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- Venezuela lista para apuntalar su independencia financiera
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- Objetivos económicos de cada país
Las reservas internacionales son un conjunto de fondos representados en moneda, dinero o similares, guardados como previsión de eventuales necesidades o por razones legales o contractuales, están formadas por los activos externos (cantidad de oro y divisas) que posee un país para hacer frente a sus compromisos internacionales, que están bajo control del Banco Central.
Estos activos son de disponibilidad inmediata y pueden ser usados para financiar pagos al exterior, por ejemplo, los pagos por importaciones, también pueden ser utilizadas por el Banco Central para intervenir en el mercado cambiario y defender la tasa de cambio cuando ello sea necesario.
La acumulación de reservas internacionales es el resultado de las transacciones que un país realiza con el exterior.
Las transacciones que producen ingresos de divisas entre otras son, las exportaciones, los créditos de bancos extranjeros, las transferencias hechas por venezolanos en el exterior, y la inversión extranjera en el país. Las que generan egresos de divisas son las importaciones, los pagos de intereses de las deudas contraídas en el exterior, y los giros de venezolanos desde el interior hacia el exterior, entre otras. Cuando los ingresos son mayores que los egresos se acumulan reservas internacionales
Las reservas internacionales están formadas por el conjunto de capital nacional, producto del ahorro público y privado generado por los superávit de ingresos sobre egresos en las transacciones cambiarias del país con el resto del mundo. Se incrementan o disminuyen de acuerdo a los saldos netos del comercio internacional. Tradicionalmente estuvieron constituidas sólo por el oro, pero luego, con la generalización de su uso, comenzaron a aceptarse también reservas de papel moneda.
Para que una moneda pueda considerarse como reserva ésta debe ser aceptada como medio de pago internacional; sólo los países con una moneda estable y firmemente respaldada por su economía interna, y que a la vez participen activamente del comercio internacional, pueden poseer una moneda capaz de cumplir con tal condición.
Las monedas que históricamente han jugado este papel son la libra esterlina de Inglaterra, el dólar de los Estados Unidos y, en una medida mucho menor y sólo recientemente, el marco alemán (actualmente en desuso por acción del euro) y el yen japonés.
Las reservas suelen subdividirse en operativas y no operativas. Las primeras son más líquidas que las segundas, pues están constituidas por dólares americanos y, eventualmente, otras monedas; las segundas están conformadas por las tenencias de oro que poseen los bancos centrales de los países, son por lo tanto menos líquidas, y se contabilizan también según su valor en dólares.
El principal componente de las reservas corresponde a las inversiones financieras, de corto plazo, que están representadas en depósitos y títulos valores en el exterior. De estas inversiones el 88,9% se compone de monedas libremente convertibles, de las cuales el 80% son dólares, el 15% euros y el 5% yenes. El 8,1% que se encuentra en el Fondo Monetario Internacional, corresponde a la inversión en Derechos Especiales de Giro (medios de pago emitidos por el Fondo Monetario Internacional) y a la posición de reservas del país en el FMI; el 2,7% está invertido en el Fondo Latinoamericano de Reservas, y un pequeño porcentaje (el 1,1%) en oro.
Existen muchos tipos de reservas representadas en dinero o similares, sin embargo, desde un punto de vista económico, podemos identificar dos clases importantes de reservas que son parte fundamental del sistema económico y financiero actual.
- Reservas Bancarias:
El Banco Central establece una cantidad mínima de dinero que las instituciones financieras deben mantener permanentemente y que no pueden utilizar para otras actividades, garantizando así que éstas pueden retornar a los ahorradores sus ahorros en caso de que ellos los soliciten o se les presenten problemas de dinero a dichas instituciones; es decir, las reservas bancarias son un porcentaje del total de los depósitos que reciben las instituciones financieras, porcentaje que deben guardar en efectivo en sus cajas o en sus cuentas en el Banco Central.
- Reservas Monetarias Internacionales:
Las reservas internacionales son una cantidad determinada de recursos que los países poseen y que se utilizan para cumplir con compromisos internacionales. Éstas se encuentran representadas, principalmente, en monedas extranjeras y otros activos como el oro. También pueden ser utilizadas por el Banco Central para intervenir en el mercado cambiario y defender la tasa de cambio cuando ello sea necesario; es decir, para evitar que el bolívar pierda o gane mucho valor en comparación con otras monedas extranjeras.
