La tertulia de Jesús, Pedro y Judas: El pecado y el perdón
Enviado por Dr. Luis Alberto Navarrete Obando
- Introducción
- Desarrollo de la tertulia
- Algunas definiciones
- Conclusiones
- Citas bíblicas
- Bibliografía
Introducción
El presente tema trata de desarrollar qué es el "Pecado[1](1) y qué es el "Perdón[2](2), la "Tertulia[3]realizada entre Jesucristo, Pedro y Judas Iscariote, casualmente trata sobre ello, es una conversación que sostienen ellos, sobre los 2 temas antes citados, a través de una "Tertulia"; es decir, analizando cada uno de ellos.
De acuerdo con el Nuevo Testamento, y la tradición del cristianismo, existe una naturaleza pecaminosa en el ser humano, heredada de la primera transgresión de Adán ("pecado original"[4]) (3). Esta naturaleza pecaminosa del Hombre afecta tanto sus actos como sus pensamientos, y no se puede superar con el solo esfuerzo de seguir la Ley de Dios, por lo tanto, sólo mediante la sangre de Jesucristo este pecado genérico del Hombre, y las culpas individuales, son expiadas. Esta expiación se hace válida para la persona mediante la fe en Jesucristo y un renacer espiritual. Así puede vencerse esta naturaleza, y por ende, dejar de pecar.
La misericordia de Cristo vence al "pecado"; en ella, es donde éste manifiesta mejor su violencia y su multiplicidad: incredulidad, rechazo y burlas por parte de las autoridades de aquellos entonces y del pueblo, la crueldad de los soldados, traición de Judas tan dura a Jesús, negaciones de Pedro y abandono de los discípulos. Sin embargo, en la hora misma de las tinieblas y del príncipe de este mundo (4), el sacrificio de Cristo se convierte secretamente en la fuente de la que brotará inagotable el "perdón" de nuestros pecados.
Desarrollo de la tertulia
PEDRO: Llamado Simón, a quién Jesús lo llamó con ese nombre y quien fuera su primer discípulo llamado a seguirle (5), se encuentra con Judas, llamado "Iscariote" (6), luego de que los 3 ya habían fallecido, le expresa lo siguiente: "Judas, porqué hiciste tal barbaridad, acabar con tu vida de esa manera tan cruel?; si te hubieras "arrepentido" de lo que hiciste con el Maestro y le hubieras pedido "perdón" a él, estoy seguro que él te hubiera perdonado como lo hizo conmigo".
JUDAS: Respondiéndole a Pedro, esta vez arrepentido de lo que había hecho y acongojado por los hechos ocurridos, le dice: "Pedro a ti te perdonó porque tu "pecado" fue leve, pues tu sólo lo negaste, como te lo anunció el maestro, 3 veces antes de que cante el gallo, en la Celebración de la Santa Cena (7); en cambio yo, yo vendí al Maestro por 30 miserables monedas de plata (8), tú crees que me habría perdonado?. Además tú te arrepentiste de lo que hiciste y pediste "perdón" por aquello; es por ello que tu "pecado" no es tan grave como el mío; si bien es cierto que cuando vi al Maestro caminar en medio de las multitudes rumbo al Gólgota, cargando ese madero pesado, me arrepentí y fui hacia los sacerdotes quienes me entregaron esas malditas monedas, tirándoles por sus pies (11), pero nunca sentí un "verdadero arrepentimiento´", me sentía mal, si!, pero no fue un arrepentimiento que naciera del fondo de mi corazón; hoy si siento ese arrepentimiento después de haberlo visto morir en esa cruz; además de burlado, lo crucificaron en medio de 2 ladrones (12), como si él hubiese sido un delincuente".
PEDRO: Judas, sabemos todos, que el Maestro te señaló como el que le entregarías (13), pues esto ya estaba predestinado por Dios, quien entregaría a su único hijo, nuestro Maestro, el Mesías, el Cristo verdadero, y con el derramamiento de su sangre, al ser crucificado nos salvaría de los pecados que habíamos cometido y siguiéramos cometiendo; pero recuerdas Judas que nuestro Maestro nos enseñó que, aquél que se arrepintiese verdaderamente de sus pecados se les será perdonados y tendrá la vida eterna (14).
