- Introducción
- El taller como forma del trabajo metodológico
- Tipos de taller
- Estructura metodológica o etapas del desarrollo del taller
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
HÁGASE CIENCIA, COMO LÓGICA DEL PROCESO DOCENTE-EDUCATIVO, Y OBTENDRÁ ALUMNOS CON CONOCIMIENTO, PERO SOBRE TODO CON FORMACIÓN CIENTÍFICA, CON FORMACIÓN PARA LA VIDA, CON CAPACIDADES PARA RESOLVER PROBLEMAS.
Introducción
La actualización constante del profesorado en el quehacer docente mediante la autopreparación, la superación profesional y sobre todo a través del trabajo metodológico en los diferentes niveles de dirección y colectivos metodológicos en que se desarrolla le es imprescindible a la Universidad como vía efectiva para cumplir su encargo social.
El trabajo metodológico ha demostrado ser una de las vías más importantes y expeditas para lograr dicha actualización y lograr así elevar los niveles de eficiencia en el trabajo docente de cada profesor en particular.
Es reconocido que el trabajo metodológico posee varias direcciones con sus formas de organización específicas, o sea Docente-metodológica o Científico-metodológica con sus tipos fundamentales entre los que está el taller metodológico, desarrollados a partir de las necesidades de los docentes, de la aparición de nuevos modelos pedagógicos en la Universalización y el desarrollo de esta en los territorios provocando el necesario debate y reflexión entre los profesionales dadas sus carencias pedagógicas y didácticas, en muchos casos, o la falta de experiencia de trabajo con la Didáctica de la Educación Superior en las diferentes modalidades de estudios en otros.
Es en estas condiciones que el Taller Metodológico se abre paso como forma de abordar el trabajo metodológico y se convierte en una manera de suplir con urgencia las carencias pedagógicas de los profesionales que se enfrentan al ejercicio de la docencia e introducir y desarrollar las capacidades didácticas en aquellos que, procedentes de otros niveles de enseñanza, se enfrentan al ejercicio de la docencia en la Universidad.
Entre las actividades metodológicas que se desarrollan en el trabajo docente hay un importante número de ellas a las que se les denomina "Taller" sin que en realidad estas lleguen exactamente a serlo. No es de por sí una reunión de docentes por un motivo o razón determinada, tampoco lo es una sesión para exponer orientaciones de trabajo. El taller es una forma de organización con objetivos propios en dependencia de su tipo. Sobre ello hablamos en este trabajo.
DESARROLLO.
El taller como forma del trabajo metodológico
Tan variadas como los autores son las definiciones que se dan de lo que debe ser un taller metodológico pero, a juicio nuestro, las mejores definiciones están en aquellas que incluyen las funciones que se han de desarrollar en el mismo. En el caso que nos ocupa, y como proponemos incluir no sólo aquellos en que se abordan problemáticas metodológicas sino también científicas, nos inclinamos por la definición que de taller da D. Calzado considerando que en ella se encuentra implícita la que se da en la RM 210/2007 Artículo 54 del MES que viene a ser el Reglamento de Trabajo Metodológico para los CES de Cuba.
"D. Calzado (1998) señala la diversidad de actividades pedagógicas a las que se le denominan taller, categorizándose también como método, procedimiento, técnica y forma de organización del proceso pedagógico". (1)
Coincidimos y hacemos nuestra la definición que sobre taller metodológico ofrece D. Calzado (1998), que a la vez que lo define lo diferencia del resto de las formas de organización del trabajo metodológico, considerándolo como una "…forma de organización que concuerda con la concepción problematizadora y desarrolladora de la educación en la medida en que a través de él se trata de salvar la dicotomía que se produce entre teoría y práctica, producción y trasmisión de conocimientos, habilidades y hábitos, investigación y docencia, temático y dinámico. Fenómeno que se presenta en mayor o menor grado en algunas de las formas de organización empleadas hasta el momento. El análisis de esta definición permite comprender que el taller ofrece efectivamente mayores alternativas a los estudiantes en cuanto a las funciones didácticas que puede cumplir". (2)
Existe coincidencia en cuanto a que en el taller se dan condiciones que permiten, entre otras, que:
Se propicie el trabajo en equipo o grupo.
