Definición de seguridad
Etimológicamente SEGURIDAD proviene del latín SECURITAS que significa calidad de seguro. Sin embargo, en el sentido semántico de la palabra, el término SEGURIDAD ampliado en su interpretación se refiere a un ambiente estable donde se presume la inexistencia de peligros, temores y daños hacia las personas y sus pertenencias. En otro sentido, la seguridad constituye aquel grado de tranquilidad y confianza que tiene toda persona para un momento dado. Es algo internalizado en el hombre y que surge en él como una sensación integrada a la idea de que no existen razones de peligro o temor. La seguridad es en sí algo abstracto (no material), que solamente se percibe como una sensación propia fundamentalmente de los seres humanos debido al resultado obtenido como producto de la aplicación de ciertas medidas de protección o de la existencia de condiciones favorables para asumir esa sensación de seguridad.
Dependiendo del medio ambiente donde el hombre realiza sus actividades y de las medidas de protección que de cualquier tipo existan en su alrededor, así como el grado de confianza que él pueda tener hacia ellas, fluctuaría entonces un nivel de seguridad variable que tan sólo esa persona puede percibir.
Ampliando un poco más el concepto de seguridad, debemos entender que el mismo tiene diversas interpretaciones y valoraciones tanto objetivas como subjetivas, lo que trae como consecuencia la existencia de varias clasificaciones y la determinación de diferentes tipo de seguridad.
Haciendo otro enfoque; en un sentido general, la seguridad es la garantía dada al individuo de que se persona, sus bienes y sus derechos no serán objeto de ataques violentos y que si éstos se llegasen a producir, le serán asegurados, protegidos y reparados por la sociedad y el Estado. En consecuencia, la seguridad se manifiesta en los diferentes niveles de la sociedad: en el nivel individual, en los grupos, en las comunidades, en la nación, en el Estado y en el ámbito interestatal o internacional. Por otra parte, la seguridad se ramifica en especialidades calificadas que conforman u cuadro de múltiples facetas de gran importancia. En consecuencia, podríamos mencionar algunos tipos de seguridad que conforman a esta gran espectro: Seguridad y Defensa, Seguridad Industrial, Seguridad Vial, Seguridad Integral, Seguridad Bancaria, Seguridad Jurídica, Seguridad Social, Seguridad Vecinal, Seguridad Interna, Seguridad Económica, Seguridad Física, entre otros.
Definición de protección
Etimológicamente PROTECCIÓN proviene del latín PROTECTIO que significa acción y efecto de proteger. En el sentido semántico PROTECCIÓN se puede interpretar como un conjunto de medidas empleadas por un sistema protector. Este sistema protector normalmente está diseñado e integrado por medidas aplicables en función de lo que se requiera proteger para preservar y garantizar la seguridad de los bienes, de las personas y del Estado en su amplio contexto.
Al analizar este concepto podemos reflejar que la protección deja de ser algo abstracto, siendo tangible en función de todas aquellas medidas que se apliquen. Cuando construimos un muro alrededor de una instalación, instalamos un eficiente alumbrado protector, aplicamos controles en las puertas de acceso a una instalación o áreas a ser protegidas, diseñamos y ponemos en funcionamiento un sistema de alarma, ejecutamos patrullajes y ejercemos acciones de vigilancia; estamos en presencia de una serie de medidas claramente tangibles las cuales forman parte de un sistema protector.
Es importante considerar que para obtener la seguridad deseada en una instalación debemos estar conscientes que ello se lograría en la medida que podamos contar con un personal de vigilancia bien organizado, entrenado y equipado que sea capaz de garantizar la protección física requerida.
No todas las barreras y dispositivos de protección que se diseñen producirán el efecto deseado aunque tengan las mejores bondades tecnológicas. Mientas estos elementos no dispongan del apoyo adecuado de una fuerza de protección humana que los respalde, así como también puedan operar y controlar a estos dispositivos con el mayor grado de habilidad, destreza y eficiencia; difícilmente se logrará generar una efectiva protección.
Normalmente los dispositivos de protección cumplen la función de retardar la penetración de los intrusos. No la impiden mientras estos intrusos dispongan de medios adecuados y los utilicen en condiciones favorables a su causa para contrarrestar o burlar la acción de los dispositivos de protección.
