- Justificación
- Importancia del arbolado para la ciudad de Guadalajara
- El ambiente urbano
- Especies de árboles más comunes o de mayor incidencia en Guadalajara
- Conclusión
- Bibliografía
1.1 ¿Qué es un árbol?
Árbol: Planta leñosa, provista de un tallo generalmente simple, que pierde sus ramificaciones inferiores con la edad, y constituye entonces lo que se denomina tronco, cuya parte desnuda varía de 1.50 a 4 metros, ramificándose en este punto o prologándose hasta el extremo superior, con una ramificación más o menos desarrollada. Lo que caracteriza al árbol, es a la vez, la robustez que adquiere su tronco, la amplitud de su ramificación y la longevidad, que varían, sin embargo, considerablemente (S. MOTTET y J. HAMM, 1970)
Figura 1.- Anatomía externa del árbol (COVARRUBIAS, 1991)
A los árboles se les suele agrupar de una manera muy general en dos categorías: árboles de hoja perenne y árboles de hoja caduca. Los de hoja perenne, o perennifolios, son los que mantienen las hojas durante todo el año; estos árboles pierden hojas viejas y forman hojas nuevas continuamente. Hay dos tipos básicos de hoja perenne: 1) la acicular o aguja, tipificada por la hoja rígida, delgada o escamosa y resinosa de casi todas las coníferas y 2) la hoja ancha de las angiospermas, común sobre todo en regiones tropicales, pero con algunos representantes en zonas templadas. Los árboles caducifolios o de hoja caduca son todos de hoja ancha y pierden todo el follaje una vez al año, casi siempre cuando se acerca la estación más fría o más oscura.
Todos los árboles son plantas con semillas, pero entre ellos hay gimnospermas, en su mayor parte con piñas o conos; y angiospermas, que son plantas con flor. Las angiospermas se dividen en dos clases: Liliópsidas (monocotiledóneas) y Magnoliópsidas (dicotiledóneas) en función de la estructura de la semilla. La mayor parte de las 60.000 ó 70.000 especies de árboles son dicotiledóneas; sólo hay unos centenares de monocotiledóneas y menos de un millar de gimnospermas.
Los cinco órdenes vivientes de gimnospermas engloban sobre todo especies arbóreas. Los más importantes son Pinales y Taxales, que constituyen las coníferas. Entre las angiospermas son pocas las especies monocotiledóneas de porte arbóreo; la única familia de monocotiledóneas formada en buena parte por árboles es la de las Palmáceas, cuyos géneros son originarios de las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Las dicotiledóneas comprenden casi todos los árboles de hoja ancha, distribuidos por todo el globo
1.2 El proceso de la fotosíntesis
La mayoría de los autótrofos (entre ellos los árboles) fabrican su propio alimento utilizando la energía luminosa. La energía de luz se convierte en la energía química que se almacena en la glucosa. El proceso mediante el cual estos autótrofos fabrican su propio alimento se llama fotosíntesis. Los seres vivientes dependen directa o indirectamente de la luz para conseguir su alimento. Algunos heterótrofos, como las vacas y los ciervos, comen plantas. Otros heterótrofos como los lobos y los coyotes, se comen a los que comen plantas. Por lo tanto podemos decir que la energía que atrapan los autótrofos se mueve a través de todos los seres vivos.
La fotosíntesis es un proceso complejo. Sin embargo, la reacción general se puede resumir de esta manera:
Enzimas
6CO2 + 12H2O + Energía Solar C6H12O6 + 6O2 + 6H2O (Bióxido (Agua) Clorofila (Glucosa) (Oxígeno) (Agua) de Carbono)
La luz es la fuente de energía que atrapa la clorofila, un pigmento verde en las células que los autótrofos utilizan para la fotosíntesis. El bióxido de carbono y el agua son las materias primas. Las enzimas y las coenzimas controlan la síntesis de glucosa, a partir de estas materias primas.
Figura 2.- El proceso de la fotosíntesis (ALEXANDER, 1992)
En los últimos años se ha observado una disminución considerable del bosque urbano, muchos de los árboles han desaparecido del paisaje de nuestra ciudad, trayendo consigo un deterioro del ambiente, que se ha manifestado en una reducción de la humedad atmosférica y un aumento de la temperatura y contaminación.
