Descargar

Ciclo sexual de la cerda (página 2)

Enviado por Y. Espinosa


Partes: 1, 2

FACTORES QUE PUEDEN AFECTAR EL INDICADOR REPRODUCTIVO PARTO/CUBRICIONES.

  1. NUTRICIÓN DE LA CERDA REPRODUCTORA.

Uno de los aspectos de más difícil solución en la explotación porcina es la alimentación, y no existen dudas de su intima relación con la reproducción, la alimentación ocupa un lugar primordial en todos los procesos de la reproducción (Campabadal, 2001)

  • Carbohidratos:

Los carbohidratos junto con las fibras de los cereales determinan el volumen de la ración. Una ración balanceada para cerdas debe contener alrededor de 2,5-3 Mcal/Kg de alimento seco, (Alonso, 1990).

Ha sido demostrado que niveles altos de energía pueden tener efecto en la ovulación si se suministra antes del celo o durante este, sin embargo, tiene un efecto adverso si se suministra durante los primeros días de gestación, pudiendo provocar mortalidad embrionaria, (Close, 1998).

Los estudios de Self y Cosida, (1996) han demostrado que las marranillas sometidas a una abundante alimentación alcanzan la pubertad más tarde que las deficientemente alimentadas, esto indica que el excesivo engrasamiento puede afectar la presentación de la edad púber.

Aunque los grupos bien alimentados tuvieron mayor porcentaje de ovulaciones que los deficientemente nutridos, el número de embriones supervivientes fue más bajo en los primeros, lo que parece indicar mayor porcentaje de embriones conservados mediante un régimen constante de alimentación restringida, éste compensa la menor ovulación que lleva asociada.

  • Requerimiento de proteína.

Niveles muy bajos de proteínas en cerdas gestantes pueden presentar efectos catastróficos, pero el peso de la camada al nacimiento será muy bajo. Generalmente la aparición del celo y la concepción se ven notablemente afectadas, los efectos de la reducción de proteínas en las dietas se aprecia de forma más promovida en los cerdos jóvenes, (Figueroa, Cervantes, Cuca, 1999).

  • Suplementación con forraje verde.

Díaz, (1970), plantea que aunque el cerdo no es un animal herbívoro y no dispone de un aparato digestivo adaptado para la alimentación a base de forrajes exclusivamente, es indudable que estos son muy apetecibles para el animal y constituye una ración nutritiva y digestible, aditivamente rica en minerales y carbohidratos que estimulan la presentación del celo. (Nielseen, Lewis, Peo, 1993), consideran que la restricción de energía disminuye la función endocrina post-destete en la cerda, lo cual se traduce en trastornos del comportamiento como son: baja incidencia del celo y la disminución de la fertilidad.

González y et al, (1996), comprobaron que en cerdas comerciales 50% Yorkshire y 50% Landrace en una unidad de crías en la empresa porcina de Camagüey, hallaron un aumento de la eficiencia reproductiva sobre todo en la efectividad cuando agregaron forraje verde troceado en la dieta.

  1. FACTORES AMBIENTALES.

  • Temperatura y la Humedad Relativa.

Como es lógico, las temperaturas extremas perjudican a las hembras reproductoras, no obstante en los casos extremos, las temperaturas elevadas ocasionan más problemas que las temperaturas bajas.

Las necesidades nutritivas del animal dependen de la temperatura del medio. La reducción y la cesación del crecimiento corporal a altas temperaturas se deben aparentemente a la disminución voluntaria de la ingestión de alimentos, aumento de gastos energéticos por la disipación de calor, disminución de la cantidad de nitrógeno, grasa o agua almacenados, y a cambios diferenciales en el crecimiento de los órganos corporales, (Albarrán, 2002).

El efecto de la temperatura es especialmente importante en las fases de fecundación y de implantación. Durante estos períodos fisiológicos existe una elevada correlación entre la eficacia de los fenómenos reproductivos y la temperatura ambiente, que a su vez condiciona la temperatura corporal de las cerdas, (Wrathall, 1975).

Las temperaturas ambientales elevadas (33 ° C) reducen la tasa de ovulación, aunque no influyen en la duración del ciclo estral. También las altas temperaturas en el período final de la gestación determinan la producción de camadas más ligeras y de menor vitalidad, así también como la aparición de muertes fetales; cuando las temperaturas son adecuadas (15-18 ° C), estos fenómenos se reducen o desaparecen, (Colectivo de Autores, 1988a).

Evidentemente las altas temperaturas afectan la fertilidad. Esto se produce debido al desequilibrio hormonal, a la elevación de la temperatura corporal y de la sangre o ambos, (Colectivo de autores, 1999b).

Las altas temperaturas del aire disminuyen la duración e intensidad del estro, aumenta el período interestro e inducen el anestro.

