La epigenesis y el sistema de la recompensa en el cerebro en las adicciones
Enviado por Felix Larocca
- Explicación de este fenómeno vía la noción de la adaptación darvinista y el entendimiento de la ciencia epigenética
- Los mecanismos que explican de cómo sustancias y actividades placenteras se abusan y se convierten en adicciones
- En breve, revisemos la importancia del núcleo accumbens, parte del cuerpo estriado, como ya hemos estudiado en otras lecciones
- Aplicaciones al entendimiento de esta tesis
- El rol del hipotálamo
- Estructuras cerebrales subsidiarias que participan en el proceso de la recompensa
- La dopamina
- GABA
- Los opiatos endógenos: las encefalinas y endorfinas
- Centros de acción de las drogas de abuso
- Las implicaciones terapéuticas del entendimiento de las actividades del sistema de la recompensa cerebral
- En resumen
- Bibliografía
"Cuando muera, quiero que se diga de mí que soy la mujer más flaca que yace en el cementerio…" (Linda, paciente bulímica, nativa de Kentucky) en FEFL RUMINATION: ITS SIGNIFICANCE IN ADULTS WITH BULIMIA NERVOSA Psychosomatics
¿Por qué razón el uso de ciertas sustancias y actividades que proporcionan placer resultan, en algunos individuos, en el abuso o en la adicción a las mismas? y ¿Por cuáles mecanismos, tales las sustancias, causan la dependencia?
Centro de recompensas cerebral
La causa de este fenómeno se comprende mejor si se entienden los mecanismos que rigen la epigénesis, donde claramente, pulsiones instintivas encuentran su expresión sin cambios en la estructura del ADN.
Las respuestas a estas preguntas, hasta donde el estado actual de nuestros conocimientos nos permite, está comprendida asimismo en las actividades fisiológicas de un mecanismo cerebral que, cuando estimulado por drogas u otras acciones que alteran la mente, despiertan el placer inmediato, y últimamente — si se practican, reforzando la sensación de regodeo — resultan en la adicción.
Los conocimientos que la epigénesis y su estudio nos prometen albergan portentos enormes
Este mecanismo de gratificación, constituido por estructuras de los sistemas nerviosos centrales, actuando en sincronía con los mecanismos de ciertos neurotransmisores endógenos, se ha designado como el "sistema de la recompensa cerebral". Sistema, que se supone evolucionara como medida de adaptación, para promover actividades que son esenciales para la supervivencia de nuestra especie y las de otros animales.
Cerebro humano
Explicación de este fenómeno vía la noción de la adaptación darvinista y el entendimiento de la ciencia epigenética
Una posible comparación existe, desde el punto de vista de la teoría de Darwin, entre el mecanismo sugerido del abuso de las sustancias con la actividad de ciertos virus. Algunos agentes infecciosos (como hemos visto en otros artículos) se han adaptado para poder entrar en las células de ciertos animales, donde se alojan, penetrándolas. Y más adelante, usando los mecanismos vitales, que en las células existen, los explotan para replicarse, controlando sus funciones y, últimamente, terminan secuestrando sus comportamientos para promover su propia supervivencia.
A medida que los microorganismos invasores infectan un mayor número de células, controlándolas, el cuerpo afectado, finalmente sucumbe, siendo despojado por los organismos patógenos.
De modo similar, las sustancias que nos causan placer y que pueden volverse adictivas, se "aprovechan" de los sujetos donde se alojan de manera afín. Y tal como hacen los virus cuando éstos se apoderan de un huésped, las drogas o sustancias de placer, finalmente controlan totalmente el individuo afectado — sojuzgando psiquis y soma.
En otras palabras que las drogas y elementos recreativos de abuso, siguiendo el ejemplo de los microbios, se apoderan de las funciones celulares del encéfalo humano resultando en modificaciones de comportamiento. Estas sustancias, como en otras lecciones hemos vistos operando en algunos gérmenes, maniobran sus actividades para lograr acceso, directa o indirectamente, del sistema de recompensa de este último órgano para asegurar que su uso sea continuado.
Y, del mismo modo que la supervivencia de toda célula depende en la integridad de sus mecanismos inmunes para su defensa, asimismo resulta que la supervivencia de todo organismo depende de la existencia de un sistema de recompensas eficiente.