Muchos de los sujetos forestales haciendo honor a su investidura murieron de pie, por causas naturales o bien por la acción de plagas y enfermedades que los aquejaron sin que nadie hiciera algo por ayudarlos, otros debido al avance incesante de la mancha urbana fueron quedando ahorcados entre el concreto y el asfalto que terminó por asfixiarlos, muchos de ellos sucumbieron a los fuertes vientos que azotan a esta gran urbe en época de lluvias, desde que la otrora cortina rompevientos formada por árboles de gran envergadura fue paulatinamente quedando dentro de la ciudad y sus componentes derribados uno a uno por representar un peligro para sus moradores, al estar en un lugar inadecuado de acuerdo con sus dimensiones y características. La gran mayoría han sucumbido por la falta de conciencia y cultura ambiental de los ciudadanos y las autoridades que nos gobiernan.
Esto ante la incesante tala que se esta llevando a cabo, aún cuando técnicamente no es lo más recomendable al existir alternativas que nos pueden permitir una convivencia en armonía con estos compañeros nuestros. Pero quizá lo más triste que se observa, consiste en que una vez tirado el árbol ni el ciudadano común ni las autoridades han hecho algo por reponerlos, no se aprecia en los hechos un programa de manejo adecuado para el bosque urbano, no existe una repoblación forestal y cada vez más la ciudad se va quedando sin árboles.
Ante esta realidad a la que nos enfrentamos y tomando en cuenta el refrán popular "es más fácil amansar que quitar mañas", se debe poner un mayor énfasis en establecer programas de concientización dirigidos a los niños y jóvenes, ya que son el presente y futuro, enfocándose a que se constituyan en agentes multiplicadores de un nuevo rol social, que conciban al árbol como nuestro compañero inseparable, como el individuo que nos conecta con la naturaleza en este mundo de concreto y acero, donde además de beneficiarnos con la producción de O2, equilibrar la temperatura, proporcionar sombra, reducir contaminantes y polvos, nos abastece del recurso con el que se construyó la cuna donde nos meció nuestra madre, el pupitre donde aprendimos nuestras primeras letras y hasta el ataúd que acompañó a nuestros ancestros de regreso a la madre tierra.
Sin embargo no basta con una buena propuesta de acción se necesita también de la competencia de las personas que los implementen, de otro modo se caerá en voluntarismos utópicos que a nada conducen, en la educación formal se requiere de profesores preparados y comprometidos, que logren generar el interés en los educandos desde los niveles inferiores hasta los superiores, y, que por convicción, y no solo por pasar la materia se engendre una nueva cultura donde el bosque urbano ocupe el lugar preponderante que le corresponde.
3. IMPORTANCIA DEL ARBOLADO PARA LA CIUDAD DE GUADALAJARA
3.1 Presentación
Es indudable que los problemas de degradación ambiental y de depredación de los recursos del planeta, se han convertido ya, en un asunto de sobrevivencia, y en un serio obstáculo para mantener las condiciones de bienestar social generalizado. El irreversible proceso de urbanización, que apunta a un horizonte mundial en el qué dos de cada tres personas habitan en zonas urbanas, amenaza con romper el equilibrio de los recursos naturales básicos como; la flora, la fauna, el agua, el suelo agrícola y forestal.
Mucho se ha mencionado sobre la importancia del estudio y conservación del ambiente en las ciudades, de la realización de campañas de verificación vehicular y del control e inspección periódica de la emisión de contaminantes a la atmósfera por parte de las industrias, pero la verdad es que poco se ha hecho y nada o casi nada se ha logrado por revertir la problemática ambiental que aqueja a las grandes ciudades, y en lo particular a la ciudad de Guadalajara. A cuatro siglos y medio de su fundación, Guadalajara se ha convertido en la segunda ciudad de la República Mexicana y una de las de más rápido crecimiento en el mundo.
Hasta hace cuatro décadas, a pesar de ser ya la "capital del Occidente mexicano", era una ciudad atractivamente tranquila, con todo el encanto de la provincia; sin embargo, al crecer vertiginosamente, una serie de problemas empezó a presentarse, entre ellos la contaminación que ha venido deteriorando el ambiente tapatío dentro de la mancha urbana, que ahora forma una zona conurbada que abarca varios municipios. A finales de los años 60's, cuando Guadalajara tenía ya su tapatío "un millón", y la hoy zona metropolitana afirmaba su potencial industrial, la contaminación del medio ambiente empezó a mostrarse por todos los rumbos de la ciudad. Su crecimiento veloz y anárquico ha generado diversos tipos de asentamientos con una característica diferencial de servicios, equipamientos urbanos y calidad ambiental, éste tipo de asentamientos son muy notorios en toda la periferia de Guadalajara, inclusive en aquellas áreas consideradas de alto riesgo, ya sea por la pendiente topográfica que presentan (como el Cerro del 4), imposibilitando la dotación de servicios municipales, o por encontrarse cercanas a las fuentes fijas de contaminación como lo son las fábricas de la Zona Industrial.
