El uso de la lengua materna como instrumento para traducir textos
Enviado por Jorge Luis Chavez Falcón
La traducción es la actividad que consiste en comprender el significado de un texto en un idioma, llamado texto origen o texto de salida, para producir un texto con significado equivalente en otro idioma, llamado texto traducido o texto meta y cuando la traducción se realiza de manera oral se conoce como interpretación. El estudio sistemático de la teoría, la descripción y la aplicación de la traducción y la interpretación se designa como traductología.
Han sido muchos los intentos de definir la traducción a lo largo de la historia, aumentando enormemente desde la década de los 60 del pasado siglo y cinco son los enfoques principales que se han determinado a la hora de buscar una definición completa: el primero se centra en la actividad entre lenguas que consiste en transitar de una lengua A a una lengua B expresando la misma realidad o enunciar en otra lengua lo que ha sido enunciado en una lengua fuente, conservando las equivalencias semánticas y estilísticas ;otro se concentra en la actividad entre textos donde se transmite el sentido de los mensajes que contiene el texto o la sustitución de un texto en lengua de partida por un texto semántica y pragmáticamente equivalente en lengua meta. El tercer enfoque aborda el acto de comunicación que consiste en reproducir en la lengua terminal el mensaje de la lengua original por medio del equivalente más próximo y más natural, primero en lo que se refiere al sentido, y luego en lo que atañe al estilo, siendo un proceso comunicativo que tiene lugar en un contexto social; por su parte el cuarto es denominado como proceso que consiste en analizar la expresión del texto de lengua original en términos de oraciones prenucleares, trasladando las oraciones prenucleares de lengua original en oraciones prenucleares equivalentes de lengua término y, finalmente, transformar estas estructuras de lengua término en expresiones estilísticamente apropiadas, o sea, es la operación que consiste en determinar la significación de los signos lingüísticos en función de un querer decir concretizado en un mensaje, y restituir después ese mensaje íntegramente mediante los signos de otra lengua y la actividad textual, comunicativa y cognitiva es el último enfoque que no es más que el proceso interpretativo consistente en la reformulación de un texto con los medios de una lengua que se desarrolla en un contexto social y con una finalidad determinada.
Traducir es una de las artes más elevadas y que requiere más talento y dedicación y no basta sólo con sustituir una palabra por otra, sino que también se ha de ser capaz de reconocer todas las palabras de una frase y la influencia que tienen las unas sobre las otras. Los lenguajes humanos constan de morfología (la forma en que se construyen las palabras a partir de pequeñas unidades provistas de significado), sintaxis (la estructura de una frase) y semántica (el significado) y hasta el texto más simple puede estar plagado de ambigüedades, por lo que también hay que considerar cuestiones de estilo y de discurso o pragmáticas.
El proceso de traducción es el proceso mental por el cual se permite transmitir un texto formulado en una lengua, utilizando los medios de otra lengua y el propio proceso de traducción se han distinguido históricamente tres procesos diferenciados: la comprensión, la desverbalización y la reexpresión, aunque algunos autores incluyen la desverbalización como un proceso interno de la comprensión, y por tanto distinguen solo dos procesos básicos. En la fase de comprensión o análisis, se decodifica el sentido del texto original, considerando el campo y modo, estableciendo las unidades de sentido a nivel de palabra, frase o incluso una o más oraciones; en la fase de desverbalización o representación semántica el traductor conforma en su cabeza un mapa semántico o significados independiente de las relaciones gramaticales tanto de la lengua de partida como de la lengua de llegada y en la fase de reexpresión o síntesis el mapa semántico se vierte en la lengua de llegada teniendo en cuenta, además de los rasgos puramente semánticos, el género literario o textual, el contexto, las reglas gramaticales, las convenciones estilísticas, etc. Ciertos autores añaden otra fase a la habilidad de traducción cuando se realiza exclusivamente por escrito, siendo esta la verificación o revisión.
