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Turismo de naturaleza en la descripción martiana del Caribe


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Recomendaciones
  6. Anexo
  7. Bibliografía

RESUMEN

El trabajo Turismo de naturaleza en la descripción martiana del Caribe, recoge 65 frases del Apóstol que describen la naturaleza de 8 países de la región del Gran Caribe: Costa Rica, Cuba, Curaçao, Guatemala, Haití, México, República Dominicana y Venezuela, los cuales pertenecen hoy a la Asociación de Estados del Caribe (AEC), organización regional creada en 1995 en Trinidad y Tobago.

Las frases fueron tomadas de 10 de los 27 tomos de sus Obras Completas más la edición crítica de Diarios de Campaña, revisados todos para poder realizar esta compilación bibliográfica de los 8 países que son finalmente los que reseña en sus Obras.

Las diferentes zonas y regiones que se describen pueden dividirse dentro del turismo de naturaleza como producto turístico en diferentes modalidades, de acuerdo a los intereses de profesionales e investigadores que trabajan este tema.

Promocionar la obra del Maestro, y a la vez, contribuir a la conservación y preservación de la naturaleza de nuestros pueblos, es el objetivo de esta investigación, como aporte de la Cátedra Martiana del sector del Turismo en Holguín a BIOTUR 2000.

Se anexa al trabajo, la página del 28 de octubre de 1492 del Diario de Navegación de Cristóbal Colón.

INTRODUCCIÓN

El 28 de octubre de 1492, el Gran Almirante de la Mar Océana, Cristóbal Colón, realizaba el primer reporte de la biodiversidad cubana al anotar en su Diario de Navegación las bellezas de la naturaleza de la isla de Cuba:

Es aquella isla la más hermosa que ojos hayan visto, llena de muy buenos puertos y ríos hondos, y la mar que parecía que nunca se debía de alzar porque la yerba de la playa llegaba hasta cuasi el agua. (1)

En 1892, 400 años después, José Martí, escribe palabras de elogio en el álbum de autógrafos para visitantes de la Catedral de Santo Domingo, donde se conservan los restos de Colón:

El lenguaje pomposo no sería digno de una ocasión que levanta el espíritu a la elocuencia superior de los grandes hechos.Y entre los hechos grandes, acaso lo sea tanto como el tesón que descubrió un mundo nuevo, la piedad con que Santo Domingo guarda las glorias y las tradiciones de su patria. (2)

En 1995, cuando han pasado cinco siglos de explotación de nuestros recursos naturales, se constituye en el mes de agosto la Asociación de Estados del Caribe (AEC) en Trinidad y Tobago. En esta histórica Cumbre, en la que participaron 30 países del área, los Jefes de Estado y Gobierno emitieron una Declaración de Principios y un Plan de Acción, haciendo énfasis en el compromiso del inicio de una nueva era en la región del Gran Caribe, comprometiéndose a la promoción del desarrollo sostenible de la región y a la conservación del medio ambiente.

El turismo fue uno de los tres puntos a discutir. En su discurso, nuestro Comandante en Jefe expresó:

En el sector del turismo hemos logrado algunos avances. Pero aún estamos lejos de haber convertido a la región en su conjunto en un destino privilegiado del turismo internacional, a lo que nos hacen acreedores nuestras riquezas naturales. Este patrimonio común de nuestros pueblos requiere de un cuidado especial. (3)

En la segunda sesión de trabajo de esta Cumbre, volvió a enfatizar:

Si protegemos las bellezas de nuestros recursos, si las protegemos de la erosión, de la contaminación, si convertimos el turismo en el Caribe en el mayor turismo ambiental del mundo, podremos, realmente, realizar una parte importante de los sueños comunes que nos proponemos aquí. (4)

Recobrar esos sueños de los que hablaba Fidel, es lo que nos proponemos con este trabajo, soñar con una naturaleza caribeña conservada, bebiendo de la fuente de los textos del Apóstol, tal y como la vió, a través de sus maravillosas descripciones de los actuales estados miembros de la AEC que él visitó, y en los que se encuentran diferentes parques naturales donde se pueden practicar senderos, caminatas, excursiones, recorridos y otras atractivas modalidades.

En El Manifiesto de Montecristi, el Maestro habla de

"la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de crear sobre el crucero del mundo". (5)

Desarrollar para el mundo un turismo de naturaleza como producto turístico fuerte es uno de los objetivos de la integración caribeña, como forma de diversificarse y abrirse hacia nuevos segmentos de mercados, en un área donde impera el turismo de sol y playa.

