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La pérdida de Constantinopla


Partes: 1, 2

  1. Traslado de la sede imperial del Imperio Romano a Bizancio
  2. Enfrentamiento Roma – Bizancio
  3. Cisma de Oriente
  4. Primeras Cruzadas
  5. Turbulencia en Europa occidental – Avance otomano
  6. Pérdida de Constantinopla
  7. Epílogo a la pérdida de Constantinopla
  8. Las revanchas de Europa contra el Imperio Otomano
  9. Viena
  10. Anexos
  11. Bibliografía

La caída de esta extraordinaria capital, en 1453, en poder de los turcos, fue la consecuencia final de una serie de sucesos que convulsionaron Europa y Medio Oriente a lo largo de toda la Edad Media Occidental, en algo más de 1.000 años

(406 – 1453).

Traslado de la sede imperial del Imperio Romano a Bizancio

En 323 (dC), Constantino venció a Licinio en las batallas de Adrianópolis y Crisópolis, quedando como único emperador del Imperio Romano.

El Imperio Romano estaba ya relativamente pacificado al sur de los ríos Rin – Danubio, y del muro de Antonino (a pocos km al norte del célebre muro de Adriano en el norte de la isla británica).

Hispania, Britania, Galia, África (del norte), Egipto, Siria, eran ya provincias romanas, o sea totalmente integradas al imperio.

Roma entonces apuntó su objetivo a la rica y fastuosa Persia; por lo que el centro de la guerra de expansión se trasladó a Medio Oriente.

Ello motivó a Constantino a trasladar la sede imperial a Bizancio, en 330 dC.

Bizancio era un pequeño poblado, sobre el estrecho del Bósforo, fundado por los griegos para asegurar su acceso al mar Negro. Estaba estratégicamente situado para los propósitos de Constantino.

Bizancio como sede tuvo toda la atención imperial y se convirtió en una metrópoli de gran envergadura. Era un triángulo, con el mar en dos de sus lados, y se le construyó una poderosa muralla en el tercer lado. C0mo lo demostró a lo largo de los siguientes 1.120 años, era inexpugnable.

A la muerte de Constantino, sus sucesores le cambiaron el título, por el de Constantinopla.

En 406 dC comenzaron las invasiones al Imperio Romano de Occidente, cuando las hordas bárbaras germánicas cruzaron el Rin.

Roma fue repetidamente asaltada y saqueada, por lo que quedó reducida a una gran aldea llena de ruinas, y perdió prestigio en el Imperio. Pero siguió siendo la sede del Papa, primado referente de toda la Cristiandad.

El emperador Justiniano logró con su noble general Belisario la derrota de los vándalos en África (534), la reconquista de Roma (547) y la derrota total de los ostrogodos (555).

Toda Italia quedó reunificada, como provincia de Bizancio, con capital provincial en Rávena.

Constantinopla fue derivando hacia la cultura griega.

Bajo el emperador Heraclio (emp: 610 – 641) el Imperio Romano de Oriente de su original cultura e idioma latinos, se convirtió en el Imperio Bizantino y adoptó en los estratos cultos y religiosos el idioma (lengua y escritos) griego.

Los bizantinos ya no sentían por Roma, más que un espiritual lazo con el Papa.

Esta paz duró para Constantinopla menos de 100 años.

Mientras tanto toda Europa fue cayendo bajo las hordas bárbaras.

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En 638 el califa Omar conquista Palestina y su capital Jerusalén.

Sus sucesores construyeron la bella mezquita de la Roca, entre 687 y 691, en su honor llamada también mezquita de Omar.

Los árabes no se opusieron en ningún momento a que los cristianos visitaran en peregrinación y vivieran en las ciudades sagradas para éstos: Jerusalén, Belén, Nazaret y otras; con la condición de que pagaran los impuestos aplicados a todos los no musulmanes.

Sucesivamente toda Italia es dominada por los lombardos (751), se forman los estados pontificios (el exarcado de Rávena es donado al Papa por Pipino en 756); Carlomagno domina Germania y Galia; Sicilia cae bajo los musulmanes.

En Occidente, a Constantinopla le quedaban sólo las dos pequeñas provincias de Calabria y Apulia (en el sur de Italia), y el noreste bajo el Danubio.

Enfrentamiento Roma – Bizancio

Para los bizantinos, Roma, el Papa y su corte pontificia estaban totalmente sometidas a una situación bárbara e ignorante; por lo cual el vínculo espiritual se debilitaba día a día.

En 860, el vicioso y corrompido Bardas, hermano de Teodora (madre del emperador Miguel IIIº), encerró a Teodora en un convento, desterró al legítimo Patriarca Ignacio y designó como Patriarca a Focio (servil laico, a quién en 6 días confirió todas las órdenes eclesiásticas para hacerlo digno de su nueva investidura).

