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Cuba 1902-1925: De la frustración a la identidad

Enviado por Ramón Guerra Díaz


    Cuba. De la frustración a la identidadMonografias.com

    Cuba. De la frustración a la identidad 1902-1925

    El 20 de mayo de 1902 nacía la tan ansiada República, por la que habían luchado y muerto miles de cubanos a lo largo de tres décadas, nacía deforme, lastradas por el condicionante apéndice de la Enmienda Platt que ataba a la naciente nación a los intereses de los gobernantes de los Estados Unidos. Nacía traicionada por las clases más poderosas, la burguesía criolla arruinada y sometida y la burguesía comercial de origen español, integrista ayer, pro yanqui en el momento de izar la bandera de la estrella solitaria.

    Para los que habían luchado duro por la independencia, quedaba la frustración de ver traicionados los ideales de libertad, democracia e igualdad que habían proclamado José Martí y su Partido Revolucionario Cubano y tener en cambio el drama de una república débil, lastrada y sometida a los intereses de los más poderosos del país y al capital de la oligarquía norteamericana.

    Aquella ficción de República se inicia con la toma de posesión presidencial de un hombre que era ciudadano norteamericano cuando fue electo presidente de Cuba, el mismo que trasformó el Partido Revolucionario Cubano en una organización pragmática de apoyo a la insurrección cubana, pero que lo despojó del papel ideológico y revolucionario con que lo había concebido José Martí, ese era Tomás Estrada Palma, un hombre sin fe en su pueblo, elitista y autoritario que encajó perfectamente en su rol presidenciable.

    El gabinete de Estrada Palma fue conformado con representantes de los grandes latifundistas, banqueros y políticos que hasta la caída del régimen español habían defendido el reformismo. Era un gobierno de la burguesía nacional dependiente y de sus aliados yanquis.

    Llegado al poder Tomás Estrada Palma, el gobierno de los Estados Unidos presiona para hacer cumplir la Enmienda Platt impuesta por ellos, se firman varios acuerdos complementarios como, el Tratado de Reciprocidad Comercial, el Tratado de Arrendamiento para las Estaciones Navales y el Tratado Permanente.

    El Tratado de Reciprocidad Comercial establece un 20 % de rebaja para el azúcar, el café, el tabaco y otros productos cubanos en el mercado norteamericano; en tanto los productos norteamericanos al entrar en Cuba recibían entre un 25 y un 40 % de rebaja. Con ello se estimula la monoproducción en la isla y se impedía el desarrollo de toda industria en el país que no fueran las tradicionales.

    Por el Tratado de Arrendamiento los Estados Unidos pidieron la concesión de dos puertos en la costa norte (Bahía Honda y Nipe) y dos en la costa sur (Guantánamo y Cienfuegos). Finalmente se conformaron con dos, Guantánamo y Bahía Honda e intalándose en la primera a partir de 1903.

    El Tratado Permanente fue el eslabón definitivo para la dependencia de la Isla. A través de él se reafirma la Enmienda Platt y se determinan las "relaciones especiales" entre ambas naciones.

    Las exportaciones de capitales norteamericanos a Cuba crecieron a partir de 1902, dirigidas a los puntos clave de la economía. En 1905 ya había 29 ingenios de propiedad norteamericana, que producían el 21 % del azúcar, principalmente en las provincias de Camagüey y Oriente. En la industria tabacalera controlaban el 90 % y en el sector minero, especialmente en la extracción de hierro, las compañías de Estados Unidos dominaban el 80 % en la provincia de Oriente. En otros sectores de la economía también se manifestó la penetración del capital yanqui: empréstitos, transporte y servicios, entre otros.

    El sistema de dominio que los Estados Unidos habían diseñado para Cuba necesitaba un engranaje político-administrativo a semejanza a los mecanismos democráticos burgueses imperante en el país del norte. Para ello durante la ocupación estimularon la creación de formaciones políticas que en principio tuvieron un fin electoral, pero que en los primeros años del siglo XX se reagruparon alrededor de dos partidos políticos: Liberales y Conservadores.