Se logre, en correspondencia con su preparación, vincular la teoría con la práctica.
Se discutan problemáticas científicas y de carácter metodológico que elevan la labor del profesional, así como su preparación.
Sirva como vía para la generalización y/o validación de experiencias docentes que eleven la calidad y resultados en la preparación del profesional.
No quiere decir lo anterior que en los tipos que podemos considerar "clásicos" trabajo metodológico no se puedan encontrar estas "ventajas" pero para la variante "taller" resulta válido también, ya que:
Si el problema conceptual metodológico a tratar lo hace necesario, o el análisis de este se hace necesario al personal del nivel de dirección o colectivo metodológico en que se desarrolla, admite la participación de profesores de varias disciplinas e incluso de alumnos por lo que estos puedan aportar.
Constituye una experiencia de trabajo metodológico en grupos de docentes que, de acuerdo con su experiencia frente al problema que se trate, podrán aportar argumentos que en el orden teórico y práctico enriquezcan el desarrollo del Proceso Docente Educativo.
Su planificación responde a necesidades metodológicas específicas de los docentes y al nivel de desarrollo alcanzado por la institución o colectivo metodológico en que se desarrolle. Válido además para evaluar no sólo el nivel de desarrollo institucional sino también el de los profesionales que participan.
Su planificación responde a las exigencias metodológicas específicas que se le planteen a los docentes o institución y sobre todo puede desarrollarse como resultado de la dinámica del trabajo, pues, en los documentos normativos no está explicita su aparición en el plan de trabajo metodológico del nivel que lo convoque.
La problemática puede ser abordada en forma teórica y práctica a la vez. Es por ello que el taller forma parte de un sistema y puede ser convocado como resultado de otro tipo de trabajo docente.
En él se pueden abordar tanto problemas metodológicos como científicos o el vínculo de lo científico con lo metodológico. De igual forma se pueden abordar las relaciones entre e interdisciplinas. Responde por ello a cualquiera de las formas de trabajo metodológicas reglamentadas.
Todos los participantes cumplimentan diferentes acciones en forma de tareas docentes o sistemas de tareas (desarrolladas antes del ejercicio taller) garantizando un papel activo del docente en los diferentes momentos del desarrollo del mismo ( Estos momentos serán abordados como etapas más adelante en este mismo trabajo)
Garantiza, de acuerdo con el nivel de compromiso que se logre con la actividad, un alto nivel de autopreparación de los participantes en el debate del problema y el consiguiente aporte de experiencias.
Registra documentalmente las memorias del mismo, las que quedarán como creación del colectivo docente y estudiantil.
Y por último,
Integra y complementa al resto de las formas "típicas" del trabajo metodológico, ofreciendo mayor flexibilidad en su estructura.
Véase que subrayamos Integra y complementa ya que esta forma de trabajo metodológico debe desarrollarse siempre dentro de un sistema aunque con sus propios objetivos.
Es cierto que el taller no suplanta ninguno de los tipos tradicionales del sistema de trabajo metodológico, puede efectuarse como continuación de una reunión metodológica que impone como necesidad discutir elementos de carácter práctico, o es necesario desarrollarlo para lograr una mejor orientación a los profesores, noveles o no, dada la importancia y el valor de la problemática metodológica o científica a discutir, y sobre todo sin que tenga que aparecer el la planificación inicial del trabajo metodológico.
Algunos autores han identificado más de una variante de taller metodológico. Nosotros, sin embargo, preferimos identificarlos por la problemática docente o científica que se aborde, muy en correspondencia con los tipos fundamentales de trabajo metodológico definidos en el Reglamento de Trabajo Docente-Metodológico aprobado por el Ministerio de Educación Superior (En lo adelante MES) para sus Centros de Educación Superior (En lo adelante CES) y con independencia del lugar que ocupen dentro del sistema.
Dadas las posibilidades didácticas que ofrece se facilita insertarlo en el sistema de trabajo metodológico de cualquiera de los niveles de dirección o colectivos metodológicos establecidos por el MES para los CES.