Estas fases pueden ser de índole recursiva y no necesariamente sucesivas, es decir, el traductor puede volver a desentrañar el sentido del texto origen, una vez que ha recodificado el sentido en la lengua traducida, produciéndose procesos controlados y no controlados, y que requiere procesos de identificación y resolución de problemas, aplicación de estrategias y toma de decisiones.
Aunque estos estudios se denominan en su conjunto Traducción e Interpretación, ambas disciplinas remiten a dos actividades profesionales diferentes. Si bien el término traducción puede utilizarse en sentido amplio, normalmente éste se reserva únicamente para la transmisión por escrito, siendo el intérprete quien transmite un discurso de tipo oral.
Existe una serie de enseñanzas mínimas que deben ser incluidas en la formación elemental del traductor e intérprete profesional, formación que se basa en los conocimientos exigidos en el proceso de traducción e interpretación, que son: perfecto dominio de la lengua materna en todos sus registros, conocimiento avanzado de las lenguas objeto de traducción, en especial normativa gramatical, redacción, comprensión oral, léxico y fraseología, conocimiento de la cultura de las lenguas de trabajo, lo que permitirá hacer frente a la resolución de las llamadas referencias culturales, para lograr captar al lector sin perder la esencia que el autor quiere transmitir, identificación del tipo de texto al que se enfrenta, debido a que, según dicha categorización, se logrará una comprensión más exacta de su lectura y por consiguiente de su traducción, acceso a fuentes de información de calidad, dentro de las cuales se incluyen diccionarios (bilingües y monolingües), enciclopedias, gramáticas, normas de redacción, revistas, periódicos y cualquier otro material de referencia, conocimientos terminológicos, que permiten al traductor tratar con los vocablos propios de la ciencia o materia para la que traducen, así como la elaboración de glosarios, conocimientos de la informática que tiene cada vez mayor importancia en el ejercicio de la traducción ,fundamentos teóricos básicos que permitan comprender la traducción e interpretación como ciencia, conocimiento de deontología profesional, con el objetivo de que el estudiante sea consciente de la ética y los valores de la profesión y conocimiento del uso de diccionarios universales, de gran importancia en la elaboración de una traducción.
Si bien este proceso pudiera parecer sencillo a primera vista, se esconde tras él una operación cognitiva compleja ya que para decodificar el sentido completo del texto origen, el traductor tiene que interpretar y analizar todas sus características de forma consciente y metódica, requiriendo este proceso de un conocimiento profundo de la gramática, semántica, sintaxis y frases hechas o similares de la lengua origen, así como de la cultura de sus hablantes por parte del traductor, quien debe contar también con estos conocimientos para recodificar el sentido en la lengua traducida, de ahí que la mayoría de los traductores traduzcan a su lengua materna, dado porque la lengua materna es la primera lengua o idioma que aprende una persona y el proceso de adquisición de la misma se diferencia de las lenguas que se adquieren posteriormente.
La utilización de la lengua materna en la enseñanza de un idioma extranjero ha constituido un punto cuestionable desde el surgimiento de la metodología de la enseñanza de idiomas, donde a veces se rechaza un método, y luego se adopta otro, existiendo en cada uno de ellos hay una visión diferente acerca de esta temática, ya que muchos profesores dependen en gran medida de la lengua materna y se apoyan en ella para la impartición de las clases, mientras otros relegan su uso completamente.
El uso, mal uso y abuso de la lengua materna en otra lengua ha sido criticado y ha estado en la mira de muchos profesores de idioma Inglés por un siglo, al menos y no se ha encontrado un consenso definitivo, aunque hay fuertes criterios de que la lengua materna juega su role en los estudiantes dentro del aula.
La prohibición del uso de la lengua materna en la enseñanza de un idioma extranjero tiene su raíz en el rechazo y la fobia hacia el método de traducción gramatical, el cual estaba basado en reglas gramaticales y el uso de la lengua materna. Las reaccionas en contra de ese método surgieron cuando nuevos métodos de comunicación oral tomaron auge y la respuesta al problema fue entonces exilar la lengua materna del aula y establecer la política "solo Inglés" como el método más directo en la enseñanza de este idioma.
