Arqueología e historia en el pueblo de Santa Cecilia Acatitla (página 2)
Enviado por gilberto perez rico perez rico
De 5000 a 2000 años antes de nuestra era, los grupos se vuelven más sedentarios y la agricultura alcanza un alto grado de desarrollo en la región; se domestican diversas plantas y se obtienen mediante la selección nuevas especies, como la calabaza, el chile, el aguacate, el maíz y el frijol. Hacia el 3000 antes de nuestra era, surgen las primeras aldeas y hacia el 2200 a. C., aparecen las primeras formas de alfarería.[5]. Los datos más antiguos de ocupación de la cuenca para este periodo, se ubican en la zona sur, a las orillas del antiguo lago de Chalco, en Tlapacoya, donde la evidencia muestra una ocupación fechada para las fases Playa I (5,500 – 4,500 a.C.); Playa II, (4,500 – 3,500 a. C.) y Zohapilco (2,500 – 2000 a. C.).[6]
FORMATIVO
Entre el 1500 y 1200 a. C., el periodo Formativo Temprano se caracteriza en la región por el desarrollo de aldeas y algunas villas importantes, en las que existe una agricultura incipiente y se practica la caza y la pesca. Entre estas destacan Coapexco, Tlapacoya y Tlatilco, representadas por la presencia de figurillas femeninas para el culto a la fertilidad y algunas cerámicas con elementos olmecas, que dan evidencia de intercambios con la región del Golfo.
Entre 1200-700 a. C. en el Formativo Medio, continúa la recolección, la caza y la pesca; se refuerza el complejo agrícola; aumenta el número y el tamaño de las villas y aldeas; la población se distribuye al sur de la cuenca, (Chalco- Xochimilco). Coapexco es abandonado; Tlapacoya continua siendo una villa pequeña y Tlatilco se convierte en una gran villa, igual que Temamatla. Aparecen algunas técnicas sencillas de irrigación y prolifera la elaboración de artefactos utilitarios y artesanales de concha, hueso, piedra, cerámica y tejidos; existe intercambio interregional con otras áreas; aparecen jerarquías en el tamaño de los asentamientos y surge la arquitectura cívico ceremonial modesta y el culto a la lluvia y a animales totémicos; continúan los rasgos estilísticos olmecas y las figurillas representan a magos y a hechiceros.
Durante el Formativo Tardío (700-300 a. C.) el cultivo del maíz ocupa un lugar predominante, disminuyendo actividades como la caza y la recolección; las villas crecen en tamaño y en numero y aparecen centros regionales a la cabeza de otros sitios más pequeños, como es el caso de Cuicuilco; se acentúa la producción artesanal y la tecnología agrícola; se intensifica la especialización y el intercambio entre comunidades de bienes agrícolas y lacustres por bienes de las zonas altas y existen redes de intercambio con otras áreas de Mesoamérica; en los asentamientos se observan jerarquías con diferencias en edificios públicos y ceremoniales, y en la colocación de los entierros que se depositan unos en las estructuras ceremoniales y otros en las unidades domésticas; en los sitios más importantes, destaca la arquitectura religiosa a gran escala y los brujos y los hechiceros se convierten en jefes y sacerdotes; en Cuicuilco se observa el culto a Huehueteotl, Dios del Fuego.
En el Formativo Terminal, de 200 a. C. a 200 d. C. es el cultivo del maíz la actividad más importante, complementada en menor escala por la caza y la pesca; proliferan en tamaño los sitios y surgen aldeas y villas al norte del valle, en Teotihuacan y Texcoco; al sur, la población se dispersa y disminuye; continua el control de recursos como la obsidiana. Hacia el 300 a. C. Cuicuilco era una pequeña ciudad y abarcaba unos cuatro o cinco km2; se encontraba poblada por varios miles de habitantes. Esta ciudad fue totalmente destruida entre los años 100 y 200 a. C. por la erupción del volcán Xitle, y con ello, el valle de Teotihuacan ostenta el predominio sobre la cuenca. De Teotihuacan salen productos locales rumbo a otros centros importantes y comenzará la construcción de grandes edificios ceremoniales, que señalan una casta sacerdotal establecida; aparecen centros regionales más grandes que las antiguas villas y aldeas con una organización jerárquica y diferencias en los entierros.[7]
Al norte de la cuenca, este periodo se encuentra ampliamente representado por cerámica y objetos líticos y óseos localizados a lo largo de toda el área, en diversos sitios con evidencia de ocupación humana de esta época. En Azcapotzalco, las excavaciones en San Miguel Amantla han evidenciado la existencia de una aldea cuyos habitantes se mantenían de la siembra de maíz, frijol, y calabaza, así como la caza y la pesca de los recursos que ofrecía la región de los lagos y el valle, como venados, patos, aves diversas, ajolotes, acociles, etc. Además de la cría de diversos animales domésticos, como perros y guajolotes.
