Las maneras más habituales de clasificar las distintas escuelas sociológicas, suelen ser las de considerarlas como teorías del consenso o del conflicto, o en macrosociología y microsociología.
Vamos a intentar unir estas dos maneras de dividir las teorías sociológicas en una sola.
Las teorías macrosociológicas, son las que se dedican al "estudio de grupos, organizaciones y sistemas sociales de gran tamaño", es decir intentan formular teorías que expliquen el conjunto de una sociedad, o al menos los aspectos más significativos de la misma.
En contraposición la microsociología se ocuparía del "estudio del comportamiento humano en los contextos de interacción cara a cara".
Las grandes teorías sociológicas, tales como el marxismo, el funcionalismo y el estructuralismo entrarían dentro de lo que se consideran corrientes macrosociológicas, mientras que otras más actuales como la etnometodología, o el interaccionismo simbólico podrían ser consideradas más cercanas a la microsociología.
La división entre teorías sociológicas del consenso y del conflicto, se refiere a las teorías macrosociológicas, dentro de las teorías del consenso, las más importantes serían el funcionalismo y el estructuralismo, o la síntesis de ambas, el estructural funcionalismo. Estas concepciones insisten en la necesidad del consenso, del orden, y centran sus estudios en los factores estáticos de la sociedad, en la estructura social, aunque entendida a su manera.
En contraposición, las teorías del conflicto, insisten en la imposibilidad de que este no se produzca y por lo tanto en los aspectos relacionados con el cambio social. Dentro de estas teorías podemos situar el marxismo y a la Escuela de Francfort.
Más difícilmente clasificables, aunque en ocasiones se le relaciona con la microsociología, son las aportaciones de Max Weber. A este autor se le puede estudiar como un autor original e independiente, o como un complemento o continuador del marxismo. En cualquiera de los casos, nadie discute la importancia de Weber en la sociología actual.
El Funcionalismo
Los autores más importantes de esta tendencia serian T. Parsons y R. K. Merton, junto a estos se suele situar, bien como funcionalistas o como precursores del funcionalismo a Comte y a Durkheim.
Augusto Comte (1798-1857) está considerado el fundador de la Sociología como disciplina científica. Aunque con respecto a esto hay una gran polémica, lo que esta claro es que fue el que se inventó el término "Sociología" para la disciplina que con anterioridad se denominaba "Física social". A Comte se le estudia dentro de los manuales de historia del pensamiento como uno de los más importantes autores del Positivismo. De manera muy resumida podríamos decir que esta escuela parte de que la única forma de conocimiento válida es el conocimiento científico, y por lo tanto el único método útil es el de la ciencia.
Las ciencias naturales en el Siglo XIX habían alcanzado un gran nivel de conocimientos sobre la naturaleza, y la sociedad confiaba plenamente en el saber científico para poder dominar la naturaleza y conseguir mejores condiciones de vida para la humanidad.
Si bien las ciencias naturales habían conseguido un gran desarrollo, no ocurría lo mismo con las ciencias de la sociedad. La preocupación de Comte va a ser, por lo tanto, conseguir una ciencia de la sociedad equiparable a las ciencias naturales, y de aquí su interés por la Sociología.Para ello había que dejar claro su objeto y método.
La Sociología debía de parecerse lo más posible a las ciencias de la naturaleza en ambos aspectos. Así, según Comte, debía estudiar la sociedad con la finalidad de solucionar los problemas sociales derivados de la industrialización, que ya en esta época empezaban a ocasionar malestar social y situaciones de pobreza y marginación. Con esta nueva ciencia se completaría el marco científico y la humanidad sería capaz tanto de entender y dominar a la naturaleza como a la sociedad.
En Comte ya aparece una constante en las teorías funcionalistas, que es su preocupación por el orden social. Una de las finalidades del estudio de la sociedad es evitar el desorden y las causas que lo producen, que en lo fundamental serían la falta de conocimientos científicos sobre la sociedad y los desajustes provocados por la industrialización. Lo que no se pone en duda son los beneficios del modelo industrial, la pobreza, la miseria y el malestar social serían efectos no deseados que con las medidas oportunas se podrían evitar. El orden será considerado como algo indispensable para el progreso, el desorden solo nos puede llevar al caos social.
Ese afán de conseguir que la Sociología fuese una ciencia no se ve acompañado por las teorías comtianas, que son claramente especulativas y que no se basan precisamente en la observación científica.