Relación y diferencia entre seguridad y protección
Al analizar los conceptos precedentes orientados hacia la seguridad y protección podemos distinguir claramente que entre ambos existe una marcada diferencia en cuanto a su significado se refiere. Mientras la seguridad es algo abstracto e intangible a simple vista; la protección se manifiesta mediante la aplicación de medidas tangibles y observables que forman parte de un sistema protector. A pesar de esta diferencia, ambos términos jamás deben estar divorciados ya que guardan una estrecha relación de interdependencia. La protección tiende a dar seguridad o la seguridad se genera en función de unas medidas de protección que se aplican en un momento y lugar determinado.
El nivel de seguridad dependerá de las eficiencias de estas medidas así como también de algunos factores externos o internos condicionales e influyentes de la zona donde el hombre lleva a cabo sus actividades.
Difícilmente podemos sentir cierto grado de tranquilidad y confianza, alejados del temor y del peligro sino contamos con alguna medida de protección. Este aspecto es tan importante en su señalamiento ya que hasta en los animales se exterioriza el sentido de la seguridad cuando activan sus mecanismos de defensa para protegerse de otros animales y de la acción del hombre. Obviamente que la superioridad de sus rivales o la astucia que éstos ponen de manifiesto impiden la efectividad de los mecanismos de defensa puestos en práctica.
El contenido de este manual está enfocado de manera específica hacia las diferentes medidas de protección física, tanto activas como pasivas, que podrían aplicarse en una instalación.
Su redacción está hecha en un lenguaje sencillo, de fácil entendimiento y aplicación. El contenido busca en todo caso concientizar a las personas acerca de la necesidad de protección tanto en el medio público como privado.
La planificación de adecuados programas educativos en materia de seguridad ayudará de manera significativa en el logro de este propósito.
Es conveniente recordar que: "LA SEGURIDAD ES RESPONSABILIDAD DE TODOS".
Vulnerabilidades y riesgos
En toda concepción preliminar relacionada a la planificación de la protección física de una instalación, es necesario considerar previamente dos elementos muy importantes que deben ser tratados y analizados en profundidad ya que los mismos van a influir de manera determinante en dicha planificación. El inadecuado conocimiento y la inefectiva evaluación de estos elementos podrían traer graves consecuencias en una instalación.
Los elementos a los cuales me refiero son: LA VULNERABILIDAD Y EL RIESGO.
No se concibe la idea de pensar en la necesidad de hacer erogaciones de dinero, así como también diseñar, instalar y operar diferentes equipos y dispositivos de protección física apoyados con un eficiente cuerpo de vigilancia que integra a lo que se conoce como la Fuerza de Protección; sin que previamente se haya internalizado en la mente del hombre la existencia de algunas vulnerabilidades capaces de materializar ciertos riesgos y como consecuencia de ello se produzcan daños y pérdidas significativas en una instalación. En otras palabras, realmente no tendría sentido este esfuerzo.
Tanto la existencia así como las posibilidades de que estos elementos hagan acto de presencia en cualquier instalación, constituyen precisamente las razones de peso para pensar en la idea de diseñar un sistema de protección física de instalaciones.
Definición de vulnerabilidad
En materia de protección física de instalaciones podemos definir a la VULNERABILIDAD como una situación desventajosa en la que en un momento dado puede encontrarse una instalación o área protegida debido a fallas o deficiencias originadas por la omisión o incumplimiento de normas establecidas, por la inoperatividad o mal funcionamiento de los equipos y dispositivos de protección, condiciones inseguras, áreas desprotegidas siendo potenciales vías de penetración, etc., las cuales lógicamente incrementarán las posibilidades de materialización de algún RIESGO, bien sea natural o artificial.
