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Enseñar la temporalidad a los escolares retrasados mentales (página 2)


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Los procesos de la memoria y la imaginación pueden ser ubicados en un momento intermedio entre el conocimiento sensorial y el racional, a este conocimiento los psicólogos lo denominan representativo. Los escolares retrasados mentales frecuentemente tienen afectados los procesos antes descritos, situación que hace compleja la enseñanza por parte del maestro del concepto temporal.

La representación de la temporalidad en los escolares retrasados mentales se comienza a trabajar desde diferentes asignaturas que forman parte del currículo de la Educación Especial, esta unida a la experiencia de la vida diaria, conforman un entramado de secuencias lógicas que les permiten desarrollar el concepto temporal de manera gradual.

Estas representaciones temporales de la vida diaria favorecen el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba en la Educación Especial. El maestro para enseñar el concepto temporal debe apoyarse en sus operadores: unidades de medida, la duración, la sucesión, lo anterior y lo posterior, la relación pasado – presente – futuro y la cronología.

De esta manera los escolares retrasados mentales podrán apropiarse de las nociones y representaciones histórico temporales, entendido esto por los conocimientos de tipo fácticos referidos al tiempo histórico y social en que transcurren los hechos, los fenómenos y los procesos protagonizados por los sujetos colectivos e individuales de la historia, que devela las peculiaridades del contexto en que se desarrollan y permite caracterizar y diferenciar los períodos y las épocas históricas.

La formación del concepto temporalidad se inicia como tal en 6to grado, pero desde los documentos normativos y los escritos por didactas de la historia, se ha reconocido la temporalidad solo como tiempo histórico y su expresión didáctica ha sido identificarla básicamente como una habilidad, centrada en la línea de tiempo y cronología, que generalmente se ha enseñado desde un nivel memorístico y reproductivo.

De ahí la limitación que puede tener la enseñanza de la temporalidad en la asignatura de Historia de Cuba en la Educación Especial, si se reduce solo a una habilidad, pues desde los estudios realizados en Cuba sobre esta categoría de la historia, en lo epistemológico no se tenía precisado que la temporalidad incluyera el tiempo social e histórico.

De ahí una de las insuficiencias de los escolares retrasados mentales para la formación del concepto temporal, viene dado por la reducción ha solo una habilidad relacionada con la cronología. Un ejemplo que ilustra este fenómeno cuando el escolar con retaso mental debe comprender que existe una dependencia inversa entre las cifras mayores de la fechas y la lejanía de los sucesos en el tiempo.

Por estas razones somos del criterio que la formación del concepto temporal debe comenzar desde la relación entre tiempo personal (por la singularidad de la percepción del tiempo en cada persona), el tiempo social (relaciones de significado temporal que se adquieren en la relación entre sujetos que aprenden) y el tiempo histórico, unido al tiempo social, pero que refleja un momento de síntesis de cómo el hombre viene desarrollando su actividad económico, político, social y cultural desde el pasado, mientras transita por su presente para entender cómo proyectarse hacia el futuro.

Los escolares retrasados mentales que forman el sentido de la temporalidad están en mejores condiciones de reconocer la sociedad donde viven, de donde vienen ellos y su familia, qué relaciones establece su familia con la comunidad y la nación en general, a la vez que comprenden que ellos hacen historia cotidianamente desde su protagonismo escolar, familiar, comunitario y social en general.

Es absurdo pensar que los escolares retrasados mentales se identifican como parte de una sociedad, en cuya mirada micro, meso o macro la historia juega un papel significativo, al margen de la educación de la temporalidad. Se erige este componente no solo en determinante para la comprensión de los conocimientos históricos, sino además como un elemento determinante en el logro de sus objetivos educativos (que tienen impacto en la formación de las actitudes, normas, valores) y los correctivos (dirigidos a la corrección y/o compensación de los defectos psíquicos, fundamentalmente los defectos del pensamiento y el lenguaje.

