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El estudiante autónomo: Origen y aprendizaje móvil

Enviado por Carlos Diaz


  1. El tutor para el estudiante autónomo
  2. Los medios, las mediaciones y los contenidos para el estudiante autónomo
  3. La familia para el estudiante autónomo
  4. El directivo para el estudiante autónomo.
  5. Bibliografía

edu.red

En noviembre de 2013 tuve la oportunidad de convivir unos días en una civilización distinta a la nuestra, con una forma de gobierno muy bien estructurada, en la que cada persona tiene una responsabilidad que cumplir de acuerdo con su talento, algunos tienen talento para atender a los enfermos y los gobernantes de esa civilización les asignan entonces la responsabilidad de atender a la población con dificultades de salud; a quien tiene el talento de expresarse muy bien le dan la responsabilidad de comunicarse con otras civilizaciones, a quien tiene la fuerza física y la astucia suficiente le asignan la responsabilidad de controlar las defensas y de hacer respetar el territorio; a quien tiene talentos socio-grupales que benefician a todos le nombran gobernante.

Cada uno de los habitantes de esta civilización descubre y desarrolla sus talentos para el beneficio de la civilización, cada uno se preocupa por profundizar y aprender cada día más sobre su talento, cada uno se encarga de enseñar a otros lo que sabe sobre su talento.

Para el lector que tiene la interrogante de saber cuál es la civilización que visité o saber si en realidad existe, me permito contarle que estuve conviviendo con cuatro de los veintidós pueblos amazónicos, conviví con los Muinane, los Uitoto, los Bora, los Okaina. Son completamente reales, son gente de paz, y son admirablemente organizados desde la perspectiva del provecho social de sus talentos, ¡ojalá fuéramos tan solo un décimo similares a ellos!

Sus estructuras organizacionales y su disposición de aprender de forma autónoma son pilar fundamentales en la trascendencia de su cultura. Mi misión en esa civilización fue enseñarles a emplear dispositivos móviles para que pudieran expresar sus ideas y conocimientos al resto del mundo, esta tarea fue relativamente sencilla pues su gran interés permitió el libre desarrollo de sus aprendizajes, lo realmente importante en este proyecto fueron las enseñanzas que obtuvimos frente al mismo acto educativo y frente al planteamiento didáctico que llevábamos.

Vivir un tiempo en esa civilización me hizo reflexionar sobre un aspecto que había dejado en remojo un par de años atrás; en diciembre 2011 la Unidad de Proyectos Especiales de La Fundación Alberto Merani se embarcó en el cumplimiento de un reto especial; contextualizar el uso de dispositivos móviles en el aula escolar, este proyecto representó todo un cambio de paradigma pues nos vimos en la tarea de repensar el acto educativo alrededor de Tablets y recursos digitales, como muchos otros, este proyecto también nos dejó grandes enseñanzas.

En aquél momento realizamos una recopilación de información alrededor del Aprendizaje Móvil, tendencia moderna fundamentada en modelos activos de educación y uso de ambientes virtuales, pero no fue de gran utilidad en el contexto de la población objetivo (estudiantes de preescolar a grado undécimo de la Localidad de Los Mártires en Bogotá), entonces sentimos que la brecha digital marcaba una importante barrera para el logro de nuestros objetivos por lo que iniciamos un proceso de alfabetización digital que en realidad no dio los frutos esperados.

Tras recurrentes discusiones al interior del equipo pedagógico comprendimos que el verdadero problema radicaba en las competencias que queríamos desarrollar en nuestros estudiantes, así definir claramente ¿cuál es el rol del estudiante más indicado para el trabajo mediado con dispositivos móviles? Se convirtió en la tarea a cumplir, tarea que un tiempo después se llevó a una nueva dimensión con el proyecto Origen (Proyecto con las comunidades Uitoto)

Así pues decidimos re significar y re comprender el acto educativo desde sus actores principalmente y comprendimos que el proyecto derivaba en la necesidad de fomentar la participación de estudiantes autónomos (lógicamente en su momento no los denominamos así), sin embargo al definir el tipo de estudiante con el cual requeríamos iniciar el proceso encontramos que no solamente requeríamos pensar en el estudiante sino en otros actores presentes en el proceso de Enseñanza Aprendizaje.