Tipos de taller
Así como los documentos normativos del trabajo metodológico establecen la existencia de clases metodológicas que por su carácter pueden ser instructivas o demostrativas, somos del criterio de que debería reconocer dos tipos de Taller dadas las razones en que sustentaremos en presente epígrafe.
El taller puede ser desarrollado para trabajar una problemática docente o científica lo cual nos permite suscribirnos a una tipología que, en dependencia de las tareas básicas a trabajar y de los objetivos que se pretendan cumplir con su realización, pueden ser clasificados como:
Taller Docente-Metodológico. (TDM).
Taller Científico-Metodológico. (TCM).
Como su nombre lo indica el TDM es aquel en que la problemática metodológica objeto de análisis, reflexión y debate tiene una salida directa en el PDE o está relacionada con insuficiencias, dificultades o necesidad de generalización de la experiencia discutida.
El TCM tiene, sin embargo, un objetivo definido por la función por la que se desarrolla, es decir, debatir problemas asociados a los resultados de investigaciones didácticas, validaciones de investigaciones o de parte de ellas u otros que pueden ser expuestos y valorados como vías para elevar los niveles de pertinencia institucional o de la organización así como proyectar alternativas de solución a la problemática abordada.
Es nuestra opinión que así como el Taller es un tipo de trabajo Docente-Metodológico cuando tiene como objetivo debatir una problemática relacionada con el proceso de formación, entonces el Taller Científico-Metodológico se constituye no sólo como tipo fundamental de trabajo docente –metodológico, sino que a su vez clasifica y se convierte en una forma tipo de trabajo científico-metodológico que han de desarrollar los profesores al ser de relativamente fácil uso y excelente vía de trasmisión de experiencias a los noveles docentes que hacen este ejercicio en los Centros Universitarios Municipales. (CUM).
De lo expuesto hasta aquí podemos definir como rasgos esenciales definitivos del taller, a la vez que consideramos conclusiones parciales, lo siguiente:
En el desarrollo del taller se posibilita el análisis, valoración, reflexión, debate y propuestas de soluciones al problema metodológico o científico que sea objeto de trabajo en el taller.
Contribuye a actualizar, integrar, reflexionar, investigar, validar y generalizar experiencias docentes y científicas.
Eleva el nivel de competencia profesional de los participantes.
Se constituye, por el carácter científico del tema a tratar en una forma tipo de trabajo científico-metodológico de los profesores a la vez que vía de trasmisión y generalización de experiencias científico-docentes.
Ahora bien, dada su condición de actividad de carácter docente, al taller debe dotársele de introducción, desarrollo y conclusiones, las que se corresponderán con determinadas etapas de su realización, muy particularmente con su cuarta y quinta etapas como en su momento se explicará.
Estructura metodológica o etapas del desarrollo del taller
Atendiendo a lo analizado, la organización del taller está sujeta, en última instancia, a cuatro elementos que son:
Las características del problema metodológico abordado.
El objetivo que se plantee.
La composición y experiencia profesional de los participantes.
Los recursos y medios materiales necesarios de que se dispongan.
LA DIRECCION DEL TALLER.
Puede este elemento ser considerado como un elemento que si falla se pone en riesgo incluso su ejecución, es esta la razón que nos afirma en el criterio de que esta debe ser asumida por aquel docente o directivo de mayor experiencia de trabajo o que más haya estudiado el problema científico o metodológico sometido a debate. Este líder o coordinador puede auxiliarse de otros profesionales, especialistas e investigadores de la Didáctica Universitaria de su propio nivel de dirección o colectivo metodológico, de otra Filial Universitaria del propio CUM o de otro CES. No descartamos la participación de alumnos que, por sus posibilidades de desarrollo o nivel de participación en eventos de carácter científico desarrollados, puedan contribuir a un debate profundo y enriquecedor del tema escogido.
En por ello que en su estructura interna debe responder a determinadas etapas que son las que, en última instancia, garantizan su éxito o lo conducen al fracaso.