Para que el análisis de la temporalidad esté completo es necesario profundizar en sus dimensiones y conceptos operantes. La precisión epistemológica de ambos aspectos posibilita establecer los indicadores fundamentales, que como pistas metodológica con que se manifiestan estos conceptos en el proceso de formación de la temporalidad en los escolares retrasados mentales en la medida que se expresan las relaciones de la categoría temporalidad con los contenidos.

El tratamiento de la temporalidad como contenido histórico dentro del proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba, se debe tener presente los componentes que lo integran. Para explicar este complejo entramado de relaciones nos apoyaremos en el siguiente esquema:

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La temporalidad se forma desde la dinámica que se establece entre el tiempo social y el tiempo histórico, que denota la necesidad de conocer la extensión de ambos conceptos como sus elementos estructurantes.

La comprensión del pasado se apoya, en gran parte, en el dominio que se tenga de la temporalidad reflejada como tiempo histórico y social. El primero está relacionado básicamente con los términos de medición histórica (días, semanas, años, lustros, décadas, siglos, entre otros), las duraciones, sucesiones, simultaneidad y los cambios que se producen en el decursar de los hechos históricos nacionales, regionales y universales, aunque en la Educación Especial en Cuba se concentra en la historia nacional y local.

Mientras que el tiempo social, está asociado al devenir individual y social de los escolares retrasados mentales, de una parte como vivencias sociales personales, que reconstruidas forman su historia personal: como acciones sociales anteriores y presentes, y por otra parte como vivencias sociales familiares pretéritas y actuales, que conforman la historia familiar, en la que articula su historia personal, pero en relación dialéctica con el resto de los miembros de la familia.

El devenir social de los escolares retrasados mentales por la historia personal y familiar contextualizada, con un sentido vivencial proyectado desde el currículo, posibilita la reconstrucción de los hechos significativos de su vida y de las personas que le rodean, apreciar cómo se manifiestan las formas de vida de cada etapa: vestuario, instrumentos de trabajo, viviendas, medios de transporte, armas, entre otros, para en este proceso apropiarse de los elementos antes señalados mientras se produce un acercamiento a la historia local y nacional.

El conocimiento histórico apoyado en la temporalidad contribuye a la formación de valores en los escolares retrasados mentales, al ser principio que sirve para interpretar el pasado, comprender los cambios y las permanencias de las sociedades actuales, así como, percibir los elementos fácticos que posibilitan formar a largo plazo conocimientos referidos a las tendencias del desarrollo histórico social futuro, aunque esto último no esté dentro de las metas a aprender en la escuela especial.

Si los escolares retrasados mentales no se apropian de los elementos esenciales con los que opera la temporalidad: cambio y permanencia, cronología y periodización, duración, causalidad, dimensión pasado-presente-futuro, explicación y comprensión, tendrán dificultades para comprender la historia. Sólo llegarán a memorizar algunos datos dispersos, pero sin lograr relacionarlos entre si, ordenarlos, y percibir las transformaciones ocurridas en las diferentes etapas.

Estas reflexiones me permiten afirmar que la temporalidad ayuda a entender la continuidad del desarrollo humano desde sus comienzos hasta nuestros días, explicar e ilustrar los momentos de ruptura más relevantes en el proceso histórico, relacionar y comparar los diversos hechos históricos que se suceden en diferentes lugares al mismo tiempo.

Los hechos son la base para la enseñanza de la historia, ellos representan una parte de la realidad objetiva que existe independientemente de la conciencia humana, su aspecto ontológico y para llegar a la esencia de los hechos históricos, su aspecto gnoseológico.

Los hechos son acciones de carácter social que ocurren en un lugar y época determinada donde actúan las masas populares en interacción con las personalidades históricas; tienen un carácter complejo, social y objetivo.

Estos hechos como parte indisoluble de la historia se dan en un espacio socialmente confluido, en un escenario natural, transformado o inventado por el hombre. No hay hombres ni pueblos que no estén inscritos en el espacio, incluso en nuestro caso particular hemos luchado por gobernar nuestro territorio por casi cinco siglos.