El papa Nicolás I, excomulgó a Focio.

Focio en respuesta convocó a un Concilio en Constantinopla, a fin de juzgar al pontífice de Roma, en los temas controvertidos:

1.- Herejías dogmáticas:

– Roma sostenía que el Espíritu Santo procede de Dios Padre y de Dios Hijo, es el dogma "Filioque".

Bizancio sostenía que el Espíritu Santo procede sólo de Dios Padre.

– Roma sostenía que en el Purgatorio, las almas sufren todas las penas del Infierno, incluida la del fuego; pero temporalmente.

Bizancio sostenía que en el Purgatorio, las almas sufren diversas penas, pero no la del fuego, que estaría reservada al Infierno.

2.- Conflicto jurisdiccional

Los bizantinos consideraban que siendo Bizancio la ciudad más importante de la cristiandad, no tenía porque estar subordinada a Roma, sino que debería ser al revés. Por lo tanto se rechazaba por improcedente la excomunión del papa Nicolás.

3.- Arbitrarias imposiciones papistas:

3.1.- Imponer el celibato a sus sacerdotes y despreciar a los sacerdotes bizantinos que vivían en matrimonio.

3.2.- No permitir a los presbíteros administrar la confirmación, y reservarla en exclusividad a los obispos.

3.3.- Dejar librado al arbitrio de cada religioso el uso de barba, que en la Iglesia bizantina era obligatoria.

3.4.- Obligar a emplear en las Misas:

– Como pan eucarístico, pan ázimo (como el que comieron los hebreos en la noche anterior al inicio del Éxodo). Los bizantinos sostenían que el pan debía ser el común que consumían los feligreses todos los días.

– El latín, propio de los dominadores romanos de Palestina, en tiempos de Jesucristo; los bizantinos oficiaban en griego, de reminiscencias menos agresivas para los cristianos.

El Concilio se reunió en la basílica de Santa Sofía, en 867. Se sentenció culpables al papa Nicolás I, a todo sus antecesores y a todos sus sucesores, y se les lanzó excomunión eterna hasta que cambiaran de doctrina.

A fines de 867, fueron sucesivamente asesinados Bardas y Miguel IIIº , por una conjuración que entronizó al macedonio Basilio. Éste encerró a Focio en un monasterio, libró a Teodora y repuso a Ignacio en la sede patriarcal.

Volvió la paz espiritual entre Bizancio y Roma.

Pero Bizancio seguía considerando a Roma bárbara e ignorante.

Mientras tanto tribus turcas seljucíes provenientes de Asia central, ferozmente agresivas, llegaban a Siria, se convertían al Islamismo y predominaban sobre los árabes.

En 1010, los turcos seljucíes gobiernan en Palestina. Destruyen todas las Iglesias cristianas, la mayoría de culto bizantino y masacran a sus fieles.

Constantinopla es impotente en defender a sus templos y fieles.

Y Roma enfrascada en sus propios problemas medievales, apenas se entera de lo que sucede en Palestina.

Cisma de Oriente

En 1043 ascendió como Patriarca de Bizancio, el altivo y ambicioso Miguel Cerulario, fanático antilatino.

En 1052, Cerulario se convenció de que Roma poco o nada podía hacer en Bizancio, obligó a todas las iglesias y monasterios de rito latino de los alrededores de la capital, a adecuarse al rito y costumbres bizantinas; a los que no aceptaron los desterró.

Cerulario renovó contra Roma las acusaciones de Focio y ratificó las sentencias del Concilio Bizantino de Constantinopla (de 867).

El papa León IXº envió a Constantinopla a tres legados ilustres, pero Cerulario no los recibió y expulsó de la ciudad, pues "los legados venían en plan de dar doctrina y no de recibirla".

En 1054, León IXº y Cerulario se excomulgaron mutuamente.

Los sucesores de Cerulario, apoyados por los emperadores, continuaron y profundizaron su misma doctrina bizantina cismática.

En 1060, los normandos reforzados con lombardos (de Benevento), atacaron los dominios bizantinos del sur de Italia, y los desalojaron.

Constantinopla está totalmente a la defensiva frente a los turcos musulmanes, pide auxilio a Occidente, pero:

Roma considera a Constantinopla una capital hereje, indigna de ser auxiliada.

El resto de Occidente se debate en el caos de la Edad Media, y los ignora.

Por diferencias dignas de un Concilio, pero jamás de un Cisma, por intolerancias irracionales (por las que el papa Juan Pablo IIº pidió perdón), se consumó el Cisma de Oriente.

La Cristiandad quedó dividida por el meridiano 18º E, al este del cual el área greco-eslava sigue la doctrina Ortodoxa hasta estos días.

En el área greco-eslava el prestigio de Constantinopla-Bizancio alcanza su apogeo y su población los 500.000 habitantes (de lejos la mayor de Occidente).

