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Criminología (página 3)


Partes: 1, 2, 3

  • 2) El Biotipo. Las investigaciones hechas en base a la biotipología han llegado a conclusiones imprecisas, por lo tanto aquellos que tienen características temperamentales, creemos que ha hay escasas posibilidades de afirmar que existe estrecha relación entre constitución biotipológicas en inclinación hacia el alcoholismo peor si existe mucha diferencia cuando la estudiamos en forma individual por ejemplo.

  • – El esquizotímico. Hay prevalencia de causas internas según su propia psicología (descontento con el mundo y de la vida, angustia, deseo de huir del mundo, etc.)

    – Los ciclotímicos. En ellos suelen prevalecer las ambientales (imitación, mal ejemplo familiar, etc.)

    • 3) Enfermedades mentales o de otro género. Esto nos demuestra que el alcohol produce efecto mucho más profundos y duraderos en el individuo predispuesto por alguna enfermedad, sobre todo mental, en muchos casos las enfermedades son causas del alcoholismo y no su causa, esto nos conduce de que el alcohólico no deje de beber pese a que sufre penosas consecuencia, como la pérdida de trabajo, del prestigio, tormentos físicos y otras miserias.

    • 4) Deseo de huir de situaciones dolorosas de la vida. Y consiguientemente, de buscar en ciertos medios, como el alcohol y los estupefacientes, un remedio para dolores físicos y psíquicos.

    • 5) Por ansia de mayor felicidad. Por anhelo de placeres nuevos motivos estos que se encuentran no solo en las personas pobres o enfermas, sino que en personas de cultura refinadas y buena posición económica, al individuo que está cansado de la vida y que busca por todas partes la excitación de sensaciones nuevas, por ejemplo en la forma más aberrada en la excitación sexual.

    • 6) Transformación no advertida del bebedor en alcohólico. Sucede a menudo que una pequeña dosis de alcohol concluye por crear un hábito del que luego resulta imposible librarse y que exige siempre más para ser satisfecho, aquí lo único evidente es que uno no llega a saberlo, ni quererlo, al lado de estos factores individuales, existen otras causas prevalentemente externas.

    Factores externos.-

    • 1) La temperatura, sobre todo extremada, tanto el frío como el calor excesivo facilitan la asimilación del alcohol.

    • 2) El ambiente familiar, la imitación tiene carácter más acentuado, en muchos hogares en que los padres son alcohólicos, los hijos también lo sean y no por supuesta transmisión hereditaria sino por fuerza de la imitación.

    • 3) La situación económica, se puede hallar alcohólicos en todas las categorías económicas en número y calidad, los pobres para huir de las amarguras de la miseria a través de la embriaguez, entre los ricos existe un buen porcentaje de alcohólicos por razones ya expuestas.

    • 4) La moda, es otra forma de imitación de base más extendida, esto demuestra como el alcoholismo se va haciendo más común a través de costumbres sociales, está demostrado también que a raíz de la igualdad de los sexos, hubo un aumento desmesurado de éste vicio entre las mujeres.

    Formas de alcoholismo.-

    La división más aceptable, principalmente desde el punto de vista criminológico es la siguiente:

    • a) Embriaguez patológica. Es aquella que conduce, como su nombre lo indica, hasta estados patológicos, se dan inclusive delirios y alucinaciones. En lo criminal, acostumbra manifestarse por graves delitos de violencia sin causas aparente alguna o con causas desproporcionadamente pequeñas.

    • b) Embriaguez alcohólica aguda ordinaria. Es la menos grave de la que se enumera, se produce por ingestión relativamente considerable de alcohol, la que trae por consecuencia no sólo un trastorno en la composición química de la sangre sino también muchos síntomas psíquicos que la hacen semejar a las otras psicosis de origen tóxicos.

    • c) Alcoholismo crónico. Siempre el individuo presenta efecto de alcohol inclusive cuando el individuo no está ebrio, la degeneración personal es más profunda y permanente, y es resultado del uso continuo del alcohol, sus grados son muy variados; van desde sus inicios; cuando las alteraciones personales son apenas notadas en la familia o por los familiares, hasta los estados de demencia en que el manicomio es lugar obligado de internamiento.

    Síntomas del alcoholismo.-

    La ingestión de alcohol se manifiesta, en primer lugar, por las alteraciones producidas en la constitución química y en el funcionamiento del cuerpo. Las primeras dosis operan a modos de excitantes del sistema nervioso. Aumenta el número de pulsaciones cardíacas, se experimenta vasodilatación, aumento en la frecuencia respiratoria, es excitada la actividad funcional del tejido muscular, la secreción urinaria y (un poco menos), la salivar; la temperatura del cuerpo levemente desciende por la dispersión del calor producido por la vasodilatación.

    Las alteraciones químicas se evidencias principalmente en la sangre, que actúa como vehículo en la alteración de diversos tejidos, principalmente en el nervioso. Se nota gran excitación sexual, especialmente en el primer momento de la intoxicación aguda, pero con el progreso de ducha intoxicación puede fácilmente llegar al extremo opuesto, de la impotencia.

