso habrá raigambre para el pobre?

Nada nos concierne.

Todo acaba después de escribir

Poemas que alaban a Dios.

La luna es sabia, de noche nos vigila.

 

Días Oscuros

Me comprometo a abandonar

La tristeza.

Me comprometo

Con la alegría.

Vivir eternamente joven.

Vivir en Padre.

Quieran las aves

Que yo las observe.

Quieran los soles

Que yo los pinte.

Desearía convertirme

En Van Gog

Sin suicidio.

Como Picasso.

Yo a nadie odio, a todos amo,

Hasta los perros callejeros son mis amigos.

Pero tengo rencor

Y es por la maldad del hombre.

No puedo evitarlo, sólo soy un poeta.

¡Qué las guerras acaben!,

Soy un iluso, es cierto.

¡Qué las muertes violentas acaben!,

Soy un apóstata, es cierto.

Buscar un río en que remen los ángeles

De manera inversa.

Buscar aguas que giren y no maten.

Aguas para calmar el espíritu.

Sabed que, de un barrio proletario soy;

Delincuentes, basura.

Pero también tengo a mis hijos

Que vibran con los deportes extremos.

Jugar a la pelota, luchar.

Cortar el cabello.

Soy un padre bondadoso; pero enérgico.

¿Habrá para mí descanso?

Yo no busco la fama;

Busco la inmortalidad.

Me aseguras que las aguas del mar

Son tiernas;

Me aseguras que,

De noche los arcángeles

Me protegen.

Tengo pesadillas

Con amigos suicidas.

No quiero ser uno de ellos;

Quiero persistir.

La muerte es un tránsito.

 

Celeste Ámbar

Daría mi vida

Por Padre.

Daría mis sueños

Por comprenderle.

Daría mis estrógenos

Por hallarle

Caminando

En vía pública.

Ay de mí:

Yo sólo añoro a Padre.

Me contagia de su amor.

Me celebra por mis éxitos:

Amar el canto de una mariposa,

Cuyo regazo es

El universo.

Amar el golpe

De un pie

En una pelota plástica

Cuyo conflicto

Es la guerra de Irak.

Hay cosas notables en la vida.

Vivir, amar, renacer.

Hay bellos atardeceres en Recoleta.

Tomar el té, beber café.

¿Comprendéis acaso mis inclinaciones?

Yo soy devoto de Cristo;

Del crucificado;

Soy el delincuente arrepentido.

Llevadme al reino esta noche.

Los sofistas han comprendido bastante bien

La idea de la inmortalidad;

Yo no la comprendo

Ya que mis huesos son mortales.

Nuestro espíritu es inmortal.

Desearía convertirme en una súper nova

Y estallar

Para que Padre me aceptara en su reino.

He pecado mil veces;

¿Qué será de mí después de muerto?

¡A los poetas los acepta Dios

Tal cual somos!

Ya que de su reino

Somos los sufrientes.

Idéntica materia para Vallejos,

Que en París murió y en jueves.

Idéntica materia para Neruda

Que, de tristeza, se nos arrepintió.

Quisiera yo bendecir el cosmos.

Quisiera elevar una cometa y reír.

Llevadme a un río. Quiero navegar.

Llevadme al mar. Quiero ocultarme

Entre las olas.

Yo amo las olas que, veraniegas,

Nos hilan en salvaje comunión.

Una a una van tejiendo la espuma.

Quiero vivir. Quiero compenetrarme de vos.

 

Ríos de Espuma

Encadenamiento

Mil veces he vivido

Al borde de la muerte;

Ya que soy una flor.

Mil veces he disentido

En el abismo de la muerte;

Ya que soy un pétalo.

Rugen los gusanos y los caracoles

Visten de etiqueta.

Yo soy un fakir

Con elegante

Vuelo de mariposa.

Subid a mi grupa;

Os daré el azar por testigo;

Subir a mi diestra;

De este modo, comprenderéis a Dios.

El azar es fundamental;

Nada puede preverse con exactitud.

El destino existe pero es como un río.

Dejaos llevar por sus aguas

Y viviréis perfectamente regios.

En la vida hay dos caminos:

El bien o el mal.

¿Cuál preferís?

Las siluetas de los enamorados

Contienen a Padre.

Las tarimas de los teatros:

El destino de una mariposa

Cuyo aleteo nos germina.

Yo doy fe de la vida;

Doy amnistía

Al réprobo

Que existe en mí.

¡Padre!,

Bendíceme;

No quiero pecar.

¡Padre!,

Las hormigas me agradan

Tanto como los caracoles.

Recibidme en vuestro reino

De infinitas paredes, que no culminan.

Vuestro castillo espiritual.

De allí seré como luz de armisticio.

 

Siluetas bajo la Luna

Me río de mí mismo y me contengo.

Yo busco la luz de un ebrio, que,

Asolapado bebe ajenjo.

Me gustaría enamorarme de una virgen.

Me gustaría ascender en paracaídas hasta el paraíso.

Yo conozco a María, la Virgen; y le amo.

Los árboles con sus ramas: de allí soy.

Tanto calor en verano con mujeres

Desnudas en las playas.

Me estremezco ya que soy un vividor.

¡Luz de atardecer!,

¿De qué modo habré de purificarme?

Gandhi vive en el Parnaso de la India;

Yo vivo en el atolladero de Santiago.

Desearía convertirme en gaviota.

Y domesticar las corrientes de aire.

Desearía vivir en la luz

Y convertirme en monje.

Un santuario de Venus para mí.

Pero no; siempre el poeta flora

Con sonetos misteriosos

Para muchachas

Misteriosas.

¡Padre!,

No me reprendas,

Soy humano.

¡Padre!,

No me critiques,

Fui…

 

A Continuación Declaro mi Vida

De mi mano izquierda

El universo.

De mi mano derecha

El aullido de un niño.

Yo amo a mis hijos.

Yo me compadezco del que sufre.

He observado la luna

En tardes estivales.

Me agradaría contenerme en felicidad

Por siempre.

Sin disputas conyugales.

¿Por qué somos tan torpes sufriendo?

¿Por qué vivimos tan diestramente sin esperanzas?

Padre nos cobija con ángeles que nos protegen.

Yo sé que para vos, hermano,

Estas cosas son declaraciones ficticias,

Pero sabed que Padre existe y nos juzga.

No temáis.

Un hombre debe besar a su mujer;

Consumiendo su amor en santo armisticio.

Yo soy separado y he amado a muchas féminas.

