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Ética y ciudadanía


Partes: 1, 2

    1. Ética: definiciones
    2. Ciudadanía
    3. Los Derechos Humanos
    4. Ética profesional y colectiva: principios y valores
    5. Democracia participativa y protagónica
    6. Corresponsabilidad
    7. Contraloría social
    8. Participación ciudadana
    9. Conclusiones
    10. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Venezuela vive un momento único en su historia, después de lograr su emancipación bajo el liderazgo de Simón Bolívar y este orientado por las ideas de Francisco de Miranda y su gran Maestro Simón Rodríguez. Se esta retomando una vez mas el sueño de una patria justa y humana, donde la justicia y la paz social sean el pilar fundamental de la existencia política, social, económica y cultural.

    Pero el logro de este reto solo será posible en la medida en que progresemos en la consecución de una educación liberadora, que forme al hombre como un ser social y no como un explotador de sus hermanos. Esta educación debe centrarse en sembrar valores de solidaridad, tolerancia y de justicia en los ciudadanos y ciudadanas para que asuman con una ética de respeto por los demás la construcción de una nueva sociedad plena de libertad, cuidadosa de las leyes y amante de las buenas costumbres y la moral. Es necesario retomar de una vez el ideal bolivariano de que lo esencial de una republica es su educación y de que la moral y las luces son las necesidades primarias de un ciudadano y de una ciudadana.

    El nuevo educador debe asumir desde una ética individual y colectiva su rol protagónico en la construcción de un estado donde este plenamente garantizado el respeto a los derechos de los pueblos, que permita el desarrollo personal y colectivo a cada uno de los hombres y cada una de las mujeres que forman parte de él.

    En el siguiente material se presentan algunas consideraciones sobre la ética y sus alcances, los derechos humanos, la ética del profesional actual, los principios y valores exigidos en los nuevos tiempos y los principios contenidos en nuestra Constitución sobre la democracia participativa a la que estamos llamados a conformar como única vía de desarrollo humano, con el objetivo de aportar ideas que permitan a nuestras comunidades aperturar espacios formativos que fortalezcan el proceso de consolidación de un modelo de país donde todos y todas puedan desarrollar sus distintas potencialidades.

    El trabajo en cuestión se formulo a partir de la consulta de distintas fuentes bibliográficas, entre las que resalta la Constitución Nacional como eje central de la temática desarrollada; las fuentes consultadas en su mayoría fueron propuestas por la coordinación académica de la Misión Cultura, aunque algunas fueron recopiladas de otras obras. Así mismo, en el proceso de recopilación se contó con la observación y apoyo de distintas personas de nuestro grupo de sistematización y de miembros de la comunidad, de manera especial de un grupo de vencedores de la Misión Ribas, quienes participaron de en actividades que preparamos; específicamente una exposición y un conversatorio sobre derechos humanos. También obtuvimos elementos importantes de las ponencias hechas por otros grupos de trabajo.

    Presentamos con sencillez y claridad el contenido de este trabajo que no pretende ser un tratado sobre la ética del ciudadano y ciudadana de la nueva republica, sino un aporte que impulse y fortalezca este proceso de construcción y consolidación de la democracia participativa y protagónica que se merece nuestra patria, donde todos y todas contemos con instituciones garantes de los derechos de cada persona que habite en esta tierra de gracia por la que han luchado tanto nuestros ancestros y que recuperaron nuestros héroes independentistas guiados armoniosamente por el Padre de la Patria, El Libertador Simón Bolívar.

    ÉTICA: Definiciones

    "La ética, como una rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana, y para distinguirse de las ciencias formales, como las matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química y la física. Las ciencias empíricas sociales, sin embargo, incluyendo la psicología, chocan en algunos puntos con los intereses de la ética ya que ambas estudian la conducta social. Por ejemplo, las ciencias sociales a menudo procuran determinar la relación entre principios éticos particulares y la conducta social, e investigar las condiciones culturales que contribuyen a la formación de esos principios".

