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Análisis de los Estados Financieros (página 2)

Enviado por Pedro Rubio Dominguez


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  1. TÉCNICAS DE ANÁLISIS

Las técnicas mas utilizadas en el análisis de los estados financieros son las siguientes:

  1. Comparación: Consiste en determinar las analogías y diferencias existentes entre las distintas magnitudes que contiene un balance y demás estados contables, con el objeto de ponderar su cuantía en función de valores absolutos y relativos para diagnosticar las mutaciones y variaciones habidas.

La comparación de partidas entre diferentes balances transforma en dinámicos los elementos estáticos contenidos en ellos, los cuales expresan únicamente la situación en un momento dado.

Una cuenta cualquiera puede medirse comparándola:

  • Con el importe total del Activo, del Pasivo o de los Resultados
  • Con el total del grupo o masa patrimonial a que corresponda
  • Con la misma cuenta de un balance anterior o posterior
  • Con otros epígrafes con los que tenga cierta relación y que convenga analizar
  • Con otras empresas o estándares de referencia.
  1. La importancia de los porcentajes aumenta cuando se dispone de tantos por ciento tipo para cada actividad, con los cuales se puede comparar los datos de la empresa en cuestión, estudiando la estructura de su patrimonio y resultados. Así se descubren fácilmente los puntos adversos causantes de resultados desfavorables.

  2. Porcentajes (análisis estructural): Disponiéndoles verticalmente se puede apreciar con facilidad la composición relativa de activo, pasivo y resultados. Tiene una significación extraordinaria en el análisis de balances, pero con todo ello, no debemos prescindir de los valores absolutos, cuyo estudio es necesario para ponderar mejor las oscilaciones de los porcentajes; éstos pueden variar en un sentido y los totales en otro.
  3. Números índices: Consiste en estudiar la tendencia de cada grupo de cuentas o de éstas entre sí, tomando como base un ejercicio normal, o sea, que no presente grades variaciones, y, si ello no es posible, se elige como número base inicial de comparación el promedio ponderado de una serie de años. La cifra base inicial de comparación se hace, por lo general, igual a 100 y, el resto de los números, en tantos por ciento del primero, con lo que se facilita una rápida visión de conjunto de los aumentos y disminuciones correspondientes. Tiene especial aplicación para dar a conocer las tendencias.
  4. Representación gráfica: Consiste en mostrar los datos contables mediante superficies u otras dimensiones conforme a ciertas normas diagrámicas y según se refiera al análisis estructural o dimensional de la empresa. Se utiliza para hacer resaltar determinadas relaciones o interpretaciones.
  5. Ratios: Consiste en relacionar diferentes elementos o magnitudes que puedan tener una especial significación.

El ratio es una relación significativa del valor de dos elementos característicos de la gestión o de la explotación de la empresa. Los ratios son, en muchos casos, números relevantes, proporcionales, que informan sobre la economía y marcha de la empresa.

Lo que en definitiva se busca mediante el cálculo de ratios financieros, según Dalsace; "es conocer de forma sencilla, a partir del balance, el comportamiento futuro de la empresa, cuyo comportamiento se escalona en el tiempo, de ahí su carácter fundamentalmente cinético, siendo pues, necesario hacer intervenir factores cinéticos, o sea, ajenos al balance, y, sobre todo, de las cuentas de resultados".

Los ratios deben utilizarse con prudencia y ordenadamente como una primera aproximación del análisis. Han de ser sustanciales y significativos. A tal efecto, G. Angenieux dice que deben ser:

  • Sencillos, ya que si no, son dificilmente utilizables
  • Racionales. Debe haber una relación de causa efecto entre los dos términos de la relación, ya que evidentemente sería posible establecer infinidad de ratios gracias a múltiples combinaciones de las partidas del balance, de los documentos anejos o de las estadísticas de la empresa.
  • Poco numerosos; sobre todo si están destinados a la dirección de la empresa.

Los ratios se pueden clasificar:

  • Por su origen: Internos y externos
  • Por la unidad de medida: De valor y de cantidad
  • Por su relación: Estáticos, dinámicos y mixtos
  • Por su objeto: De estructura financiera, de estructura de capital; de liquidez y solvencia, de actividad comercial y de rendimiento económico

Los ratios internos, también denominados de intraempresa, son los que se refieren a la propia empresa, pero calculados con relación a períodos distintos. Los externos o de interempresa son los que pertenecen a empresas del mismo sector económico.

La interpretación de los ratios no se puede hacer de forma mecánica. Un ratio por sí solo carece de significado, adquiere su máxima validez cuando se le compara con un estándar interno o externo. Los primeros se obtienen de los datos reales convenientemente corregidos y ajustados. Los externos son los que corresponden

otras organizaciones análogas y con situación parecida. Ante la dificultad de hallar varias empresas que puedan compararse en el plano técnico-comercial, se impone elaborar patrones o muestras por cada grupo de ratios que posibiliten caracterizar las diferencias de organización y gestión .

La comparación interempresa deberá hacerse con el mayor número posible de empresas, aunque con las lógicas reservas, dado que pueden existir diferencias en las técnicas contables aplicadas. En todo caso, procede emplear ratios-tipo que son los correspondientes a las empresas que presentan situaciones determinadas y consideradas como mejor dirigidas. Los ratios piloto pueden ser sustituidos por un ratio-medio que exprese la situación de aquellas empresas que presentan situaciones semejantes. Para su determinación puede utilizarse la media aritmética o mejor la mediana, para evitar una nivelación arbitraria.

Se denominan ratios de valor o de cantidad, según se refieran a unidades económicas (monetarias) o a unidades técnicas (físicas). A ser posible es preferible utilizar ratios de cantidad ya que los datos que se obtengan serán mas reales.

Atendiendo a las relaciones de elementos o magnitudes que pueden establecerse, se llaman rátios estáticos cuando se derivan del análisis del balance y son dinámicos los que se derivan del análisis de las cuentas de resultados. Son mixtos cuando se comparan datos tomados del balance y de la cuenta de resultados.

En cuanto su objeto, se deben emplear los ratios necesarios para analizar la gestión comercial, financiera, de inversión y rentabilidad, seleccionando los que tienen influencia decisiva en el control de gestión y de forma que no estén influenciados por fluctuaciones monetarias o por cualquier otra variación que pueda desvirtuar su realidad, precisando, en su caso, los factores que han podido influir y en qué medida afecta esta influencia, ya que la validez de un enunciado de ratios depende, sobre todo, de que tanto la base cuantitativa como el intervalo de tiempo elegido sean reales.