Padre no me castigará por aquello;

Padre castiga por odiar.

Acuérdense de Oseas.

 

A la Deriva

Mi fetiche es Padre, que no comprende

Mi vida.

Mi salario

Es Padre,

Que no culmina en mi vida.

Yo me alargo como goma sintética.

Me estremezco como océano voraz.

Algunos son castos monjes budistas cristianos mahometanos.

De mi pleitesía: las coronas del Mesías.

Habrá tiempo de plegarías pero el reino está sellado.

Habrá tiempo de rosas pero las espinas en la cabeza son los clavos.

Yo soy de un tiempo avasallador.

Ya que, no de dormir, he de vivir.

Yo doy un testimonio distinto.

Ya que, de Hijo, fui el primogénito.

Muerto fui antes de la materia.

Las olas del mar son tres billones.

Yo la he contado

En Santa María del Solar.

Las olas del océano Índico son secas

Ya que no poseen sal.

Apuesto que vosotros tomáis todo literalmente.

Esto es poesía.

Y como tal:

Atmósfera irreal.

Padre (y, ¡ay de mí!), Padre solamente es real.

Yo soy un gusano que habrá de morir.

Soy un ataúd al viento.

Deseáis vedme desfallecer; pues no.

Mis cenizas serán esparcidas por París.

¿Y si equivoco el rumbo y jamás

De mi trabajo escapo?

¿Y si muero de obrero municipal?

Puedo estar errado. Las estrellas estallan al chocar.

No importa. Tengo un tulipán germinando

En mi costado.

Han de saber que Cristo es mi hermano.

Yo no dudo de vos. Dudo del azar.

 

Mampostería del Destino

Las flores son bellas.

Los tulipanes, las calas.

Los colores son tan bellos.

¿Qué dirán de las mezclas?

Las mariposas, las abejas.

El polen es el mismísimo Padre.

Me agrada pensar en vos.

Que del destino eres.

Dueño de tu vida.

Amo y señor de las cosas.

¿Pensáis en el gusano

Cuando hacéis el amor?

¿Pensáis en los huesos

Cuando tocáis la vulva?

Pensando en Padre

Encuentro tranquilidad.

Pensando en las rosas

Encuentro pétalos

Desnudos

De siluetas

Opacadas

En un espejo.

Daría mi alma

Por romper el huevo;

Pero estoy aquí escribiendo

Sangre de vuestra sangre.

No me considero soñador,

Me considero

Caballero

De corbata

Con pantalones cortos

En verano.

Me considero

Mal afeitado

En invierno.

Me considero

Hombre

De pocas palabras.

Me considero

Estupefacto

Ante el humillado.

Yo quiero servirme mi propio té

Y al camarero bendecir.

El barrendero que sana mi ciudad

Merece una estatua.

El doctor que sana mi cuerpo

Merece un café.

¡Basta!, amanece; y yo estoy despierto.

 

Luna Azul

Yo soy la vida, que emana de los deseos.

Soy el vino, que nos atormenta por las noches.

Soy el rocío que cubre las camas yertas,

Donde los amantes son esclavos del silencio.

Dios es un peregrino en estas casas

A cuya entrada no hay más que desolación.

Busco las nubes con formas de conejo.

Son mi infancia perdida con padres réprobos.

Busco los atajos que me llevarán a los mares.

Busco

A mis amigos,

Busco

A mis enemigos,

Busco

A mis mascotas;

Busco

Mis juguetes

Perdidos.

Yo deliro por encontrar amor.

Deliro con las Escrituras.

Sé que algún día

Me enamoraré

De una virgen.

Apuesto mi cabeza.

Apuesto que,

De mi locura

Extraeré su encanto.

¡Viva el amor!;

Y las mujeres castas.

¡Vivan las enamoradas

Que han parido hijos!

Yo encuentro virginidad

En la Siete Rosarina;

Que ha dado toda su vida

Por el consumo

Del vino.

¡Vivan las hembras

Que aman a Dios!,

¡Vivan en los consagrados

Moteles!

Hay que buscar la vida

En todos lados.

Yo soy de aquel lugar

Donde las madres ofrecían

Incienso.

Todas sus hijas fueron mías;

Yo no soy el Mesías;

Yo soy un poeta

Meditabundo.

Las estrellas y la luna

Me consagran a Padre.

De morir habré.

¿El cuándo y el dónde?

Son un misterio.

Dulce néctar son las híbridas:

Entre ángel; entre mujer.

Dulce néctar son las bellas;

Que nos aman a escondidas

Del marido.

Procuro estarme quieto.

Un ángel ha parido una estrella.

 

Agonía de Amor

Yo te quiero amar,

Te deseo por flor, que, de silvestre,

Tiene las marcas de la cruz.

Yo te deseo hilvanar

Como una costurera, que,

En año nuevo

Se emborracha

De agua bendita.

Lucifer ha manchado de agonía a los poeta;

Yo vengo a liberarlos.

Lucifer está preso, y, agónico,

Enciende hogueras.

Yo te quiero amar por que sois mi Padre.

Vos me habéis dado sabiduría.

Del heliotropo que fecunda los ríos

El más hermoso es aquel que cubre

Mi cabeza.

Yo podría amar pero jamás odiar.

Tengo las manos temblorosas

Ya que Cristo es mi huésped.

Tengo la nariz rutilante

Ya que María, la Virgen,

Se compromete en mí.

(La dulce luna emana de la sien

De mi amada Sofía)

 

Ave María

Soy todo tuyo,

En cuerpo, en espíritu.

Soy un espejo, que, duplicado, te observa.

Ave María,

Mi dulce madre, que, enhorabuena,

Es toda nuestra.

Yo me conduelo por que vos

Visteis a vuestro hijo herido.

Las mil voces qué gritaban.

La saeta en el costado,

La corona de espinas,

Los clavos.

Soy todo tuyo en espíritu.

No miento si, por casualidad,

Os concedo mi alma.

No hay resquemor si, por tenebrosa ambrosía,

Vos tocáis mi cuerpo.

Habéis bajado a la tierra para reconfortarme;

Habéis almidonado mi alma.

¿De qué modo, vos sois lo que sois?

Dulce María, mi Virgen;

Apuesto mi vida por vos.

 

Sostenimiento de Amor

Yo daría mi alma

Por un guijarro;

Daría mis pies

Por una piedra;

Daría mi espíritu

Por un poema.