La aportación más conocida de Comte es la denominada Ley de los tres estadios que se podía aplicar a ámbitos tan diversos como la mente humana, el proceso de madurez de las personas, el conocimiento o la historia del mundo. Vamos a centrarnos en este último aspecto.
El primer estadio se denomina teológico, en este, los hombres tienden a explicarlo todo recurriendo a seres o fuerzas sobrenaturales. Dentro de este estadio Comte distingue entre el fetichismo, el politeísmo, y por último el monoteísmo.
El segundo sería el metafísico, el menos importante de los tres. En este, las fuerzas abstractas sustituyen a los seres sobrenaturales para explicar lo que ocurre. Un ejemplo de este estadio sería explicar el ascenso del agua en una bomba por el horror que siente la naturaleza ante el vacío.
Y el estadio final y más importante sería el positivo, en el que los hombres abandonan a los dioses y la especulación, es decir las ideas no científicas, y se centran en los fenómenos y las relaciones entre ellos, en la búsqueda de las leyes naturales e invariables que los gobiernan. Comte consideraba que su época era el comienzo de la etapa positiva.
Emilio Durkheim (1858-1917) es uno de los primeros sociólogos científicos porque en sus obras ya no se limita a especular, sino que las aplica a temas como el suicidio, la religión o la división del trabajo.
Durkheim insiste en que la sociología se debe basar en el estudio de los "hechos sociales", tratados empíricamente y no de manera filosófica. Los hechos sociales van a ser considerados como externos y coercitivos para los actores sociales, es decir para los hombres.
Se pueden distinguir dos tipos de hechos: los materiales y los inmateriales. Hechos sociales materiales podrían ser instituciones como la Iglesia o el Estado, e inmateriales la moralidad o la conciencia colectiva, Durkheim se va a interesar sobre todo por estos últimos.
Su análisis se basa los estudios sobre la división del trabajo, que sirve para establecer distintos tipos de sociedad. Así podemos establecer una tipología entre sociedades primitivas que se basan en la solidaridad mecánica, en la que sus miembros son autosuficientes al no existir apenas la división en el trabajo lo que supone una estructura social indiferenciada, y las sociedades más modernas que se basan en la solidaridad orgánica, en la que los individuos dependen unos de otros al haberse especializado el trabajo. Los vínculos de unión entre las personas, son por tanto más fuertes en las sociedades en las que predomina la solidaridad orgánica que la mecánica.
Pongamos un ejemplo, en las sociedades tradicionales, un individuo sabía hacer prácticamente de todo, cultivar las tierras, cazar, tejer, etc., mientras que en las sociedades actuales una persona que trabaje en una oficina no domina otros trabajos, lo que le hace depender en mayor medida de otras personas que, a su vez, se han especializado en otros trabajos.
Esta división de las sociedades según el tipo de unión entre sus miembros tiene otras consecuencias. Según Durkheim, en las sociedades en las que predomina la solidaridad mecánica se dan formas de derecho represivo, mientras que en las sociedades con solidaridad orgánica predomina el derecho restitutivo.
Estos cambios que se producen en el mundo del derecho son consecuencia de cambios más profundos en la moralidad, la conciencia colectiva, etc. La moralidad juega un papel importante en las teorías de este autor, hasta el punto de que gran parte de los problemas que afectan a la sociedad tienen sus causas últimas en la moralidad. Los problemas sociales se reducen por lo tanto a problemas morales.
Relacionada con la moralidad está la anomIa. Esta se produce cuando faltan cauces normativos para la acción humana, es decir cuando el individuo no tiene clara cual es la conducta adecuada ante una situación.
La división anómica del trabajo sería la principal patología de las sociedades modernas que se produce cuando se obliga a trabajar a los individuos en tareas que no les gustan. Aunque a primera vista parece que la aparición de situaciones de anomía o de conductas desviadas en una sociedad son negativas, Durkheim pensaba que un cierto grado de estas era necesario ya que eran una causa del cambio social. Por ejemplo, a los primeros defensores de la defensa de los derechos sindicales, del voto de la mujer, o de la objeción de conciencia, en un principio se les considero delincuentes o extravagantes, y hoy en día se reconoce que fueron conquistas sociales.
El fin de la sociedad sería que los individuos obtengan el máximo bienestar posible, bienestar que solo garantiza el orden, la conformidad y la existencia del consenso, "para que impere el orden social es necesario que la masa de los hombres esté conforme con su suerte.