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Primeras Cruzadas

En 1094, el monje Pedro el ermitaño regresa de Palestina e informa a todo el mundo de las atrocidades que sufren los cristianos por los turcos que la dominan, y que desde Constantinopla nadie hace nada por mitigarlas.

El papa Urbano II convoca en 1095, un Concilio en Clermont (Francia) y allí predica vehementemente que Dios exige una cruzada de liberación de los Santos Lugares.

En 1099, la cruzada de los nobles (Iª cruzada en la que ningún rey intervino pues estaban en conflicto con el Papa) reconquista Palestina, y funda el reino latino de Jerusalén, con primer rey Godofredo de Bouillón.

Este reino vivió permanentemente jaqueado por los bizantinos desde el norte y los turcos musulmanes desde el sur.

En 1144, los turcos conquistaron Edesa, al norte del reino de Jerusalén y sitiaron la capital latina.

En 1147 se puso en movimiento la IIª cruzada que fracasó en su intento por recuperar Edesa. Pero dejó tropa de refuerzo al reino latino.

En 1187, el sultán kurdo de Egipto, Saladino (+ 1193) derrota en Hattin al ejército cristiano, ocupa Jerusalén y sus alrededores. A los cristianos latinos les quedan sólo las ciudades de Antioquia, Tiro y Trípoli.

El reino de Jerusalén quedó extinguido y perdida la Tierra Santa.

Este desastre conmocionó a Europa que se movilizó para una IIIª cruzada, como las anteriores al margen de Constantinopla.

Fue liderada por Federico Barbarroja (emperador del Sacro Imperio Romano), Felipe Augusto (rey de Francia) y Ricardo Iº corazón de león (rey de Inglaterra).

Federico se ahogó en un río antes de llegar a Palestina.

Felipe se enemistó con Ricardo, y se volvió por mar a su tierra.

En 1192, Ricardo pactó con Saladino que Europa se abstendría en delante de reconquistar Tierra Santa, y Saladino promete que los cristianos tendrán libre acceso a dichas Tierras, pero con el pago de una entrada.

IVª cruzada

El papa Inocencio IIIº no aceptó el acuerdo de Ricardo con Saladino y en 1198 ordenó a todos los obispos predicar insistentemente una nueva cruzada redentora.

Mientras tanto en Constantinopla, Alejo destronó a su hermano, el emperador Isaac IIº Ángelo, lo encarceló y cegó. Y se auto coronó Alejo III.

El príncipe heredero Alejo Ángelo con toda su familia se exilió a Suabia.

La IVª cruzada logró reunir ( 12.000 expedicionarios (entre guerreros, auxiliares y prostitutas), liderados por nobles aburridos por la falta de acciones bélicas en Europa.

Pensaban desembarcar en Egipto, y desde el sur atacar Palestina; para ello necesitaban transporte marítimo, se contactaron con Génova, Pisa y Venecia; sólo esta última aceptó proporcionarlo. Y a Venecia fueron por tierra.

Los venecianos desde tiempo atrás deseaban conquistar Zara en Dalmacia; el dux de Venecia Dándolo y el líder de los cruzados Bonifacio de Monferrato convinieron en aplazar el pago del transporte, para los cruzados, Venecia aportaría 10.000 combatientes y 210 galeras, a cambio de la conquista de Zara.

Llegaron a Zara el 8/XI/1202, y el 15 / XI Zara cayó bajo el dominio de Venecia.

Antes de zarpar rumbo a Egipto, decidieron invernar en Zara hasta la primavera (de 1203).

A Zara fue el príncipe bizantino Alejo Ángelo, se reunió con Dándolo y Monferrato, y les propuso que si le ayudaban a recuperar la corona de Constantinopla, pagaría a Venecia los gastos del transporte marítimo de los cruzados hasta Egipto, y aportaría a la cruzada 10.000 combatientes más provisiones para todos, hasta Jerusalén.

Dándolo y Monferrato se apresuraron a aceptar la propuesta.

Ante el peligro musulmán que avanzaba por el sur, los bizantinos habían reforzado sus defensas:

– En el perímetro Oeste de 6 km, con una fosa (A) de ancho 20 m; una primera muralla (D) de 8 metros de altura y 2 m de ancho, con 80 torres; y una segunda muralla (F) de 13 metros de altura y 5 m de ancho, con más de 100 torres de 15 m de altura.

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Corte de la fosa y murallas, al Oeste de Constantinopla

http://www.armas.es/actualidad/articulos/561-Armas/30936-la-gran-bombarda-turca-el-canon-que-derribo-a-constantinopla.html

– Sobre la costa al Cuerno de Oro (brazo de mar que rodea Constantinopla por el norte), de 13 km, con una muralla de 12 metros de altura, con 300 torres.

– Cruzando la boca de entrada al Cuerno de Oro, una cadena de 30 cm de grosor, anclada en ambas costas en torres reforzadas.