CRISTO: Pedro y Judas, cuando estaba entre ustedes y andábamos predicando la palabra de mi Padre, siempre les manifesté que el "pecado" era obra de "satanás"; sabían ustedes que este ángel malo, llamado "lucifer", fue el ángel más querido por mi Padre?, quien tuvo el atrevimiento de sublevarse contra Él, pese a las facultades y poderes que mi Padre le había entregado al crear el cielo y la tierra. Es por eso que mi Padre, "Dios Único y Verdadero" lo arrojó del cielo con los demás ángeles que le seguían al traidor de "lucifer", y que ahora está en el "purgatorio".
Mi Padre, nuestro "Dios Verdadero", me envió a la tierra a salvar a los Hombres de los pecados (15); y como quiera que yo soy la vid y el pan, que aboga por aquellos que demostrando "arrepentimiento verdadero", sus pecados se les serán perdonados.
A ti Pedro, perdoné tus pecados, pues me demostraste "arrepentimiento sincero", y es así como te hice la piedra donde se edificará mi Iglesia (16); sin embargo, tu Judas, nunca te arrepentiste de verdad, peor aún, nunca pediste "perdón", acabaste con tu vida, que es otro "pecado" más grave que el que cometiste; además que estaba predestinado que tu serías quien me entregaría para que tuviera que morir en la cruz y así lavar los pecados de los Hombres de la faz de la tierra.
Sin embargo, a los dos les digo, que cuando regrese nuevamente, con la "gloria de mi padre", y han de ser juzgados de acuerdo a la magnitud de sus pecados, y sólo llegarán a mi Padre sino es a través mío, ya que yo abogaré ante Él, por aquellos que demuestren arrepentimiento y una vida honrosa y limpia de pecados. Por eso Pedro, os envié a ti y a los demás apóstoles para divulguen con orgullo "El Evangelio de mi Padre", que es la palabra de Dios, y se arrepientan de todo "pecado".
Algunas definiciones
1) TERTULIA[5]Una tertulia es una reunión informal y periódica de gente interesada en un tema o en una rama concreta del arte, la ciencia o la filosofía, para debatir e informarse o compartir y contrastar ideas y opiniones. Por lo general, esta reunión se da por la tarde o la noche en un cenáculo, café, cafetería o cervecería (menos frecuentemente, y por lo general en ámbitos más rurales, en una rebotica o casino) y suelen participar en ellas personas del ámbito intelectual. Es costumbre de origen español, asociada a veces a la costumbre hispánica de la charla de sobremesa, y se mantuvo arraigada hasta mediados del siglo XX en las colonias independizadas del imperio español. A los asistentes se los llama "contertulios" o "tertulianos".
La voz de origen incierto "tertulia" empieza a utilizarse en el siglo XVIII y figura ya en el "Diccionario de Autoridades (1739)[6]", en el sentido de "Junta voluntaria o congreso de los discretos para discurrir en alguna materia" y en el más mundano de "Junta de amigos y familiares para conversación, juego y otras diversiones honestas" que se solía dar tras la comida, en la llamada sobremesa.
El galicismo "salón[7]no se incorpora al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) sino en 1925 en el sentido de "Reunión habitual en una morada de personas distinguidas por su condición o por su cultura", que suele usarse en la forma del plural salones. En el siglo XIX se prefiere el uso de este último término, sobre todo si se refiere al ámbito aristocrático y habida cuenta de que con él se designa no solo la reunión, sino también el monumental marco físico en que se desarrolla; únicamente un escritor tan castizo como Juan Valera, aunque conoce ambos términos, muestra una abierta preferencia por el de "tertulia" frente al de "salón".
Puede haber tertulias taurinas, literarias, teatrales o de cualquier tipo, incluso tertulias de carácter general, y con frecuencia giran alrededor de un personaje famoso que asiste regularmente e incluso puede darles nombre: "La tertulia itinerante de Cansinos", "La tertulia de Valle-Inclán". Aunque lo corriente es que se bautice por el nombre del local que la aloja, lo que puede resultar algo confuso, pues hubo a veces varias tertulias a horas distintas o en épocas diferentes en un mismo café.
Es norma no instituida, pero generalmente asumida, la de atacar y desacreditar impíamente a la persona que no viene a la tertulia o durante el tiempo en que se ha demorado en llegar, lo que sirve para que nadie falte y todos se tomen en serio su asistencia y pertenencia a ella. Los habituales a la tertulia son los denominados "tertulianos" o "contertulios".
Una "tertulia" de buen nivel suele ser un instrumento educativo de primer orden y lo primero que se aprende en ellas es tolerancia y sentido crítico. Por otra parte, una "tertulia" permite a los interesados por un tema a amistar y estrechar relaciones con los de su gremio y enriquecer su cultura, y a los neófitos aprender de los más experimentados y conocer informalmente a las personas de su esfera. Las hay de dos tipos: estables (en un solo lugar) e itinerantes (que se mudan de sitio periódicamente). Estas últimas son mucho más informales y menos frecuentes.