    Los nervios sensitivos funcionan cada vez con menos agudeza, especialmente los que atienden la sensibilidad dérmica, queda disminuido los sentidos del equilibrio, del movimiento.

    En cuanto a síntomas corporales y psíquicos encontramos la gastritis de defensa, con dolores de estómago, náuseas, etc., sobrevienen vómitos que son verdaderas tentativas de defensa orgánica, los riñones, con la orina.

    A medida que el alcoholismo se agrava más o sea que alcance como forma de hábito crónico, estas características se agravan más ya se manifiesta desórdenes permanentes en el hígado, alteraciones en el tejido nervioso, atrofia de la corteza cerebral, trastornos en los riñones, órganos sexuales y otros de los sentidos.

    Anormalidades de acuerdo a los tipos de fenómenos psíquicos.-

    • 1º Vida representativa: La intoxicación se traduce en la pérdida de gran parte de la agudeza y precisión de los sentidos con la consecuencia de que se pierde simultáneamente claridad y precisión en los elementos básicos para la vida representativa superior, que son las sensaciones. Las imágenes se deslizan y encadenan velozmente.

    • Ilusiones y alucinaciones. Ambas anormalidades son síntomas de falta de adecuación al mundo real. Las imágenes resultantes son sumamente variadas, desde la muy agradable que se presenta en los primeros momentos de la intoxicación, hasta las terroríficas que se dan durante el delirium tremens. Las alucinaciones son de todos los tipos; visual, auditivo, dérmico y menos frecuentemente gustativo y olfativo.

    Del terror, del miedo, suele pasar a la reacción cuya comprensión también supondrá el estudio de la personalidad anterior del sujeto. En efecto hay individuos que se encierran en sí mismos, aterrados, pero también los hay que tienden a reaccionar violentamente contra la supuesta hostilidad ambiental. En cuanto al deseo de fuga del mundo, el aislamiento, llegando hasta el extremo del suicidio.

    • Delirios: Característica durante el período inicial del hábito, el alcoholismo crónico y la demencia alcohólica. En los primeros delirios generalmente de persecución, es posible que persista, en otros aspectos, la personalidad normal y que el paciente pueda seguir desempeñando su profesión u oficio, hay crisis de mal humor que dura largo tiempo. Desde el punto de vista criminológico, tienen gran relieve, en la intoxicación alcohólica, los delirios de celos que se presentan en la etapa crónica aunque se los puede a veces observar antes.

    El alcohólico, precisamente por el vicio de que es esclavo, causa repugnancia a propios y extraños, incluyendo a su esposa, amante. Esto ocurre a causa de la decadencia moral, de la brutalidad, su desconsideración, la tornan poco atractivo. El alcohol, en un comienzo, tiene acción afrodisíaca; esto significa que el hombre quiere realizar el acto continuamente, estos actos son prolongados porque el alcohol retrasa la eyaculación, por lo que resulta un martirio para la mujer. Luego, entre el instinto exacerbado y la falta de delicadeza moral y de inhibiciones, el alcohólico busca satisfacciones aberradas que repugnan al cónyuge que termina por odiar la intimidad. Esto lo advierte en alcohólico y no tardará en atribuir a la existencia de un amante a causa de la resistencia y falta de interés del cónyuge, esto a lo largo inclusive lo lleva a la clara infidelidad y no siempre sospechado entre personas ajenas al círculo familiar; y es señalado culpable el hijo, padre, hermano, etc. Este delirio lleva a la muerte o lesiones graves en el cónyuge, actos de alteraciones sexuales: sadismo, masoquismo, exhibicionismo, etc. Por otra parte, el coito excesivamente prolongado, puede ser tan doloroso como para llevar hasta el suicidio al cónyuge o al alcohólico.

    • La memoria: Se produce un progresivo debilitamiento de la memoria; se esto produce por falta de buenas percepciones de atención, de comprensión, sobre todo voluntaria, por la debilidad de la voluntad; por la confusión mental que se crea paulatinamente en el alcohólico habitual y en el crónico.

    • Delirium tremens: Es un síndrome de excitación psíquica con desorientación espacial y temporal, violentas alucinaciones (preferentemente visuales y táctiles), temblor corporal que acompaña este trastorno, se da principalmente en individuos de cuatro a más décadas de vida y que se hayan dedicado habitualmente a la bebida. La gravedad criminal no puede aumentar por el hecho de que el ataque de delirium tremens coincide, a veces, con ataques epilépticos.

    • 2º Vida afectiva: Para las dosis pequeñas de alcohol o en las etapas iniciales del alcoholismo crónico, se observa cierta tendencia a la euforia, a la felicidad, pero gradualmente, tal estado va tomándose de optimista en pesimista, apatía por el propio estado. Los enfermos sin faltar a las leyes de la honestidad, se limitan a descuidar los propios deberes, o la limpieza de una persona o las normas de cortesía, descuidan la vida pública y las luchas sociales, los sentimientos de religiosidad. En esta categoría se encuentran muchas pordioseras profesionales, ladrones habituales, madres que prostituyen a las hijas, padres incestuosos.

