Van Helmont consideraba al aire y al agua como los elementos básicos del Universo, y a ésta última como el principal constituyente de la materia. Creyó probada su hipótesis cuando al cultivar un árbol con una cantidad medida de tierra (específicamente un Sauce llorón (los miembros de esta familia tienen preferencia por los hábitats húmedos, las llanuras inundadas y las riberas fluviales), siendo una especie de reconocido rápido crecimiento), y adicionando únicamente agua durante un período de cinco años, el árbol aumentó su masa en 75 kilogramos, mientras que la tierra disminuyó la suya en tan sólo 500 gramos. Supuso, erróneamente, que el árbol había ganado masa sólo por el agua que había tomado, sobre todo de las lluvias.
Sostenía también la teoría de la llamada Generación espontánea, y sobre esta postura es muy conocida su receta para la creación de ratones: "Basta colocar ropa sucia en un tonel, que contenga además unos pocos granos de trigo, y al cabo de 21 días aparecerán ratones". Por supuesto, los ratones "resultantes" no se creaban, sino que simplemente, llegaban al tonel.
Aunque con inclinaciones místicas y creyente en la piedra filosofal, fue un observador cuidadoso y un experimentador exacto. Puede considerarse como un representante sincrético de la alquimia y la química.
En 1668 Francesco Redí, un físico, naturalista y poeta italiano, realizó un par de experimentos con los que demostró que los insectos nacían de larvas. Influenciado por Galileo Galilei, quien sostenía que se podía conocer el mundo a través del uso de los sentidos, aplicó un método experimental para poner a prueba sus ideas, con lo que se convirtió en uno de los primeros biólogos experimentales.
Redí sostenía que los gusanos nacían de huevos despositados por moscas. Para comprobar su idea colocó pedazos de carne en frascos de boca ancha y dejó unos abiertos y otros herméticamente cerrados. A los pocos días encontró gusanos en los frascos abiertos, pero no en los cerrados. ¿Probaba esto que la carne por sí sola no generaba gusanos? Los que pensaban que podía generarlos de manera espontánea, (espontaneístas) arguyeron que la falta de aire en los frascos cerrados impedía que los gusanos vivieran. Redí repitió los experimentos, pero esta vez cerró unos frascos con gasa fina. Como en estos tampoco aparecieron gusanos, concluyó que ello se debía a que las moscas no podían entrar y depositar huevos.
Redí colocó pedazos de carne en frascos abiertos y cerrados. Notó que sólo aparecían gusanos en los frascos abiertos.
Sin embargo, cien años después de las observaciones de Leeuweenhoek y los experimentos de Redí, las ideas sobre el origen de los organismos más sencillos seguían divididas. Había quienes aún creían en el origen espontáneo de la vida. Uno de ellos era el jesuita inglés John Needham (1713-1781), según quien alcanzaba con poner sustancias en descomposición en un lugar cálido para que aparecieran "bestias vivas" producidas por una "fuerza vital".
Uno de los escépticos era Lazaro Spallanzani, un fisiólogo italiano, quien no aceptó la explicación de Needham y propuso, en cambio, que los microorganismos se encontraban en el caldo antes de que este fuera sellado. Para demostrar sus ideas, Spallanzani repitió la experiencia con más rigor. Se aseguró de sacar el aire de los frascos creando un vacío parcial, y de que los frascos estuviesen bien tapados, y calentó el caldo durante más tiempo. En esas condiciones no aparecieron animálculos. Sin embargo, ello no convenció a Needham, quien argumentó que el calor había destruido la fuerza vital. Muchos espontaneístas creían que la esterilización por calor paralizaba la generación espontánea y arguyeron que los resultados de Spallanzani sólo probaban que ésta no podía ocurrir sin aire.
Spallanzani calentó un caldo en un frasco abierto y observó que al cabo de un tiempo aparecían microorganismos. Pero cuando repitió la experiencia con frascos cerrados no aparecieron microorganismos.
Nació en Dôle, Francia en 1822. Su padre había sido soldado de Napoleón. Al dejar el ejército puso una curtiduría y en ella transcurrió la infancia del pequeño Luís (Louis en Francés). Tal vez por esta circunstancia al llegar a mayor eligió la carrera de químico.
Pero Pasteur estaba llamado a lograr la gloria en el campo de la medicina. Por eso, aunque no fue un médico, frecuentemente se le cita entre los más grandes médicos que han existido.