2) PECADO[8]"Pecado" (latín peccatum), "es la transgresión voluntaria de un precepto tenido por bueno".
Para los griegos, "pecado" se decía "hamartia": "fallo de la meta, no dar en el blanco". Los escritores griegos solían utilizar la forma verbal "hamartáno" con respecto al lancero que erraba su blanco y, por implicación, aludía al concepto de vivir al margen de un código moral o intelectual tenido por meta ideal, debido a una actitud errónea, consciente o inconscientemente.
En hebreo la palabra común para " "pecado" es "jattá' th", que también significa "errar" en el sentido de no alcanzar una meta, camino, objetivo o blanco exacto. En el Libro de Jueces (17) se utiliza la forma verbal "jatá" en una frase negativa para referirse a los benjamitas como "personas que podían tirar piedras con honda a un cabello y no erraban (véase también el Libro de Job (18). Igualmente se aplica a desviarse de metas morales, como en el Libro de Proverbios (19), que dice que el que halla sabiduría piadosa halla vida, pero "el que no alcanza (En hebreo: "jatá") la sabiduría le está haciendo violencia a su alma", pues la lleva a la muerte. En Arameo, lengua antigua, la palabra para "pecado" es "khata" ".
El concepto religioso aún vigente de pecado como "delito moral" alude a la trasgresión voluntaria o involuntaria de normas o preceptos religiosos. Dado que existen innumerables normas de este tipo, existen innúmeros pecados, a los cuales se les asigna mayor, menor o ningún castigo según las distintas creencias.
En los estados confesionales, que tienen una "religión oficial", puede estar penado con la privación de libertad, e incluso de la vida, y en entornos culturalmente pobres, aun en sociedades modernas, se suelen achacar los problemas o accidentes físicos a la comisión de pecados.
La tradición judeocristiana, cuya fuente fundamental es la Biblia, ha entendido el pecado, en términos generales, como el alejamiento del hombre de la voluntad de Dios.
De acuerdo al Antiguo Testamento (llamado también: "Tanaj" o"), esta voluntad está representada por la Ley (Torah), preceptos y estatutos dados por Dios al pueblo de Israel, y registrados en los libros sagrados.
Aun hoy, para el judaísmo no existe un pecado genérico a manera de naturaleza subyacente en los actos de los hombres, sino solo transgresiones objetivas y concretas (no pensamientos o intenciones del corazón) que se cometen voluntariamente. En cambio, de acuerdo con el Nuevo Testamento, y la tradición del cristianismo, existe una naturaleza pecaminosa en el ser humano, heredada de la primera transgresión de Adán. Esta naturaleza pecaminosa del hombre afecta tanto sus actos como sus pensamientos, y no se puede superar con el solo esfuerzo de seguir la Ley de Dios, por lo tanto, sólo mediante la sangre de Jesucristo este pecado genérico del Hombre, y las culpas individuales, son expiadas. Esta expiación se hace válida para la persona mediante la fe en Jesucristo y un renacer espiritual. Así puede vencerse esta naturaleza, y por ende, dejar de pecar.
Las distintas corrientes del cristianismo han elaborado de distinta forma la doctrina que sustenta esta concepción del hombre en lucha permanente contra el pecado, como naturaleza propia, y la victoria sobre él.
La Biblia y la tradición eclesiástica definen y se refieren a las diferentes clases de pecados:
El "pecado en general", consiste en una transgresión libre y deliberada de la Ley de Dios. Por leve que sea, es pecado cualquier desviación de los mandatos divinos. La naturaleza esencial del pecado es la rebelión contra Dios, y es pecaminoso cualquier acto en el cual la voluntad humana se opone a la voluntad divina conocida ya sea por un mandamiento revelado o por la conciencia sembrada por Dios en cada ser humano. El "pecado", con excepción del pecado original, se llama pecado actual y se divide en pecado venial y pecado mortal de acuerdo a la gravedad de la transgresión y con el grado de voluntad y deliberación.
Los "pecados en contra de la sociedad", que según la Biblia "claman justicia al cielo", y en ocasiones implican culpas colectivas son, entre otros: el derramamiento de sangre inocente, oprimir viudas y huérfanos, el defraudar de su jornal al trabajador, y la inmoralidad sexual crasa, como en el caso del relato de Sodoma y Gomorra.