El que propongamos etapas o fases en el desarrollo del taller no significa en modo alguno, rigidez en su ejecución, lo hacemos motivados únicamente por lo que consideramos debe ser la lógica interna de su organización y desarrollo, por lo que sólo constituyen sugerencias que serán adecuadas a la naturaleza del problema metodológico o científico abordado, al objetivo general del taller y de cada etapa o fase propuesta, así como a cualquier otro que sus ejecutores consideren deba ser tomado en consideración.
El éxito de un taller parte del acierto en la conceptualización y selección del problema metodológico o científico que será discutido, atendiendo al análisis exhaustivo de las razones que lo provoca convirtiéndose esto en la primera etapa de su organización y desarrollo.
CONCEPTUALIZACIÓN Y SELECCIÓN DEL PROBLEMA METODOLÓGICO.
Este paso es esencial para la preparación y desarrollo del taller, la persona declarada líder o coordinador deberá tener suficientemente claras las razones que fundamentan la selección del problema a discutir, lo conceptualizará de manera tal que los participantes tengan claridad de los caminos a seguir en la búsqueda e identificación de las soluciones y vías posibles de generalización de las mismas. Las razones de la selección de un problema pueden estar en que los resultados alcanzados en el proceso docente educativo no satisfagan las expectativas o denoten dificultades en su desarrollo detectadas por los evaluadores internos o externos y precisen la búsqueda de posibles soluciones a la problemática en cuestión , necesidad de actualización de los docentes en una temática determinada de la didáctica, necesidad de validar y/o generalizar una experiencia pedagógica o resultado científico importante por su repercusión en la formación de los futuros profesionales, importancia y novedad del problema seleccionado. De igual forma en esta etapa se determinará con absoluta claridad el objetivo general del taller y el de cada una de sus etapas. La decisión de su selección corresponde al nivel de dirección o colectivo metodológico que lo convoca y se compromete con su ejecución.
La segunda etapa: ORGANIZACIÓN.
En esta se da la garantía del éxito del taller, la más importante, de su organización depende su ejecución y calidad. La asignación de las tareas docentes a los participantes, distribuidas estas de acuerdo a la experiencia y posibilidad de cada docente, grupo o equipo, el control que se ejerza en la realización de ellas, los recursos y tiempo asignado, son las garantías de éxito en el desarrollo del taller.
El logro de un alto compromiso de los profesionales con la actividad, la validez de la selección y conceptualización del problema que se aborda y las razones en que se fundamenta se miden y demuestran en esta etapa de la ejecución del taller. La claridad alcanzada por los participantes en los caminos a seguir es condición indispensable en el logro de la realización de las tareas o sistemas de tareas. Esta etapa se garantiza a partir de la calidad lograda en la selección del líder.
Tercera etapa: EJECUCIÓN Y REFLEXIÓN.
Ejecutada esta de manera independiente por cada participante o grupo creado, garantizado su éxito por lo logrado en las etapas anteriores y tomando en cuenta la capacidad organizativa demostrada por el líder, se desarrollarán en colectivo las tareas o sistemas de tareas asignadas, se debatirán y profundizarán las posibles causas del problema objeto de análisis, se analizarán y expondrán las experiencias obtenidas al enfrentar el problema y las posibles alternativas de solución.
Si se tratara de un TCM se seguirían los mismos pasos ajustados al tema científico que será objeto de trabajo.
A esta etapa se le concederá el mayor tiempo posible de igual modo habrá que garantizar las condiciones para el éxito.
No deberá perderse la ocasión para controlar la ejecución de las tareas asignadas.
Tiempo y condiciones deben garantizarse institucionalmente pues son condicionantes y garantía de sus resultados.
Cuarta etapa: DEBATE COLECTIVO.
Etapa crucial en que deben ser recordadas con fuerza los objetivos y razones de selección del problema pues en ella es que se logran o no en correspondencia con la calidad y nivel de profundidad con que se debata el problema docente metodológico a discutir o científico metodológico a tratar, de la discusión colectiva saldrá, por consenso, en el caso de un TDM, la solución que recibirá el problema abordado, después de que cada equipo exponga y defienda la ejecución de las tareas docentes asignadas.
Igualmente en el caso de un TCM saldrán las vías para dar cumplimiento a los objetivos propuestos y las vías a utilizar en la generalización de los resultados.