– Sobre la costa al mar de Mármara no consideraron necesario fortificación alguna, por lo inexpugnable de sus acantilados.

El 24 de junio de 1203, los aliados (venecianos + cruzados = 20.000 guerreros en total ), por mar en 210 galeras venecianas, llegaron al Cuerno de Oro

Alejo III, hábil demagogo, galvanizó a la población bizantina con argumentos lapidarios:

– El príncipe Alejo Ángelo estaba sitiando Bizancio con fuerzas mercenarias, y seguramente vendería su patria a los papistas occidentales.

Los habitantes se organizaron para resistir a muerte.

A mediados de julio /1203, los aliados occidentales demolieron a cañonazos la torre Galata de la cadena, sus galeras entraron en el Cuerno de Oro y atacaron, lograron escalar la muralla que daba al Cuerno de Oro y penetrar en la ciudad. Degollaron a todos los que se les opusieron.

Alejo III huyó de Constantinopla con todo lo transportable del tesoro imperial.

Los bizantinos comprendieron que habían sido engañados por Alejo IIIº, vitorearon a los aliados, liberaron a Isaac IIº Ángelo y entronizaron a Alejo Ángelo como co-emperador, Alejo IVº Ángelo.

Los aliados habían cumplido con su parte del convenio con Alejo Ángelo.

Pero las arcas imperiales estaban vacías. Alejo IVº intentó calmar a los aliados, para ello, estableció nuevos impuestos, les entregó tesoros eclesiásticos y les prometió convencer al clero bizantino de subordinarse al Papa romano.

Todos resultaron decepcionados, los aliados porque querían cobrar en oro y de inmediato lo convenido; y los bizantinos porque se les confirmaba que Alejo Ángelo tenía la intención de vender su patria a los papistas.

En enero / 1204, los bizantinos se sublevaron masivamente, mataron a algunos cruzados y encarcelaron a Isaac IIº y a Alejo IVº. Los aliados evacuaron la ciudad y se refugiaron en sus galeras.

Alejo Ducas lideró una rebelión general, hizo estrangular a Alejo IVº y degollar a Isaac IIº, y se auto-entronizó como Alejo Vº Ducas.

Todo había vuelto a foja O; los aliados con la sangre en los ojos querían cobrarse a toda costa, y la única alternativa que les quedaba era la de saquear la ciudad; los bizantinos se dispusieron nuevamente a resistir a muerte.

En abril/1204, los aliados volvieron a atacar la muralla que daba al Cuerno de Oro.

Los clérigos de ambos bandos (católico aliado y ortodoxo bizantino) lanzaban anatemas contra los rivales y prometían indulgencias plenarias a los propios.

Alejo Vº vió que la ciudad caería y huyó llevándose todo lo que pudo.

El 12 / IV / 1204, los aliados occidentales entraron y dominaron la ciudad.

Durante más de un mes, la espléndida Constantinopla fue sometida al más cruel saqueo, tanto de los bienes imperiales (Santa Síndone, caballos de bronce con ojos de rubíes, reliquias sagradas, esculturas, columnas de ónix, etc.) como de todos los bienes privados de los habitantes (incluyendo violaciones de mujeres, a mansalva).

Constantinopla quedó devastada, despojada y destruida.

La orgullosa y magnífica Bizancio estaba aniquilada.

Los cruzados saldaron su deuda por el transporte naval, apoyando a los venecianos en la instauración del Imperio Latino de Constantinopla; se entronizó como primer emperador al conde Balduino de Flandes, apreciado por todos por su buen carácter.

Los aliados cargaron los despojos de la expoliación en sus buques y volvieron a tus lares.

Epílogo a la IVª cruzada

Constantinopla quedó definitiva y gravemente debilitada. Y su población aterrada, reducida a menos de 50.000 habitantes.

Los escultores, pintores, ceramistas, artesanos del cuero y de la piedra, matemáticos, huyeron a Italia, Francia y Alejandría.

Venecia obtuvo el dominio completo del Mediterráneo oriental y del mar Negro, puertas de las inmensas riquezas de Oriente.

Fue el momento culminante del efímero apogeo veneciano, pues:

– En 1261, los bizantinos reaccionaron y expulsaron a los occidentales, lo que extinguió el Imperio Latino.

– En 1298, Génova y Pisa, que no podían aceptar la hegemonía veneciana en el Este del Mediterráneo, se aliaron y derrotaron a Venecia.

El veneciano Marco Polo, cayó prisionero de Génova y relató al escribiente Rusticcello las maravillas que conoció en sus memorables viajes a Catay (China).

Turbulencia en Europa occidental – Avance otomano

A mediados del s. XIII, otra tribu turca, también originaria de Asia central, llegó a la península de Anatolia, se convirtió al Islamismo y comenzó a competir con los seljúcies, pero en forma prudente.