Aunque parezca inverosímil, las enseñanzas obtenidas en la Localidad de Los Mártires en Bogotá, también fueron útiles en medio de la selva amazónica con los Uitoto, tal vez una de las formas más efectivas para abordar procesos educativos mediados por tecnologías sea comprender la ejecución del acto educativo con estudiantes autónomos, imprimir – en los que no las tienen – o aprovechar de ellos sus características.

Comprendimos que la principal competencia que desarrolla el Estudiante Autónomo es Aprender a Aprender y que para llegar a dicha competencia máxima debe partir de algunos mecanismos y competencias básicas, como son: Auto conocer sus capacidades, habilidades, y sobre todo sus intereses, tomar las decisiones correspondientes con su auto conocimiento y administrar sus tiempos y espacios para sacarles el mayor provecho.

En todo proceso formativo es importante partir del interés y la motivación del estudiante, pero por más que quiera, por más que tenga interés, no logrará grandes avances si no cuenta con un camino, con una guía.

Es una verdad a medias y probablemente una falsedad pensar que el Estudiante Autónomo no requiere de una guía experta, bien sea como guión estructurado de actividades o como direccionamiento de un tutor, aunque su nombre da a entender que el Estudiante Autónomo lo hace todo por sí mismo, este realmente está encargado solamente de aprender y requiere de una mediación direccionada que le enseñe; en ese sentido el Estudiante Autónomo no es autodidacta, pues no se encarga de enseñarse a sí mismo, sino de regular su participación en el proceso de aprendizaje.

Lo anterior me recuerda la inexorable premisa de pensar la educación como un proceso de Enseñanza – Aprendizaje en el cual cada actor lleva su parte, su papel, su responsabilidad y consecuentemente con ello cada actor tiene su alcance, cada actor tiene su objetivo.

Más bien es importante pensar en el Estudiante Autónomo como en aquel actor del proceso de Enseñanza – Aprendizaje que se interesa y participa mesurada y constantemente, en la medida de su comprensión y de sus capacidades, en cada una de las etapas durante su proceso de formación.

En las reflexiones conjuntas tanto con los Uitoto como con la Localidad de Los Mártires siempre se puso de manifiesto que hoy más que nunca el mundo necesita ciudadanos creativos, comprometidos con el crecimiento de la sociedad, que valoren su identidad y, desde ella, ejerzan sus derechos fundamentales Ciudadanos con valores éticos, que desarrollan sus talentos y conviven en paz.

Salinas (1997)[1] considera que la integración de las TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje, incide sobre los roles que los estudiantes desempeñan e implican:

  • Acceso a grupos de aprendizaje colaborativo, que le permitan trabajar con otros para alcanzar objetivos en común para maduración, éxito y satisfacción personal.

  • Participación en experiencias de aprendizaje individualizadas, basadas en sus destrezas, conocimientos, intereses, de tal manera que el proceso educativo responda a sus características y necesidades.

  • Manipulación activa de la información, ser capaz de organizar información de distintas maneras, elaborar estructuras cognitivas más complejas que la simple respuesta a pantallas previamente diseñadas. En definitiva, poseer destrezas para usar las herramientas de información y poder acceder a las mismas.

  • Acceso a un amplio rango de recursos de aprendizaje; esto es, bibliotecas, bases de datos, programas informáticos, paquetes multimedia, expertos en contenido, y a otros sistemas de comunicación.

  • Experiencias en tareas de resolución de problemas reales de su contexto o de otros contextos.

