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Despertares

Enviado por tizianomoreno


    1. Relación médico – paciente en Despertares
    2. El proceso de morir en Despertares
    3. Ética y bioética en despertares
    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    Introducción

    Despertares está basada en hechos reales documentados por el Dr. Oliver Sacks. Es la historia del Dr. Malcom Sayer (Robin Williams), un médico que durante toda su carrera se ha dedicado a la experimentación con lombrices. Éste consigue un trabajo en un hospital en la ciudad de Nueva York, para trabajar con pacientes en estado de coma.

    Un día, el Dr. Sayer observa que una de sus pacientes ataja sus anteojos antes de que éstos caigan al piso, es en este momento que comienza a investigar sobre la enfermedad y a formular hipótesis sobre sus posibles causas, pero, más que nada, sobre su tratamiento.

    En este punto se le presenta un nuevo problema, la escepticidad de sus colegas y los familiares de sus pacientes con respecto a su teoría de que estos pacientes tienen posibilidades de volver a vivir y que su enfermedad consistiría en un Mal de Parkinson agravado.

    Entre sus diversas investigaciones, se familiariza con una nueva droga, la L – dopa, que se utiliza para el tratamiento del Parkinson y decide probarla con uno de sus pacientes, Leonard (Robert De Niro).

    Luego de muchos intentos fallidos, una noche, Leonard despierta. A partir de este evento recibe la aceptación de colegas y familiares de los afectados y, también su ayuda económica, gracias a lo cual puede comenzar a tratar a todos sus pacientes con esta droga.

    Los problemas vuelven a aparecer cuando Leonard, el primer paciente tratado con L – dopa, vuelve a desarrollar los síntomas de la enfermedad y, tanto el Dr. como sus pacientes y sus familiares se ven profundamente afectados.

    Relación médico – paciente en Despertares

    Este es uno de los temas centrales de la película y de la práctica médica cotidiana. La relación médico – paciente se trata de una relación interpersonal, es decir, que implica el encuentro entre dos personas, dotadas ambas de inteligencia, libertad, intimidad y una historia personal única e irrepetible, por lo cual se merecen consideración y respeto mutuo.

    Hablemos primero un poco sobre el personaje de Robin Williams, éste es un médico que durante el transcurso de su carrera se ha dedicado a la investigación, esta elección tiene mucho que ver con la dificultad que presenta para relacionarse no sólo con pacientes sino también con colegas, tanto a nivel profesional como personal.

    Cuando llega a la institución, él desea un puesto en su área de experiencia, pero no es posible, y debido a que su situación económica lo obliga, debe aceptar el ofrecimiento para trabajar con pacientes que sufren encefalitis letárgica, ésta es una enfermedad que se caracteriza por la languidez creciente, apatía y somnolencia, que lleva, finalmente al letargo.

    En contraposición a sus colegas, que se limitan a atender las necesidades básicas de estos pacientes, el Dr. Sayer toma una posición más activa con respecto al tratamiento de los mismos. Esto daría la impresión de un inicio óptimo en lo que respecta a una relación médico paciente, pero en nuestra opinión, los intereses puestos en juego por el personaje que encarna Robin Williams distan considerablemente de los que podrían tener los familiares o los mismos pacientes.

    Observamos que éste se informa sobre los síntomas de la enfermedad e incluso asiste a un congreso acerca de un nueva droga, que, en su opinión, podría "despertar" a sus pacientes.

    Además toma contacto con la madre de Leonard, e indaga sobre su historia clínica, iniciativa altamente recomendable para cualquier profesional de la salud que pretenda una experiencia satisfactoria, tanto para sí mismo como para su atendido.

    De todas maneras creemos que esta aparente preocupación del Dr. Sayer por la recuperación de los afectados se debe a un deseo de satisfacción personal, a la necesidad de alcanzar una nueva meta que marcará un antes y un después en su carrera.

    Por ejemplo, su "interés" en conocer a la madre de Leonard surge debido a que sus superiores sólo le permitirán el uso de la L-DOPA en el tratamiento si puede obtener la aprobación de al menos un familiar. Otro ejemplo claro lo constituye la irresponsabilidad con la que actúa al momento de medicar a Leonard, con el objetivo de revertir su estado, sin preocuparle los efectos secundarios que la droga, que además era experimental, pudiera tener sobre él.

    Igualmente tampoco debe dejarse de lado el hecho de que los pacientes que él trata están en un estado de marcado disturbio psicomotor y de un notable descenso de la reactividad al ambiente y de la espontánea, lo cual le impide mantener una relación interpersonal con los mismos y, mucho menos, crear un lazo afectivo.

    Todo esto comienza a cambiar a partir de la mejora de Leonard, y de los demás pacientes.

    Se empieza a ver una relación más cercana entre ellos; por un lado, los pacientes sienten un profundo agradecimiento y, lo que es más importante aún, una gran confianza en el médico. Este último es un punto esencial, que debe ser tratado con mucha cautela en toda relación médico – paciente, ya que el primero debe ser consciente de que este tipo de sentimientos es muy común y no abusarse de esto, pero además tiene que evitar que ejerzan una presión sobre el, basada en el miedo a defraudar esta confianza que ha sido depositada en su persona, y que esto pueda afectar su desempeño profesional.

    Es esta respuesta de los pacientes la que genera el cambio en el Dr. Sayer; sus ambiciones profesionales son dejadas a un lado, para que ocupe un papel preponderante el bienestar de sus pacientes. Esto lo expresa, fundamentalmente, brindándoles una gran contención, ya no sólo desde un punto de vista meramente médico, sino también humano. De más esta decir que el factor humano es importante en cualquier relación médico – paciente, pero creemos que en este caso debe destacarse su importancia, ya que es imprescindible no solamente curar físicamente al paciente, sino trabajar junto a él para ayudarlo a, por lo menos, aceptar la nueva situación en la que se encuentra, ya que las consecuencias psicológicas de haber estado "durmiendo" durante años, pueden ser devastadoras. Y además ayudarlo a rehacer su vida y a reinsertarse en la sociedad.

    Otro punto importante para resaltar es que la típica asimetría en estos tipos de relación se ve disminuida ya que el Dr. "sana", aunque sea por un tiempo, las afecciones físicas de sus pacientes, pero éstos, a su vez, sanan las afecciones psicológicas de su médico, aunque no sean conscientes de esto, al ayudarlo a mantener relaciones interpersonales donde se juegan sentimientos profundos, punto en el cual, como mencionamos anteriormente, éste presentaba serias dificultades.

    Este cambio que notamos fue constatado hacia el final de la película, cuando ante la recaída de Leonard, el Dr. Sayer actúa como todos los expertos sobre este tema recomiendan. Esto es, comunicar al paciente sobre su estado, aún cuando sea muy grave, de la manera menos traumática posible para éste, y, además procurarle el mejor tratamiento dentro de las posibilidades.

    Además, no vemos que lo afecte negativamente a nivel profesional, es decir, que no toma la recaída de sus pacientes como un golpe a su propio ego, lo cual los afectaría en mayor o menor medida. Esto es de gran importancia ya que la actitud de todo médico frente a este tipo de eventualidades debe ser la de admitir sus propias falencias y comprender las limitaciones de la ciencia.

    Conclusión:

    En una encuesta realizada por nosotros con el fin de analizar las expectativas a la hora de una consulta médica, en relación con el trato médico-paciente, observamos que en la entrevista con el profesional de la salud lo esperado por el paciente es el reflejado en la película por los ítems analizados anteriormente.

    A las personas entrevistadas se les formuló la siguiente pregunta: "A la hora de una visita médica, ¿Qué espera del trato con el profesional?"

    Nancy Blanco, 21 años, DNI 29.134.187

    "Simplemente lo que espero del médico cuando voy a hacerme un estudio o porque tengo alguna molestia, es no tener que esperar en el lugar, que me digan rápidamente cuáles son los resultados y si es posible no volver varias veces para perder tiempo y me encantaría que tenga muy buena voluntad en atender al paciente y no escucharlo por la mitad, para terminar rápido su turno.

    Que realmente, a pesar del cansancio, se vea el interés de curar a la gente, pero todo bien…"

    Cristian Núñez, 26 años, DNI 25.601.570

    1. Que me escuche.
    2. Que me pregunte mis antecedentes familiares.
    3. Que fundamentalmente sepa contenerme si tengo alguna enfermedad a mi y a mi familia.
    4. Que me de el diagnóstico y que no me mienta.

    Germán Cabrera, 23 años, DNI 27.201.992

    1. Cordialidad.
    2. Responsabilidad.
    3. Poder entenderme lo que me pasa.

    María Calcagno, 21 años, DNI 29.500.611

    "Espero que haga algo que ningún médico hace, que es escuchar a los pacientes. Me gustaría que me escuchen hasta el final y que no de vueltas, que sea claro y me de una solución concreta".

    Jimena Alfonso, 21 años, DNI 29.536.434

    "No tuve una experiencia buena ya que me sentí objeto de estudio cuando pensaron que tenía una enfermedad rara en el oído. Me mandaron a hacer todo en el momento y cuando se dieron cuenta que no tenía nada ni siquiera me respondieron a lo que yo había ido en realidad, y desde ese momento exijo que un médico, a la hora de consultarlo, se ocupe de darme una respuesta a mi inquietud. Nada más."

    El proceso de morir en Despertares

    Antes de comenzar el análisis de este apartado, es necesario aclarar que, en el caso que estamos tratando, no consideramos muerte en un sentido puramente clínico, sino como la pérdida de la capacidad de vivir, ya que consideramos que un individuo que sufre de encefalitis letárgica, con todas las características que esta enfermedad posee, se ve imposibilitado de relacionarse con el otro. Estos pacientes se encuentran en un estado de muerte incierta.

    Otro punto que debemos aclarar es que, a pesar de que en un primer momento Leonard parece estar recuperándose, durante toda la película podemos ver en él características psicológicas propias de un paciente que enfrenta la muerte. Esto se debe, entre otras cosas, a que las causas de la enfermedad son poco conocidas y que el tratamiento aplicado es de tipo experimental, por lo cual se hace muy claro para él, y su madre, que su situación es incierta.

    Es sabido que en todos los pacientes que se enfrentan a la muerte, y principalmente cuando ésta no es inminente, se manifiestan sentimientos de incertidumbre acerca de su futuro, estas preocupaciones no están centradas en la muerte misma, sino en el temor de cómo va a ser su vida a partir de ese momento.

    En Leonard podemos ver que su temor está centrado, en un primer momento, en la posibilidad de volver al estado de letargo, esto se ve claramente en su miedo a dormir. En definitiva, podríamos decir que le preocupa la "enfermedad" en el futuro. Luego esto cambia, ya que su preocupación se centra en tratar de encontrar la manera de recuperar el tiempo perdido, es decir, lo que lo atemoriza es cómo vivir su vida en "salud".

    En ambas situaciones el temor se traduce en angustia, y ésta es manejada por Leonard enfatizando el goce de la vida, tratando de aprovechar al máximo todas las situaciones que se le presentan en su vida cotidiana, da la impresión de querer hacer "todo". Esto nos llevó a pensar en el mecanismo de sublimación de los pacientes terminales, mediante el cual diversas actividades que el paciente deseó realizar durante su vida pueden ser llevadas a cabo, incluso actividades percibidas por el individuo como peligrosas. Debe aclararse que para que puedan ser objeto de la sublimación, deben ser actividades altamente valoradas en el marco de la cultura de este individuo.

    Otro punto a tener en cuenta en la problemática del moribundo es el de adaptarse a los condicionamientos que le presenta su enfermedad, como ser, la imposibilidad de realizar actividades cotidianas. Esto lo podemos apreciar cuando el Dr. Sayer indaga acerca de la aparición de los síntomas en Leonard y descubre, en el relato de su madre, que éste sufrió mucho al perder sus capacidades físicas, ya que, al no poder concurrir al colegio, no podía interactuar con sus pares.

    Cuando se presentan los primeros síntomas de desmejoría en Leonard vemos cada vez más claras las fases por las que pasa un paciente que se enfrenta a una muerte inminente.

    En primer lugar podemos observar su negación ante las obvias señales se recaída, y, cuando su madre y el Dr. Sayer se lo marcan, presenta sentimientos de ira y resentimiento contra ellos, intentando de esta manera aliviar la angustia que le provoca estar perdiendo el control de su cuerpo y, en definitiva, de su capacidad de vivir.

    Finalmente, abandona este estado de negación, al encontrar un sustituto para controlar su angustia. Esto lo logra mediante un nuevo mecanismo de defensa, la reunión con un ser amado, que le permite sentirse acompañado en ese momento tan terrible para él. Esta etapa, como suele ocurrir en estos procesos, aparece superpuesta con una parcial aceptación de la muerte. Esto se ve perfectamente en la escena en la cual se encuentra con su "interés amoroso" para despedirse de ella, demostrando así la aceptación de su situación, pero también la necesidad de rodearse de personas que lo hagan sentirse querido, que le permitan sentir que, al dejar una huella en ellos, está dejando una huella en el mundo.

    Otra causa principal para que Leonard abandonara la fase de negación fue, en nuestra opinión, la posición que tomó el Dr. SAYER de tratar por todos los medios de hacerle entender que estaba empeorando, a pesar de que esto no es bien visto por algunos autores que consideran que se debe proteger al paciente contra la angustia.

    Mencionamos esto ya que nos parece importante recalcar es la importancia de las personas que rodean al paciente en cuanto al uso estrategias de afrontamiento por parte del mismo. Con esto queremos decir que nos parece fundamental la posición que toma, tanto la familia como el equipo médico, ante los cambios en la conducta del paciente.

    Por último queremos aclarar que su aceptación de la muerte es parcial porque le pide al Dr. que luche por una cura hasta las últimas consecuencias, empleando su propio cuerpo como instrumento, si es necesario.

    Ética y bioética en despertares

    Se suele definir a la ética como "una ciencia práctica y normativa que estudia racionalmente la bondad y maldad de los actos humanos". Y dentro de ésta misma, se encuentra la bioética, cuya definición se atiene a que "es la disciplina científica que estudia aspectos éticos de la medicina y la biología en general, así como las relaciones del hombre con los restantes seres vivos". También se puede decir que la ética es "una reflexión sobre la moral".

    En un sentido más cotidiano de la palabra, se suele pensar en la ética como lo que define y califica los actos humanos en "buenos" y "malos", según cada cultura. Y si nos remontamos a su origen etimológico, vamos a encontrar que dicha palabra proviene del griego "ETHOS", que significa "costumbre".

    La ética está íntimamente relacionada con todos los actos humanos en general, y con la medicina en particular. Es que el médico, en su diaria tarea de enfrentarse con problemas de salud, se enfrenta a determinadas situaciones que ponen en juego sus valores y su conciencia, obligado a tomar decisiones en las que esta en juego la vida humana, y serán sus actos los que tilden su saber y su aprecio por su prójimo. De este modo, la frontera entre lo que puede y debe hacerse suele ser difusa, y sus límites, poco netos.

    En su libro "El nombre de la rosa", Umberto Eco pone en boca de fray Guillermo de Baskerville la siguiente frase: "La ciencia no es saber lo que puede o debe hacerse, sino también saber lo que podría hacerse, aunque quizá no debiera hacerse". Como se observa, este contradictorio terreno de los límites en el campo de la ciencia es muy antiguo.

    Teniendo en cuenta los innumerables avances tecnológicos que ha desarrollado la medicina a lo largo de los años, no se puede negar que varios de estos adelantos se han logrado rompiendo la barrera de lo correcto en varias situaciones. Incluso, los que han desarrollado dichos esfuerzos, han sido marcados muchas veces por sus contemporáneos como personas que no saben lo que hacen, iluminados por la luz de su ego, o, simplemente, "locos", siendo la historia los que le suelen dar la razón, y, siendo sus investigaciones, reconocidas recién después de varios años.

    A la hora de tomar una decisión el profesional de la salud tiene que atender a cuatro principios, los cuales son:

    . Autonomía

    . No maleficencia

    . Beneficencia

    . Justicia

    Cada principio no es absoluto y no tienen origen jerárquico, porque el mismo depende de la situación.

    En el principio de autonomía se pone como prioridad que el paciente sea agente de su tratamiento, que tenga posibilidad de actuar, y que tenga libertad de controles externos, sin coerción y con conocimiento del procedimiento.

    En el principio de no maleficencia, se pone como máxima la frase "primun non nocere" (primero no dañarás), y se basa en que la intención del tratamiento no será hacer daño o mal.

    En el principio de beneficencia se pone en prioridad el deber del profesional a evitar o rechazar el daño o mal, prevenir el daño o mal y hacer o promover el bien.

    En el principio de justicia se toman en cuenta los conceptos de igualdad y equidad.

    En la película el derecho de autonomía se ve afectado por la imposibilidad del paciente, debido a su estado catatónico, a decidir sobre su tratamiento. En este caso es el familiar más cercano (la madre), el cual tiene el derecho de decidir el procedimiento a seguir, dentro de las opciones ofrecidas por el médico.

    A la hora de obtener la autorización para realizar el tratamiento con levodopa, el doctor tiene la obligación de obtener el consentimiento de la madre. Este es un caso particular, ya que la droga no fue sintetizada para los pacientes con encefalitis letárgica sino para los sufrientes de parkinson, por lo cual al ser una droga experimental, el doctor se ve imposibilitado en ofrecer una predicción del tratamiento a la madre del paciente. Sin embargo la madre acepta ya que esta es la única opción de tratamiento propuesta para la enfermedad de su hijo desde que este fue infectado.

    "Consentimiento informado: Una persona competente da su consentimiento informado cuando provista de la información adecuada y sin coerciones acepta seguir el tratamiento propuesto por su médico o someterse a una investigación".

    En cuanto al principio de no maleficencia y de beneficencia, en este caso el doctor decide tratar a un paciente con una droga experimental, ya que a la vista de no existir tratamiento conocido, se da cuanta de que los síntomas iniciales son similares a los del parkinson, lo cual lleva a pensar que la base del trastorno puede ser la misma. El origen del tratamiento es la mejoría del cuadro y la búsqueda de una mejoría a expensas de los síntomas secundarios que se esperan que sean cualitativamente menores a la patología inicial.

    Al ser Leonard el primer paciente que se le administra la droga, el principio de justicia se ve afectado porque no es el único que la necesita, pero al ser una droga experimental se trata de prevenir las complicaciones que pueden surgir si se administra una droga experimental a un grupo de personas sin estar seguro de los beneficios de la misma. Otro impedimento es económico ya que es un tratamiento muy caro y el hospital no avala su utilización en todos los pacientes.

    Una vez que da los resultados esperados se le emplea la droga a todos los pacientes que presentan el mismo trastorno, aunque los efectos de la misma a largo plazo no son satisfactorios, ya que los síntomas iniciales eventualmente regresan y estas personas entran en un estado de catonismo permanente.

    En "Despertares", la antigua ambivalencia entre lo correcto y lo incorrecto, lo legal y lo transgresor, se pone de manifiesto de una manera explicita y a la vez confusa, ya que el Dr. Sayer descubre que varios pacientes que han padecido una patología llamada "encefalitis letárgica", luego del ataque inicial, suelen entrar en un estado catatónico, o de indiferencia total hacia el mundo que los rodea, siendo sus causas ingobernables por los sujetos portadores de dicha enfermedad. Al principio, luego de observar dichos sujetos una total falta de voluntad, se topa de sorpresa con un interesante acto de los pacientes: si se les arrojaba determinado objeto, ellos lo agarraban en el aire, como respondiendo a un reflejo. Era la primera reacción que mostraban en más de, algunos, 20 años de inmovilidad. Luego de seguir realizando estas y otras pruebas más (por ejemplo, descubre que una señora que padecía la enfermedad por más de 30 años, solo caminaba por áreas en donde el suelo estaba con azulejos, dándole al mismo un aspecto cuadriculado; en donde se terminaban los azulejos, la mujer se detenía. Entonces, dibujó cuadrados negros y blancos en el piso, continuando el aspecto cuadriculado en donde no se presentaba, y observó que la mujer seguía caminando, siendo que antes, al no

    presentarse dicha característica, la paciente se detenía), se llegó a la conclusión de que dichos internos, que se encontraban en un neuropsiquiátrico en aparente estado catatónico, respondían a "la voluntad de los objetos" según Sayer. Siendo esta voluntad regulada de alguna manera por alguna extraña lógica.

    Luego de dichas corroboraciones, el doctor piensa que tal patología sería una especie de "Parkinson avanzado", con lo cual propone administrarles L-Dopa, derivado sintético del neurotransmisor que se encuentra alterado o ausente en el Parkinson. Aquí se puede observar el primer acto del doctor en el cual sus hechos y sus planes acerca del tratamiento a seguir ponen de manifiesto el ya mencionado difuso territorio entre lo correcto y lo que no lo es, ya que si bien, dicho tratamiento daba cierta esperanza de reacción a los enfermos (de que presenten alguna mejoría), no se pensó en el momento de elevar la dosis en los posibles efectos secundarios de la droga, preferenciando el supuesto accionar benéfico de la droga por sobre sus efectos colaterales.

    Varias preguntas pueden desprenderse de tal accionar: ¿debe ser tomado como más importante la acción de una droga (aún poniendo en un supuesto riesgo al paciente), por sobre su propia vida? ¿la ciencia debe "hacer y deshacer" a su propio gusto justificando el avance de la misma? Éstas y otras cuestiones suelen ser transgredidas por quienes las llevan a cabo, a veces sin plantearse la moral que dichos actos entrañan, poniendo en jaque la frontera entre porqué se hace algo y para qué. Algunas personas suelen esgrimir en su defensa que "el fin justifica los medios", no mencionándolo explícitamente sino dejándolo entrever, haciendo que sus hechos hablen por sus palabras. Ésta justificación a traído a veces consecuencias benéficas, y otras veces nefastas. Retomando con la película, los pacientes en los cuales se experimenta la droga muestran una gran mejoría, saliendo de su estado catatónico a un estado de voluntad (administrándole altas dosis de la droga), con lo cual dichas personas "vuelven a vivir". Luego de un tiempo, el médico y los internos se encontraban en un estado de éxtasis por lo que acababa de ocurrir. Es claramente visible que dicho estado, en las personas en las que se había llevado a cabo el experimento, se debía a que habían despertado de su largo letargo, siendo difícil dilucidar si la emoción sentida por el médico se debía a la alegría que le provocó a dichas personas y a sus familiares y amigos, o al hecho de que sus ideas hayan obtenido un aparente triunfo, contrariando la opinión de sus colegas y haciendo sobrevaler su sabiduría y el destino que a ella le daba. Aunque luego de un tiempo de dicha mejoría, los internos empiezan a mostrar síntomas en consecuencia de las elevadas dosis de droga que se les administraba. Como dichos efectos no habían sido tomados en cuenta por el doctor, se les empieza a bajar la dosis, observando que ingresaban en un estado del cual se podía deducir claramente que los enfermos volverían irremediablemente dónde encontraban en un primer momento, siendo

    acertado dicho supuesto. Entonces se plantean de nuevo cuestiones éticas que, pese a haber sido formuladas varias veces a lo largo de la historia, nunca terminan de responderse. Observando otros hechos similares ocurridos en cuanto al uso y abuso de drogas para tratamiento, se ve que Freud ha ideado que la cocaína podría llegar a ser un alivio para casos de enfermedad cardíaca y agotamiento nervioso, sustituyendo a la "droga del momento", la morfina.