Consecuente con esto, en mayo de este año el lema de la Convención Internacional de Turismo Cuba 2000 fue: "Un sólo turismo para el Caribe", en la que Cuba presentó el turismo de naturaleza como nuevo producto turístico, modalidad en la que la Isla grande está apostando fuertemente, fundamentalmente en el capítulo de parques naturales y temáticos.

Por tales razones, retomamos a Martí, infatigable viajero y cronista de su época, eterno enamorado de la naturaleza de "Nuestra América", como él la llamó. Que éstas frases descriptivas que hemos compilado sirvan para que, conociéndose cómo eran de vírgenes nuestras tierras, se desarrolle hoy un turismo de naturaleza sostenible que incorpore además elementos de la cultura, la historia y el patrimonio de cada país en la región del Gran Caribe. Como dijera Martí: "la felicidad de los hombres, y la de los pueblos, está en el conocimiento de la naturaleza". (6)

Cumplimos también con sus palabras cuando expresó: "los que sienten la naturaleza tienen el deber de amarla". (7)

Como trabajadores del sector turístico y como promotores del pensamiento martiano a través de la Cátedra Martiana del sector del Turismo en Holguín, así la sentimos, así la amamos, en reflejarla para las nuevas generaciones de profesionales como la describió José Martí hace más de 100 años.

DESARROLLO

Las Antillas

En el fiel de América están las Antillas. (OC, t. 3, p. 142)

  • Mañana tomo el vapor para el Cabo Haitiano: de allí a caballo a Montecristi, a Santiago de los Caballeros, a Santo Domingo, a los mares vecinos (…) ¡Que mares tan bellos!. (OC, t. 2, p. 159)

  • La riqueza del Mar Antillano que rivaliza con la de la tierra de las Antillas, del número sorprendente de averiguaciones propias, y especies descubiertas. (OC, t. 5, p. 97)

  • Yo he visto, en la noche clara de nuestras Antillas bellas, sobre la sangre del ara escondidas las estrellas.

Yo he visto, por una oscura vereda del campo sombrío, una clavellina pura enamorada de un río. (OC, t. 17, p. 219)

CENTROAMÉRICA

Va Centroamérica disponiéndose a acomodarse a su hora, con la fuerza venida del estudio de lo natural (…) el conocimiento racional y amoroso de la Naturaleza. (OC, t.8, p. 116)

  • Tiene Centroamérica, allá en sus volcanes, allá en las faldas fragantes y matizadas de sus volcanes, más maravillas lindas de oro y rosa, que ostenta soberano el tallo en flor. (OC, t. 5, p. 406)

  • Como en andas de flores se levanta, colgada de granadillas e hipomeas, la tierra de esmeralda y plumas, donde, al espejo de sus lagos y al incensario de sus volcanes, crecen en el combate y en la fatiga, según lo manda la naturaleza (…) las repúblicas de Centroamérica, como un solo hogar. (OC, t. 8, p. 113)

  • Allí por cuestas floridas, con el pecho lleno de un gozo de creación, se sube, como coronado, a los volcanes, desde donde se ve caer la tierra en declives cambiantes sobre la playa de la mar; allí, en cráteres orlados del jardín silvestre, chispean, sigilosas, las lagunas; allí, en la boca deshecha del Volcán de Fuego, revolotea la mariposa azul; y corren por las faldas, entre guijas de colores y anémonas y tréboles que lucen como lapislázuli y coral ríos de agua tan clara como la prosa de Marure. (OC, t.8, p. 115)

  • Heme en Progreso (…) De aquí en canoa a Isla de Mujeres; luego en cayuco, a Belice; en lancha a Izabal; a caballo a Guatemala. (OC, t. 20, p. 26)

COSTA RICA

Esa Costa Rica, tan pequeña y tan hermosa. (OC, t. 9, p. 97)

  • La naturaleza americana, doncella en el istmo, es ya hermosura próvida, y como de amplios senos, en el dominio de Costa Rica, que se levanta por sobre las nubes, con sus troncos de sangre serpeando por el celaje azul, y derrama a las costas encendidas, por lecho siempre verde, el agua ancha y pedregosa de sus reventazones montañesas. (OC, t. 4, p. 451)

  • Allá del lado del Atlántico, por el río Matina, los plátanos son tan altos como la palma real. (OC, t. 4, p. 451)

  • De las gracias del mundo, Costa Rica es una, con su rocío de ciudades por el valle ameno (…) se va al llano común, donde cualquiera puede echar una vaca, y el aire es vida pura, o a la barranca y lomas pintorescas y el muro añoso envuelto en flores. (OC, t. 4, p. 451-452)