    "Estos partidos se movieron alrededor de políticos que actuaban a manera de caudillos, en una buena parte procedente del mambisado[1]aun cuando en su seno fueron apareciendo hombres de otras procedencias, como el antiguo Partido Autonomista. Los dirigentes partidistas devinieron en grupos de políticos profesionales que se fueron revelando progresivamente como representantes de los sectores oligárquicos y, en esa misma relación sus componentes comenzaron a ser parte de esa oligarquía."[2]

    Pese a su despliegue de propaganda populista que trataban de identificar a los liberarles con la gente de "a pie" y a los conservadores con los sectores aristocráticos, sus diferencias eran de forma y no de fondo, por lo que constantemente en esta época muchos políticos cambiaban de bando según sus intereses electoreros.

    "Ninguno desarrolló un programa de desarrollo nacional desde el poder. La subordinación a los intereses dominantes internos y externos fue igualmente compartida, y los propósito electorales marcaron la prioridad"[3]

    La gestión de los primeros cuatro años de gobierno de Estrada Palma giró alrededor de una mal entendida "austeridad" que no permitió una rehabilitación del medio rural asolado por la guerra, restringió el nivel de vida de las masas trabajadoras y en un asunto tan delicado como fue la paga al Ejército Libertador se permitió que la especulación escandalosa imperara. Prácticamente no hubo política económica, ni social, en un país que la necesitaba como ninguno ese momento y la obra del gobierno "giró en torno a presupuestos bajos y a la economía de los fondos"[4]

    Esta "buena gestión de gobierno" recibía el visto bueno de los Estados Unidos y de la oligarquía nacional, quienes convencen al presidente de la necesidad de un segundo mandato para continuar con su "buen gobierno". Sus seguidores se dieron a la tarea de preparar su reelección en 1905. Para ese fin en 1904 crearon el Partido Moderado al que afiliaron los antiguos anexionistas y reformistas.

    Se le opone el Partido Liberal, creado en 1905 a partir del disuelto Partido Nacional y en el que se agrupan las fuerzas nacionalistas, rivales del presidente Estrada Palma y que lleva como candidato a José Miguel Gómez, Mayor General del Ejército Libertador, quien polariza la simpatía de los sectores populares, aunque coquetea con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos y de la oligarquía nacional.

    Los partidarios del presidente forman el "gabinete de combate" para garantizar la reelección sabiendo la impopularidad de la misma, situando en el gobierno a figuras fieles a sus intereses y presionan a los empleados públicos para comprometer su voto por la reelección de Estrada Palma. Ante tales desmanes la oposición liberal denuncia al gobierno y el clima político se torna tenso en la medida que se acercan las elecciones. La violencia política se exacerba y alcanza su clímax con el asesinato del periodista y representante liberal Enrique Villuenda, a fines de 1905, lo que provoca el retraimiento liberal en las elecciones y facilita la victoria fraudulenta de los conservadores moderados y la reelección del presidente.

    La reacción de los liberales fue el levantamiento armado en varias zonas del país en agosto de 1906 lo que desestabilizó al gobierno, mientras el presidente cerrado a toda negociación prefirió llegar a una nueva intervención de los Estados Unidos ante que llegar a un entendimiento con sus opositores.

    En septiembre de 1906, William H. Taft, Secretario de Estado del gobierno de Estados Unidos, ocupó el mando de la isla como gobernador provisional, venía acompañado por cinco mil marines que ocuparon La Habana y las principales ciudades de la isla. Tras un breve plazo de gobierno interino, Taft entrega el mando a Charles Magoon, enviado especial del gobierno del presidente Teodoro Roosevelt, quien se hizo cargo del gobierno desde octubre de 1906 hasta enero de 1909. Esta vez el gobierno interventor fue más directo nombró un gabinete con asesores norteamericanos en todas las secretarias al igual que los seis gobernadores provinciales.

    La corrupción más abierta caracterizó al gobierno de Charles Magoon, haciéndose grandes desembolsos de dinero para pagar indemnizaciones a propietarios extranjeros y a la Iglesia Católica, generalizándose la repartición de puestos públicos entre los politiqueros que los cobraban sin trabajar, práctica que el pueblo dio en llamar "botella" en detrimento del tesoro público derochando sin ningún beneficio para las masas populares. El gobierno interventor dilapidó unos cien millones de pesos, producto de la "austeridad forzosa" del presidente Estrada Palma y facilitó el aumento del control económico de Cuba por los monopolios yanquis.

    Magoon apoyado en el poderío militar de su país pacificó al país, corrompiendo a sus políticos a través de los sobornos administrativa y el saqueo del estado, perfeccionando los mecanismos de dominación con la creación de una ley electoral que permitiera el rejuego político de los partidos y las facciones caudillistas, dentro de un "marco de legalidad".