Cuando Osmán (Othman en turco) asumió el liderazgo de esta tribu (1281-1326), el enfrentamiento con los seljucíes se franqueó, predominó Othman que asumió como sultán, y el movimiento musulmán inició su historia como Imperio Otomano, que perduró hasta su derrocamiento en 1922.

Los otomanos se enteraron de la ruina bizantina, y avanzaron sobre sus territorios; pero eran concientes de la inexpugnabilidad de sus murallas y de su temible fuego griego (*), por lo que durante 150 años se dedicaron a roer el entorno de la gran capital, sin atacarla directamente.

(*) Fuego griego, era un semi-líquido desarrollado por los bizantinos en el

s. VI, de alta viscosidad, muy adhesivo y fácilmente inflamable, compuesto de brea + azufre + resina + cal viva + salitre. Incendiaba todo lo que tocaba y era inextinguible con agua. Lo usaron principalmente en las batallas navales.

Fue el arma secreta esencial de la supervivencia por 950 años de Constantinopla.

Mientras tanto, Europa entraba en un siglo de gran turbulencia:

– En 1305, Felipe IVº , el hermoso, rey de Francia, presiona al Cónclave de

Roma para que elija como Papa al cardenal francés Bertrán de Got, el que asumió como Clemente Vº.

– En 1309, Clemente Vº traslada la Santa Sede a Avignon (sur de Francia).

Y sanciona la disolución de la Orden de los Templarios, de cuyos bienes se incauta Felipe.

– En 1326, los otomanos toman Bursa

– En 1337, los ingleses invaden Normandía e inician la guerra de los 100 años.

– En 1346, los ingleses derrotan a los franceses en Crecy. Se emplean por primera vez los cañones en Occidente.

– En 1348, se inicia la peste negra (bubónica) simultáneamente en Génova y

en Weymouth (Inglaterra), duró 3 años y llevó a la tumba a 25 millones de europeos. Es en ocasión de esta peste que Bocaccio escribe el Decamerón, base de la prosa Toscana.

– En 1354, los otomanos cruzan el Helesponto (act. Dardanelos) y conquistan Gallipoli (act. Gelibolu).

– En 1356, los ingleses derrotan a los franceses en Poitiers.

– En 1361, los otomanos toman Adrianópolis (Ect. Edirne).

Constantinopla está rodeada por los turcos.

– En 1377, el papa Gregorio XI retorna la Santa Sede a Roma.

– En 1378, a la muerte de Gregorio, en dos Cónclaves paralelos, eligen papas:

– En Roma a Urbano VI

– En Avignon a Clemente VII

Queda planteado el Cisma eclesiástico de Occidente. Los cardenales, obispos y prelados, anteponen sus intereses personales a los de la Iglesia;

se alinean detrás de uno u otro y se excomulgan mutuamente.

– En 1396, el sultán otomano Bayaceto Iº (*) derrota a una débil fuerza

bizantina en Nicópolis y pone el primer asedio directo turco a Bizancio.

Bayaceto pensaba mantener el sitio hasta que Bizancio cayera en su poder, pero increíblemente la providencia la protegió. El mongol Tamerlán venía arrasando desde Samarcanda y cuando llegó a Anatolia se enfrentó a Bayaceto en Angora en 1402.

Bayaceto fue derrotado, apresado y ejecutado.

(*) Bayaceto, cuando sucedió a su padre Murat Iº, en 1389, lo primero que hizo fue hacer estrangular a su hermanastro Yakub, eliminando así a un posible rival subversivo. Por ello lo llamaron "el rayo".

– En 1409, el Concilio de Pisa depone a los 2 Papas reinantes y elige un nuevo Papa, Alejandro Vº.

Ninguno de los 3 cede ni abdica, se excomulgan entre sí, se exacerba el Cisma en lamentables actitudes que tendrá perpleja a la feligresía.

– En 1415, los ingleses aniquilan a la nobleza francesa en Agincourt.

Las ballestas perfeccionadas demuestran su poder de penetración contra las armaduras de los caballeros.

– En 1417, el rey Segismundo de Hungría, apoyado por príncipes y prelados, convoca al Concilio de Constanza; en el que se deponen a los 3 papas reinantes y por consenso general se elige Papa a Martín Vº, con sede definitiva en Roma.

– En 1429, los franceses liderados por Juana de Arco, liberan Orleans.

Las acciones bélicas en Francia cambian de cariz, en adelante serán los ingleses los que de derrota en derrota se irán replegando hasta evacuar totalmente las tierras francesas, en 1453.

Pero en 1431, los franceses borgoñones traicionaron y apresaron a Juana de Arco, la entregaron a los ingleses, quienes la hicieron juzgar por prelados franceses, por herejía; fue quemada viva en la hoguera en el mercado de Ruan.