Esta aldea se ubicaba cronológicamente en el Horizonte Preclásico Medio y Tardío en las fases Zacatenco (800- 400 a.C), Ticomán (400- 0 a.C.), y Teotihuacan I, Tzacualli, (1-150 d.C.), En el área se localizaron cerámicas decoradas pertenecientes a estas fases, como escudillas de silueta compuesta, arriñonadas, acanaladas, semiesféricas, botellones, cajetes, copas, ollas; tecomates y platones, figurillas antropomorfas de arcilla elaboradas al pastillaje; cazuelas, comales pulidos, ollas, así como navajas, puntas de obsidiana y huesos trabajados.[8]
En la zona aledaña a Tlalnepantla, destacan para este periodo los sitios de Tlatilco y El Arbolillo, fechados para las fases Ayotla-Manantial, (1250-800 a. C); Hipódromo, Lomas de Atoto y Zacatenco para la fase Zacatenco (700-400 a.C.), Ticomán y el Rancho La Cañada, cerca de Santa Cecilia, para la fase Ticoman (400-200 a.C.)[9]
CLASICO
En Tlanepantla la ocupación del Clásico no está bien definida, sin embargo, existe evidencia de ocupación durante esta época en la zona, como Viveros de la Loma, Pueblo Perdido[10]Tenayuca.[11], y Reyes Iztacala, donde se han encontrado cerámicas teotihuacanas de las fases Miccaotli-Tlamimilolpan, Xolalpan y Metepec.
Destaca para este momento el gran sitio de Azcapotzalco, donde aparece un asentamiento importante localizado en el área que ocuparon las antiguas aldeas preclásicas, como San Miguel Amantla, Santiago Ahuizotla, Santa Lucia, Santa Cruz, y sus alrededores. Durante todo el periodo Clásico (150-750 d.C.), se desarrollará una extensa villa contemporánea a la gran metrópoli de Teotihuacan, con una extensión de varios cientos de hectáreas, convirtiéndose en un importante centro provincial bajo la esfera de influencia de la Ciudad de los dioses.
Los grupos teotihuacanos se organizaban en unidades habitacionales bien definidas formadas por cuartos ubicados alrededor de patios centrales y pequeños templos dedicados a las deidades de la lluvia, el agua, la primavera, la muerte, el fuego, etc., como se puede observar en las figurillas de arcilla localizadas en el área. En estas unidades habitacionales residían familias de agricultores, artesanos, comerciantes y nobles, dedicados a la religión, al comercio, a la producción de alimentos, a la elaboración de enseres domésticos y de lujo, como petates, navajas, artículos de piel, tela, adornos, etc.
Las excavaciones y estudios realizados por los arqueólogos de la Subdirección de Salvamento Arqueológico del INAH en el área han permitido definir para este periodo de ocupación humana en Azcapotzalco, algunos materiales que se reconoce pertenecen a las siguientes fases:
Teotihuacan II: Miccaotli -Tlamimilolpa (150-450 d. C.). Representado por vasos, cajetes soporte de botón, y de fondo plano, escudillas, comales, vasos trípodes rojos, cajetes decorados al contraste, incisos, semiesféricos, vasijas Cráter, ollas, braseros alisados, y diversas figurillas modeladas y al pastillaje, con exuberantes tocados y atavíos; policromadas en colores rojo, blanco y amarillos.
Teotihuacan III: Xolalpan (450-650 d. C.) representada por hermosos braseros decorados con impresiones moldeadas, mascaras, vasos trípodes, tazones de soporte anular, vasos con impresiones y rebordes, vasos con engobe pulido rojo, vasijas Cráter incisos; vasos cilíndricos trípodes con plano relieve, ollas, cazuelas, cajetes, escudillas y figurillas tipo retrato.
