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Proceso Contables y Administrativos. Desarrollo una realidad o una utopía

Enviado por Paulina Cadena


  1. Conclusiones
  2. Bibliografía

Partir de la pregunta ¿Qué es el Desarrollo?, pero sobre todo y lo más importante ¿Soy Feliz?. Soy feliz desde mi yo, desde mi entorno, soy feliz desde mi familia, desde mi sociedad, desde mi realidad. Preguntas y respuestas complejas y diferentes dependiendo de cada uno de los individuos; preguntas que han dado pie a que pensadores, analistas y estudiosos de los cambios y revoluciones, se atrevan a plantear teorías o modelos, en las que se plantean que son de valor universal o duraderas.

Nos encontramos en un punto en que cada vez es más generalizada la afirmación del fracaso de la ideología del desarrollo, que exige una construcción conceptual del mismo.[1]

Lograr trascender alrededor de las concepciones de desarrollo, que mas allá del crecimiento económico busque el desarrollo social, han sido los planteamientos que distintitos teóricos y pensadores contemporáneos, que preocupados por el devenir del ser humano, buscan incansablemente incidir en los paradigmas tradicionales, la definiciones del desarrollo y las metas para alcanzarlo.

Mientras que la idea dominante de desarrollo ha puesto en jaque a la vida, constituyéndose en el fundamento de una dinámica social que representa la principal amenaza para las oportunidades y posibilidades de vida de las personas y para sus propias bases de sustentación biológica, consideramos que la nueva cuestión de la sustentabilidad implica repensar el desarrollo desde esta preocupación central: reconstituir y preservar las bases naturales sobre las que reposa toda posibilidad de vida, ampliar los horizontes y oportunidades de vida y de realización de las personas.

Pero que tan acertadas y/o verdaderas son estas afirmaciones, ya que la experiencia y la realidad nos demuestran todo lo contrario, pues las circunstancias económicas, los ritmos sociales y culturales, así como las prioridades son distintas para cada pueblo o nación, pero sobre todo la utopía de lograr un desarrollo centrado en las personas, sus necesidades y capacidades.

Así mismo, es necesario considerar y analizar todo el aparataje conceptual existente relacionado con las teorías del desarrollo, pues aunque no son verdades absolutas o recetas a todos los problemas existentes, constituyen conocimientos y explicaciones con cierto orden de hechos y categorías que nos permiten "no olvidar", aprender y aprehender, para tratar de reconstruir y plantear proyectos de transformación radical.

Las teorías tradicionales del desarrollo son el reflejo de la reorganización del mundo después de la Segunda Guerra Mundial, bajo el modelo de los países industrializados victoriosos, visto como el sinónimo de bienestar, abundancia y progreso.

Los estudios sobre el desarrollo, se enfocaron hacia dos corrientes, la primera conocida como las teorías del crecimiento y desarrollo económico, y la segunda, corresponde a las teorías sociales o sociología del desarrollo[2]Sus principales supuestos fueron el hecho de que el subdesarrollo es una etapa previa para alcanzar el desarrollo y el camino es un proceso lineal. Una segunda tesis, de corte cuantitativo y determinista puso énfasis en la medición matemática con indicadores encuadrados en matemáticos, ahistóricos, dejando de lado los aspectos sociales, cualitativos y de proceso histórico del desarrollo de cada sociedad.

Recordando brevemente las diferentes teorías o conceptos relacionados con el desarrollo, es necesario recapitular las concepciones planteadas desde la teoría clásica base del Capitalismo y la propuesta Neoliberal o Monetarista, pues estas etapas son las más influyentes y desde nuestro punto de vista, la más devastadora del "ser". Un ser como parte de sí, pero sobre todo como parte de un todo, un todo que incluye su entorno, la relación con sus pares, pero sobre todo con su identidad. Un ser que es el único capaz de decidir cómo SER FELIZ.

Los economistas, Adam Smith y David Ricardo son los principales exponentes de la economía clásica, que en resumen afirman que el capitalismo promulga que los factores de la producción son el capital, trabajo y la tierra (recursos naturales), la tecnología es reconocida como otro factor, aspirando el de lograr la productividad máxima, es decir la creación del producto social (mercancía) y la concreción de las ganancias y ampliación del capital. El dar paso a que existan economías que están sobre otras, el que se dé inicio a la división internacional del trabajo, incidiendo en el consumo de la población; dónde el valor del dinero es lo primordial, es decir el que más dinero tiene vale más.