Desde la concepción Histórico Cultural, referente psicológico y pedagógico de nuestro trabajo, es prudente comenzar el estudio del espacio por los más cercanos, por ejemplo, la casa, e ir integrando la escuela, la comunidad, la localidad, el país, el continente y el mundo.

La comprensión de la temporalidad precisa de la espacialidad. Los hechos históricos que se enseñan en la Educación Especial cubana ubican a los escolares retrasados mentales en los escenarios en que transcurren geográficamente, incluyendo la cultura material y espiritual asociada a estos, que posibilita la comprensión de la temporalidad.

La percepción del proceso de apropiación de la temporalidad por parte de los escolares retrasados mentales en la relación dialéctica que establece con los hechos históricos y la necesaria ubicación espacial, se erige en un sustento teórico que el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia tiene que asumir como una premisa importante en su devenir metodológico.

El hecho transcurre en un escenario donde el hombre despliega tanto su actividad material como espiritual, interactuando con una variedad de objetos que devienen portadores de códigos distintivos de las épocas históricas y se asumen metodológicamente en la educación histórica de los escolares retrasados mentales como recursos didácticos temporales para la comprensión de la temporalidad.

Se entiende por recursos didácticos temporales al conjunto de elementos que forman parte de la realidad histórica y están asociados al accionar colectivo o individual de los protagonistas de la historia, como son las armas, vestuario, medios de trabajo, construcciones civiles y militares, objetos de la vida cotidiana hogareña, música, bailes, fábulas, religiones, entre otros, que al devenir en código distintivo de una época y/o periodo histórico, posibilitan la formación de nociones y representaciones histórico-temporales de los escolares.

Esto ayuda a la formación de nociones y representaciones históricas concretas y exactas de lo estudiado y permite que los escolares primarios asimilen de manera más consciente el sistema de conocimientos históricos. Para el mejor aprovechamiento de la utilización de los mapas como medio de enseñanza de la historia, es conveniente: que contengan aquellos elementos significativos para la explicación de un hecho o proceso (fechas, símbolos, líneas de dirección, entre otros); que se cuente con un cuestionario que guíe la interpretación del mapa, fijando la atención en la localización del hecho, las características físicas del lugar y las relaciones entre el ser humano y su medio.

Nos preguntamos, ¿quiénes protagonizan los hechos históricos que hacen vibrar de emoción a los escolares retrasados mentales en las clases de Historia de Cuba?

Interrogante difícil de contestar si el maestro no se siente protagonista junto a los escolares retrasados mentales de la historia y se dispone a enseñar la historia solo tratando a las grandes personalidades, que sin dudas le han dado gloria a la Patria, pero que solas no hubieran podido lograr sus objetivos. Se trata de romper la barrera que se establece entre los escolares y la historia, que generalmente no se sienten protagonistas de la misma. Remarcamos la idea que: la historia se debe enseñar, a partir de la perspectiva que todos formamos parte de esta y esa prescripción epistemológica y metodológica tiene que concretarse en el currículo escolar.

Si bien en los programas vigentes en la Educación Especial se propone un acercamiento a la historia desde la actividad de las personalidades en su dialéctica con las masas populares, en las clases se hace mayor énfasis en el papel de las personalidades históricas, elemento que limita la comprensión de la historia por parte de los escolares retrasados mentales y explica el por qué algunos refieren no sentirse parte de la historia.

Con este planteamiento, no es que se pretenda absolutizar que el maestro entonces desconozca el papel de los héroes de la historia y trabaje solo al hombre común, sino que busque un justo equilibrio entre las personalidades relevantes y los representantes sociales de la etapa histórica que esté tratando en ese momento, pues no entenderíamos la historia de Cuba sin sus grandes dirigentes, pero tampoco la podríamos explicar sin mencionar al aguerrido pueblo cubano, del cual forman parte los escolares retrasados mentales, sus familiares, los miembros de la comunidad y de la sociedad cubana en general.