Otros son felices

Con carros

Amarillos;

Yo en cambio vibro

En estío

Con plumas de ganso

Escribiendo

Poemas a Dios.

Mi alma se comporta de manera

Extraña;

En cada cosa

Observo ángeles.

Los palpo, los huelo.

Si yo pudiera contenerlos:

A vosotros cantaría

Versos inolvidables.

La lluvia cae sobre mi rostro;

La lluvia es llanto de Dios;

Me palpo el corazón

Y en él hay una flecha.

Es Uriel que ha infectado

Mi alma de sus proezas.

¡Mil demonios muertos!

¡Mil saetas en el infierno!

Yo lucho por no perderme;

Pero el tráfago de la conciencia

Es arduo.

Están las féminas que me seducen;

Y el mal proceder.

¿Buscaré paz en las quimeras

De los poetas

Muertos?

¿Buscaré refugios

En la paz

Del bisonte?

Yo no dudo de vos; yo dudo de mí.

 

Letanía a Cristo

Sabré recompensarte,

Escribir por ejemplo

"Te amo".

Pondré mi pluma

En tu cerviz

Y viviré actos

Heroicos.

No me crucificaré, es verdad,

Pero siempre

Os tendré presente.

No erraré el rumbo

Ya que por vos

Mi vida daré.

¡Cristo!,

Yo os he dado hijos.

¡Cristo!,

Por vos la luna

Es tenue.

Amantar a vuestros seguidores,

Sostenerme

En vuestra barca,

Dar luz

Al ciego;

¡Milagros!,

Eso habéis dado al mundo.

¿De qué manera,

Se contrapone el pez

Que multiplicaste

Con mis poemas?

Yo pienso que vos fuiste un poeta;

El más grande;

Escribiendo carne del Verbo

En los paralíticos.

Yo no dependo de nadie

Para amarte;

Ya que soy

Librepensante.

No hay barreras entre vos y vuestras hazañas.

Buscaré refugio en Mateo

Y vivenciaré

A Lázaro resucitado.

¡Maestro!, decidme,

¿Cómo es Dios?

 

Siluetas de Ámbar

Desolación

Darte amor significa ¿sacrificarme?

Darte cariño significa ¿morir?

Eres un Dios ¿amoroso?;

Por tanto;

¿Por qué todos tus profetas fueron humillados?

Yo estimo mi vida.

Estimo las rosas, los tulipanes, las olas del mar.

Me agrada perderme en el bosque.

Dulce sería mi agonía si me matarás por ¿amor?

Yo no te comprendo; eres un Dios ¿ateo?

Qué pregunta tan tonta.

He de pasarme la vida preguntándote:

Sobre mi destino.

Murmuras cuando estoy triste;

Y cuando estoy alegre, cantas.

Eres un Dios misericorde;

Ya que a cada circunstancia

Cuidas de mis hijos.

Un ángel por cada retoño.

He sabido defenderme solo;

Pero a vos amo.

He sabido luchar con determinación.

En la cruz no quiero morir;

Menos ser un mártir;

Ya he sufrido demasiado.

¿Todos tus profetas han muerto mutilados?

¿Dime?

No hay respuesta porque Dios duerme.

Qué gracia me da pensar aquello;

Un Dios amoroso en siesta.

Si tú duerme yo muero,

Ya que vos mantienes el universo.

Nada más por esta tarde.

 

Siluetas en el Horizonte

Yo no daría mi alma

Por un sueldo digno;

Yo daría mi espíritu

Por amar.

Yo estoy contento de lo que soy:

Un padre, un poeta.

Busco en el horizonte

Los árboles que he plantado.

Tengo casa pero no vivo en ella;

Yo permanezco mudo de terror;

Vivo al descampado.

¡Padre!,

Vos sois el Bendito;

Dadme refugio;

Tengo libros por millar;

Pero no tengo muralla donde estar.

Mis textos se acumulan en un nido de gavilán.

Busco la liturgia de mis dedos;

Yo confecciono palabras

Que extraigo

Del rugido del mundo.

Soy vidente; ya que de mí nada puede libraros.

Un día de estos moriré;

Ascenderé a Júpiter;

Ya que allí hay una cervecería para muertos inéditos.

¡Júpiter!;

Dios del Olimpo.

Desearía vivir siempre

Para adentrarme en el misterio,

Pero tengo fecha señalada.

Busco ser un hombre sencillo;

Servil con el débil,

Hábil con el poderoso;

Me despido ahora para vivir sin conflictos;

Sin voces disidentes,

Sin armonía celeste.

Estoy muriendo,

Ya que pronto cumpliré la edad de Cristo.

 

Sesgado

Yo soy el que delira,

Soy el anfitrión,

Me quito las gafas y compongo poemas.

Nada veo ya que escribo con el alma.

Doy testimonio de fe.

Doy mi vida por amor.

¡Altísimo!,

Vedme sufrir por estos poemas.

Yo te busco y no te encuentro.

Decidme: ¿seré casto para vos?

Las cosas son ecuménicas:

Cortarse las uñas, vestirse de obrero,

Levantarse temprano, beber café.

Las cosas son ecosistémicas:

Planchar las rosas, plantar tréboles,

Buscar lagartijas, demostrar que,

Los cuantos,

Nada son.

Yo estoy por la vida silvestre;

Silvestremente científica.

Nada sé de matemáticas.

Mi Altísimo habrá de enseñarme.

Una Súper Nova estalla

Y yo, como un tonto, calculo

La extensión del estallido.

Son tres veces la arena que hay en mis pantalones.

Busco el mar y ya nada hay de misterioso.

He allí el dilema.

 

Dulce Fin

Estoy dispuesto a morir

Por escribir poemas.

Me agrada.

Los poetas somos amantes de Padre;

De lo contrario, somos

Falsarios.

Lo digo de convicción.

Las musas existen;

Pero el demonio también.

Yo canto a los ángeles que habitan la tierra.

Canto a los pobres que agonizan.

Voy buscando las piedras sílfides;

Ya que vos, Padre, me has enseñado

El misterio.

Vivir es tremendamente bello.

Después un suspiro.

¿Qué nos depara el destino?

Yo doy alegorías de fin de mundo.

Voy a contenerme y a expandirme

De solidaridad.

Paz para los pobres de Guatemala.

Paz para los esclavos de África.

Paz para los chinos.

La dulce fuente de vida

Es mi canto;

En cuyo abrevadero

Padre

Es

Virtuoso.

Yo doy testimonio de amor.