    Como conclusión, queremos dejar en claro que si bien el tema se presta a una extensa discusión, nos parece que los beneficios de la investigación son innumerables. Aunque en la película no es fácil discernir entre las intenciones de beneficiar al paciente y de concluir la investigación, porque que el Dr. Sayer, al tratar de conseguir un despertar de los pacientes utilizó una droga que no correspondía a esa patología y por lo cual no eran predecibles sus efectos secundarios, aumentando en forma progresiva la dosis sin medir consecuencia alguna de los efectos nocivos de la misma.

    Destacamos la siguiente frase emblemática de nuestro pensamiento en relación a la aplicación ética de la ciencia:

    "Ciencia es aquello sobre lo cual siempre cabe una discusión" (José Ortega y Gasset).

    Nota: Sabemos que se ha vuelto a redactar escenas de la película, no solo para su mayor comprensión, sino para poder abordar los temas relacionados con la ética en forma más descriptiva.

    Conclusión

    Como mencionamos anteriormente, consideramos que el momento en el cual Leonard le pide a su médico que siga investigando con él para poder encontrar una cura a su enfermedad, constituye uno de los ejemplos más claros de entrega total de confianza que pudimos ver en el transcurso de la película. Opinamos que esta marca, que a pesar de las fallas observadas en un principio, la experiencia para los individuos implicados ha resultado positiva. Esto generará en el Dr. Sayer un afianzamiento en su rol, pero lo que es más importante, un cambio en su vida tanto profesional como personal, ya que el contacto con estos pacientes le permitió ver, en nuestra opinión como futuros profesionales de la salud, el aspecto más gratificante de la Medicina, el afecto de un paciente. Y provocaron un cambio en su conducta con respecto a "los otros".

    Nos resultó muy interesante realizar este trabajo porque nos permitió ver en una forma más práctica el proceso de la muerte de un paciente, desde el punto de vista del médico, pero lo que es más importante, desde el del afectado.

    Además intentamos mostrar que la muerte clínica, no es la única muerte posible para un ser humano.

    Creemos que "Despertares" trata de una forma clara temas muy importantes para la Medicina actual, como por ejemplo, el sufrimiento de un paciente, la importancia de la interacción de éste con el médico, y temas sobre la condición humana en general.

    La película esta muy bien lograda respecto de la enfermedad, sus síntomas y evolución. También plantea una relación médico-paciente bastante emblemática.

    La problemática en la relación médico-paciente, en las últimas décadas, tanto en la literatura profesional como en los medios de comunicación, han aparecido como un tema preocupante, particularmente dentro de la sociedad norteamericana, que es precisamente el lugar donde ocurre la historia. Esto es debido a que hoy es más explícito el reconocimiento de los derechos y de la autonomía de los pacientes, hay una menor tendencia a culpabilizar a las víctimas una mayor desconfianza hacia las figuras de autoridad y una menor tolerancia a los abusos de poder.

    Otros de los puntos que me pareció importante resaltar en el trabajo fue la enfermedad del personaje principal. Creo que dicho trastorno fue muy bien demostrado, poniendo en evidencia los síntomas y etapas de la enfermedad, mostrando también el sufrimiento y padecimiento del trastorno por parte de la persona.

    Para finalizar me gustaría citar una frase del documento fundamental de la medicina: "A cualquiera casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos" (Juramento Hipocrático, s. V a.C.). Los principios de beneficencia, no maleficencia y abstinencia en la relación médico-paciente quedan así enunciados en el momento mismo del nacimiento de la profesión, definiéndola.

    Bibliografía

    • Díaz, Esther – "La posciencia", Editorial Biblos
    • "Diccionario enciclopédico ilustrado de Medicina Dorland" – Editorial Interamericana, Mc Graw – Hill
    • Freud para principiantes – Editorial Era Naciente, Appignanesi – Zárate
    • Materazzi y colaboradores – Salud Mental, enfoque transdisciplinario – Editorial Salerno
    • Rilova Salazar, Felipe, Dr. – www.transdisciplina.com
    • Sacks, Oliver – "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero"
    • www.relacionmedicopaciente.com.ar

     

    Tiziano Moreno

    Estudiante de medicina en la UBA

    Cátedra: Salud Mental