Acercar a los escolares retrasados mentales a los eventos de la familia y la comunidad posibilita que lleguen a entender los nexos existentes entre la historia local y nacional, el protagonismo colectivo en la conformación de la historia y el legado generacional que reciben, que deben enriquecer y a la vez preservar.

Si bien la enseñanza de la Historia de Cuba en la Educación Especial enfatiza en la formación de los conocimientos fácticos, los escolares retrasados mentales se apropian de los rasgos esenciales de algunos de los conceptos históricos, sin los cuales sería muy difícil comprender los hechos históricos y mucho menos llegar a aplicar los conocimientos adquiridos en situaciones dadas.

La imagen desempeña un papel significativo en la formación de las relaciones causas-consecuencias. Si los escolares retrasados mentales reciben apoyo visual relacionado con los protagonistas, acciones realizadas, objetos con los que interactúan y otros aspectos que son consustanciales con la cultura material y espiritual, el proceso de formación de los conocimientos fácticos se desarrolla adecuadamente.

La relación hecho histórico – temporalidad – sujetos de la historia – espacialidad en la educación histórica de los escolares retrasados mentales es indispensable para la formación de los conocimientos históricos; sin embargo esos conocimientos requieren de procedimientos para su apropiación, que necesitan ser internalizados por los escolares en forma de habilidades y hábitos, provocando cambios en la manera de pensar, sentir y actuar, influyendo en sus sentimientos, en las actitudes que asumen y los valores a los que se adscriben.

Las habilidades son determinantes en el proceso de formación de la temporalidad en la escuela especial. En ella se debe insistir en el trabajo con la cronología y la gráfica de tiempo, como dos habilidades básicas que posibilitan el ordenamiento cronológico como habilidad específica; ambas han sido tradicionalmente abordadas, pero no siempre correctamente enseñadas, pues no se han integrado coherente al conjunto de elementos estructurales antes argumentados.

La cronología, y su referente conceptual, el tiempo cronológico, es un instrumento procedimental esencial en el proceso de formación de la temporalidad de los escolares retrasados mentales, pero que necesita operar con determinados conocimientos históricos fácticos.

La gráfica de tiempo, si bien permite apreciar el decursar del tiempo histórico, puede enmascarar, por la manera en que se representan los hechos, la complejidad de relaciones que se establecen en el transcurrir histórico: en un mismo período están ocurriendo dos hechos al mismo tiempo, pero desde presentes y contextos diferentes. El tiempo histórico puede formarse como algo lineal, sin el zigzagueo, las contradicciones y relaciones sincrónicas y diacrónicas que se dan en la realidad histórica.

Por eso en la actual concepción del tiempo histórico la imagen de este no debe ser una línea de tiempo, sino una malla temporal, donde se aprecie la concepción del tiempo como algo múltiple y diferenciado según ritmo de cambio y duración.

No menos importante que los conocimientos y las habilidades en el proceso de formación de la temporalidad lo constituyen los valores. Un proceso de formación de la temporalidad que se sustente desde los fundamentos que sostengo en esta investigación implica comprender que en la medida en que se educa la temporalidad se contribuye a la formación del sistema de valores que la Educación Especial tiene delimitada en su modelo.

Cuando en los escolares retrasados mentales se va formando el sentido de la temporalidad, que le permite percibir la trayectoria de los hechos, fenómenos y procesos que ocurren en la realidad histórica familiar, local y nacional que asciende desde el pasado hasta el presente, está en condiciones de apreciar las diferentes relaciones que establecen otros hombres y ellos mismos en la historia.

Los escolares retrasados mentales al formar el sentido de la temporalidad estarán en mejores condiciones de reconocer la sociedad donde vive, de donde vienen ellos y su familia, qué relaciones establece su familia con la comunidad y la nación en general, a la vez que comprende que ellos hacen historia cotidianamente desde su protagonismo escolar, familiar, comunitario y social en general.