En VIII/1422, el sultán Murad IIº, con 10.000 soldados volvió a atacar Constantinopla por el oeste; pero la muralla le resultó inexpugnable, el fuego griego lo espantó y se retiró desalentado.

El basileus (título que daban los bizantinos a su emperador) que asumió poco después, Juan VIIIº Paleólogo (emp. = 1425 – 1448) era conciente que a Constantinopla sólo la estaban salvando sus murallas.

Juan con el propósito de limar asperezas y lograr el apoyo militar de Europa, pidió al papa Eugenio IVº reunirse en un Concilio para tratar las diferencias dogmáticas entre católicos y ortodoxos y reunificar las iglesias.

El papa Eugenio aceptó, convocó e inauguró el Concilio en Ferrara, el 8 / I / 1438. Al que asistieron:

– El papa Eugenio y el basileus Juan

– El patriarca de Constantinopla, José II

– El metropolitano de Éfeso, Marcos Eugénicos

– El arzobispo de Nicea, Bessrion

– El metropolitano de Rusia, Isidoro de Kiev

– y más de 1000 coadjutores.

Todos los cuales tenían sus gastos pagos por el Papa.

A fines de XI / 1438, la controversia dogmática no tenía miras de solucionarse.

Ferrara fue invadida por una epidemia. Todos huyeron a localidades rurales aledañas; y cundió la idea que había sido provocada por Dios, como en Egipto en época de Moisés, por el empecinamiento general en no acordar la unificación de las iglesias.

Se trasladó entonces el Concilio a Florencia, que comenzó a sesionar el 26 / II / 1439; pero con mucha mejor predisposición de todos.

En VII / 1439, romanos y bizantinos firmaron (todos menos Marcos Eugénicos) el decreto de unión, por el cual:

– Se aceptaban las posiciones romanas en los temas dogmáticos y jurisdiccionales.

– En los temas formales: pan eucarístico, barba, celibato, lengua litúrgica, cada iglesia seguiría su tradición.

El Papa prometió todo el apoyo militar que pudiera conseguir, no mucho pues el principal reino de caballeros, Francia, seguía en guerra con Inglaterra, y estaba muy diezmada. España no existía aún (Isabel nacería recién en 1451).

A fines de VIII / 1439, el basileus y todo su séquito embarcaban en Venecia, rumbo a Constantinopla.

Con ingenua ilusión, el papa Eugenio escribió al sultán Murad, una carta en la que le instaba a convertirse al cristianismo, y que lo reconocería como soberano de todas las tierras a oriente de Constantinopla; obviamente el fanático turno ni contestó.

Cuando el basileus Juan y los prelados que lo acompañaban, llegaron a Constantinopla, fueron recibidos con general repudio y tildados de traidores por los monjes ortodoxos exacerbados por el metropolitano Marcos Eugénicos, feroz cismático.

– En 1441, los turcos invaden Hungría.

– En 1444, el sultán Murad derrota en Warna al rey Ladislao IIIº de Polonia, ocupa los Balcanes y Grecia.

Aprovechando su lejanía, Mahomet, que venía luchando contra sus hermanastros por la preeminencia, en Anatolia, depone a su padre Murad y se auto titula sultán de todos los otomanos. Siguieron en paralelo hasta 1446, cuando Murad llegó de regreso a Anatolia. Mahomet tuvo que huir.

– En 1447, muere el papa Eugenio y es elegido para sucederle el cardenal de Bolonia, Tomas Parentucelli, que asume como papa Nicolás V (p = 1447-1455).

– En 1448, muere el basileus Juan y le sucede su hermano Constantino XI Paleólogo (emp. = 1448- 1453).

Pérdida de Constantinopla

Constantino es conciente de que hereda una bomba con la mecha ya encendida; y que necesita toda la ayuda militar y económica posible.

De lo único que estaba algo tranquilo, era del agua potable, pues a lo largo de los siglos anteriores se habían excavado grandes cisternas (que hoy visitan admirados los turistas), las que estaban llenas "para cien años".

Necesitaba cañones, pólvora, ingredientes para el fuego griego, acumular granos, y muchas otras cosas, para la defensa y resistencia ante el largo asedio que preveía.

En 1449, convocó a los magnates de la ciudad y alrededores, y les pidió apoyo económico; pero éstos se lo negaron pues la defensa de la ciudad no era de sus competencias.

– En 1451, Mahomet con más fuerzas depone definitivamente a Murat, y se corona con el turbante de sultán. Lo primero que hizo fue eliminar a todos sus hermanastros. Gobernó hasta su muerte en 1481.

La historia lo llama Mahomet II el conquistador.

Tres de los actores del drama de Constantinopla estaban ya en escena.

El 4º y vital actor, el fundidor Urbano de Transilvania, se presentó a Mahomet a principios de 1452, y le ofreció sus servicios.