Se sustenta el análisis de la relación centro-periferia de nuestras sociedades con los centros desarrollados. La estructura productiva de los países del centro se caracteriza por ser homogénea y diversificada, mientras la de nuestros países periféricos es especializada y heterogénea. Diferencia estructural que se asienta en la división internacional del trabajo en la que nuestro rol es el de producir y exportar materia prima y alimentos hacia el centro y éste, producir y exportar bienes industriales y tecnología.

La propuesta Neoliberal o Monetarista, privilegia las fuerzas del mercado y las medidas económicas en el sector financiero, restringiendo en mucho la participación del Estado.

Es en esta época donde se evidencia o se generan crecientes capitales, a través de la explotación de la mano de obra, del intercambio desigual en el mercado, y de la usurpación de los recursos naturales, los salarios se han disminuido y las ganancias se han ampliado y concentrado en manos de pocos.

América Latina fue considerara como subdesarrollada, los diferentes indicadores sociales y económicos señalaban bajos niveles de ingresos por habitantes, elevados índices de natalidad y mortalidad, mala salud e inadecuado estado sanitario, baja productividad agrícola, analfabetismo, desempleo, inequidad, etc.

Pese a esta mirada externa, es necesario tomar en cuenta que América Latina siempre aportó con el desarrollo de las grandes potencias, claro está con la exportación de su riqueza natural, recibiendo a cambio únicamente su empobrecimiento y atraso.

Constatándose este desarrollo desigual que conlleva una desigual inserción en el mercado mundial y las transformaciones tecnológicas, la CEPAL propone el desarrollo hacia dentro, reduciendo la dependencia externa. Es una respuesta al modelo primario-exportador y al deterioro creciente del intercambio comercial, que pone énfasis en la industrialización diversificada con un fuerte papel del estado para la sustitución de importaciones y el ensanchamiento del mercado interno.

Bajo estos paradigmas, nacen nuevas concepciones de desarrollo, que se ubican básicamente en la propuesta de Desarrollo a Escala Humana, Desarrollo Sostenible o Sustentable y Desarrollo Autocentrado.

Desarrollo a Escala Humana (DEH), centra su atención en las personas y no en los objetos o indicadores económicos; no invalida el crecimiento económico, pero convierte a la satisfacción de las necesidades humanas en su motor.

La esencie del DEH es el protagonismo de las personas y el fortalecimiento de los espacios locales, en una combinación de participación y respeto a la diversidad y heterogeneidad. Implica una deconstrucción y una mirada crítica de la realidad en la que se opera.

Desarrollo Sostenible, su énfasis está en la protección de los recursos naturales como base para el desarrollo, integrando además los conceptos de distribución equitativa de los beneficios y el fortalecimiento de las participación de las gente, sobre todo de los grupos vulnerables: mujeres, niños, niñas, jóvenes y adultos mayores.

Desarrollo Autocentrado, según Shulz "es un proceso geográfica y políticamente descentralizado de acumulación" (1990), que debe partir de las decisiones participativas a escala local-regional al interior de un país, y suscita dinámicas productivas interrelacionas dirigidas al mercado interno y que coloque paulatinamente en un rol secundario a la demanda y oferta externas.

Las tres propuestas, aunque con énfasis distintos son complementarias, están en una construcción abierta, tienen un alto contenido político humanista, son integradoras y requieren una visión multidisciplinaria, sin ser patrimonio de los economistas.

En sí, estas propuestas se enmarcan como una corriente crítica al desarrollo realmente existente, y conllevan cambios fundamentales de concepciones y prácticas. Entonces para el aprendizaje y la reflexión, es necesario plantearnos algunas interrogantes que nos permitan generar respuestas, que nos lleven a verdades reconstrucciones y/o transformaciones:

¿Por qué, estas propuestas que están enfocadas a un real desarrollo desde las personas, no alcanzan su concreción?.

¿Por qué, nuestra gente campesina, rural, no puede alcanzar niveles mínimos para vivir con dignidad?

¿Qué hace falta para que se empiece a evidenciar una real redistribución de la riqueza y una equidad en participación?

¿Cómo lograr que el agricultor sea considerado como uno de los entes más importantes en el proceso productivo?

¿Cómo asegurar a todas las personas las condiciones y oportunidades para el libre desarrollo de sus aptitudes y capacidades?