Busco arrebolarme con la llaneza

De corazón.

Paz para el aborigen de América.

Paz para los negros.

Paz para los rusos que mueren de frío.

Paz para mis hermanos chilenos.

Yo estoy cantando.

Debo proseguir.

Las cosas son de exabrupto

Cuando no hay amor.

Cantad poetas a la esperanza;

Ya que por vosotros,

Nuestro Padre,

Reza.

Paz para las hormigas.

Paz para el leopardo.

Paz para los elefantes.

Yo estoy cantando.

Siempre.

 

Silbando en el Viento

Me aferro a la vida.

Doy testimonio de arrepentimiento.

Doy fe de amor.

Yo procuro compartir mi alma.

Busco susurros de compañía de ángeles.

Son bestias de amor.

Voy cantando por la vida.

Voy feliz por el mar.

Silbando melodías, que, Padre,

Me obsequia.

"Hijo,

Vos sois un mensajero".

Yo declino la invitación,

Ya que tengo miedo.

Me voy por los roqueríos;

Espío el mundo.

Soy y existo.

Soy extremadamente

Feliz.

No me arrojéis a las hogueras

De vuestras cátedras.

Soy feliz

Como hombre de pueblo.

Yo me compadezco

De Somalia;

He cantado a los negros de África.

Yo me compadezco del Congo;

He cantado a sus eternas

Guerras.

"No matarás";

Enseñadles las Escrituras y dadles de comer.

Busco paz en la guerra.

Busco amor

En el desamor.

Busco novia

En el cementerio.

Busco desesperanza

En un hospital.

Quiero vivir, es cierto;

Danzar

Bajo la luna.

Quiero amar

A Sofía

Después de muertos

En un paraíso irreal.

Yo soy poeta y como tal actúo.

Camino erguido.

Camino con los ojos como el mar.

 

Agonía Celestial

Yo soy amor.

Yo soy sueños.

Yo soy trabajo.

Yo soy suavidad.

Contagiadme

De verdades

Eternas.

Contagiadme

De silencios.

Habré de despertar.

Habré de conversar con vos.

Hay maneras de amar.

Muchas.

La madre al hijo;

El padre al yerno.

Yo, no me compadezco;

Ya que amo

Intensamente.

No me agrada estar solo.

Me gusta la compañía

Femenina.

Mis amigos son

Tres:

Padre, Cristo, Espíritu Santo.

Me alegro de estar vivo;

Me alegro de vivir.

Busco una ola en el mar;

Una sola:

Prístina,

Alocada,

Impersonal.

Yo soy esa ola

Girando

Solitaria.

"Padre",

¿Me aceptas como soy?

"Padre",

Vos me has mirado:

¿Me aceptas como soy?

La recompensa

Es el paraíso.

Pero yo voy al reino.

 

Dualidad

Luz de Amanecer

Me miro en un espejo:

Se duplican

Mis facciones.

Yo doy luz

Ya que, Padre,

Me bendice.

Paz, hermano.

Laberintos

Culminan

En mi canto.

Laberintos

Suaves

Como el viento.

Dadme una escalera

Para llegar

A vos.

Dadme alas

Para sincerarme:

Un hombre pecador he sido.

Me agrada cabalgar

Sobre unicornios.

Pero estos seres

Mitológicos

Son escasos

En el mundo actual.

Antaño

Eran manadas.

¡Ángeles!,

Pedidme permiso

Para saciarme

Mi espíritu

De recompensa.

¡Ángeles!,

Vosotros sois mis hermanos.

Yo soy de quimeras,

De mujeres que,

A la cinco de la mañana

Parten al trabajo.

Tienen las manos curtidas,

Tienen estómagos acerados.

¿A vos, Padre?,

Dadle un paraíso.

Dadle escafandras.

Yo respeto los oficios;

Respetadme a mí;

Que poeta soy.

Vengo de un mundo

En ebullición.

Los malandras son mis amigos.

Buscadme en prisión;

Preso estuve por loco.

¡Ángeles!,

Os suplico compasión.

 

Empatía de Amor

Yo he soñado con amar.

He vivido pensando en vos.

Busco en los bosques,

En los acantilados,

En las casas asoladas por la ventisca.

Yo he soñado con vivenciaros

Ya que, de las olas,

Extraigo mi experiencia.

Dulce es el néctar que, enhiesto,

Se precipita

En la ribera de la vida.

Busco amar al prójimo,

Busco saciarme.

Yo doy fe de amor,

Ya que, de manera tajante,

Padre murmura:

"Hijo,

Sabed que las estrellas

Están vivas".

Me amo porque amo a mis hijos.

Me amo porque amo a Sofía.

Yo deseo un mundo puro.

Sin conflictos.

Deseo ser partidario del pacifismo mundial.

Busquemos soluciones.

¡América!,

Yo no invoco tu nombre;

Yo invoco

La paz

De las praderas.

Sabed que Dios es piadoso.

Pero nosotros estamos

En la tierra.

Hagamos de este ámbar

Un lugar cómodo.

Que nadie muera en la miseria.

¡América!,

Por vos Padre llora.

 

Levantaos de Madrugada

Llueve y nada hay para comer.

Llueve y la comida agotada está.

La fuente de vida

Es mi poética.

Un sándwich de verbo

Para mis hijos.

Llueve y no tengo calefacción.

Llueve y en Santiago

Hay miles de pobres

Esperando ayuda.

Padre rechina los dientes.

Los poderosos

Comen petibuché.

Los poderosos viven

A costillas del pobre.

Padre rechina los dientes.

Hay tanta amargura en mi tierra

Natal.

Yo soy de los que aman a Padre

Pero tengo que comer.

Trabajo;

Todos trabajamos

Pero el salario es mísero.

¡Hasta cuándo tanta irreverencia!

Somos el país más hipócrita de América.

 

Agonía de Amor

Yo doy mi vida

Por las estrellas.

Doy mi fe de amar

Por conseguir

Una ola estallando.

Estamos condolidos

Pero amamos.

Cocino mis alimentos,

Barro la casa,

Ordeno la ropa,

No plancho,

Tampoco lavo en lavadora.

Suplico piedad a Padre

Por mi flojera.

Yo soy una hormiga

Que ha observado

El nirvana.

Yo soy un coleóptero

Que ha gozado

De la vida.

¿A qué redimirse?

Las cosas suceden de manera totalitaria:

La muerte es

Un reducto

Que nos condena.

