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La cultura popular tradicional, sistema valoral de la identidad


  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Bibliografía

Resumen

La cultura popular tradicional constituye motivo de participación comunitaria, donde emergen valores, tradiciones, memoria histórica, costumbres, que pasan de generación en generación para convertirse en verdadero patrimonio, como conjunto de experiencias tiene una forma de asimilación no académica. Es importante destacar el papel que juega el imaginario popular donde se va ha sedimentar, para ir conformando la memoria histórica en una comunidad, nación o región determinada. La cultura popular tradicional como mecanismo de consecutividad es de suma importancia en la formación, desarrollo y preservación de los valores identitarios. Esta deviene medio, espiritual y material del conocimiento de la historia, la identidad y de reconocimiento de cada individuo o comunidad humana con su cultura. Es por ello que la conservación de las costumbres, hábitos, formas de vida, puede lograrse a partir de una mayor concientización en la comunidad y en los actores sociales que a él se encuentran vinculados, para la auto realización de la comunidad desde la potenciación de la cultura como factor del desarrollo. En este sentido resultan esenciales la enseñanza, promoción y aplicación de acciones para educar a la comunidad en una cultura de amor por mantener sus tradiciones.

Palabras claves. Cultura popular tradicional, identidad cultural, tradiciones y valores.

Desarrollo

En la comunidad primitiva el hombre como miembro de una sociedad creó una serie de conocimientos, creencias, tradiciones, costumbres, estilos de vida, que fueron asumidos por todos sus miembros y trasmitidos de generación en generación a través de un proceso de socialización que compartieron entre sí, para ir conformando así una cultura popular tradicional.

Existen un sin números referencias que datan de varios siglos atrás, respecto a la existencia de la cultura popular tradicional. Según Guanche la aparición del término folklore se establece hacia 1846 por William John, que posteriormente fue sustituido por el de cultura popular tradicional, entendido como la cultura creada y trasmitida de generación en generación, en un constante proceso de cambio (Almazán; 2008: 20-21)

El folklore es producto y patrimonio del pueblo, es el conjunto de bienes culturales que organizados en forma peculiar actúan en un conglomerado social dado. El hecho folclórico puede aparecer en cualquier momento, en cualquier colectividad sea de un nivel económico y cultural superior o uno más pobre.

La cultura popular tradicional, como conjunto de vivencias, tiene una forma de asimilación no académica, puede ser por transmisión oral o por imitación, aunque se realiza de forma escrita espontánea. Es importante destacar el papel que juega el imaginario popular donde se va sedimentar, para ir conformando la memoria histórica en una comunidad, nación o región determinada.

En la acción transmisora de las tradiciones populares prevalece la imitación y la continuidad, lo que constituye una sistematización, en la forma de comportarse, en el lenguaje, adornos, cantos recetas culinarias, medicina popular, costumbres funerarias, tecnologías, arte y cuantos valores tipifican en un momento histórico dado y un contexto determinado.

El pueblo selecciona y valoriza un hecho que cobra vigencia entre todos, determinándose así que la obra de un miembro del colectivo pase a ser obra colectiva de todos en la medida que cada miembro del mismo aporte en su transmisión y continuidad haciéndola tradicional. También es el pueblo el que determina su valor como vivencia cultural, admitiendo y asimilando el contenido que lleva implícito y eliminando otro. (Linares; 2006:77)

Se considera este un hecho cultural que depende del pueblo, es el resultado de la selección y valoración de una obra individual que pasa a ser colectiva en tanto que es asumida por todos y representativa para todo el colectivo, la convierte en tradicional.

En la antigüedad ya se distinguía la cultura popular, a la de los ricos y se realizaban las primeras definiciones de esta. Este sentido de diferenciación cultural entre las clases sociales, alcanza su apogeo en el humanismo que se fragua durante los siglos XVII al XIX, donde el concepto de cultura se basa en la idea de la exquisitez como estrategia de distinción social.

En esta etapa, la nobleza despreciaba a la burguesía a pesar de tener capital, se le consideraba portadora de un nivel inferior, por no poseer los conocimientos culturales necesarios, ni los principios éticos que los nobles poseían. De esta manera se ofrece una posición discriminatoria sobre la cultura popular, colocando unos hechos culturales por encima de otros.

La identidad cultural se va conformando a través de un largo proceso desde la socialización del individuo en edades tempranas donde se inculcan y trasmiten normas, valores, tradiciones, costumbres, mitos, pasando por el transcurso de etapas posteriores donde son asumidos nuevos conceptos y adquiridas nuevas experiencias que pueden o no conformar su identidad, teniendo en cuenta el proceso de formación de la misma, debido a las nuevas realidades que acontecen, así la identidad formará parte de las creaciones individuales o colectivas que se nutrirán de las experiencias comunitarias y formaran parte de la cultura popular tradicional.

Entonces es conveniente tomar las notas del siguiente autor para entender el proceso de formación, preservación y continuidad de las tradiciones culturales populares.

La tradición no es entendida por sus portadores como apropiación de hechos y situaciones que se repiten, sino también, y es lo más importante, como comunicación de sentidos. De aquí la asombrosa capacidad que muestran para mantener en equilibrio lo heredado y la asimilación de elementos nuevos. En los grupos portadores de este proceso tiene lugar de acuerdo con la disposición de la colectividad para incorporar un bien o rechazarlo. Lo funcional es, por tanto, de provecho colectivo y en ello reside un mecanismo importante de preservación y continuidad. (Vergés; 2009:33)

La cultura popular tradicional como mecanismo de consecutividad es de suma importancia en la formación, desarrollo y preservación de los valores identitarios de una región, nación o localidad. Al definirla no se puede pasar por alto los siguientes conceptos entre tantos de los esbozados por investigadores de polifacéticas disciplinas científicas.

Cultura popular tradicional es el acervo de expresiones y manifestaciones de la creación popular, mantenido, recreado y transmitido en un proceso secular, que lo hace tradicional y en el que se emplean vías de transmisión como la palabra y el ejemplo; en síntesis: los rasgos y expresiones culturales que distinguen a un pueblo, pero que, a la vez, presentan las aristas de aquellos elementos que se comparten con otros. (Guanche; 1999: 34).

El siguiente autor considera la cultura tradicional como herencia cultural, donde se modela en las relaciones sociales, jugando un importante papel la educación popular al definirla como:

Tradición, se puede llamar provisional pero deliberadamente, reproducción en acción, pues la tradición ("nuestra herencia cultural") es por definición un proceso de continuidad liberada, y sin embargo, se puede demostrar mediante el análisis que cualquier tradición constituye una selección y reservación de aquellos, que representan, no una continuidad necesaria, sino deseada. En esto se parece a la educación, que supone una selección similar del conocimiento deseado y de los modos deseados de aprendizaje y autoridad. Es importante subrayar, en cada caso, que este "deseo" no es abstracto, sino que está efectivamente definido por las relaciones sociales generales existente.

La educación es un portador y organizador de la tradición altamente efectiva, pero existen también otros procesos sociales no tan abiertamente sistemáticos, mediante los cuales se modela una tradición. En efecto, es característico de la tradición y de una importancia crucial para su ubicación en la cultura, que bajo ciertas condiciones sociales, se pueda generar dentro de la misma sociedad tradiciones diferentes e incluso antagónicas.

Estos casos abarcan desde la reselección operativa de la tradición, que es necesaria para conservar su importancia y su poder en condiciones cambiantes, hasta aquellos casos en los que la definición del proceso como historia requiere, por sus criterios internos, unos tipos de reexaminación y representación que no deben subordinarse a las simples exigencias de la reproducción cultural. (Herrera; 2008: 10)

La cultura popular tradicional, es algo singular y a la vez universal, ya que es memoria que se crea desde lo popular, se mantiene y se proyecta por diferentes vías, ejemplo, a través de la educación popular. Las tradiciones distinguen a un pueblo, se enriquecen de otras culturas: es dialéctica, sujeta a los influjos externos e internos propios de la naturaleza humana.

La cultura popular tradicional, de modo semejante que la identidad, es diferenciación externa y asunción hacia lo interno, existe cuando un grupo humano se autodefine, pero a la vez es necesario que sea reconocido como tal por los demás, y atraviesa distintas etapas; que continuamente se está reproduciendo, situación que le permite desarrollarse y enriquecerse, debilitarse e incluso desaparecer.

La identidad tiene una estructura dialéctica compleja, en ella las formas superiores contienen o reflejan, de alguna manera, las inferiores. La misma parte de elementos simples como los ajuares domésticos, las vestimentas, se manifiesta en la idiosincrasia, las costumbres, tradiciones y el sistema de valores; marca la cultura popular y se expresa teóricamente en el pensamiento social y las creaciones culturales de una comunidad humana.

Para Poggolotti (1995: 88) la identidad es entendida como:

…valor de síntesis en la medida que nos movemos en el terreno de la conciencia, en el cual intervienen, entre otros factores, algo tan importante como la memoria. La memoria no es la historia en su caos objetivo, sino tal como la vivimos; como nos ha sido transmitida por la tradición, entre ellos la tradición oral.

Para los autores Arias; Castro y Sánchez (2006: 37), la identidad:

…es un proceso de formación y transformación, un proceso abierto, inacabado (…) y ese espacio convertido en una pradera dispuesta a recibir todas las lluvias, los vientos y las brisas, las semillas venidas de todas partes, sobre el fundamento de una capacidad de selección que asimila las influencias provechosas y se cierra a lo que pudiera dañarnos.

Las conclusiones de estos autores no dejan de tener valor para el análisis de la problemática de la identidad, en su consecución para la cultura popular tradicional como parte integrante del valor que se refieren. Se consideran sus preceptos y sus criterios sobre la identidad y la cultura popular tradicional como un proceso de formación y transformación inacabada, abierta a las influencias de culturas foráneas, más aun cuando la globalización de la información influye a un ritmo acelerado en la actualidad.

Joel James valora a la Cultura Popular Tradicional como el resultado socialmente entendido de toda acción humana creadora, aceptada con alcance colectivo, sin necesidad de que medien recursos profesionales de expresión, hábitos, costumbres y criterios de apreciación y apropiación de la realidad.

La cultura popular tradicional siempre es presente, y confiere a los hechos del pasado semejante personalidad actual sin esfuerzos de modernización; los asume en el presente con todos los colores del pasado que les puedan ser inherentes, pero con pertinencia de contemporaneidad.

Una referencia de hace cien años se cuenta como de hace cien años, pero con vigencia y con poder aleccionador de hoy. Así pues, la cultura popular tradicional tiene la curiosa propiedad de preservar, de garantizar, la perdurabilidad de los elementos iniciales de sus propios componentes.

La cultura tradicional no conoce el envejecimiento, y esta característica resulta factor de extrema importancia en lo que a sus relaciones con la historia se refiere.

Después de abordar los diferentes referentes teóricos y conceptuales de varios autores internacionales, nacionales y locales que abordan la cultura popular tradicional, se arriba a las siguientes conclusiones:

  • Es producto del devenir histórico. Su nacimiento en la sociedad se remonta a la comunidad primitiva, donde el hombre creó una serie de conocimientos, creencias, tradiciones, costumbres, estilos de vida que fueron asumidas por todos sus miembros.

  • La cultura popular tradicional es entendida como la cultura creada y trasmitida de generación en generación, en un constante proceso de cambio y socialización.

  • El folklore es producto y patrimonio del pueblo, es el conjunto de bienes culturales que organizados en forma peculiar actúan en un conglomerado social dado.

  • El carácter funcional es, por tanto, de provecho colectivo y en ello reside un mecanismo importante de preservación y continuidad.

  • La cultura popular tradicional como mecanismo de consecutividad, es de suma importancia en la formación, desarrollo y preservación de los valores identitarios de una región, nación o localidad.

  • La cultura popular tradicional es el acervo de expresiones y manifestaciones de la creación popular, mantenido, recreado y transmitido en un proceso secular.

  • Entre las vías de transmisión se encuentran procesos como la palabra y el ejemplo.

  • La cultura popular tradicional es algo singular y a la vez universal.

  • Es un proceso de formación y transformación, un proceso abierto, inacabado.

  • Es en la comunidad donde se forman, desarrollan, preservan, se valorizan y desvalorizan las tradiciones culturales.

Por tanto la cultura popular tradicional es todo el acervo acaecido en la comunidad, transmitido de generación en generación, son valores que comparten los individuos, las vivencias, costumbres, los recuerdos familiares y sucesos históricos, las fiestas populares, las costumbres funerarias, la forma de alimentarse, vestirse, conducirse, recrearse, sus celebraciones, manifestaciones religiosas, estilos arquitectónicos, manifestaciones artísticas: música, bailes, refranes, leyendas, pinturas, juegos, toponimia, medicina popular que son compartidos por el pueblo. Es el arte popular que abarca cualquier manifestación artística de forma anónima y que expresa el carácter de su vida en comunidad, donde cada comunidad lo asume y la hace singular para mantenerlo en su imaginario popular como parte de la memoria histórica. Es parte inseparable de la identidad y el patrimonio.

Bibliografía

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  • 20.  Vargas Ana Tania, Revista TEMAS, "Controversia Cultura Popular, identidad y comunidad", Cultura Ideológica Sociedad, No 20-21/ Enero – Junio 2010, Ciudad de La Habana, Cuba.

  • 21.  Vergés Martínez, Orlando: "Rasgos significativos de la Cultura popular tradicional cubana". En revista Del Caribe. No. 27, Santiago de Cuba, 2009

 

 

Autor:

MS.c. Abelardo Álvarez Ávila.[1]

[1] Abelardo Álvarez Ávila. Licenciado en Historia y Ciencias Sociales. MS.c. en Desarrollo Cultural Comunitario. Profesor Auxiliar Universidad Oscar Lucero Moya. Holguín. Cuba. Aspirante en Doctor en Ciencia en Ciencias Sociales.