Pero más allá de estos planteamientos, la FiPCAM ha logrado establecer que existen valores clave a desarrollarse con relación a la potencialización de la autonomía de los estudiantes como el Respeto, recuerdo claramente que para los estudiantes de la Localidad de Los Mártires en un principio está era una palabra de uso común sin un significado más allá de lo unidireccional (exigir respeto para sí mismos) pero poco a poco los estudiantes más destacados, aquellos que iniciaron procesos de profundización autónomos consolidaron esta característica como la capacidad reconocer su posición y el alcance de sus acciones como consideración principal hacia otras personas tanto en relaciones simétricas como asimétricas; años después observé que para los Uitoto esta es una claridad tan profunda y sencilla como el hecho de respirar.

Como valor necesario para iniciar procesos educativos Autónomos un estudiante debe establecer una Comunicación clara, hábil, con uso adecuado de los canales a fin de no distorsionar la esencia de los mensajes, de forma paradójica al concepto de "comunicación" que manejamos en la escuela no le damos la suficiente relevancia, en la experiencia en Los Mártires no lo observamos a tiempo, pero fue completamente revolucionario y ajustado a las necesidades de los Uitoto un par de años más tarde, allí en el corazón del Amazonas sostuvimos un ejercicio de conciencia comunicativa colectiva durante más de dieciséis horas con ellos convirtiéndose este concepto en un valor de ese grupo de estudiantes para la potencialización de su autonomía.

No existiría Autonomía sin Inquietud Académica como característica que le permitió a nuestros estudiantes tanto en la selva como en la ciudad auto motivarse por la experimentación y el reconocimiento de los diversos fenómenos físicos y sociales de su entorno.

Hoy fruto de esta reflexión, comprendo que en la búsqueda de un estudiante ideal, todos tendremos que trabajar sobre competencias fundamentales en nuestros niños y jóvenes, competencias que son características que debe demostrar un Estudiante Autónomo.

El Auto Conocimiento: Un estudiante en permanente búsqueda de la comprensión de sí mismo y de sus alcances en el acto educativo, académico y tecnológico, cuáles son sus capacidades y cuáles son sus limitantes, establece de manera adecuada en qué momento debe apersonarse del cumplimiento de sus compromisos y en qué momento necesita y solicita apoyo o ayuda.

La Auto Gestión: De manera autónoma un estudiante establece y cumple cabalmente un tiempo adecuado de interacción con sus compañeros, gestiona el flujo de información del proceso (avances en los procesos de aprendizaje y resultados de aprendizajes parciales o finales). Reconoce sus fortalezas y debilidades y actúa en consecuencia. Busca constantemente la retroalimentación de su trabajo.

El Conocer a sus compañeros y docentes: El estudiante desarrolla una alta capacidad de percibir a sus compañeros y docentes realizando deducciones que le permiten determinar características propias de cada uno como sus intereses, sus afectos, sus roles (qué hace); con este tipo de conocimiento el estudiante puede abordar situaciones particulares en sus procesos individuales y grupales de aprendizaje, es así como toda esta información abre las puertas al estudiante para actuar empáticamente con sus compañeros.

Es clave pensar en el Estudiante Autónomo como en un miembro de una comunidad educativa, y consecuentemente con ello hay que dimensionar, re definir o re comprender el papel de los demás actores en el proceso formativo.

El tutor para el estudiante autónomo

Los tutores deben ayudar a los estudiantes a desarrollar las habilidades necesarias para "aprender a aprender", promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas aprovechando la inmensa información disponible y las potentes herramientas tecnológicas, este pensamiento fue importante en el planteamiento y en la planeación inicial de los dos proyectos y desde mi punto de vista personal fue un acierto pensarlo así.

En la propuesta de estándares de la UNESCO 2011, se propone que escuelas y aulas, tanto reales como virtuales, deben tener docentes que están equipados con recursos tecnológicos y habilidades y que puedan efectivamente enseñar los contenidos necesarios de las materias, mientras incorporan la tecnología, los conceptos y las habilidades.