La acción básica directa de la temperatura sobre los animales de granja, se produce a través de la modificación del balance térmico del animal y la activación de los mecanismos termorreguladores, lo cual conlleva una serie de reacciones nerviosas, endocrinas neurohumorales y motoras, tendientes a mantener una temperatura corporal normal y a ajustar todas las funciones biológicas a las necesidades de tales condiciones ambientales, (Quiles y Hevia, 2003).

En las Provincias orientales de nuestro país la mejor eficiencia de las cubriciones de cerdas comerciales se logra en los meses de Abril hasta Junio y de Octubre a Diciembre, determinando que el factor temperatura y humedad relativa más bajos determinaron dichos resultados, (Acosta, 1995).

(Díaz, 1990) La productividad en la especie porcina es alta y esta determinada en primer lugar por su precocidad al presentar la pubertad de 180-200 días, su alta prolificidad (8-10 crías) por camada y la capacidad de presentar el celo pocos días después del destete.

Refiere entre los factores climáticos principalmente las temperaturas elevadas y la humedad relativa pueden demorar la aparición de la pubertad en las cochinatas como consecuencia del stress provocado por la dificultad para eliminar el calor del cuerpo y la pérdida del apetito.

Tomas y Nielseen (1988), manifiestan que durante los meses de calor (Mayo – Agosto) disminuyen los índices reproductivos y la efectividad económica en las cerdas. Las temperaturas elevadas independientemente de su duración pueden ser la causa primaria de los cambios estaciónales de la reproducción del ganado porcino.

Las altas temperaturas ambientales ejercen un efecto negativo sobre el proceso espermiogénico del verraco, lo cual unido a la baja fertilidad reportada por diversos autores en la hembra ocasiona trastornos en el proceso procreativo de esta especie.

Días, Santos y García, (1980), encontraron un efecto marcado del mes en la efectividad de las cubriciones en rebaños comerciales en Cuba con los resultados más bajos en los meses de temperaturas elevadas.

Te Broke, (1975), comprobó que la exposición continuada de las cerdas a las altas temperaturas ejerce efectos depresivos sobre la actividad reproductiva, entre ellos afecta la tasa de ovulación, manifestaciones de anestro y una baja considerable de la fertilidad medida por el tamaño más pequeño de la camada y por un aumento en el índice de repetición.

Muñoz, (1994), reporta que en el verano los golpes de calor son una causa importante de mortalidad embrionaria en las cerdas, disminución de la fertilidad en las reproductoras, así como deficiencias en la presentación del celo. Recomienda el uso de revolcaderos acompañados de zonas sombreadas.

Palomo, (2000), reporta que al final del verano se constato un riesgo de mortalidad fetal mayor entre los 14 -35 días de gestación. En estos casos se producirá una reabsorción y aborto precoz.

Según (Hafez, 1996), en mamíferos cuando las temperaturas ambientales permanecen dentro de los límites compatibles con los mecanismos de termorregulación rara vez se informa efectos de la variación estacional de la temperatura sobre la fecundidad.

Al parecer el período post – fecundación es crítico en animales domésticos. Los embriones de vacas, ovejas y cerdas son susceptibles a dañarse durante los primeros 10 días de desarrollo.

Trevis (1998). Opina que las altas temperaturas pueden provocar demora en la presentación del celo, anestros, reducción del numero de partos, abortos, y reducción del número de camada, siendo las cerdas unas de las hembras domésticas más sensibles a estas condiciones.

3. CONTROL DEL MANEJO. GESTIÓN DE LA GRANJA

  • Síntomas del celo en la cerda

Una vez que eludimos la responsabilidad del verraco en el incremento de repeticiones regulares hemos de prestar especial atención a la organización del trabajo por el personal en la granja lo que se refiere a la detección de celos y al momento adecuado de la inseminación.

El celo es el período del ciclo reproductivo en que la hembra esta acta para la aceptación del macho, existiendo una correlación directa entre la actividad cíclica del ovario y la reproductividad sexual.

El fenómeno más significativo durante el ciclo estral, es el período de estro (celo o calores), el cual se repite (con excepción durante la preñez), rítmica y cíclicamente, caracterizándose por el aumento de la líbido sexual (irritación sexual), período durante el cual la hembra esta dispuesta para la cópula. Dentro de la rama y función reproductiva, el período del celo es necesario considerado como el resultado de la actividad ovárica folicular (Holy y Martínez, 1968)

Las cerdas en celo se manifiestan nerviosas e inquietas, existiendo una notable reducción del apetito. Trata de escapar del resto de los animales. Suele observarse salivación y sonidos acústicos característicos, una vez avanzado el celo es común que monten al resto de las hembras del corral. La vulva y vestíbulo vaginal se tornan tumefactos y enrojecidos. De todos los síntomas del celo en las cerdas; el más importante es el denominado reflejo de inmovilidad. (Fuentes Maritza, 1999).