CUBA

Cuba, donde tiene la naturaleza la gracia de la doncellez y la frescura del beso. (OC, t. 5, p. 135)

  • Al mediodía, marcha loma arriba, río al muslo, bello y ligero bosque de pomarrosas; naranjas y caimitos. Por abras tupidas y mangales sin fruta, llegamos a un rincón de palmas, en lo hondo de un cesto de montes risueños. (DC, p. 248)

  • Al fondo de la casa, la vertiente cara al río, cargada de casas y plátanos, de algodón y tabaco silvestre: al fondo, por el río, el cuajo de palmas; por los claros, naranjos: alrededor los montes, redondos y verdes: y el cielo azul arriba, con sus nubes blancas, y una palma, mitad en la nube, mitad en el azul. (DC, p. 250)

  • Por altas lomas pasamos 6 veces el río Jobo. – Subimos la recia loma de Pavano, con el Pomalito en lo alto, y en la cumbre la vista de naranja de china. Por la cresta subimos, y a un lado y otro flotaba el aire leve, veteado de manaca. A lo alto, de mata a mata colgaba, como cortinaje, tupido, una enredadera fina, de hoja menuda y lanceolada. Por las lomas, el café cimarrón. La pomarrosa bosque. En torno, la hoya, y más allá los montes azulados, y el penacho de nubes. (DC, p. 250, 252)

  • Bajamos a un bosque alto y alegre, los árboles caídos sirven de puente a la primera poza, por sobre hojas mullidas y frescas pedreras, vamos, a grata sombra, al lugar de descanso: el agua corre, las hojas de la yagruma blanquean el suelo, traen de la cañada a rastras, para el chubasco, pencas enormes, me acerco al rumor, y veo entre piedras y helechos, por remansos de piedras finas y alegres cascadas, correr el agua limpia. (DC, p. 262, 264)

  • Por el cañadón, por el monte de Acosta, por el mucaral de piedra roída, con sus pozos de agua limpia en que bebe el sinsonte, y su cama de hojas secas, halamos, de sol a sol, el camino fatigoso. (DC, p. 264)

  • Del descanso corto, a la vereda espesa, en la fértil tierra de Ti Arriba. El sol brilla sobre la lluvia fresca; las naranjas cuelgan de sus árboles ligeros: yerba alta cubre el suelo húmedo: delgados troncos blancos cortan, salteados, de la raiz al cielo azul, la selva verde: se trenza a los arbustos delicados el bejuco, a espiral de aros iguales, como de mano de hombre, caen a tierra de lo alto, meciéndose al aire, los cupeyes: de un curujey, prendido a un jobo, bebo el agua clara: chirrían en pleno sol los grillos. (DC, p. 288)

  • De lo alto, a un lado y otro, cae, bajando, el vasto paisaje, y dos aguas cercanas, de lechos de piedras en lo hondo, y palmas sueltas, y fondo de monte, muy lejano. (DC, p. 290)

  • Andamos cerca de Baraguá. Del camino salimos a la sabana de Pinalito, que cae, corta, al arroyo de las Piedras, y tras él, a la loma de La Risueña, de suelo rojo y pedregal, combada como un huevo, y al fondo graciosas cabezas de monte, de extraños contornos: un bosquecillo, una altura que es como una silla de montar, una escalera de lomas. Damos de lleno en la sabana de Bio, concha verde, con el monte en torno, y palmeras en él, y en lo abierto un cayo u otro, como florones, o un espino solo, que da buena leña: las sendas negras van por la yerba verde, matizada de flor morada y blanca: A la derecha, por lo alto de la sierra espesa, la cresta de pinos. (DC, p. 296, 298)

  • De los llanos (…) salimos al borde alto, del rancho abandonado, de donde se ve el brazo del río, aún seco ahora, con todo el cauce de yerbal, y los troncos caídos cubiertos de bejuco, con flores azules y amarillas, y luego de un recodo, la súbita bajada (…) Las barrancas feraces y elevadas penden, desgarradas a trechos, hacia el cauce, estrecho aún, por donde corren, turbias y revueltas, las primeras lluvias. De suave reverencia se hincha el pecho, y cariño poderoso, ante el vasto paisaje del río amado. Lo cruzamos, por cerca de una ceiba y luego (…) entramos al bosque claro, de sol dulce, de arbolado ligero, de hoja acuosa. Como por sobre alfombra van los caballos, de lo mucho del césped. Arriba el curujeyal da al cielo azul, o la palma nueva, o el dagame, que da la flor más fina, amada de la abeja, o la guásima, o la jatía.Todo es festón y hojeo, y por entre los claros, a la derecha, se ve el verde del limpio, a la otra margen, abrigado y espeso. (DC, p. 314, 316)