Pero lo que se necesita para que esté contenta no es que tenga más o menos, sino que se halle convencida de que no tiene derecho a tener más. Y para esto es absolutamente esencial que haya una autoridad cuya superioridad reconozca y que le diga lo que es correcto".
Durkheim aplicó sus teorías a casos concretos como el estudio del suicidio y las formas religiosas. Vamos a centrarnos en el primero.
Durkheim parte de que el suicidio debe de tener unas causas sociales. Para realizar su estudio va a tomar en consideración los suicidios en distintas zonas geográficas y va a descubrir que estos sucesos se pueden relacionar con el grado de integración de los individuos, y el nivel de regulación externa sobre las personas. Atendiendo a esto realiza una tipología de los distintos tipos de suicidio.
Integración | baja | suicidio egoísta | |||
alta | suicidio altruista | ||||
Regulación | baja | suicidio anómico | |||
alta | suicidio fatalista |
Las altas tasas de suicidio egoísta se dan en sociedades en los que la integración es demasiado débil, por ejemplo en aquellas en las que hay muchos inmigrantes. El suicidio altruista sería el caso contrario, la integración es demasiado fuerte, un ejemplo podría ser el de los suicidios masivos en algunas sectas.
El suicidio fatalista se produciría en aquellas sociedades en que la regulación es alta. Por ejemplo, el esclavo que se quita la vida ante la imposibilidad de salir de esa situación.
El anómico, se produce cuando dejan de funcionar las fuerzas reguladoras de la sociedad, en épocas de cambio social en que el individuo se siente perdido, como los suicidios que se produjeron en Estados Unidos durante la Gran Depresión.
Muchos autores como Comte o Durkheim comparaban la sociedad con un organismo como el cuerpo humano. En él los órganos cumplen una función determinada y debe de existir armonía entre todos ellos.
Los grupos sociales cumplen el mismo papel que los órganos. Si uno funciona mal o entra en conflicto con otro los problemas serán inevitables y la integridad del conjunto, la sociedad o el organismo, peligrará.
Dentro de la sociología norteamericana, las concepciones funcionalistas acabarán imponiéndose con autores como T. Parsons (1902-1979) y R. K. Merton (1910 -).
La teoría más conocida de Parsons es la referente a la estructura del sistema general de la ación (AGIL). Para este autor todos los sistemas, poseen cuatro imperativos funcionales: Adaptación (A); capacidad para alcanzar metas (G, Goal Attainment); Integración (I) y Latencia o mantenimiento de patrones (L):
"1. Adaptación: Todo sistema debe satisfacer las exigencias situacionales externas. Debe adaptarse a su entorno y adaptar el entorno a sus necesidades.
2.- Capacidad para alcanzar metas: Todo sistema debe definir y alcanzar sus metas primordiales.
3.- Integración: Todo sistema debe regular la interrelación entre sus partes constituyentes. Debe controlar también la relación entre los otros tres imperativos funcionales (A,G,L).
4.- Latencia (mantenimiento de patrones): Todo sistema debe proporcionar, mantener y renovar la motivación de los individuos y las pautas culturales que crean y mantiene la motivación." (RITZER, 1993).
Las principales instituciones que deben cumplir estos prerequisitos funcionales serían, respectivamente, la economía, el Estado, el sistema legal y la familia, las escuelas y las instituciones culturales. Las sociedades deben cumplir estos requisitos para poder existir.
Como vemos todas las instituciones cumplen su función. A este aspecto hay que señalar que Parsons define la desigualdad social como funcional, porque de no ser así, desaparecería uno de los principales factores del cambio social. Las personas quieren superarse, ser más, y eso supone que tiene que existir la desigualdad.
Parsons señala que el elemento más importante en la estratificación social era el status o el honor, es decir un médico tiene un status más alto que un oficinista porque está mejor considerado socialmente.
Merton es un autor más realista y va a criticar los intentos de crear grandes y abstractas teorías sociológicas insistiendo en la necesidad de estudiar temas más concretos, esto es, teorías de alcance medio. Merton critica lo que consideraba que eran los tres planteamientos fundamentales del funcionalismo de Parsons, que se referían a:
1) la unidad funcional de la sociedad;
2) el funcionalismo universal; y
3) la necesidad de las instituciones. En general, su crítica va dirigida contra la forma idílica de ver el mundo por los anteriores funcionalistas, y a señalar las contradicciones que existen dentro de las sociedades modernas. Es decir, dentro de un sistema funcional, también aparecían disfunciones. "Del mismo modo que las estructuras o las instituciones podían contribuir al mantenimiento de las diferentes partes del sistema social, también podían tener consecuencias negativas para ellas" (RITZER, 1993).