Yo prefiero la vida;

La sutil beatitud

De los camaradas.

Los amigos deberían reunirse;

No malgastar el tiempo

Con evasivas.

Los amigos deben asistirse;

No consumirse

Como sal.

¡Hasta cuándo con tanta tontería!

Apagad la tele y salid a los parques.

Los niños necesitan aire puro.

Yo tengo tantos hijos.

Busco amar al prójimo

Pero me cuesta.

 

Castidad

La insolencia

De los medios de comunicación.

La insolencia

De la televisión.

Nuestro Padre

No es símbolo.

Nuestro Padre

Está triste.

Yo voy por la vida especulando.

Me contengo de sabiduría;

Mi vida es solitaria:

No hay televisores

Ni espectáculo.

Me son totalmente antipáticos.

Yo creo en Dios y en la castidad del alma.

Yo creo en los actos heroicos

De los mártires;

Creo en Maradona;

Y en la sutil beatitud

De su perdón.

¿Apuesto que vosotros me creéis un cretino?

Pues no;

También estoy gordo.

La virtud se adquiere

Con ejercicios físicos;

Delgadez,

Mente sana,

Fuerza física,

Corporeidad divina.

Los ángeles son virtuosos;

Se ejercitan noche a noche antes de dormir.

 

Liderazgo

Yo domino el arte de amar.

Domino el arte de bendecir.

Doy gracia a Padre por las rocas,

Por las tejedoras de redes de pescar,

Doy fe por los mutilados de Cartagena.

Yo soy un poeta que busca soledad en el mar;

Con mis hijos voy cantando.

A la deriva están los náufragos;

Los peces rechinan

Con ganas de vivir,

Pero la pesca es cosa

De hombres.

Pedro fue pescador,

Hasta que Cristo le iluminó.

Yo también he pescado

Sílabas

Cantadas al viento.

¡Hurra por los poetas!

Hilvanando olas de mar

Las barcazas se adentran en el océano.

Hilvanando

Algas marinas

Los botes

Buscan el horizonte.

Yo soy capitán de navío:

En Verbo amar voy salpicando sal

De mares sureños.

¡Valparaíso!,

Los pelícanos me recuerdan

Vestido de novio.

¡Valparaíso!,

Por vos hay tanta belleza;

Por vos

Los pescadores son estatuas.

Yo confío en el amor.

Después de muertos

Habrá tiempo para descansar.

No hay que dormir,

Hay que vivir.

No hay que perezar,

Hay que gozar.

Viviendo en Andalucía

Descubrí amor por vos, Padre.

Viviendo en Madrid,

Descubrí amor por vos, Padre.

Yo estoy en Punta Arenas;

Soy del fin del mundo,

Yo estoy en Puerto Varas;

De colonia alemana

Hasta la Extremadura de Chile.

Los ángeles festejan,

Los ángeles me contagian de alegría.

Yo doy testimonio de fe,

De las colas de zorro

Que habitan la Patagonia.

Dulce despertad de Padre

Que nos bendice.

Dulce néctar de Padre

Arrodillado en Magallanes.

Los pescadores rechinan los dientes;

Mientras yo escribo "Amor".

 

Cristo es Amor

Desearía vivir vuestra agonía.

Desearía cubrir con lágrimas

Vuestras heridas.

Habéis muerto pero también resucitado.

El Cristo es Vida.

El Cristo es sabiduría.

El Cristo es raigambre.

El Cristo es melancolía.

El Cristo es naufragio.

El Cristo es vendaval.

El Cristo es totalidad.

El Cristo es cenagal.

El Cristo es pedregal.

El Cristo es

Amigo

Nuestro

De infancia.

Desearía vivir al borde de vuestro manto.

Desearía crucificarme por vuestras yagas.

Desearía vestirme desnudo con vuestros trapos.

A vos mutilaron en Jerusalén.

A vos mataron en Jerusalén.

A vos clavaron en el Gólgota.

Sabed que tengo vuestros clavos

Guardados

En mi pupitre

Donde escribo diariamente

Poemas.

Yo soy la Cruz.

Por vos yo he cambiado

Como la Sibila.

Yo soy la Cruz.

Por vos yo he renacido.

A Cristo han matado.

A Cristo han maldecido.

A Cristo han renegado.

Nada es cómo sucede;

Las cosas son

Tan enormemente distantes

Como el llanto de María

Al veros morir.

¡Hermano!,

Cúbreme con vuestra sabiduría.

¡Hermano!,

Por vos espero al morir.

 

Condenación

Las cosas son

Efímeras,

Dicen los ateos,

Pero la condenación existe.

Yo he visto a los agónicos pedir perdón,

He visto muertos que culpan a sus hijos por sus yerros.

He visto al apóstata que, endurecido, escupe sangre

A Padre.

Sabed que, todos vosotros estáis condenados

Si no actuáis de buena fe.

Yo daría mi alma por vosotros;

Pero no es asunto nuestro.

Es asunto de Padre.

El infierno existe.

Los truhanes van allí;

Como los cambiantes de moneda extranjera.

Yo sé que muchos poetas

Han abandonado

A Padre;

Buscan en Baudelaire

La poética.

Pero condenados están

Ya que del mal sólo nace pudrición.

Buscad el vuelo de la paloma

Pintada por Picasso;

Premios de paz necesitan los escritores.

Yo soy andaluz de adopción.

Amo la liturgia campesina de los gitanos.

¡Granada!,

Por vos llora el mundo la muerte de Federico.

¡Granada!,

Por vos el cántico aguerrido de los Credos.

La condenación existe.

Cambiad de actitud, poetas.

Cantad a la rosa,

No a los tanques.

Cantad por la paz;

Cantad y veréis que de muertos

Padre os dará vida eterna.

Yo estoy seguro. Padre es dueño de vosotros.

Llevadle en el corazón,

Como quien camina distraídamente

Por campo minado.

Caminad con paraguas.

La lluvia radiactiva es venenosa.

Buscad la sabiduría en Li Po.

Buscad ternura en Tala.

 

Buscad el Cielo

Dios Habita el Vacío

Yo soy Padre, habitando, dulce despertar de los sentidos.

Yo soy Padre, en la quimera de los tímpanos que, refugiados, nos exhortan a la vida.

Yo soy Padre que, en desiderata, os cobija; ya que por amor perdería la vida.

Se extravían los ángeles.

Se extravían los sentidos.

Se extravían los desideratos.

Yo soy Padre, que, enlutado, sufre la agonía del padre que permite a sus hijos morir.