    • 3º Vida volitiva: Es el debilitamiento de la voluntad, se manifiesta sobre todo en la falta de frenos inhibitorios, esta ausencia de dominio sobre la conducta puede explicarse de la siguiente manera:

    • Falta de dominio del pensamiento sobre los músculos.

    • Por pérdida de la capacidad de valoración, sobretodo ética y estética.

    • Por debilidad de la voluntad propiamente dicha (capacidad de elección y principio de acción)

    Dipsomanía.-

    Es la anormal tendencia de beber, puede presentarse por muchos factores o causas, de los principales es el alcoholismo crónico. Pero la propia dipsomanía puede ser causa de alcoholismo, cuando es síntoma de la existencia de otras enfermedades mentales que agravan el cuadro total. La inclinación a las bebidas puede ser tan pronunciada que, para obtener su satisfacción, el ebrio no se detendrá ante consideraciones de honor, de vergüenza, ni siquiera ante delitos graves: finge, estafa, hurta, roba.

    El alcoholismo y otras enfermedades mentales.-

    La epilepsia no se manifiesta sino en circunstancias extraordinarias, bajo la influencia de emociones intensas. Puede también revelarse en forma de intolerancia o de reacción patológica al alcohol, el exceso del alcohol que provocan accesos convulsivos o crisis psíquicas, además de esto el alcoholismo tiene relación con varias enfermedades mentales, fuera de la epilepsia, ejemplo, la neurosis traumática, en la parálisis progresiva, en los estados de excitación maniática.

    Alcoholismo y la criminalidad.-

    El alcohol por sí solo no ha de considerarse como única causa importante para la ejecución del delito, sobre todo si éste es grave. Existen otras causas en relación con las cuales el alcoholismo es una fuerza más o una mera causa ocasional, por ello a veces sucede que entre los alcohólicos que han injerido la misma cantidad de alcohol, unos delinquen y otros no; esto es porque aquí llega a tallar la personalidad previa de los ebrios, la predisposición individual desempeña un papel importante, inclusive en la condición sine qua non del delito, para evitar confusiones, es preciso tener en cuenta que no siempre el delito y alcoholismo se manifiestan juntos, se puede atribuir aquél a éste ni siquiera como simple causa desencadenante, alcoholismo y delito son efectos de una causa común anterior. En los delitos culposos deriva de la falta de atención, coordinación, memoria, todos estos derivada del uso del alcohol, sobre todo en los delitos de tránsito, de omisión. De todo esto deducimos que el alcoholismo en cuanto a la criminalidad tiene más importancia que cualquier enfermedad mental.

    Consecuencia del consumo del alcohol.-

    Llamaremos criminalidad directa o directamente derivada del uso del alcohol: relación entre el estado alcohólico y el delito es evidente.

    Criminalidad indirecta: resulta del alcoholismo, pero a través de mecanismos más complicados y ocultos, difícil de establecer el nexo causal con el delito.

    Criminalidad por degeneración hereditaria. Como consecuencia del alcoholismo de los antepasados, presumiblemente trasmitido a sus descendientes la criminalidad o alguna anormalidad biológica favorable a la aparición de la criminalidad.

    • Criminalidad directa. En su base está la destrucción de la personalidad normal y su debilitamiento, consecuencia del uso del alcohol en todos los estados de embriaguez. La influencia de esta en la criminalidad es evidente en las llamadas curvas semanales de criminalidad, atribuibles, sobre todo en los delitos por lesiones, la mayor cantidad de alcohol que se consumen en los días feriados y fines de semana.

    • Criminalidad indirecta. Esta especie de criminalidad es más importante que la criminalidad directa, estos efectos indirectos son más serios que los directos, se manifiestan en la incapacidad de mantener a la propia familia y la deteriorización de la vida familiar primera causa indirecta a la delincuencia, empeoramiento del ambiente familiar, mal ejemplo de los padres a jóvenes y niños que están en edad de imitación, la familia es indisciplinada y para restablecerla se recurre a medios brutales, se pierde el respeto por el padre, la madre ebria y peor cuando ambos lo son, los niños salen por las calles parte de sus vidas, lejos del ambiente hogareño, se integra a bandas infanto juveniles y se dedican a pequeños delitos.

    • Criminalidad por degeneración hereditaria. En criminología, se complica, porque no se trata simplemente de establecer la relación alcoholismo-alcoholismo, sino también y quizás más importante, alcoholismo-delincuencia y delincuencia-alcoholismo. Los autores consideran no probada aún la influencia hereditaria del alcoholismo. Lombroso, no solo acepta esta tesis, sino que pretende ilustrarla con ejemplos escogidos a propósito.

    • Delincuencia derivada de la aplicación de erróneas medidas de represión del alcoholismo.

    • Arresto y multa. Las más ineficaces. Sufren los más pobres.