  • La lluvia de la noche, el fango, el baño en el Contramaestre: la caricia del agua que corre: la seda del agua. (DC, p. 340)

Leyenda: OC: Obras Completas / p.: página(s) / t.: tomo / DC: Diarios de Campaña

  • . ¡Ah Cuba: la baña el mar de penetrante azul: la tierra oreada y calurosa cría la mente a la vez clara y activa: la hermosura de la naturaleza atrae y retiene al hombre enamorado!. (OC, t. 4, p. 413)

  • . ¡Oh patria de mi alma: en ti las palmas besan a las brisas, y el aire sabe la manera de conmoverse y de llorar: cuentan las cañas amores a las orillas mansas de los ríos (…) yo sé cómo palpita la armonía en tus campos de oro de maíz; yo sé cómo murmura en tus naranjos el crepúsculo bullicioso y sonriente: yo sé cómo se extiende sobre tus ceibas la tarde meditabunda y quejumbrosa. (OC, t. 5, p. 294)

  • Dije yo de mi Cuba que tierra ninguna tuvo como ella leguas de flores y leguas de frutas. (OC, t. 7, p.128)

  • Para que quisiera yo ver a mi patria libre, sino para que, como navecilla elegante y mensajera de nuestras glorias saliese por esos mares fúlgidos al paso de los fatigados europeos, a decirles que para sus venerandas conquistas, nosotros tenemos colosal cima fragante (…) nosotros tenemos los monumentos de la Naturaleza; como ellos catedrales de piedra, nosotros catedrales de verdor; y cúpulas de árboles más vastos que sus cúpulas, y palmeras tan altas como sus torres (…) Véola estrecha y larga, tendida con aquel suave verdor, umbroso a trechos, y a trechos atenuado por el sol; serpear por el sereno golfo, con su velamen de ligeras nubes, flotando atados a aquellos mástiles que se llaman Pan de Matanzas, el Cobre y el Turquino. (OC, t. 7, p. 286)

  • No sé Melitina hermana, que en este mundo haya cosa como la mañana hermosa en una selva cubana.

Prenden el cielo cambiante vivas llamaradas rojas; el sol, por entre las hojas, reluce como un diamante. (OC, t. 17, p. 221)

  • En la falda del Turquino la esmeralda del camino los incita a descansar; el amante campesino en la falda del Turquino canta bien y sabe amar. (OC, t. 17, p. 240)

CURAÇAO

Eso es desde lejos Curaçao: una caja de juguetes. (OC, t. 19, p. 129)

  • Mar limpio, terso, muelle y azul como ningún otro mar. (OC, t. 19, p.129)

  • Atraído por la verde enramada (…) los ojos se entran por un portal de flores que lleva, por bajo florido cobertizo, al azul río. (OC, t. 19, p. 134)

DOMINICANA, REPÚBLICA

Tierra pequeña es la República Dominicana, pero tierra grande (…) Hija favorecida me parece de América. (OC, t. 7, p. 309)

  • De La Esperanza, a marcha y galope, con pocos descansos, llegamos a Santiago en cinco horas. El camino es ya sombra. Los árboles son altos. A la izquierda, por el palmar frondoso, se le sigue el cauce al Yaque. Hacen arcos, de un borde a otro, las ceibas potentes. (DC, p. 60)

  • Nos rompió el día, de Santiago de los Caballeros a la Vega, y era un bien de alma, suave y profundo, aquella claridad. A la vaga luz, de un lado y otro del ancho camino, era toda la naturaleza americana: más gallardos pisaban los caballos en aquella campiña floreciente, corsada de montes a lo lejos, donde el mango frondoso tiene al pie la espesa caña: el mango estaba en flor, y el naranjo maduro, y una palma caída, con la mucha raiz de hilo que la prende aún a la tierra, y el coco, corvo del peso, de penacho áspero, y el ceibo, que en el alto cielo abre los fuertes brazos, y la palma real. El tabaco se sale por una cerca, y a un arroyo se asoman caimitos y guanábanos. (DC, p.78)

  • Las cuevas de San Lorenzo, allá en Samaná (…) La mayor es como la muestra de las muchas que por allí hay, con el techo y las paredes de pedrería destilada, que a veces cuelga por tierra, como encaje fino, y otras exprime, gota a gota,"un agua que se va cuajando en piedra". Es grande el frescor, y el piso de huano blanco y fino (…) Por cuatro bocas se entra la cueva. Por una, espumante y resonante, entra el mar. De una boca, por entre bejucos, se sube al claro verde. (DC, p. 198)