Merton acuñó los conceptos de funciones latentes y manifiestas, las funciones manifiestas son intencionadas, mientras que las latentes no lo son, o no aparecen con tanta claridad.
Por ejemplo, la función del sistema educativo es la de educar (función manifiesta), pero además intenta que los individuos socialicen el principio de autoridad (función latente) a través de la jerarquización de la escuela.
Las teorías funcionalistas convergen con las estructuralistas, con lo que aparece el estructural funcionalismo. Se denomina así, ya que su principal objeto de estudio será la estructura social, y la función que cumplen las instituciones dentro de la misma.
La estructura social, para esta escuela, será el conjunto de instituciones que la forman y las interrelaciones que se establecen entre las mismas. El análisis estructural funcional es el que más éxito ha tenido en la sociología actual.
El Marxismo
Los planteamientos marxistas van a ser distintos a los funcionalistas. Ni siquiera los términos tienen el mismo significado para ambas teorías.
Para el marxismo, la estructura social pasará a ser, sobre todo, la estructura de clases sociales, clases que están necesariamente en conflicto ya que sus intereses son antagónicos.
El marxismo fue inicialmente desarrollado por Carlos Marx (1818-1883), que en la Contribución a la Crítica de la Economía política resume sus planteamientos:
"En la producción social de su vida los seres humanos entran en relaciones esenciales, determinadas, necesarias e independientes de su voluntad, que se corresponden con un determinado nivel de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.
El conjunto de estas relaciones esenciales de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la que se eleva una superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas sociales de conciencia.
El modo de producción de la vida material condiciona en general el proceso de vida social, política y espiritual. No es la conciencia de los seres humanos lo que determina su ser, sino a la inversa, es su ser social lo que determina su conciencia.
En un determinado nivel de su desarrollo las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción preexistentes, o con lo que no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad dentro de las que se habían movido hasta el momento. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones esenciales se convierten en cadenas de esas fuerzas.
Entonces se abre una época de revolución social. Con el cambio del fundamento económico se subvierte, de modo más lento o más rápido, toda la descomunal superestructura. En la consideración de tales subversiones se debe distinguir entre la subversión material de las condiciones de producción económicas, constatable de modo científico-natural y exacto, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, ideológicas, en las que los seres humanos llegan a ser conscientes de este conflicto y lo resuelven.
Así como no se juzga lo que es un individuo por lo que él mismo se cree, tampoco se puede enjuiciar semejante época de subversión por su conciencia, sino que se debe explicar esta conciencia a partir de las contradicciones de la vida material, a partir de los conflictos preexistentes entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones esenciales de producción. Una formación social no desaparece nunca antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas de modo suficientemente adecuado para ella, y las nuevas y más elevadas relaciones esenciales de producción no tienen cabida en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno de la vieja sociedad misma.
Por eso la humanidad no se plantea nunca sino las tareas que puede resolver, pues considerado el asunto más de cerca siempre se verá que la tarea misma sólo surge cuando las condiciones materiales para resolverla ya están presentes o, al menos, están concebidas en el proceso de su llegar a ser.
Esbozados a grandes rasgos, los modos de producción asiático, antiguo, feudal y burgués moderno, pueden ser designados como otras tantas épocas progresivas de la formación social económica. Las relaciones esenciales de producción burguesa son la última forma antagónica del proceso de producción social, antagónica no en el sentido de un antagonismo individual, sino del que nace de las condiciones sociales de vida de los individuos; de manera que las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para la disolución de semejante antagonismo. Con esta formación social se cierra en consecuencia la prehistoria de la sociedad humana."
Un concepto muy importante dentro del marxismo es el de clase social, "Toda la historia de la sociedad humana es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes".
La falta de definición de este concepto fundamental, como la insistencia de Marx y sobre todo de Engels en los aspectos económicos, ha sido objeto de muchas críticas al marxismo que lo reducen a una visión economicista de la sociedad.
Max Weber
Weber (1864-1920), va a criticar el "reduccionismo" marxista, que considera los aspectos económicos como los fundamentales para explicar el modelo social. No va a negar su importancia, pero señalará que si bien esta afirmación es válida para el modelo capitalista Occidental, no tiene por que serlo para otros modelos sociales o para otros tiempos históricos.
Weber desarrollará una teoría de la acción social estableciendo tres tipos de acción: racional, afectiva y tradicional. Se intereso sobre todo por la acción de tipo racional.