Las reservas internacionales son un indicador de la generación de valor de una nación a través de sus negociaciones internacionales con otras naciones. En el mundo moderno, ninguna nación esta excluida de poseer reservan internacionales, ya que estas definen el nivel de riesgo que tienen los inversionistas en el momento de pretender hacer negociaciones con países como el nuestro.
La cantidad de reservas que posee un país influye decisivamente en el tipo de cambio de la moneda nacional: cuanto mayores sean las reservas de un país más se tenderá a fortalecer ésta, pues contará con un respaldo mayor, lo que presionará hacia la revalorización de la misma; cuando las reservas disminuyen se genera una presión hacia la devaluación de la moneda nacional.
La administración de las reservas internacionales implica decisiones complejas en lo que se refiere a la inversión de estos activos dentro de un portafolio diversificado y a la disponibilidad de medios de pago internacional para atender oportunamente los pagos por todos los conceptos de la balanza de pagos. De esto se desprende la capacidad profesional de prudencia y discreción que exige la administración de las reservas internacionales de un país.
Los sistemas cambiarios en Venezuela
Venezuela ha pasado por diferentes sistemas cambiarios a lo largo de la historia. Al finalizar el año 1.957 las Reservas Internacionales de Venezuela alcanzan a 1.396 millones de dólares. A partir de 1.958 se inicia un violento proceso de drenaje de las reservas provocado por los capitales que se fugaban, atemorizados por los cambios que se estaban gestando en el país.
Tal proceso se vio además estimulado por el rumbo comunista que adoptó la revolución cubana y los temores de que la misma pudiera extenderse a Venezuela. De esta forma, para 1.962 nuestras Reservas Internacionales se habían ubicado en apenas 583 millones de dólares.
En un intento por frenar la salida de divisas, el Gobierno Nacional crea en noviembre de 1.960, mediante Decreto N° 390, un régimen de control de cambios. Ese control de cambios pretendía frenar la libre remesa de fondos al exterior en aquellos casos en que no existiese una contrapartida en bienes y servicios. De allí, que se autorizaba el suministro de divisas al tipo de cambio controlado para todo tipo de pagos al exterior. Tal concepción no arrojó los resultados que se esperaban. Por tales motivos, durante los primeros meses de 1.961 se modificó nuevamente el régimen de control de cambios, estableciendo mecanismos más severos de regulación.
En enero de 1964 se levantó el control de cambios que había imperado desde 1.960 ya que se registraba una mejoría significativa desde 1.962 en la Balanza de Pagos, y se formaliza la devaluación del bolívar y la fijación de un tipo de cambio libre a razón de Bs. 4,50 por dólar. El crecimiento económico venezolano era positivo y llegó a alcanzar los 7,8 % en 1.976.
Casi dos décadas más tarde, y la inflación se incrementó y las exportaciones petroleras descendieron de 19,3 millardos de dólares (1.981) a 13,5 millardos (1983). Finalmente, el 18 de febrero de 1983, en una fecha que popularmente ha sido designada como el viernes negro, el gobierno se vio obligado a reconocer que resultaba imposible hacerle frente a los compromisos externos que vencerían ese año. En consecuencia, se vio obligado a adoptar una decisión que hasta ese momento había intentado evitar a toda costa: el control de cambios.
Al respecto, el Banco Central de Venezuela informó:
"Después de diecinueve años con un sistema de cambio fijo y libre convertibilidad del bolívar, que hacía de la economía venezolana un caso singular en el sub-continente de América Latina, el 20 de febrero de 1983 fue cerrado el mercado cambiario, al tiempo que se inició, una semana después, un nuevo régimen regulatorio fundamentado en un control de cambios".
De esta forma se implantó el Régimen de Cambios Diferenciales (RECADI) a través del cual se privilegió la importación de insumos con un tipo de cambio preferencial. RECADI constituía para la fecha de su aprobación una modalidad de control cambiario que incluía dos tipos de cambios con mercados a paridad fija preferencial (Bs. 4,30 y Bs. 6,00 por US$ respectivamente) y un mercado libre a paridad variable.
La gran mayoría de los insumos requeridos por las industrias se podrían seguir importando con dólares a 4,30. Con el tiempo, la brecha entre el tipo de cambio preferencial y el tipo de cambio libre se fue haciendo cada vez mayor. En la medida en que esto fue ocurriendo, RECADI llegó a transformarse en una de las mayores fuentes de corrupción que ha conocido la historia de Venezuela.
Durante 1983, una vez instaurado el control de cambios, la política económica consistió en una combinación de crecimiento del gasto público en desmedro de la fortaleza real de la moneda para evitar una mayor contracción de la economía y preservar los niveles de empleo (BCV 1983). De esta manera, las metas de control de la inflación y de restauración de equilibro externo se remitieron a la imposición de medidas administrativas de racionamiento de divisas y control de precios.
A finales de 1986, en virtud de una caída de 47% en los ingresos petroleros, la tasa referencial pasó de Bs/US$ 7,50 hasta Bs/US$ 14,50 y se trasladaron hacia esa cotización las importaciones que anteriormente se transaban a la tasa de Bs/US$ 7,50. Los efectos de la corrección del tipo de cambio en diciembre de 1.986 se expresaron en 1987 al triplicarse la inflación. Luego la concurrencia de un déficit fiscal de 7,8% del PIB y de cuenta corriente equivalente a 9,1% del PIB, conjuntamente con la ampliación del diferencial cambiario hasta 132%, permitieron anticipar un colapso de balanza de pagos a finales de 1988 con el consecuente cambio de régimen cambiario.
Este cambio se materializó en febrero de 1989.
A principio de 1989, se aplica un programa de ajuste con el poyo del FMI, el cual incluía un esquema de flotación del tipo de cambio. Para el momento de entrar en vigencia el nuevo esquema cambiario, se determina una paridad nominal del orden de Bs. 39,60/US$ que era exactamente la paridad del mercado libre para el día que se eliminó el control de cambios – lo cual implicaba una fuerte devaluación si se le compara con el tipo de cambio preferencial que estaba vigente a través de RECADI, fijado en Bs. 14,50 por dólar desde diciembre de 1986.
El nuevo esquema cambiario tuvo un fuerte impacto en el nivel de precios, ya que al suprimirse el tipo de cambio preferencial, todos los bienes tendrían que importarse al cambio vigente en el mercado. Ello se tradujo, como es natural, en una aguda inflación de costos en los inicios del programa de ajustes, además de una disminución drástica de las importaciones y un aumento de las exportaciones, especialmente petroleras ya que el conflicto del Medio Oriente estaba en pleno apogeo.
Las Reservas Internacionales aumentaron, pero con la intentona golpista del 4 de febrero de 1.992 se hizo sentir una severa crisis de confianza, lo que trajo consigo la salida de divisas, el dólar se disparó a Bs. 68, por lo que el Banco Central tuvo que intervenir en el mercado de divisas de una manera más activa, lo que se evidenció en una merma de las Reservas Internacionales.
A partir de octubre de 1.992 se aplica un sistema de mini devaluaciones, pero una nueva golpista en noviembre de ese año logró la fuerte intervención del Banco Central de Venezuela en el mercado cambiario. Entre 1.992 y 1.994 imperó ese sistema de mini devaluaciones, acompañado de una recesión e inestabilidad económica en el año 1.993. En 1994 la crisis fiscal venezolana se acentuó. Bajó el precio del petróleo y la situación del sistema bancario desata la crisis financiera y la intervención a varios bancos en el país. La tasa de inflación llegó a 9% mensual.
La continua pérdida de reservas internacionales durante junio de 1.994 motivó el cierre del mercado cambiario entre el 27 de junio y el 9 de julio de ese año, una vez agotados los esfuerzos por detener las salidas de capital en el contexto del esquema de mini devaluaciones. Fue una medida de urgencia para ganar tiempo vista la agudización de la crisis financiera y situación desfavorable de las expectativas.
Se instrumentó un control de cambios integral según el cual todas las transacciones, tanto corrientes como financieras, estaban cubiertas por una tasa de cambio única a razón de 170 bolívares por dólar, lo que significó una devaluación de 23% respecto al tipo de cambio promedio de mayo de 1994 y la asignación de las divisas quedó a cargo de una junta donde participaban el BCV y el Gobierno Nacional.
No se contempló la posibilidad de un mercado de cambios paralelo, aunque efectivamente un mercado negro absorbió las distorsiones del mercado, que llegó a reflejar un diferencial de 92% en noviembre de 1995 entre el cambio real y el declarado por el BCV.
Para muchos analistas, el control de cambio no sirvió para mejorar la situación económica venezolana. En abril de 1996, entró en vigencia un esquema de flotación entre bandas. Antes de implementar el sistema de bandas cambiarias en julio de 1.996, Venezuela tuvo un momento de transición (abril – julio 1996), en el cual el bolívar flotó libremente. El dólar saltó de bolívares 290 a 470 por dólar.
Hasta el 12 de febrero del 2002, Venezuela mantuvo sus bandas cambiarias y el dólar se cotizó a 793 para la venta. 13 de febrero del 2002, entró en vigencia un esquema de flotación, el cual produjo el cierre de la divisa estadounidense en 980 para la compra y 981 para la venta, según el Banco Central de Venezuela.
Venezuela, tercero en Reservas Internacionales
Venezuela terminó el ejercicio económico de 2005 con un nivel de reservas internacionales por el orden de los 30 mil 311 millones de dólares, cuya cifra significó ser la tercera más alta entre los países de la región, según evidencia un informe de la firma Aristimuño Herrera & Asociados.
El documento destacó que México y Brasil presentaron las mayores Reservas Internacionales de América Latina, con cifras de 68 mil 669 millones de dólares y de 53 mil 801 millones de dólares, respectivamente, al cierre del año anterior.
Asimismo, revela que Venezuela logró en el 2005 un crecimiento en las reservas internacionales de 25,2%, sin incluir en este monto los 6 mil millones de dólares que el Banco Central de Venezuela (BCV) traspasó al Ejecutivo Nacional en el segundo semestre del año anterior, de acuerdo con el mandato de la Asamblea Nacional.
De no haberse transferido estos fondos, el incremento en las reservas internacionales hubiese alcanzado 50%. Este incremento en las reservas internacionales estuvo acompañado por un crecimiento económico de 9,4%, el más alto de la región, destaca el informe.
A pesar de estas favorables cifras en el aspecto macroeconómico, las cuales principalmente se deben a los importantes ingresos petroleros que está recibiendo el país, observamos que en el aspecto microeconómico deben superarse serias deficiencias que permitan prever un crecimiento económico sostenido de largo plazo, puesto que todavía se mantiene una parte muy importante del sector privado con capacidad de realizar importantes inversiones, tanto con recursos propios como con préstamos bancarios, sin la suficiente confianza para la ejecución de importantes proyectos que implican generación de riqueza y creación de empleo formal, refiere el documento.
VENEZUELA LISTA PARA APUNTALAR SU INDEPENDENCIA FINANCIERA
La perspectiva de apuntalar la independencia financiera del país se desprende del contenido de los informes de la Asamblea Nacional, en los cuales se prevé un crecimiento del 8% del Producto Interno Bruto (PIB) el próximo año, como resultado de los precios del petróleo y la diversificación económica.
De acuerdo con la valoración de Rodrigo Cabezas, presidente de la Comisión de Finanzas parlamentaria, 2006 podrá ser el año del inicio de la cancelación de la deuda externa para Venezuela, libre ya de ataduras con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según su criterio, el país estará en condiciones de pagar al Banco Interamericano de Desarrollo, al Banco Mundial y la Corporación Andina de Fomento y dar inicio a un proceso que en tres años liberaría a la nación del peso de la deuda externa.
Aunque el Presidente Hugo Chávez no se ha manifestado específicamente sobre esa propuesta, Cabezas estima que el Jefe de Estado -un crítico regular de los organismos financieros internacionales- "está contento con esa idea". Venezuela debe a esas tres entidades unos 3 mil millones de dólares, cifra similar al superávit de su Balanza de Pago este año que se aspira llevar a 4 mil millones en el 2006, mientras sus reservas de divisas rondan los 30 mil millones de dólares.
La propuesta del legislador deberá primero recibir el respaldo del Banco Central de Venezuela (BCV), pero lo cierto es que se enmarca en el contexto de independencia internacional fijado por el Gobierno de Chávez. Igualmente se sustenta en resultados satisfactorios de una economía que demuestra estar en capacidad de crecer diversificándose con el apoyo de su renta petrolera.
El país produce unos 3,3 millones de barriles de diarios de petróleo y se ubica en el quinto puesto mundial entre los exportadores con precios para sus hidrocarburos, estimados de 46 a 50 dólares por barril para los próximos 12 meses. Los análisis indican asimismo que el repunte del 9,5 por ciento del PIB estuvo dado en una proporción importante por los aportes del sector no petrolero, como resultado de una política de diversificación impulsada por el Jefe de Estado.
Aunque la propuesta de una agresiva política de pago de la deuda externa no fructificara, evidencia en si misma la fortaleza económica de un proceso de cambios económicos que lleva implícito un alto contenido social. En cumplimiento de las promesas que lo llevaron a la Presidencia en 1999, Chávez aplica en siete años de gobierno una redistribución de los beneficios de la renta petrolera, mediante la puesta en marcha de numerosos programas sociales.
Concebidos como "misiones" al margen, pero apoyadas por las instituciones oficiales relacionadas, para el gobierno estos programas lograron la erradicación del analfabetismo y la incorporación de 16 millones de venezolanos a planes gratuitos de salud y educación, entre otros. Economistas consultados estiman que la importancia de apuntalar y ampliar estos programas pudieran llevar a posponer la propuesta de liquidación de la deuda externa, en un país donde la pobreza supera el 70 por ciento de la población.
Otros, sin embargo, opinan que la independencia financiera redundará a corto plazo en la disponibilidad de mayores recursos para ampliar y profundizar los programas sociales, a los que en enero próximo se sumará una ofensiva contra la pobreza extrema. La decisión deberá tomar en cuenta complejas ecuaciones financieras pero sustentadas por una economía floreciente y una visión de desarrollo diferente a la que provocó la dolorosa paradoja de una miseria extendida a la sombra de las torres petroleras.
GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA
Se entiende por globalización económica el proceso económico por el cual el comercio se internacionaliza. Para ello se suprimen muchos de los aranceles, tasas e impuestos nacionales, tendentes a proteger la producción nacional. Los Estados pierden poderes ante la irrupción del capital privado, que adquiere mayores y mejores condiciones para moverse geográficamente. La globalización económica supone la puesta en práctica de las doctrinas neoliberales de pensadores como Friedrich Von Hayek o Milton Friedman, y comienza a gestarse con la ascensión al poder de Ronald Reagan en Estados Unidos y de Margaret Thatcher en Gran Bretaña, a principios de los años 80. En esencia, el neoliberalismo cree que un mercado libre de intervenciones por parte del Estado tiende naturalmente al equilibrio
OBJETIVOS ECONÓMICOS DE CADA PAÍS
Qué son exactamente los objetivos de desarrollo del milenio?
Los objetivos de desarrollo del milenio surgen de la Declaración del Milenio firmada por 189 países en el año 2000 y que incluye 8 objetivos y 18 metas. Estos objetivos apuntan a reducir la pobreza y otras formas de privación humana en el mundo en desarrollo. De manera que existen objetivos y metas relacionadas con la reducción de la pobreza, el mejoramiento de los servicios sociales, la reducción de la mortalidad infantil y materna, el mejoramiento del acceso a la educación y a otros servicios básicos como el agua y el saneamiento.
Estos objetivos también tienen relación con la responsabilidad de los países desarrollados en cuanto a prestar su apoyo a los esfuerzos que hacen los países menos adelantados con el fin de lograr el desarrollo. Por ejemplo, mediante el aumento de la asistencia, la apertura de sus mercados a las exportaciones desde los países en desarrollo y el alivio de la deuda, entre otras cosas.
Por lo tanto, los Objetivos de Desarrollo del Milenio ciertamente establecen metas de desarrollo. Al mismo tiempo, acentúan la dimensión internacional de las asociaciones y esfuerzos que deben hacer todos los involucrados, tanto en los países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo, para contribuir a este proceso.
Disponible: http: www.mipagina.cantv.net/jbhuerta/cambio_reservas.htm
(2004), Consulta febrero 13, 2006.
Disponible: http: www.banrep.gov.co/economía/consulta-reservas4htm (005). Consulta febrero 13, 2006
Disponible: http: www.gestiopolis.com (2006). Consulta: febrero 13, 2006
Disponible: http: www.monografias.com/trabajos/finanzas. Consulta: febrero 13, 2006
Trabajo presentado por
Héctor Léger Mariño
Marzo de 2006