  • Detección de celos.

Para ello debemos entrenar al responsable de la gestión en los signos de celos que a su vez subdividiremos en tres períodos como son: Precelo, celo verdadero y postcelo, (Palomo, 2000)

  • El Precelo: Se caracteriza por que:

La cerda esta muy nerviosa y prueba montar a sus congéneres.

– Cuando la cerda es montada no presenta el reflejo de inmovilidad.

– La vulva muy roja y edematizada. Hinchada.

– Las mucosas vulvares están rojas y solo contienen una ligera mucosidad pastosa.

– Dura de dos a cinco días (menos en nulíparas y primerizas).

  • El celo verdadero: Se caracteriza por:

La cerda se deja montar del verraco en esta fase se distinguen tres periodos claramente que son.

– P.V.1. (Primer periodo de verraco): La vulva esta todavía roja, pero menos hinchada y presenta un moco opaco. La cerda permanece más tranquila y se deja montar por las compañeras. Esta fase donde la cerda se deja montar por el verraco y queda inmóvil, presenta una duración de ocho a diez horas.

– P.I. (Periodo del investigador): Es el periodo critico para llevar a cabo la inseminación, obteniéndose los mejores resultados cuando la misma tiene lugar dentro de los primeros tres cuartos de fase. La vulva esta roza y no hinchada, sino arrugada, la mucosidad es menos opaca y más acuosa, fase transparente. La cerda presenta el reflejo de inmovilidad.

– P.V.2. (Segundo periodo de verraco): Aquí la cerda no presenta más el reflejo de inmovilidad a las manipulaciones del investigador, pero sí aun para el verraco. La taza de infertilidad cuando se insemina en este período es muy alta.

  • El Postcelo: Se caracteriza por:

– La desaparición total del reflejo de inmovilidad tanto como para el periodo del investigador como para el periodo del verraco.

– Los signos exteriores de celos son dispares.

– En esta fase no existe ninguna posibilidad de fecundación.

  • Síntomas clínicos observados en granjas a escala reproductiva, (Palomo, 2000).
  1. Retornos a celo: Objetivo inferior al 15 %.
  • Tempranos antes del día 18 post cubrición.
  • Regulares entre los 18 – 24 y 39 – 45 días de gestación.
  • Irregulares entre 25 – 38 días de gestación.
  • Tardíos más de 45 – 50 días de gestación.

1.1 Retorno a celo regular:

Según (Palomo, 2000), se define como la repetición al celo de una cerda después de su cubrición o inseminación artificial tras el desarrollo de un ciclo ovárico normal. Puede presentarse como consecuencia de tres causas fundamentales que son:

  • Conservación del semen, inseminación artificial demasiado temprana o tardía, malformaciones anatómicas del aparato genital femenino.
  • La mortalidad de los óvulos después de la fecundación debido a un excesivo envejecimiento bien de los espermatozoides o bien de los mismos óvulos por no realizarse la inseminación en el momento oportuno.
  • La mortalidad de los óvulos fecundados antes del 12 día. El organismo reconoce la fecundación a partir de este día.

Para que la cerda quede gestante los cuerpos amarillos deben de persistir (cuerpos lúteos), la cual depende de la ocupación del útero por los óvulos fecundados o blastocitos. Si después del día 12 no tenemos óvulos fecundados, el ciclo sexual recomienza para dar lugar a nuevos celos. Este mismo efecto se producirá sí al término de 12 días son menos de 5 los óvulos fecundados, ya que la baja ocupación del útero no producirá la estimulación suficiente para hacer persistir los cuerpos lúteos los cuales sufrirán una regresión, (ACT, 1996).

1.2 Retorno a celo irregular:

Martín, (1999) lo define como la vuelta al celo de una cerda después de su inseminación, tras una duración del ciclo prolongado. Estos ciclos tienen una duración habitual de 35 días o más. En los ciclos prolongados es donde constatamos una duración múltiple de alrededor de 21 días, antes de pensar en un retorno a celo normal. La repetición al celo anormal fisiológicamente hablando puede presentarse por dos motivos:

  • Actividad folicular retardada de los ovarios:

Tiene lugar cuando no se produce la concepción o cuando todos los blastocitos han degenerado antes del día 12, los cuerpos lúteos periódicos sufrirán regresión alrededor del día 16. A continuación los folículos se desarrollaran y las cerdas presentaran un nuevo celo.

Este trastorno de celo anormal se presentara sobre todo en los meses de verano dentro de los cuadros de infertilidad estival, relacionándose con un intervalo destete cubrición fértil elevado y un incremento en los días no productivos.