    • Prohibicionismo da lugar más bien a un incremento de la delincuencia.

    EMBRIAGUEZ ALCOHÓLICA

    Trastorno psíquico temporal de carácter tóxico que altera los procesos cognoscitivos y disminuye el control voluntario de los actos.

    CLASIFICACIÓN

    Fortuita. O involuntaria, es la ingestión de una o varias copas de alcohol, pero que para la naturaleza del sujeto es excesiva, razón que cae en embriaguez aguda. Es eximente.

    Culposa. O voluntaria. Ingestión ocasional o habitual sin moderación, pero sin intensión de embriagarse. Es atenuante, si es semiplena.

    Dolosa. O premeditada. Ingestión con intensión de cometer un delito o de obtener un eximente ("actio liberae in causa", CP, 19). No es eximente, en los demás casos es delito culposo.

    Plena. O completa, es el pleno estado de confusión donde el ebrio está privado totalmente de la inteligencia y carente completamente de la voluntad.

    Semiplena. O incompleta. Aún tiene capacidad de querer y comprender aunque no lucidamente.

    Drogadicción y criminalidad

    Estupefacientes.- Definición

    El término "toxicomanía" proviene del griego "toxicon", que significa "veneno", y del latín "mania", que sería algo así como una locura caracterizada por delirio y agitación. Es decir, etimológicamente, la toxicomanía sería una alteración mental que induce al individuo al consumo de un veneno.

    El Comité de Expertos de la Sociedad de las Naciones, en 1957, pronunció que la toxicomanía es un estado de intoxicación periódica o crónica, provocada por el empleo reiterado de ciertas sustancias tóxicas.

    Es digno destacar que se le otorga a las sustancias tóxicomanigenas la calidad del veneno, lo cual es correcto, toda vez que ellas poseen una marcada toxicidad propia (algunos la denominan "poder tóxicomanogeno", amén de la toxicidad derivada del uso prolongado o repetido.

    En el orden clínico, los franceses Antonine y Maurice Porot, definen: la toxicomanía es una apetencia normal y prolongada manifestada por ciertos sujetos hacia sustancias tóxicas cuyos efectos analgésicos, euforísticos o dinámicos han conocido accidentalmente o buscado voluntariamente; apetencia que se ve convertida en hábito tiránico y comporta, casi inevitablemente, un aumento progresivo de la dosis.

    El Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud, dice: "…dependencia respecto a las drogas es el estado que resulta de la absorción de una droga, repetida periódicamente o continuamente".

    Clasificación de los estupefacientes, propuesta en 1928 por Ludwing Levin quién dividió a estas sustancias en cinco grupos.

    • a) Euphorica.- Comprende los venenos sedativos del espíritu, tales como el opio y sus derivados: morfina, heroína, codeína, dionina. Dicho autor incluye en este grupo la cocaína, sobre la cual haremos luego una pequeña consideración.

    • b) Phantástica.- Comprende los venenos alucinatorios de los sentidos: LSD, mescalina (de ciertos cactus alucinógenos), psilocibina (de ciertos hongos alucinatorios) y, aunque ciertos permisionistas opinen lo contrario, la marihuana.

    • c) Inebrantia.- Se incluyen en este grupo los venenos embriagadores, como el alcohol y el éter, debiéndose incluir también los inhalantes, lamentablemente difundidos hoy entre los adolescentes (nafta, ésteres, hidrocarburos aromáticos, etcétera)

    • d) Hipnótica.- Comprende las sustancias narcóticas como los barbitúricos, benzodiacepinas, fenotiacinas, metaqualona, mazindol.

    • e) Exitantias.- Sustancias estimulantes del psiquismo, tales como la cocaína, las anfetaminas y el cath y, en menor grado, la cafeína y el tabaco.

    La drogodependencia y su relación con el delito.-

    La drogodependencia es un agente de incuestionable incidencia en la etiología. Cuando se habla de él es imposible dejar de hacer consideraciones acerca del rol que las drogas cumplen en su génesis y al tratar las toxicomanías no podemos omitir sus aspectos criminológicos.

    Si la criminología, como señala Laplaza, tiene por objeto no sólo ni específicamente el estudio del delito, sino que lo trasciende, ocupándose de la conducta humana peligrosa como fenómeno individual y social, en su descripción, diferenciación, correlaciones y causalidad, surge con claridad que las drogas ostentan un lugar de privilegio dentro de las múltiples y complejas causas criminógenas.

    La bibliografía se incrementa diariamente con aportes que no hacen sino reafirmar lo antes dicho, y la práctica profesional de todos aquellos que de alguna manera están relacionados con el tema lo ratifica.

    Un drogadicto, por el solo hecho de serlo, no debe ser visto como un delincuente, pero no se puede negar que tal condición lo enfrentará con más posibilidad y frecuencia con las conductas peligrosas e ilícitas.

    La acción negativa de la droga relaciona siempre, a quien está de cualquier forma vinculado con ella, con el delito, aunque no llegue a cometerlo.