  • De vuelta a Montecristi, y con el corazón ya más ligero, nos detenemos unas cuantas horas en Santiago, para escribirles por Puerto Plata. (OC, t. 4, p. 62)

  • Aquel cielo de Santo Domingo que parece más alto que otro alguno. (OC, t. 4, p. 447)

  • Santo Domingo, donde corre el fuego por las venas de los árboles, y son más las flores que las hojas. (OC, t. 5, p. 135)

GUATEMALA

Guatemala es una de esas regiones benditas, hechas como para aplacar la ardiente sed de los hijos de los países viejos, y para comprobar la perpetua frescura y la generosidad maternal de la Naturaleza. (OC,T. 9, p. 75)

  • Tierra de volcanes altos, de feraces cerros, de anchurosos ríos, donde el oro se extiende en placer vasto por las montañas de Izabal, donde el café – forma mejor del oro – crece aromoso y abundante en la ancha zona de la Costa Cuca. (OC, t. 7, p. 118)

  • . [La Antigua] El encantado valle de Pauchoy, el de ricas aguas, vecinas canteras, pastos sobrados, flores menudísimas, por río colgado, por dormidos volcanes coronado (…) Ni cielo más azul cubrió, ni más sabroso aire respiró ciudad alguna de la tierra. (OC, t. 7, p. 119)

  • . [La Antigua] ¡Cómo burla la naturaleza americana al maravilloso arte faraónico el osado, el perfecto, el semihumano, con su volcán de fuego, coronado por los blanquísimos vapores, con su volcán de agua, con su falda sembrada de flores amarillas! ¡Bien haya este camino que recorremos, tan rico en manantiales, tan lleno de colores! Azul quiebracajete, pintada guacamaya, morada campanilla; sobre un tronco agrietado una blanca enredadera, sobre una oscura piedra una parásita. (OC, t. 7, p. 127)

38. Se va a la Antigua pisando flores (…) Y cantando a la vieja ciudad ¡tan amarillo es el musgo! ¡tan rumorosa es la alameda! – hallarán los bardos novísima poesía. Que para hacer poesía hermosa, no hay como volver los ojos fuera: a la Naturaleza; y dentro: al alma. (OC, t. 7, p. 128)

  • . ¿Quién no ve estos macizos de verdor, donde son las florecillas menudas y opulentas mucho más numerosas que las hojas?(…) Guatemala tiene un campo aseado. (OC, t. 7, p. 129)

  • . [Izabal] Trasponiendo la entrada del Río Dulce, ve el más solemne espectáculo, la más grandiosa tarde, el más majestuoso río que pudo nunca ver un hombre. Otros más caudolosos: nuestro Amazonas. Otros más claros: mi Almendares. Ninguno tan severo, de tan altas montañas por ribera, de tan mansa laguna por corriente, de tan menudas ondas, de tantas palomas, de tan soberbios cortinajes de verdura, del cielo prendidos, y orlados y basados luego por la espuma azulosa de las aguas. Islas como cestos; palmas que se adelantan para abrazar, sibilíticas inscripciones en extrañas piedras; abundantísimas aves; eco sonoro, en que se escucha algo de lo eterno y lo asombroso. (OC, t. 7, p. 129)

  • Cerca de Izabal, mueve sus olas, que no ondas, el gran Golfo Dulce, laguna amplísima, por geógrafos descrita, loada por poetas, por viajeros discretos admirada. Es vasta como un mar. Encadenada ruge e irritada es bella. Se encrespa y juega con los buques. (OC, t. 7, p. 130)

  • Vía de Guatemala, vengamos por entre estas empalizadas y calles tupidísimas, tomando de los árboles vecinos aquí un mamey, acá una ciruela, luego una almendra; un marañón después. Silvestre, espontáneo.Veamos cómo corren flotantes islas de mangos por el río, crucémoslo valerosamente; pongamos a una viajera enamorada, en el lindo sombrero, las florecillas rojas que acabamos de coger en el camino. (OC, t. 7, p. 130)

  • Viniendo de Guatemala para el puerto, ¿cómo no nos detuvimos a almorzar, de paso para el Palín de las frutas, para la Escuintla de las cañas, en Amatitlán, la antigua nopalera?