En Adrianópolis (Act. Edirne) pusieron a disposición de Urbano: hornos, cobre, estaño, carbón, y más de 1000 operarios. Fundieron los primeros cañones de calibre 50 cm. Los probaron y vieron que eran altamente efectivos.

Mahomet admirado le propuso a Urbano que le fundiera un gran cañón capaz de demoler las murallas bizantinas. Urbano se lo prometió, entusiasmado porque sería la gran obra de su vida.

Constantino vio que tendría que enfrentarse con un Turco más decidido y sanguinario que todos los anteriores.

La única chance estaba en sellar la amistad de Constantinopla con Roma y lograr así el apoyo militar de Europa, el 12 / XII / 1452 se reunió en Santa Sofía con los prelados eclesiásticos y principales de la ciudad, y les presentó oficialmente el "decreto de unión" de las iglesias griega y latina, que se había firmado en VII / 1439 en Florencia.

La mayoría de los asistentes a la ceremonia, exaltados lo repudiaron, y manifestaron a gritos que "preferían someterse a los musulmanes antes que a los latinos" y que "es preferible el turbante a la tiara".

Asedio a Constantinopla

En I/1453, el gran cañón estaba fundido. Tenía una longitud de 8 metros, el calibre de 1 metro, disparaba bolas de granito de 680 kg , con alcance

de 2 km. Lo pulieron y comenzó su traslado hasta las murallas oeste de Constantinopla, sobre un gigantesco carromato tirado por 60 bueyes.

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Gran cañón de Urbano, que abrió las brechas en las impenetrables murallas de Constantinopla

En Constantinopla la acción era febril, iba llegando la ayuda que enviaba el Papa: 3 navíos genoveses contratados, con armas y provisiones, + el cardenal Isidro con 300 arqueros napolitanos.

Venecia envió 15 navíos con pertrechos + 800 soldados contratados.

Los genoveses de localidades vecinas se presentaron con 700 hombres contratados, se pusieron a las ordenes de Giovanni Giustiniani Longo.

Constantino hizo un recuento:

– Tenía una población de casi 50.000 personas a las que alimentar.

– Y una fuerza de 5.000 bizantinos + 2.000 extranjeros, para defender la ciudad.

– El Cuerno de Oro estaba cerrado por la cadena

– La costa sobre el mar de Mármara, estaba bien defendida por la armada bizantina, que mantenía abierta la vía marítima desde el Helesponto (act. Dardanelos), por si llegaban más refuerzos. Pero ya nadie llegó.

Mahomet reunió frente a las murallas del oeste, que daban a las llanuras,

100.000 muy bien armados soldados, de los cuales 12.000 eran jenízaros, la élite del ejército turco, 15.000 eran spahis selectos arqueros a caballo, 30.000 infantes de línea turcos y 43.000 bashi bazuks, hombres de leva reclutados en Anatolia, entrenados intensamente en los 12 meses anteriores.

Frente a las murallas del oeste, se apostaron 1.200 hombres cada 100 metros, en 2 líneas de fondo:

– En la primera, los bashi bazuks – 700 soldados cada 100 metros

– En la segunda, los infantes de línea – 500 soldados cada 100 metros

– Los spahis eran fuerzas volantes

– Los jenízaros estaban en reserva

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http://www.armas.es/actualidad/articulos/561-Armas/30936-la-gran-bombarda-turca-el-canon-que-derribo-a-constantinopla.html

A la vista de la fenomenal fuerza de ataque, los magnates bizantinos corrieron a ofrecer dinero a Constantino, pero éste consideró que ya era tarde y les contestó "vayan a morir con su dinero puesto que no quisieron vivir sin él".

El 7 de abril de 1453, comenzó el cañoneo de las murallas, los disparos se mantenían a más de 3 metros sobre el nivel de la tierra para permitir a los infantes y bashi rellenar la fosa con troncos de árboles y piedra.

El cañoneo era demoledor, pero cesaba al oscurecer pues la falta de luz lo hacía ineficaz. Durante todas las noches salían los bizantinos con troncos y canastos de piedras, a rellenar los boquetes abiertos por los cañones.

El 22 de abril, Mahomet intentó introducir galeras de guerra en el Cuerno de Oro, pero la gran cadena se lo impidió (su torre de anclaje en Gálata, estaba muy bien defendida).

Ordenó entonces a unos ingenieros italianos que tenía contratados, la construcción de un camino de madera que rodeara la guarnición de Gálata; se lo construyeron de 12 km de longitud y 200 m de ancho. Por ese camino, sobre rodillos, tirados por decenas de bueyes, trasladaron desde el estrecho del Bósforo al Cuerno de Oro, 70 galeras, las que en pocos días hundieron todos los buques bizantinos que allí encontraron.