Reiteramos que: las sustancias y actividades de abuso, siempre placenteras, a pesar de ser nocivas para el organismo, logran apoderarse de centros del cerebro, por medio del placer, para asegurar el hábito mantenido de las mismas.
Dependiente de muchos factores y de las propias características genéticas algunas personas tienden a ser más propensas a las adicciones que otras, como asimismo algunas personas son más susceptibles al ataque por patógenos que las demás.
Ciertos microbios son tan ubicuos, quiescentes, u ocurren con tanta frecuencia que casi todos estamos expuestos a ellos sin dificultades asociadas. Entonces, solamente aquellas personas quienes heredan inmunodeficiencias en sus genes o que están debilitados por alguna razón son las susceptibles a caer víctimas de sus ataques.
De manera similar, individuos que adquieren predisposiciones hereditarias pueden ser más vulnerables a cualquier forma de dependencia química o vicio.
Los mecanismos que explican de cómo sustancias y actividades placenteras se abusan y se convierten en adicciones
Como antes dijéramos, las actividades hedonistas y las sustancias de abuso afectan el cerebro a través del acceso provisto por el sistema de la recompensa, el cual está constituido por neuronas que descargan sustancias químicas, o neurotransmisores, cuando son estimuladas.
Esta estimulación resulta en la sensación subjetiva de deleite. Lo que confirma la teoría de que este sistema evolucionó para promover actividades que soportan la supervivencia de las especies, como son las conductas humanas heterosexuales y las de la alimentación.
Posición del núcleo accumbens
Obviamente, acciones que activan el sistema de la recompensa se asocian con sentimientos de goce marcado. Por ejemplo, el coito sexual estimula la descarga de agentes químicos que producen esa sensación de bienestar tan deleitable e imprescindible, llamada el orgasmo, para la reproducción en nuestro género — de no ser así, se estima que muy pocas mujeres saldrían embarazadas si no fuera por la esperanza de experimentar un placer que puede que sea inalcanzable para algunas.
Entonces, conjeturamos, que este sistema de gratificación, sirve el propósito de la supervivencia de ciertas especies por medio de la recompensa y refuerzo de comportamientos necesarios para la persistencia de las mismas.
Reiteramos que las drogas y las actividades de abuso estimulan el cerebro en su sistema de la recompensa produciendo los elementos necesarios para que quienes las practican experimenten sensaciones de éxtasis o "high", cuando en éstas se abandonan. Pero, cuando sustancias de abuso se usan repetidamente, éstas pueden secuestrar el sistema de la recompensa cerebral excluyendo todas otras actividades, incluso las adaptivas. De esta manera tan simple, las adicciones pueden explicarse como el efecto de las drogas en este sistema común, en el cual el uso de las substancias estimulantes provoca adicionalmente el uso repetitivo y la búsqueda de las mismas.
Cerebro adicto
Las estructuras básicas del sistema de recompensas del cerebro están localizadas en el sistema límbico, como hemos visto en otras lecciones.
Esencialmente se ha establecido que las funciones del sistema límbico son las de monitorear la homeostasis interna, mediar memorias, participar en el aprendizaje, y modular emociones.
Este sistema, que, asimismo, controla aspectos importantes del comportamiento sexual, también lo hace con la motivación y con las actividades involucradas en los dinamismos del comer.
Los núcleos básicos componentes de este sistema incluyen el hipotálamo, la amígdala, el hipocampo, los núcleos del septo y el giro cingulado anterior. De importancia singular en estos mecanismos son el núcleo accumbens, el núcleo caudado ventral, y el putamen.
En breve, revisemos la importancia del núcleo accumbens, parte del cuerpo estriado, como ya hemos estudiado en otras lecciones
El núcleo accumbens es un grupo de neuronas del encéfalo, localizadas en el lugar donde el núcleo caudado y la porción anterior del putamen confluyen lateralmente con respecto al septum pellucidum. Este núcleo se puede dividir en dos estructuras: la zona central y la corteza. Estas distribuciones tienen diferente morfología y función. El núcleo accumbens y el bulbo olfatorio forman colectivamente la parte ventral del cuerpo estriado, que a su vez forma parte de los ganglios basales. Se piensa que este núcleo juega un papel importante en la recompensa, la risa, el placer, la adicción y la aversión.
Hipotálamo
El grupo principal de neuronas que se encuentran en el núcleo accumbens son las neuronas de proyección espinosa media. El neurotransmisor producido por esas neuronas es el GABA (ácido gama aminobutírico), que es uno de los principales inhibidores del sistema nervioso central. Estas células especializadas además constituyen las de mayor actividad del nucleus accumbens. Aunque este último tipo celular constituye el 95% de las células en este núcleo, también se pueden encontrar otras como las interneuronas colinérgicas, grandes, no espinosas.
Las neuronas eferentes del núcleo accumbens proyectan sus axones hacia sus análogas de la parte ventral del globus pallidus (interior pálido del núcleo lenticular). Éste a su vez proyecta conexiones hacia el núcleo medio dorsal del núcleo dorsal del tálamo, y hacia la corteza prefrontal. Entre otras ramificaciones del núcleo accumbens se incluyen las conexiones con la substancia nigra y la formación pontina reticular. Las principales aferencias del núcleo accumbens son las cortezas pre frontales asociativas, la amígdala, y las neuronas dopaminérgicas localizadas en el área ventral tegmental, que se conectan a través de la vía mesolímbica. Así pues se describe frecuentemente al núcleo accumbens como parte del eje córtico-estriado-tálamo-cortical.
Se piensa que los impulsos dopaminérgicos del área ventral tegmental modulan la actividad de las neuronas del núcleo accumbens. Estas terminales dopaminérgicas provenientes del área ventral tegmental son el sitio de acción de drogas altamente adictivas como la cocaína y la anfetamina, las cuales provocan un aumento en la liberación de dopamina en el núcleo accumbens. Además de la cocaína y la anfetamina, se ha visto que casi todas las drogas de uso recreativo (heroína, morfina, nicotina) son capaces de incrementar, por diversos mecanismos, los niveles de dopamina en el núcleo accumbens.
Auto-estimulación experimental
Aplicaciones al entendimiento de esta tesis
En los años 50s Olds y Milner implantaron electrodos en el área septal de unas ratas y encontraron que éstas elegían presionar la palanca que las estimulaba en lugar de la que les proporcionaba alimento. Demostrando que esta preferencia era superior a la necesidad de comer o beber. Esto estableció que ésta área es donde reside el "centro del placer" del cerebro.
Aunque se ha estudiado tradicionalmente el nucleus accumbens por su papel en la adicción, esta estructura desempeña un rol similar en otras actividades placenteras como son los de la alimentación, el sexo y los videojuegos. Un estudio reciente encontró que está implicado en las emociones inducidas por la música, quizás en consecuencia de su papel mediador de la liberación de la dopamina.
Además de las estructuras ya descritas, otros sistemas adicionales poseen una influencia en el sistema de recompensas cerebral. El sistema endocrino y el sistema nervioso autonómico interaccionan con éste vía el hipotálamo y la glándula pituitaria. Estas últimas estructuras modulan igualmente el sistema de recompensa.
El rol del hipotálamo
El hipotálamo está involucrado en todos los aspectos de las funciones endocrinas, viscerales, y funciones autonómicas; como asimismo interviene en las actividades de comer, la sexual, la de la evasión, y la del placer.
Por este medio, los estímulos del entorno pueden afectar el cerebro por medio de este eje neuroendocrino.
¿Qué sucede cuando se excita eléctricamente el sistema de recompensa cerebral?
Entonces, tenemos que, en el laboratorio, si un electrodo se implanta en una estructura perteneciente al sistema de la recompensa, que, si la estimulación provocada resulta ser placentera — que, a continuación la auto-estimulación recreativa sigue como corolario.
En modelos de adicción, animales hambrientos, bajo la influencia del placer despertado demuestran una predilección por la estimulación auto-inducida, ignorando comida y agua hasta el punto de la muerte.
Este paradigma experimental explica cómo las drogas de abuso o experiencias placenteras pueden apropiarse de este sistema, volviéndose más gratificantes que los mismos comportamientos que la evolución les indicó que reforzara.
Estructuras cerebrales subsidiarias que participan en el proceso de la recompensa
Existen otras estructuras que participan en las actividades del sistema de recompensa cerebral. La más importante entre ellas es el sistema de activación reticular (SAR).
Sito en el tronco cerebral, el SAR controla la atención y la excitación, provenientes del entorno, distribuyéndolas a varias regiones del encéfalo para mediar la producción de respuestas de índoles motivacionales y emocionales. En conjunto con el SAR, el sistema de la recompensa interactúa con los ganglios basales y el cerebelo para monitorear y modificar las actividades motrices.
Todas las actividades descritas son de complejidad extraordinaria y dependen de la función del hipotálamo, cuyas actividades continuaremos estudiando de inmediato.
El hipotálamo es centro de control del sistema nervioso autonómico, actuando como un circuito integrador entre los sistemas endocrino y nervioso.
Sinapsis
Los componentes hipotalámicos monitorean los nutrientes contenidos en la sangre tanto como lo hacen con las actividades de otros sistemas para mantener la homeostasis. Este sistema igualmente promueve comportamientos adaptivos como son la obtención de agua, y la actividad sexual. Por medio de la glándula pituitaria, el mismo mecanismo, facilita la producción de hormonas que interactúan con el sistema de recompensa.
En consecuencia, el hipotálamo establece y controla los nexos que existen entre los estímulos del medio ambiente y el sistema de recompensa como si fuera el director de una filarmónica.
A continuación estudiaremos los mecanismos responsables por el relapso de quienes abusan sustancias u otras actividades placenteras cuando el estrés interviene
La razón del relapso reside en los dinamismos neurofisiológicos del cerebro y de la interacción de este órgano con los estímulos del entorno. Tales conexiones entre el sistema hipotalámico-hipofisario y el sistema de la recompensa se han establecido por medio de la experimentación. Por ejemplo, los nexos entre los estímulos estresantes provenientes del entorno aumentan la auto-administración de drogas y el consumo de ciertas comidas, lo que corrobora que los factores del entorno son de la mayor importancia en las recaídas.
Serotonina en el cerebro
Cuando drogas de abuso incitan el sistema de la recompensa, los comportamientos que conducen a la búsqueda de drogas asimismo se intensifican.
Ahora dirigimos nuestra atención a la fisiología molecular del sistema de la recompensa
El neurotransmisor principal del sistema de la recompensa es la dopamina. Y, a pesar de que sustancias de abuso pueden actuar usando mecanismos diferentes y en varias localizaciones fuera de este sistema, todas convergen en un factor común: que todas elevan los niveles de la dopamina en el sistema de recompensa cerebral.
La dopamina
Las sustancias de abuso son reconocidas por sus efectos en el incremento de los neurotransmisores en el sistema de recompensa. Por consecuencia, puede ser dicho, en términos generales, que fármacos que no se abusan carecen de efectos en las concentraciones cerebrales de dopamina.
Los mecanismos mejor conocidos que contribuyen al incremento de este neurotransmisor incluyen el bloqueo de la reabsorción de la misma y la estimulación de su liberación.
Es cierto que, aunque el aumento de los niveles de la dopamina en el sistema de recompensa del cerebro, se considera como la ruta final de las propiedades reforzadoras de las drogas, se ha establecido que otros neurotransmisores están igualmente involucrados. Por ejemplo, la serotonina está íntimamente relacionada con la modulación de factores de motivación y con la cantidad de esfuerzos que un individuo está dispuesto a realizar para obtener cualquier droga.
Opiatos endógenos
GABA
Éste es otro neurotransmisor envuelto en la modulación de los sistemas de modulación de la dopamina del sistema de recompensa cerebral es el GABA. Éste agente inhibidor está localizado de manera difusa en el cerebro. Drogas de abuso actúan en los receptores del GABA para híper-polarizar las neuronas. Cuando una neurona se híper-polariza, ésta se inhibe en sus actividades, resultando en la desinhibición de las neuronas que contienen dopamina haciendo que las mismas descarguen de manera más rápida, de ese modo terminan emitiendo mayores cantidades de esta sustancia en el sistema de recompensa — lo que incrementa los sentimientos de éctasis y euforia en el individuo.
Los efectos ulteriores de la inhibición de los sistemas GABA difusos son la reducción de la ansiedad, la desinhibición del comportamiento, la sedación y la euforia.
Los opiatos endógenos: las encefalinas y endorfinas
De igual modo que las estructuras del sistema de recompense del cerebro estimulan comportamientos adaptivos como resultan ser la procuración de comida y la oportunidad de tener relaciones sexuales, proteínas endógenas conocidas como las endorfinas asimismo motivan muchas conductas. Las endorfinas se unen a los mismos receptores a que se adhieren los opiatos exógenos. Por mecanismos idénticos ambos incrementan los niveles de dopamina existentes en el sistema de la recompensa cerebral.
Centros de acción de las drogas de abuso
Se entiende que drogas de abuso actúan de modo específico en ciertas partes del cerebro.
El núcleo accumbens (NA) es el lugar primario de acción de las anfetaminas, la cocaína, los opiatos, el THC, la fenciclidina, la ketamina y la nicotina. Mientras que los opiatos, el alcohol, los barbitúricos y las benzodiacepinas estimulan neuronas en el área tegmental ventral (ATV). Pero, el pasaje final de acción para la mayoría de las drogas recreacionales es la que provee el sistema de recompensa incrementando producción de la dopamina.
Veamos el comportamiento de otras sustancias
El alcohol
En breve, el alcohol se sabe que excita neuronas dopaminérgicas en el ATV en conjunto con las del NA.
Otros neurotransmisores, además de la dopamina, están involucrados en la dependencia del alcohol, como asimismo actúan otros reforzadores como son la comida, el azúcar, el agua y algunas drogas de abuso.
Los opiatos
Estas son sustancias que influyen en los niveles de dopamina cerebral de manera indirecta inhibiendo las neuronas GABA en el ATV, resultando en descargas más abundantes de dopamina.
Cocaína en el cerebro
Los estimulantes
Sustancias tales como son la cocaína, las anfetaminas y la nicotina, todas estimulan el sistema de recompensa a través de mecanismos un poco diferentes a los descritos, asimismo aumentando la dopamina existente pero en cantidades menores. Además de esto, sabemos que las rutas de administración utilizadas influyen en la intensidad de los efectos obtenidos con las drogas. La vía intravenosa y la transpulmonar (fumando) son más eficientes que la nasal ("snorting") y la oral.
La cocaína
Esta droga, como lo hacen las otras drogas de abuso, aumenta los niveles de dopamina en el sistema de la recompensa.
Este aumento de dopamina es dependiente en la dosis de cocaína ya que tiende a acumularse en las áreas receptoras. De hecho, los adictos a la cocaína describen su experiencia como "hambre", "deleite" o "éxtasis sexual".
Se reconoce que los efectos de la cocaína sobre-controlan otros refuerzos gratificantes: dinero, seguridad, el amor por los seres más queridos, la moralidad y aún la supervivencia pueden tornarse de menor importancia al adicto que la obligación de obtener la droga.
Los efectos primarios de la cocaína son resultado de la habilidad de esta sustancia para prevenir la reabsorción de la dopamina al nivel de la sinapsis, de esta manera aumentando su presencia en el sistema de la recompensa.
Peter Brueghel La caída de Ícaro
Las anfetaminas
Asimismo estimulan el sistema de la recompensa por aumento de las concentraciones de dopamina. Las anfetaminas actúan disminuyendo la reabsorción de la dopamina, mientras que a la vez, provocan la descarga de este neurotransmisor.
La nicotina
Se cree que esta sustancia, de tanto uso por todo el mundo, afecta el sistema de la recompensa incrementando las concentraciones de dopamina por vía de su interacción con receptores nicotínicos y acetilcolínicos que se han demostrado que imitan el neurotransmisor acetilcolínico endógeno.
La acción principal de la nicotina se efectúa a nivel del NA.
La cafeína
La cafeína es la sustancia psicoactiva de mayor uso en el mundo. Su acción interfiere con la actividad inhibidora de la adenosina (véanse mis ponencias al respecto).
El bebedor de absintio por Víctor Oliva
Las implicaciones terapéuticas del entendimiento de las actividades del sistema de la recompensa cerebral
Operando por medio de mecanismos variados, las drogas y sustancias de abuso poseen un derrotero común en el cerebro por medio del cual éstas aumentan las concentraciones de dopamina en las estructuras básicas del llamado "sistema de la recompensa cerebral". En este sistema, un balance humoral existe entre los efectos de una droga y los sentimientos placenteros asociados con la estimulación del centro de la recompensa cerebral determinando si un individuo disfrutará del uso continuado de la sustancia psicoactiva o no. Lo que nos traslada al desarrollo de estrategias para interrumpir su abuso
El tratamiento farmacológico de las adicciones
El mayor interés se ha dirigido a métodos farmacológicos para tratar las adicciones, pero los resultados obtenidos han sido variables. Todos éstos métodos se basan en tratar de modificar las funciones del sistema de la recompensa cerebral, mientras que su enfoque se concentra en la prevención de los relapsos — técnica que nosotros aplicamos a nuestros sistemas para tratar las disorexias, o enfermedades del comer.
Para el control de las adicciones los sistemas de intervención farmacológica se concentran en tres procedimientos: la creación química y artificialmente inducida de aversión en los pacientes hacia ciertas drogas — lo que logran, o acoplando aversión a las sustancias indeseadas con el uso de los agentes repelentes, o modificando la actividad de los neurotransmisores para limitar la ingestión de las drogas o, finalmente, por sustitución a largo plazo con otro fármaco de acción similar, pero de potencia menos adictiva.
Neurona
Condicionamiento por aversión
La más conocida de las drogas usadas para el tratamiento del alcoholismo es el disulfiram (Antabuse) — aunque otras existen, cuyas aplicaciones están fuera del ámbito de esta comunicación.
Manipulación de neurotransmisores
El uso de drogas antagonistas o de drogas que bloquean los efectos adictivos de las drogas abusadas en el sistema de recompensas dopamínico
Estos métodos hasta la fecha, no han demostrado mucha eficacia en el ser humano.
Sustitución farmacológica
Por medio de la sustitución de una sustancia adictiva por otra que sea menos adictiva, se puede lograr una reducción en la tendencia a las recaídas de las adicciones. La metadona es la droga modelo en este método seguida por los tradicionales técnicas de reemplazo de la nicotina.
Adicción al internet
En resumen
En los últimos años y desde que avanzaran las ciencias de la fisiología molecular y de las neurociencias, los campos de las dependencias y de las adicciones se han expandido enormemente.
Hoy, consideramos que los seres humanos modernos, habitantes del planeta tierra y beneficiarios de los avances más espectaculares de todas las ciencias, han, asimismo caído víctimas del hibris de Ícaro.
Teniendo acceso a mayores oportunidades de vivir vidas más luengas y abarrotadas de posesiones y de placeres; el consumo de ostentación (famosa frase que Thorstein Veblen acuñara) nos conduce a que hagamos un máximo esfuerzo a tratar de lograr todos los placeres que nos sean disponibles.
El sistema de la recompensa del cerebro, con todos sus mecanismos que nos aseguraban la supervivencia cuando existiéramos como individuos semi-salvajes, hoy ha sido secuestrado y puesto al servicio de mecanismos que son meramente hedonistas.
No sólo existen las drogas, cuyos efectos físicos actúan directamente en el cerebro sino que también tenemos actividades como son la pasividad de ver la televisión en lugar de ejercitarnos, por muchos asociados con la obesidad. Asimismo gozamos de los juegos de galería, el internet, la pornografía y otros comportamientos de mayor complejidad como hemos descrito en el estudio de los aspectos adictivos de algunas formas y variedades de las disorexias.
Consumo de ostentación
Prosiguiendo en este modo de conceptualizar un problema de magnitud progresiva, ya visto en otras lecciones, entendemos que un sinnúmero de actividades tan dispares como son las relaciones interpersonales, hasta las conversaciones interminables en los teléfonos celulares se pueden considerar adictivas, ya que comparten algunas de las características que poseen las dependencias a las drogas y a la comida — esta última cuando actúa como vehículo del placer y no para el de la supervivencia necesariamente.
A medida que los mecanismos que afectan el sistema de recompensa son mejor entendidos, las aplicaciones de estos conocimientos pueden expandirse a investigar el desarrollo de nuevas terapias que modifiquen los comportamientos y los agentes que lo impactan.
Por razones obvias, puede anticiparse que estas técnicas futuras podrán encontrar aplicaciones en el tratamiento de las enfermedades del comer, donde, a menudo el placer deriva de actitudes que, a la gran mayoría resultarían repugnantes y a otros, claramente detestables, como sería el hambre estoica, que gozan con deleite ostensible, muchas víctimas de la anorexia nervosa. O el placer de la rumia en la boca de que Linda gozara hasta la misma muerte. (Véase mi artículo, La Bulimia Centrante).
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Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca