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La formación permanente: Un proceso necesario para lograr la transformación social


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusión
  5. Bibliografía

Resumen

La preparación de profesionales en las instituciones de educación universitaria, está urgida de la necesidad de elevar cualitativamente la calidad profesional, caracterizada por un alto espíritu de independencia en la búsqueda permanente de nuevos conocimientos, para el desarrollo de un pensamiento creativo, sustentado por convicciones que le permitan orientarse de manera autónoma y enfrentar los principales problemas en su esfera de actuación y poner estas cualidades al servicio de la sociedad. El sistema educativo universitario venezolano debe promover profundas transformaciones en las universidades que modifiquen las respuestas tradicionales a las demandas crecientes que cada día exige la sociedad. El proceso de formación docente se produce en una relación dialéctica, simultánea e interdependiente entre la formación inicial, continua y permanente. La formación permanente significa profundizar en el ser, esto es, en su identidad, compromiso, significado y sentido de la vida y la profesión, es el crecer como persona. La necesidad de autoperfeccionamiento implica acceder a nuevos niveles de preparación personal y de eficacia profesional en el ejercicio de la docencia. La formación permanente del docente se considera como un recurso indispensable para buscar las mejoras y perfeccionamiento que la sociedad actual reclama a los sistemas educativos.

Palabras claves: Formación permanente, transformación social.

Introducción

La educación universitaria se enfrenta a una serie de desafíos en un mundo que se transforma, por ello debe revisar su misión y redefinir muchas de sus tareas sustantivas, en especial aquellas que se relacionen con las necesidades de la sociedad en materia de aprendizaje y formación permanente. Un punto clave en su misión está dirigido a destacar las tareas de las universidades, se requiere llevar a cabo esfuerzos para elevar la formación pedagógica de los profesores, lo cual contribuirá en una mejor preparación de los egresados universitarios.

Para que la universidad pueda cumplir sus tareas académicas, laborales e investigativas requiere de profesores preparados, que no sólo sepan el contenido científico, sino que sepan enseñar lo que necesita la sociedad, de aquí la necesidad de que en la universidad se enseñe a los profesores a educar , para que los estudiantes aprendan a aprender.

La formación permanente, constituye una de las prioridades para el Sistema Educativo Bolivariano, tomando en cuenta que los conocimientos adquiridos en la juventud resultan insuficientes para toda la vida, pues la rápida evolución del mundo exige una actualización permanente del saber.

Desarrollo

El sistema educativo universitario venezolano debe promover profundas transformaciones en las universidades que modifiquen las respuestas tradicionales a las demandas crecientes que cada día exige la sociedad; se debe actuar para transformar una educación fundamentada en enseñar a otra que contenga estrategias para aprender, una educación centrada en el profesor a otras centradas en el estudiante; de una educación presencial a una educación asincrónica, colaborativa, en diferentes espacios; desde diferentes ambientes, de una educación fundamentada mayoritariamente en lo que el profesor desea enseñar a otra que permita lograr una información interdisciplinaria.

La formación profesional en América Latina y el Caribe se ha transformado actualmente en un factor de suma importancia ante el advenimiento de nuevas formas de organizar y gestionar la producción y el trabajo. La formación profesional no se encuentra ya dirigida a calificar para el desempeño de un puesto de trabajo específico, sino que se orienta a enseñar y potenciar competencias aplicables a una variedad de situaciones laborales y áreas de ocupación. Ya no es concebida como una etapa acotada y previa a la vida activa, sino como parte de un proceso permanente de formación a lo largo de la vida de las personas. La responsabilidad por la formación profesional se comparte entre diversos actores y es asumida como un desafío de toda la sociedad.

En las circunstancias y momentos actuales la nueva política tiene ante sí la tarea de educar a las nuevas generaciones en un contexto que se caracteriza por contradicciones sociales complejas que afectan los procesos formativos en la sociedad, por una mayor comprensión de la dirección y perspectiva de la labor educativa que desarrollan la sociedad y los diversos actores participantes. Transita hacia un adecuado modelo de la nueva república, retomando una visión que tendrá como fines esenciales la defensa y el desarrollo de las personas el respeto y su dignidad, al ejercicio democrático de la voluntad popular y la construcción de una sociedad más justa; por eso está centrado en la transformación de un ciudadano de un enfoque humanista social, lo que define las bases de una educación que el camino hacia el socialismo del siglo XXI, hacia la igualdad, al promover un proceso educativo de calidad transformador y permanente. Este sistema educativo es una realidad consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), estableciendo la corresponsabilidad estadofamilia y sociedad para lograr la participación activa y protagónica de cada uno de los actores, según lo planteado en el capítulo VI de los derechos culturales y educativos en su artículo 102.

Las ideas de Don Simón Rodríguez en Venezuela tienen en cuenta los planteamientos de la educación popular y la escuela social, como también los pensamientos de libertad e igualdad que registran en el preámbulo de la constitución; este insigne maestro sostuvo que si queríamos tener república teníamos que empezar por pensar en formar ciudadanos republicanos. El Sistema Educativo Bolivariano (SEB) transita hacia la construcción del modelo de la nueva república donde el estado ejerce la acción de máxima rectoría, garantiza el acceso a los derechos esenciales como principio ético y político; refundar la república significa construir ese nuevo modelo de sociedad plasmada en la Carta Magna y un pilar fundamental para lograr tal fin es la educación.

En la Conferencia mundial sobre la educación superior de la UNESCO, se aprobaron documentos que insisten en la necesidad de la educación permanente del profesorado universitario y su formación pedagógica.

En uno de esos documentos se especifica: "Un elemento esencial para las instituciones de enseñanza superior es una enérgica política de formación permanente del personal. Se deberían establecer directrices claras sobre los docentes de la educación superior, que deberían ocuparse sobre todo, hoy en día, de enseñar a sus alumnos a aprender y a tomar iniciativas, y no a ser, únicamente, pozos de ciencia. Deberían tomarse medidas adecuadas en materia de investigación, así como de actualización y mejora de sus competencias pedagógicas mediante programas adecuados de formación del personal, que estimulen la innovación permanente de los planes de estudio y los métodos de enseñanza-aprendizaje, y que aseguren condiciones profesionales y financieras apropiadas a los docentes a fin de garantizar la excelencia de la investigación y la enseñanza".

Para E .L .Achilli (2009), la formación docente puede comprenderse como un proceso en el que se articulan prácticas de enseñanza y de aprendizaje orientadas a la configuración de sujetos docentes/enseñantes. La práctica docente se concibe en un doble sentido: como práctica de enseñanza, propia de cualquier proceso formativo y como apropiación del oficio del docente, cómo iniciarse, perfeccionarse y/o actualizarse en la práctica de enseñar.

Los diferentes autores que se dedican al estudio de la formación permanente de los profesores consideran que este proceso es uno de los aspectos esenciales para garantizar la calidad de la educación; en la universidad la formación docente aún no ha sido sistematizada, se da de manera espontánea, aislada, desarticulada y fragmentada (Tünnerman, 2003; Tedesco 2001; 2002; Aguerrondo, 2000; 2002; Messina, 1999; Salazar, 2004). Por otra parte, las acciones y los esfuerzos que realizan las universidades, los profesores e investigadores son insuficientes, pues aún ante la especial atención generada desde los años noventa y que se expresa en el crecimiento exponencial de artículos sobre la formación de profesores universitarios y su relación con la calidad de la educación, persisten los problemas metodológicos que afectan el funcionamiento de las instituciones universitarias, el desempeño de sus cuerpos docentes, así como la organización, planificación y conducción del sistema formativo (Vezub, 2007).

La formación permanente es concebida por Paz (2005) como un proceso inherente a la práctica (y teoría) cotidiana de los sujetos que se desempeñan como profesionales de la educación que promueve la autoformación, proceso esencial por la potencialidad de generar los cambios y transformaciones en el plano interno del sujeto y en el contexto donde ejerce su profesión. La formación permanente se contextualiza en la práctica educativa con un grupo de estudiantes y en los espacios de reflexión entre colegas. La práctica educativa del profesor universitario se constituye en un espacio de desarrollo y progreso personal, donde este profesional se enfrenta a cada nueva situación profesional con datos, información y conocimientos adquiridos con anterioridad, utilizando sus conocimientos y experiencias previas como dispositivos para desempeñarse profesionalmente y como referentes para aprender y desarrollarse. La formación permanente no tiene como exigencia un programa prefijado, es un proceso que depende más de las motivaciones intrínsecas de los docentes, que de lo pautado externamente.

Díaz (2003) opina que la formación docente se concibe como el proceso permanente de adquisición, estructuración y reestructuración de conocimientos, habilidades y valores para el desempeño de la función docente. La formación docente es continua, se lleva a cabo a lo largo de toda la práctica docente, tomándose dicha práctica como eje formativo estructurante.