¡Ah, valle! ¡ah, ricas sementeras! ¡ah, grandes volcanes! ¡ah, eternas maravillas!. Tibia es el agua, como brotada de tierra presa del vivo ardor del turbulentísimo Pacaya. Humildes van muriendo los tristes nopales olvidados; pero arrogantes se alzan sobre ellos la dulce caña criolla, el oloroso café con flores de jazmín. (OC, t. 7, p. 131)

  • Y Sololá ¡lindo lago tiene! Así como al borde de la fuente vagan palomas blancas, así cercan el lago pueblillos de indígenas agricultores. ¡Dicen que por las mañanas allí es más bello el Sol! (OC, t. 7, p. 132)

  • Tierra de lagos es, pues, Guatemala, que a par de éstas bien merece memoria la laguna de Ayarza; tendida sobre cráteres, por nadie alimentada y alimento ella de muchos manantiales. (OC, t. 7, p. 136)

  • Guatemala, (…) aquella tierra que ostenta en sus selvas y en su escudo, el quetzal de plumaje esmaltado y alma fiera que, cuando pierde la libertad, hunde la cabeza y muere. (OC, t. 7, p. 307)

47. [Zacapa] Es mediodía, y el sol no cruza, penetra el tupido ramaje de los árboles (…) brinda el ciruelo su amarillo fruto, más cargadas las ramas de granos que de hojas; arroyuelos menudos rumorean a mis plantas, en él apagan su sed los animales, ya en los mangos ricos, que se detienen unos tras otros, entre los mangos del arroyo; no bien asoma el marañón el rojo pimiento, échanse los animados ojos por la vega, y con el alma al placer, la bestia al río. (OC, t.19, p. 62)

48. Quezaltepeque es un lindo nombre: quiere decir la colina de los quetzales y el quetzal es un pájaro arrogante, de plumaje esmeralda, de voz ronca, que muere de inmediato cuando se le apresa, o cuando la única pluma larga de su cola se rompe; no puede verse ni esclavo ni feo. Ese pájaro es el que figura en el escudo nacional de Guatemala. (OC, t.19, p. 75)

49. [La Antigua] A los pies de dos grandes volcanes, el volcán de Fuego y el volcán de Agua, manantiales deslumbrantes cual collares de brillantes al reflejo del sol, murmuraban entre las flores; el cielo era tan puro como frescas eran las aguas: respirar allí era – y es aún – vivir. (OC, t. 19, p. 79)

HAITÍ

Campo amable y repartido del laborioso Haití. (OC, t. 2, p. 175)

  • [Gonaives] El mar es aquí una joya, en su montura de cerros, matizados acá y allá de palmeras. (OC, t. 2, p. 159)

  • [Ouanaminthe] Se pasa el río Massacre, y la tierra florece (…) y acá, en la orilla negra, todo es mango enseguida, y guanábana y anón, y palma, y plátano. (DC, p. 100)

MÉXICO

No concibo libro sobre México que no deje delante de los ojos al cerrarse una montaña azul, y un ramo de flores. (OC, t. 20, p. 134)

  • Mérida es tierra de ojos negros y jazmines blancos: echa al mar playas de palmas como para recibir mejor a sus hermanos. (OC, t. 5, p. 86)

53. ¡Abrigo fraternal y generoso, prepara tus montañas, viste el valle de fiesta (…) borda el río de flores, ciñe de lirios la cresta del torrente, calienta bien los hielos de tus cumbres! …

¡Te ama Cuba! … ¡Y entre pueblos hermanos, todas las flores deben abrirse el día del abrazo primero del amor! (…) ¡Gracias, México noble!. (OC, t.5, p. 87)

  • Aquellas cumbres y altiplanicies mexicanas, modelo de sublimidad. (OC, t.5, p. 135)

  • Nación ceñida de palmeras y azahares que alza, como un florón de gloria, al cielo azul, las cumbres libres. (OC, t. 7, p. 65)

  • República serena y majestuosa, donde la hermosura de la Naturaleza prepara a las artes. (OC, t. 7, p. 66)

  • México, aparentemente tan sobrado aún de bosques, atiende con afán a repoblar de arboledas frondosas (…) el señorial valle de México. (OC, t. 8, p. 300)

58. [Isla de Mujeres] Bordean la arena sutilísimos encajes, correcta y pulidamente trabajados en su marcha nocturna por los caracoles y cangrejos. Es admirable la perfección y simetría de sus largas y trenzadas huellas que las numerosas patas y el ancho carapacho de los cangrejos hacen en la arena finísima. (OC, t. 19, p. 29)

  • Cozumel se deriva de Cuzamil, que significa tierra de murciélago, porque Cuzaín es murciélago. (OC, t. 19, p. 32)