Este análisis de la temporalidad no estará completo si no se profundiza en sus dimensiones y operadores. La precisión epistemológica de ambos aspectos posibilita establecer los indicadores fundamentales, que se convierten en pistas metodológicas con que se manifiestan estos conceptos en el proceso de formación de la temporalidad en los escolares retrasados mentales y en la misma medida expresa las relaciones de la categoría temporalidad con los demás conocimientos históricos a formar: hechos, acciones, protagonistas colectivos e individuales, espacialidad y las nociones de conceptos.

Las dimensiones de la temporalidad se expresan en la relación pasado-presente-futuro. No siempre se ha tenido la misma percepción de esa relación: para algunos el tiempo histórico es solo pasado, para otros es pasado-presente y los partidarios del materialismo dialéctico e histórico lo explican desde la relación pasado-presente-futuro, posición que asumo. En resumen, conforman un concepto único al no poderse significar uno sin los otros.

En esta tríada el presente es significativo para el trabajo del historiador y el maestro que imparte la Historia, que se explica porque desde el presente se aprecian las necesidades de buscar las claves de la actuación actual de los hombres, que se encuentra al rastrear en el pasado, y que permite, desde la escuela, modelar la sociedad futura; aunque en la conformación de esto último intervienen otros factores que no entraré a analizar en esta investigación.

El valor de esa relación radica en que la comprensión del presente no puede separarse del pasado, mientras el pasado sin el presente y sin proyección hacia el futuro carece de valor, pues la explicación y comprensión de lo pasado, que se hace desde el presente, emana de las interrogantes que se hacen los hombres, de los problemas que tienen en su actual vida (presente) y el cuestionamiento de su propio futuro.

Desde el presente se crean los pasados y se abren los futuros, por eso el presente es un lugar de tránsito entre el pasado y el futuro, al rastrear en el pasado los maestros y los escolares retrasados mentales están buscando en su presente pasado las peculiaridades de las sociedades pasadas que posibilitaron su presente actual y que se negarán dialécticamente en el futuro.

El presente no puede ser comprendido sin buscar en el pasado y en esa indagación reconstructiva, donde ni el pasado es definitivamente acabado ni el presente es absoluto, se descubren los hilos conductores del devenir histórico y su avance hacia la construcción de la sociedad futura. La historia tiene que dejar de ser solo el pasado, como algo ya muerto, sin conexiones con la vida actual del hombre, sino lo que sigue viviendo cotidianamente en el presente individual y social y con el cual interactuamos directa o indirectamente.

La garantía de que la dimensión pasado-presente-futuro sea comprendida por los escolares retrasados mentales son los operadores para el trabajo con la temporalidad.

Unidades de medida de la temporalidad: constituye el conjunto de elementos de medición que permiten precisar la secuencia de hechos y acontecimientos que transcurren en la historia. Las unidades de medida que se utilizan en la escuela primaria son: el segundo, el minuto, la hora, el día, la semana, el mes, el año, el lustro, el decenio, el siglo y el milenio.

Duración: tiempo que transcurre entre el principio y el fin de un hecho, proceso y fenómeno histórico; que no coinciden en el tiempo de su duración. No todos los hechos históricos ocurren en un mismo tiempo. La duración de los hechos históricos es la base para la elaboración de las cronologías y las periodizaciones históricas.

Cronología: establece el orden de los sucesos históricos y su manera de computar los tiempos en su aspecto factual. Su aportación fundamental es la datación, la ubicación de los sucesos en un espacio temporal definido y aceptado previamente; mide y localiza las fechas en que ocurrieron los hechos históricos, lo que permite apreciar la sucesión, como diacronía; da la duración cuantitativa, como homocrónica y permite apreciar la simultaneidad, como sincronía.

El dominio de la cronología permite orientarse en el tiempo, es decir, saber cuándo han pasado, pasan o pasarán los hechos y relacionarlos entre sí según hayan pasado antes o después (sucesión) o pasan a la vez (la simultaneidad).