Entre las industrias que emiten más contaminantes a la atmósfera se encuentran la Cementera Guadalajara, las industrias cárnicas y las tenerías; les siguen la compañía Fertimex, las Aceiteras y las Siderúrgicas (entre otras), sin olvidar las constantes emanaciones de olores fétidos y putrefactos que genera el Rastro Municipal y que son insoportables, afectando a todas las colonias aledañas al mismo. De está manera, la atmósfera se ve perturbada por la sobre carga de aerosoles y partículas de origen industrial, a esto hay que agregarle un crecimiento sin precedentes, en lo que al número de vehículos automotores se refiere y que ha hecho del aire una cloaca. Además de que la nube de contaminantes atmosféricos generados en la Zona Industrial se transporta por dispersión a las áreas circunvecinas dependiendo de la dirección de los vientos dominantes. Es común escuchar las quejas de los ciudadanos sobre la problemática de la contaminación ligada a la calidad del aire y el agua, sobre todo en los alrededores de la Zona Industrial, así como del clima que año con año se vuelve más hostil.
Por otro lado el capital industrial se ha mostrado renuente ante la idea de salir de la Zona Industrial para reubicarse fuera de la Zona Conurbada. Sobre todo aquellas industrias que continuamente son señaladas por los habitantes de las colonias aledañas como las que más contaminan, entre estas se encuentra la Cementera Guadalajara.
En tanto los filtros biológicos, que son las áreas verdes, no aumentan con la misma rapidez que la mancha urbana, sino al contrario, se reducen, pues los pocos terrenos públicos que existen en el área conurbada, en lugar de dedicarse a espacios verdes o áreas deportivas, son comercializados por las propias autoridades o entregados en comodato para muy variados fines, lo que agrava aún más el problema de la contaminación en Guadalajara.
Ya que las áreas verdes o los denominados espacios libres, repartidos racionalmente en las ciudades hacen el papel de áreas reguladoras del medio ambiente, y además de contribuir a su depuración, actúan como correctores de ciertos efectos nocivos originados por el urbanismo.
Las políticas irresponsables que se han estado llevando a cabo en materia de planeación y desarrollo urbano, son una de las principales causas del deterioro ecológico que presenta nuestra ciudad, en donde la indiferencia y la corrupción que existe en las dependencias encargadas de regular su crecimiento, han llevado a esta a una problemática cuyos efectos irreversibles son ignorados o considerados livianamente.
3.2 Descripción del área de estudio
Guadalajara (Jalisco, México), ciudad mexicana, capital del estado de Jalisco, situada cerca del río Grande de Santiago, a 1.567 m de altitud. El lago de Chapala, el más grande de México, se encuentra 38 km al sur. El clima seco y templado de la ciudad, sus atractivos alrededores y su rico folclore (las bandas de mariachis acompañan casi todas las festividades) la han convertido en un popular centro turístico y de esparcimiento. Guadalajara se extiende sobre una fértil región agrícola y es un importante centro comercial. La planta hidroeléctrica de las cataratas de Juanacatlán es la principal fuente de energía de la industria. Entre los principales productos manufacturados se encuentran tejidos, artículos de cuero, muebles, sombreros y prendas de vestir. Sus artesanos realizan trabajos de cerámica y cristalería de alta calidad.
Fundada en 1530 y declarada ciudad en 1539, Guadalajara acogió a varios grupos reformistas entre 1810 y 1858. El mural de la catedral (siglo XVI), denominado La Asunción de la Virgen, de Bartolomé Esteban Murillo; el templo de San Francisco (siglo XVII); el hospicio Cabañas, diseñado por el escultor y arquitecto valenciano Manuel Tolsá a finales del siglo XVIII, y el palacio del gobernador son ejemplos representativos del arte colonial español. Las principales instituciones culturales y educativas de la ciudad son la Universidad de Guadalajara (1792), la Universidad Autónoma de Guadalajara (1935) y la casa-museo del pintor José Clemente Orozco. Ha experimentado un crecimiento demográfico considerable en las dos últimas décadas y se ha convertido en la segunda ciudad del país. Entre el 18 y el 19 de julio de 1991 se celebró en ella la I Cumbre Iberoamericana. Población (según estimaciones para 1995), 1.633.216 habitantes.