La información así obtenida forma parte del "tableau de bord" o cuadro de mando de la empresa y permite apreciar:

  • La política seguida
  • Las previsiones a efectuar
  • La toma de decisiones

Las cinco técnicas de análisis indicadas, lejos de excluirse entre sí, se complementan. De ahí que su uso, convenientemente correlacionado, puede ser de la mayor importancia en la práctica del análisis.

4. ESTADOS FINANCIEROS

El análisis financiero consiste en un estudio detallado del Balance de Situación y la Cuenta de Pérdidas y Ganancias.

4.1. BALANCE DE SITUACIÓN

Se puede definir como un estado que refleja la situación patrimonial de la empresa en un momento determinado, en la medida en que dicha situación se pueda expresar en términos monetarios. Tiene carácter estático, ya que es un resumen de la situación de la empresa en un momento dado.

El Balance de Situación está compuesto por:

  1. ACTIVO:

Al conjunto de bienes y derechos se le conoce con el nombre de Activo. Representa la estructura económica. Se puede dividir en dos grandes masas patrimoniales:

  1. Activo fijo: También llamado inmovilizado. Está compuesto por elementos cuya conversión plena en liquidez requiere más de un año. Son inversiones de carácter permanente en la empresa y consideradas necesarias para el cumplimiento de sus fines.

. Cabe distinguir cuatro tipos de inmovilizado:

  • Inmovilizado material: Bienes de naturaleza tangible como Terrenos, Edificaciones, Maquinaria, Instalaciones, Utillaje, Mobiliario, Vehículos de transporte, Equipos para proceso de información, ….
  • Inmovilizado inmaterial: Elementos patrimoniales intangibles como, Fondo de comercio, Aplicaciones informáticas, Derechos de traspaso, Concesiones administrativas, Derechos sobre bienes en régimen de arrendamiento financiero, ….
  • Gastos amortizables: Tales como, Gastos de constitución, Gastos de primer establecimiento, Gastos de ampliación de capital.
  • Inmovilizado financiero: Inversiones financieras permanentes cualquiera que sea su forma de instrumentación, con vencimiento superior a un año: Participación en el capital de otras empresas, Valores de renta fija; Créditos concedidos a largo plazo, Imposiciones a largo plazo.
  1. Activo circulante: Integrado por elementos patrimoniales activos (bienes y derechos frente a terceros) que tienen la característica de ser dinero o convertirse en dinero, por operaciones normales de la empresa, en un plazo no superior a un año.

Atendiendo al grado de disponibilidad, se pueden distinguir tres tipos de activo circulante:

  • EXISTENCIAS: Bienes adquiridos o elaborados por la empresa destinados a su venta o transformación en productos terminados, entre los que se citan: Mercaderías, Materias primas, Productos terminados, Envases, Embalajes, etc.
  • REALIZABLE: Derechos de cobro susceptibles de ser transformados en efectivo dentro de un ejercicio económico, tales como Clientes, Efectos comerciales a cobrar, Pagos anticipados, Inversiones financieras temporales (a corto plazo), Créditos concedidos a terceros, Efectos comerciales descontados pendientes de vencimiento, ….
  • DISPONIBLE: Elementos de activo mas líquido de que dispone la empresa:

Depósitos en entidades bancarias a la vista y efectivo en caja.

  1. PASIVO

Representa la estructura financiera. Podemos definir el pasivo del balance como el conjunto de recursos financieros de que dispone la empresa. Parte de él expresa el conjunto de obligaciones que la empresa tiene contraídas con terceros en un momento dado.

Clasificación:

1. PASIVO FIJO

Comprende las deudas a largo plazo y el no exigible.

  • EXIGIBLE A LARGO PLAZO: Deudas de la empresa cuyo plazo de pago es superior a un año, tales como, Préstamos, Proveedores de inmovilizado, Efectos a pagar a largo plazo, Obligaciones y Bonos, Fianzas y Depósitos recibidos a largo plazo, …
  • NO EXIGIBLE: Son los conocidos como recursos permanentes propios. Provienen de aportaciones de los socios a capital y los generados por la propia empresa, tales como Reservas y Resultados no distribuidos.
  1. PASIVO CIRCULANTE:

Es el exigible a corto plazo. Está integrado por deudas de la empresa con vencimiento no superior a un año. Proveedores, Acreedores, Efectos comerciales a pagar, Préstamos a corto plazo, Organismos oficiales (Hª Pública, Tesorería de la S.S.), Deudas por efectos descontados, ….

4.2 CUENTA DE PÉRDIDAS Y GANANCIAS

Según el P.G.C., la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, comprende, con la debida separación, los ingresos y los gastos del ejercicio, y por diferencia, el resultado del mismo.

A diferencia del Balance de Situación (información estática), la Cuenta de Pérdidas y Ganancias informa de los ingresos y gastos de un período determinado de tiempo. Es el nexo de unión entre dos balances. El inicial, que informa de la situación patrimonial de la empresa al inicio del período, y el final, que refleja la situación al final del mismo.

II. ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA PATRIMONIAL

  1. FINALIDAD

El análisis de la estructura financiera de la empresa consiste en investigar si las relaciones cuantitativas de las masas patrimoniales activas y pasivas del balance presentan o no posición de equilibrio financiero.

El análisis consiste en un estudio de:

  • La estructura que presentan los grandes grupos que componen el activo y el pasivo.
  • De su evolución a lo largo de los últimos períodos.
  • De las relaciones que mantienen entre sí (equilibrio o solidez).

Los objetivos perseguidos en este estudio son:

  1. Conocer y situar a la empresa, a través de un determinado tipo de estructura, tanto por lo que se refiere a los recursos empleados como a las fuentes de financiación.
  2. Conocer la evolución reciente de dicha estructura.
  3. Determinar su grado de equilibrio.
  4. Determinar la capacidad de endeudamiento.
  5. Evaluar la capacidad de expansión de la empresa.
  1. El análisis de la estructura del activo nos indicará el grado de inmovilización de los recursos que necesita la empresa, según sea el peso relativo de los dos grandes grupos, fijo y circulante, y de la composición de éstos.

    En las empresas eléctricas, las de navegación, las telefónicas, etc., así como las industrias en general, la inversión en inmovilizaciones técnicas es más importante que en las empresas comerciales, en las que los activos circulantes suelen ser superiores a los activos fijos.

    El análisis se realiza mediante el cálculo de porcentajes que cada grupo representa con respecto al total del activo. De esta forma conocemos, además del valor absoluto, la

    importancia relativa de cada masa. Pero el mayor interés radica en el análisis dinámico u horizontal, obtenido a base de series de balances, caso de disponer de datos correspondientes a varios ejercicios.

    Los ratios utilizados para el análisis de la estructura del activo son:

    =

    Tanto el activo fijo como el total se estiman por su valor neto. Este ratio expresa en qué medida la empresa inmoviliza sus capitales. Si crece dentro del mismo capital invertido, significa que el activo circulante ha sido reducido, con o sin acierto, según que suponga mayor o menor rendimiento.

    Mide la relación del circulante con el total de inversiones de la empresa. Varía según la actividad desarrollada. En principio, las que tienen un mayor activo circulante obtienen mayores beneficios, ya que éstos están en relación directa del activo circulante o de éste multiplicado por la velocidad de giro e inversión del activo fijo. En consecuencia, cuanto mayor sea este ratio tanto mejor.

    =

    Procede hallar el ratio correspondiente a cada tipo de inmovilizado (material, inmaterial, gastos amortizables). En su interpretación habrá que tener en cuenta el número de años que tiene de existencia. Un ratio alto revela una política de amortizaciones acertada con todas las ventajas que ello reporta.

  2. ESTRUCTURA DEL ACTIVO
  3. ESTRUCTURA DEL PASIVO Y CAPITAL

Los ratios de la estructura del pasivo ponen en evidencia la naturaleza de los recursos de que dispone la empresa. Expresan su endeudamiento.

La estructura del endeudamiento de una empresa obedece a ciertas reglas, de tal forma que: si los capitales propios representan mas de dos tercios del total de recursos, la empresa tiene una gran capacidad de endeudamiento; si representan mas de la mitad, todavía puede recurrir a la obtención de préstamos; en cambio, si este ratio es inferior, se encontrará en una situación tal que los eventuales prestamistas serán mas caros y mas exigentes. Estos ratios varían según los sectores y el tamaño de la empresa.

Cuando la empresa carece de recursos propios suficientes para crear, desarrollar o simplemente mantener el negocio objeto de su actividad, necesita recurrir al mercado de capitales al objeto de obtener los fondos de financiamiento necesarios.

La relación que debe existir entre fondos propios y ajenos es difícil de determinar. No existe, en realidad, ninguna obligatoria. Se podría incluso admitir que trabaje solamente con financiación ajena. En realidad, la proporción que debe existir entre ambas clases de financiación vendrá determinada por su incidencia en la rentabilidad. Del estudio de este aspecto del análisis nos ocuparemos mas adelante al tratar el efecto de apalancamiento financiero.

Los ratios más esenciales para analizar la estructura del pasivo son los siguientes:

=

Los recursos propios se refieren al neto patrimonial. Cuanto mayor sea este ratio, mas estabilidad financiera presentará la empresa. Interesa mantener este ratio lo mas alto posible, puesto que ello indica una fuerte posición económica. Además, revela una garantía de seguridad frente a posibles depresiones económicas y una mayor capacidad de financiación ajena en caso de necesidad.

=

Este ratio, complementario del anterior, mide la importancia de las deudas, las cuales no deben sobrepasar el 50% del capital propio.

Se considera como la regla de oro de la financiación de la empresa, cuando la correlación entre inversiones y financiaciones, ordenadas según su grado decreciente de liquidez y exigibilidad, respectivamente, se ajusta al siguiente esquema:

=

Mide el grado de capitalización de la empresa. Un ratio elevado asegura a la empresa del riesgo de descapitalización. Su empleo es útil para el análisis del coste financiero de los capitales propios.

=

Este ratio mide la intensidad de la deuda comparada con los fondos de financiamiento propios, y de ella, deducir el grado de influencia de terceros en el funcionamiento de la empresa.

El resultado ideal se expresa como tendencia a la unidad.

Este mismo ratio, pero invirtiendo los términos, da el concepto de autonomía financiera.

Este aspecto del endeudamiento es básico, pues siempre hay que buscar un equilibrio entre los capitales propios y ajenos.

En efecto:

  • Los capitales propios son los que representan un margen de seguridad para el conjunto de acreedores, dado su carácter permanente y al no tener una remuneración obligatoria.
  • Por otro lado, a los propietarios les interesa utilizar la financiación ajena siempre que la rentabilidad de los fondos invertidos sea superior al coste de los capitales ajenos utilizados. Desde el punto de vista de la rentabilidad, el grado idóneo de utilización de capitales ajenos se determina analizando el efecto de apalancamiento financiero.
  • Pero esto no solo puede crear problemas de liquidez y rentabilidad, sino que también puede hacer peligrar el control de la empresa.

Por tanto, el equilibrio entre los capitales propios y los ajenos resultará de un compromiso permanente de las exigencias de.

  • La solidez
  • La independencia financiera
  • La rentabilidad de los fondos propios
  • La rentabilidad de los fondos propios

El equilibrio entre los capitales propios y los ajenos varía esencialmente, según las empresas de:

  1. Independencia y la seguridad.

  2. Factores subjetivos: – Preferencia de los propietarios y directivos por la
  3. Factores objetivos: – Importancia de los valores inmovilizados dentro del

Activo.

– La velocidad de rotación de los activos circulantes,

particularmente, los stocks.

– El nivel y estabilidad de los beneficios.

– El rendimiento de las inversiones.

– El objetivo de rentabilidad de los capitales propios.

– La naturaleza de la actividad de la empresa.

– Los riesgos propios de la explotación.

– La situación coyuntural.

Todos estos factores influyen en la determinación de la estructura financiera. Pero a este primer nivel, y a través de los ratios, no parece adecuado determinar la estructura financiera óptima. Procede situar algunos conceptos básicos y, sobre todo, analizar la evolución histórica.

Conclusiones preliminares con respecto al análisis de la estructura patrimonial

  1. La solidez financiera será mayor cuanto mayores sean los porcentajes de los capitales permanentes sobre el total de la financiación, y dentro de éstos, cuanto mayor sea la participación de los fondos propios.
  2. La rentabilidad tenderá a aumentar paralelamente a la disminución del porcentaje de fondos propios (aunque los resultados en valores absolutos sean inferiores debido a las mayores cargas financieras), si el rendimiento sobre activo es superior al tipo medio de interés.
  3. Cuanto mayor sea el nivel de beneficios de una empresa, los fondos propios y los capitales permanentes podrán tener porcentajes inferiores sin que peligre la solidez financiera de la misma.
  4. Finalmente y como se expone a continuación, la estructura financiera debe guardar una relación muy directa con la estructura del activo. Los capitales permanentes deben ser superiores al activo fijo, por tanto, deberán ser mayores a medida que aumente la proporción del activo inmovilizado
  1. RELACIONES DE EQUILIBRIO ENTRE LAS MASAS PATRIMONIALES

Analizaremos aquí la relación que debe existir entre las distintas masas patrimoniales del activo y las diferentes fuentes de financiación, a fin de que la empresa, considerada globalmente, pueda alcanzar un equilibrio estable.

Desde un punto de vista dinámico, este equilibrio se dará cuando:

  • La renovación de los elementos del activo (inmovilizado, clientes y existencias) se efectúa con toda normalidad a través del ciclo de explotación y gracias a la renovación de las fuentes de financiación correspondientes.
  • La liquidez de la empresa permite hacer frente a los compromisos de pago adquiridos.

Pero como paso previo a este punto de vista dinámico, hablaremos en primer lugar de un equilibrio estático que nos determinará unas reglas mínimas de equilibrio.

Cuando analizamos la estructura del activo se apreció que la composición de las distintas partidas viene determinada, en gran parte, por la naturaleza de la actividad de cada empresa. Partiendo de esta premisa, será la composición del pasivo la que deberá adaptarse a las exigencias de la composición del activo, Pero por otro lado, el crecimiento del activo vendrá, a su vez, limitado por las posibilidades de financiación o incremento del pasivo.

Esquema básico de equilibrio financiero:

Regla de equilibrio financiero mínimo

Los capitales utilizados para financiar el inmovilizado, los stocks u otra partida del activo deben permanecer a disposición de la empresa durante un tiempo que corresponda, como mínimo, al período de permanencia del inmovilizado, los stocks o la partida adquirida con esos capitales. Es decir:

  • Que los elementos de activo fijo deben ser financiados por capitales permanentes, que sean realmente fijos (capitales propios) o con una permanencia que permita a dicho inmovilizado segregar, mediante las amortizaciones y los beneficios, el líquido necesario para reembolsar la financiación a largo plazo.
  • Los valores del activo circulante, en principio, podrían ser financiados con deudas a corto plazo. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que es el ciclo de conversión de los activos circulantes lo que en definitiva crea líquido necesario para hacer frente a los compromisos de pago a corto plazo.

Por lo tanto, es posible que exista la regla de equilibrio financiero pero que sea insuficiente, pues también es posible que dentro del activo circulante hayas partidas de rotación lenta, o que se vea frenado su proceso de conversión hacia la liquidez y, en consecuencia, el disponible no se encuentre a punto en el momento de tener que hacer frente a los compromisos de pago.

De aquí deducimos:

  • Que es necesario disponer de un margen de seguridad
  • Y que, en realidad, hay una parte de activo circulante "mínimo" necesario para la explotación que debe considerarse como activo fijo y que por tanto requiere una financiación de tipo permanente.

Consideraciones al análisis del equilibrio entre las masas patrimoniales

  1. De acuerdo con el planteamiento anterior, la lógica del análisis supone una financiación del activo fijo por parte de los capitales permanentes superior al 100%.
  2. Sin embargo, un ratio de financiación demasiado elevado puede suponer problemas desde el punto de vista de la rentabilidad. Esto sucederá siempre que la empresa esté utilizando unos recursos ajenos por un plazo superior al de sus necesidades y suponiendo, además, que el coste de la financiación a largo plazo es superior a la de corto plazo.

    Por ejemplo, la fabricación del champán exige un stock mínimo de botellas equivalentes a varios años de venta. Esto representa un nivel de existencias muy elevado y que en realidad es el verdadero activo inmovilizado de la empresa. En este caso, la financiación del circulante deberá ser elevada por parte de los capitales permanentes,

  3. Pero es muy importante considerar este ratio teniendo en cuenta la importancia del activo inmovilizado real de la empresa.
  4. Por otro lado, el ratio puede ser inferior al 100%, es decir, que parte del activo fijo de una empresa puede estar financiado por deudas a corto plazo. A pesar de los riesgos que esto pueda comportar, el sistema puede funcionar si la velocidad de rotación de los stocks es elevada, el plazo de cobro pequeño y, en cambio, obtiene de los proveedores un plazo mayor. Tal es el caso de la mayoría de empresas dedicas a la explotación de grandes superficies (hipermercados)

Podemos concluir diciendo que, además de los factores ya indicados, el análisis de la estructura del activo y del pasivo y las relaciones de equilibrio, nos ayudará a formar un criterio sobre:

  • La capacidad de endeudamiento de la empresa.
  • La capacidad de expansión de la misma.
  • La vulnerabilidad de la estructura financiera frente a posibles acontecimientos desfavorables.

III. ANÁLISIS DE LA LIQUIDEZ Y SOLVENCIA

1. LA LIQUIDEZ

El grado en que una empresa puede hacer frente a sus obligaciones corrientes es la medida de su liquidez a corto plazo. La liquidez implica, por tanto, la capacidad puntual de convertir los activos el líquidos o de obtener disponible para hacer frente a los vencimientos a corto plazo.

Algunos autores se refieren a este concepto de liquidez con el término de solvencia, definiéndola como la capacidad que posee una empresa para hacer frente a sus compromisos de pago. Podemos definir varios grados de solvencia. El primer lugar tenemos la solvencia final, expresada como la diferencia existente entre el activo total y el pasivo exigible. Recibe este nombre de solvencia final porque se sitúa en una perspectiva que podemos considerar "última": la posible liquidación de una empresa. Con esta solvencia final medimos si el valor de los bienes de activo respaldan la totalidad de las deudas contraídas por la empresa. Recordemos que esta medida es la que suele figurar en las notas o resúmenes sobre suspensiones de pagos. En la práctica corriente suele utilizarse más el concepto de solvencia corriente, término equiparable al de liquidez a corto plazo.

De igual forma, debemos hablar de la existencia de diferentes niveles de liquidez. Una falta de liquidez puede significar que la empresa sea incapaz de aprovechar unos descuentos favorables u otras oportunidades rentables. También puede suponer un freno notable a la capacidad de expansión. Es decir, la falta de liquidez a este nivel implica una menor libertad de elección y, por tanto, un freno a la capacidad de maniobra.