Yo soy Padre; y ya no hay mención del Hijo crucificado, hay mares, ríos, árboles.

La mención de mi Nombre es sagrado.

Llamadme Padre, ya que por vosotros soy lo que soy.

Llamadme Hijo, ya que por vosotros soy lo que soy.

He vivido cantando estrellas qué nacen. He vivido satisfecho del cosmos.

He vivido pensando en vos, Hijo; mi malaquías.

Vosotros pensáis en mí pero yo vivo en vosotros.

¿Esperáis castigos?; pues no; os equivocáis:

Sólo flores para los poetas.

 

Vivir en Armonía

Me complazco en presentarme Yo Soy quien Soy.

Aquel por quien deben los héroes santos sufrir.

Padre, me dicen los monjes. Padre de las raza humana.

El jolgorio del cosmos se precipita en mí como acantilado.

Yo soy amor en llaneza, no hay dobleces ni ámbar.

Amor.

Dudo de los paracaídas que buscan la inmortalidad.

Soy Padre de las estrellas. Ya no depende de mí la salvación,

Depende de vosotros.

Los ríos en mi Castillo son maravillosos:

Grandes ciudades podrían construirse con los planos

De un río que emana de mi corazón.

Yo estoy en el atrio del Castillo esperando a Cristo.

Hijo y Espíritu Santo son invocados. La multitud es, sumamente, atea;

Ya no hay amor a Padre.

¿Qué haré entonces con la raza de hombres?

¿Un diluvio?

Morirían los pobres; ya que los ricos viven en rascacielos.

Podría entonar un canto; y que los místicos elucubren la melodía.

Yo canto todas las noches pensando en los hombres.

Subid a los montes Urales y hallaréis descanso.

Subid a las olas y hallaréis sosiego.

Yo soy Padre de hombres valientes.

Seguid el camino del bien.

 

Multitud

Sabed que espero participar de la cosmogonía celeste.

Sabed que el bien es unipersonal.

Yo no dudo de los hombres, yo dudo de tu maldad.

¿Por qué asesinas?, ¿por qué fumas?, ¿por qué castigas a vuestros hijos?

Yo no sé; estoy ciego de ver tanta esquizofrenia.

Los ciegos han de ver milagros cuando yo descienda a la tierra;

Los paralíticos han de sospechar milagros cuando yo descienda.

Cristo los contuvo; Padre también desea caminar sobre el mar.

Dadme una oportunidad de demostrar qué existo.

La luna por ejemplo gira en torno de vosotros porque yo así lo decidí.

El sol es hiedra de los desiertos porque yo así lo decidí.

¿Qué más queréis?

De hombre no puedo morir; me crucificarían.

Yo soy Dios y os castigaré con el infierno.

Yo soy Padre y os regalaré con el paraíso.

De vosotros depende la salvación.

 

Elementos

La fuga de la vida es mi elemento; ya que soy polvo cósmico amoroso.

Mi vida es eterna, no tengo principio, no hay ríos, no hay árboles ni estrellas.

Mi vida es un acantilado en cuyo término yo no comienzo, yo existo.

Podría acontecer que finiquitara mi existencia

Pero el conocimiento, que, es luz, acabaría.

La muerte de Dios es imposible.

Soy eterno como un manantial que emana de mis ojos.

Soy eterno como misterio de mis dedos tocando una canción.

Soy eterno luchando contra demonios estelares que buscan mi destrucción.

Soy eterno como el canto del gallo que traicionó a Pedro.

Soy eterno como María que cobijo mi espermio en su óvulo.

Soy eterno ya que por vos no perdí la vida, Hijo, de mi alma.

Vosotros pensáis antropomórficamente. Pues os equivocáis.

Pensad científicamente. Soy una estrella que jamás nace ni fallece.

Soy origen de Alfa, Beta y Gama. De mí procede el océano maravilloso de la Vía Láctea.

Os confundís si decido morir. Nada existiría entonces.

Al Padre muerto todo es exterminio.

Padre jamás puede morir.

Yo sustento la vida.

Flor de Enhiesto

Anécdota de Amor

Yo creo en Dios porque soy riachuelo

Que, solidariamente,

Canta poemas de amor.

Yo creo en Dios porque, en materia

De estadísticas,

Soy matemático metafísico.

Yo creo en Dios porque soy sencillo,

De mirada transparente.

Creo ser feliz en compañía femenina;

Es mi pecado; lo sé…

Yo creo en Dios porque no hay nada más hermoso

Que buscar la inmortalidad.

Saber que dependemos de un Padre

Bondadoso.

Saber que nos elogia

Por nuestras culpas

Subsanadas.

Nos perdona los yerros,

Nos acicala en la vida del más allá;

Nada puede existir tan maravillosamente.

Yo creo en Dios y espero que vosotros también.

 

Siluetas que nos Acongojan

Abro mi corazón a los extraños:

Los peluqueros, los albañiles.

En ellos hay cosas buenas y malas.

Yo abro mi corazón al desposeído:

Buscarle hogar estatal es bienestar de la sociedad.

Yo soy hombre de ciudad; añoro el bosque.

Mis poemas tienen sabor a cemento.

Desearía amar a mi prójimo

Como enseñó el Maestro.

Desearía abrir mi casa al extranjero.

Las leyes de la Hospitalidad

Están caducas.

Soy jardinero de casa propia.

También tengo hijos en casa extraña.

Yo le debo a Padre

Un millar de pecados;

Pero me ha perdonado;

O eso, creo yo.

Cuando viajo al mar

Mi sangre

Es

El atrio de Dios.

Cuando viajo al campo

Mis tripas

Son

Dios.

Últimamente he tenido sueños extraños;

De extravío.

Una muchacha me condena

Al adulterio.

No quiero pecar.

Quiero ser puro.

Pero amo las rocas

Que, en descomposición,

Nos cobijan del abismo.

Amo la vida material.

No soy cínico, digo la verdad.

El vidente es un

Atónito espectador

De sus sueños.

¿Qué hago por de pronto?

¿Escapar?

Soy hombre de ciudad.

Los recovecos son escondrijos.

Yo he hallado calma en el mar;

Pero mis sueños

Me persiguen.

¿Hasta dónde llegaré?, es la pregunta.

 

Ágata de Zafiro

Días de tristeza espera mi alma.

Días de eterna reconciliación.

Busco a Padre y le hallo cantando.

Siempre es lo mismo. Busco refugio en su despertar

Y le encuentro cantando.