Además de los señalamientos planteados en la definición en lo que a situaciones de vulnerabilidad se refiere; es importante destacar que cuando se vaya a realizar la selección del personal de vigilancia en cualquiera de sus tipos (militar, civil o mixta) será necesario efectuarle a este personal una efectiva INVESTIGACIÓN DE SEGURIDAD DE PERSONAL ya que de lo contrario podríamos estar generando una situación de vulnerabilidad. En este caso le estaríamos entregando las armas a unas personas que en la práctica tienen la función de proteger a una instalación. Sin embargo debemos plantearnos varias interrogantes para disminuir esta situación de vulnerabilidad. Interrogantes tales como: ¿Conocemos verdaderamente la identidad real de este personal de vigilancia? ¿Conocemos sus antecedentes, el lugar donde vive y el ambiente que lo rodea? ¿Conocemos a sus amistades, los sitios que frecuenta, su comportamiento ciudadano, su ideología política, sus posibles conexiones con organismos de inteligencia o espionaje enemigo, o bien su relación con organismos públicos y privados interesados en conocer algún aspecto importante de la instalación a ser protegida? Si estas interrogantes, además de otras que puedan surgir no son aclaradas adecuadamente, podrían materializarse algunos riesgos dañinos para la instalación. Robo de mercancías, sabotajes, extravío de documentos de gran valor para la organización, ataques a la instalación, espionaje, etc. Son algunos de los riesgos que podrían materializarse como consecuencia de esta situación de vulnerabilidad.
Visto de manera general el enfoque dado al concepto de vulnerabilidad, surge un segundo término o elemento que está estrechamente ligado a dicha vulnerabilidad. Este elemento es el que se conoce como RIESGO.
Definición de riesgo
En materia de protección física de instalaciones, el RIESGO es una condición o acto que al materializarse puede causar un daño parcial o total a una instalación o área protegida. Este daño involucra pérdida de materiales, equipos y mercancías, pérdidas de documentos importantes, fuga de información, daños a los edificios y otras áreas, daños a la integridad física de las personas que se encuentran en la instalación, daños a los sistemas de energía eléctrica y suministro de agua, fractura o rotura en las tuberías de gases, alteraciones en los sistemas de alarmas y otros dispositivos de protección, etc.
En atención a su origen o a su procedencia los RIESGOS se pueden clasificar en NATURALES y ARTIFICIALES.
RIESGOS NATURALES
Son condiciones que al materializarse ponen en peligro a la seguridad que se aspira lograr en una instalación. Este peligro se extiende hacia las personas que se encuentran en dicha instalación, los bienes, objetos, materiales y equipos; causando daños y pérdidas como consecuencia de los efectos originados por la acción de elementos o fenómenos naturales tales como: INUNDACIONES, TERREMOTOS, SISMOS, HURACANES, MAREMOTOS, CONDICIONES EXTREMAS DE FRÍO O CALOR, etc.
Por ser fenómenos naturales generalmente este tipo de riesgo escapa del control efectivo del ser humano. Difícilmente se puede eliminar la posibilidad de su ocurrencia; sin embargo, se pueden adoptar y aplicar ciertas medidas de protección para minimizar sus efectos, evitando así que los daños sean mayores.
Una INUNDACIÓN puede producir daños a los bienes o propiedades de la instalación; destrucción de las barreras perimétricas y cortos circuitos en los dispositivos de alarmas entre otros daños. La construcción de muros de contención ayudan favorablemente en la disminución de los daños.
TORMENTAS acompañadas de fuertes vientos y lluvias intensas pueden causar cortocircuitos en los dispositivos de alarmas, limitada visibilidad e interferencia o incomodidad por activación de algunas alarmas sin control.
Los TERREMOTOS pueden causar alteraciones en las alarmas, crear situaciones de pánico, producir incendios con fracturas o roturas de las tuberías de gases, fracturas y derrumbes de edificios y otras construcciones.
Los fuertes vientos de los HURACANES dañan e interrumpen las líneas de energía eléctrica, crean situaciones de pánico, causan riesgos para las operaciones aéreas, etc.
En las regiones donde se produzcan NEVADAS, las carreteras o rutas pueden ser bloqueadas como consecuencia de este fenómeno, se retarda o neutraliza el buen funcionamiento de las alarmas, así como también se dificulta la intervención oportuna de las personas y organismos de seguridad encargados de atender situaciones de emergencia.
Las CONDICIONES EXTREMAS DE FRÍO O CALOR originados por cambios bruscos de la temperatura pueden ocasionar daños en algunos materiales y equipos representando pérdidas en la organización. Pueden también afectar algunos equipos de comunicaciones, alteraciones en algunos sensores de alarmas, etc.
Para atender estas situaciones de riesgos naturales es conveniente hacer una evaluación efectiva en lo que a posibilidades de ocurrencia se refiere y como resultado de la misma elaborar los planes correspondientes que permitan atender situaciones de emergencia ante la presencia de uno de los fenómenos naturales antes mencionados.
RIESGOS ARTIFICIALES
Son actos que al materializarse ponen en peligro a la seguridad que se aspira lograr en una instalación. Este peligro se extiende hacia las personas que se encuentran en dicha instalación, los bienes, objetos, materiales y equipos; causando daños y pérdidas como consecuencia de los efectos originados por la ACCIÓN DIRECTA O INDIRECTA DEL HOMBRE, tales como: SABOTAJE, ROBO, ESPIONAJE, ATAQUES A LA INSTALACIÓN, DISTURBIOS CIVILES, ACTOS TERRORISTAS, ACCIONES SUBVERSIVAS, etc.
Para atender estas situaciones de riesgos materializadas por el hombre es necesario planificar, diseñar y ejecutar medidas de protección física de instalaciones, tanto activas como pasivas, acompañadas de una serie de tareas y actividades que permitan disminuir al máximo las posibilidades de materialización de estos riesgos.
De manera muy especial analizaremos brevemente algunos riesgos artificiales y estableceremos ciertos procedimientos o acciones para su neutralización.
El robo
Es un acto dañino y malicioso realizado con el propósito de satisfacer una necesidad personal de uso o de consumo, o bien para obtener un beneficio económico. Este beneficio lo obtiene quien ejecuta el acto de robar o una tercera persona que muchas veces es un familiar del actuante. Normalmente este hecho se materializa cuando una persona se apodera en forma ilegal de algún objeto o cosa de valor.
En muchas ocasiones esta actividad es realizada por varias personas que actúan como agentes externos o existe la participación y complicidad de agentes internos representados por empleados u obreros que laboran en la instalación.
Dependiendo de las circunstancias, podemos considerar que existen dos tipos de robo. EL ROBO PREMEDITADO y El ROBO OCASIONAL.
El ROBO PREMEDITADO requiere de una planificación previa debidamente detallada y en el cual normalmente participan varias personas. En este tipo de robo muchas veces existe la complicidad de algún empleado que ocupa cierto cargo administrativo o de confianza en la instalación. Obviamente que en este tipo de acción las personas que la realizan aspiran obtener grandes beneficios económicos ya que se trata de un esfuerzo bien planificado donde se conjugan numerosos riesgos o situaciones de peligro que atentan contra el logro del objetivo perseguido. En este caso las pérdidas que sufriría la organización son significativas.
El ROBO OCASIONAL normalmente no requiere de planificación, o en todo caso cuando ella se realiza es muy poca. El acto de robar en forma ocasional generalmente se identifica con el apoderamiento de objetos o cosas en pequeñas cantidades para consumo propio o de un familiar. Muchas veces surge de la necesidad que para un momento determinado tiene el ladrón de ciertos artículos y la posibilidad de adquirirlos se presenta ante la existencia de deficientes medidas de protección. Igualmente el robo ocasional es realizado por empleados u obreros que laboran en la instalación; siendo esta actividad difícil de detectar en forma inmediata. Para ello en todo caso será necesario establecer estrictos controles de inspección, detección y registro.
En sentido general, surge en la mente del ladrón la idea de robar objetos o artículos DE POCO VOLUMEN, DE FÁCIL TRANSPORTE, que tengan un ALTO VALOR UNITARIO y que le permitan una FÁCIL REVENTA
Los objetos que se roban con mayor frecuencia se refieren a mobiliario, equipos y material de oficina, herramientas, alimentos, ropa, aparatos pequeños, licores, productos farmacéuticos, piezas de vehículos, armas, joyas y cualquier otro artículo de interés que no le produzca mayores complicaciones al ladrón, dependiendo de los productos que se elaboran (incluyendo materia prima) o de las actividades que se realizan en la instalación. En este aspecto indudablemente no se debe descartar el robo del dinero en efectivo.
El robo de documentos, informaciones y materiales clasificados o de gran valor para una organización, requiere de un tratamiento específico que será tratado en el riesgo de espionaje.
Algunas medidas, procedimientos o acciones que se pueden aplicar en una instalación para contrarrestar o minimizar la posibilidad de ocurrencia del robo, son las siguientes:
Establecer y operar un eficiente sistema de inspección, registro y control de paquetes. De manera muy especial durante la salida en las puertas de acceso a la instalación o áreas protegidas.
En caso de salida de equipos y materiales de la instalación; los miembros de la Fuerza de Protección ubicados en las puertas de acceso deberán verificar la autorización y orden de salida firmada por el Jefe de la Dependencia o la persona autorizada para firmar las órdenes de salida. En caso de dudas se procederá a su verificación.
Diseñar e instalar un adecuado sistema de detección de intrusos integrado por diversos dispositivos y tipos de alarmas.
Disponer de buenas barreras perimétricas y un adecuado alumbrado protector. Estas medidas pasivas pueden estar acompañadas de frecuentes patrullajes móviles, puestos fijos de vigilancia, garitas o torres de observación, etc. A las barreras perimétricas se les pueden conectar dispositivos y sensores de alarmas que se activan cuando se produzcan roturas o daños a las mismas o cuando alguien intente traspasarlas mediante el escalamiento u otra forma de infiltración.
Es recomendable que las áreas de estacionamiento para vehículos de visitantes, en lo posible estén ubicadas fuera del perímetro de la instalación. En caso de existir estacionamientos internos, éstos deben estar delimitados por barreras perimétricas y debidamente controlados.
Realizar, con frecuencia, inventarios de los bienes muebles existentes en la instalación así como también llevar un efectivo control de las mercancías existentes en los depósitos.
Identificar adecuadamente los bienes muebles de tal manera que facilite su control y supervisión.
No exponer a la fácil observación aquellos objetos que puedan ser robados ya que esto puede despertar el interés del ladrón para materializar el robo.
Al finalizar las labores, los miembros de la Fuerza de Protección o Personal de Vigilancia deberán chequear las llaves, las cerraduras y otros mecanismos de cierre, así como también verificar que las diferentes dependencias permanezcan cerradas si no se requiere lo contrario. Atender con mayor esfuerzo aquellas dependencias donde existan objetos que puedan ser robados fácilmente.
Establecer un adecuado programa educativo de seguridad a los fines de orientar al personal que labora en la instalación y alertarlos acerca de las consecuencias que le afectarían en caso de ser detectados cometiendo un hecho de robo. Esto indudablemente le acarrearía la pérdida de su trabajo y la disposición a la orden de las autoridades competentes.
Ejercer influencia psicológica sobre el personal para contrarrestar en ellos la intención y el deseo de robar en la instalación.
Instalar dispositivos de observación en áreas sensitivas donde puedan ocurrir robos. El empleo de circuitos cerrados de televisión podría ser una buena alternativa.
Realizar inspecciones periódicas para detectar objetos y materiales que se encuentren en áreas donde no corresponden.
Establecer responsabilidades a los jefes de las diferentes dependencias de la organización para que presten su apoyo en el control y supervisión de los bienes muebles asignados a las mismas.
Proveer de excelente iluminación a las áreas de estacionamiento ya que la luz crea un efecto disuasivo – psicológico sobre el ladrón, disminuyendo así la posibilidad de materialización de robos.
Cualquier otra medida, actividad o procedimiento que tienda a neutralizar este riesgo.
Sabotaje
El sabotaje es un riesgo artificial, considerado como una actividad dañina y perjudicial para cualquier instalación el cual se ejecuta con el propósito de paralizar de manera parcial o total las actividades que en ella se realizan. Además de la paralización de las actividades, también se busca con el sabotaje producir daños a las estructuras de los edificios, a las maquinarias y equipos, destrucción de archivos y otros bienes de la organización, pudiéndose extender los mismos atentando contra la integridad física de las personas.
Esta acción normalmente puede ser realizada por algún empleado o miembro de la organización, o bien por un elemento extraño que penetra a la instalación con la finalidad de llevar a cabo este propósito. Existen diferentes motivos que le asisten a un saboteador para producir daños en maquinarias, equipos, áreas restringidas, almacenes, depósitos, archivos clasificados y otras dependencias. Estos motivos pueden ser por dinero, venganza, odio, ideología, chantaje, inconformidad, presión, crear pánico, por razones de acción bélica que forma parte de las operaciones para destruir al enemigo o neutralizar el flujo o apoyo de abastecimiento logístico a las unidades militares.
Cabe señalar que existen diferentes tipos de sabotaje; entre los cuales podemos mencionar los siguientes: SABOTAJE MECÁNICO, SABOTAJE PSICOLÓGICO, SABOTAJE QUÍMICO, SABOTAJE INCENDIARIO, SABOTAJE BACTERIOLÓGICO, SABOTAJE CON EXPLOSIVOS MILITARES E INDUSTRIALES, SABOTAJES CON ARTEFACTOS EXPLOSIVOS IMPROVISADOS, SABOATJE MEDIANTE ACCIONES DE INTERFERENCIAS EN LAS COMUNICACIONES y otras actividades realizadas con el fin de lograr el propósito planteado al inicio del enfoque de este riesgo.
Algunas medidas generales, procedimientos o acciones que se pueden aplicar en una instalación para contrarrestar o minimizar la posibilidad de ocurrencia del Sabotaje; son las siguientes:
Establecer y operar un eficiente sistema de identificación, registro y control de personas, paquetes y vehículos.
Disponer de adecuados equipos y dispositivos de detección de intrusos y de artefactos explosivos.
Efectuar supervisiones constantes en las áreas de trabajo para detectar posibles saboteadores internos. Esta actividad puede ser coordinada, dirigida y apoyada por supervisores de guardia como miembros de la Fuerza de Protección.
Elaborar y divulgar internamente los planes de emergencia para atender situaciones de sabotajes.
Mantener en lo posible registros de personas con antecedentes de actividades subversivas o de sabotaje. Sería conveniente establecer coordinaciones con los organismos de Seguridad del Estado.
Llevar un control de empleados y obreros descontentos o que con frecuencia asumen una actitud negativa en contra de las disposiciones establecidas en la instalación ya que podrían ser considerados como potenciales saboteadores.
Elaborar y conducir un eficiente programa educativo en materia de protección física de instalaciones con el propósito de orientar al personal sobre aspectos relacionados a los daños que podrían producirse en casos de sabotajes y las consecuencias legales.
Hacer uso adecuado de la Fuerza de Protección en cuanto a las actividades de vigilancia y observación se refiere. En las puertas de acceso es conveniente emplear hombres con mucha malicia, habilidad y astucia, así como también tengan un gran sentido de responsabilidad en el cumplimiento de sus funciones. Con la ayuda de los dispositivos de detección que se utilizan en apoyo, este personal contribuirá favorablemente para neutralizar la posibilidad de materialización del riesgo de sabotaje.
Espionaje
ºEl Espionaje es una actividad continua y clandestina conducida por países, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra; con el propósito de enterarse de ciertos secretos militares, políticos, industriales, tecnológicos, científicos y de otra índole de mucha importancia correspondientes a otros países. Las informaciones obtenidas mediante esta actividad pueden servir de base para planificaciones a nivel estratégico, como pueden afectar el desarrollo, además de la Seguridad y Defensa de las Naciones.
El espionaje constituye un riesgo de especial consideración en aquellas instalaciones donde existen documentos, materiales e informaciones clasificadas o de vital importancia tanto para una organización como para la Seguridad y Defensa del País.
Las personas que realizan esta actividad normalmente actúan clandestinamente empleando una cobertura artificial en cuanto a identidad y ocupación real, así como también reciben un adiestramiento intensivo y detallado para que puedan operar y pasar por desapercibido en el área donde deban desarrollar sus actividades de espionaje.
Los agentes espías son personas muy habilidosas con una gran capacidad de ingeniosidad, por lo que tratan en todo momento infiltrarse en algunas instalaciones para obtener informaciones mediante la manipulación de las personas que tienen acceso autorizado a documentos, informaciones y materiales clasificados o de gran valor para una organización. Para ello el espía se vale de diferentes métodos, técnicas y procedimientos que le permitan lograr su propósito.
Algunas medidas, procedimientos o acciones que se pueden aplicar en una instalación para contrarrestar o minimizar la posibilidad de ocurrencia del riesgo de espionaje, son las siguientes:
El Oficial o la persona responsable de la protección física de la instalación deberá realizar o coordinar la elaboración de investigaciones de Seguridad de Personal a las personas que requieran empleo en la misma. Especial atención a las personas seleccionadas para ocupar cargos sensitivos en la organización o vayan a tener acceso en el manejo de documentos, informaciones y material clasificado o de valor significativo para la organización.
Elaborar autorizaciones al personal que conocerá y manejará informaciones, documentos y materiales clasificados o de valor significativo para la organización.
El personal autorizado para manejar informaciones, documentos y materiales clasificados firmará una caución de ingreso donde se indique el grado de clasificación o nivel de la autorización otorgada al caucionado, así como las sanciones previstas en el ordenamiento legal en caso de revelar información clasificada. Igualmente se le hará firmar una caución de egreso una vez que cese sus funciones.
Realizar evaluaciones continuas a este personal una vez que haya sido aceptado en la organización. Estas evaluaciones deben incluir pruebas de lealtad.
Mantener una estrecha coordinación con los organismos de Seguridad del Estado para obtener informaciones relacionadas a la posible existencia de organizaciones y agentes de espionaje en el país.
Adiestrar y orientar al personal sobre los riesgos y las consecuencias que se producirían al revelar informaciones clasificadas.
Establecer un estricto control de las personas que visitan a las dependencias oficiales y todas aquellas instalaciones sensitivas.
Delimitar las áreas sensibles o restringidas que existen en la instalación ya que las mismas requieren de un mayor control y supervisión.
Verificar que los documentos y materiales clasificados así como aquellos de vital importancia para la Organización, estén debidamente protegidos. Para ello será necesario cumplir de manera eficiente los procedimientos y normas legales que para tal efecto han sido establecidas.
Orientar al personal para que no divulgue información clasificada en presencia de personas que no están autorizadas para conocerlas.
Establecer y operar un adecuado sistema de protección de barreras, alumbrado protector, dispositivos de alarmas y detección de intrusos, control de acceso y otras funciones de protección física.
Ejercer un efectivo control sobre las personas de origen extranjero que visitan a las instalaciones militares, dependencias oficiales y otras de interés nacional para la Seguridad y Defensa ya que las mismas podrían buscar confianza y acercamiento hacia quienes manejan informaciones, documentos y materiales clasificados, utilizando para ello algunas cubiertas, tales como: comerciantes, promotores de eventos culturales, profesionales de la educación, artistas, técnicos en mantenimiento y otras actividades que le permitan operar en el área de manera desapercibida para que no sea detectada su ocupación real.
Planificar y conducir en todo momento operaciones orientadas a detectar, descubrir o capturar personas sospechosas nacionales y extranjeras que realicen o tengan la intención de realizar actividades de espionaje.
Cualquier otra medida, actividad o procedimiento que tienda a neutralizar este riesgo.
Evaluación de riesgos
Es el proceso que debe realizar la persona responsable de la protección física de una instalación con el propósito de determinar las vulnerabilidades existentes, pudiendo de esta manera formular las medidas activas y pasivas que sean necesarias para reducir, eliminar o neutralizar las acciones o condiciones potenciales que puedan causar daños a la instalación, detectar las fallas existentes en los sistemas de protección y en los sistemas propios para el funcionamiento de las actividades laborales, lo cual nos permitiría establecer las vulnerabilidades capaces de materializar ciertos riesgos; podríamos adoptar medidas que tengan la tendencia de reducir estos riesgos y por ende exponer menos a la instalación bajo los efectos de algunos agentes naturales o artificiales sobre su infraestructura física, los bienes y las personas que en ella se encuentran.
En estos casos la persona responsable de la protección física deberá recomendare a los directivos de la organización o al jefe de la dependencia las medidas a adoptar para reducir o eliminar dichos riesgos. Estas medidas incluyen reparaciones, construcciones, adquisición de nuevos equipos de protección tomando en cuenta los avances tecnológicos, empleo de otros sistemas de protección, mejoras en los programas de mantenimiento, programación de jornadas educativas de seguridad y el establecimiento de instrucciones precisas que deben ser cumplidas tanto por el personal de la Fuerza de Protección como por las personas que laboran en la instalación.
Técnicas para evaluación de riesgos
Estas Técnicas consisten en la aplicación o ejecución de actividades en forma lógica, adecuada y oportuna con el propósito de alcanzar los objetivos establecidos y por ende una efectiva evaluación de riesgos.
En tal sentido, es importante integrar un equipo de técnicos o personas especializadas en diferentes áreas de protección quienes se encargarán de realizar las inspecciones necesarias para detectar las deficiencias y fallas que puedan poner en peligro a la instalación. Las fallas detectadas deben ser analizadas y evaluadas posteriormente para precisar las vulnerabilidades y a la vez los riesgos existentes.