  • La Isla de Mujeres, dotada de mejor bahía, está al menos segura de que no faltará un viajero sediento que contemple gustoso cómo trepa por el tronco resbaladizo el indio armado de cuchillo que va a arrancar al cocotero su pesado y abastecido racimo verde. (OC, 19, p. 32)

  • La soberbia llanura de México y la lejana serranía, con toda su opulencia de palmeras, naranjales y olivos; la línea de plata de los lagos distantes, y la hermosa ciudad, la Tenochtitlán de los antiguos. (OC, t. 19, p. 336)

  • Es muy bella la salida de Orizaba (…) Coronaban montañas fastuosas el pedregoso escirro y sombrío niblo; circundaban las nubes crestas rojas y se mecían como ópalos movibles; había en el cielo esmeraldas vastísimas azules, montes turquinos, rosados carmíneos, arranques bruscos de plata (..) sobre montes oscuros, cielos claros, y sobre cuestas tapizadas de violetas, arrebatadas ráfagas de oro. (OC, t. 20, p. 17)

  • Uruapan: río cargado de frutas, monte espeso, como esmeraldas húmedas, cielo puro. (OC, t. 20, p. 70)

VENEZUELA

Venezuela es un país rico más allá de los límites naturales (…) La tierra, cual si fuera una doncella, despierta a la menor mirada de amor. (OC,T. 19, p. 158)

  • Aquel monte del Avila y valles caraqueños, con el cielo que viene a dormir de noche sobre los techos de las casas. (OC, t.5, p. 135)

  • Aquella costa serena de Puerto Cabello, con aquel bosquecillo hospitalario, y sus palme-

ras gallardas, y sus limoneros amorosos que como símbolo de la Naturaleza que los cría, rompían con su ramaje exuberante la tierra que los ciñe. (OC, t. 7, p. 288)

CONCLUSIONES

  • Se compilaron 58 frases descriptivas de 8 estados de la región del Gran Caribe: 3 de Costa Rica, 16 de Cuba, 2 de Curaçao, 15 de Guatemala, 2 de Haití, 12 de México, 6 de República Dominicana y 2 de Venezuela. Se suman 3 de Las Antillas y 4 de Centroamérica, para un total de 65 frases descriptivas compiladas sobre la naturaleza caribeña.

  • Recoge en un solo documento, textos diseminados en 10 de los 27 tomos de Obras Completas de José Martí y en la edición crítica de Diarios de Campaña.

  • Puede utilizarse como material de consulta y referencia por investigadores, profesores, estudiantes y usuarios en general que estudien y trabajen el tema ecológico en la obra martiana.

  • Las zonas naturales descritas se pueden clasificar en diferentes modalidades del turismo de naturaleza: senderismo, sendero espeleo-arqueológico, ecoturismo, cabalgatas, excursiones, navegación naturalista, agroturismo, baños de ríos, de aventuras, naturaleza recreativa, vulcanismo y alpinismo, con grandes valores de flora, fauna y paisaje.

  • Se podrá consultar como referencia para la preservación y conservación de algunas de las zonas descritas, de modo que puedan recuperarse lo más posible a como las vió Martí, desarrollando un turismo de naturaleza sustentable y que incorpore a su vez elementos de la cultura, la historia y el patrimonio de cada región.

  • Que la integración de nuestros pueblos, tal como la enuncian Martí y Fidel, pueda algún día hacer realidad el siguiente pensamiento martiano:

"Todos los árboles de la tierra se concentrarán al cabo en uno, que dará en lo eterno suavísimo aroma: el árbol del amor: ¡de tan robustas y copiosas ramas, que a su sombra se cobijarán sonrientes y en paz todos los hombres! (8)

RECOMENDACIONES

  • Diseminar este trabajo en cuántas publicaciones nacionales y extranjeras pueda editarse, como forma de promocionar y dar a conocer un aspecto específico de la vasta obra martiana: la naturaleza caribeña.

  • Presentarlo en diferentes eventos científicos, martianos o de otras temáticas que tengan que ver con el turismo o la ecología y la preservación del medio ambiente.

  • Extenderlo, en una segunda etapa, hacia toda Nuestra América, pues como nos dice Martí:

"Tenemos más elementos naturales en estas nuestras tierras, desde donde corre el Bravo fiero hasta donde acaba el digno Chile, que en tierra alguna del Universo". (9)

NOTAS

  • Cristóbal Colón: Diario de navegación, p. 73

  • José Martí: Obras Completas, p. 524, t. 20

  • Fidel Castro Ruz: Discurso, en Granma, 18 de agosto de 1995, p. 8

  • Ibid.: 19 de agosto de 1995, p. 4-5

  • José Martí: Obras Completas, p. 101, t. 4 (6) Ibid.: p. 453, t. 20

(7) Ibid.: p. 17

(8) Ibid.: p. 103, t. 5

(9) Ibid.: p. 104, t. 7

ANEXO

Domingo 28 de octubre

Fue de allí en demanda de la isla de Cuba al Sursudueste, á la tierra della mas cercana, y entró en un rio muy hermoso y muy sin peligro de bajas ni otros inconvenientes, y toda la costa que anduvo por allí era muy hondo y muy limpio fasta tierra: tenia la boca del rio doce brazos y es bien ancha para barloventear; surgió dentro, diz que á tiro de lombarda. Dice el Almirante que nunca tan hermosa cosa vido, lleno de árboles todo cercado el rio, fermosos y verdes y diversos de los nuestros, con flores y con su fruto, cada uno de su manera. Aves muchas y pajaritos que cantaban muy dulcemente: había gran cantidad de palmas de otra manera que las de Guinea y de las nuestras; de una estatura mediana y los pies sin aquella camisa, y las hojas muy grandes, con las cuales cobijan las casas; la tierra muy llana: saltó el Almirante en la barca y fue á tierra, y llegó á dos casas que creyó ser de pescadores y que con temor se huyeron, en una de las cuales halló un perro que nunca ladró, y en ambas casas halló redes de hilo de palma y cordeles, y anzuelo de cuerno, y fisgas de hueso y otros aparejos de pescar, y muchos huegos dentro, y creyó que en cada una casa se juntan muchas personas: mandó que no se tocase en cosa de todo ello, y así se hizo. La yerba era grande como en el Andalucía por Abril y Mayo. Halló verdolagas muchas y bledos.Tornóse á la barca y anduvo por el rio arriba un buen rato, y diz que era gran placer ver aquellas verduras y arboledas, y de las aves que no podía dejallas para se volver. Dice que es aquella isla la más hermosa que ojos hayan visto, llena de muy buenos puertos y rios hondos, y la mar que parecia que nunca se debia de alzar porque la yerba de la playa llegaba hasta cuasi el agua, la cual no suele llegar donde la mar es brava: hasta entonces no había experimentado en todas aquellas islas que la mar fuese brava. La isla, dice, ques llena de montañas muy hermosas, aunque no son muy grandes en longura salvo altas, y toda la otra tierra es alta de la manera de Sicilia: llena es de muchas aguas, según pudo entender de los indios que consigo lleva, que tomó en la isla de

Guanahani, los cuales le dicen por señas que hay diez rios grandes, y que con sus canoas no la pueden cercar en veinte dias. Cuando iba á tierra con los navíos salieron dos almadias ó canoas, y como vieron que los marineros entraban en la barca y remaban para ir á ver el fondo del rio para saber donde habian de surgir, huyeron las canoas. Decian los indios que en aquella isla habia minas de oro y perlas, y vido el Almirante lugar apto para ellas y almejas, que es señal dellas, y entendía el Almirante que allí venían naos del Gran Can, y grandes, y que de allí á tierra firme habia jornada de diez dias. Llamó el Almirante aquel rio y puerto de San Salvador.

Cristóbal Colón

BIBLIOGRAFÍA.

Castro Ruz, Fidel: "Discurso", en Granma, 18 de agosto de 1995, p. 8. En la Cumbre de los Jefes de Gobierno de los estados miembros de la AEC, en Trinidad y Tobago.

"Intervención", en Granma, 19 de agosto de 1995, p. 4-5. En la segunda sesión de trabajo de la cumbre de la AEC, en Trinidad y Tobago.

"Discurso, en Granma, 7 de agosto de 1998, p. 6. En el acto de masas efectuado en Mandela Park, Jamaica.

"Discurso", en Granma, 22 de agosto de 1998, p. 8. En la reunión especial de Jefes de Estado y de Gobierno del CARIFORO, en República Dominicana.

Colón, Cristóbal: Diario de navegación. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1961.

Martí, José: Diarios de Campaña. La Habana, Casa Editora Abril, 1996. Edición crítica, cotejada según originales, presentación y notas de Mayra Beatriz Martínez y Froilán Escobar.

Obras Completas. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1991. Tomos 2-5, 7-9, 17, 19-20

Tamayo, José Antonio:"Convención Internacional de Turismo Cuba 2000", en Hosteltur, No. 76, junio del 2000, p. 100-104.

 

 

 

Autor:

Eduardo Puente Fernández

Escuela de Hotelería y Turismo (FORMATUR)

Cátedra Martiana del sector del Turismo Holguín CUBA