Yo he visto a Padre directamente a los ojos.

Sus cuencas son galaxias.

Sus manos planetas.

Yo he dilucidado su rostro.

Le he cortado la barba;

Ya que como Cristo

Se asemeja.

Por vos yo vivo.

Por vos yo muero.

Por vos yo camino.

Por vos yo existo.

Por vos yo me revivo.

Por vos yo me animo.

Por vos soy solidario.

Por vos me extermino.

Por vos resucito.

Por vos voy cantando, cantando alegremente.

Por vos los ríos son inmortales.

¿De qué manera existe Padre

En su atrio en los Cielos?

¿De qué manera existe Cristo

En el atrio de Padre?

Por vos he muerto.

Por vos como sandía.

Por vos me lamento.

Por vos me satisfago.

Por vos las estrellas me deliran.

Por vos he enloquecido.

Por vos soy fetiche

De alcurnia

De cien millones

De almas.

 

Término de Conflicto

La locura de amar,

La locura de existir.

Un barco se estrella

En mi diestra:

Los ángeles

Emergen

A siniestra.

La luna emerge

Y ya nada parece cómo es.

Yo no castigo a mis hijos;

Yo enfrento la vida

Valientemente.

Suplico piedad por los látigos;

Hasta Pedro

Tuvo miedo.

¿Cuántas veces habremos de morir?

Nada me parece simple.

Yo soy un poeta

Ecuménico.

Mi verdad es poética; no profética.

Dulce néctar de mis verbos.

Hallaréis a Padre en mis

Más descarados

Adjetivos.

La luna emerge;

Y por fin estoy ciego de tanto amar.

La luna se desvanece y nada puede;

Nada puede contenernos.

¿Seremos infieles a Padre?

 

Sinfonía de las Estrellas

La soledad es quántica,

La soledad es efímera,

La soledad es abismal,

La soledad contiene

Materia

Radiactiva;

La soledad es seráfica,

La soledad es ecuménica,

La soledad es Padre.

Yo confío en las olas,

Confío en los bosques.

Yo confío en los pétalos,

Confío en las rosas.

Yo soy y existo.

Yo no pretendo nada.

Soy poeta

Y como tal

Escribo.

La soledad es omnipresente,

La soledad es bestial,

La soledad nos encubre,

La soledad es un rosal.

Yo espero satisfacer a Padre

Escribiendo olas

Que estallan

En el acantilado.

Yo espero no renegar de las estrellas

Que nos encubren.

Yo estoy en Padre desde siempre.

La soledad es inmortal,

La soledad es morir,

La soledad es guerrear

Por causas nobles.

La soledad es perpendicular,

La soledad es arbitraria,

La soledad es casta, mansa, equívoca.

Vosotros no entendéis nada.

Padre es cósmico.

La dimensión divina es incognoscible.

Padre habita una aguja

Pero es como un cuasar gigantesco.

Padre es como un pergamino

Escrito

A carbón;

Pero los signos son

Inmensas Súper Novas.

La soledad es bilateral,

La soledad es armisticio,

La soledad es excluyente,

La soledad es vertiente

De fuegos

De artificio.

¡Soledad!,

Yo os amo.

¡Soledad!,

Yo os confundo

Con las vocales zodiacales.

La soledad es rígida

Porque nada puede

Contenernos.

 

Sabiduría de Dios

Sé perfectamente que, Padre,

Me bendice;

Con las uvas,

Con los vinos fabricados

Por el hombre.

Sé perfectamente que, Padre,

Nos cubre con su amor.

Yo daría mi alma por conocerle:

Observarle,

Palparle,

Mimarle.

¿Moriré y le veré?

Mil años habrán de pasar.

Las hojas de los árboles caen,

También las olas del mar.

He visitado a un monje.

Escondido en el bosque

Me predijo:

"Vos sois Hijo de Dios";

Yo palidecí.

"Te equivocas, soy poeta".

Mil veces he pensado en la posibilidad del suicidio,

Pero, yo no sé, amo la vida.

Mil veces he pensando en morir;

Sin embargo, han primado las aves

Que tanto me gustan.

Yo soy un escritor consagrado.

Escribo por gusto.

 

Sesgada Pleitesía

Amo la vida y os deseo felicidad,

Amo la experiencia

De vestirme.

Desodorante

Para las axilas,

Talco para los pies.

Amo la vida con sus infinitas

Posibilidades;

Amo destapar una botella

De cerveza.

¿Qué daría yo por daros alegrías

Infinitas?

Daría el sol que nos cubre.

La poesía es meditabunda,

La poesía debe pertenecernos

A los bosques,

A las riveras,

A los montes,

A las selvas.

Yo soy hombre de ciudad

Pero amo la servidumbre

De una cabaña en la cordillera.

¡Andes!, majestad pétrea.

Solidaridad es lo que más me embarga;

Con los pobres.

Yo soy un artesano de las palabras.

Escribo para vos, hermano.

Soy fruto de la inmensa alegría de vivir.

 

Leyenda de Amor

A la deriva están los poetas

Cantando miserias.

Son pobres, ya que no hay espacio

Para amar.

A la deriva están los sindicatos, que,

Atosigados,

Buscan salarios

Decentes.

A la deriva están los bomberos,

Los artesanos del calzado.

A la deriva buscan las gaviotas

Sustento para sus vidas.

Me busco y no me encuentro,

Ya que por vos, desconocido,

Daría mis zapatos.

Caminando descalzo por el mundo

Sería feliz.

 

Apóstata

Silbando por el camino

Las huellas del destino.

Silbando denodadamente

Yo encuentro sabiduría.

Arrojadme a las llamas

Del infierno;

Ya que, de poeta he pecado;

¡Mujeres!,

¡Adulterio!,

¡Robo!,

¡Mentiras!

No busco la compasión de Padre

Pero, de su esencia,

Extraigo poemas.

¿Podrá perdonarme?

Soy un hijo rebelde.

 

Bello Atardecer

Rocas

Rocas del desierto,

Rocas que, enlutadas, buscan amor.

Rocas de los desiertos del mundo.

Rocas amorosas.

He pensando en vosotras y he hallado a Padre.

Voy buscando la sabiduría de vuestra resistencia.

Formas de rocas preciosas,

Rocas de Atacama,

Rocas de Chiloé,

Rocas de Nueva York.

Por vosotras he pecado pensando en amaros.