Según estos planteamientos, el maestro debe estar comprometido, manifestarse como un ser afectivo, que disfrute de la experiencia pedagógica y que esté preparado para ofrecer a sus estudiantes las oportunidades que ofrecen las TIC para cualificar los procesos de enseñanza y aprendizaje.

En síntesis, el rol del maestro puede ser diferente cuando las TIC se usan con intencionalidad pedagógica. Romper los esquemas tradicionales y cambiar las prácticas son retos que el maestro puede asumir a partir del trabajo en equipo apoyándose en las posibilidades que le brindan estas herramientas y usándolas para responder a sus propias necesidades profesionales, a las de su entorno escolar y comunitario, pero para ello el maestro debe desarrollar algunos valores dentro de su profesión.

La Empatía[2]Sin importar las condiciones y restricciones de espacio y tiempo, un docente debe desarrollar la capacidad de ponerse en el papel de su estudiante para dimensionar la percepción que este recibe en el proceso de enseñanza aprendizaje que vive; esta capacidad permitirá al docente detectar las necesidades de su estudiante, sus requerimientos y sus intereses de forma anticipada, visualizando alternativas de manejo de las diversas situaciones que se pueden dar en un ambiente de enseñanza aprendizaje. De manera complementaria al desarrollo de la empatía, el docente debe destacarse como una persona con un alto sentido de la escucha activa e inteligente, es decir que da a entender a su estudiante que está siendo escuchado, que cuenta con su atención, que está siendo seguido en sus interlocuciones e inquietudes y que comprende lo que dice y lo que no dice.

El Realismo: El docente debe convertirse en una persona con gran capacidad para aterrizar sus conocimientos en el contexto de las realidades sociales de sus estudiantes, evitando permanentemente caer en exageraciones tanto en lo relativo a los contenidos de su curso como en lo relativo a su propia persona, brindando a su estudiante un trato caracterizado por la madurez y el equilibrio.

La Comunicación: Un docente debe evidenciar habilidad y destreza en el uso y manejo de todas las posibles alternativas de comunicación en los distintos ambientes, siendo lo más claro posible a fin de no distorsionar la esencia de los mensajes.

Un docente debe ser un profesional con un enorme sentido de comprensión y estructuración de su labor pedagógica teniendo en cuenta y articulando los principales aspectos inmersos en el acto pedagógico:

Los propósitos: puede afirmarse que son la aspiración que orienta el quehacer educativo y que expresan los aspectos deseables o que se quieren conseguir; el propósito otorga sentido y direccionalidad al quehacer pedagógico.

Enseñanzas: Es apenas lógico que un docente debe demostrar dominio en cuanto a la temática que desea abordar con sus estudiantes, comprendiendo la estructuración y composición de dicha temática.

Evaluación: Como componente del diseño curricular la evaluación permite retroalimentar el proceso de enseñanza aprendizaje brindando información de este a sus actores en una lógica secuencial del acto educativo.

Los medios, las mediaciones y los contenidos para el estudiante autónomo

Para definir al Estudiante Autónomo no solo se define de manera espacial al tutor, también cobra especial atención la comprensión del papel de los medios, las mediaciones y los contenidos.

Los medios se pueden considerar como algo que le es natural al ser humano quién a través de sus capacidades se apropia del espacio y del tiempo, estas capacidades son el resultado del intercambio con el mundo, el Estudiante Autónomo emplea los medios y las mediaciones para flexibilizar en tiempo y espacio al acto educativo.

Las mediaciones se pueden entender como un conjunto de acciones o intervenciones, recursos, materiales didácticos e imaginarios que intervienen en el acto educativo. Su objetivo principal es facilitar la relación entre el estudiante.

Los contenidos son los insumos que se requieren para diseñar las actividades de enseñanza-aprendizaje a través de la exploración, aprehensión y producción de nuevos conocimientos.