Una falta de liquidez mas grave significa que la empresa es incapaz de hacer frente a sus compromisos de pago actuales. Esto puede conducir a una disminución del nivel de operaciones, a la venta forzada de bienes de activo o, en último término, a la suspensión de pagos o a la quiebra.

Por lo tanto, para los propietarios de la empresa, la falta de liquidez puede suponer:

  • Una disminución de la rentabilidad.
  • La imposibilidad de aprovechar oportunidades interesantes (expansión, compras de oportunidad, etc.)
  • Pérdida de control de la empresa.
  • Pérdida total o parcial del capital invertido. Como es lógico, los acreedores de la empresa también se verán afectados por la falta de liquidez:
  • Atrasos en el cobro de intereses y principal de sus créditos.
  • Pérdida total o parcial de las cantidades prestadas.

Las importantes implicaciones de todas estas consecuencias justifican la gran relevancia que se da a las medidas de la liquidez a corto plazo.

2. INSTRUMENTOS DEL ANÁLISIS DE LA LIQUIDEZ Y SOLVENCIA

La relación entre las disponibilidades inmediatas y el total de las deudas a la vista determina el índice de tesorería, que no debe confundirse con el de liquidez, o sea, con el grado de posible realización de las distintas partidas que forman el activo circulante y su relación con las deudas que integran el pasivo exigible. Los diferentes ratios de liquidez varían mucho según la clase de empresa, por lo que han de juzgarse según la actividad que realice.

Para diagnosticar la capacidad de liquidez de una empresa, los ratios mas empleados son los siguientes:

=

Este ratio revela si la empresa puede cumplir con sus obligaciones de vencimiento a la vista. No debe ser inferior a uno. Un coeficiente permanentemente alto sería indicio de disponibilidades monetarias inmovilizadas de rentabilidad inestimable.

=

Tratándose de empresas con existencias de venta inmediata y al contado, es decir, realizables en un plazo mas corto que el correspondiente al importe de algunos créditos, procede deducir éstos en la suma que pueda compensarse con el valor de las existencias que se considera podrán venderse al contado en fecha inmediata.

La proporción normal es de 0,6 es a 1 en la industria y de 1 es a 1 en el comercio. Aún cuando, en principio, no debe ser inferior a la unidad, puede darse el caso de que en un determinado momento lo sea e incluso se aproxime a cero, sin que ello signifique que la empresa esté próxima a declararse en suspensión de pagos, ya que tal situación puede ser momentánea y fácilmente superable mediante la negociación de efectos, ventas al contado, etc.

=

Este ratio, también llamado de solvencia corriente, muestra la posibilidad de atender las deudas sin alterar la estructura financiera ni el proceso productivo. En términos generales se estima que este ratio debe ser de 2,5 a 1. Una insuficiencia de activo circulante frente a un pasivo exigible a corto plazo inelástico puede determinar la necesidad de recurrir a la financiación a corto o medio plazo.

La valoración de este ratio, requiere precisar previamente el plazo de realización de las existencias y de los créditos, e incluso la solvencia de éstos.

Algunos autores consideran que los pagos anticipados no deben incluirse como partida del activo circulante por no constituir concepto realizable en dinero. No obstante, cabe objetar que sí representan fondos que habrán de imputarse a los costes de las operaciones del siguiente ejercicio.

Como ratio complementario del anterior, procede calcular el de garantía o solvencia total, que viene dado por la siguiente relación:

=

Por activo neto real total se entiende el que resulta de detraer de su importe íntegro las amortizaciones acumuladas, las provisiones y los gastos amortizables. Dicho ratio debe ser mayor de 1, pues si es inferior, indicaría que la empresa se encuentra en situación de quiebra. En consecuencia, cuanto mas alto sea este ratio, mayor será la garantía que la empresa ofrece a sus acreedores. Es menos significativo que el de solvencia corriente y tiene el inconveniente de hacer intervenir los activos fijos con sus correspondientes problemas de valoración y amortización.

En cuanto a las deudas a medio y largo plazo, es interesante establecer la relación correspondiente al siguiente ratio:

El activo neto real fijo comprende el material, inmaterial y financiero, estimado por su valor actual según balance. El pasivo fijo incluye las deudas a medio y largo plazo.

Este ratio informa sobre la financiación del inmovilizado. Un índice elevado expresa que el activo fijo está financiado, principalmente, por capitales propios.

La relación entre capitales propios y ajenos determina el grado de independencia financiera y se halla conforme al siguiente ratio:

Es evidente que cuanto más alto sea este ratio, más asegurada estará la estabilidad financiera de la empresa. Puede variar de 0,08 para los bancos a 0,6 para la gran industria. Constituye, a la vez, un índice de solvencia y un índice de rendimiento, ya que los recursos ajenos han de soportar el correspondiente gasto financiero por el concepto de interés.

  1. ROTACIONES

Los índices de rotación de los activos circulantes dan la medida de la actividad comercial de la empresa. La frecuencia con que un determinado activo se transforma en otro de distinta naturaleza se denomina rotación. También se puede definir como la mutación de situaciones que sucesivamente alteran la posición y estructura de bienes en distintos procesos en el transcurso del tiempo. El conocimiento y análisis de las rotaciones de los elementos del activo circulante es fundamental para analizar la liquidez de la empresa.

Rotación de las existencias

El índice de rotación anual de las existencias (comerciales, productos terminados, productos en curso de fabricación, materias primas y auxiliares, etc.), indica cuantas veces las existencias totales se han renovado en un tiempo dado. Se calcula según los siguientes ratios:

Y el cociente que resulta de dividir por 365 este ratio, da el período medio de rotación, o lo que es igual, el tiempo que se tarda en vender los productos en existencia.

Se debe calcular, a ser posible, los ratios correspondientes a cada actividad, explotación o clases de existencias.

Tratándose de empresas industriales, procede calcular las siguientes:

Al dividir el ratio resultante de la fórmula anterior por 365, nos dará el número de días que permanecen en el almacén las materias primas. De igual forma se procederá con las materias auxiliares, caso de que éstas tengan un valor significativo.

Dividiendo el resultado anterior por 365, obtendremos el período medio de fabricación.

Si se quiere calcular el plazo promedio de venta o de rotación, bastará con dividir el resultado obtenido en la fórmula anterior por 365.

La interpretación de los índices de rotación de existencias debe ser objeto de un serio análisis. Varía enormemente de un sector a otro.. Así, en siderurgia un índice de 4 se considera aceptable, mientras que en los grandes almacenes puede ser de 8 y en la venta de productos alimenticios puede llegar a 25. Es irreversible que cuantas mas veces una empresa rote las existencias mejor funciona.

Un ratio alto permite obtener un mayor rendimiento, dentro de ciertos límites. Reduce las cargas fijas por gastos generales, los intereses, los riesgos por obsolescencia y por caducidad,

las mermas, etc., así como requerir un menor capital a emplear. Por el contrario, un ratio bajo

revela una sobreinversión en existencias, con los inconvenientes inherentes a toda inmovilización antifuncional

Toda actividad comporta un período normal en el que las existencias deben venderse y transformarse en efectivo o créditos a clientes. Si se conservan mas tiempo que el normal, indica una negligente gestión de los stocks o de existencias anormales. La rotación rápida o lenta depende de la política comercial que siga la empresa. El empleo de técnicas modernas es de vital importancia en el aligeramiento de las existencias.

La comparación de los índices de rotación de un ejercicio con los precedentes permite apreciar si la actividad comercial crece, decrece o se mantiene. Si la rotación aumenta es signo de prosperidad. Ahora bien, un índice bajo no siempre indica una mala gestión, pues ello ocasionalmente puede obedecer a un mayor volumen de existencias por una súbita recesión de las ventas, o un mayor aprovisionamiento para hacer frente a una posible escasez, o a plazos de entrega mas largos de lo normal, o a una compra de oportunidad, etc. También su oscilación puede obedecer a una alteración de los precios (pueden aumentar en valores monetarios y disminuir en unidades físicas). En estos casos, lo conveniente es ajustar los precios medios de las existencias con el fin de operar con valores homogéneos.

Un procedimiento para calcular las existencias indispensables para el normal funcionamiento de la empresa –el stock útil- es el que consiste en dividir el coste de las ventas del ejercicio por el índice medio de su rotación en ejercicios anteriores. El valor del stock normal así obtenido y su comparación con el stock real permite detectar si es normal, insuficiente o excesivo.

Rotación de cuentas a cobrar

Para obtener el plazo promedio de venta, hay que añadir al denominador de la fórmula anterior el importe de los efectos descontados pendientes de vencimiento (riesgo contingente).

Como en la rotación de las existencias, procede comparar este ratio con los correspondientes a ejercicios anteriores para determinar su evolución y con los plazos de venta establecidos.

De igual forma se puede calcular el plazo promedio de pago a los proveedores por las compras realizadas. Para ello se aplicaría la siguiente fórmula:

IV. EL FONDO DE MANIOBRA, EL CAPITAL DE TRABAJO Y LA SITUACIÓN DE TESORERÍA

  1. Conceptos básicos

Para el desarrollo de su ciclo de maduración, una empresa debe hacer frente a determinadas necesidades financieras como consecuencia de la adquisición y consumo de determinados bienes y servicios. Estas necesidades pueden clasificarse en dos categorías:

a). Necesidades cíclicas: Son aquellas cuya existencia está directamente ligada al período medio de maduración, renovándose al ritmo de éste. Desde otro punto de vista, estas necesidades surgen como consecuencia de tener que emplear unos recursos en cada uno de los ciclos de maduración, porque en cada uno de ellos se consumen o transforman.

Los gastos (que darán lugar a unos desembolsos) que se van incorporando al ciclo de maduración son los siguientes:

  • Adquisición de materias primas y auxiliares.
  • Gastos de almacenamiento de estas materias.
  • Gastos propios del proceso de fabricación hasta la obtención del producto acabado.
  • Gastos de almacenamiento del producto acabado.

El reflejo contable de estas necesidades cíclicas lo tenemos en las siguientes partidas del activo circulante:

  • Existencias: Materias Primas y Auxiliares

: Productos en curso de fabricación

: Productos Terminados

  • Cuentas a cobrar a clientes.

b). Necesidades acíclicas: Son aquellas que están ligadas a los bienes que permanecen en la empresa durante varios ciclos de maduración posibilitando directamente su desarrollo (edificios, maquinaria, mobiliario, etc.), o bien, relacionándose con el ciclo de vida de la empresa (por ejemplo, adquisición de participaciones en otras empresas de cara a una expansión o diversificación). Estas necesidades quedan reflejadas en el activo fijo.

Para hacer frente a estas necesidades las empresas disponen de una amplia variedad de recursos financieros. Estos recursos los clasificaremos en tres categorías:

  1. Otro recurso cíclico importante, pero de naturaleza diferente, es el descuento comercial, aunque es posible que este recurso no se amplíe al mismo ritmo que el nivel de actividad.

  2. Recursos cíclicos: Son aquellos cuya existencia está directamente ligada al ciclo de maduración y que se renuevan al ritmo de éste. Precisamente por este carácter reciben, también, el nombre de recursos espontáneos porque el volumen de financiación se obtiene automáticamente adaptándose a las variaciones de la actividad de la explotación. En general, estos recursos provienen del aplazamiento de la obligación de pago que es consecuencia de la adquisición de materiales y servicios a los proveedores, de los gastos aplazados y de las deudas fiscales.
  3. Recursos acíclicos: Son aquellos que en el análisis financiero reciben el nombre de capitales permanentes. Es decir, los capitales propios y el exigible a medio y largo plazo.
  4. Recursos de tesorería: Son las fuentes de financiación adicionales a las que una empresa puede acudir y que no están incluidas en las dos categorías anteriores. Tenemos aquí, principalmente, los créditos bancarios a corto plazo y los aplazamientos de pago excepcionales.
  1. Los dos conceptos básicos de: fondo de maniobra y capital de trabajo necesario
  • Fondo de maniobra: Se define como la parte de recursos permanentes de la empresa que no está absorbida por la financiación del activo fijo y que, como consecuencia, está disponible para financiar las necesidades de capital de trabajo.
  • Capital de trabajo necesario: Es la parte de las necesidades de tipo cíclico cuya financiación no está cubierta por la financiación de los recursos cíclicos.

Varias conclusiones importantes pueden deducirse de estas dos definiciones:

a). En primer lugar, es básico constatar que los dos conceptos son diferentes, pues incluyen elementos distintos, y que en la empresa existen por separado. Por un lado tenemos las necesidades de capital de trabajo y, por otro, los recursos permanentes que la empresa tiene disponible para hacer frente a estas necesidades.

Analicemos con más detalle esta cuestión:

La mayoría de las empresas necesitan un determinado nivel de capital de trabajo para su funcionamiento; este hecho proviene de que una parte de sus necesidades ligadas al ciclo de maduración no está cubierta por los propios recursos generados por el mismo ciclo. Como esta situación se irá repitiendo en cada uno de los ciclos de maduración, es evidente que nos encontramos ante un déficit de tipo permanente, originado por la renovación de la necesidad básica ligada a la explotación de la empresa. Por tratarse de una necedad de tipo permanente, debe cubrirse mediante una financiación del mismo tipo. Y esta es precisamente la función que debe realizar el fondo de maniobra, es decir, aportar los recursos permanentes que necesitan la mayoría de las empresas para financiar una parte de su ciclo de maduración.

b). Sin embargo, los importes del fondo de maniobra y del capital de trabajo es posible que sean distintos, y en muchos casos es así. Por ejemplo, podemos fácilmente imaginar una situación (empresa en fuerte crecimiento) en que las necesidades en capital de trabajo sean superiores a la capacidad de la empresa de generar recursos permanentes. En este caso los dos valores serán distintos, siendo el importe de las necesidades financieras superior a los recursos permanentes disponibles y como consecuencia, se producirá un desequilibrio que, como veremos mas adelante, repercutirá sobre la tesorería de la empresa.

c). Por lo tanto, al llegar a este punto, podemos concluir que el concepto preciso de fondo de maniobra es el que acabamos de indicar, es decir, la parte de los recursos permanentes que no está absorbida por la financiación del activo fijo.

La forma adecuada de calcularse es:

CAPITALES PERMANENTES – ACTIVO FIJO = FONDO DE MANIOBRA

Para analizar la variación del fondo de maniobra durante un período determinado, deberemos calcular las variaciones respectivas de las dos partidas mencionadas:

La función de este fondo de maniobra es aportar los recursos necesarios para asegurar el equilibrio financiero del ciclo de maduración cubriendo las necesidades del capital de trabajo.

d). Utilizaremos el concepto de capital de trabajo para referirnos a la parte de las necesidades de tipo cíclico cuya financiación no está cubierta por los recursos

cíclicos, recordando que ambos términos – necesidades y recursos cíclico – están ligados directamente al ciclo de maduración. Damos por supuesto que tanto estas necesidades como también los recursos cíclicos corresponden a los valores normales u óptimos que toda empresa debe tener para evitar desajustes de fabricación (stock de materias primas y productos en curso) o de las ventas (stock de productos acabados). Asimismo, el crédito concedido a los clientes y el aplazamiento obtenido de los proveedores corresponden a las condiciones normales vigentes en el sector de actividad de que se trate.

La necesidad financiera creada por el capital de trabajo deberá cubrirse con el fondo de maniobra y, en algunos casos, con los recursos de tesorería.

e). Podemos encontrar una aplicación interesante de la separación de estos dos conceptos en el caso del fondo de maniobra negativo. Existen empresas cuya

situación normal es que los valores del activo fijo sean superiores a los capitales permanentes y, como consecuencia, el fondo de maniobra es negativo.

Podremos preguntarnos, si en este caso, la definición de fondo de maniobra sigue siendo válida puesto que no existen recursos permanentes para financiar las necesidades de capital de trabajo. La respuesta es afirmativa, puesto que un valor negativo puede corresponder a una situación tan normal como la de uno positivo.

El fondo de maniobra puede ser negativo si las necesidades de capital de trabajo también lo son. Es decir, que los recursos espontáneos sean superiores a las necesidades cíclicas. Lo que debe cumplirse, siguiendo el esquema teórico propuesto es:

FONDO DE MANIOBRA – CAPITAL DE TRABAJO NECESARIO 0

 

  1. La situación de tesorería

La situación de tesorería de una empresa, en un momento determinado, es la diferencia entre:

  • su fondo de maniobra, es decir, la parte de los capitales permanentes que no está absorbida por la financiación de los valores de inmovilizado y, como consecuencia, está disponible para financiar las necesidades ligadas al ciclo de maduración.
  • Y las necesidades de capital de trabajo, que son la parte de las necesidades propias del ciclo de maduración, cuya financiación no está cubierta por los recursos cíclicos.

El objetivo de calcular esta diferencia es poner de manifiesto la relación entre las necesidades financieras originadas por la actividad de una empresa y los recursos utilizados para cubrirlas. Tal como hemos visto, las necesidades están formadas por:

  • Las necesidades acíclicas, que corresponden a los valores inmovilizados.
  • La parte de las necesidades cíclicas cuya financiación está a cargo de la empresa, es decir, el capital de trabajo.

Los recursos utilizados para financiar la actividad son los capitales permanentes. No se mencionan los recursos cíclicos, puesto que se restan de las necesidades cíclicas para calcular el capital de trabajo.

Esquemáticamente podemos representar las necesidades y los recursos de la siguiente forma:

La utilidad de este concepto de tesorería es que aporta una distinción fundamental entre:

  • Lo que origina las necesidades de tesorería.
  • Las posibilidades existentes de ampliar los recursos de tesorería (gestión de tesorería).
  • El saldo resultante de disponible.
  1. Tal como acabamos de ver, el origen de estas necesidades está en la relación entre el capital de trabajo necesario y el fondo de maniobra disponible. Cuando una empresa se halle en fase de fuerte expansión, sus necesidades de capital de trabajo son superiores a su capacidad de generar recursos permanentes: la diferencia entre el fondo de maniobra disponible y el capital

    de trabajo necesario nos dará una situación de tesorería deficitaria o negativa que obligará a la búsqueda de recursos adicionales para restablecer el equilibrio financiero.

  2. Las necesidades de tesorería
  3. La gestión de tesorería

A partir de la relación entre las necesidades de capital de trabajo y el fondo de maniobra nos podemos encontrar con:

  • Una situación de tesorería deficitaria o negativa, que colocará a la empresa en la necesidad de cubrir ese déficit de financiación.
  • Una situación de tesorería positiva, que nos indicará que los recursos disponibles son superiores a las necesidades.

A partir de estas situaciones, entra en juego la gestión de tesorería, cuya finalidad será:

  • Buscar recursos de tesorería adicionales para cubrir una situación deficitaria. Los recursos más usuales son: el crédito bancario y el aplazamiento de pagos.
  • Buscar la colocación adecuada para los recursos sobrantes, en el caso de una situación de tesorería positiva, tales como: aprovechar descuentos por pronto pago, reducir el nivel de descuento comercial, invertir en activos financieros.
  1. El saldo resultante de disponible

La incidencia final de todo este proceso sobre el saldo de disponible vendrá dada por los recursos de tesorería adicionales conseguidos, o la resta, si se trata de la colocación de recursos en activos de tesorería y la situación de tesorería inicial. Es decir, si ante una situación de tesorería deficitaria (necesidades de capital de trabajo superiores al fondo de maniobra) se consiguen unos recursos adicionales por el mismo importe del déficit, el nivel de disponible no se verá afectado. Por el contrario, si estos recursos no se consiguen o su cuantía es inferior al déficit, el saldo de disponible disminuirá en un importe igual a la diferencia entre el déficit de tesorería y el total de recursos adicionales conseguidos.

El cuadro-resumen de la página ayudará a asimilar estos conceptos básicos.

Siguiendo el planteamiento aquí planteado la gestión de tesorería queda enmarcada por la relación dinámica entre el fondo de maniobra y las necesidades del capital de trabajo. Esta es una perspectiva conceptual muy útil para comprender las verdaderas causas de los desajustes de tesorería en las empresas. Con frecuencia, los responsables de la gestión de tesorería quedan absorbidos por los problemas cotidianos (previsiones financieras, búsqueda de nuevos

créditos, negociación de aplazamientos) sin llegar a tener una visión clara y precisa de las causas que están provocando las tensiones financieras. Para explicar (el pasado) o para prever (hacia el futuro) las variaciones de tesorería, durante un intervalo de tiempo determinado, es preciso referirse, por una parte, a las variaciones del fondo de maniobra y, por otra, a las variaciones de las necesidades de capital de trabajo (durante dicho intervalo de tiempo) y hacer la diferencia.

  1. Aplicación de estos conceptos básicos en el análisis financiero
  • Es necesario destacar la necesidad y utilidad de separar los dos conceptos de fondo de maniobra y capital de trabajo. Tradicionalmente se ha presentado el fondo de maniobra a través de dos definiciones que se consideraban equivalentes:
  1. Diferencia entre capitales permanentes y activo fijo (lo que coincide con la definición aquí presentada.
  2. Diferencia entre activo circulante y pasivo circulante.

Aunque el valor aritmético de ambas diferencias es el mismo, ya que el total del activo y del pasivo son iguales, su contenido y dinámica son muy diferentes:

  • El cálculo del fondo de maniobra como diferencia entre capitales permanentes y activo fijo permite conocer las causas del valor del fondo de maniobra en un momento determinado, así como explicar su variación durante un determinado período de tiempo. En definitiva se están manejando los elementos que generan el fondo de maniobra.
  • En cambio, el modo de cálculo del fondo de maniobra como diferencia entre el activo circulante y el pasivo circulante, solo permite constatar el valor o las variaciones del fondo de maniobra, pero no explicarlas, puesto que las operaciones que afectan a estas partidas del balance no tienen incidencia sobre el fondo de maniobra.
  • Los dos conceptos básicos de fondo de maniobra y capital de trabajo son necesarios para analizar la situación financiera de una empresa. El análisis de la magnitud del fondo de maniobra es uno de los aspectos fundamentales del análisis financiero; tanto es así, que se ha llegado a decir que una empresa está bien equilibrada cuando su fondo de maniobra tiene un valor elevado; por el contrario, se afirma que su situación es débil cuando su fondo de maniobra pequeño o, con mayor motivo, cuando es negativo.
  • Es evidente que cuanto mayor es el fondo de maniobra de una empresa más posibilidades existen de que no tenga tensiones de tesorería. Sin embargo, una empresa con un fondo de maniobra elevado no es sinónimo de una tesorería desahogada. Si sus necesidades de capital de trabajo son, al mismo tiempo, elevadas, es muy frecuente que se encuentre con dificultades de tesorería. Por el contrario, una empresa con un fondo de maniobra débil no tiene forzosamente que encontrarse con dificultades de tesorería. Si sus necesidades de capital de trabajo son muy pequeñas o negativas puede tener una situación cómoda de tesorería.

La conclusión es que el análisis de la situación financiera de una empresa, y más concretamente, de su situación de tesorería, exige la consideración simultánea del fondo de maniobra y de las necesidades del capital de trabajo. Cada uno de estos conceptos, insuficiente si se considera de forma aislada, complementa al otro.

  • Una forma muy útil de analizar la situación financiera de una empresa es mediante el seguimiento de la evolución de los tres conceptos básicos – fondo de maniobra, capital de trabajo y situación de tesorería – durante varios períodos consecutivos. Ello nos permitirá seguir la evolución dinámica entre dichas magnitudes y, como consecuencia, evaluar los cambios que se vayan produciendo en la situación financiera. Este análisis se realiza a través del cuadro de financiación que se explica más adelantes.
  • El análisis dinámico se puede complementar con el planteamiento que podemos considerar estático que consiste en comparar el fondo de maniobra con aquellas magnitudes con las que se relaciona más directamente. Al mismo tiempo se analiza la velocidad de realización de las partidas del activo circulante y la exigibilidad de las del pasivo circulante, estudiando su incidencia sobre la situación financiera de la empresa (análisis de las rotaciones).

En la página siguiente se incluye un cuadro resumen en el que se puede observar el cálculo y las diferencias entre los tres conceptos básicos que acabamos de explicar.

  1. Ratios para el análisis estático del fondo de maniobra

Activo circulante financiado por el fondo de maniobra

Este ratio nos permite valorar y juzgar la evolución del nivel de cobertura del activo circulante por el fondo de maniobra, que puede deberse a: una menor rotación del activo circulante o a un incremente del volumen de operaciones.

Cobertura de los stocks

Tiene la misma finalidad que el anterior, pero referido a las existencias, que generalmente constituyen la parte más fija del activo circulante.

A la hora de valorar este ratio hay que tener presente que el mismo varía en función de la actividad que desarrolle la empresa. Las empresas comerciales precisan una menor cobertura que las industriales debido a que la rotación de los stocks es más rápida.

Relación con las ventas

Este ratio nos da un índice de comparación de la evolución del fondo de maniobra en relación con la evolución de las ventas.

Partes: 1, 2, 3
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