La estratificación social es vista por Weber de forma multidimensional, podía variar de una sociedad a otra, al igual que en el tiempo. La sociedad se podía dividir en base a la economía (clases sociales), al status (honor), y al partido (poder). En las sociedades capitalistas avanzadas la dimensión más importante de estratificación sería la económica, pero en otras sociedades como la musulmana, habría que centrarse en aspectos religiosos.
Estas teorías se aplicaron al estudio del origen del capitalismo, llegando a la conclusión, después de un amplio estudio histórico y comparativo, de que para el desarrollo del capitalismo en Occidente la ética protestante había jugado un papel fundamental.
Weber tendrá una visión pesimista de la sociedad. Para este autor la mayor racionalidad en la organización social estaba representada por la burocracia, que era la forma más eficiente de organización y acabaría imponiéndose sobre las demás. Es decir, el mundo camina hacia sociedades cada vez más burocratizadas, tendencia de la que es muy difícil salir.
Interaccionismo simbólico y etnometodología
Hasta ahora hemos visto teorías macrosociológicas, vamos a tratar ahora brevemente otras concepciones que se centran en los procesos de interacción social, es decir en la microsociología.
Estas teorías se centran en el estudio de la interacción social en la vida cotidiana. Dentro del interaccionismo entre los autores más conocidos podemos citar a G.H. Mead (1863-1931) y a E. Goffman (1922-1982). El análisis se centrará en los símbolos y el lenguaje en la interacción humana y sus principios básicos podrían resumirse en:
1.- A diferencia de los animales inferiores, los seres humanos están dotados de capacidad de pensamiento
2.- La capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.
3.- En la interacción social las personas aprenden los significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.
4.- Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de una manera distintivamente humana.
5.- Las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación de la situación.
6.- Las personas son capaces de introducir estas modificaciones y alteraciones, debido, en parte, a su capacidad para interactuar consigo mismas, lo que les permite examinar los posibles cursos de acción, y valorar sus ventajas y desventajas relativas para luego elegir uno.
7.- Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades. (RITZER, 1993).
Pongamos un ejemplo de la aplicación del interaccionismo. Imaginemos a dos personas que se suben en el ascensor y no se conocen. Ambas evitan mirarse directamente o rozarse ("desatención cortes", según Goffman). Si se desea más familiaridad, uno de ellos puede comenzar saludando y esperar ser contestado. De no ser así, pensará que el otro es un mal educado.
El que es saludado puede pensar que el primero se está metiendo en su vida privada. Si ambos interlocutores están dispuestos a interactuar la conversación podría continuar por temas tópicos, como el tiempo que hace o alguna noticia de actualidad.
Si uno de los que suben en el ascensor, sin conocer de nada al otro, le empieza preguntando por su familia, trabajo, o estado de salud, lo más probable es que no encuentre ninguna respuesta, o que en caso de producirse sea del tipo ¿Y a usted que le importa?.
El llamar a alguien de "Usted" o de "tu", ya es significativo, es una forma de señalar la distancia o de dejar claro el status. Todos estos procesos de la vida cotidiana, según el interaccionismo, son los que permiten el mantenimiento de la sociedad.
"La etnometodología es el estudio del cuerpo de conocimiento de sentido común y de la gama de procedimientos y consideraciones por medio de los cuales los miembros corrientes de la sociedad dan sentido a las circunstancias en las que se encuentran, hallan el camino a seguir en esas circunstancias y actúan en consecuencia" (RITZER, 1993).
La etnometodología, en su estudio de las interacciones sociales, ha realizado los llamados experimentos de ruptura en los que intenta averiguar hasta que punto los individuos están dispuestos a aguantar la violación de las normas sociales.
Un ejemplo lo tenemos en la actuación de un presentador del programa televisivo CQC en el que éste, pone el micrófono ante el entrevistado y o no le pregunta nado o lo hace de una manera extraña, ante lo que el entrevistado tiene que responder de alguna manera porque está en televisión.
El objetivo de estos experimentos es el de interrumpir los procedimientos normales de manera que pueda observarse y estudiarse el proceso por el que se construye o reconstruye el mundo cotidiano (RITZER, 1993). En resumen se puede decir que la etnometodología se ocupa de las prácticas mediante las cuales las personas viven su vida cotidiana.
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"Sociología del derecho", Weber, M. Ed. F.C.E. 1961.
Enviado por:
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
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Santiago de los Caballeros,
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2015.
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