Gráfica de tiempo: el trabajo con la gráfica o línea de tiempo es un importante recurso didáctico del que disponen el maestro y los escolares retrasados mentales para representarse la sucesión de hechos históricos, por eso hay autores que conceptualizan el trabajo con la línea de tiempo como el plano de representación temporal.

Esta habilidad no se desarrolla al margen de los operadores que antes he explicado. El dominio de las unidades de medida: días, meses, años, siglos, entre otros son imprescindibles para representar temporalmente un hecho, pero todavía esto podría ser mecánico y reproductivo si no se trabaja con los operadores duración y cronología.

Como los programas de Historia de Cuba en la Educación Especial exigen el estudio de los hechos y personalidades más significativas del proceso revolucionario cubano el desarrollo de la habilidad de trabajo con gráficas de tiempo impone una variedad de estrategias que lo favorezcan.

Cuando incluyo a la explicación de causas-consecuencias como uno de los operadores de la temporalidad la concibo desde una perspectiva conceptual, que por supuesto no se separa de la explicación como habilidad intelectual, pero se remarca el hecho de considerar a esa cadena de nexos causales como dinamizadores del conocimiento histórico que deben apropiarse los escolares retrasados mentales.

Ese conjunto de eventos y relaciones económicas, políticas, sociales y culturales que confluyen para que un hecho suceda o las que resultan del impacto de un hecho que ya se ha producido son necesarias, al menos en un nivel elemental, para que se perciba la continuidad histórica y la percepción de los cambios.

La conceptualización de los elementos esenciales con los que debe enseñarse la temporalidad en la Educación Especial, no quedaría completa si no se determinan los indicadores que como herramientas de trabajo delimitan la funcionabilidad de cada uno de las dimensiones y operadores antes explicados. Los indicadores de las dimensiones y los operadores de la temporalidad quedan desglosados de la siguiente manera:

Pasado- presente- futuro

Relacionar el pasado histórico estudiado con el presente y el futuro; Relacionar el pasado lejano en el tiempo con el pasado más inmediato y de ambos con el presente y el futuro del escolar, su familia y comunidad; Establecer cadenas de sucesión de hechos históricos que revelen el transcurrir de la historia desde el pasado hasta el presente y con proyección de futuro; Identificar la presencia en el presente de elementos de la cultura material y espiritual del pasado; Identificar la continuidad del proceso histórico local y nacional a partir del estudio de los hechos y personalidades más significativos de cada una de las etapas históricas.

Unidades de medida

Identificar las principales unidades de medida de la temporalidad: días, semanas, años, lustros, décadas, siglos, entre otros; Relacionar hechos y personalidades con el periodo y etapa histórica en que transcurren; Diferenciar el tiempo social e histórico transcurrido utilizando las unidades de medida; Utilizar las unidades de medida en exposición de eventos personales y familiares; Utilizar las unidades de medida en la narración de hechos históricos locales y nacionales; Utilizar las unidades de medida en la valoración sencilla de personalidades históricas locales y nacionales; Utilizar las unidades de medida en la confección del árbol genealógico; Utilizar las unidades de medida en la confección de gráficas de tiempo.

Duración

Determinar la duración de un hecho histórico, precisando cuándo comienza y cuándo finaliza; Relacionar los hechos históricos con las fechas en que ocurrieron; Relacionar las personalidades históricas con los acontecimientos en que intervienen ubicados en tiempo, con la mayor precisión posible: hora, día, mes, año, siglo, entre otros; Determinar en qué tiempo transcurren los procesos y fenómenos históricos de mediano y largo alcance; Comparación entre el transcurrir de un hecho concreto y los procesos y fenómenos históricos; Comparación entre tiempo social (como tiempo personal y familiar vivido y actual) con el tiempo histórico.