  • Degeneración total de los óvulos fecundados entre los 14 y 35 días de cubrición.

En estos casos donde los óvulos degeneran y el contenido completo del útero puede ser absorbido. Los cuerpos lúteos van a regresar después de la degeneración de los óvulos fecundados y como consecuencia la cerda repetirá celo después de un ciclo prolongado (Alonso, 1988)

La degeneración de los óvulos puede estar producida por causas idiopáticas durante el período precario de 7 a 20 días como consecuencia de factores alimenticios, ambientales, o propia de la cerda; Así como por causas infecciosas tales como septicemia (mal rojo, infecciones pódales con fiebre) o enfermedades con embriotropía en los cuales el virus infecta a los fetos originándoles la muerte (Aujesky).

  • Momento de la ovulación y momento optimo para la inseminación en la cerda.

El momento de la ovulación tiene gran importancia en la práctica de la inseminación artificial. Este fenómeno ha sido motivo de estudios por numerosos investigadores, realmente no existe una unidad de criterios en relación con este aspecto tan importante en la reproducción.

Lo cierto es que el momento de la ovulación podemos enmarcarlo en las cerdas al final del estro, pudiéndose retrasar cuando se prolonga el celo, de igual forma se considera que este momento este influenciado por numerosos factores como la alimentación, raza, clima y la herencia, (Valencia, 1986).

El número de óvulos aumenta con los siguientes ciclos estrales pero independientemente de la cantidad de óvulos liberados en cada estro difiere el número de cerdos al nacimiento. Las literaturas consultadas reportan que más del 90% de los óvulos son fertilizados, pero las perdidas embrionarias son del 30 al 40% ocurriendo el mayor número antes del período de implantación, el resto suelen morir por alteraciones en el proceso de organogénisis, defectos cromosómicos, causas de manejo y procesos infecciosos o patológicos, (González, 1993).

Goodwin, (1995), plantea que la cerda está en celo 2 días y medio. Durante este período y en ausencia de un macho al presionar sobre su región lumbar permanece inmóvil. Este período de inmovilidad dura hasta 29 horas y es el tiempo idóneo para efectuar la inseminación artificial, pues de 12 a 30 horas después de presentarse el celo es cuando la cerda aceptará mejor al macho, de igual manera Hugheas y Varley, (1994) señalan este mismo período para practicar la inseminación artificial.

Self, (1996) plantea por experiencia realizada que la calidad del celo de la hembra influye notablemente en el éxito de la inseminación artificial, también el comportamiento de la cerda en el momento de la inseminación influye en el porciento de gestación. Las hembras que se manifiestan intranquilas en el momento en que se practica la inseminación artificial, su fertilidad se reduce.

  • Control de la cerda:

En el caso de que el origen de los retornos o celos regulares se ubiquen en la propia cerda reproductora este debe deberse básicamente a cuatro causas, (Alonso, 1988).

1. Mastitis como consecuencia de partos distócicos.

2. Procesos del complejo MMA (Mastitis – Metritis – Agalactia).

  1. Metritis causada por contaminación bacteriana durante la inseminación artificial.
  2. Síndrome de descargas. (SSC. Síndrome cerda sucia)

En la mayoría de estos casos se observa una descarga vaginal, que suele tener lugar entre los días 16 y 18 post inseminación, seguida de un retorno a celo a los 3 a 5 días de cesar la descarga. Si el porcentaje de animales es inferior al 1% la mejor solución es eliminarlo de la propia explotación.

  • Esterilidad y fertilidad reducida en la cerda.

Tanto los casos de esterilidad como los de fertilidad reducida pueden tener su origen en defectos anatómicos, disfunciones o desequilibrios endocrinos y a problemas en el manejo de los animales.

La infertilidad en la cerda se caracteriza frecuentemente por la falta de celo sin que se comprueben alteraciones patológicas en los órganos genitales.

La causa más frecuente la constituye la alimentación inadecuada, tanto en cantidad como en calidad.

  • Anomalías del aparato genital.

Las anomalías del tractus genital tienen una alta incidencia en las hembras del ganado porcino, un número elevado de alteraciones es posible encontrarlas en estas hembras, pudiéndose encontrar aquellos que conducen a la infertilidad y otros a la esterilidad completa, (Alphonsus, 1983).

Por otra parte estos trastornos pueden tener un carácter congénito y otros pueden ser adquiridos, (Alonso, 1988).

(Alonso, 1976), aseguran que las anomalías del aparato genital de la cerda tienen en nuestro medio una frecuencia alta, siendo causa de infertilidad ó esterilidad, estos pueden tener un carácter hereditario, como también pueden encontrarse aquellos de carácter adquirido.

  • Aplasia segmentaría del cuerno uterino.