Hoy comprendo que los medios y en general las TIC se supeditan a la planeación del acto educativo convirtiéndose en magníficos recursos didácticos en todo el proceso. Así mismo, toda experiencia educativa mediada por estos dispositivos móviles sirve básicamente a dos finalidades: 1) el desarrollo de destrezas habilidades y competencias en el manejo de la información, 2) desarrollo de destrezas, habilidades y competencias comunicativas para la producción colaborativa a través de redes. A futuro estas serán destrezas esenciales para el Estudiante Autónomo.

La familia para el estudiante autónomo

Todo lo anterior no debe dejar de lado ni restar importancia a la comprensión del papel de la Familia. El sistema educativo ha experimentado importantes reformas, entre las cuales se destaca un esfuerzo por promover la colaboración entre escuelas y familias con el fin de mejorar la calidad de la educación de los estudiantes. En la Localidad de Los Mártires descubrimos que existe una gran importancia de la familia en los logros educativos de sus hijos; por lo tanto una buena conjunción de esfuerzos de ambas instituciones –familia y escuela–, sería un factor clave para una pedagogía efectiva.

No es distinto para las comunidades indígenas, en donde todas las decisiones se escalan en todos los niveles de la sociedad, y se logra la participación y beneficio del mayor número de beneficiarios involucrando de lleno a toda el núcleo familiar

Existe entonces, una evidente necesidad de disminuir la distancia entre las familias y las escuelas, para lo cual se debe contar con herramientas que sean propositivas en términos de fortalecer las relaciones, de tal manera que ambos sistemas valoren mutuamente sus roles y hagan una "alianza" para enfrentar juntos los procesos formativos. La corresponsabilidad de las familias en la educación implica la vinculación con el proceso formativo, el conocimiento del transcurrir institucional y la toma de decisiones que afectan a la comunidad educativa.

El directivo para el estudiante autónomo.

Por último pero no menos importante está el papel del directivo, en nuestra experiencia compartir los propósitos formativos con los Uitoto, explicarlos a profundidad y convencerlos de sus beneficios fue un ejercicio muy provechoso.

Recuerdo que era al primer sábado en la tarde de nuestra estadía en La Chorrera (Amazonas), cuando uno de los representantes indígenas pasó a nuestro lugar de vivienda y nos indicó que la ceremonia, para aceptar nuestros propósitos, iniciará en pocos minutos que debíamos ponernos en marcha para hablar con varios caciques, en el aire se percibía un ambiente tibio y calmado, el silencio predominaba en el pueblo, al llegar a la Maloka nos recibió el Anciano un saludo parco, más bien frío, luego de unos minutos llegaron más de quince personas y comenzó una sesión de preguntas de ellos y respuestas de nosotros, el eje principal de toda la conversación: la conveniencia de nuestras enseñanzas para el pueblo Uitoto.

Puntos de vista a favor, preguntas retadoras y en tonos bastante serios y sobre todo respuestas honestas por parte del equipo FiPCAM, nuestra visita llevaba un propósito educativo definido, no negociamos sobre eso, en últimas su cumplimiento será nuestro producto cuando terminemos la semana.

Dos años antes, en el CADEL de la Localidad de Los Mártires en Bogotá sostuvimos múltiples reuniones con los rectores de las ocho Instituciones Educativas Beneficiadas del proyecto su objetivo comprender el propósito del proyecto.

Mi reflexión hoy es que por sobre cualquier idea, no es el Estudiante Autónomo el que indica cual es el propósito educativo pero si debe compartirlo, convencerse de él y sentirlo, así se convierte en tarea cotidiana del directivo velar por la preservación del propósito educativo.

Tanto para los Uitoto como la para las Instituciones Educativas en Los Mártires resultó vital la vinculación de los directivos; los unos en su Casa de Gobierno o en la Maloka y los otros en el CADEL pero siempre con el ánimo de "tomarle la temperatura" al proceso y ejecutar acciones de mejora inmediatas.

Según León Gereño y Cols (2008)[3] el directivo se puede considerar como un agente clave en la viabilidad, sostenibilidad, perdurabilidad, escalabilidad y calidad del proceso educativo. Para llevar a cabo procesos educativos se pueden identificar algunas actitudes que deberían tener en cuenta las personas que conformen el equipo directivo, según Lugo y Kelly (2011)[4]:

  • Aceptar que toda iniciativa de mejora cuestiona un estado de situación inicial.