Es este el momento crucial en el desarrollo del taller, pues, estas dos últimas etapas constituyen su núcleo básico.
El dominio demostrado en el debate por el líder-coordinador así como su habilidad para conducirlo y la toma de acuerdos no son de menor importancia.
Es fundamental que el taller deje establecidos los caminos o vías a seguir después de efectuado independientemente de que sea TDM o el TCM.
Los que dirigen la organización que convoque y/o ejecute asumen el deber de dar seguimiento a los acuerdos que en él se adopten a la vez que garantizará que sus resultados pasen a formar parte del patrimonio intelectual del CES.
A esta etapa de debate colectivo, específicamente al iniciar la recordación de los objetivos y razones de selección del problema, corresponde el momento de la introducción y al abrirse el debate colectivo y posterior análisis de las propuestas de solución, corresponde el desarrollo propiamente dicho del taller.
Quinta etapa: VALORACIÓN FINAL.
Varios autores conceden al coordinador o líder que ha organizado el taller la responsabilidad de hacer las conclusiones, consideraciones y valoraciones finales que considere necesarias sobre los resultados del taller y sus vías de concreción. Somos del criterio de que en aquellas organizaciones jóvenes en que se efectúen estos talleres dichas conclusiones se pueden realizar por parte de autoridades de otras instituciones o CES que hayan sido invitados. Estas conclusiones se efectuarán después que el líder o coordinador haya interrogado y escuchado las respuestas sobre los beneficios reportados a los participantes y considerará reconocer niveles de participación y agradecimientos.
Por último, al evaluar la calidad del documento registro de las intervenciones y acuerdos, tendrá en cuenta la importancia que este reviste como patrimonio institucional y de seguimiento de los resultados. Recordará a quién corresponde la puesta en práctica y control de sus acuerdos.
Se corresponden las conclusiones del taller con la valoración final ejecutándose estas en correspondencia con los pasos a seguir en la etapa.
Es este el momento en que se da por concluido el taller en su ejecución.
Conclusiones
No se ha pretendido dejar dicha la última palabra sobre el taller como tipo de trabajo metodológico en las condiciones de las FUM y los CUM pero sí hemos tratado de establecer algunos criterios que, desde la óptica de la Didáctica de la Educación Superior, resulta imprescindible tener en cuenta y son el resultado de una intensa búsqueda bibliográfica que pretenden contribuir a elevar intencionalmente la pertinencia de las FUM y los CUM como INSTITUCIONES UNIVERSITARIAS que trabajan sobre la base de una didáctica universitaria en su territorio.
El taller como forma de trabajo metodológico Integra y complementa porque ofrece mayor flexibilidad en su estructura. Integra y complementa ya que este tipo de trabajo metodológico no debe desarrollarse siempre de manera aislada sino dentro de un sistema de actividades metodológicas aunque con sus propios objetivos y puede ser convocado como resultado de la ejecución de otro tipo de trabajo sin que obligatoriamente tenga que aparecer dentro de la planificación.
El taller metodológico constituye un tipo de trabajo metodológico con una didáctica propia en la Educación Superior, propicia espacios de reflexión y debate de los problemas metodológicos en aras de tomar decisiones, proyectar alternativas y estrategias que eleven la calidad del PDE universitario, la pertinencia de las instituciones para cumplir su encargo social y contribuye al logro de una mayor calidad del egresado.
En él se pueden abordar tanto problemas metodológicos como científicos o expresar el vínculo de lo científico con lo metodológico. Cuestión esta no siempre posible de abordar al desarrollar otras formas de trabajo metodológico.
El éxito del taller dependerá del nivel de autopreparación de los participantes, de la acertada labor del líder o coordinador y de la aplicación y control de los principales acuerdos tomados.
En su estructura interna, el taller metodológico, independientemente del tipo de que se trate, debe responder a determinadas etapas que son las que eficientemente controladas en su ejecución, en última instancia, garantizan su éxito.
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Autor:
Lic. Oscar Alonso Ruiz
Profesor Asistente,.
FUM. UCLV. CUM
Santo Domingo. Villa Clara.