    Los filósofos han intentado determinar la bondad en la conducta de acuerdo con dos principios fundamentales y han considerado algunos tipos de conducta buenos en sí mismos o buenos porque se adaptan a un modelo moral concreto. El primero implica un valor final, deseable en sí mismo y no sólo como un medio para alcanzar un fin. En la historia de la ética hay tres modelos de conducta principales, cada uno de los cuales ha sido propuesto por varios grupos o individuos como el bien más elevado: la felicidad o placer; el deber, la virtud o la obligación y la perfección, el más completo desarrollo de las potencialidades humanas. Dependiendo del marco social, la autoridad invocada para una buena conducta es la voluntad de una deidad, el modelo de la naturaleza o el dominio de la razón. Cuando la voluntad de una deidad es la autoridad, la obediencia a los mandamientos divinos o a los textos bíblicos supone la pauta de conducta aceptada. Si el modelo de autoridad es la naturaleza, la pauta es la conformidad con las cualidades atribuidas a la naturaleza humana. Cuando rige la razón, se espera que la conducta moral resulte del pensamiento racional.

    CIUDADANÍA

    Se define a ciudadanía como: condición social de un miembro nativo o naturalizado de una ciudad o Estado. Posición de miembro de un Estado con derechos y deberes definidos.

    La teoría moderna de la ciudadanía, que surge con las publicaciones de Thomas Paine, fue definida en Gran Bretaña por T.H. Marshall como una lucha entre el sistema de clases sociales y los derechos de los ciudadanos. El sistema de clases utiliza el mercado para conferir poder y ventajas sociales, y el resultado de la mercantilización del estatus social es, típicamente, la desigualdad. La ciudadanía se relaciona con el Estado para demandar derechos para sus miembros y, a cambio, el Estado le impone deberes como el servicio militar o el cumplimiento del derecho vigente. El creciente poder de la ciudadanía se inicia con la inauguración de los derechos fundamentales de hábeas corpus en el siglo XVIII y a continuación sigue con la lenta difusión del sufragio político en el siglo XIX y la posterior extensión de los derechos sociales a las pensiones, la sanidad y la educación ya en el siglo XX. Algunos opinan que el sistema de clases y la ciudadanía están en pie de guerra y que el Estado de bienestar es su campo de batalla actual.

    El concepto de ciudadanía, base y fundamento de la legitimidad y la representación política aparece en la primera Constitución liberal española de 1812, pero también se extendió por toda la América española, sirviendo de fundamento a los movimientos de emancipación, que desembocaron en la independencia y la redacción de las constituciones liberales en los nuevos países.

    La ciudadanía es el resultado de las luchas y reclamos políticos, étnicos, económicos y culturales ocurridos en contextos históricos definidos. Expresa el vínculo entre el Estado, sus instituciones y sus miembros. La ciudadanía conlleva la obligación de cumplir deberes específicos, el respeto a las leyes establecidas y a la autoridad por parte de los ciudadanos. Actualmente se vincula el concepto de ciudadanía con la democracia participativa, puesto que los ciudadanos tienen que poner en práctica todos los métodos de participación posibles para contribuir con el logro de mejoras necesarias para su comunidad y en general para la nación a través de las instituciones del estado.

    En relación a la ciudadanía en Venezuela, esta está plenamente garantizada por la constitución nacional vigente y nuestro libertador expreso lo siguiente, "…penetraos bien de que sois todos venezolanos, hijos de una misma patria, miembros de una sociedad y ciudadanos de una misma República…".

    La ética y la ciudadanía van de la mano, puesto que la ética establece las normas de conducta que deben regir a los ciudadanos de una región y ellos son los responsables de aplicar y cumplir con ética las distintas reglas y normas que se establezcan para una determinada región. Venezuela vive un proceso de transformaciones sociales donde la ética de sus ciudadanos debe estar ajustada a los principios éticos bolivarianos, pues la nueva constitución se fundamenta en la doctrina del Padre de la Patria, así se lee en el artículo primero del titulo I "…La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar…".

    Partiendo del hecho ético de que los ciudadanos deben conservar una conducta adecuada a las normas establecidas, debemos aclarar que solo se puede cumplir aquello que se conoce, y lo primero que toda persona debe conocer y hacer valer y respetar son los derechos humanos, ya que de cada derecho se desprenden toda una serie de normas y leyes que son las que determinan los principios éticos que rigen a una nación. En este sentido El Libertador nos da la pauta o norma sobre la que se sustenta la nueva ética ciudadana de este nuevo país que nace; "…un buen ciudadano debe siempre pensar con respecto así, lo que calcularía con respecto a los demás…".

    La primera norma ética a la que nos debemos apegar es esta; todas y todos tenemos derechos y debemos respetarlos y hacer que se respeten.

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