  • Valorizar lo realizado hasta ahora, pero también aceptar que es posible mejorar; generar confianza en los otros participantes del proceso de innovación para que puedan exponer su mirada, lo que representa una posibilidad de mejora y crecimiento profesional.

  • Reconocer las dificultades y las resistencias como parte del proceso, y no como obstáculos externos a él.

  • Integrar el proceso a las condiciones institucionales, sus miembros y espacios, valorando las características propias de cada escuela y comunidad.

  • Plantear un clima de trabajo en el que se prevea que tomar riesgos es un componente previsto de la innovación.

Así pues la mirada reflexiva desde nuestra experiencia en estos dos proyectos no contempla la definición de un Estudiante Autónomo como un actor que dirige su propio proceso educativo sino como un ser que pertenece a dicho proceso y se ve afectado por los demás actores del mismo, los directivos, la familia, las tecnologías y sus docentes; actores definidos que terminarán imprimiendo y potencializando las características de autonomía que a futuro le permitirán participar en el crecimiento de sí mismo y de su comunidad.

La vida de toda persona está enmarcada en el cumplimiento de ciclos, pequeñas rutinas de crecimiento, a las que algunos llamamos "metas". Algunos de estos ciclos nos permiten ingresar al mundo laboral, algunos nos permiten mejorar a la sociedad, algunos de estos ciclos nos permiten crear una familia y algunos proyectarnos para un gran éxito en la vida. Probablemente comprender, y fomentar la autonomía en nuestros estudiantes sea de vital importancia para el futuro de la sociedad.

Bibliografía

Cope, B., Kalantzis, M. (2009) Ubiquitous Learning. Exploring the anywhere/anytime possibilities for learning in the age of digital media. Chicago: University of Illinois Press.

De Zubiría, M. y otros. (2005). Enfoque pedagógicos y didácticas contemporáneas. Bogotá: Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual Alberto Merani.

De Zubiría, M. (2007). Psicología de la felicidad. Bogotá: Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual Alberto Merani.

Gardner, H. (2000) La educación de la mente y el conocimiento de las disciplinas: lo que todos los estudiantes deberían comprender. Barcelona: Paidos Ibérica.

LÉON GUEREÑO, MARGARITA [et al.] (2007). Cursos de formación de profesorado en TIC en el País Vasco: Educación Infantil y Educación Primaria. Desarrollo de competencias tecnológicas para mejorar la práctica cotidiana del aula. En http://dewey.uab.es/pmarques/dim/aulatic/docs/margaritaleon.pdf [Consulta, 25 de marzo de 2009].

SALINAS,J. (1997a): Enseñanza flexible, aprendizaje abierto. Las redes como herramientas para la formación. En. CEBRIÁN,M. Y otros (Coord.): Recursos Tecnológicos para los procesos de Enseñanza y Aprendizaje. CE/Universidad de Málaga.

 

 

Autor:

Carlos Diaz

 

[1] Salinas, J (1997) Nuevos ambientes de aprendizaje para una sociedad de la información. Disponible en: http://gte.uib.es/pape/gte/sites/gte.uib.es.pape.gte/files/Nuevos%20ambientes%20de%20aprendizaje%20para%20una%20sociedad%20de%20la%20informaci%C3%B3n.pdf

[2] Denominada igualmente inteligencia interpersonal y explicada en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner como la capacidad de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir.

[3] La gestión del cambio tecnológico en los centros educativos del País Vasco. En Revista de Medios y Comunicación No. 31 de 2008 pp 39-57. Disponible en: http://www.sav.us.es/pixelbit/pixelbit/articulos/n31/n31art/art314.htm

[4] Lugo, M., y Kelly, V. (2011) La gestión de las TIC en la escuela secundaria: nuevos formatos institucionales (p. 47)