Es conveniente hacer inicialmente un análisis del riesgo total; es decir, analizar los riesgos en forma global para luego establecer prioridades por sectores de acuerdo al grado de criticidad. Igualmente debemos hacer una clasificación de los riesgos para tratarlos y analizarlos por separado como consecuencia de la participación de agentes naturales o artificiales, tanto internos como externos.
La evaluación que se realiza para determinar las vulnerabilidades normalmente se fundamenta en las deficiencias o fallas latentes que se detecten en los sistemas de protección o en cualquier condición insegura; es decir, tanto en los dispositivos de retardo, detección o alarma, como en la ejecución de medidas activas y pasivas de protección que se haya establecido.
Para poder determinar las vulnerabilidades es conveniente realizar supervisiones constantes en las diferentes áreas mediante la aplicación de guías de verificación que permitan detectar las deficiencias existentes en los sistemas y medidas de protección, así como en los sistemas propios para el funcionamiento de las actividades laborales (sistemas y equipos mecánicos, hidráulicos, electrónicos y eléctricos, depósitos de material inflamable y explosivo, derrame de sustancias inflamables y otras condiciones inseguras).
En función de las deficiencias detectadas podremos establecer los riesgos a los cuales está sometida la instalación. En este aspecto es importante considerar la influencia que pudieran ejercer algunos elementos o factores internos o externos de tipo natural o artificial ya que los mismos ayudarían de manera significativa al logro de una buena evaluación.
Es conveniente considerar que durante la ejecución de este proceso evaluativo se requiere contar con el apoyo de personal de Seguridad Industrial y cualquier otro Personal especializado en las áreas relacionadas a los aspectos que serán evaluados.
Reducción y eliminación de riesgos
Normalmente los riesgos a los cuales está sometida una instalación no se pueden eliminar de manera definitiva y en menos ocasiones cuando se trata de riesgos naturales. En todo caso, una vez hechas las inspecciones necesarias para considerarlos desde el punto de vista de riesgos naturales y riesgos artificiales.
Además del grado de criticidad, la persona encargada de la protección física debe establecer lo relacionado a la severidad de los riesgos. Mediante muestras estadísticas o resultados cuantitativos se podrá determinar la probabilidad de ocurrencia de las fallas, pudiéndose calibrar los riesgos de mayor severidad y los de menor severidad. Los informes estadísticos también pueden indicar la frecuencia de la materialización de estos riesgos así como los daños y pérdidas ocurridas en la instalación.
Difícilmente podremos obtener excelentes resultados en una evaluación de riesgos si previamente no hemos elaborado unas guías de verificación apropiadas que permitan detectar todas las fallas y condiciones inseguras. Al no detectarse todas las fallas habrá la posibilidad que puedan surgir ciertos problemas debido a la no determinación de todas las vulnerabilidades.
Durante la realización de las inspecciones debemos hacer pruebas prácticas de todos los sistemas de protección para constatar su grado de operatividad y eficiencia. (Alarmas, dispositivos de detección de intrusos, barreras perimétricas, sistemas de identificación, registro y control, alumbrado protector y demás medidas de protección). Estas pruebas irán aclarando en forma real y efectiva el panorama de las vulnerabilidades y a la vez determinarán con gran acierto los riesgos que se están evaluando. Estas pruebas prácticas también las podemos conocer como pruebas de vulnerabilidad.
AJUSTES DE RIESGOS
Para hacer un ajuste de los riesgos en la instalación, es necesario establecer una apreciación de los efectos que puedan producirse como consecuencia de la acción de algunos elementos naturales y artificiales. En todo caso, por cada riesgo evaluado se debe sopesar el grado de daños que ocurrirían, como también determinar las posibilidades de paralización total o parcial de las actividades que se desarrollan en la instalación. Claro está que ello irá en función a la magnitud del siniestro, la importancia de la instalación, las actividades que en ella se realizan y otros aspectos de interés.
Tomando en cuenta lo antes expuesto, el ajuste de riesgos cobraría una significación tal que de acuerdo a las prioridades que se determinen, será necesario aplicar las medidas pertinentes para cada caso evaluado en forma particular.
Fuente de información
Cuadernillo: "Seguridad y Protección", Lic. Juan Haroldo Zamora, Experto en Seguridad Física de Instalaciones, Venezuela.
Autor:
Edgar Tovar
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