Con este contexto y continuando con la reflexión sobre la importancia del desarrollo rural como parte primordial del desarrollo de una sociedad y por ser la agricultura una importante fuente de ingreso de divisas y, sobre todo, un sector generador de empleo e ingresos, es necesario recalcar que el sector ha mostrado un dinamismo importante en los años pasados, pero, debido a la heterogeneidad geográfica, climática y productiva, en la región se notan diferencias importantes. Además, en el corto plazo, tanto la crisis económica, como el aumento de la volatilidad y la falta de inversión (por ejemplo, en investigación y transferencia de tecnología) limitan las oportunidades de crecimiento de la producción.

Los actuales modelos de consumo producción y comercio han causado una destrucción medio ambiental, se necesita un cambio de paradigma de desarrollo y economía. Hay que reconstituir la cosmovisión de nuestros pueblos, que se basa en el pensamiento holístico de la relación con el cosmos, la madre tierra, el aire, el agua y todos los seres vivientes.  El ser humano no es dueño de la naturaleza, sino que es parte de todo lo que tiene vida.

El sector necesita optimizar la eficiencia y la utilización de los recursos, a través de la incorporación de una nueva visión, enfocada a la integración sectorial.

La responsabilidad ética con las actuales y futuras generaciones y con el resto de especies es un principio fundamental, para prefigurar el desarrollo humano. Éste reconoce la dependencia de la economía respecto de la naturaleza; admite que la economía forma parte de un sistema mayo, el ecosistema, soporte de la vida como proveedor de recursos y sumidero de deshechos (Falconí, 2005).

Pretender buscar respuestas, va más allá de buscar los responsables, se pretende hacer búsquedas más creativas que profundicen las realidades, que muestren un panorama objetivo, mirar a Ecuador y Latinoamérica como totalidad, como esa unidad compleja, diferenciada, jerarquizada y estructurada por partes que la integran y se interrelacionan; llegar a comprender la totalidad, implica un análisis que no sea reduccionista, ni holístico; un análisis que procure articular lo particular y lo general; partir de lo diverso sin perder de vista el escenario del cual forma parte; un análisis que permita interpretarla y explicarla como una unidad compleja a partir de su reconstrucción, determinando el papel de cada elemento que la integra dentro de su dinámica social.

La tarea no es fácil, se busca lograr la articulación entre diferentes dimensiones de análisis de la realidad social, que profundicen la situación actual, con miras a lograr una comprensión de la dinámica, que más tarde nos permita construir un futuro.

Conclusiones

Es hora de enfrentar estas dificultades y lograr que el centro del desarrollo sean las personas.

El logro de las riquezas materiales, solo debe ser un medio para este fin y no un fin en sí mismo.

La realidad nos alerta suficientemente sobre cómo una sociedad que ponga al centro la riqueza material, empobrece la vida de muchas maneras y genera desintegración e inequidad social, traducida en violencia.

Por otro lado, un sistema social y económico consumista está demostrado que es insostenible en términos ambientales y en términos humanos y son los aspectos endémicos del actual sistema económico dominante en el mundo.

Si el desarrollo no está visto solamente como un tema económico y se reconoce que es ante todo un desafío social y político, entonces el desarrollo implica también procesos de construcción de democracia, ciudadanía y derechos.

Es importante considerar que sea cual fuere la intervención para lograr la inclusión económica, social y equitativa de la población rural, a la dinámicas de mercado; no se debe dejar de garantizar la seguridad alimentaria de los productores y sus familias, así cómo tener presente la importancia e impacto que las mismas tienen, para la conservación de los recursos en cada uno de los territorios.

Es necesario abrirse a las nuevas tendencias emergentes, lo que implica buscar alternativas que permitan obtener beneficio mutuo y ganancias compartidas

Bibliografía

CARVAJAL, Fernando. "Estrategias de desarrollo en América Latina", en Memorias del Seminario-Taller El enfoque de género desde la práctica, julio 26-30 de 1999. Sendas, Cuenca-ECUADOR.

SHULDT, Jürgen. "Desarrollo autocetrado: una utopía desde las economías andinas. En el triunfo del capital", Revista Facultad de Economía de la Economía de la Universidad de Cuenca 1990.

SEN, Amartya. "Capacidad y Bienestar", (p. 155-190) en Revista "Economía y Política". N4 Facultad de Ciencias Economicas, Universidad de Cuenca. 1998.

HERNANDEZ, Félix. Concepción del desarrollo y sus Cambios. Módulo I. Contextualización de la Realidad Nacional. 2011.

Plan Nacional del Buen Vivir 2009 – 2013.

 

 

Autor:

Paulina Cadena

[1] CARVAJAL, Fernando; 1999

[2] HERNANDEZ, Félix; Concepción del desarrollo y sus cambios, pag.5