    Si entendemos, con Grispigni, que "la peligrosidad criminal es la capacidad de una persona para convertirse con probabilidad en autora del delito" el adicto, sin dudas, la tiene. Todos representan una peligrosidad "latente", presta a materializarse ante circunstancias desencadenantes.

    En una de las conclusiones resultantes de los coloquios celebrados en Madrid en 1972, la Real Academia Nacional de Medicina de España, refiriéndose a la dependencia a drogas, expresó que "es una enfermedad social que está afectando especialmente a la juventud en la que causa daños físicos, psíquicos y sociales llevándola a hacer caso omiso de deberes familiares, laborales y morales". Este concepto, que debe ser plenamente compartido, sintetiza la incidencia de la droga en los dos factores del binomio "individuo – mundo circundante", que siempre deben ser analizados al estudiar la etiología del delito.

    No obstante lo expuesto, se leen y escuchan opiniones, no siempre cumplidas a nivel científico y muchas veces evidentemente tendenciosas y especulativas, que restan a determinadas drogas acción criminógena, siendo la marihuana la que por lo general se toma como ejemplo en la controversia.

    No nos debe extrañar esta actitud, ya que algunos inclusive, le adjudican a las drogas toxicomanígenas una "acción positiva atribuyéndole sus efectos negativos a la personalidad de quienes la usan y a la ineficacia de quienes deben ejercer el control del consumo.

    Nosotros consideramos que el toxicómano es siempre proclive a cometer delitos y a ser víctima de ellos y que la droga tiene probada idoneidad para cumplir distintos roles en la criminogénesis. La cárcel es así, junto con el hospital, el manicomio y el cementerio, el epílogo frecuente de la vida de estas desgraciadas personas. Sin embargo, la droga no es todo y debe considerarse un elemento más a tener en cuenta en el estudio criminológico.

    Sus efectos varían en los diferentes individuos y por lo tanto no es posible la generalización. Como en todos los aspectos, también en el que estamos ahora tratando es imprescindible estudiar la personalidad de base del adicto delincuente, que es la que "dará vida" a la droga.

    La historia criminológica debe seguir en estos casos sus lineamientos generales, debiendo prestarse particular atención al examen somatopsíquico del interno y a los estudios complementarios para satisfacer de la mejor manera posible la exigencia expresada en el párrafo precedente.

    Recordemos los principales capítulos con que ha de contar como mínimo, el estudio criminológico:

    • Antecedentes familiares;

    • Relaciones sociales (familiares y extrafamiliares);

    • Instrucción;

    • Vida laboral;

    • Antecedentes policiales y judiciales;

    Delito actual.-

    En este capítulo es aconsejable primero hacer una síntesis del delito de acuerdo a lo referido en el testimonio de sentencia y luego solicitar al procesado que exprese su versión del hecho, debe ser posible por escrito; Aspecto victiminólogo; Examen somatopsíquico: Se complementará con todos los estudios que se consideren necesarios (electroencefalografía, psicodiagnóstico, análisis clínicos, etc.); Información social.

    Con todos estos antecedentes, aportados por los distintos integrantes del equipo criminológico, se elaborarán las conclusiones de la historia criminológica. Ellas son:

    • Diagnóstico de personalidad;

    • Génesis delictiva;

    • Clasificación;

    • Pronóstico;

    Se ha señalado con acierto, refiriéndose al alcohol, "que en el fondo de una botella caben todos los delitos". Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que en el campo de las toxicomanías sucede lo mismo, pero a pesar de las copiosas citas bibliográficas careceremos de un sólido aval estadístico, debiendo señalar que esta falencia no se da sólo en nuestro medio, sino que se advierte en general, como lo destaca Pinatel.

    Los delitos relacionados con las "drogas" pueden distinguirse en:

    • 1) Los que se cometen bajo la influencia de la droga;

    • 2) Los que responden a la "necesidad" de conseguirla, condicionada por la sujeción del individuo a la droga, es decir, por la dependencia;

    • 3) Los previstos en la ley.

    Delitos cometidos bajo la influencia de la droga.-

    Las características modalidades guardan generalmente relación con el efecto que la acción tóxica de la droga produce en el sujeto. Serán actos violentos, cargados de agresividad cuando se esté bajo la influencia de un estimulante, que se traducirán en homicidios, lesiones, desacatos, etc. en muchos casos la presencia de otros componentes, como la ansiedad, el temor, el pánico, etc., dan al delito peculiares características.

    Bajo la acción de los depresores, es poco probable la comisión de delitos violentos, habida cuenta de la incidencia que tiene sobre la volición traducida en una merma de la actividad. Se encuentran aletargados, evadidos de la realidad, y en ese estado de ensoñación nada les importa que sea ajeno al "paraíso" en el que están inmersos; en cambio, los adictos a los opiáceos son muy peligrosos en la abstinencia.

    Los barbitúricos, en su cuadro de intoxicación aguda, pueden generar automatismos que llevan por este mecanismo a la comisión de delitos y también a la propia muerte al seguir ingiriendo la droga automática e inconscientemente hasta llegar a la dosis letal no buscada voluntariamente (falsos suicidas).

    Las perturbaciones perceptivas producidas por los alucinógenos ya sea por sí misma o generando delirios de distinto contenido son frecuentes causas de delito. Desde el conductor alucinado que produce un accidente fatal hasta el que mata ante visiones terroríficas y amenazantes, existe una gama de posibilidades.

    Los estados delirantes motivados por las drogas participan en la psicogénesis delictiva de la misma manera que lo hacen cuando responden a otra etiología.

    Las autoagresiones, que llegan al suicidio, son también frecuentes. La agresividad se dirige entonces hacia el mismo adicto, embargado en el trance generalmente por una gran ansiedad. Mientras un cocainómano, por ejemplo, preso de una alucinación visual enfrenta el "peligro" y no duda en atacarlo, otros "drogados" fugan aterrorizados frente a la amenaza y pueden arrojarse por la ventana.

    Existen casos donde la muerte aparenta a un suicidio. Al sentirse omnipotentes por el efecto del tóxico, no vacilan en colocarse en situaciones inequívocamente suicidas; tal el caso de una adolescente que se detuvo en el medio de una avenida muy transitada con sus brazos en alto con la intención de detener el tráfico que circulaba por ambas direcciones. La morgue judicial fue el lógico destino de la desgraciada niña, y la peritación toxicológica esclareció la real etiología del suceso.

    Delitos por omisión también pueden ser originados por drogas, ya sea por el efecto propio de las depresoras o el "paradójico" de los estimulantes.

    La asociación de drogas y de éstas con el alcohol potencializan el efecto criminógeno, pudiendo llegarse a niveles de extremada peligrosidad en psicópatas, epilépticos, postraumatizados cráneo-encefálicos, etc.

    Merecen especial atención, por la importancia médico-legal y psiquiátrico-forense que tienen, los delitos que pueden ser cometidos durante el efecto flash back, o sea, la reaparición de los síntomas psíquicos, propios de la intoxicación aguda sin participación de la droga hasta varios meses después del último consumo.

    Se produce así una reviviscencia de la situación ocurrida tiempo atrás, con las mismas posibilidades en el campo criminólogo abocado al estudio de la génesis delictiva.

    Sabemos que el organismo sufre las modificaciones específicas que la acción de las drogas le genera y en tal sentido se producen sus efectos, pero éstos pueden ser paradójicos y contrarios a los esperados, eventualidad que debe siempre considerarse para efectuar la correcta valoración de los hechos. Si una persona, por ejemplo, toma anfetaminas próximamente a la iniciación de un viaje, lo hará con el objeto de disminuir la sensación de fatiga y evitar dormirse en la ruta; sin embargo, podrá generar un desastre al perder el control del vehículo, como consecuencia de un resultado opuesto al buscado.

    En los accidentes de circulación es necesario investigar la incidencia etiológica de las drogas. En muchos las modalidades del siniestro y las actitudes incongruentes de los conductores inducen a pensar en la participación tóxica, ratificación que se obtiene mediante las peritaciones pertinentes, debiendo procederse de igual manera con las víctimas, que pudieron serlo por la misma causa.

    Delitos relacionados con la obtención de la droga.-

    El hábito, o sea, la adaptación del organismo a la droga y a la etapa subsiguiente de dependencia, es decir, cuando ya se está sujeto a ella, psíquica o psicofísicamente, hacen que el adicto trate de conseguirla a cualquier precio, sin medir las consecuencias. Cuando es presa del síndrome de abstinencia y padece la dramática sintomatología de la carencia, que puede ser suprimida sólo con la administración de una nueva dosis, el "hambre de droga" –la "necesidad"- lo enfrenta con una dramática situación que debe resolver sin demora, y el delito violento, caracterizado por su impulsividad y agresividad, puede ser la única alternativa para obtenerla.

    Son frecuentes los robos, hurtos, fraudes, estafas, asaltos, falsificación de recetas, malversaciones, calumnias, chantajes, etc. Generalmente, intentan no ejercer violencia contra las personas, pero cuando la situación supera esa posibilidad, se cometen lesiones y homicidios.

    La delincuencia en estas circunstancias puede ser individual o asociada, siendo frecuente que se organicen grupos e integren bandas entre jóvenes adictos para conseguir la droga, ya sea robándola directamente de farmacias y droguerías, o logrando, mediante el delito, dinero para obtenerla, soliendo ser las primeras víctimas familiares y amigos.

    El adicto, inmerso en una degradación física, psíquica y moral, acepta cualquier situación para lograr la droga, que llega a ser su única preocupación, resultando así víctima de delitos. Comete actos que resultan perjudiciales para su propio patrimonio, transformándose en presa fácil y codiciada de traficantes y usureros.

    En oportunidades la sugestionabilidad y la abulia que ostentan, es aprovechada por delincuentes habituales, quienes los instigan a participar en delitos, mientras ellos se mantienen al margen del hecho, a la espera del botín.

    La prostitución también guarda relación con la droga. La mujer adicta no vacila en vender su cuerpo para conseguirla, pero si bien el hecho individual tiene gran importancia criminológica, el uso que de las drogas hacen los tratantes para arrastrar a las mujeres a la prostitución lo es de manera superlativa. El gangsterismo, organizado para tales fines, recurre a las drogas para captar a muchachas, como paso previo a la prostitución, usando diferentes tácticas para alcanzar sus perversos objetivos. Una de ellas es a través de "jóvenes atractivos" que entablan relación con las candidatas y las inician en la droga, proveyéndoles en esta etapa de inducción todas las dosis requeridas. Cuando ya están habituadas y sometidas a la tiránica acción de la droga, se las priva bruscamente de ella aduciendo cualquier motivo, y es entonces cuando los rufianes han ganado la batalla, y las infelices mujeres, con el fin de obtenerla, no vacilan en ejercer la prostitución.

    El empleo de las drogas es uno de los instrumentos que han facilitado el auge del proxenetismo y ha permitido abandonar, en muchos ámbitos, otros medios de sujeción que resultaban de mayor riesgo para los tratantes.

    No obstante lo expuesto, las adictas están imposibilitadas para "trabajar en forma regular y eficiente", llegando a ser rechazadas por los clientes y abandonadas por los mismos que las iniciaron en ambas esclavitudes.

    En forma análoga a lo que sucede con las alcohólicas, muchas llegan a la prostitución por las drogas, y otras tantas han caído en la drogadicción por la prostitución.

    Todos los delitos son posibles, y múltiples las modalidades para obtener la droga; por ello, luchar contra las toxicomanías es hacerlo contra la criminalidad en general.

    Delincuencia asociada

    Importancia de las asociaciones criminales.-

    Esto es evidente, sobre todo hoy cuando las grandes compañías industriales y comerciales legales parecen tener un exacto paralelo en los grupos que se dedican a las actividades delictivas.

    La elección relativamente libre, de las asociaciones a que uno ha de pertenecer: grupo de amigos, clubes, centros de diversión y otras asociaciones, entre ellas las criminales, antisociales. Hay, bandas, especialmente juveniles, dedicadas a que sus miembros hallen facilidades para drogarse o beber alcohol.

    Las asociaciones criminales son principalmente urbanas, aunque no faltan casos rurales, (campesinos que elaboran cocaína). Se ha podido comprobar que la delincuencia asociada en mucho mayor, en número y de gravedad que en las llevadas a cabo por criminales aislados.

    Son relativamente escasas las bandas o sectas integradas exclusivamente por mujeres aunque abundan las constituidas exclusivamente por hombres. Hay mayor número de mujeres en grupos pequeños, como las parejas; eso sucede en el aborto y el infanticidio, la ejecución es frecuente en adolescentes y jóvenes.

    Instintos sociales. La asociación en terrenos legales o ilegales, tiene su fundamento en la psique humana. El hombre posee una serie de instintos cuyo funcionamiento supone la sociedad, como por ejemplo:

    • Instinto genésico.

    • Instinto familiar.

    • Instinto paternal.

    • Instinto dominio y prestigio.

    • Instinto de sumisión.

    • Instinto de lucha.

    Estos instintos desempeñan gran papel en las asociaciones y también en muchos delitos, pero, sin desconocer su importancia, debemos fijarnos en tres de ellos que están en toda asociación:

    • a) La sugestión.

    • b) La simpatía.

    • c) La imitación.

    Las tres implican necesariamente la existencia de por lo menos dos personas, agente y paciente, el copiado y el copiador, el influyente y el influido. En cada caso el resultado del proceso es la asimilación en cierto grado de las asociaciones y estados mentales del paciente, a los del agente.

    Clases de asociaciones criminales. Haciendo la advertencia de que existen tipos intermedios difíciles de encasillar, por un lado, tenemos las asociaciones en las cuales el delito es una obra planeada, en que existe una racional distribución de medios y actividades, que se da en una organización previa a la acción delictiva, similar a otras asociaciones legales.

    Dentro de este grupo se hallan la pareja delincuente, la banda criminal y la secta. Por otro lado, tenemos asociaciones meramente circunstanciales y pasajeras; no existe una planificación cuidadosa ni permanente, sin fines claros a perseguir, se trata de amorfas sin estructuración definida. Dentro de este grupo se halla la muchedumbre delincuente.

    Hay que anotar que existen asociaciones pasajeras como en el caso de amigos que se juntan sólo para comerte determinado delito –un asalto, una violación, etc.- pero que luego se disuelven. Son delitos circunstanciales que hay que distinguir de los cometidos por bandas profesionales.

    La pareja delincuente. La sugestión es la base de la pareja criminal, sea ella de cualquier índole: de dos mujeres, de dos hombres o de hombre y mujer cualquiera sea el motivo que las mueve: amor, odio común, codicia, etc.

    Clasificación. Las parejas pueden ser clasificadas desde dos puntos de vista:

    • a) El sexo de sus componentes (parejas de homosexuales y heterosexuales); y

    • b) El móvil que motiva la asociación (frecuentemente el amor entre hombre y mujer) que resuelven muchas veces en delitos las dificultades de amor.

    Caracteres. Actúa como una unidad; casi siempre, el masculino, activo desempeña la tarea directiva, induce, sugestiona, arrastra al otro; el femenino, pasivo, sugestionada, inducida, arrastrada; el primero planea y el segundo ejecuta.

    Variedades de parejas criminales.

    • La mujer casada que tiene un amante (para eliminar al marido).

    • La pareja infanticida (para provocar aborto), actúan solos, pero en complicidad para eliminar las pruebas del delito.

    • Las parejas suicidas.

    • Las prostitutas y su rufián.

    La Banda criminal. En la organización actual de las empresas industriales y comerciales existe la tendencia a la especialización y también a la integración. Lo mismo sucede en el mundo criminal, donde inclusive se da la lucha contra los competidores. Se han formado así bandas que a veces, cubren sus actividades ilícitas un gran barrio de una ciudad o país. De esta manera, al lado de la pequeña asociación de rateros, existen gigantes del crimen, cuyas entradas se computan en millones.

    El pequeño ladrón o ratero; también necesita de una sociedad para delinquir, necesita de cómplices que lo ayude aunque sea como vigías, encubridor, receptor de objetos robados (reducidor)

    Las bandas pueden ser clasificadas, en cuanto a su organización interna y los medios usados en dos tipos:

    • a) Militar: piratas, salteadores de tierra, etc.; forman el bandolerismo propiamente dicho, en cantidades limitadas.

    • b) Civil, se desarrollan como las mercantiles, sin uso de violencia, sino más bien del fraude, compra de influencias, etc.

    La secta criminal. Lo que caracteriza fundamentalmente a la secta criminal,, en cuento grupo social, es la admisión de un código de conducta que, de ser llevado a la práctica, coloca a sus miembros ipso facto en la ilegalidad. Se notan inmediatamente sus fines criminales. El sectario obra en virtud de ideales que él considera superiores, tan superiores que por ellos pueden atacarse la moral y la legalidad vigente, el castigo, inclusive, no es siempre evitado, sino buscado, y se convierte fácilmente a los ojos del delincuente en un medio de dar testimonio de la profundidad de sus creencias y de hacer resaltar las injusticias reinantes. Está convencido de su ideal y busca su ideal sin pararse en medio sin en riesgos.

    El elemento moral se centra en una ideología, sea ella ética, religiosa, política, social, etc. la prédica constante del código respectivo es la que crea las condiciones requeridas para que la sugestión criminal halle fácil camino.

    Surgen asociaciones para combatir los delitos cometidos por los miembros de un extremismo. Otros se asocian para imponer justicia estricta a los delincuentes comunes, no castigados, "escuadrones de la muerte". La traición y la simple debilidad, son consideradas faltas graves por los mecanismos de la secta.

    La muchedumbre delincuente. Para la muchedumbre no basta, en efecto, que exista una multitud de personas; es preciso que entre ellas surjan ciertos lazos comunes, lo que se ha denominado alma colectiva, que piense, sienta, y, por consiguiente, tome una actitud común frente al tema de que se trate, que surja una cierta organización, sin duda no tan bien estructurada ni tan duradera como las otros tipos de asociaciones, sus miembros integrantes hacen discursos, son incitadores, y frenadores que desempeñan, a veces por solo breves minutos y mediante dos gritos, el papel de jefes; las así formadas pueden ser heterogéneas y homogéneas, es decir formadas por elementos más o menos similares o por otros diversos. Por ejemplo: manifestación callejera de estudiantes varones (homogénea), lo mismo que un parlamento o una reunión internacional de sabios; en cambio, la muchedumbre que ahorcó a los mayores Eguino Escobar puede ser considerados heterogénea (niños, adultos, cultos, viejos, artesanos, analfabetos, mujeres, obreros, etc.)

    Queda establecido el hecho de que el hombre en la muchedumbre, realiza actos que no realizaría solo. Las razones que se san para ello son las siguientes, según Le Bon.

    • 1- El individuo que integra una muchedumbre adquiere por ello mismo un sentimiento de poder incontenible que anula todos los complejos de miedo o timidez que cada uno experimentaría si obrara solo.

    • 2-  En la muchedumbre existe una especie de contagio que constituye una fuerza tan poderosa como para empujar al individuo a cometer toda clase de extremos. De ahí que un valiente, a la cabeza de la muchedumbre, arrastre al heroísmo a los demás; y que un criminal, impulse a los más atroces delitos.

    • 3- El poder crítico queda anulado o poco menos. En las muchedumbres se observa la tendencia a transformar inmediatamente lo sugerido en acto.

     

     

    Autor:

    Lic. Gustavo Juan Proleón Ponce

     

    Partes: 1, 2, 3
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