Giustiniani y sus genoveses se apostaron sobre la muralla al Cuerno de Oro, pero eran sólo 7 defensores cada 100 metros, aún así por esa muralla no entró ningún turco.

Los masivos ataques a las murallas por los infantes de líneas eran sistemáticamente repelidos.

Los turcos construyeron una gran torre de asalto para superar la muralla externa, pero una noche los bizantinos se la incendiaron. Excavaron varios túneles para minar sectores de la muralla externa, pero los bizantinos escucharon los ruidos y de noche las hicieron explotar.

Mientras tanto el gran cañón, con buen criterio, disparaba siempre sobre el mismo sector y así fue abriendo una brecha de 1.000 metros en el muro que cerraba la fosa, de 600 metros en la muralla externa y en los últimos días de mayo ya estaba abriendo una brecha de 450 metros en la muralla interna.

29 de mayo de 1453

En la madrugada del 29 de mayo de 1453, Mahomet lanzó un ataque masivo de sus infantes en la brecha en las murallas, pero también allí Constantino había concentrado sus cañones y fuego griego.

Los jenízaros en cambio atacaban los portones de la muralla interior, con acción alternada de cañoneo y asalto.

Al mediodía, la suerte de Constantinopla se volvió adversa.

En la brecha abierta por el gran cañón, cayó mortalmente herido Giustiniani,

los genoveses sin su capitán se sintieron desolados y se retiraron del frente; los turcos comenzaron a predominar. Y allí cayó también Constantino.

Los jenízaros, a su vez, encontraron el portón Kerkoporta mal atrancado por dentro, con 3 cañonazos lo abrieron, entraron y con banderas llamaron a fuerzas de apoyo.

Los turcos entraron en tropel, degollando a todos los hombres que encontraron a su paso.

Los niños varones fueron apresados, para ser enviados a los centros de adoctrinamiento con vistas a fanatizarlos, entrenarlos e incorporarlos a los jenízaros.

Las mujeres se repartieron entre los conquistadores, las más jóvenes como concubinas, las de mayor edad como sirvientas, en una reedición de

"Las Troyanas" de Eurípides.

Fue el triunfo de la mejor artillería contra la ciudad mejor amurallada.

Epílogo a la pérdida de Constantinopla

La más espléndida ciudad de Europa, era denominada Constantinopla por los europeos, Bizancio por sus orgullosos habitantes y pasó a denominarse Estambul por los turcos.

La gran basílica de Santa Sofía fue convertida en mezquita, y sería el obsesivo modelo de Sinam, el gran arquitecto de Solimán el magnífico.

Occidente perdió definitivamente el Helesponto y el Bósforo, por lo tanto el acceso por tierra al inmenso Este.

Desde Estambul, los turcos se sintieron invencibles, atacaron Europa por mar y por tierra; Occidente estuvo a punto de perder todo el Mediterráneo y media Europa.

Pero Europa reaccionó, se galvanizaron las voluntades y tomó revancha en dos batallas bisagras que cambiaron el curso de la historia: Lepanto en 1571 y Kahlenberg en 1683.

Las revanchas de Europa contra el Imperio Otomano

No consideramos revancha la conquista de Granada, en I / 1492, pues fue la culminación de un arduo esfuerzo iniciado en la victoria asturiana de Pelayo en Covadonga en 718, y tenazmente continuada luego por los castellanos .

Lepanto

Selim IIº (hijo y sucesor de Solimán el magnífico) se empeñó en la conquista de todo lo que bañaban las aguas del Mediterráneo; avanzó exitosamente por el norte de África, y consolidó el dominio de las islas del Egeo y Mediterráneo oriental.

Pero cuando conquistó Chipre, en 1570, e incursionó en el mar Adriático, en Venecia cundió el pánico, y ello despertó en Occidente la conciencia del avance arrollador que estaba produciendo el Islam.

El papa Pío V hizo un llamado perentorio a los países con costas en el Mediterráneo, convocándolos a una nueva cruzada.

Respondieron España (Felipe II) y Venecia, los que aliados con la pequeña armada pontificia formaron la "Liga Santa", que el papa Pío puso al mando del príncipe español don Juan de Austria.

Francia y Génova no respondieron pues mantenían cipayos acuerdos secretos con Estambul.

Personalmente el papa Pío diseñó la insignia de la Liga Santa, y se la envió a don Juan.

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Estandarte de la Liga Santa

Esta insignia, a los pies de Jesucristo tiene los escudos de los aliados.

El sultán, que tenía espías en todo el Mediterráneo, se enteró de las intenciones pontificias y ordenó a todas las galeras que operaban en el Egeo y en el Adriático, concentrarse en el golfo de Corinto, que estaba muy bien defendido por 4 fuertes costeros.

La armada turca principal, al mando de Mehmet Alí Bajá, quien iba bordo de la lujosa galera Sultana, zarpó del Cuerno de Oro.

Partes: 1, 2
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