Pero sois inermes, dicen los científicos;

Yo creo que no,

Yo en vosotras observo

Aleteos de ángeles.

¡Rocas!,

Por vosotras la vida continúa.

 

Viento de Amor

La calidez del rosario,

Como viento que cubre nuestros rostros.

La calidez de rezar,

Como viento que cubre nuestra piel.

La calidez de pensar en Padre,

Sustituyéndonos,

Amamantándonos,

Contagiándonos

De alegría.

Amar a Padre como quien ama al viento.

Yo soy americano.

Soy de Chile.

Y espero que los huracanes de este mundo

Me esparzan; ya que soy ceniza de poesía.

Viento que nos deja arrastrar,

Viento de arrinconadas,

Viento sureño con la frialdad del polo,

Viento nortino con la lluvia invernal.

Un cono de azúcar

Por las ráfagas.

Yo estoy escribiendo palabras

Pero es el viento quien me inspira.

Yo deseo amar con el rostro curtido.

Deseo desnudarme. Y que mi cabello

Se demude

Con el viento del mar.

Buscar la superficie del remolino

Y vibrar como la letra A.

Buscar la letanía del tifón

Y alegrarnos de que nada malo suceda.

Yo deseo amar la tibieza del mar;

Buscar refugio en las mareas.

¡Es el viento!,

¡Es el viento!,

Que lleva mi cuerpo

De océano en océano.

¡Es el viento!,

¡Es el viento!,

Que navega de río en río.

Un torbellino es mi sangre:

Soy un tigre.

 

Deseo de Misterio

Las rosas nos inclinan a vibrar,

Las rosas nos protegen de la vida.

Las rosas son sabias,

Tienen espinas.

Yo recuerdo al Maestro

Con su cabeza herida;

Espinas de cardos,

Espinas qué mutilan,

Espinas que, sangrientas,

Buscan zaherirle hasta el exterminio.

¡Es el Hijo de Dios!

¡Rosas!,

Vosotras habéis ideado los colores.

Vosotras permanecéis en mi diestra y en mi jardín.

Nos juramos amor eterno;

Por Cristo y por María.

¡Rosas!,

A vosotras el reino de mi Padre.

¡Rosas!,

Por las calles camino

Pensando en rojos, fucsias, amarantos.

¡Rosas!,

Por dónde, a dónde, de qué modo

Sois tan bellas.

Las he visto en jarrones de mimbre,

También en porcelana,

Pero las espinas;

¡No!,

Os equivocáis;

No quiero recordar al Nazareno

Con la cabeza zaherida.

No fueron rosas,

Fueron clavos.

 

Luciérnaga que Aman a Padre

Debo resistir pero hay enjambres de abejas

Que no culminan sus vidas

En las bellas hortensias.

La sabia del choclo es sabiduría de Padre.

Nos alimentamos

Pensando en comer, en vibrar, en beber ajenjo.

Padre es caritativo;

Nos da la lluvia,

Nos da los vegetales:

Los tomates,

Las zanahorias,

Las cebollas,

Los ajos,

El arroz,

Los porotos,

Las lentejas,

Las legumbres.

Y soy hombre que busca la impermeabilidad

De la maldad.

Soy hombre de estrechez económica.

Pero busco el surco

Donde plantar

Mi árbol

Sagrado.

Tengo amigos "Hijos de la Tierra",

Que, en mapudungun

Escriben

A su Regüe.

Tengo amigos que beben largas horas emborrachándose

De amor.

Yo soy del desierto,

De la uva,

Del río,

De la montaña,

Del acantilado marino,

Soy de sur a norte,

De este a oeste,

Soy de la serranía peruana,

Soy de Bolivia,

Soy de México.

Yo vivo y dejo que las abejas vivan.

De su panal

Espero extraer poemas;

Ya que a cada partícula de vida

Padre

Vibra.

¿Nos asemejamos a un pan?

Los poetas somos harina, manteca, sal y pimienta.

La vida nos ha consagrado a existir.

Yo soy de Quinchamalí,

Soy del ganso,

Soy del vacuno,

Del pescado,

Del marisco,

Del ganado

Que mansamente

Nos alimenta.

Nada es pecado; todo es amor.

 

Especulación

Yo voy por la vida

Pecando;

Ya que, de mi jardín, no extraigo la poética de Dios.

Tengo la cabeza dura;

Me agradan demasiado las féminas.

Tengo temor de ser adúltero;

Pero los pájaros; ellos no tienen conciencia

Y felices son.

Voy por el mundo con mi alegría de vivir;

Tengo la cabeza dura;

Ya que Padre

Perdona todos mis pecados.

Soy poeta; no profeta.

Busco no lastimar a nadie;

Me agrada reconocer la belleza

De un busto juvenil;

Pero tengo doncella

Que retoza en mi propia cama.

Es Sofía que no culmina para mí.

Sabed que soy un tonto;

Que de pecar soy el primogénito.

Las aves se burlan de mí,

Las aves son cautas,

No poseen morada

Pero Padre

Les obsequia con creces.

Yo soy poeta

Y debo pagar mis cuotas de tonteras.

Son secretos; ya sabréis de qué hablo.

 

Día de Amor

Celeste es el manto de María;

Celeste su cabello.

María coge un enhiesto pétalo

En paraíso.

Yo le concedo amor

Ya que por ella

El mundo es más calmo.

Celeste es el manto de la Virgen.

Celeste sus dedos.

Yo le concedo amor

En apariencia;

Ya que, duplicada, está en un espejo.

Mis ojos se observan en ella;

Mis ojos son

Celestes

De tanto

Amar.

¡María!,

Vos has bajado a la tierra

A consolarme.

¡María!,

He de deciros

Que vuestros dedos

Son tiernos.

¡María!,

No me dejes perderme;

No permitas que mi alma

Se encabrite

Con deseos

Inoportunos.

¡María!, sois tan joven,

Tan jovial.

Celeste es el corpiño,

Celeste la mirada,

Celeste

La banqueta donde

Nos observas.

Yo te estimo;

Yo estoy más bien enamorado

De vos.

 

Luz

Efervescencia del Mar

Yo arrojo una piedra y soy feliz.

El riachuelo contiene a Padre, que,

Expectante,

Me considera su Hijo.

Yo le estimo.

Yo arrojo mis palabras y soy feliz.

Las sílabas me contienen;

Ya que soy obrero

De las palabras.

Doy luz,

Doy fuerza,

Doy pureza,

Doy sentido

A la vida,

Doy esperanza,

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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