El concepto de educación permanente, es quizás el suceso más importante ocurrido en la historia de la educación de la segunda mitad del siglo XX. La educación permanente más que educación para la vida, es educación durante toda la vida (Tünnerman, 2003). En América Latina, la formación permanente del docente es tratada como un punto neurálgico en el desarrollo de reformas educativas que protagonizan el escenario latinoamericano desde los años noventa (Paz, 2005). A pesar de la reconocida importancia de la educación permanente del docente, las investigaciones relacionadas con el proceso de preparación de los profesores que se desarrollan hacen énfasis en la formación inicial y su seguimiento en la continua más que en la permanente, y centran su interés fundamentalmente en los procesos de preparación de los profesores que se desempeñan en contextos distintos al universitario.

Se ha hecho evidente que el proceso de formación docente se produce en una relación dialéctica, simultánea e interdependiente entre la formación inicial, continua y permanente (Paz, 2005), En el caso del profesor universitario, la formación docente inicial, se constituye en un proceso que se da en la universidad en ausencia de un programa sistemático y va emergiendo en la dinámica de las relaciones entre la formación continua y la formación permanente. En consecuencia, considerando que los procesos de formación continua y permanente del profesor universitario son procesos que se dan en unidad y no de manera separada, y que además son los procesos constitutivos de la formación docente del profesor universitario, se afirma que el proceso de formación docente del profesor universitario se produce en una relación dialéctica simultánea e interdependiente entre la formación continua y la formación permanente.

En su génesis, alrededor de los años setenta, la formación permanente era concebida como un evento de capacitación, reservada sólo para quienes desempeñaban un trabajo que requería capacitación en servicio; con esta misma lógica se asumió, y todavía persiste, en el campo docente bajo la rúbrica de actualización profesional. Es una concepción instrumental de la formación permanente cuya finalidad es compensar ineficiencias atribuidas a la débil preparación inicial o a los cambios ocurridos recientemente en la sociedad o en el currículo, ante los cuales urge la actualización de las competencias, habilidades y conocimientos de los docentes.

L. García Ramis (citado por Paz en 2005), también aporta al análisis sobre la formación permanente del profesor, a través de sus ideas sobre la actividad de autoperfeccionamiento docente, la que define como "actividad autotransformadora". Destaca además que el perfeccionamiento del docente implica "enriquecimiento cognitivo, metacognitivo y de desarrollo de las potencialidades de la personalidad como un todo". Se evidencia que el proceso de formación del profesional de la educación es un proceso inacabado, de permanentes ajustes y reajustes a las exigencias sociales.

La formación permanente significa profundizar en el ser, esto es, en su identidad, compromiso, significado y sentido de la vida y la profesión, es el crecer como persona. La necesidad de autoperfeccionamiento implica acceder a nuevos niveles de preparación personal y de eficacia profesional en el ejercicio de la docencia. Esto se logra a través de la autoeducación, proceso individualizado, de formación a sí mismo, que promueve los autorreferentes de la personalidad y requiere en esencia el desarrollo de motivaciones intrínsecas y cualidades volitivas de la personalidad.

Los propósitos de las investigaciones actuales acerca de la formación permanente de profesores, se centran en la búsqueda de alternativas viables, a partir de acciones formativas que impliquen un estrecho vínculo teoría-práctica, mediante un amplio proceso reflexivo (Paz, 2005) citado por Vargas (2009:25). Esto significa que la preparación del docente universitario debe continuar dentro de su propia actividad profesional, como una exigencia del desarrollo social, para no quedar a la zaga con los avances de la humanidad y estar en correspondencia con las necesidades de la sociedad en que se desenvuelve.

Los docentes al ser formados en la perspectiva de la educación permanente, están en mejores condiciones para su autoperfeccionamiento constante y para formar a sus educandos bajo los preceptos de un aprendizaje y educación permanentes. En este sentido el profesor debe prepararse para la autoformación, autoeducación y autoevaluación, lo que significa que debe adquirir la responsabilidad de orientarse a sí mismo y de manejar su propia formación (Tünnerman, 2003).

La preparación de los profesores en las universidades requiere de procesos que se sustenten en el compromiso con la formación de los docentes para que estos respondan desde su actuación profesional y humana a las necesidades del contexto donde hacen vida. Esto significa, que el compromiso con la formación se dinamiza desde lo individual, lo colectivo, lo institucional y lo social con un profundo sentido de país al servicio de los intereses nacionales, que son fundamentalmente humanos, sociales y orientados a la revitalización del enfoque de formación integral.

En tal sentido el profesor o mejor dicho el colectivo de profesores, debe comprometerse con la autorreflexión y la reflexión colectiva en función de generar acciones transformadoras, comprometerse con el cambio en su actuación pedagógico profesional por la responsabilidad pública que implica ser profesor para poder dar respuestas a las necesidades formativas de los diferentes grupos sociales. Asimismo, debe estar comprometido con la generación de lo nuevo en las prácticas pedagógicas, sustentado en el conocimiento gestionado desde las redes sociales para la comprensión y transformación de la realidad

La Educación universitaria es un factor estratégico para la transformación social, la consolidación de la soberanía nacional y la construcción de una sociedad mejor. Por ello la necesidad de que el profesor este en constante formación permanente

Conclusión

La práctica educativa del profesor universitario se constituye en un espacio de desarrollo y progreso personal, donde este profesional se enfrenta a cada nueva situación profesional con datos, información y conocimientos adquiridos con anterioridad, utilizando sus conocimientos y experiencias previas como dispositivos para desempeñarse profesionalmente y como referentes para aprender y desarrollarse. La formación permanente no tiene como exigencia un programa prefijado, es un proceso que depende más de las motivaciones intrínsecas de los docentes, que de lo pautado.

Los profesores universitarios, deben comprometerse con la autorreflexión y la reflexión colectiva en función de generar acciones transformadoras, comprometerse con el cambio en su actuación pedagógico profesional por la responsabilidad pública que implica ser profesor para poder dar respuestas a las necesidades formativas de los diferentes grupos sociales.

Como parte de la formación permanente, el profesor universitario debe prepararse para la autoformación, autoeducación y autoevaluación, lo que significa que debe adquirir la responsabilidad de orientarse a sí mismo y de manejar su propia formación, para lograr aportar insumos novedosos para la transformación social.

Bibliografía

Achilli, E (2000): Investigación y formación docente. Colección Universitas, Serie Formación Docente, Laborde Editor.

Aguerrondo, I. (2000) Formación de docentes para la innovación pedagógica. Artículo presentado en el seminario internacional: la formación de formadores de jóvenes para el siglo XXI.

Aguerrondo; I. (2003) Los desafíos de la política educativa relativos a la reforma de la formación docente. Trabajo presentado en la conferencia "El desempeño de maestros en América Latina y el Caribe: nuevas prioridades".

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, 5453. (Extraordinario), Marzo 24, 2000.

Díaz, C. (2005). Estrategia de gestión del desarrollo de la Identidad universitaria sustentada en un modelo de gestión del liderazgo. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. Centro de Estudios de Educación Superior Manuel F. Gran. Universidad de Oriente. Santiago de Cuba.

Messina, G. (1999). Investigación acerca de la formación docente y puesta a distancia. Su dimensión ética. México.

Paz, I. (2005). El colectivo de año en la orientación educativa a los estudiantes de las carreras pedagógicas. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. Centro de Estudios de Educación Superior Manuel F. Gran. Universidad de Oriente. Santiago de Cuba.

Sistema Educativo Bolivariano. 2008

Tedesco,J. (2001). Profesionalización y capacitación docente: Buenos Aires.

Tedesco,J. y Tenti, E.(2002).Nuevos tiempos y nuevos docentes.

Túnerman, C. (2003). La universidad latinoamericana ante los retos del siglo XXI. México.

Vargas,L. (2009) Estrategia de orientación profesional para la sistematización de la

motivación profesional en la formación integral del estudiante universitario

Vezub,L. (2007). La formación y el desarrollo profesional frente a los nuevos desafíos de la escolaridad. Revista de curriculum y formación del profesorado.

 

 

Autor:

Lcda. Lilian Rosa Miquilena Rodríguez MSc.

Profesora asesora del Programa Nacional de Formación de Educadores.

Docente de la asignatura Práctica Docente intensiva (Universidad Nacional

Experimental "Rafael María Baralt").

Subdirectora de la escuela primaria "Andrés Eloy Blanco"

País: Venezuela

En la trayectoria docente se pueden destacar las siguientes funciones:

Desempeño como docente de aula en educación incial; primaria y secundaria.

A nivel municipal he tenido la oportunidad de ser la coordinadora académica del nivel inicial y primaria y coordinar de escuelas bolivarianas con horario integral.

A nivel universitario actualmente cumplo funciones como profesor asesor en el

Programa Nacional de Formación de Educadores y profesora de la asignatura Práctica Docente Intensiva con categoría Instructor en la universidad nacional experimental "Rafael María Baralt".

Con respecto a funciones administrativas me he desempeñado como coordinador docente en secundaria, docente con función supervisora, jefe de municipio escolar y actualmente como subdirectora académica en educación primaria