No puede darse vida más laboriosa y fecunda que la suya. Solía decir que el único secreto de su ciencia estribaba en su divisa: "Trabajar, siempre trabajar". Murió en septiembre de 1895, pero su obra vive en las vidas de las gentes curadas gracias a sus descubrimientos (Fragmentos de "El Tesoro de la Juventud", Tomo X, P: 288-291, W. M. Jackson, 1965, México).
>>>El siguiente gran extracto fue tomado de: Kruif (Paúl de), quien nació en 1890 en Michigan, E. U., descubridor del antídoto contra intoxicaciones por gases asfixiantes en la primera guerra mundial, realizó experimentos en el Instituto Pasteur, en el Rockefeller, en el de Dijón, director de los periódicos Christian Herald y Stanley High, organizador de los programas culturales de la Natnl. Broadcasting Comp., autor de "Los Cazadores de Microbios" (que en su pórtico a la edición del IPN dice: "las sólidas bases logradas por aquellos tenaces genios que llenaron sus vidas de fe, de constancia y de honradez, hombres que sólo con su fe lograron identificar y abatir a los microorganismos nocivos, su sola lectura nos conmueve y anima), obra en la que se dedican dos capítulos, de los doce en total, a Luís Pasteur: p: 42-78 y p. 106-134, en la edición del Instituto Politécnico Nacional (IPN), 1996, >260 p. México:
IV. Pasteur demostró ser mucho más útil que Leeuwenhoek y que Spallanzani, puesto que realizó magníficos experimentos y poseía, además, un arte especial para presentarlos de manera que interesasen vivamente a todo el mundo.
A estas alturas se enfrentó Pasteur con una pregunta ineludible, una cuestión muy añeja que tarde o temprano había de surgir: ¿De dónde proceden los microbios?
Pasteur, lo mismo que Spallanzani, no podía admitir que los microbios procediesen de la materia inerte de la leche, o de la manteca. ¡Era seguro que los microbios debían de tener progenitores! Pasteur era un buen cristiano, y aunque es verdad que vivía entre los sabios escépticos de la margen izquierda del Sena, no le afectaban en lo más mínimo las dudas de sus colegas. Empezaba a estar de moda la Teoría de la Evolución, ese mitológico poema que nos pinta a la vida así: "como partiendo de una sustancia informe, un limo vaporoso en estado de agitación desde hace millones de años, que va resolviéndose en una ordenada procesión ascendente de seres vivos hasta llegar al mono y, por último, como si fuera el paso triunfal, al hombre". En la Teoría de la Evolución no es necesaria la existencia de un Dios para iniciar este desfile ni para dirigirlo; las cosas simplemente sucedieron así: "así no más por sí solas", decían con altivos aires de suficiencia los nuevos filósofos evolucionistas sin Dios.
Pero Pasteur replicaba:
"Mi convicción viene del corazón y no de la inteligencia; me entrego a aquellos sentimientos acerca de la Eternidad que surgen naturalmente en mí… Hay algo en lo profundo de nuestras almas que nos dice que el mundo debe de ser algo más que una mera combinación de hechos, debida a un equilibrio mecánico surgido simplemente del caos de los elementos, por una acción gradual de las fuerzas materiales".
EXPERIMENTOS DE MILLER Y HAROLD:
El 15 de mayo de 1953 la revista Science publicó un breve artículo de un estudiante de doctorado de la Universidad de Chicago. En este texto Stanley L. Miller presentó los primeros resultados de su trabajo con Harold C. Urey sobre la simulación de los procesos químicos que pudieron tener lugar en la Tierra primitiva, antes de la existencia de la vida. La síntesis prebiótica de aminoácidos, y diversos compuestos orgánicos a partir de los gases atmosféricos, se consideraba un paso previo para la aparición de las primeras células. El experimento de Miller, ahora considerado un clásico de la ciencia, contribuyó en forma decisiva a transformar el estudio del origen de la vida en una disciplina científica.
TEORÍAS DEL ORIGEN DE LA VIDA:
Teorías de la evolución: Ni Darwin ni Wallace pudieron explicar cómo ocurre la evolución, ni como pasaban las variaciones de una generación a otra (el moje agustino Gregor Mendel había publicado sus trabajos acerca de la genética pero Darwin no llegó a conocerlo, Mendel luego de sus trabajos fue nombrado abad de su monasterio y en ello ocupó el resto de su vida). Redescubiertos los trabajos de mendel en 1900, la genética proveyó las respuestas necesarias. La combinación de los principios de la genética mendeliana y la teoría de la evolución de Darwin se conoce como teoría NEODARWINIANA o Teoría sintética de la evolución (Sintética: unión de dos o más elementos).
Los individuos en una población tiene niveles variables de agilidad, tamaño, capacidad para obtener comida y diferente éxito en reproducirse.
Libradas a si mismas, las poblaciones tienden a expandirse exponencialmente, llevando esto a que los recursos escaseen.
En el curso de su existencia algunos individuos son más exitosos que otros, lo que los lleva a sobrevivir en mayor grado y a reproducirse más exitosamente.
Estos organismos de mayor supervivencia y reproducción dejarán más descendientes que aquellos individuos menos adaptados.
Con el tiempo las variaciones heredables darán lugar a cambios genotípicos y fenotípicos de la especie cuya resultante es la transformación de la especie original en una nueva especie, distinta de la especie que le dio origen.
Teoría de la creación:
Crear significa producir algo a partir de lo inexistente. Según los textos de las Sagradas Escrituras y bajo los preceptos de la religión cristiana, creemos por fé absoluta, que existe un Creador, nuestro Padre celestial, dueño y señor de todo lo existente y creador en consecuencia de todo el universo y todo lo contenido en él. En consecuencia Dios el el arquitecto de todo lo creado, produjo su gran obra a partir de la nada.
Teoría del Big Bang.:
La teoría del Big Bang se desarrolló a partir de observaciones y de un avance teórico. Por medio de observaciones en los años 1910, el astrónomo estadounidense Vesto Slipher y después el de Estrasburgo Carl Wilhelm Wirtz determinaron que la mayoría de las nebulosas espirales se alejaban de la tierra; pero no llegaron a darse cuenta de las implicaciones cosmológicas de esta observación, ni tampoco que las supuestas nebulosas eran en realidad galaxias más allá de nuestra propia vía Láctea.
También en la segunda década del siglo XX, la teoría de Albert Einstein sobre la relatividad general no admite soluciones estáticas (es decir, el universo debe estar en expansión o en reducción) un resultado que él mismo consideró equivocado, por lo que trató de corregirlo agregando la constante cosmológica. El primero en aplicar formalmente la relatividad a la cosmología sin la constante cosmológica fue Alexander Friedman cuyas ecuaciones describen el universo Friedman-Lemaître-Robertson-Walker, que puede expandirse o contraerse.
Entre 1927 y 1930, el padre jesuita belga Georges Lemaître obtuvo independientemente las ecuaciones Friedman – Lemaître – Robertson – Walker y propuso, sobre la base de la recesión de las nebulosas espirales, que el universo se inició con la explosión de un átomo primigenio, lo que más tarde fue llamado el Big Bang.
En 1929, Edwin Hubble realizó observaciones que sirvieron de base para comprobar la teoría de Lemaître. Hubble probó que las nebulosas espirales son galaxias y midió sus distancias observando las estrellas variables cefeidas en galaxias distantes. Descubrió que las galaxias se alejan entre ellas a velocidades (relativas a la Tierra) directamente proporcionales a su distancia. Este hecho se conoce ahora como la Ley de Hubble (véase Edwin Hubble: Marinero de las Nebulosas por Edward Christianson).
Según el principio cosmológico, el alejamiento de las galaxias sugería que el universo está en expansión.
Esta idea ocasionó dos posibilidades opuestas. La primera era la teoría Big Bang de Lemaître, apoyada y desarrollada por George Gamow. La segunda posibilidad era el modelo de la teoría del estado estacionario de Fred Hoyle, en la cual la nueva materia sería creada mientras las galaxias se alejan entre ellas. En este modelo, el universo es básicamente el mismo en un momento dado en el tiempo. Durante muchos años hubo adeptos por igual a ambas teorías.
Con el pasar de los años, las evidencias observacionales apoyan la idea de que el universo evolucionó a partir de un estado denso y caliente. Desde el descubrimiento de la radiación de fondo de microondas en 1965, ha sido considerada como la mejor teoría para explicar el origen y evolución del cosmos. Antes de finales de los años 1960, muchos cosmólogos pensaban que la singularidad infinitamente densa del tiempo inicial en el modelo cosmológico de Friedman era una sobre idealización, y que el universo se contraería antes de empezar a expandirse nuevamente. Ésta es la teoría de Richard Tolman de un universo oscilante. En los años 1960, Stephen Hawking y otros demostraron que esta idea no era factible, y que la singularidad es un componente esencial de la gravedad de Einstein. Esto llevó a la mayoría de los cosmólogos a aceptar la teoría del Big Bang, según la cual el universo que observamos se inició hace un tiempo finito.
Prácticamente todos los trabajos teóricos actuales en cosmología tratan de extender o refinar elementos de la teoría del Big Bang. Mucho del trabajo actual en cosmología incluye el entender cómo se formaron las galaxias en el contexto del Big Bang, entender lo que allí ocurrió y cotejar nuevas observaciones con la teoría básica.
A finales de los años 1990 y principios del siglo XXI se lograron enormes avances en la cosmología del Big Bang como resultado de importantes avances en telescopía en combinación con grandes cantidades de datos satelitales de COBE, el telescopio espacial Hubble y WMAP. Estos datos han permitido a los cosmólogos calcular muchos de los parámetros del Big Bang hasta un nuevo nivel de precisión y condujeron al descubrimiento inesperado de que el universo está en aceleración.
Basándose en medidas de la expansión del universo utilizando observaciones de las supernovas tipo 1a, en medidas de la variación de temperatura en diferentes escalas en la radiación de fondo de microondas y en medidas de la función de correlación de las galaxias, la edad del universo es de 13,7 ± 0,2 miles de millones de años. Es notable el hecho de que tres medidas independientes sean consistentes, por lo que se consideran como una fuerte evidencia del llamado modelo de concordancia que describe la naturaleza detallada del universo.
El universo en sus primeros momentos estaba lleno homogénea e isótropamente con una energía muy densa y tenía una temperatura y presión concomitante. Se expandió y se enfrió, experimentando unos cambios de fase análogos a la condensación de vapor o la congelación de agua, pero relacionados con las partículas elementales.
Aproximadamente 10-35 segundos después de la época de Planck un cambio de fase causó que el universo se expandiese de forma exponencial durante un período llamado inflación cósmica. Al terminar la inflación, los componentes materiales del universo quedaron en la forma de un plasma quark-gluon en donde todas las partes que lo formaban estaban en movimiento en forma relativista. Con el crecimiento en tamaño del universo, la temperatura bajó. A cierta temperatura, debido a un cambio todavía desconocido llamado la bariogénesis, los quarks y gluones se combinaron en bariones tal como el protón y el neutrón, produciendo de alguna manera la asimetría observada entre materia y antimateria. Las temperaturas aún más bajas condujeron a nuevos cambios de fase que rompen la simetría así que les dieron su forma actual a las fuerzas fundamentales de la física y a las partículas elementales. Más tarde unos protones y neutrones se combinaron para formar los núcleos de deuterio y de helio en un proceso llamado nucleosíntesis primordial. Al enfriarse el universo, la materia gradualmente dejó de moverse de forma relativista y su densidad de energía comenzó a dominar gravitacionalmente sobre la radiación. Pasados 300.000 años, los electrones y los núcleos se combinaron para formar los átomos (mayoritariamente de hidrógeno). Por eso la radiación se desacopló de los átomos y continuó por el espacio prácticamente sin obstáculos. Ésta es la radiación de fondo de microondas.
Al pasar el tiempo, algunas regiones ligeramente más densas de la materia casi uniformemente distribuida crecieron gravitacionalmente haciéndose más densas, formando nubes, estrellas, galaxias y el resto de las estructuras astronómicas que actualmente se observan. Los detalles de este proceso dependen de la cantidad y tipo de materia en el universo. Los tres tipos posibles se conocen como materia oscura fría, materia oscura caliente y materia bariónica. Las mejores medidas disponibles (provenientes del WMAP) muestran que la forma más común de materia en el universo es la materia oscura fría. Los otros dos tipos de materia sólo serían el 20% de la materia del universo.
El universo actual parece estar dominado por una forma misteriosa de energía conocida como energía oscura. Aproximadamente 70% de la densidad de energía del universo actual está en esa forma. Ese componente del universo se revela por su propiedad de causar que la expansión del universo varíe de una relación lineal entre velocidad y distancia produciendo que el espacio-tiempo se expanda más rápidamente que lo esperado a grandes distancias. La energía oscura toma la forma de una constante cosmológica en las ecuaciones de campo de Einstein de la relatividad general, pero los detalles de esta ecuación de estado y su relación con el modelo estándar de física de partículas continúan siendo investigados tanto de forma teórica como por medio de observaciones.
Más misterios aparecen cuando se investiga más cerca del principio, cuando las energías de las partículas eran más altas de lo que ahora se puede estudiar mediante experimentos. No hay ningún modelo físico convincente para el primer 10-33 segundo del universo, antes del cambio de fase que forma parte de la teoría de unificación grande. En el "primer instante", la teoría gravitacional de Einstein predice una singularidad gravitacional en donde las densidades son infinitas. Para resolver esta paradoja física, hace falta una teoría de la gravedad cuántica. La comprensión de este período de la historia del universo figura entre los mayores problemas no resueltos de la física.
Esta teoría es la mas aceptada supone la explosión de un núcleo caliente, condensado y caliente el cual exploto para formar las galaxias a partir de nubes de gases principalmente de hidrógeno y helio.
De acuerdo con esta teoría el origen del sistema solar y planetas se formaron hace 4500 millones de años.
¿Existe vida en otros planetas?
Otra de las grandes interrogantes de la humanidad a través de la historia, ha sido pensar en la posibilidad de que pueda existir vida en otros planetas, en otros mundos o espacios.
Ya desde el siglo IV a.C., filósofos como Platón hablaban de mundos diferentes al nuestro, y después, autores como: Tomás Moro, Julio Verne, H.G. Wells e Isaac Asimov entre otros, con su corriente literaria llamada "Ciencia Ficción" (que más bien debería ser llamada "Anticipación Científica"), llenaron nuestro intelecto de relatos que nos enfrentaban a esa posibilidad de encontrar vida en otros mundos o civilizaciones distintas a la terrestre.
Aunado a toda la literatura, avistamientos como el que se dio en Estados Unidos en 1947 y todos los que le han seguido en diferentes puntos del planeta hasta nuestros días, han llevado a los científicos a la construcción de radares y aparatos que les permita la detección de objetos voladores no identificados.
Desgraciadamente, en la mayoría de los casos no se trata de esfuerzos guiados por el afán de hermandad, o por el noble deseo de estrechar nuestros lazos con otros espíritus que al igual que nosotros, evolucionan a través de algún tipo de materia en mundos diferentes al nuestro, sino que, como nos ha demostrado la historia a través de los siglos, la mayor parte de las veces, en el ser humano se trata de su afán de poder, de sus intenciones de dominio de los unos sobre los otros, de sus pretensiones de convertirse en dueños del espacio.
En medio de todo esto, se han creado innumerables teorías, historias llevadas a las pantallas chicas y grandes en donde se expone la posibilidad de que la visita de seres extraterrestres a nuestro planeta, sea con el único propósito de apoderarse de nuestra voluntad para convertirnos en esclavos o en especimenes de laboratorio; como muestra de ello podemos recordar la versión radiofónica de La Guerra de los Mundos dirigida por Orson Wells en 1938, la cual sembró el pánico entre miles de oyentes en los Estados Unidos. Acontecimientos como este, han llevado a muchos a la paranoia y a comprarse la idea de que si existiera la remota probabilidad de ser visitados por alienígenas, tendríamos que aniquilarlos antes de que pudieran llevar a cabo sus malévolos propósitos de invasión y conquista.
En la mayoría de los casos, la ignorancia del hombre, el miedo hacia lo desconocido, hacia lo que no ha visto o palpado con sus sentidos materiales, le ha llevado a rechazar la posibilidad de que exista vida en otros planetas, y entre muchos de aquellos que dicen saberlo todo, la negación de lo divino y su arrogancia, los ha llevado a pretender convencernos de que somos el único planeta habitado en el Universo.
Yo me pregunto ¿será posible que nuestro Padre siendo inmensamente sabio sea capaz de crear tanto desperdicio? ¿Que se haya dedicado a la construcción de un Universo tan extraordinario con el único propósito de halagar el orgullo y arrogancia del género humano? Creer en este absurdo es una prueba más de la increíble soberbia del hombre.
Universidad de Bristol – Una investigación reciente argumenta que una atmósfera rica en oxígeno es la fuente más probable de energía para que la vida compleja exista en cualquier parte del Universo, limitando así el número de lugares donde ésta podría estar presente.
El Profesor David Catling en la Universidad de Bristol, junto a colegas en la Universidad de Washington y la NASA, afirman que la presencia significativa de oxígeno en el aire y los océanos es esencial para la evolución de organismos pluricelulares, y recalcan que en la Tierra el tiempo requerido para que los niveles de oxígeno alcanzasen un punto donde los animales pudieran evolucionar fue de casi cuatro mil millones de años.
Dado que cuatro mil millones de años son casi la mitad del tiempo de vida previsto para nuestro Sol, la vida en otros planetas en órbita alrededor de estrellas efímeras no tiene suficiente tiempo para evolucionar hacia formas complejas. Esto se debe a que los niveles de oxígeno no habrán tenido tiempo de desarrollarse lo necesario para sustentar la vida compleja, antes de que su sol muera. Este es un importante factor limitativo para la evolución en planetas por otra parte potencialmente habitables.
El Profesor Catling forma parte también del equipo científico del "Phoenix Lander" de la NASA, que recientemente obtuvo luz verde para poner un vehículo provisto con un largo brazo, sobre Marte, en el 2007. El brazo robótico del vehículo excavará un metro dentro del suelo para examinar su química. Un objetivo clave es establecer si alguna vez Marte tuvo un ambiente capaz de propiciar la aparición de vida simple. El Profesor Catling es un investigador internacionalmente reconocido en ciencias planetarias y evolución atmosférica.
La superficie de la Tierra es asombrosamente diferente de la de sus vecinos en apariencia inanimados, Venus y Marte. Pero cuando se formó por primera vez la superficie de nuestro planeta, también debió estar desprovisto de vida. Cómo el mundo complejo que nos rodea se desarrolló a partir de unos comienzos inanimados es un gran desafío que involucra muchas disciplinas científicas tales como la geología, la ciencia atmosférica y la biología.
El Profesor Catling creció en Suffolk y recibió su doctorado en Oxford, pero ha estado trabajando en los Estados Unidos durante la pasada década: seis años como científico de la NASA, y los cuatro siguientes en la Universidad de Washington, en Seattle.
Negar la existencia de vida en otro planeta es negar nuestra propia existencia ya que según la teoría científica de la gran explosión así como se desarrollo vida en la tierra es posible que se haya desarrollado en otro planeta, se han encontrado vestigios de vida que existió en otro planeta.
Desde tiempos remotos el hombre en sus eterna búsqueda de la verdad sobre el origen de la vida, aplicando teorías científicas aún no ha podido descifrar y determinar fehacientemente que la evolución obedece a un procesos químicos, pero queda el vacío e interrogante, de que todo tiene un principio, la duda esta en como y quien creo ese inicio, cual fue el punto de partida. En otro contexto, investigaciones han demostrado que es posible que exista vida en otros planetas, por experiencias vividas en países como Perú y Estados Unidos, que demuestran que no somos el único planeta habitado en el Universo, lo cual desde el punto de vista lógico es completamente posible, ya que han podido repetirse escenarios similares en otros planetas o tal vez galaxias.
Diferentes científicos afirman que la vida en la Tierra ha venido evolucionado en forma muy lenta estimando que el tiempo requerido para que los niveles de oxígeno alcanzasen un punto donde los animales pudieran evolucionar fue de casi cuatro mil millones de años.
Sin embargo no se puede dejar de lado la teoría religiosa, que atribuye la existencia del hombre y todo lo creado en nuestro universo a un Dios Supremo, lo cual nos permite inferir que su ilimitado poder creador, es posible que haya creado las condiciones necesarias para que se desarrollen formas de vida en otros planetas de nuestra galaxia, lo cual es completamente posible y hoy día ya hemos experimentados vivencias a través de manifestaciones visibles de objetos voladores no identificados. Esperemos pues que las investigaciones sigan su curso y finalmente podamos tener una definición única, que nos permita dilucidar el misterio del origen de la vida en nuestro planeta.
Integrantes:
Andrés Ortiz
Víctor Madueño
Republica bolivariana de Venezuela
Ministerio de Educación Cultura y Deporte
UE Colegio Nuestro Libertador
Cátedra: Biología
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |