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Las drogadependencias en la cultura

Enviado por drsirio_abogados


    Las drogadependencias en la cultura

    1. La condición post-moderna de la subjetividad
    2. Aproximación a la lógica del consumo
    3. La función tóxica
    4. Drogadependencias a fines de la modernidad
    5. La tenencia de drogas para uso personal
    6. Sobre la legalización de la droga

    1- Introducción

    "…Hace mucho el opio había dejado de dominar por el hechizo de su placer; solo la tortura vinculada al intento de abjurar de él permitía que siguiese dominando. Pero como también cabría pensar que no abjurar de tal tirano comportaba igualmente otras torturas, sólo quedaba optar entre males distintos, y se podía elegir perfectamente aquel que, por terrible que fuese, ofreciese una perspectiva de recuperar al cabo la felicidad" Thomas de Quincey – 1821

    Pensar las drogadependencias como problemática del sujeto y la cultura significa en primer lugar producir una ruptura con la difundida concepción que las sitúa como problemática de la droga.

    Corriéndonos de situar en el objeto el eje de la problemática, conceptuar a la droga como causa, esta revista se propone intentar develar las implicancias subjetivas y culturales del consumo y la adicción a las drogas.

    En primer lugar abordaremos la lógica de consumo y la segregación en los tiempos de la posmodernidad situando al sujeto adicto en esa particular entrecruzada asechado por el colmamiento y la segregación, y a la droga como mercancía.

    El discurso jurídico analizará nuestra legislación vigente en la materia, la ley 23.737 y los efectos de penalizar una conducta individual, la tenencia de drogas para consumo personal. Las políticas sanitarias públicas que se emplean muchas veces contribuyen a alejar al adicto del sistema de salud.

    En segundo lugar abordaremos los aspectos subjetivos; fundamentaremos porqué no se puede reducir el sujeto a su sistema nervioso central, se investigará la relación de Freud con la cocaína como punto de encuentro con el psicoanálisis, y la relación del bebedor con el alcohol tal como la planteó Freud en 1912 cuando hacía referencia a dicho lazo como prototipo de un matrimonio dichoso. Se trabajarán también los aspectos subjetivos de la infección por HIV/SIDA.

    En la tercera parte sobre la clínica de los drogadependientes se da cuenta de los fundamentos de los modos de abordaje del goce toxicómano.

    La clínica del psicoanálisis, la clínica médica, la clínica de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana.

    En la clínica psicoanalítica se estudian las problemáticas clínicas como las dificultades para instalar la relación transferencial y la transferencia del adicto al "dealer", su rechazo de los ideales,y la abstinencia del analista y la posibilidad de hacer un movimiento de la adicción a la estructura.

    En la clínica médica se estudia también la alta incidencia del HIV en los drogadependientes y las particularidades de cómo ellos confrontan al médico con el dolor de existir, interpelándolo en su acto.

    Por último, la cuarta parte acerca de lo llamará "intervenciones psi" plantea los devaneos de las políticas de salud y las modalidades de intervención.

    ¿Qué prevenir?, ¿Cómo prevenir?. Sé reformulará el concepto de prevención relacionándolo no ya con la droga sino con la cultura y la subjetividad.

    Se planteará la prevención secundaria en drogadependencias y se analizará el modelo de reducción de daños que consiste en intentar disminuir los males que el consumo o la adicción provocan: criminalización, infecciones, HIV/SIDA; en oposición al modelo de abstinencia cuyo objetivo y condición es que el sujeto deje la droga.

    "El presente trabajo es una síntesis del 1º Congreso Interdisciplinario de Drogadependencias organizado en la Universidad Nacional de Rosario en conjunto con el Centro Regional de Salud Mental "Agudo Avila" de la misma ciudad, a fines de Agosto del año 1995.

    2- La condición postmoderna de la subjetividad

    "Hay una enorme distancia entre las expectativas y la experiencia. Las expectativas están imbuidas de contingencia, aunque lo que experimentamos sean las duras realidades de la vida, la limitación actual de nuestras posibilidades. La fatídica e insalvable discrepancia entre expectativa y experiencia es una fuente constante de insatisfacción y descontento" A. Héller (Políticas de la Postmodernidad, 1989).

    "En la Modernidad, dice Koselleck, el tiempo mismo se convirtió en una pretensión de legitimación utilizable universalmente"…"Ya no eran posibles conceptos de legitimación especiales sin una perspectiva temporal".

    "Conceptos tradicionales de organización que delimitaban situaciones como ‘república’ o ‘democracia’, se convirtieron en conceptos de movimiento – ‘republicanismo’ , ‘democratismo’ – que enriquecidos desde la filosofía de la historia, obligaban a intervenir en la vida política cotidiana.

    La temporalización, sin embargo, no sólo transformó los antiguos conceptos de organización social, sino que también ayudó a crear otros nuevos (por ej. – ‘Liberalismo’, ‘comunismo’) , encontrados todos su denominador en el sufijo – "ismo". (Koselleck, 1993).

    En la actualidad, el impulso estos conceptos modernos de movimiento parece haberse detenido, modificando no sólo las condiciones de la inteligibilidad del social sino también sus estrategias clásicas de legitimación.

    Tanto la "experiencia", entendida como "un pasado presente, cuyos acontecimientos han sido incorporados y pueden ser recordados", así como la "expectativa", entendida como "un futuro hecho presente, apunta a lo no experimentado, a lo que solo se puede descubrir".

    3- Aproximación a la lógica del consumo a la luz de la posmodernidad

    "El opio agranda lo que no tiene límites, prolonga lo ilimitado, profundiza el tiempo, excava la voluptuosidad, y de placeres negros y tristes llena el alma más allá de su capacidad" Ch. Baudelaire, ‘El veneno’

    Que lo posmoderno ha sucedido a la modernidad es una afirmación que por verdadera no resuelve los interrogantes que tal sucesión engendra.

    Visto lo que ha sucedido en los últimos dos siglos no es difícil concluir que el ideal moderno está en declinación, en decadencia. "Ni el liberalismo, económicos o políticos, ni los diversos marxismos salen incólumes de estos dos siglos sangrientos; ninguno de ellos está libre de la acusación de haber cometido crímenes de lesa humanidad". J.F.Lyotard.

    ¿Cuál es la idea de progreso de la humanidad, la idea de emancipación, que podría explicar el campo de concentración, que podría explicar el nazismo, el macartismo, el chauvinismo, el fundamentalismo?.

    ¿Cuál es la idea de progreso que anida en estos ismos si no es que se trata del progreso de lo peor, de lo que rompe los lazos y propaga malestar, de eso a lo que bien podríamos llamar el proyecto del mal?

    Es interesante subrayar, entonces, que lo que está en declinación es el ideal moderno pero no el proyecto de modernidad, es más, nos aventuramos a pensar que la posmodernidad no consiste en otra cosa que en llevar el proyecto de la modernidad hasta sus últimas consecuencias pero despojado de todo ideal "humanístico", lo cual trae aparejado cambios culturales dignos de destacar.

    "La toxicomanía en el discurso capitalista (El sujeto frente a los productos del discurso)": "Esto da perfectamente cuenta de la mecánica del consumo en el capitalismo que instaura un régimen del todo vale a partir del momento que toma lugar en el circuito ya sea que se trate de objetos como de hombres…" B. Lecouer

    Si el sujeto de la posmodernidad se encuentra acechado por el colmamiento y la segregación, por dioses oscuros, es esto mismo lo que le otorga al discurso del psicoanálisis su eficacia que deberá prodigar a aquellos que estén dispuestos a interrogar su modalidad de goce, su sufrimiento.

    4- La función tóxica

    "La droga, en tanto hoy es objeto de la técnica, no es ajena al funcionamiento del mercado y la lógica de su circulación está inserta en las leyes de regulación" E. Sinatra

    "El plan de la creación no incluye que el hombre sea feliz"; este aserto lo llevará a concluir que no hay felicidad, si no-satisfacción, y que el sentido de la vida encuentra su consistencia en la evitación del sufrimiento más que en la búsqueda del placer.

    Hoy la red Internet universaliza el mercado de los consumidores por las autopistas de la informática a un ritmo de vértigo. La circulación libre de informaciones científicas se cruza con intercambios de materiales pornográficos, con ventas de armas cada vez más sofisticadas y con la no menos libre y variada comercialización de drogas. La Biblia con el calefón se ofrecen en los escaparates de la modernidad. Una moral cínica es esgrimida desde los circuitos de poder para intentar justificar por medios estadísticos las diferencias cada vez más acuciantes entre ricos y pobres, al par que esos mismos estados tampoco están en condiciones de resolver las consecuencias tecnológicas de la libertad informática.

    Desde esta perspectiva la toxicomanía consiste en la categoría moderna que colectiviza a todos aquellos individuos que son supuestos a obtener una satisfacción a partir de una relación a una sustancia de su elección. Los toxicómanos presuponen un ser a partir del producto que consumen. Desde el discurso del poder se los nombra de ese modo y con ese nombre responden, luego se los aísla para tratarlos: centros asistenciales o carcelarios.

    Para el Psicoanálisis no puede tratarse de un problema moral al que habría que responder por sí o por no. Los psicólogos no atienden toxicómanos y alcohólicos, se enfrenta con la particular relación de un sujeto con una sustancia de la que intenta extraer una satisfacción. La relación de un sujeto con una sustancia puede responder a diferentes problemas, los que podrán – retroactivamente – deducirse de la estructura clínica en particular. Tampoco constituir una estructura creada por el Estado, la que responde a otros problemas: el mantenimiento del orden social.

    Si la droga y/o el alcohol constituyen una respuesta con la que algunos sujetos taponaron la pregunta por el deseo del Otro, se tratará de ofrecerles un lugar donde esa pregunta pueda llegar a formularse.

    5- Drogadependencias a fines de la modernidad

    "La adicción es también una forma sucedánea de establecer pequeños vínculos sociales alrededor del nombre droga, esto sucede porque están faltando los proyectos alternativos, esta faltando el proyecto constitutivo, esta faltando el proyecto personal que se inserta en lo constitutivo".A.Calabrese

    Una actualización permanente nos demuestra que el adicto es nada más y nada menos que una producción de la época que le toca vivir,

    Hace 20 años atrás teníamos un adicto que por sus características ejercía la capacidad de contestatario social, que se ponía en un panorama de enfrentamientos a quién lo observaba desde la categoría de instructor, juez, médico, psicólogo o lo que fuere. Él afrontaba esas secuencias sociales, esas caras del dominio social diciendo "Bueno, yo me lo tomo todo y a la vez estoy demostrando lo que soy frente a ustedes". Esta característica del enfrentamiento es o creemos, la que hoy se ha perdido.

    Cuando un adicto consume no está consumiendo solamente la droga – objeto de su deseo más o menos concretado, nunca satisfecho – sino que está incorporando una sustancia. Esta sustancia tiene, desde que se ha transparentado la situación de la droga como mercancía, valor de uso y de cambio.

    De las drogas, más allá de su catálogo biológico: estimulantes, depresiva o alucinógena, lo que importa es cuál es su significado en el contexto social y qué pone el que las consume sobre ellas, creyendo que con eso lo obtiene.

    Unos las buscarán para potenciarse intelectualmente, otros laboralmente, otros creativamente, otros sexualmente, etc. Lo que quieran poner en ella.

    El discurso oficial sigue diciendo que quien consume drogas es el malo de los malos; la prueba es que sólo en esta temática se logra que alguien sea castigado por el consumo u obligado a un tratamiento por el mismo (cosa que no se logra con ningún otro delito). Esta supuesta maldad desde cierto lugar social, todavía hace que el atractivo sea mayor.

    Paradójicamente, del mismo discurso oficial de donde sale la condena y las leyes consecuentes, de ese mismo lugar salen figuras que la consumen, la trafican y la usan como valorización de los lugares de poder, y que pueden pasar de un lugar a otros sin sanción.

    Esta paradoja llega al consumidor y aún a la calle con doble mensaje, el doble mensaje es: por un lado esta mercancía es la Mercancía, por el otro algunos la pueden manejar sin castigo y a otros no solamente se los castiga sino que hasta se los trata para que no vuelvan a hacerlo nunca más.

    No nos olvidemos que el mismo país que nos enseño que solamente había que decirle "No a las drogas", como si todos los atractivos se pudieran suprimir con el "Dígale no"hizo dos operaciones clandestinas que se financiaron con la droga. Era el mismo país que recitaba "Dígale no a la Droga" o sea: dígale no cuando le conviene, dígale sí cuando le viene útil.

    Este "Dígale Sí", "Dígale No" está incorporado en el imaginario social sobre todo de los jóvenes que saben que este discurso es falso.

    Contrariamente a lo que es una tarjeta de crédito, las drogas se obtienen sin necesidad de presentaciones, avales, certificados y garantías. Se pueden traficar sin nada de todo eso y se pueden obtener ganancias mayores sin ningún tipo de capitalización previa.

    Por supuesto esto significa una cadena de retenciones, de esclavitudes inconscientes que van atrapando poco a poco al individuo hasta llevarlo a complicaciones mayores, por supuesto esto es lo que no se ve; lo que se ve y funciona como atractivo es que esta mercancía es una de las más fáciles de obtener, comerciar e instalar para seguir un proceso de crecimiento.

    Falta entender que la sociedad no es una sumatoria, una agrupación, un amontonamiento, sino una grupalidad que adquiere sentido y lo transforma justamente en la medida que hay un proyecto que lo conduce.

    Lo contrario de adicto es proyecto.

    En esta modernidad, lo que falta es el proyecto "Yo el que puedo". Si alguien no puede, entre cosas podrá ser un adicto. Los que pueden, los que fundan, los que trascienden difícilmente sean adictos, ahí sí va a aparecer la vida, no como falsa opción: vida o droga.

    6- La tenencia de drogas para uso personal, el castigo penal y su efecto en la epidemia

    "La drogadependencia es una enfermedad y como tal hay que tratarla; en tiempos de SIDA la norma del artículo 16, segundo párrafo, de la ley 23.737 resulta irracional porque no solamente es ineficaz para proteger el bien jurídico SALUD, sino que implica un elemento potenciador de la epidemia, conspirando de ese modo contra su propia finalidad, por lo tanto es inconstitucional al afectar el principio republicano de gobierno". Dr M.E.Vázquez Acuña.

    El artículo 14, en su segundo párrafo, de la ley 23.737, reprime la tenencia de estupefacientes para uso personal. Dicho instrumento legal prevé como reacción punitiva la pena de prisión y medidas de seguridad; establece un sistema vicariante en el cual el juez suspende la ejecución de la pena (Artículo 17) y someter al usador de drogas a una medida curativa por el tiempo necesario para su desintoxicación y rehabilitación; si fracasara dicho tratamiento compulsivo se le aplica la pena y se continúa con el mismo por tiempo indeterminado hasta que se rehabilite. En los supuestos de probador experimental, el artículo 21, de la citada norma legal, autoriza al juez a suspender la pena y a someter al imputado a un programa educativo, pero en caso de fracaso opera la sanción de la pena privativa de libertad.

    Cabe preguntarnos ¿cuál es el bien jurídico que el legislador entendió proteger al sancionar la norma bajo estudio?.

    Al respecto cabe responder que la función atribuida a dicho tipo penal resulta ser la de prevenir ataques a la salud, ya sea individual o pública.

    Ahora bien, la segunda pregunta que corresponde formularse es si en tiempos de SIDA la norma cumple con el objetivo buscado.

    En este sentido Bidart Campos, quien nos habla del principio de razonabilidad, el cual a su juicio deriva del artículo 28 de la Constitución Nacional, afirma que no basta que la ley mande o prohiba una conducta determinada, es necesario que el contenido de esa ley responda a ciertas pautas de valor suficiente. Ello implica considerar si el instrumento legal resulta ser el medio proporcional y razonable para alcanzar tal fin.

    Tanto la ley Nacional de SIDA 23.798 como su decreto reglamentario tienen como finalidad implementar y promover actividades y conductas que sean adecuadas para luchar contra la pandemia. Ello implica, entre otras, impulsar a que la población se acerque a los centros de salud para que sean asesorados sobre los modos de transmisión y prevención de, y la enfermedad principalmente para brindar asistencia profesional a aquellos que la necesiten (arts. 1,4,6 y 8 de la ley; y arts. 1 y 6 del decreto).

    No puede desconocerse que quienes ven criminalizadas sus conductas, nos referimos a los drogadictos, – puesto que por una razón lógica para usar previamente hay que tener – , no se acercarán jamás a las instituciones sanitarias, al representarse seriamente que pueden llegar a ser detenidos e imputados de un delito, es más, intentarán no tomar contacto con alguna agencia oficial. Tampoco que quienes usan o abusan de las drogas (lícitas o ilícitas), suelen practicar actividades riesgosas sin adoptar algún tipo de precaución; y que tal practica constituye uno de los factores con más peso en esta epidemia.

    "Nos preocupa la importancia del uso de drogas inyectables en la expansión de la epidemia del SIDA en la Región Iberoamericana, así como las posturas políticas y las normas jurídicas en relación con el uso de drogas, que han limitado la implementación de medidas eficaces de prevención y control de VIH/SIDA entre usuarios de drogas y sus parejas sexuales".

    Por lo que se recomienda: "Revisar las posturas político-jurídicas relacionadas con el uso de drogas, con el propósito de asegurar y facilitar la implementación de acciones de prevención y control VIH/SIDA entre usuarios de drogas y sus parejas sexuales, dentro del marco del conocimiento del tema y las experiencias nacionales e internacionales"

    7- Sobre la legalización de la droga

    "En la medida que estemos en una economía de mercado tenemos que saber que toda interferencia prohibitiva aumenta el precio de lo prohibido, aumenta la rentabilidad, por ende determina una actividad empresarial para ocupar ese espacio de prohibición. La única manera que podamos eliminar el tóxico será eliminando el mercado mismo". E.R.Zaffaroni.

    La mayoría dominante de la opinión criminológica y fundamentalmente la de EE:UU. sostiene la conveniencia de dar un giro de ciento ochenta grados en la política criminal en materia de tóxicos.

    En la historia contemporánea hay un creciente ámbito de prohibición de tóxicos cuyo liderazgo lo ejercieron los EEUU. Curiosamente uno de los primeros tóxicos prohibidos en esa nación, fue la marihuana, antes que el opio, y luego los otros.

    ¿Porqué primero la marihuana? Porque llega de manos de los mexicanos. Un grupo de puritanos de los EEUU. Donde la virtud está en la abstinencia, contrastaba con los grupos inmigrados que fueron llegando al país del norte.

    Esto sería más o menos anecdótico si estuviéramos hablando de un pequeño agujero de indisciplina, pero lo cierto es que desde fines de la Segunda Guerra Mundial se está produciendo un fenómeno de acumulación de capitales que es algo que no se produce por trabajo sino por valor agregado, por prohibición y no sólo se refiere a los tóxicos sino que se refiere también a evasión fiscal de países centrales, mercados interferidos, tráficos de armas, tóxicos, servicios, producto de especulación financiera, bicicleta a escala internacional.

    Es decir, el monto es inmenso, excede a la imaginación. Si nos ceñimos a tóxicos, se calcula que EEUU. Pierde u$s 40.000.000.000. esto es lo que pagan para que llegue el tóxico al país, entrando en una red de distribución y el consumidor lo compra con un precio que esta cinco o seis veces por encima del valor de importación. Estamos hablando de u$s 300.000.000.000 que entran de nuevo al mercado, porque el asunto del blanqueo y la persecución del blanqueo no es creíble.

     

    Hugo Sirio

    Escobar, provincia de Buenos Aires