Generalmente se afirma que este defecto del aparato genital tiene una etiología desconocida como en el caso de otros animales y aunque no influye en la preñez si influye en el número de la camada.

  • Útero unicornis.

La frecuencia de esta afección nunca alcanza cifras superiores al 1%, pero su importancia radica en el carácter hereditario de la misma.

  • Quistes paraováricos.

Se opina que este defecto no tiene una influencia notable sobre la reproducción y este depende de su localización y tamaño.

  • Intersexos.

En la cerda existen muchos defectos anatómicos, la mayoría de las cuales son asociados con genes resecivos.

La condición de intersexos es de aparición frecuente de un gen resecivo ligado al sexo, así como de uno o más genes aditivos.

En la cerda es posible distinguir dos tipos de hermafroditas.

Hermafrodita verdadero: presencia de tejido ovárico y testicular.

Pseudohermafroditismo: aparece el tejido testicular, aunque no ovárico, en presencia de órganos sexuales la presencia de vulva, vagina y útero.

Dado el carácter genético de la entidad y dado a que la misma se haya bajo el control de un gen recesivo, animales con estas anomalías deben ser eliminados.

  • Enfermedades de la vulva, vagina y cervix.

Las lecciones de la vagina y del cervix son producidas por partos distócicos, aunque no son frecuentes, también pueden tener su origen en el coito, especialmente en hembras jóvenes.

  • Enfermedades del útero.

Lo importante de la endometritis, como elementos de esterilidad, es mucho menor en las cerdas que en las otras especies, como lo ratifican las investigaciones realizadas a partir de úteros de cerdas sacrificadas por causa de esterilidad.

Representa entre el 2-5% de las causas de infertilidad. Este se puede presentar después de una septicemia puerperal, de un parto con fetos enfisematosos, como consecuencia de infecciones que se originan en el parto y sobre todo dependiente de embriones realizados con machos que tengan alguna infección de las vías genitales. Las malformaciones uterinas (miomas y tumores), pueden desencadenar una endometritis. (Alphonsus et al, 1983).

  • Enfermedades de las trompas uterinas.

Las afecciones de las trompas uterinas en la cerda tienen una incidencia bastante baja. Entre las afecciones podemos citar: salpingitis, hidrosalpingitis y oclusión de las trompas uterinas.

  • Enfermedades de los ovarios.

En las reproductoras destinadas al sacrificio se encuentran con gran frecuencia degeneraciones quísticas de los ovarios o neoformaciones, que pueden alcanzar el tamaño de un puño y cuerpos amarillos quísticos. Cerdas con quistes o neoformaciones unilaterales del ovario, tumores de células granulosas, adenocarcionomas, muestran casi siempre celo continuo, mientras que la presencia de quistes de cuerpo lúteo conduce a un estado de anestro que generalmente duran largo tiempo. (Alonso, 1988).

Ha sido sugerido que los quistes del ovario pueden ser adquiridos por una complicada combinación de altas temperaturas, sensibilidad, enfermedades crónicas y disturbios nutricionales. La recuperación se lograría mejorando los trastornos nutricionales y de manejo, (Alonso, 1990)

  • Anafrodisia de la cerda.

Esta entidad en la cerda es conocida como ausencia del reflejo de la inmovilidad y puede también estar en íntima relación con el celo silente o con quistes del ovario. Se considera normal cuando afecta un 19% de las cerdas jóvenes y adultas con más de10 días del destete, cuando es el 20% de los animales afectados se presenta los problemas del rebaño.

Los factores del clima juegan un importante papel en la incidencia de esta entidad en la cerda, en nuestro medio la influencia ejercida por las condiciones climáticas son de un interés marcado, las altas temperaturas así como una humedad relativa igualmente elevada, propia del clima cubano nos pone en condiciones desventajosas, actuando como un factor de stress en la reproducción de las hembras.

Factores relacionados con el manejo son de especial interés en la presencia de la anafrodisia en la cerda, especialmente los aspectos relacionados con la alimentación.

  • Mortalidad embrionaria.

Es corriente que en el período que transcurre entre la concepción y el parto en la cerda se pierda del 30 al 40% de los fetos en vías de desarrollo. Más de la mitad de estas pérdidas se producen durante los primeros 25 días (poco después de la implantación).

Las momificaciones son también pérdidas que se producen durante la última parte de la gestación.

  • Síndrome de la cerda delgada.

Bajo esta denominación se conoce un estado del adelgazamiento y pérdida de reservas de grasas de la hembra, que va asociado a una serie de problemas reproductivos (sin aparecer causa infecciosa) que se traduce en dificultad de manifestar los síntomas clínicos del celo, muy en especial en cerdas en su primera lactación. (Ortiz y Flores, 1999)

La aparición de este problema se ha relacionado con un estado de subnutrición energética de la reproductora, según va transcurriendo la vida reproductiva.