En el momento actual, las actividades de traducción que se efectúan en clase, deberá prepararlas el profesor de la asignatura, que es quien conoce mejor los problemas que la lengua extranjera en cuestión puede suscitar entre sus estudiantes y, dentro de ellos, cuáles son los que la traducción clarifica o ayuda a resolver, convirtiéndose en una actividad encaminada directamente a reforzar las cuatro habilidades del idioma inglés( escuchar, hablar, leer y escribir), y se elimina el peligro de las relaciones unívocas al conferirse importancia al proceso y al producto de la traducción.
Mientas algunos autores consideran que dándole a los estudiantes el máximo de exposición con el idioma extranjero a aprender es beneficioso, creyendo que en la mayoría de los casos el tiempo de la clase es el único momento en que los estudiantes tienen contacto real con la lengua extranjera, también es verdad que el uso de la lengua materna es un instrumento natural para los estudiantes de idioma y otros destacan que el Inglés debe ser el "primer vehículo de comunicación en el aula", pero no es definitivamente el único.
Mucho se ha escrito y discutido acerca de los beneficios y peligros del uso de la lengua materna en la enseñanza de un idioma extranjero, pero hay ocasiones en que se hace necesario en situaciones como: discusión de sucesos interculturales, instrucciones o sugerencias, explicaciones de errores, valoración de comprensión, procederes en el aula y presentación o explicación de reglas gramaticales, fonológicas, morfológicas y ortográficas.
El uso de la lengua materna es necesario, particularmente en los primeros grados para ayudar a establecer el contexto para el diálogo o para explicar aspectos específicos de una situación dada en clases, lo cual ayuda al estudiante a comprender mejor lo tratado dentro la propia clase. Entre docentes de lengua extranjera, el tema del uso de la lengua materna suele ser polémico. Algunos declaran que jamás recurren a ella, mientras otros defienden su uso para dar consignas, ofrecer explicaciones metalingüísticas, traducir conceptos o palabras difíciles, etc., sobre todo en niveles educativos de principiantes. Otro grupo plantea que sólo utiliza la lengua primera en situaciones de "crisis, es decir, cuando se observa que la comunicación se ha bloqueado. El concepto de "crisis" o de "avería" en la comunicación es interesante porque hace referencia tanto a problemas de comprensión de una parte del discurso –enunciados concretos, intenciones enunciativas, etc.- como a problemas de relación en el grupo-.clase. En efecto, algunos profesores afirman usar la lengua materna solamente "cuando se enfadan, cuando quieren que los alumnos "entiendan bien lo que se les dice" o "cuando los alumnos se sienten perdidos, angustiados". El factor tiempo también está presente en los comentarios de los profesores. Muchos afirman usar la lengua materna para "ahorrar tiempo". Esta finalidad indica que la interacción profesor-alumno para organizar y negociar la forma de las actividades, es decir, el habla propia de la clase, no constituye un contenido programado. Por último, sólo un número reducido de docentes admite que el uso de la lengua materna responde a cierta incompetencia en lengua extranjera y también a una insuficiente formación didáctica.
La clase de lengua extranjera constituye, en cierta medida, una micro-comunidad de habla donde se reproducen aspectos de la realidad social, uno de los cuales es la actividad de selección del código lingüístico adecuado. Pero la clase es también el espacio de aprendizaje de la lengua extranjera y, por lo tanto, la elección del código lingüístico debería responder no sólo a las finalidades individuales en un hecho de habla concreto sino también a las finalidades educativas de la institución, por lo que los ejercicios de traducción han sido objeto de controversia hasta tiempos recientes. En estos momentos, la mayoría de los educadores aprecian su valor. Solo los profesores que conocen la lengua de los estudiantes –o quienes tienen un informante bilingüe u otro ayudante en el aula- pueden emplear estos ejercicios y solo en aulas donde todos los estudiantes hablan el mismo lenguaje materno.
Por todo lo anteriormente expuesto, podemos ratificar que la enseñanza, práctica y desarrollo de cualquier habilidad de la enseñanza de un idioma extranjero muestra diferentes particularidades que dependen entre otros factores del método que se utilice para lograr óptimos resultados, del propósito por el cual se está enseñando esa habilidad, del escenario o contexto social donde se realiza, de los medios y recursos con que se cuenta para realizar la actividad, de los intereses de los estudiantes y profesores o la institución donde se enseña, del nivel de idioma que se requiera por parte del alumnado, de los objetivos del plan de estudio específico de cada asignatura y del nivel de preparación del profesor para la impartición de las actividades que se programen.
En los niveles de comienzo, la traducción debe ser en expresiones comunicativas específicas y claras o en un punto estructural limitado y contextualizado y significa estar en capacidad de comprender el sentido y reexpresarlo en otra lengua libre de las ataduras sintácticas de la lengua de origen .De hecho, el arte de la traducción está muy lejos de ser una mera sustitución de una palabra por otra o las múltiples traducciones sin sentido que lamentablemente se ven en todas las áreas del conocimiento.
El profesor de lenguas extranjeras que en la Enseñanza Superior practica la habilidad de traducción en clases debe conocer que el objetivo de la traducción es crear una relación de equivalencia entre el texto origen y el texto traducido, es decir, la seguridad de que ambos textos comunican el mismo mensaje, a la vez que se tienen en cuenta aspectos como el género textual, el contexto, las reglas de la gramática de cada uno de los idiomas, las convenciones estilísticas, la fraseología, etc.
Tradicionalmente, la traducción ha sido una actividad desarrollada por humanos, aunque hay numerosos intentos de automatizar la tarea de traducir textos naturales (traducción automática) o de utilizar computadoras para ayudar en esta tarea (traducción asistida por computadora, u ordenador). Un ejemplo de traducción asistida sería el uso de una memoria de traducción. De toda esta dinámica ha surgido la moderna industria del lenguaje.
Basándonos en la división de textos en literarios y especializados, nos centraremos en textos pertenecientes al segundo grupo: los textos especializados, o sea, los textos médicos que son los que se tratan en las clases del ciclo médico.
Para un traductor de textos técnicos,(médicos, en nuestro caso), es un muy importante el buen conocimiento de la lengua extranjera por parte de los estudiantes y la habilidad para traducir en la lengua materna, donde los alumnos han de conocer además el tema que se trata en el documento original y, sólo entonces, podrán realizar una "buena traducción", es decir, una traducción clara, concisa y correcta, donde el texto debe presentar como principal característica un lenguaje propio de su especialidad con una terminología específica de la Medicina, pero aparte de la terminología, los textos deben presentar también características sintácticas y estilísticas determinadas, propias de la especialidad. Por ejemplo, en los textos técnicos no suele haber ningún tipo de manifestación emocional, connotaciones, figuras sonoras o metáforas originales, que sí se encontrarían, por ejemplo, en textos literarios.
Estudiosos de la traducción se cuestionan todavía hasta qué punto es necesario preocuparse por cuestiones estilísticas en la traducción técnica. Sin embargo, la traducción técnica requiere algo más que escribir las palabras equivalentes encontradas en un diccionario. El estudiante a la hora de traducir a la lengua materna, debe cuidar la forma de presentar la información y facilitar al máximo la comprensión del texto utilizando, por ejemplo, un lenguaje sencillo para explicar conceptos que puedan entrañar alguna dificultad donde debe tener presente aspectos primordiales como claridad, concisión, y corrección. De esto podría deducirse que la traducción de textos médicos en la lengua materna requiere no sólo tener conocimientos apropiados del tema para comprender la terminología utilizada y poder traducirla, sino también saber transmitir el contenido del texto, ejercicio que prepara a los estudiantes para enfrentar nuevos retos en su vida profesional, una vez culminados los estudios de Medicina.
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- 8. http://es.wikipedia.org/wiki/Ingl%C3%A9s
AUTORES :
Lic. María de los Angeles LLano Vizcaíno.
Lic. Santa Lourdes Gutiérrez González.
Lic. Aimée Batard Machado.
MsC. Clara de los Santos Vila Pentón.
Lic. María del Carmen Cupull Santana.
Lic. Jorge Luis Chávez