Cronología

Elaborar cronologías sobre la historia del propio escolar primario y de su familia; Ordenar cronológicamente los principales eventos personales en su nexo con lo familiar; Identificar los principales hechos locales y nacionales de cada etapa histórica, precisando la secuencia en que ocurren, que los ubica en un antes y un después; Elaborar cronologías de los principales hechos locales y nacionales; Elaborar cronologías con las principales acciones realizadas por las personalidades históricas locales y nacionales, en su interacción con las masas populares; Ordenar cronológicamente los principales hechos locales y nacionales; Ordenar cronológicamente los principales hechos locales y nacionales, en su nexo con lo personal y familiar; Identificar las acciones en las que participó cada personalidad histórica; Identificar, en un conjunto de acciones, las que le pertenecen a cada personalidad histórica; Ordenar cronológicamente las principales acciones en que participaron las personalidades que se estudian en cada etapa histórica; Identificar la relación entre los hechos, precisando los que ocurrieron antes y después.

Gráfica de tiempo

Confeccionar una línea o gráfica de tiempo utilizando los años, lustros, décadas y siglos como unidades de medida; Confeccionar líneas de tiempo por etapas históricas que se estudian; Ubicar en una línea de tiempo los principales eventos personales y familiares; Ubicar en una línea de tiempo los principales hechos históricos locales y nacionales por etapas de la historia.

Explicación

Identificar, de manera sencilla, las causas de los hechos históricos locales y nacionales; Identificar, de manera sencilla, las consecuencias de los hechos históricos locales y nacionales; Relacionar las causas con los hechos históricos locales y nacionales; Relacionar las consecuencias con los hechos históricos locales y nacionales; Establecer, de manera sencilla, la relación entre causas-hechos-consecuencias; Reconocer la perdurabilidad de la huella de las acciones y el pensamiento de las principales personalidades en su relación con las masas populares de cada periodo y etapa histórica.

Conclusiones

La evolución histórica de la temporalidad va siendo cada vez más precisa, flexible y rica, a la vez que se trata de resolver nuevas metas o preguntas generadas en cada momento y contexto histórico concreto.

En el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia tiene un valor teórico y de orientación para la formación de la temporalidad la definición que ofrezco de nociones y representaciones histórico-temporales implica y apoya que los escolares retrasados mentales se apropien de un conjunto de conocimientos fácticos distintivos de los períodos y etapas que estudian que integrados a las vivencias que aporta su historia personal y familiar contextualizada contribuyen a la orientación de la personalidad.

La temporalidad, vista como tiempo social e histórico, es un contenido histórico didáctico en la enseñanza de la Historia en la Educación Especial que se integra a otros a saber: el hecho histórico, los protagonistas colectivos e individuales, la espacialidad, los rasgos de los conceptos; se revela como conocimiento, integra un conjunto de habilidades y favorece la formación de valores, que permite precisar lo que se debe enseñar en la asignatura Historia de Cuba en la Educación Especial. En el plano metodológico la temporalidad se estructura en dimensiones y operadores que posibilitan la precisión de los indicadores que como acciones particulares se necesitan para deslindar los elementos que confluyen en su modelación teórico-práctica.

El determinar la temporalidad como contenido histórico es el primer argumento que la justifica su precisión como conocimiento y habilidad favorece la formación de valores, con la intención de elevar la calidad del aprendizaje de la Historia en los escolares retrasados mentales.

La concepción didáctica para la formación de las nociones y representaciones histórico-temporales desde el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba en la Educación Especial, sostiene que la temporalidad como el contenido histórico, que al ser estructurado desde la relación historia personal, familiar, local y nacional, concreta un conjunto de estrategias de enseñanza aprendizaje de la temporalidad que el maestro y los escolares retrasados mentales deciden desde una variedad de recursos didácticos temporales, que genera tareas docentes con diferentes niveles de desempeño.

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. C. Ángel Felipe Jevey Vázquez

Dr. C. José Ignacio Reyes González

Centro de procedencia: Centro de Estudios Pedagógicos

Universidad Pedagógica "Pepito Tey", Las Tunas, Cuba

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