3.3 Importancia del arbolado y sus beneficios
En la actualidad los árboles tienen una función muy importante para la ciudad. Sí consideramos a los bosques como el conjunto de los árboles agrupados en grandes extensiones de terreno, podemos considerar de acuerdo a este término que el conjunto de los árboles de las áreas verdes urbanas, constituyen un "Bosque Urbano" y de igual manera podemos obtener sus "servicios", y por lo tanto es importante tomar en cuenta la influencia que el árbol tiene sobre el medio ambiente y por consecuencia las variaciones o alteraciones en las condiciones ambientales que afectan al árbol.
El árbol tiene múltiples funciones y generalmente contribuye con sus beneficios a mejorar la calidad del ambiente urbano, obteniéndose mayores beneficios cuando se establece un criterio técnico en su manejo (ubicación, tipo de especie, características del medio y de la especie, mantenimiento, etcétera), a través de un programa de "silvicultura urbana".
3.3.1 Beneficios directos
Son todos aquellos bienes materiales que obtiene el hombre de los árboles, los cuales nos proporcionan; material de construcción, alimentos, combustible, resinas, follaje y medicamentos, ayudan a incrementar la productividad de los cultivos, a consentir la producción en tierras marginales y a sostener una intensificación de la agricultura. Proporcionan también, refugio para la fauna (pájaros, roedores e insectos, entre otros), así como un valor estético y psicológico, ya qué los tonos verdes producen tranquilidad.
3.3.2 Beneficios indirectos.
Son todos aquellos beneficios que obtenemos a partir de las funciones de los árboles y de la influencia que éstas ejercen sobre el medio ambiente (Fig. 3).
Figura 3.- Beneficios indirectos que nos proporciona el arbolado y que actúan en el medio ambiente, como proteger el suelo de la radiación, precipitación y del viento (COVARRUBIAS, 1991)
ALGUNOS BENEFICIOS DE LA VEGETACIÓN URBANA
Los árboles plantados en una ciudad no solo mejoran el aspecto del paisaje urbano, sino que proporcionan un sin número de beneficios a sus habitantes (Fig. 4) (SEDUE, 1991):
- Amortiguan la densidad del ruido y sonidos molestos.
- Sirven de barrera evitando la dispersión aérea de partículas como el polvo, humo y hollín. Ordinariamente, las partículas se depositan en la vegetación por medio de tres procesos; 1) Sedimentación por gravedad, 2) Impactación por acción eólica y 3) Acumulación por precipitación.
- Los árboles con follaje ancho son los más eficaces para asimilar los desechos del aire, dado la favorable relación entre superficie y volumen de su follaje, lo que ayuda a la remoción de las partículas suspendidas en la atmósfera (SÁNCHEZ, R. Y MEZA, F., 1986).
- Absorben el bióxido de carbono y restituyen el oxígeno a la atmósfera.
- Favorecen la regulación de la temperatura en áreas específicas (dan sombra).
- Ayudan a la eliminación o reducción de olores desagradables.
- Evitan la erosión de laderas y pendientes de lomeríos y cerros circundantes.
- Favorecen la privacía de jardines y casas particulares.
- Favorecen el restablecimiento de la fauna urbana benéfica.
- Contribuyen a la infiltración de agua y a la recarga de los mantos acuíferos.
- Favorecen la economía familiar (árboles frutales).
Retención De Partículas Suspendidas (PST), Polvo, Hollín, Humo
Figura 4.- En el medio urbano e industrial el arbolado tiene una importancia que va de lo estético a lo funcional (como barreras visuales y filtros biológicos)
Una hectárea de bosque, con 100 árboles adultos cuyo diámetro de copa es de 14.3 metros y una superficie cubierta de 160 metros cuadrados, de acuerdo a estimaciones realizadas, se comprobó que efectúan las siguientes funciones de suma importancia (DICSA, 1990):
A) Funciones físicas: reducción de la velocidad del viento en un 60%, filtración de una tonelada de polvo al año, y bien es sabido que el polvo lleva bacterias, virus y gases de escape, así mismo se observó que el arbolado diluye las emisiones nocivas entremezclándolas con el aire, amortigua el sonido, es donador de sombra y protege contra los rayos ultravioleta.