Teotihuacan IV Metepec (650-750 d. C.) representado por figurillas con altos tocados de plumas y quetzales, sentadas en tronos con soportes, muy ataviados con ropajes y collares, elaboradas en moldes; que representan sacerdotes, dioses y guerreros; así como tazas de soporte anular, cajetes de fondo plano y hemiesféricos, escudillas, vasos trípodes, incisos, sellados, Cráter Rojo, ollas, braseros, comales, tapas, entre otros.
A finales del periodo Metepec, por diversas causas aun no esclarecidas totalmente, cae envuelta en llamas y es abandonada la ciudad de Teotihuacan y junto con ella, las demás ciudades importantes de la Mesoamérica del Clásico. Igual suerte corre el Azcapotzalco teotihuacano, que comienza a ser abandonado y sobre sus ruinas y los restos de su cultura, nuevos grupos humanos erigirán sus vidas.[12]
POSTCLÁSICO
Durante el periodo Epiclásico, el área de Tlalnepantla y Azcapotzalco verá la llegada de una tradición cerámica conocida como Coyotlatelco, la cual se desarrollará en la meseta central traída por grupos procedentes del norte de Mesoamérica[13]y que se ubica entre los años 750 al 950 d. C. Esta cerámica representa el surgimiento de la cultura Tolteca.
En Azcapotzalco, la evidencia de ocupación humana durante esta fase, se localiza principalmente, en Santiago Ahuizotla, donde Alfred Tozzer en 1919, excava un montículo que se conocía localmente como "Loma Coyotlatelco", del cual tomó su nombre el complejo cerámico definido para esta cultura intermedia entre los teotihuacanos y los toltecas, y que se caracteriza por sus cerámicas pulidas con motivos de bandas y elementos pintados en rojo sobre bayo, y rojo sobre crema, como cajetes trípodes y de base anular, cucharones, sahumadores, ánforas, comales. Los nuevos habitantes del Azcapotzalco Coyotlatelco, se asentaron sobre las ruinas abandonadas del anterior asentamiento teotihuacano; las investigaciones señalan que vivían en un asentamiento rural y disperso.[14] En Tlalnepantla, son Cerro del Tenayo, Tenayuca y sus alrededores, los sitios donde aparece evidencia de este grupo, así como Pueblo Perdido y Cerro Moctezuma, en Naucalpan.[15]
Para el periodo Posclásico Temprano, hacia el 1000 – 1100, el Estado Tolteca alcanzará su máximo apogeo, y su influencia se extenderá a gran parte de Mesoamérica. En la Cuenca de México, durante las fases Mazapa-Tollan, aparecerán cerámicas características de Tula, de la cual se distinguen vasijas color Naranja al Brochazo; cerámicas Rojo sobre Café; Naranja Pulido; platos y cajetes decorados con líneas rojas ondulantes; ollas Blanco Levantado y cerámicas foráneas, como las vasijas Plumbate; cerámicas domésticas monocromas cafés pulidas, naranjas y cerámicas burdas tipo Café Grueso; cerámicas suntuarias como incensarios, pipas, ollas y braseros Tláloc.[16]
En la cuenca de México, esta tradición cerámica se verá reflejada en varios sitios localizados principalmente en la parte norte del valle, entre estos, se cuentan Zumpango, importante sitio tolteca, así como diversos asentamientos rurales en la parte noroccidental.
Hacia fines del siglo XII, Tula, capital tolteca, sucumbirá como centro rector por una serie de problemas internos; debido a ésto, la capital tolteca se trasladara a Culhuacan, y la población se va hacia la parte sur, hacia Tláhuac, Mixquic, Xico y Chalco, donde se localizarán los centros con cerámica Azteca I contemporánea a la tradición Mazapa.[17]
Es a finales del siglo XII que llegan a la cuenca varios grupos chichimecas procedentes del mítico lugar de las siete cuevas, Teoculhuacan Chicomostoc, y surgirá un nuevo centro político rector, el estado chichimeca de Tenayuca, instalado por Xolotl.
Xolotl establece su corte inicialmente en un sitio llamado Xoloc y luego definitivamente en Tenanyocan Oztopolco, "lugar amurallado de muchas cuevas", donde hace la repartición de las tierras del valle a otros grupos de chichimecas que llegan con él y se sujetan a su señorío, como los tepanecas, que reciben a Azcapotzalco; los otomi-mazahuas a Xaltocan; y los acolhuas, a Coatlinchan.[18]
Xolotl erige entonces en su ciudad una gran pirámide doble de cuatro cuerpos, que será ampliada en varias etapas constructivas durante todo el Posclásico. También a mediados del siglo XIII se erigió en el poblado de Acatitla, otra pirámide, más pequeña que la de Tenayuca, pero del mismo estilo arquitectónico.
Figura 4. Pirámide de San Bartolo Tenayuca, en Tlalnepantla.
Figura 5. Pirámide de Santa Cecilia Acatitla.
En Azcapotzalco, nos dice Alva Ixtlilxóchitl, el caudillo Acolhua se une en matrimonio con una hija del gran chichimeca Xolotl, la princesa Cuetlaxochitzin, y recibe como dote de ella, a la ciudad de Azcapotzalco, en la que sentarán su corte; a partir de entonces pasará a ser la cabecera del Señorío Tepaneca. De esta unión, nacerá el príncipe heredero, Tezozomoctzin Yacateteltetl Nipeuhqui, quien se unirá a Chalchiuhcozcatzin y ambos gobernarán Azcapotzalco de 1343 a 1427. Es durante el reinado de Acolhuacatzin que llegan y se asientan los mexicas en un islote del lago, perteneciente a Azcapotzalco, donde fundarán la que después sería la gran ciudad de México- Tenochtitlan, hacia 1325. Los recién llegados, sujetos a Azcapotzalco, servirán al señor tepaneca y le ayudarán a conquistar otros poblados y a ampliar su señorío, dominando casi todo el valle de México y más allá, hasta llegar a Atotonilco.
Estos sucesos ocurrirán durante la fase conocida como Azteca II, que va de 1300 a 1430 d. C. representada arqueológicamente por cerámicas domésticas de estilo local de Tenayuca, del tipo Negro sobre Naranja, de las que se distinguen cajetes trípodes, semiesféricos, cazuelas y platos decorados con motivos de líneas negras y diseños geométricos, sobre una base pulida color naranja; así como cazuelas, ollas, comales y jarras color naranja y café.[19]
Al morir el gran Tepaneca Tecutli de Azcapotzalco Tezozomoctzin, a una edad muy avanzada, hacia 1427 aproximadamente, ocurrirá una crisis dinástica que llevara a una lucha entre sus hijos: Quetzal Tlayauhtzin, heredero al trono Tepaneca, y Maxtla, señor de Coyoacan; este último usurpará el poder de manos de su hermano, lo asesinará y cometerá diversas tiranías contra los señoríos sujetos de Texcoco y Tenochtítlan. Como consecuencia, Netzahualcoyotl, heredero al trono Acolhua e Itzcoatl, señor mexica, apoyados por Totoquihuatzin I, señor de Tlacopan, se unirán en guerra contra el nuevo señor tepaneca, hasta vencerlo y con ello, caerán derrotadas la cabecera principal, Azcapotzalco, junto con otras ciudades del Señorío Tepaneca, que será repartido entre los vencedores entre 1428-30.
A partir de entonces, la ciudad de Azcapotzalco pasará a ser un poblado tributario sujeto a la nueva cabecera tepaneca: Tlacopan; en ella se instaurará un mercado para la venta de esclavos y quedara subdividida en dos parcialidades: Azcapotzalco Tepanecapan y Azcapotzalco Mexicapan[20]manteniendo un principio dual, en el cual, se introduce un nuevo linaje dinástico mexica, pero sin desconocer el linaje tepaneca.
Durante este tiempo se desarrollará la tradición cerámica Azteca III, (1400-1500 d. c.) consistente en cerámicas ceremoniales y domésticas de gran calidad, típicas de Tenochtitlan., entre las cuales se reconocen los cajetes, cuencos, cazuelas, jarras y platos decorados con líneas, puntos y motivos geométricos finos del tipo Negro sobre Naranja; así como ollas, cajetes y comales monocromos; cajetes y copas tipo Rojo Tezcoco; copas Naranja Laca; braseros Rojo Pulido, braseros trípodes estucados y sahumadores. [21]
La ciudad de Tenayuca, antigua cabecera chichimeca durante el gobierno de Xolotl y Nopaltzin, perderá su importancia al trasladar Tlotzin el señorío a Tlatzallan Tlallanoztoc, en Coatlinchan, donde permaneció hasta principios del siglo XIV. Con su hijo Quinantzin y su nieto Techotlala, la hegemonía pasara de Coatlinchan a Tetzcoco, que se convertirá a partir de entonces, en la cabecera del señorío Acolhua-chichimeca, hasta los tiempos de Ixtlilxóchitl.[22]
Tenayuca había sido ya en ese entonces conquistada por los tepanecas de Azcapotzalco, dirigidos por Tezozomoctzin, junto con otras regiones como Xaltocan, Coyoacan, Chalco, Amaquemecan y Culhuacan, y poblados como Ocuila, Malinalco y Cuauhnahuac. Poco después también conquistará al señorío acolhua de Tetzcoco, acabando con Ixtlilxochitl y desterrando al príncipe heredero Netzahualcoyotl. Esta situación continuará hasta 1427 -1430, periodo en el cual muere Tezozomoc y sus hijos se enfrentan en una lucha por el trono tepaneca, quedando éste en manos de Maxtla, en cuyo mandato el poderío tepaneca es destruido por una alianza entre los soberanos Izcoatl de México-Tenochtitlan, Netzahualcoyotl, de Tetzcoco apoyados por Totoquihuatzin de Tlacopan[23]
Muchos años pasarán hasta 1521 fecha en la cual, caerá la cabecera del Imperio Mexica, la ciudad de México-Tenochtitlan a manos de Hernán Cortes, y con ella los demás señoríos indígenas del Altiplano.
Conquista y colonia
La época de la Conquista ocurrirá durante la fase Azteca IV, representado por la tradición cerámica típica de Tlatelolco, con cerámicas domésticas y rituales similares a las de la fase anterior del tipo Negro sobre Naranja, pero con motivos de líneas más gruesas con diseños zoomorfos y fitomorfos.[24]
Tras la conquista militar, seguirá la conquista espiritual de todos los habitantes del nuevo mundo, con la llegada a México de varias misiones de frailes que se encargarán de la conversión de la población. En Azcapotzalco, hacia 1528-1529 se establecerán los frailes dominicos, que bajo la guía de fray Lorenzo de la Asunción erigirán sobre los templos del centro ceremonial tepaneca, una primera parroquia y convento dedicados a los Santos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor, que serán remodelados y reedificados en los siguientes siglos XVII y XVIII, siguiendo los lineamientos estilísticos de estas épocas, alcanzando su máximo esplendor con el estilo Barroco.
En Tlalnepantla, son los frailes franciscanos los que fundan en el siglo XVI un primer convento y templo dedicados al Corpus Christi, en un antiguo asentamiento llamado Tlalnepantla "Tierra de en medio", por encontrarse esta entre las fronteras de los poblados nahua de Tenayuca y el Otomi de Teocalhueyacan. Las inscripciones labradas en las puertas y en la sacristía de la parroquia indican los años de 1554-1587 como fechas de inicio y terminación de la construcción.[25]
Durante el Siglo XVI, los frailes iniciarán la evangelización e integración de los pobladores indígenas de Tlalnepantla, en torno a algunas capillas que levantan sobre los antiguos teocallis, como la de San Bartolo Tenayuca, la de Santa Cecilia Acatitla, la de San Andrés Teocalhueyacan, la de San Jerónimo y San Lucas Tepetlacalco y la de Los Santos Reyes Ixtacallan.
Fig. 7. Parroquia de Corpus Christi, en Tlalnepantla.
Durante este periodo, la evidencia material se ve reflejada en los restos arqueológicos del área; desde el Siglo XVI, el Valle de México pasará por una etapa de transición entre las tradiciones cerámicas azteca y europea, también conocida como Azteca V o Epigonal, seguida por una nueva tradición novohispana que abarcará desde finales del siglo XVI hasta el XIX. Este periodo está representado por cerámicas alisadas en café y naranja, como lebrillos, ollas, jarras, cajetes y comales: cerámicas vidriadas en verde y café, como ollas, cazuelas, jarras, platos, molcajetes y candeleros; mayólicas blancas y cremas con motivos en verde, azul, café y naranja; porcelanas Asiáticas y lozas inglesas y españolas. Esta fase abarcará los tres siglos de dominación colonial hispana en México.
Siglo XIX-XX
En 1825, Tlalnepantla es nombrada cabecera de partido dentro de la prefectura de México, junto con Tultitlan, Azcapotzalco, Jilotzingo, Huixquilucan y Nahucalpan; para 1837, al ampliarse el Estado de México, Tlalnepantla quedó integrada al distrito de Cuauhtitlan.
El día 11 de octubre de 1848, se erige el Municipio de Tlalnepantla, por la Legislatura del Estado, y se le llegó a conocer hacia 1861 como Tlalnepantla de Galeana en honor al héroe Insurgente.
El 14 de diciembre de 1866 se destaca el hecho de que el guerrillero Catarino Fragoso ataca y vence al ejército invasor francés en Santa Cecilia Acatitla; y en 1874, cambia su nombre de Galeana por el de Comonfort.
Ya en el siglo XX, la Municipalidad de Tlalnepantla contaba con alrededor de 8 109 habitantes mas 2 231 habitantes instalados en la cabecera. En 1917, con base a la Constitución Política del 5 de febrero, se establecen 119 municipios para el Estado de México, siendo uno de ellos Tlalnepantla de Comonfort.
En 1948, la cabecera municipal asciende al rango de ciudad, el 13 de septiembre, por decreto del gobernador del estado Alfredo del Mazo Vélez y el 23 de diciembre de 1978, se le cambia el nombre de Comonfort por el de Tlalnepantla de Baz, en honor al Dr. Gustavo Baz Prada, por un decreto del C. Jorge Jiménez Cantú, Gobernador del Estado.[26]
Sobre el nombre de Santa Cecilia Acatitlan
El nombre indígena del sitio que estamos investigando es el de Acatitlan, que tiene sus raíces en las voces en nahuatl:
Acatl………………….. caña
Ti …………………….. tener, poseer.
Tlan ………………….. locativo, abundancia.
Así, tenemos que Acatitlan significa "Lugar donde tienen abundancia de cañas", refiriéndose a un tipo de planta nativa de zonas pantanosas.
El dato más antiguo que hace referencia a este lugar, es el de los Anales de Cuauhtitlan, que lo ubica como uno de los sitios por el cual pasó durante su partida al Tlapallan, el gran señor de Tula Quetzalcoatl. [27]
Cuando Quetzalcoatl llego a un sitio que llaman Tlalnepantla, viendo por última vez a lo lejos las ruinas de lo que fuera su esplendorosa ciudad, lloró tan amargamente, que tuvo que apoyarse en una roca para no caer. Sentose luego sobre una gran piedra, donde siguió llorando hasta la hora en que vio volar al último pájaro. Y se decía que las manos de Quetzalcoatl se habían quedado grabados en la roca y que sus lagrimas, como símbolo de dolor de un rey, la habían horadado.[28]
Tras la conquista, se erigió en el lugar donde antiguamente se veneraba a los dioses tutelares del poblado, una capilla dedicada a Santa Cecilia Virgen y Mártir, patrona de los músicos.
Antecedentes de Investigación Arqueológica en Santa Cecilia Acatitla
Son pocos los trabajos de investigación que se han realizado en la zona en la cual se asienta el poblado de Santa Cecilia Acatitla. Siendo los más importantes quizá, los realizados en la pirámide de Tenayuca descubierta por la Dirección de Arqueología que inició los trabajos de investigación entre 1898 y 1925, a cargo de Don Manuel Gamio y Don Ignacio Marquina.
Por estas épocas también se descubrió y excavó hacia 1922, la pirámide de Santa Cecilia Acatitla, construida con el mismo sistema arquitectónico empleado para la de Tenayuca, y para el Templo Mayor de Tlatelolco y Tenochtitlan. Esta construcción sería también intervenida entre 1961-1963 por el arqueólogo Eduardo Pareyón Moreno, quien realizó una reconstrucción de uno de sus templos, para mostrar la forma que estos antiguos edificios tenían en su esplendor.
Las investigaciones mostraron en la zona, una ocupación que se remonta al periodo Formativo, seguida de otra teotihuacana y Coyotlatelco, siendo la más importante, la ocupación chichimeca y mexica del Posclásico, que es la que erigió las construcciones.
Trabajos de recolección de materiales fueron efectuados también en la zona de la Sierra de Guadalupe, por Boas y Gamio, en sitios como Zacatenco, El Arbolillo y Ticomán, para establecer una secuencia cerámica en la Cuenca de México, publicando sus resultados en el Album de Colecciones Arqueológicas" editado hacia 1821.
Entre 1928 y 1930-1935, George Vaillant realiza excavaciones y publica los resultados de sus trabajos en Zacatenco-El Arbolillo, donde localiza evidencias de una antigua aldea del Formativo Medio-Tardío. El sitio de El Arbolillo, se ubica en la actual población de Cuauhtepec, fue descubierto por Boas, Kroeber también analiza cerámicas de este sitio.
Otro sitio descubierto por Boas, fue Zacatenco, ubicado sobre la cota 2,250-2,300 m.[29]
Para 1963, Ratray realiza trabajos de investigación y excavación en el sitio Rancho La Cañada, ubicado a los 2,245 m, cerca de la parte baja del cerro del Tenayo., donde se ubicó una ocupación del Preclásico Superior.[30]
El sitio de Ticomán, descubierto por Boas, y excavado por Vaillant, en 1931, también muestra una ocupación del Preclásico Tardío; se ubica a los 2,250 m, cerca de la colonia Cuauhtepec.
Otro sitio reportado por Ratray, en 1972, es Pueblo Perdido, ubicado cerca de la Colonia Boulevares, en Ciudad Satélite, a los 2,280 m, donde encontró un entierro con cerámicas de la fase Tzacualli, del Preclásico Terminal.[31] Ratray también reporta para este sitio, un complejo de cuartos de la fase Coyotlatelco, cercana a la ocupación Tzacualli; y otros clásicos, de las fases Tlamimilolpa-Xolalpan.[32]
En Pueblo Perdido, Ratray descubre un edificio con un conjunto de cuartos y un templo construido por gente Coyotlatelco, los cuartos presentan drenaje y depósito para el agua, tlecuiles y un patio grande; el templo presentaba escaleras y cubría un área de 50 metros cuadrados.[33]
En 1986, Raúl García, de la D.S.A. del INAH reporta el sitio Viveros de la Loma, ubicado sobre los 2,290 m, sobre la calle Viveros de Asís, donde encuentra materiales de la fase Tlamimilolpa de superficie.
Otro sitio excavado por Ratray, es el Cerro del Tenayo, ubicado a los 2,350 m. donde realiza unos pozos de sondeo en 1966. En este lugar, ubica a la fase Coyotlatelco y los materiales de esta cultura, dentro de la secuencia cronológica del Valle de México, y aborda también el problema de identificar a los fabricantes de este tipo cerámico.[34]
Conclusiones
Como ya vimos, Santa Cecilia Acatitla ha tenido un desarrollo cultural muy importante desde épocas muy tempranas, comenzando en el Preclásico, con asentamientos formativos. Durante el Clásico existe presencia de Teotihuacan en esta zona y tras la caída de la Ciudad de los Dioses, el área continuó siendo habitada por un grupo de cultura Coyotlatelco; al surgir Tula, grupos toltecas ocupan el área, como un centro rural. Finalmente, en el Posclásico, llega a la zona un importarte grupo, el de los chichimecas de Xolotl, quienes se asientan en Tenayuca. En Santa Cecilia, se erige también la construcción que actualmente se observa.
Durante el siglo XVI, tras la conquista, en la zona tendremos la llegada de los frailes franciscanos que erigen la actual capilla de Santa Cecilia Acatitla, donde se evangelizará a los indígenas de la región durante los siguientes siglos XVII, XVIII y XIX.
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Autor:
Arqlgo. Gilberto Pérez Rico
ENAH- INAH
En Santa Cecilia Acatitla,
a 28 de abril del año 2007.
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