    La lucha caudillista por el poder entre conservadores y liberales, la sínica burla de ver a los elementos ex integristas y ex autonomistas en el poder, con una marcada tendencia a la anexión, provoca el reagrupamiento de los patriotas nacionalistas, alrededor de la figura de José Miguel Gómez, inconsecuente líder populista que capitaliza este sentimiento nacional y fue electo presidente a fines de 1908 y tomó posesión del cargo el 28 de enero de 1909, con el término de la segunda ocupación yanqui.

    Su programa de gobierno prometía, respeto a la constitución, protección al campesinado, a la industria nacional y preocupación por el desarrollo; medidas favorables a la clase obrera, creación de escuelas y bibliotecas para elevar el nivel cultural del pueblo, al cual prometió ocuparse de sus necesidades más perentorias. Durante su gobierno que se extendió hasta 1913 no se preocupó por cumplir ninguna de estas promesas.

    La penetración norteamericana continuó en ascenso, aumentándose la dependencia comercial de Cuba de los Estados Unidos, la compra de tierra por empresas y particulares norteamericanos, la llegada de miles de colonizadores norteamericanos a regiones fértiles y casi vírgenes del archipiélago cubano, incluyendo Isla de Pinos, territorio que los Estados Unidos no reconocían aún como territorio cubano y el endeudamiento del estado por los empréstito pedidos por el gobierno.

    Los Estados Unidos dictaban la línea de gobierno a través de sus embajadores y solo dejaron manos libre a los gobernantes locales para desarrollar una política administrativa bochornosa, caracterizada por el robo del tesoro público, venta de privilegios y toda clase de corrupción en beneficio de los políticos en el poder y sus acólitos. A tal punto llegó la desmoralización en el primer gobierno liberal que el pueblo acuñó una frase célebre que caracterizó a José Miguel Gómez: "Tiburón se baña, pero salpica", aludiendo a su actividades ilícitas desde el gobierno.

    La frustración de los ideales nacionalistas del liberalismo de la época, provoca el desmembramiento de este como fuerza política al separarse dos sectores importantes dentro de estas fuerzas: los negros y los trabajadores.

    Los negros discriminados y marginados se unen en 1908 alrededor de la Agrupación Independiente de Color que pronto se convirtió en Partido de los Independientes de Color, liderados por Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet, dos prestigiosos líderes negros, veteranos de la guerra de independencia y con una fuerte ascendencia entre los sectores populares.

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    Era un partido de negros y mulatos para luchar contra la discriminación racial y contra la desigualdad social que imperaba en la sociedad cubana. Se propusieron además, la implementación efectiva de la enseñanza gratuita y obligatoria, el establecimiento de la jornada de ocho horas, la nacionalización del trabajo, para aminorar la emigración de mano de obra barata, procedente en su mayoría de España, distribución de tierras del estado, la abolición de la pena de muerte, apertura del Servicio Exterior para los ciudadanos negros, entre otras. Eran medidas progresistas que favorecían a todos los desposeídos en la isla, pero el error de la agrupación partidista fue convocar a sus bases por el color de su piel, lo que provocó la división de las masas y fue aprovechado por los sectores oligárquicos que agitaron el miedo a una revolución negra en contra de los blancos, el mismo "peligro negro" que se había esgrimido en la colonia para impedir el avance de independencia.

    Esto le ganó el odio de los partidos tradicionales y de las clases pudientes en el poder que hicieron todo por frenar el justo movimiento de las masas negras y mestizas en el país. Por eso en 1910 aprobaron en el Congreso de la República una ley que prohibía los partidos de raza o de clases[5]Con esta ley se hizo ilegal el Partido de los Independientes de Color y se legaliza la persecución de sus miembros, pero sin oír sus demandas justas y postergadas.

    La prensa de la época jugó un papel importante para manipular a la sociedad cubana contra aquellos valientes y preclaros hombres que ahora luchaban porque se reconociera su Partido y su derecho a pelear por lo que consideraban justo. Se le acusaba de racistas y de querer imponer un poder negro en la isla y se levantó una ola de miedo al negro, junto con los rumores de presuntas violaciones de mujeres blancas por hombres negros y muchas otras noticias infundadas que aislaron al movimiento del resto de la sociedad.

    Presionados por la persecución y la campaña de prensa fueron apareciendo algunos grupos de insurrectos en mayo de 1912 en Pinar del Río, La Habana, Las Villas y Oriente, esta última provincia donde el movimiento era muy fuerte en las zonas de Santiago de Cuba y Guantánamo. Eran grupos que se habían alzado pero no habían realizado acciones de guerra, permanecieron movilizados como una forma de presionar al gobierno al reconocimiento de su Partidos.

    El gobierno de José Miguel Gómez influido por las "fuerzas vivas del país" y la amenaza de una nueva intervención yanqui al país[6]envió contra los alzados en Oriente las fuerzas de la Guardia Rural con el General José de Jesús Monteagudo al frente, acompañado por una fuerza de "voluntarios" muchos de ellos veteranos de la guerra de independencia, instigados por el General retirado Mario García Menocal y Deop quien "propugnaba que los veteranos debían mantener el orden y que se debía proceder con energía"[7]

    En junio de 1912 comenzó el despliegue de las fuerzas del ejército por las zonas rurales de Guantánamo y Santiago de Cuba, principales foco de alzamiento de los independentistas de color, eran grupos mal armados que fueron rodeados y exterminados sin contemplación, con una saña criticada por algunos oficiales participantes en esta sangrienta represión, más de 3 000 muertos incluyendo a los dos líderes del Partido de los Independentista de Color, Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet, a principios de agosto de 1912.

    "Pocas veces se ha reparado en que la causa del movimiento insurreccional, o sea la discriminación racial, era un hecho evidente. Por otra parte también ha sido evidente que la política al uso ha utilizado elementos políticos de la raza negra para darle apariencia democrática a sus programas y actividades, sin que en verdad ello reflejara una sustancial política de igualdad en todas las actividades del país. Finalmente dentro de las condiciones de miseria en que vivía el pueblo de Cuba a principios de la República, la población negra era la que sufría más profundamente sus efectos. Todos estos hechos explican la insurrección aun cuando en ella pudieran haber elementos ambiciosos e intrigas de grupos políticos interesados en producir un trastorno de apariencia racista."[8]

    En enero de 1913 toma posesión de la presidencia de Cuba, el General Mario García Menocal y Deop, candidato del partido Conservador, beneficiado por la impopularidad del liberalismo tras la masacre cometida contra los negros en 1912, aunque él apoyó activamente las medidas represivas en nombre de la "unidad de la nación cubana". Su gobierno se caracterizó por el continuismo de corrupción que había en el país, evidenciado por los 15 millones de pesos repartidos en "botellas", la proliferación de los vicios, falta de atención a las necesidades del pueblo, protección al capital extranjero y represión a todas las protestas sociales que se presentaron.

    Durante los cuatro primeros años de su mandato los empréstitos de la banca norteamericana aumentaron a 45 millones de pesos, sin que esto redundara en el mejoramiento de la situación de las clases populares, se acrecienta la desocupación y el movimiento huelguístico en toda la isla, que solo es amainado por el inicio de la Primera Guerra Mundial y la subida de los precios del azúcar en los mercados internacionales, lo que trae aparejado un aumento de las inversiones yanqui en esta industria y la infraestructura ferroviaria, los servicios eléctricos, telefónicos y las explotaciones mineras, además los bancos norteamericanos aprovecharon la bonanza económica para aumentar su penetración en el mercado cubano. Eran las "Vacas Gordas", período de bonanza para la oligarquía nacional y los capitales de los Estados Unidos.

    En medio de este auge económico el presidente García Menocal va a la reelección apoyado por la oligarquía nacional y el visto bueno del gobierno de los Estados Unidos. Las elecciones fueron turbulentas, marcadas por los consabidos fraudes, manipulación de votos, compra de políticos, etc., lo cual fue impugnado por los liberales de José Miguel Gómez deseoso de volver al productivo negocio del gobierno, acudieron nuevamente a la sublevación partidista en la conocida "Guerrita de Agosto" de 1917 que duró tres meses y terminó con la mediación de Estados Unidos y su apoyo al presidente García Menocal y su reelección.

    El segundo período de gobierno de Mario García Menocal (1917-1921) se inició con la injerencista presencia del enviado del gobierno de Estados Unidos Enoch Crowder quien al frente de una Comisión elaboró un nuevo Código Electoral, aprobado en agosto de 1919, que pretendía impedir los frecuentes fraudes electorales en la política de Cuba. Por lo demás el gobierno menocalista continuó su entreguismo a los intereses norteamericanos que aumentaban cada vez más dadas las coyunturas económicas provocadas por la guerra. En lo administrativo, el despilfarro y la corrupción dejaron al tesoro cubano exhausto, con una deuda pública que en 1920 ascendía a 85 millones de dólares.

    Las zafras cubanas de 1917 y 1918 fueron vendidas a precio fijo al gobierno de Estados Unidos; las del 19 y el 20 fueron vendidas en el mercado mundial por los monopolios yanquis elevándose los precios hasta ¡22,5! centavos la libra en mayo de 1920.

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    La entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial en 1917 y tras ellos Cuba, trae aparejado un período de bonanza económica, por los altos precios del azúcar y las grandes inversiones en ese sector que repercute en la sociedad cubana en un breve pero intenso período de bonanza conocido como la "Danza de los Millones", con su punto más álgido en 1920 pero que terminó con la crisis de posguerra justamente al termino del mandato de García Menocal.

    La "Danza de los Millones" que benefició a las clases dominantes y al capital yanqui con un auge de las grandes construcciones suntuarias, fiestas lujosas y despilfarro enorme, mientras los más humildes no sacaban más que migajas de aquella "abundancia".

    Ese mismo año 1920 comenzaron a caer los precios, que en diciembre tocaban fondo (3 centavos por libras). La crisis sobrevino de manera brutal, trayendo la ruina para muchas familias de la oligarquía nacional, endeudadas a costa de una zafra que se abarataba por momento y con el consiguiente beneficio de sus acreedores, la banca extranjera, en primer lugar la norteamericana. La crisis económica de 1920-1921 afectó el sector económico que estaba en manos nacionales, con los que los monopolios y bancos norteamericanos se adueñaron de una gran parte de la industria azucarera y parte menor a los bancos ingleses. Paralelo a esto acelera la expansión de los latifundios principalmente en las provincias de Oriente y Camagüey., muchos de ellos en manos extranjeras.

    Para garantizar el continuismo conservador, las fuerzas de ese partido aliadas con el ex liberal Alfredo Zayas crean la Liga Nacional que apoyado por el oficialismo en el poder, logran ganar las elecciones de 1921.

    Alfredo Zayas[9]el eterno aspirante a la presidencia, inicia su gobierno en medio de una gran recesión económica y bajo la sombra del procónsul yanqui Enoch H. Crowder quien venía en estos momentos difíciles para el estado cubano a "supervisar" la administración de los fondos públicos y tratar de atajar la gran corrupción que había minado el cuerpo de la República, la intención que podía ser loable responde a la preocupación de los banqueros norteamericanos por el pago de los 85 millones de deuda del estado cubano. Para ello propone e impone la reducción del presupuesto público, el saneamiento de la administración del estado y la negociación de un nuevo empréstito.

    La corrupción administrativa en Cuba era escandalosa, haciendo una sangría al presupuesto de la nación. Sanearlo era una necesidad que le impuso al gobierno de Zayas el de los Estados Unidos, dejando bien claro la dependencia de Cuba de los dictados de esa nación y el carácter neocolonial de aquella "República".

    Resumiendo este duro capítulo de la Historia de Cuba es destacable el espíritu de frustración que permeó todo el quehacer de la sociedad cubana. Los cubanos dignos vivían inquietos por los destinos de la patria y la cultura en sus diversas manifestaciones reflejó este sentimiento.

     

     

    Autor:

    Ramón Guerra Díaz

     

    [1] Combatientes del Ejército Libertador

    [2] “La República (1899-1959)” Francisca López Civeira en “Cuba y su Historia”. Pág. 141. La Habana, 2003

    [3] Ídem: 142

    [4] “La República”. Julio Le Riverend. Pág. 77. La Habana, 1971

    [5] Llamada por el pueblo Ley Morúa, por el legislador que la propone, Martín Morúa Delgado, por cierto uno de los pocos negros que pasó por el Congreso de la República.

    [6] Las fuerzas de los marines destacados en la Base Naval de Guantánamo salieron de la misma para “proteger las propiedades de los norteamericanos”.

    [7] Julio Le Riverend, La República, pág. 125. La Habana, 1971.

    [8] Ídem

    [9] Gobernó de 1921 a 1925