B) Funciones fisiológicas: consumen 2.55 Kg de CO2 por hora para lo que son utilizados cerca de 4 mil litros de aire (Fig. 5) y producen 1.77 Kg de oxígeno por hora. La producción por día de oxígeno es igual a la que necesitan 64 personas (154 metros cuadrados de hojas de un tipo de vegetación, producen oxígeno necesario para una persona adulta durante un año), además son un elemento básico para la evaporación, ya que en un día soleado (400 lux) bajo un árbol, aumenta la humedad relativa del aire hasta un 10%, y disminuye la temperatura hasta 2 grados centígrados (DICSA, 1990; RAPOPORT, 1988).
3.4 Consecuencias provocadas por el descuido en el mantenimiento y
selección del arbolado urbano
Los árboles presentan algunos inconvenientes dentro de las zonas urbanas, pero en comparación con sus beneficios resultan menores, ya que pueden prevenirse o solucionarse mediante una oportuna atención en su mantenimiento y en la selección de las especies mejor adaptadas.
Entre los daños u obstrucciones que observamos con mayor frecuencia en la ciudad (Fig. 6), se encuentran los siguientes:
- Daño a instalaciones aéreas, telefónicas y eléctricas.
- Daño a vehículos y a las fincas.
- Daño al pavimento, a la red de agua potable y al drenaje.
- Daño a otras plantas.
- Obstrucción de señalamientos de tránsito y vialidad.
- Obstrucción de anuncios publicitarios.
- Obstrucción de la visibilidad de automovilistas y peatones.
- Aporte de desperdicios y obstrucción de alcantarillas.
Las ciudades constituyen el más artificial de los ambientes y paisajes (SCHMID, 1975). El mesoclima urbano como lo describe Landsberg (1970) es un claro índice del grado de modificación al que puede llegar un hábitat creado por el hombre, pues comparado con el ambiente rural circundante, en el ambiente urbano la temperatura, la nubosidad, precipitación pluvial y contaminantes son mayores mientras que la velocidad del viento y la humedad relativa disminuyen.
Se debe considerar que los edificios pueden reirradiar hasta un 90% de la energía calorífica que reciben del sol (RAPOPORT, 1988), lo contrario de lo que sucede en los bosques, donde un 60% a un 70% de la radiación es capturada. Así mismo en la atmósfera urbana existen alteraciones microclimáticas dadas por efectos de la combustión (industrial, automovilística y doméstica) que contribuyen a incrementar la temperatura, formando el exceso de calor una "isla", alrededor de los edificios, esto dependerá de las actividades y concentración urbana (RAPOPORT, 1988).
Esta isla de calor requiere de fuertes vientos para ser desplazada de lo contrario por efectos atmosféricos se provoca una inversión térmica, esto es que el calor junto con la contaminación atmosférica quedan atrapados entre dos capas de aire frió, con lo que el proceso de movimiento natural de la atmósfera se paraliza por un tiempo indefinido, hasta que las condiciones atmosféricas cambian y la capa de inversión se destruya. Este fenómeno natural es mucho más frecuente en la época de invierno teniendo efectos sobre las plantas. El aumento de temperatura anticipa y prolonga la duración del crecimiento de las mismas, mientras que la concentración de contaminantes aéreos es suficiente para contrarrestar cualquier beneficio (SCHMID, 1975).
Algunas especies requieren de condiciones especializadas, que a veces pueden modificarse aplicando alguna técnica de silvicultura. Debido a las condiciones adversas que prevalecen en el medio urbano, la vegetación esta sometida a un continuo stress lo que puede disminuir su crecimiento o incluso provocar su muerte.
La naturaleza ha sido vista como un embellecimiento superficial, como un lujo, que sólo los que poseen una capacidad económica elevada pueden dárselo, más que como un elemento esencial que permea la ciudad, que define la calidad del medio: el agua que bebemos, el aire que respiramos, la tierra en la que estamos asentados y los organismos con los que compartimos el espacio, (IMAZ, 1992).
El escaso conocimiento que se tiene sobre la importancia de los "Bosques Urbanos", ha provocado que las pocas regulaciones que se han decretado para intentar conservar los (cualitativamente y cuantitativamente) en buen estado y mantener una calidad ambiental, se perciban como restricciones o castigos y no como la necesidad de originar nuevas formas y reglas, para que el desarrollo urbano e industrial estén en equilibrio y armonía con el medio ambiente.
Por todo lo anterior, es importante considerar la influencia del ambiente urbano sobre la vegetación que queda expuesta a varios factores, que pueden ser determinantes para la presencia de ésta. Entre los principales factores podemos citar los siguientes:
- La disminución de la provisión de agua por efecto de la pavimentación de calles, cubrimiento de aceras y obras de drenaje para agua de lluvias.
- Disminución de la radiación solar y del tiempo de insolación.
- Reducido espacio vital para el desarrollo de raíces y follaje.
- Intermitente corte de raíces por obras públicas para la introducción de cañerías y tuberías subterráneas.
- Destrucción involuntaria o voluntaria de las partes aéreas (vandalismo, accidentes automovilísticos, hundimientos, etc.).
- Incremento de sales por orina.
- Presencia de compuestos químicos nocivos (detergentes, aceites, etc.).
- La lluvia ácida y la contaminación.
- Disminución sensible de la materia orgánica del suelo.
- Cambios en el régimen de evapotranspiración.
- Podas periódicas e irracionales realizadas por la Comisión Federal de Electricidad y Teléfonos de México.
- Proceso de nivelación de terrenos y pisoteo continuo.
- Cosmopolitismo (sustitución de plantas endémicas por exóticas).
- Falta de mantenimiento y planificación.
- Falta de jardineras elevadas, que sirvan como protección
4.1 Áreas verdes en Guadalajara
La ciudad de Guadalajara padece graves problemas de contaminación atmosférica, debido a una notable insuficiencia de áreas verdes, y al incremento de vehículos automotores, principalmente. Las ciudades deben contar con un mínimo del 20 % de su superficie, para áreas verdes arboladas. En el mismo sentido, muchos expertos en desarrollo urbano, consideran que se debe contar con un mínimo de 10 metros cuadrados de áreas verdes por habitante (GONZÁLEZ, 1986).
Nuestra ciudad cubre una superficie aproximada de 450 Km2 de los cuales, 9 Km2 corresponden a áreas verdes. De acuerdo con los requerimientos mínimos establecidos por la organización Mundial de la Salud, existe un déficit de 81 Km2 de áreas verdes. Para 1984 había 3.5 millones de habitantes en la Zona Metropolitana, entonces, según estos datos a cada habitante le corresponden 2.5 metros cuadrados de espacios verdes, lo que nos habla de un faltante de 7.5 metros cuadrados de áreas verdes por ciudadano (Fig. 7).
Las áreas verdes de la Zona Metropolitana se encuentran distribuidas de la siguiente manera; 18 plazas centrales, 19 parques, 122 jardines, 22 glorietas, 890,000 metros cuadrados de camellones y 86 hectáreas del parque "Los Colomos". De los cuatro sectores en que se divide la ciudad: Hidalgo, Libertad, Reforma y Juárez, éste último es el menos arbolado.
Existen 3,069 vías, de las cuales 30 son calzadas, 86 avenidas, 59 paseos y 1 boulevard. La población actual es de 4 millones de habitantes aproximadamente, en toda la Zona Metropolitana (BRISEÑO, 1998)
Figura 7.- Áreas Verdes en la ciudad de Guadalajara
* Superficie Aproximada: 450 Km2
* Áreas verdes: Plazas, Parques, Camellones, etc.
5. ESPECIES DE ÁRBOLES MÁS COMUNES O DE MAYOR INCIDENCIA EN
GUADALAJARA
Naranjo Agrio (Cytrus aurantium), familia de las rutáceas. De origen oriental. Fue introducido a Europa y después a América desde hace muchos siglos. Por lo aromático de su follaje y de sus flores así como también por el bello color de los frutos maduros, se le tiene como ornamental. Por no alcanzar gran talla ni tener sistemas radiculares que dañen a las construcciones, es ideal para forestar en banquetas angostas dentro de las poblaciones. Árbol de 5 a 10 metros de altura.
Ficus (Ficus benjamina), familia moráceas. Es una especie del Asia tropical, de reciente introducción en nuestro medio. De gran belleza por su follaje péndulo en dos tonalidades de verde.
Fresno (Fraxinus udhei), familia oleáceas. Existen en nuestro medio de montaña otras muchas especies de fraxinus, algunas muy corpulentas, pero hay que tener en cuenta que son caducifolias. Árbol de 15 a 25 metros de altura. Distribución: Jalisco, Michoacán, México, Hidalgo, Veracruz, Puebla y el DF, por lo general forma parte del bosque de galería.
El principal uso que se le da es como planta de sombra y ornato en avenidas, parques y jardines por la belleza de su follaje. La madera, de excelente calidad, se utiliza en la fabricación de muebles finos, artículos deportivos y torneados, decoración de interiores, mangos para herramientas e implementos agrícolas.
La corteza y las hojas contienen un alcaloide llamado Fraxina que posee propiedades febrífugas. La infusión que se obtiene del conocimiento de la corteza y/o las hojas se utiliza en medicina casera para bajar la fiebre.
Trueno (Ligustrum lucidum), familia oleáceas. Árbol de 6 a 8 metros de altura, perennifolio, originario de China, Corea y Japón. Se cultiva en diversas regiones templadas de México. El principal uso que se le da es como planta de sombra y ornato en calles, panteones, avenidas, parques y jardines por lo vistoso de su follaje y la belleza de sus flores de color blanco crema.
Casuarina (Casuarina cunningamiana), familia casuarinaceae. Árbol de 12 a 24 metros de altura, perennifolio, originario del este y norte de Australia y que se cultiva en diversas regiones tropicales y subtropicales de México.
El principal uso que se le da es en programas de reforestación, fijación de dunas y terrenos flojos y húmedos, establecimiento de cortinas rompevientos y como planta de sombra y ornato en calles, parques y jardines. La madera es dura y pesada y se utiliza para leña y carbón, paneles, muebles, artículos torneados, mangos para herramientas, postes, vigas, instrumentos musicales, embarcaciones y pulpa para papel.
Jacaranda (Jacaranda mimosifolia), familia bignoniaceae. Árbol de 10 a 15 metros de altura, caducifolio, originario de América del Sur. Se cultiva en algunas regiones tropicales y subtropicales de México.
No tiene uso industrial. El principal uso que se le da es como planta de sombra y ornato a la orilla de caminos, avenidas, y en parques y jardines por la belleza y colorido de sus flores morado – azules.
La madera es de mala calidad y se utiliza localmente como leña.
Alamillo (Populus tremuloides), familia salicaceae. Árbol de 12 a 20 metros de altura, caducifolio. Distribución: Sonora, Chihuahua y Durango. Forma parte del bosque de coníferas; se le encuentra con frecuencia en sitios húmedos y protegidos.
Su principal producto es la madera que se utiliza para aserrío y en la fabricación de pulpa para papel.
Galeana (Spathodea campanulata), familia bignoniaceae. Árbol de 15 a 20 metros de altura, caducifolio, originario de África tropical. Se cultiva en algunas regiones tropicales y subtropicales de México.
El principal uso que se le da es como planta de sombra y ornato de avenidas, parques y jardines por la belleza de sus flores de color rojo – naranja. La madera es de mala calidad y se utiliza localmente como leña.
Laurel de la India (Ficus retusa), familia moraceae. Árbol de 15 a 20 metros de altura, perennifolio, originario de la India y Malasia. Se cultiva en diversas regiones tropicales de México.
El principal uso que se le da es como planta de sombra y ornato a la orilla de los caminos, parques y jardines por la belleza de su follaje.
Paraíso (Melia azederash), familia meliaceae. Árbol de 12 a 15 metros de altura, caducifolio, originario de Asia Meridional. Se cultiva en algunas regiones tropicales y subtropicales de México.
El principal uso que se le da es como planta de sombra y ornato en parques y jardines por la belleza de sus flores de color malva y por sus frutos amarillos y muy decorativos.
La madera se utiliza localmente para leña, mangos para herramientas e implementos agrícolas, muebles y gabinetes, instrumentos musicales, artículos torneados, ebanistería, juguetes y fabricación de papel para imprenta.
Los frutos, flores, hojas y corteza poseen propiedades insecticidas por la presencia de dos alcaloides, paraisina y azesidina. Los animales que ingieren algunos frutos pueden morir en 24 horas.
Tuya (Thuja occidentalis), familia cupresáceas. Especie originaria de Norteamérica. Se le puede usar como seto vivo cuando está en corta edad. Pues ya adulto se transforma en un árbol.
Tabachín (delonix regia), familia leguminosae. Árbol de 12 a 15 metros de altura, caducifolio, originario de Madagascar y que se cultiva en algunas regiones tropicales y subtropicales de México.
Se utiliza como planta de ornato por la belleza de sus flores de color rojo – naranja. A menudo se encuentra plantada a lo largo de las orillas de los caminos así como en parques y jardines. La madera es de mala calidad y se utiliza como combustible localmente.
5.1 Estudio de caso sobre la relación cantidad – especie de los árboles más
comunes en el Sector Juárez de Guadalajara
Las siguientes gráficas provienen de una recolección de datos llevada a cabo en el Sector Juárez, en una superficie aproximada de 257.4 hectáreas.
Especies Más Comunes o de Mayor Incidencia | |
Especie | Cantidad |
Naranjo Agrio | 714 |
Ficus | 586 |
Fresno | 586 |
Trueno | 305 |
Casuarina | 223 |
Jacaranda | 206 |
Alamillo | 174 |
Galeana | 108 |
Laurel de la India | 104 |
Paraíso | 102 |
Tuya | 86 |
Tabachín | 31 |
Debido a los numerosos productos y beneficios que proporcionan, los árboles y arbustos son un patrimonio para todos los habitantes de la Tierra. Su importancia ya era reconocida por el hombre desde tiempos remotos.
En los bosques, los árboles y arbustos controlan la temperatura ambiental debido a que su follaje intercepta, absorbe y refleja la radiación solar abatiendo las temperaturas extremas de una localidad determinada. En otras palabras, en el interior de un bosque los cambios de temperatura son menos drásticos que en una zona desprovista de vegetación.
El follaje de los árboles y arbustos amortigua el impacto de la lluvia y permite su escurrimiento por las ramas y fustes hacia el suelo, obligándola a derivar lentamente por las laderas e introducirse en los perfiles interiores, para incorporarse después a las corrientes subterráneas que originan los manantiales.
Además de regular el ciclo hidrológico los árboles y arbustos liberan oxígeno al ambiente, proporcionan hábitat y alimento a la fauna silvestre, protegen el suelo de la erosión y favorecen su fertilidad ya sea por medio de los compuestos nitrogenados que se forman en las raíces de muchas especies o bien por medio de la descomposición que sufren ramas, hojas, flores y frutos, los que forman el mantillo que más tarde se convierte en rico suelo vegetal.
En el medio rural, los árboles y arbustos proporcionan a la gente del campo diversos productos entre los que destacan la leña y el carbón, madera para construir viviendas y artículos de uso agrícola y doméstico, semillas, frutos y follaje, néctar, ceras, grasas y aceites, tanino y sustancias medicinales, gomas, látex, resinas y colorantes, así como esencias y condimentos.
En el medio urbano la presencia de árboles y arbustos en avenidas, parques y jardines refresca el ambiente y da diversidad y armonía al paisaje por lo vistoso de su follaje y por la belleza de sus flores y frutos. Árboles y arbustos en las grandes ciudades ayudan a reducir la contaminación del aire ya que sus hojas absorben gases tóxicos e interceptan partículas de contaminantes sólidos. Lamentablemente altas concentraciones de éstos los matan lentamente.
Desde el punto de vista industrial, muchas especies de árboles y arbustos son muy apreciadas por su madera o porque producen goma, cera, látex, alcaloides, esencias, colorantes, resinas, etc. Tales productos se utilizan para fabricar pulpa para papel, triplay, tableros, muebles, duela, lambrín, parquet, pintura, lacas, barnices, explosivos, lubricantes, perfumes, fármacos, jabones, tintas, insecticidas, etc.
Desafortunadamente, el desconocimiento del hombre acerca de la importancia de los árboles y arbustos, así como la necesidad de satisfacer sus más esenciales necesidades, ha propiciado la destrucción de extensas zonas de vegetación en diversas partes del mundo, en particular en países en desarrollo con recursos forestales. Esta destrucción acelerada de los bosques naturales, además de alterar el equilibrio ecológico y dañar considerablemente la economía de la región afectada ha colocado en peligro de extinción a diversas especies de plantas y animales, y en algunos lugares poblaciones completas de árboles producto de millones de años de evolución han desaparecido de, la faz de la Tierra, muchas veces sin haber sido estudiadas completamente.
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Gustavo Daniel Martín del Campo Becerra