  • Los abortos.

Los abortos pueden estar originados por diversas causas:

  • Nutricionales

Los alimentos inestables de animales en estado de preñez, hay dos aspectos a tener en cuenta – Alimentación insuficiente. – Alimentación excesiva.

La madre asegura los elementos nutritivos para un normal desarrollo fetal. Si la hembra esta sometida a una sub-alimentación por largo tiempo se produce disminución de la resistencia biológica del feto y el mismo se hace más sensible a los factores nocivos, por el contrario una alimentación excesiva provoca un engorde exagerado en los animales, creándose perturbaciones metabólicas que repercuten negativamente en la esfera sexual, lo que constituye un factor predisponente para el aborto. Las deficiencias nutricionales están ligadas a problemas de reabsorciones, infertilidad, abortos y muerte neonatal. Leman, (1995)

  • Deficiencias de Proteínas:

Una deficiencia de proteína ocasiona disturbios en el desenvolvimiento y desarrollo embrionario y fetal, las cerdas con un insuficiente aporte de proteína pueden abortar en la segunda etapa de la gestación. Figueroa Vilda, (2001)

Una alimentación pobre de proteína en cerdas conduce a un aborto completo o al desarrollo de momificaciones en los fetos.

Los abortos por insuficiencia de proteínas transcurren sin complicaciones pero si se le añade infecciones pueden ocurrir complicaciones que se desarrollan después del aborto como son retenciones placentarias y metritis, cuadros que repercuten en la salud de las madres.

  • Abortos físicos (Traumatismo).

Rebaños gestantes en naves con poca capacidad que sufren con frecuencia patadas y cabezazos.

Caídas.

Golpes y maltratos.

Traslado de animales gestantes.

El estrés, posee un efecto adverso sobre la supervivencia embrional, aunque este es mayor cuando las cerdas están mezcladas con otras en un mismo alojamiento (Alonso, 1988).

  • Abortos ambientales.

Cambios bruscos en las temperaturas sobre todo cuando existen enfriamientos bruscos por temperaturas muy bajas.

L a exposición continua de atas sexualmente maduras a altas o bajas temperaturas tiene un efecto negativo sobre la ovulación y provoca una marcada incidencia de anestros y reducción del porcentaje de gestación. (D' Arce, 1970)

  • Abortos Infecciosos.

Los abortos en cerdas, pueden ocurrir desde muy temprano en la gestación, con repeticiones de servicios dentro de un ciclo normal; así ocurre en caso de enfermedades infecciosas como la Leptospira, Brucelosis, o infecciones por Coli entre otras. Ensminger (1984).

  • Control del verraco.
  • Características del eyaculado del verraco.

El eyaculado en el verraco constituye un volumen considerable que está integrado por secreciones glandulares, uretrales y líquidos prostáticos que representan del 5 – 20 % del mismo.

La fracción espermática del 30 – 50 % del eyaculado y la secreción procedente de las glándulas vesiculares que significa el 15 – 20 % del volumen total recogido.

La fracción prostática del eyaculado es un líquido claro, transparente y de aspecto cristalino, proveniente de las glándulas prostáticas y uretrales y constituye la primera porción del eyaculado. Posee una alta concentración bacteriana, pH ligeramente ácido y abundante en electrólitos, por lo que resulta altamente nocivo a los espermatozoides. Su función principal es el acondicionamiento del conducto uretral en el momento previo a la eyaculación. (Pérez Y Pérez, 1965)

La segunda fracción es rica en espermatozoides, proviene del epidídimo a la cual se le suman las secreciones de las vesículas seminales, siendo emitidos en esta fracción más del 80 % de los espermatozoides del eyaculado, posee un pH de 7.4 – 7.9. (MC Kenzie et al, 1983) citado por (Fuentes, 1997).

Por ultimo la fracción seminal que es la más abundante del eyaculado de aspecto claro y transparente, proveniente de las vesículas seminales y ampollas de Henle, en su inicio se presenta ligeramente mezclado con la fracción espermática, posee pH alcalino y un alto contenido de electrólitos. (Pérez Y Pérez, 1965)

Finalmente debemos hacer mención de una parte del eyaculado que se convierte en material gelatinoso, denominado fracción gelatinosa, que se elimina mediante filtración, debido a los inconvenientes que trae durante la manipulación del semen.

Para la buena marcha de la explotación es imprescindible un correcto control de los diferentes verracos. Un control bien llevado nos debe permitir determinar de forma inmediata la responsabilidad del verraco en estas repeticiones, pudiendo detectar un problema de fertilidad que clasificamos a su vez en:

  1. La cubrición es normal pero el esperma anormal. Se trata de casos de:

    – Esterilidad juvenil, frecuente en verracos menores de 9 meses.

