- Resumen
- Medidas de nivel organizacional o medidas globales
- La Q de Tobin
- Cálculo del Valor Intangible (VCI)
- Medidas de de nivel operacional o de componente por componente
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
El Capital Intelectual es un tema que cada vez interesa y ocupa más a todo tipo de organizaciones. La utilización de una medida o método para la medición del Capital Intelectual se convierte en una herramienta de gestión de mucho valor pues permite captar aquellos elementos que están contribuyendo significativamente a la creación de beneficios y en muchos casos a la formación de ventajas competitivas.
Con este artículo se pretende mostrar una recopilación de los principales esfuerzos realizados en la búsqueda de métodos y herramientas que permitan medir, reportar y administrar el Capital Intelectual, así como algunos de sus beneficios y limitaciones; semejanzas y diferencias. A pesar que cada método se desarrolla a partir de una experiencia particular de determinada organización se pueden agrupar en dos enfoques que intentan dar solución al mismo problema: 1) utilización de medidas de nivel organizacional o medidas globales y 2) utilización de medidas de nivel operacional o medidas de componente por componente. Medidas que en modo alguno son excluyentes y que pueden constituir la guía para que su organización implante la medición del Capital Intelectual.
Palabras claves: medidas, modelos, Capital Intelectual.
En la última década han emergido diversos enfoques gerenciales con el propósito de ofrecer, a los gestores de las organizaciones, herramientas de gestión alternativas para enfrentar el dinámico e imprevisible entorno en el que las empresas luchan por ocupar una posición competitiva. Entre los de mayor desarrollo podrían mencionarse el Benchmarking, el Cuadro de Mando Integral, la Gestión del Conocimiento, el Capital Intelectual, Aprendizaje Organizacional, Reingeniería, JIT, Calidad Total, Kaizen, entre otras. Como plantea Jofré (2000) "estos enfoques no salen de laboratorios, sino de la práctica. Son las organizaciones de más éxito en el mundo las que buscan, por medio de ellos, innovar y lograr ventajas competitivas. Por eso los gerentes las tratan de adoptar no porque sea un ejercicio académico", al cuestionamiento si son modas, responde que sí y sugiere: "los enfoques son una moda que usted debe analizar a profundidad para saber si le conviene adoptarla o no y cuándo" y a su vez se pregunta "¿acaso la administración no ha sido durante todo este siglo una sucesión de modas". Con el devenir de la Sociedad del Conocimiento y el desarrollo acelerado y continuo de las tecnologías y las comunicaciones, la medición del Capital Intelectual[1]constituye uno de los enfoques que ha despertado gran interés tanto en la comunidad empresarial como en la académica y científica.
Actualmente, parece aceptarse con carácter general que, desde finales del siglo XX, la economía presenta unas características que difieren significativamente de la economía industrial. Además se ha producido un consenso en considerar que la característica más importante de está nueva situación económica es el papel fundamental que juegan los intangibles como fuente de creación de valor en las empresas. Casos como el de Philip Morris[2]son cada día más frecuentes, en 1988 adquirió a Kraft en 12 900 millones de dólares, cuando los contables terminaron de hacer sus balances, resultó que Philip Morris había adquirido 1300 millones de dólares en bienes de capital: fábricas, propiedades, existencias (como las de queso Velveta), etc. El resto, los intangibles o fondo de comercio como lo considerarían los profesionales, alcanzaba los 11 600 millones de dólares.
La medición del Capital Intelectual surge como respuesta al aumento de la percepción de que otros factores diferentes a los que tradicionalmente se reflejaban en los estados contables desempeñaban reales ventajas competitivas para las organizaciones, muchos de estos desconocidos factores se reconocen bajo el título de fondo de comercio o plusvalía (goodwill) en la contabilidad tradicional, salvando la diferencia entre valor contable y valor de mercado. Con el correr del tiempo, esta diferencia se hace cada vez mayor como consecuencia del incremento del papel de los intangibles, por lo que echarlos en un mismo "saco" bajo la denominación de fondo de comercio es intentar evadir el evidente reto que se está imponiendo a la ciencia contable, por ello el objetivo de la medición del Capital Intelectual se dirige a detectar y gestionar los valores ocultos en dicha diferencia.
A pesar de la creciente importancia de los intangibles como fuente de ventajas competitivas, la información que sobre ellos se tiene en el seno de la empresa o se difunde al exterior es escasa. Esto se debe, en gran medida, a los restrictivos requisitos establecidos por las normas de contabilidad, vigente en la mayor parte de los países del mundo. Como consecuencia los estados financieros tienen cada vez menos capacidad para reflejar adecuadamente la situación financiera de las empresas, ya que la información elaborada y suministrada por las organizaciones, está basada, en las tradicionales inversiones tangibles en activos fijos cuando, cada vez más, la creación de valor se apoya en las inversiones en intangibles.
Ante tal situación surge la problemática de la medición, cuestión de gran complejidad dada la propia naturaleza intangible de los elementos que componen el Capital Intelectual. En la búsqueda de una solución los investigadores han desarrollado diversos métodos, el propósito de este trabajo es presentar una recopilación de los más difundidos en la literatura sobre el tema destacando algunas de sus ventajas y limitaciones, para ello se agruparán en las categorías propuestas por Luthy[3]
Medidas de nivel organizacional[4]este tipo de medidas persigue encontrar un valor único, global y en términos financieros, del Capital Intelectual, el cual debe captar el efecto sinérgico de los elementos del Capital Intelectual a nivel organizacional, proporcionando una medida rápida y global de progreso y valor.
Medidas de de nivel operacional o de componente por componente: dentro de este grupo se incluyen aquellas propuestas que se basan en la identificación de elementos o componentes de Capital Intelectual y de indicadores específicos para cada uno, lo que permite ubicar cada medida en los diferentes niveles operacionales teniendo en cuenta que cada uno tiene diferente relevancia y utilidad en los diferentes niveles de al organización, así como en el proceso de toma de decisiones.
Medidas de nivel organizacional o medidas globales
Razón entre el valor de mercado y el valor contable
Según Stewart, 1997, la medida más sencilla, y en modo alguno la peor del Capital Intelectual, es la diferencia entre el valor de mercado y el valor en libros de la empresa. Es un método veloz, sencillo y razonable.
Limitaciones de la razón valor de mercado/valor contable
Sin embargo (Mantilla, 2000) la simple sustracción del valor en libros al valor de mercado tiende a ignorar los factores exógenos que pueden influenciar el valor de mercado tal como la desregularización, condiciones de suministro, nerviosismo general del mercado, así como otros tipos de información que determinan las percepciones de los inversionistas sobre el potencial de generación de ingresos de la empresa, tal como son las políticas industriales en mercados extranjeros, las influencias de los medios de comunicación y políticas, los rumores, etc.
Por su parte (Vázquez y Bongianino), 1999 coincide en que esta razón tiene tres problemas: Primero, el mercado de valores es volátil y se ve afectado, a veces con mucha fuerza por factores que la empresa no controla. Por ejemplo, si la Reserva Federal norteamericana eleva las tasas de interés y la cotización de las acciones de Microsoft cae un 5% ¿significa que el Capital Intelectual de la empresa a perdido valor? ¿ o significa esto que toda la diferencia era Capital Intelectual?.
Segundo, existen indicios de que en general se minimiza deliberadamente el valor contable y de mercado de las empresas. Para alentar la inversión en equipos nuevos, la agencia recaudadora de impuestos norteamericana permite a las empresas que deprecien sus bienes más allá de su verdadera velocidad de desgaste; las firmas pueden, dentro de ciertos límites, jugar con los métodos de depreciación para mostrar ganancias superiores o inferiores a las reales.
Tercero, si bien suena decir que tal o más cual empresa tienen un X millones en bienes intangibles, ¿qué puede hacer el directivo o el inversor para aprovechar esa información?. Este dato no informa en que elementos está distribuido ese valor y por tanto, no nos ofrece la información que permita su gestión.
Beneficios de la razón valor de mercado/valor contable
Según (Mantilla, 2000), no es inútil del todo esta razón, pues unido a otras herramientas este resultado se puede utilizar para compararse con sus competidores y seguir su evolución, si se supone que los factores exógenos antes mencionados, como las tasas de interés y las alzas y las bajas de los índices bursátiles afectan a todas las empresas de una misma rama de actividad de manera que la caída de la razón entre el valor de mercado y el valor contable, en el tiempo y comparada con la competencia, puede proporcionar una señal de alerta para directivos e inversores.
La Q de Tobin
La Q de Tobin es una relación elaborada por James Tobin, ganador del Premio Nobel de Economía. Tobin la creó como medio para predecir las decisiones de inversión de las empresas independientemente de factores macroeconómicos tales como las tasas de interés. Este método compara el valor de mercado de un bien con su valor de reposición. Si el valor es menor que el de mercado, entonces tiene un retorno sobre la inversión superior al normal.
Si q es menor que 1, es decir si un bien vale menos que su costo de reposición, es improbable que la empresa compre más bienes de ese tipo; en cambio, es mayor la probabilidad de que la empresa invierta si los bienes similares valen más que su costo de reposición.
Aunque la Q Tobin, originalmente no se refería al Capital Intelectual, constituye una buena medida de este. Cuando q es muy alta (por ejemplo, 2; un bien vale el doble de su costo de reposición) la empresa obtiene beneficios sumamente altos sobre esa clase de bienes. En este sentido, dice Tobin, q es una medida de aquello que los economistas llaman "renta monopólica", es decir, la capacidad de una empresa para obtener ganancias por encima de lo esperado porque tiene algo que no posee nadie más. No es una mala definición del poder manifiesto del Capital Intelectual: una empresa y sus competidores tienen un capital fijo similar, pero una de ellas posee algo singular y propio (sistemas, empleados, clientes) que le permite obtener mejores resultados que las demás.
Se puede calcular la q de Tobin de un bien particular, un camión, un inmueble, o de toda una empresa: el valor de mercado dividido por el coste de reposición del capital fijo.
Limitaciones de la "Q" de Tobin.
Sin embargo (Mantilla, 2000), la q de Tobin está sujeta a las mismas variables exógenas que influyen en el precio de mercado tal y como sucede con el método mercado/libros.
Beneficios de la "Q" de Tobin.
Al emplear la q de Tobin en lugar de la razón entre los valores de mercado y contable se neutraliza el efecto de las distintas políticas de depreciación. Como sucede con la razón entre valores, la q de Tobin es más efectiva cuando se utiliza para comparar empresas similares en un período de tiempo según plantea Stewart.
Estos dos métodos son más factibles para hacer comparaciones dentro de la misma industria, sirviendo los mismos mercados y teniendo tipos similares de activos tangibles. Además son útiles para seguir su evolución a través de los años.
Cálculo del Valor Intangible (VCI)
Un estudio de Evanston Business Investement Corp., Illinois, llamado NCI Research, afiliado al Kellog School of Business de la Universidad de Northwestern, con un proyecto liderado por su directivo, Thomas Parkinson ha encontrado una manera elegante de asignar un valor monetario a los intangibles.
El grupo Parkinson postuló que "el valor de mercado de una empresa refleja no sólo sus bienes físicos tangibles sino también un componente que se puede atribuir a los bienes intangibles". Para hallar los bienes que crean ese valor adicional, el grupo adaptó el método que se emplea para medir el valor de la marca: las marcas confieren beneficios económicos que otorgan a sus propietarios una mayor rentabilidad de capital que los competidores que no poseen la marca. El cálculo de esa diferencia permite deducir el valor de la marca. Aplicando este criterio a la empresa: el valor de los bienes intangibles es igual a la capacidad de una empresa de superar al competidor medio que posee bienes tangibles similares. El procedimiento es el siguiente, utilizando como ejemplo a Merck & Co.
1. Calcular el promedio de ganancias antes del pago de impuestos durante tres años. Para Merck: 3. 694 millones de dólares.
2. Buscar en el balance el valor de los bienes tangibles promedio a fin de año durante tres años: 12. 953 millones.
3. Dividir las ganancias (1) entre los bienes (2) para obtener la rentabilidad sobre activos: 29%.
4. Averiguar el ROA promedio del sector en los mismos tres años. ( Si el ROA de una empresa es inferior al promedio del sector, el método es inaplicable).
5. Calcular la "rentabilidad excedente". Multiplicar el ROA promedio del sector (10 %) por los bienes tangibles de la empresa (12.953 millones). Así se obtiene cuanto gana la empresa promedio sobre esa cantidad de activos tangibles. Restar la cifra de las ganancias de la empresa antes del pago de impuestos (1). El excedente de la empresa, (en este caso de Merck es 2.390 millones), y es la diferencia entre lo que gana la empresa sobre sus activos y lo que gana la empresa promedio del sector.
6. Pagar los impuestos. Calcular la tasa de impuestos a las ganancias promedio de tres años, y multiplicar por la rentabilidad excedente. Restar este resultado a al rentabilidad excedente para obtener la cifra después del pago de los impuestos. Y este resultado es la prima que se puede atribuir a los intangibles. (Para Merck, con una tasa impositiva promedio del 31%, es 1. 650 millones)
7. Calcular el valor neto actual de la prima. Para ello dividir la prima por un porcentaje apropiado, por ejemplo e coste de capital de la empresa. (En el caso de Merck, si se usara el 15%, sería 11. 000 millones). Y este sería el (VCI), el Valor Calculado Intangible.
Este valor no es el valor de mercado. Generalmente el valor de mercado es más alto, en parte porque refleja lo que le costaría a un comprador crear esos bienes desde cero.
El VCI es una medida, dice NCI, de la "capacidad de una empresa para usar sus activos intangibles para superar a sus competidores del ramo"
Beneficios del Cálculo del Valor Intangible (VCI)
El VCI le servirá al manager, por ejemplo, como herramienta para realizar comparaciones; uno de los aspectos más útiles del VCI es que permite comparar empresas que utilizan datos financieros verificados También permite comparar divisiones o subsidiarias de una misma empresa, siempre que se dediquen a la mima rama de actividad.
Un VCI débil o descendente puede ser un aviso para la empresa para que potencie el valor de sus intangibles.
Un VCI en ascenso puede ayudar a detectar que una empresa o división genera al capacidad para crear movimientos de flujos futuros de efectivos, acaso antes que lo advierta el mercado o el comité de presupuesto.
Limitaciones del Cálculo del Valor Intangible (VCI)
Si bien (Mantilla, 2000), el VCI, ofrece el potencial de hacer comparaciones inter-intra industriales sobre la base de resultados financieros auditados, permanecen diversos problemas. Primero, el uso del ROA promedio de la industria como base para determinar el exceso de retornos. Por naturaleza, los valores promedios experimentan problemas externos y podrían derivar en ROA excesivamente alto o bajo. Segundo, el costo de capital de la compañía dictaminará el valor presente neto de los activos intangibles. Sin embargo, en orden a que el VCI sea comparable con y dentro de la industria, se debe usar promedio industrial del costo de capital como carta de poder para la tasa de descuento en el cálculo de valor presente neto. Y una vez más surge aquí el problema de los promedios.
Por otra parte, su efectividad solo resultaría entre empresas de igual sector, tamaño, y bienes tangibles similares.
Valor Económico Agregado (EVA) (Stewart,1997; Mantilla, 2000)
EVA (Economic Valued Added) , Valor Económico Agregado, fue desarrollado por Stern Stewart. Es una medida de desempeño financiero que combina el concepto familiar de ingreso residual con los principios de las finanzas corporativas modernas, específicamente que todo capital tiene un costo y que las ganancias más que el costo de capital, crean valor para los accionistas.
EVA es la utilidad operacional neta después de impuestos – NOPAT- menos un gasto de capital. Si la rentabilidad/retorno sobre el capital de una compañía excede sus costos de capital, está creando verdadero valor para el accionista. Las compañías que de manera consistente generan altos EVAs son las que se desempeñan mejor y son valoradas altamente por los accionistas.
Limitaciones de EVA
No es exactamente una medida de Capital Intelectual, está es una medida utilizada externamente para clasificar las compañías, aunque se pueden usar para administrar mejor pero su efectividad es sólo para los fines para los que fue diseñada.
Medidas de de nivel operacional o de componente por componente
En la búsqueda métodos que contribuyan a realizar con éxito la medición de gestión del Capital Intelectual se han realizado en los últimos años numerosos esfuerzos, aunque con éxito relativo, emergiendo diferentes modelos que intentan reflejar las dimensiones y componentes a partir de las cuales se podría medir, administrar y reportar el Capital Intelectual de la empresa, a continuación se muestra una cronología de los más representativos, así como una breve descripción de los mismos.
Tabla # 1: Cronología de los principales modelos de Capital Intelectual[5]
Fuente: Elaboración propia
Balanced Business Scorecard (Kaplan y Norton, 1990-1996):
El modelo consiste en un sistema de indicadores financieros y no financieros que tienen como objetivo medir los resultados de la organización integrándolos en un esquema que permite analizar la interdependencia entre sus elementos, así como la coherencia con la estrategia y visión de la organización.
Mantiene un mayor énfasis en los indicadores financieros.
Navegador de Skandia (Edvisson y Malone, 1992-1996):
El Navegador muestra la relación entre los activos ocultos de la organización y las variables financieras, considerando las dimensiones pasado, presente y futuro. Brinda una información que contribuye al complemento de los estados contables tradicionales a través de una serie de indicadores cualitativos y cuantitativos. Describe la creación de valor y el desarrollo estratégico del a organización y supone un beneficio para la explicación de la gestión tanto interna como externamente. Estos autores proponen la siguiente ecuación[6]para el cálculo del Capital Intelectual en términos monetarios: Capital Intelectual = C * i
La ecuación se basa en el supuesto de que la inversión para el futuro es la clave del éxito empresarial a largo plazo, es decir, la determinación de las inversiones efectuadas con capacidad para obtener beneficios (C) constituye el primer elemento y en segundo lugar una cifra que ponga de manifiesto la eficiencia actual en el uso de dichas inversiones (i) en la creación de riqueza, incremento de la productividad y valoración de los clientes.
C (variable absoluta): representa las inversiones realizadas para mejorar la competitividad de la empresa y su capacidad para obtener beneficios futuros, por ejemplo: inversión en tecnología de la información, inversión en formación de los empleados, inversión en comunicación con clientes, etc.
i (variable eficiencia): es el auténtico detector de la ecuación Ci. Así como la variable absoluta subraya el compromiso de la empresa con el futuro, la variable de eficiencia (i) relaciona dichas inversiones con su comportamiento actual. Para el cálculo de i se opera con la media de los porcentajes de índices de eficiencia, por ejemplo: cuota de mercado; índice de satisfacción de clientes, índice de motivación de empleados; índice de horas de formación, etc. Para la determinación del coeficiente de eficiencia Edvinsson y Malone se basan en el promedio de los mencionados índices:
i= n/x
n: suma de los valores decimales de los índices de eficiencia
x: número de índices
Technology Broker (Annie Brooking, 1996):
Parte del mismo concepto que el modelo de Skandia: el valor de mercado de las empresas es la suma de los activos tangibles y el Capital Intelectual. El modelo no llega a la definición de indicadores cuantitativos, sino que se basa en la revisión de un listado de cuestiones cualitativas. Brooking aborda la necesidad del desarrollo de una metodología para auditar la información relacionada con el Capital Intelectual.
Canadian Imperial Bank (Hubert Saint-Onge, 1996):
Este modelo ha sido aplicado en el Canadian Imperial Bank. Su modelo se basa fundamentalmente en la idea de que, comprendiendo el conocimiento tácito, la empresa puede encontrar formas de forjar una cohesión interna dinámica. Evidencia la relación entre la generación del Capital Conocimiento, su medición y el aprendizaje organizacional. No propone indicadores.
Universidad de West Notario (Nick Bontis, 1996):
Trata la relación causa-efecto del Capital Intelectual y los resultados empresariales. Considera el bloque de Capital Humano como el factor explicativo. No propone indicadores, enfocándose al análisis de las relaciones.
Intellectual Assets Monitor (Sveiby, 1997):
Surge a partir del Reporte Konrad, 1986 del propio Sveiby, el cual buscaba informar sobre el valor de los recursos humanos, integrándole posteriormente las competencias de las personas, la estructura interna y externa, como bloques que incrementan el valor organizacional e identificando indicadores financieros y no financieros a partir de estos. Realiza una propuesta de presentación del Capital Intelectual como complemento a los estados financieros mediante el Balance de Activos Intangibles o Balance Invisible.
Intelec (Euroforum Escorial; Bueno et al,1998):
El modelo responde a un proceso de identificación, selección, estructuración y medición de activos hasta ahora no evaluados estableciendo bloques, elementos e indicadores de carácter no financieros. Pretende acercarse a determinar el valor real de una organización, así como informar sobre la capacidad de la organización de generar resultados sostenibles, mejoras constantes y crecimiento a largo plazo. Ha realizado aplicaciones pilotos en empresas como Finanzia del grupo BBV, en TSAI del grupo Telefónica, entre otras.
Modelo de Dirección Estratégica por Competencias (Bueno, 1998):
Evidencia la relación del Capital Intelectual y la Dirección Estratégica por Competencias explicando cada uno de sus componentes como el conjunto de competencias básicas distintivas de origen tecnológico, organizativo y de carácter personal. Define bloques pero no propone indicadores. Plantea la ecuación:
CI = CH + CO + CT + CR
Drogonetti y Roos, 1998:
Estudian la aplicación del concepto de Capital Intelectual a un programa intergubernamental, el Business Network Programme, implementado en Australia por AusIndustry. El modelo propone indicadores financieros y no financieros, añade la información sobre el flujo de Capital Intelectual a la de stock, lo cual no es un juego de suma cero. Añadiéndole la complejidad para medir los flujos. Destaca la relevancia del Capital Intelectual cuando plantea: "Un sistema de Capital Intelectual, crea Capital Intelectual".
Dow Chemical, 1998:
Preocupados por la necesidad de gestión de sus activos intangibles (más que por la información a terceros sobre su valor) esta empresa desarrolla una metodología para la clasificación, valoración y gestión de la cartera de patentes de la empresa. Este es el primer paso, que Dow va extendiendo a la medición y gestión de otros activos intangibles de la empresa (de alto impacto en los resultados financieros). Constituye una aplicación parcial de la medición del Capital Intelectual enfocándolo inicialmente hacia el fortalecimiento de su fuente principal de beneficios: la gestión de patentes.
Modelo GCI (Patrik H. Sullivan, 1998)
El modelo GCI se sustenta en los conceptos de Capital Humano, Capital Estructural y Activos Intelectuales, a los que hacen referencia otros modelos e incorpora los Activos Empresariales Complementarios contemplando dentro de ellos los aspectos de la organización que se utilizan para crear valor en el proceso de comercialización (fabricación, distribución y ventas). Tal inclusión se debe al estudio realizado por Sullivan con David Teece, que permitió una mejor comprensión de los vínculos entre la innovación, los mercados, el valor y los beneficios. El modelo hace énfasis en las relaciones sistémicas dentro de la empresa y aborda el capital Intelectual desde la perspectiva de la extracción de valor.
NOVA (Club de Gestión del Conocimiento y la Innovación de la Comunidad Valenciana, 1999):
Es un modelo de carácter dinámico, que realiza una consideración conjunta de los stocks y flujos de Capital Intelectual en diferentes períodos y muestra gráficamente como se observará el efecto que tiene cada bloque o componente del Capital Intelectual en los restantes.
The Value Explorer (Andriessen y Tiessen, 2000)[7]
Este modelo forma parte de una metodología que tiene por finalidad generar información para el proceso de toma de decisiones estratégicas sobre aquellas combinaciones de intangibles que generan valor a largo plazo para las empresas o como se le podría denominar ventajas competitivas sostenibles. Plantea como una prioridad para el éxito la conexión entre las competencias esenciales y la estrategia de la organización.
Considera cinco grupos de competencias esenciales:
Activos y dotaciones
Habilidades y conocimiento tácito
Normas y valores colectivos
Tecnología y conocimiento explícito
Procesos.
ICBS, Intellectual Capital Benchmarking System (Viedma, 2001)[8]
Este modelo o Sistema de Benchmarking del Capital Intelectual contempla también una visión estratégica y se basa en el enfoque de Recursos y Capacidades. Tiene en cuenta dos perspectivas básicas: operaciones e innovación; descomponiendo para ello el modelo en dos: el OICBS (Operations Intellectual Capital Benchmarking System), Sistema de Benchmarking del Capital Intelectual de Operaciones y el IICBS (Innovation Intellectual Capital Benchmarking System), Sistema de Benchmarking del Capital Intelectual de Innovación.
Ambos modelos poseen una estructura y funcionamiento similar partiendo de la cadena de valor del negocio de operaciones y la cadena de valor de innovación; y se diferencian en que el modelo de operaciones gestiona el Capital Intelectual de cada una de las unidades de negocio lo que permite la realización del benchmarking entre ellas y sus homólogas, de igual forma funciona entre los proyectos innovadores.
El OICBS y el IICBS tienen en cuenta los mismos factores de competitividad:
Productos y servicios
Procesos
Competencias esenciales de la empresa
Competencias esenciales de los profesionales
Infraestructura
Alianzas
Innovación
Liderazgo
Cada modelo mediante su estructura flexible y adaptable de los ocho factores de competitividad identifica y evalúa las competencias esenciales y conocimientos en cada uno.
Este estudio llega a la realización de balances de Capital Intelectual.
Proyecto Meritum (1998-2002):
El Proyecto Meritum estudió la naturaleza de los Intangibles o Capital Intelectual dando como resultado la elaboración de "Las Directrices para la Gestión y Difusión de información sobre Intangibles" proponiendo fases de implantación, elementos, indicadores, estructura del Informe de Capital Intelectual y como realizar su seguimiento.
Nevado – López (Univ. Castilla La Mancha, 2003):
Proponen un modelo formado por todos aquellos elementos relacionados con el capital humano y estructural incorporando una nueva dimensión: el Capital No Explicitado, que recoge aquellos elementos que no se pueden explicitar, por la dificultad de captar las sinergias entre bloques y elementos. Proponen una ecuación partiendo de la propuesta por Edvisson y Malone apoyándose en conceptos y técnicas estadísticas.
Desarrollan su concepción del problema a través de un ejemplo hipotético.
Modelo Intellectus (Bueno et al, 2002- 2003):
Los antecedentes de este modelo parten de la filosofía y estructura del Modelo Intelect y de los trabajos de Bueno que pretende avanzar en el desarrollo de un modelo holístico de medición y gestión del Capital Intelectual. El modelo propone, en principio, tres componentes básicos del Capital Intelectual, a saber, Capital Humano, Estructural y Relacional; criterios generalmente aceptados por las diferentes iniciativas contrastadas internacionalmente.
El modelo se presenta bajo tres dimensiones conceptuales:
La primera se centra en la estructura de sus componentes.
La segunda aporta la consideración de las perspectivas endógena y exógena.
La tercera desarrolla el factor temporal y su dinamización a través del concepto de multiplicador o expresión de la existencia de componentes dinamizadores.
Presentada esta cronología de modelos de medición y gestión del Capital Intelectual, es conveniente considerar las posibles semejanzas y diferencias entre estos modelos como muestra la Tabla # 2. Sin duda, esta comparación facilita la identificación de las tendencias básicas seguidas en la formulación de los modelos de medición y gestión del Capital Intelectual y, por tanto, permite el desarrollo de planteamientos que proporcionan una visión integradora de los elementos esenciales de un modelo de Capital Intelectual. En líneas generales, todos estos esfuerzos de modelización han incluido, cada uno desde su propia perspectiva, aquellos componentes e indicadores más significativos que tienen una clara incidencia positiva en el proceso de toma de decisiones estratégicas de la empresa.
Tabla # 2: Comparación de los principales modelos de Capital Intelectual[9]
SEMEJANZAS | DIFERENCIAS |
| Nomenclatura: Ausencia de un lenguaje común Perspectiva financiera. El Cuadro de Mando Integral de Kaplan y Norton, Skandia incluyen dicha perspectiva; mientras que otros modelos no la incluyen, como por ejemplo, el modelo Intelect, el de A. Brooking o el de Sveiby, entre otros. Enfoque estático /dinámico. Algunos modelos (Modelo de Bontis; Modelo Intelect; Roos, Roos, Edvinsson y Dragonetti) hacen referencia a las interrelaciones que existen entre los componentes del Capital Intelectual. Enfoque presente/futuro. Existen propuestas que reconocen explícitamente la perspectiva de presente y la de futuro, caso del modelo de Skandia y de Intelect. Propuesta de agrupación de los indicadores por niveles. En concreto, el Intellectual Asset Monitor (Sveiby, 1997) propone tres tipos de indicadores para cada uno de los componentes de CI que analiza: indicadores de crecimiento y renovación, indicadores de eficiencia e indicadores de estabilidad. Propuesta de fórmulas para el cálculo del C.I. En estos casos Eddvisson y Malone; Eduardo Bueno; Nevado y López. Propuesta de Balances de CI. En estos casos Eddvisson y Malone; Sveiby; Intelect, Viedma, Meritum, Nevado y López. |
Adaptada de Fuente: CIC (2002).
Conclusiones
A partir del estudio y las consultas realizadas para abordar el tema sobre el desarrollo de medidas de Capital Intelectual se puede concluir que:
1. El surgimiento y la diversidad de iniciativas para medir el Capital Intelectual evidencia la necesidad de su medición.
2. Los dos tipos de medidas presentadas pueden ser implementadas al unísono en una organización, pues no son excluyentes por el contrario una contrarresta algunas de las limitaciones de la otra.
3. Las medidas de tipo absolutas facilitan la comparación a nivel de organizaciones, así como seguir su evolución aunque no muestra en que elementos reside el valor.
4. Las medidas de componente por componente ponen de manifiesto aquellos elementos que contribuyen a la creación de valor facilitando la gestión a nivel operacional.
5. La heterogeneidad en la terminología de los elementos que forman el Capital Intelectual dificulta el desarrollo hacia una medida universal.
6. Las aplicaciones prácticas de los diferentes modelos de medición del Capital Intelectual manifiestan que, aunque parten de la misma base conceptual, al llevarlo a la práctica empresarial se centran en aspectos muy específicos de la organización que consideran claves y no tienen en cuenta toda la amplitud que el concepto de Capital Intelectual encierra.
7. Se hace necesario continuar investigando sobre el tema en función de homogeneizar la terminología, los conceptos y medidas con la finalidad de que sean válidas para cualquier organización y puedan ser objetos de comparaciones efectivas.
Bibliografía
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2. Edvinsson, L. y Malone, M. 1997. El Capital Intelectual: cómo identificar y calcular el valor de los recursos intangibles de su empresa. España. Editorial Gestión 2000.
3. Jofré V, Arturo. 1999. Enfoques gerenciales modernos. Ediciones Delphi. 1era edición. Diciembre. Costa Rica. p.9
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5. Luthy, David H. Intellectual Capital and its measurement. [on line] Disponible en:
http://www3.bus.osaka_cu.ac.jp/apira88/archives/pdfs/25.pdf (Consulta: mayo 2013(
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http://www.sveiby.com/articles/IntangibleMethod.htm (Consulta: mayo 2013(
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9. Nevado Peña, Domingo y López Ruiz, Víctor (2002). "Un modelo contable para la medición del Capital Intelectual: desarrollo y aplicaciones. Universidad de Castilla-La Mancha, España.
10. Ordóñez de Pablos, P. 2000. Gestión del conocimiento y elaboración de informes de Capital Intelectual: La Empresa COLOPLAST. Comunicación XIV Congreso Nacional y X Congreso Hispano – Francés, Inteligencia Empresarial. La Gestión del Conocimiento en la empresa, Junio, Jaén, pp. 177-182.
11. Peters, Tom. 1992. La Moda como intangible. En: Reinventando la excelencia. El management liberador. Ediciones B. Grupo Zeta. Colección Management. Página 836– 841
12. Proyecto Meritum 2001: Guidelines for Managing and Reporting on Intangibles (Intellectual Capital Statements). (en línea(. Disponible en: http://www.uam.es/meritum
(Consulta: noviembre 2007(
13. Rivero Díaz, D.; Vega Falcón, V. y Balagué; J. 2004. Importancia del Capital Intelectual en el sector turístico. Revista Retos Turísticos. p.1
14. Stewart, Thomas A. 1998. La Nueva riqueza de las organizaciones: el capital intelectual. Buenos Aires. Editorial Granica.
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