Los "pecados capitales" no sólo llevan a la muerte física, sino a la condenación eterna, como el "pecado contra el Espíritu Santo", también los hay que han sido definidos por la Iglesia y son: la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza.
De acuerdo a lo señalado en el Catecismo católico, el "pecado" es "una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como "una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley".
El "pecado" se considera una ofensa a Dios: "Contra ti, contra ti sólo he pecado, lo malo a tus ojos cometí (20). El "pecado" se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de El nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse "como dioses", pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal. El pecado es así "amor de sí hasta el desprecio de Dios". Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación ".
No obstante ello, se asume que en la Pasión, la misericordia de Cristo vence al pecado. "En ella, es donde éste manifiesta mejor su violencia y su multiplicidad: incredulidad, rechazo y burlas por parte de los jefes y del pueblo, debilidad de Pilato y crueldad de los soldados, traición de Judas tan dura a Jesús (21), negaciones de Pedro (22) y abandono de los discípulos. Sin embargo, en la hora misma de las tinieblas y del príncipe de este mundo (23), el sacrificio de Cristo se convierte secretamente en la fuente de la que brotará inagotable el perdón de nuestros pecados".
Los "siete pecados capitales" son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana.
El término "capital" (de caput, capitis, "cabeza", en latín) no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados. De acuerdo a Santo Tomás de Aquino.
Un "vicio capital" es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal. Los "pecados" o "vicios capitales" son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada.
Según Santo Tomás de Aquino, los "vicios[9]pueden ser catalogados según las "virtudes[10]a que se oponen, o también pueden ser referidos a los "pecados capitales" que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a San Juan Casiano y a San Gregorio Magno. Son llamados "capitales" porque generan otros pecados, otros vicios. Son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.
La identificación y definición de los pecados capitales a través de su historia ha sido un proceso fluido y ?como es común con muchos aspectos de la religión? con el tiempo ha evolucionado la idea de lo que envuelve cada uno de estos pecados. Ha contribuido a estas variaciones el hecho de que no se hace referencia a ellos de una manera coherente o codificada en la Biblia y por tanto se han consultado otros trabajos tradicionales (literarios o eclesiásticos) para conseguir definiciones precisas de los "pecados capitales".
Al principio del cristianismo, todos los escritores religiosos ?Cipriano de Cartago, Juan Casiano, Columbano de Lexehuil, Alcuino de York? enumeraban ocho pecados capitales, que actualmente ya no se estudia ni se usa.
El número siete fue dado por el papa Gregorio Magno (540-604) y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. En el siglo VI, dicho papa, revisó los trabajos de Evagrio y Casiano para confeccionar una lista propia definitiva con distinto orden y reduciendo los vicios a siete (consideró que la tristeza era una forma de pereza).
Estos "pecados", son:
Lujuria[11]
Pereza[12]
Gula[13](glotonería).
Ira[14]
Envidia[15]
Avaricia[16]
Soberbia[17](vanagloria, orgullo).
San Buenaventura de Fidanza (1218-1274) enumeró los mismos.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) respetó esa misma lista, con otro orden:
Vanagloria (orgullo, soberbia).
Avaricia.
Glotonería (gula).
Lujuria.
Pereza.
Envidia.
Ira.
El poeta Dante Alighieri (1265-1321) utilizó el mismo orden del papa Gregorio Magno en El Purgatorio, la segunda parte del poema La Divina Comedia (1308-1321). La teología de La Divina Comedia, casi ha sido la mejor fuente conocida desde el Renacimiento (siglos XV y XVI).
Muchas interpretaciones y versiones posteriores, especialmente derivaciones conservadoras del protestantismo y del movimiento cristiano pentecostal han postulado temibles consecuencias para aquellos que cometan estos pecados como un tormento eterno en el infierno, en vez de la posible absolución a través de la penitencia en el purgatorio.
3) EL PERDÓN[18]
1. ¿Qué hacer si hemos pecado?
Hay que recordar que Dios nos ama muchísimo y que por eso mismo no desea que caigamos en tentación y pequemos. Pero nos ama tanto, tanto, que no nos deja en el "pecado", sino que nos ofrece su perdón en seguida que nos arrepentimos y nos confesamos.
Así que para que Dios esté contento con nosotros y nosotros estemos en amistad con Él, debemos pedirle perdón de inmediato, si por desgracia, hemos "pecado".
2. ¿Por qué debemos pedir perdón a Dios al pecar?
Porque Jesucristo nos ha prometido perdonar nuestros pecados, aunque sean muy, muy graves. Eso sí: para ser perdonados por Dios, debemos pedirle "perdón" y estar verdaderamente arrepentidos de haberle ofendido.
3. Además de pedir "perdón" por nuestros "pecados", ¿qué más hay que hacer?
Confesarnos en el Sacramento de la Confesión.
4. ¿Qué es la Confesión?
Es el Sacramento, instituido por Jesucristo para perdonar los pecados que cometamos después del Bautismo.
5. ¿Por qué creen ustedes que existe el Sacramento de la Confesión?
Primeramente, porque Dios sabía que éramos débiles y que pecaríamos. Pero Él sabía, además, que debíamos estar seguros de que éramos perdonados. Sabía que necesitaríamos sentirnos verdaderamente perdonados por el mal que hiciéramos. Y eso sólo es posible confesándonos y recibiendo la Absolución del Sacerdote.
Adicionalmente, en la Confesión, además de quedar nuestra alma sanada y limpia de pecado, se nos levanta el peso emocional de la culpa de nuestros pecados y nos sentimos livianos al dejar ese peso en el Confesionario.
Por todas estas razones, el Señor nos dejó ese Sacramento maravilloso y muchas veces incomprendido que es la Confesión.
6. Pero tal vez ustedes habrán oído o ustedes mismos habrán dicho en algún momento cosas como éstas: Yo me confieso con Dios; ¿Por qué hay que confesarse con un Sacerdote que es un hombre como cualquiera y también pecador?.
Algunos hasta se atreven a sugerir que es un invento de la Iglesia.
Pero, ¿alguien sabe cuándo instituyó Jesucristo el Sacramento de la Confesión?
Fue la misma tarde de su Resurrección. Los Apóstoles estaban reunidos, encerrados por miedo a lo que les podían hacer y Jesús Resucitado se les presentó en el sitio donde estaban. Y les dijo: (24)
" "Así como el Padre me envió a Mí, así yo los envío a ustedes". Dicho esto sopló sobre ellos: "Reciban el Espíritu Santo; a quienes perdonen los pecados, les queden perdonados, y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar" " |
Las palabras de Jesús son muy claras ¿no les parece? Por eso es que los Apóstoles y sus sucesores, que son los Obispos y Sacerdotes, tienen el poder dado por Jesucristo de perdonar los pecados a quienes estén arrepentidos y vayan y se los confiesen a algún Sacerdote.
7. Pero hay algo importante en esta escena con los Apóstoles cuando Jesús les da el poder de perdonar los pecados. ¿Qué será?
El "Perdón", considerado como una "virtud" por algunos estudiosos de la filosofía teológica.
Conclusiones
Ante un pecado cometido por nosotros, y si existiere "indulgencia", esto es, remisión de los pecados, estos serán perdonados..
Cristo prometió perdonar nuestros pecados, aunque sean estos muy graves; sin embargo el pedir perdón debe ser sincero, al pedir perdón a Dios, nuestro arrepentimiento debe ser verdadero; y no volver a cometer más pecados.
En definitiva, el "perdón" es una "virtud" que posee Cristo y su Padre, nuestro Dios.
Citas bíblicas
(1) Gén. 3. (Pecado Original); Job 5:24. (Refiérase a la paz para no pecar); Prov. 8:35,36. (Refiérase al pecado que cometan los Hombres contra Dios); Mt. 1:20-21. (Anunciamiento nacimiento de Jesús, quien limpiará los pecados de su pueblo); Mt. 9:5,6. (Poder de Jesús de perdonar pecados); Mt. 26:28. (Tomando el vaso dijo esta es mi sangre que será derramada por ustedes para remisión de los pecados); Mr. 1:5. (Confesión de pecados); Mt. 21:32. (Venida de Juan el Bautista y no hubo arrepentimiento); Mr. 11: 24-25. (Arrepentimiento y perdón de los pecados); Mr. 2:17 (Jesús dijo, no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores); Mr. 3:28-29. (Los pecadores serán perdonados; pero el que ofenda al Espíritu Santo, no tendrá perdón); Mr. 14:67-72. (Negación de Jesús por Pedro); Mr. 14:43-45. (Entrega de Jesús por parte de Judas, en el monte del Gethsemaní); Lc. 22:47,48. (Entrega de Jesús por parte de Judas Iscariote, en el monte del Gethsemaní); Lc. 1:77. [Remisión (Perdón) de los pecados]; Lc. 15:10. (Gozo de Dios por aquél que se arrepiente de sus pecados).
(2) Mt. 3:1-3. (Juan Bautista, arrepentimiento de sus pecados); Mt. 3:6. (Los bautizados por Juan el Bautista confesaban sus pecados); Mt. 4:17. (Arrepentimiento – Perdón); Mr. 1:5. (Confesión de pecados); Mr. 11: 24-25. (Arrepentimiento y perdón de los pecados); Mt. 6: 14,15. (Perdón de las ofensas de los Hombres); Mt. 7:7,8. (Pedir perdón); Mt. 9:2. (Perdón de pecados a paralítico); Mt. 9: 12,13. (Llamado de Jesús a pecadores en arrepentimiento); Mt. 10:33. (Negación de los Hombre por Negar a Cristo –Excepción: Caso Pedro– pecado y no tendrá perdón); Mt. 12:31.32. (Perdón de los pecados contra Jesús, mas no contra el Espíritu Santo tendrá perdón); Mt. 20:28. (Jesús vino a dar su vida por nosotros, por salvar nuestros pecados); Mt. 21:32. (Venida de Juan y no hubo arrepentimiento); Mt. 26:69-75. (Negación de Jesús por Pedro); Mr. 2:10. (Potestad de Jesús de perdonar los pecados); Mt. 27:3-5. (Arrepentimiento de Judas Iscariote y devolución de las 30 monedas de plata, pero nunca pidió perdón por lo que hizo); Mr. 14:10,11. (Entrega de Jesús por Judas ante los Sacerdotes, por 30 monedas de plata); Mr. 4:12. (Perdón de los pecados); Lc. 5:8. (Confesión de Pedro ante Jesús, como hombre pecador); Lc. 6:37. (El que perdone será Perdonado); Lc. 7:39-43. (Parábola sobre el perdón); Lc. 15: 11-24. (La profecía del Hijo Pródigo, quien pidió perdón a su padre por lo que hizo); Lc. 11:10. (Jesús manifestó que aquel que pide algo se le dará; entre ellos el que pide perdón se le será perdonado); Lc. 17:3-4. (Perdonar a quien se arrepiente);
(3) Gén. 3. (Pecado Original).
(4) Jn. 14:30. (Refiérase al Príncipe de las tinieblas: Lucifer).
(5) Mt. 10:1-2. (Llamado de Simón / Pedro como apóstol); Mr. 3:16. (Llamado de Simón / Pedro como apóstol); Lc. 6:14. (Llamado de Simón / Pedro como apóstol).
(6) Mt. 10:4. (Llamado de Judas Iscariote como apóstol); Mr. 3:19. (Llamado de Judas Iscariote como apóstol); Lc. 6:16. (Llamado de Judas Iscariote como apóstol).
(7) Mt. 26:33-35. (Jesús anuncia que Pedro lo negará antes de que cante el gallo); Mr. 14:29,31. (Anunciación de Jesús sobre su entrega por Pedro, en la Última Cena); Lc. 22:33,34. (Anunciación de Jesús que Pedro lo ha de negar).
(8) Mt. 26:20-25,28. (En la Última Cena: Manifestación de Jesús que Judas Iscariote lo iba a entregar); Mr. 14:18-21. (Anunciación de Jesús su entrega por Judas Iscariote, en la Última Cena).
(9) Gén. 3. (Pecado Original).
(10) Gen. 3:5. (Desobediencia y conocimiento de Adán y Eva sobre el bien y el mal).
(11) Mt. 27:3-5. (Arrepentimiento de Judas Iscariote y devolución de las 30 monedas de plata, pero nunca pidió perdón por lo que hizo).
(12) Lc. 23: 39-43. (Perdón del ladrón Crucificado con Cristo).
(13) Mt. 26:20-25,28. (En la Última Cena: Manifestación de Jesús que Judas Iscariote lo iba a entregar); Mr. 14:18-21. (Anunciación de Jesús su entrega por Judas Iscariote, en la Última Cena).
(14) Lc. 11:10. (Jesús manifestó que aquel que pide algo se le dará; entre ellos el que pide perdón se le será perdonado); Lc. 17:3-4. (Perdonar a quien se arrepiente).
(15) Mt. 20:28. (Jesús vino a dar su vida por nosotros, por salvar nuestros pecados; Mt. 4:17. (Arrepentimiento – Perdón); Mr. 1:5. (Confesión de pecados); Mr. 2:10. (Potestad de Jesús de perdonar los pecados); Mr. 11: 24-25. (Arrepentimiento y perdón de los pecados); Mt. 23:10. (Cristo el único Maestro).
(16) Mt. 16:18. (Pedro y la edificación de la Iglesia).
(17) Jue. 20: 16. (el pecado descrito por los hebreos).
(18) Job 5:24. (Refiérase a la paz para no pecar).
(19) Prov. 8:35,36. (Refiérase al pecado que cometan los Hombres contra Dios).
(20) Prov. 8:35,36. (Refiérase al pecado que cometan los Hombres contra Dios); Mr. 11: 24-25. (Arrepentimiento y perdón de los pecados); Lc. 1:77. [Remisión (Perdón) de los pecados]; Lc. 15:10. (Gozo de Dios por aquél que se arrepiente de sus pecados).
(21) Mr. 14:43-45. (Entrega de Jesús por parte de Judas, en el monte del Gethsemaní); Lc. 22:47,48. (Entrega de Jesús por parte de Judas Iscariote, en el monte del Gethsemaní).
(22) Mr. 14:67-72. (Negación de Jesús por Pedro).
(23) Jn. 14:30. (Refiérase al Príncipe de las tinieblas: Lucifer).
(24) Jn. 20:21-23. (Otorgación de facultades y poderes a los apóstoles para que cumplan con el Evangelio de Dios).
Bibliografía
1) DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. 2014. Madrid, España.
2) ESPINA, Antonio: "Las tertulias de Madrid". 1995. Madrid, España. Ed. Alianza Editorial.
3) GELZ, Andreas: "Tertulia: Literatur und Soziabilität im Spanien des 18 und 19 Jahrhunderts", (en español: "Tertulia: Literatura y sociabilidad en la España de los siglos XVIII y XIX"). 2006. Madrid, España. Ed. Frankfurt: Vervuert.
4) LAUAND, Jean: "La Filosofía de Tomás de Aquinoy Nuestro Lenguaje Cotidiano". 1999. Porto Alegre, Brasil. Conferencia pronunciada en el Gabinete de Filosofía Medieval daFaculdade de Letras da Universidade do Porto, 28/05/99. Traducido por Hermenegildo Pizzio. Disponible en: www.hottopos.com.br/notand4/filotoma.
5) MARISCAL TRUJILLO, Antonio: "La tertulia española. Sus orígenes y tradición en la provincia de Cádiz. 1998. Cádiz, España.
6) MARTINEZ, Manuel Ángel: "Santo Tomas de Aquino y el perdón". 1988. Salamanca. España. Facultad de Teología de San Esteban.
7) NAVARRETE Obando, Luis Alberto: "Las Virtudes". Cajamarca, Perú. Disponible en: http://www.monografias.com.
8) LA SANTA BIBLIA. Antigua Versión de Casiodoro De Reina (1569) y Revisada por Cipriano de Valera (1602); última revisión por encargo del Vaticano en 1909.
9) SANTO TOMÁS DE AQUINO: "Suma Teológica: Las causas del pecado". Disponible en: www.hjg.com.ar/sumatb/c75/html.
10) URREIZTIETA, José Luis: "Las tertulias de rebotica en España: siglos XVIII a XX". 1985. Madrid, España. Prólogo de Enrique Tierno Galván. Ed. Alonso.
11) "EL PERDÓN DE LOS PECADOS COMO SACRAMENTO". Disponible en: http://www.mercaba.org/TEOLOGIA/OTT/623-652_penitencia_sacramento.httm.
Cajamarca, 26 de Junio del 2014.
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* Dr. Luis Alberto Navarrete Obando; Abogado; Docente Universitario Investigador; Escritor y Poeta; Magister en Educación Universitaria, con especialidad en Investigación Universitaria; especialista y con estudios de post grado en Filosofía y Humanidades.
Nota.- El autor del presente trabajo es Columnista periodístico: "Derecho y Sociedad", de los Diarios "La República", http://www.larepublica.com.pe; "El Comercio", http://www.elcomercio.com.pe; Diario Oficial "El Peruano", http://www.elperuano.com.pe; Diario Oficial de Cajamarca, "Panorama Cajamarquino", de circulación Regional (Cajamarca), http://[email protected].
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"Con gran devoción, con la misericordia de Jesucristo y la bendición de Dios, dedico este trabajo a la Iglesia Cristiana Apostólica y Católica del Perú"
Autor:
Dr. Luis Alberto Navarrete Obando
ABOGADO – DOCENTE UNIVERSITARIO – ESCRITOR
[1] Ver definición en Pág. 5.
[2] Ver definición en Pág. 9.
[3] Ver definición en Pág. 4.
[4] Para varias de las religiones del tronco bíblico —entre ellas “el judaísmo” y “el cristianismo”— el “pecado original” es el “pecado” cometido por los primeros padres de la humanidad (Adán y Eva) al desobedecer el mandato divino de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. El pecado es cometido por la persuasión de una serpiente (que posteriormente sería identificada con el demonio). Fue castigado con la expulsión de la humanidad del jardín del Edén y su sujeción a la muerte y el sufrimiento eterno. De acuerdo con algunas interpretaciones cristianas, notablemente la católica, dañó también de manera perdurable la naturaleza humana de Adán y Eva, así como la de todos sus sucesores. La historia, narrada en el Libro de Génesis (9), es común a las tres grandes religiones monoteístas; la interpretación de la naturaleza exacta del pecado cometido y del castigo impuesto, sin embargo, varía entre las citadas religiones. En la tradición católica el pecado original se ha simbolizado con una manzana roja, a pesar de que la escritura no menciona qué "fruto" daba el árbol prohibido (10).
[5] “Tertulia”, según el DRAE, significa: “Reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o recrearse.
[6] El “Diccionario de autoridades”, publicado entre 1726 y 1739, fue el primer diccionario de la lengua castellana editado por la Real Academia Española, fundamento de lo que hoy se conoce como el Diccionario de la lengua española. El “Diccionario de autoridades” es el primer diccionario confeccionado por la Real Academia Española (DRAE), que en 1713 siguió los ya existentes de las academias de la lengua francesa e italiana, la Académie Française y la Accademia della Crusca, respectivamente. En contraste con ellas, el DRAE tenía como propósito principal crear un diccionario en muy poco tiempo tras su fundación. Se construye esta obra pensando que una lengua necesita contar con una norma culta sustentada en el uso de los mejores escritores (aquellos que, como se advierte en el prólogo, a juicio de la Academia “han tratado la Lengua Española con la mayor propiedad y elegancia: conociéndose por ellos su buen juicio, claridad y proporción, con cuyas autoridades están afianzadas las voces”, si bien se puntualiza que “no por esta razón se dejan de citar otros (autores), para comprobar la naturaleza de la voz, porque se halla en Autor nacional, sin que en estas voces sea su intento calificar la autoridad por precisión del uso, sino por afianzar la voz”). Para ello se despojaron de ejemplos una serie de obras del pasado, literarias y no literarias. De este modo, sin hallarnos todavía ante un diccionario histórico (del tipo de los que nacerían en la centuria siguiente), el “Diccionario de autoridades” se nos ofrece como el primer repertorio lexicográfico del español con testimonios de diferentes etapas de su historia. Este diccionario conoció una segunda edición, en 1770, reducida a las dos primeras letras del alfabeto; en un tiempo prudente pensamos poder proporcionar una versión electrónica de él. El “Diccionario de autoridades”, despojado de los ejemplos y sometido a sucesivas actualizaciones, es la base de las distintas ediciones del diccionario usual de la Real Academia Española (DRAE), deudoras, por tanto, del trabajo de aquellos primeros académicos.
[7] “Salón”, según la DRAE, significa: “Habitación principal de una vivienda”. “Lugar donde se realizan Tertulias”.
[8] Pecado según el DRAE: “Transgresión voluntaria de preceptos religiosos; Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido; Exceso o defecto en cualquier línea”.
[9] “Vicios” según el DRAE, significa: “Mala calidad, defecto o daño físico en las cosas; Falta de rectitud o defecto moral en las acciones; Hábito de obrar mal”.
[10] “Virtudes”, según el DRAE, significa: “Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos; Fuerza, vigor o valor; Poder o potestad de obrar; Integridad de ánimo y bondad de vida”.
[11] “Lujuria”, según el DRAE, significa: “Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales; Exceso o demasía en algunas cosas”.
[12] “Pereza”, según el DRAE, significa: “Negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados; Flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos”.
[13] “Gula”, según el DRAE, significa: “Exceso en la comida o bebida, y apetito desordenado de comer y beber. Sin.: “glotonería”.
[14] “Ira”, según el DRAE, significa: “Pasión del alma, que causa indignación y enojo; Apetito o deseo de venganza; Repetición de actos de saña, encono o venganza”.
[15] “Envidia”, según el DRAE, significa: “Tristeza o pesar del bien ajeno; Emulación, deseo de algo que no se posee”.
[16] “Avaricia”, según el DRAE, significa: “Afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas”.
[17] “Soberbia”, según el DRAE, significa: “Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros”.
[18] “Perdón”, según el DRAE, significa: “Acción de perdonar; Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente; Sin.: ‘indulgencia’: remisión de los pecados”.