    – Frecuencia de cubriciones elevadas, que provoca una disminución de la concentración espermática.

    – Enfermedades que pueden provocar desórdenes temporales en la espermatogénesis.

  2. Impotencia generandi.
  3. Impotencia Couendi.

El esperma es normal mientras que la inseminación no se produce o es incorrecta. Se trata de casos en los que.

– El verraco tiene el pene corto en monta natural (Pietrain). En este caso no se habla de una esterilidad del 100 %.

– Cojeras agudas o crónicas.

– Mala colocación del catéter.

– Técnica de inseminación inadecuada.

  • Problemas inherentes a la técnica de inseminación artificial, derivados de problemas de recogidas, contrastación, dilución, conservación y aplicación de la dosis seminal.

– Utilización de semen envejecido con demasiados días de conservación.

– Malas condiciones de conservación: saltos térmicos, luminosidad…

– Diluciones imprecisas de la fracción rica que pueden originarnos una mortalidad precoz de los espermatozoides.

– Uso de diluentes mal dosificados a pH inadecuados.

– Ausencia de antibióticos en dosis seminal contaminada.

– Incorrecto calentamiento de la dosis seminal.

Tanto en los casos de impotencia Couendi, como en los fracasos de la inseminación artificial, no obtendremos una esterilidad total, pero sí una menor fertilidad. (Palomo, 2000)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

  1. Acosta, A. (1995). Comportamiento reproductivo en cerdas en los centros multiplicadores de las provincias orientales. Resúmenes I Taller Internacional de producción animal.
  2. ACT. (1996). Procedings of swine reproduction. Simposiums august 9. Hastings. Nebraska.
  3. Albarrán, I. (1990). Reproducción animal. La Habana. Ediciones ENPES. MES. pp. 201 – 245.
  4. Albarrán, I. Dr. Sc. (2002) Inseminación artificial y Andrología veterinaria. Editorial "Félix Várela". Cuba. Tomo I. pp. 196 – 210.
  5. Alonso, R. (1976). Comportamiento sexual de la cerda. Examen de pre- mínimo. La Habana.
  6. Alonso, R. (1990). La reproducción de los cerdos. La Habana. Ediciones ENPES. MES. pp. 139 – 168.
  7. Alonso, S, R. (1988). La Reproducción de la cerda. Departamento de Publicaciones ISCAH. La Habana, Cuba. pp. 181 – 235.
  8. Alphonsus, M. (1983). Alteracoes ovarianas e uterinas em porcas; Metriti, Endometriti, Cervicite e Ooforite. Arg. Bras. Med. Vet. Zoot. 35. 2. 159 – 168.
  9. Brito, C. (1981) Manual de obstetricia y ginecología I. La Habana. Ediciones ENPES. MES. pp. 265 – 279.
  10. Brito, C.R. (1999). Fisiología de la reproducción animal con elementos de biotecnología. Editorial "Félix Várela". La Habana. Cuba. pp. 61 – 69.
  11. Campabadal, C. (2001). Alimentación de los cerdos en condiciones tropicales. Asociación Americana de Soya. México. pp. 65 – 76.
  12. Close, W. (1998). Niveles de energía para promover la reproducción. Revista Industria Porcina. Vol. 18. # 4. pp. 7 – 9.
  13. Colectivo de Autores. (1988a). Manual de Porcinotecnia. Editorial ISCAH. Ciudad de la Habana. Cuba. p. 147.
  14. Colectivo de Autores. (1999b). Zootecnia general un enfoque ecológico. Editorial "Félix Varela". La Habana. Cuba. pp. 55 – 65.
  15. D' Arce, R.D, S.T. Teagues. (1970) Effect of shorterm elevated deybeld and duc point temperature in the cuchyng. pp.85.
  16. Días, C; R. Santos y García, M (1980). Influencia del mes sobre la efectividad de las cubriciones. Informe de la comisión nacional porcina. pp. 21.
  17. Díaz, J. (1990). Tecnología para la explotación de reproductoras porcinas. Manual de Porcinotecnia. Ediciones ISCAH. Cuba. pp 41 – 52.
  18. Díaz, R. (1970). Ganado porcino. (3ª ed). Ediciones Revolucionarias. La Habana. Cuba.
  19. Ensminger, M. E. (1984). Swine Science. (3a ed). Copyright. The interstate. Printers y publishers. United Estates of the America. pp. 245 – 250.
  20. Figueroa Vilda. (2001). Producción porcina con cultivos tropicales y reciclaje de nutrientes. Editorial Academia. La Habana. Cuba. pp. 165 – 167.
  21. Figueroa, J. L; Cervantes, M; Cuca, M. (1999). Fuentes de lisina y treonina para cerdos en crecimiento bajo stress calórico. Revista de Ciencias Agrícolas. # 2. Vol. 33. pp. 191 – 199.
  22. Fuentes, C. Maritza. (1999). Aplicación de productos naturales como alternativa para incrementar la fertilidad en cochinatas. Tesis presentada en opción al grado de MSc. Universidad de Granma. Bayamo, M N. Cuba. pp. 3 – 15.
  23. Fuentes, P; A. (1997). Centro de producción de semen porcino. Revista de Fonaiap Divulga. # 58. pp. 36 – 39.
  24. González, H. (1993). Síndrome de fallas reproductivas en porcino. Agricultura. Marzo – Abril. Págs. 26 – 29.
  25. González, C. Elenko, G. Casas, A. (1996). Comportamiento de las cerdas gestantes alimentadas con una dieta suplementada con king grass y con pienso reducido. Revista de Producción Animal. V.C. Vol. 2. # 1. pp. 11 – 16.
  26. Goodwin, H. D. (1995). Producción y manejo del cerdo. Editorial Acribia. Zaragoza. España. pp. 197.
  27. Hafez, E.S.E. (1996) Comportamiento reproductivo en: Reproducción e inseminación artificial en animales. (6ª ed Interamericana). MC Graru – Hill. pp. 962 – 966.
  28. Holy, L y Martínez, G. (1968). Biología de la reproducción bovina. (1ª ed). La Habana. Edición de Ciencia y técnica. p. 454.
  29. Holy, L. (1987). Biología de la reproducción bovina. (2ª ed). La Habana. Editorial científico técnico. P. 454.
  30. Hugheas, P.E y Varley, M.A. (1994). Reproducción del cerdo. Zaragoza. España. Editorial Acribia. P. 267.
  31. Leman, A. (1995). Swine Conference. Published by: Veterinarian Outreach Programs. University of Minnesota.
  32. Martin, S. (1999). Diagnóstico e interpretación de las alteraciones de la reproducción en el ganado porcino (I – III). Porci No 48 – 49.
  33. Muñoz, A. (1994). Aspectos generales y consideraciones específicas del diseño de explotaciones y manejo del efectivo animal. Memorias del III Congreso Nacional de producciones porcinas. Argentina. 232 pág.
  34. Muñoz, B. (1998). Actividad estral y fertilidad de las cerdas en condiciones tropicales. Tesis presentada en la opción al título de MSc. Universidad de Granma. Bayamo. Cuba. pp. 2 – 30.
  35. Muñoz, B. (1999). Influencia de algunos factores climáticos en la presentación del celo y la fertilidad en las hembras porcinas. Monografía. Universidad de Granma. Bayamo. Cuba. pp. 2 – 7.
  36. Nielssen, J. L. Lewis, A.J y Peo, E.R. (1993). Influence of dietary energy in take of sows during lactation on their post weaning reproductive hormone prolife. Journal Animals Science 57. 1. 259.
  37. Ortiz, V. J; Flores, L. (1999). Reproducción, alimentación animal. "Bovinos y Porcinos". Santo Domingo de los Colorados. Ecuador. pp. 9 – 18.
  38. Palomo, A. (2000). Manejo de la reproducción porcina. Facultad de veterinaria UCM. Madrid. España. pp. 1 – 7.

    Revolucionaria. Cuba. pp. 130 – 141.

  39. Pérez y Pérez, F. (1965). Reproducción e inseminación artificial ganadera. Edición

    http://www. portalveterinaria.com/sections.phpop=viewarticle&artid=184

    Self, P. (1996). Porcinocultura. Dedogro S. Of ediciones Lérida. España. p. 209.

  40. Quiles, A; Hevia, L. (2003). Influencia de la temperatura y la luz sobre el celo post destete en la cerda. Departamento de producción animal. Universidad de Murcia. España. Disponible en:
  41. Te Broke, J.M.A. (1975). Possible ways for increasing the productividitis of sows on their minits an demerit 26 Th. anual meed.
  42. Tomás, G y Nielsen, M. (1988). Variaciones estacionarias en la reproducción en los cerdos. Rev. Ciencia y Técnica en la Agricultura. Ganado porcino. 5 (2). 18.
  43. Trevis, J. (1998). Sumer neat requires of breeding. Management. Feed tuffs #2. p. 12.
  44. Valencia, J. (1986). Fisiología de la reproducción porcina. Editorial Trillas. España. pp. 52 – 59.
  45. Wrathall, A. E. (1975). Reproductive disorders in pigs. Editorial Acribia. España. pp. 136 – 183.

 

Dr. MV. Y. Espinosa;

M.Sc. Y. Rodríguez;

Lic. Aliuska Castillo*.

Departamento de Sanidad Animal.

*Departamento de Morfofisiología.

Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Granma. Cuba.

 

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente