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Doctrina del servicio policial (página 4)


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En este contexto de amenaza nace el concepto de esta ética. Por otro lado, en una era donde lo "humano" en general (la vida y la dignidad) está en peligro extremo, pues ha perdido todo valor intrínseco, nace un nuevo deber. Este, antes de ser "progreso" o "perfección", será el de "preservación" de la vida humana y de su dignidad, y de la "prevención" de todo aquello que pueda amenazarlas. Este presupuesto de la "ética de la responsabilidad" es adecuado para el caso peruano, cuya crisis aparece justamente reflejar una "irresponsabilidad" estructural por lo menos de toda la vida republicana.

Otro punto a favor de esta ética es que busca acuerdo entre diversos "intereses" en la medida en que es más fácil señalar al unísono el "mal" a evitar que el "bien" a realizar. No creemos que se trata de elaborar teorías sobre el "policía o el hombre verdadero" o "nuevo" o lo que "debe ser" el policía o el hombre, sino más bien que el "hombre, el policía sea", que "exista", que la vida de los hombres "esté garantizada", pero no cualquier vida, sino una vida "como ser humano". El imperativo por la "vida" querrá decir, claro está, "no matarás"; pero también "nos comprometeremos a posibilitar la vida según la dignidad" de todos nuestros congéneres, y no de ciertos sectores en desmedro de otros.

Podemos decir que los axiomas fundamentales de esta ética no descansan en sentimientos nobles, sino en el imperativo de la responsabilidad. Considera que el alcance de nuestras acciones, al ser mucho más extenso que en el pasado, exige "sobriedad" y "cautela.

En esta parte del trabajo podemos decir que la responsabilidad será co-extensiva con el poder. A mayor poder, mayor responsabilidad. ¿Frente a qué? Frente al futuro, frente a aquellos que hoy no tienen voz ni voto. Esta responsabilidad se sabe pues humilde, conoce sus limitaciones prediptivas. Por tanto, los principios que darán fundamento a esta ética no pueden ser meros "sentimientos", "sueños" o "deseos". Se trata de hallar para la PNP fundamentos sólidos, teóricamente consistentes. Ésta es labor de una "teoría ética".

Si hay ética es porque la voluntad humana responde a un llamado de orden "ontológico" u "objetivo". El derecho a la vida humanamente digna no es fruto de una percepción subjetiva histórica, contingente, que puede pasar por las épocas (como otros valores variables). El imperativo de la responsabilidad es la respuesta a esa exigencia absoluta, ineludible de la naturaleza y de los hombres (si la naturaleza tiene valor es porque la condición de la existencia del hombre es la existencia de la naturaleza)

CAPITULO V

La doctrina policial: el servicio para una sociedad en cambio

  • A. El factor humano en la Policía Nacional del Perú

Es evidente que aunque los objetivos de las instituciones pueden diferir en cierta medida entre unas y otras, las personas que participan en ellas tienen también necesidades y objetivos que les resultan de especial importancia. Todos los Oficiales, a través de nuestra función comprendemos los papeles, la individualidad y la personalidad de cada servidor y los ayudamos a que laboren utilizando su potencial, consideramos a ellos mucho más que un simple factor productivo en los planes de la institución, son miembros de sistemas sociales, con consumidores de bienes y servicios, son miembros de familia y son ciudadanos. En estos papeles distintos, establecen leyes que gobiernan y requieren lineamientos éticos que guíen la conducta y una tradición digna humana.

Muy aparte de lo mencionado, que son generalidades del ser humano como personas, la PNP tiene una filosofía y una doctrina que son absolutamente claras, pero que son en el papel los modelos valederos por que la realidad los ha desbordado.

Cualquier administración implica lograr objetivos, pero es importante que en los resultados los medios nunca deben lesionar la dignidad de las personas. El concepto de dignidad individual significa que debe tratarse a las personas con respeto sin importar cual sea su puesto en la institución. Desde el Dirgen hasta el último servidor contribuyen de igual manera a los objetivos de la PNP. Cada una de estas personas es única y tiene habilidades y aspiraciones diferentes, pero son seres humanos y merecen ser tratados como tales.

No se puede hablar acerca de la naturaleza de las personas sino se considera en su totalidad y no sólo características separadas y distintas, tales como conocimientos, actitudes, capacidades o rasgos de personalidad. Una persona tiene todo esto en diferentes grados. Además, estas características interactúan entre sí y su predominancia en situaciones especificas varia en forma rápida e impredecible. Un ser humano es una persona total que se ve influenciada por factores externos como familia, vecinos, escuelas, iglesia, asociaciones comerciales, políticas y civiles, y que no pueden evitar el impacto de estas fuerzas cuando llevan a cabo su trabajo. Los oficiales de policía debemos aceptar estos hechos y prepararnos para manejarlos. Y no pensar en decir "que no se puede confiar en nadie" pese a que existen varios mitos concernientes a la conducta humana. Las personas desarrollan "teorías respecto a porqué o cuáles son los motivos de la conducta"

Algunos teóricos consideran al individuo como una persona sumamente racional que posee características semejantes a las de las computadoras. De acuerdo con este punto de vista , siempre que la persona se enfrente a una decisión recopilará toda la información disponible sobre la cuestión, la analizará, evaluará cada curso de acción, determinará la razón costo/beneficio asociada con cada uno de ellos y luego elegirá la que le ofrezca el mayor beneficio posible. El modelo racional presenta al hombre como un ente reflexivo, serio y calculador.

En el extremo opuesto se encuentra la teoría del hombre emocional, este modelo, considera al individuo como fuertemente regulado por sus emociones, muchas de sus respuestas por ello son inconscientes.

Hay otras muchas teorías, por ejemplo las teorías conductista y humanista, opinan que el individuo se puede describir sólo desde el punto de vista de sus conductas observables, en contraposición a los pensamientos y los sentimientos.

La necesidad de difundir valores democráticos en los cuales fundamentar los patrones de la interacción social, es una cuestión central en un país que se ha caracterizado por la persistencia de las tradiciones autoritarias en el ejercicio del poder y de la autoridad, en todos los niveles y en casi todas las esferas y actividad (incluida la vida familiar). La adopción de valores y hábitos de interacción éticos, morales y democráticos, conducirá a un mayor desarrollo institucional en la sociedad civil y en las entidades públicas, ampliará el proceso de incorporación de ciudadanos a la vida política, y contribuirá a promover la estabilidad del sistema político, todos requisitos para avanzar hacia la gobernabilidad democrática y buen gobierno..

Las instituciones de la sociedad civil, en particular aquellas que gocen de mayor prestigio y reconocimiento, deben asumir esas tareas de promover una cultura de la democracia, entre ellas se ubica la PNP. El papel de la educación es decisivo en esta perspectiva, se debe fortalecer una formación que promueva los valores democráticos fundamentales como la igualdad de trato, la solidaridad, la verdad y el respeto mutuo, entre otros. La prioridad debe otorgarse a las acciones que promueva la conciencia ciudadana respecto a sus derechos y deberes fundamentales, tomando en consideración el importante papel que juegan, la PNP y otros como los medios de comunicación.

  • C. La Policía Nacional , su doctrina y los nuevos valores éticos.

El Código de Ética Profesional de la Policía Nacional aprobado por Resolución Suprema N° 0140-89-IN/DM de fecha 30 de Junio de 1989, en sus considerandos señala a la PNP como "una institución policial destinada a cumplir nobles y elevados fines, como son proteger a las personas y mantener el orden interno, no podría cumplir su cometido si la personalidad ética de sus miembros no reposa en una sólida moral, cuya observancia permanente garantiza una conducta honorable que es necesario orientar y regular." Es en este sentido que el código contiene los principios y preceptos éticos que fundamentan y procuran el ejercicio digno de la función policial.

Sin caer en mezquindades, en nuestra condición de policías operativos, diremos que el código ha quedado en una "declaración de principios". En estos últimos años hemos podido constatar que un gran porcentaje de servidores dejaron de lado la "personalidad ética" con lo cual han demostrado que no existen bases sólidas en las cualidades y virtudes morales de los que integran las filas policiales, no fundamentan las normas de conducta con un criterio estable y firme de moralidad. Las cualidades morales y virtudes individuales y las virtudes sociales han desaparecido como encanto de magia. Así, podemos afirmar que los deberes para con la sociedad, especialmente el respeto y protección a la familia se han cumplido con meridiano éxito, gracias a que el estado creo las Comisarias para Mujeres, pero no hicimos nada respecto a la promoción, participación y apoyo a las acciones y aspiraciones de la comunidad que permitan su desarrollo socioeconómico, salvo algunas acciones de política institucional de programas recreativos. Dentro de los Deberes para con la Patria, hicimos poco frente a las movilizaciones de masas, quienes – como es de costumbre- enarbolan los símbolos patrios sin el respeto de ser peruanos; hemos contribuido a mantener el orden y ambiente necesario para el desarrollo del país, especialmente en el combate al terrorismo, narcotráfico y otras modalidades delictivas.

Deberes para con la institución, es el Capitulo IV del Código, nos parece que la imagen institucional ha sido desacreditada por la presencia de servidores como integrantes de bandas, asaltantes de bancos, secuestradores; y, el fomento del espíritu de cuerpo, el fortalecimiento de los lazos de camaradería han sido esfuerzos a la creatividad de ciertas dependencias, orientados por el liderazgo del Jefe.

Respecto a los Deberes para con la Profesión, no podemos decir que la conciencia por la función policial ha sido comprendida que; es eminentemente de servicio; se han visto denuncias de corrupción por cobros en los servicios de control de tránsito, en las capturas de sospechosos, controles de fronteras y en los penales, no hemos superado el convencimiento de que el conocimiento y las virtudes profesionales son pilares básicos para el desempeño de la función policial y la plena realización personal; el Juramento, que es lo más noble (Titulo IV) del compromiso de cualquier persona racional, muchas veces han quedado en saco roto, creemos que es parte constitutiva de nuestra cultura: No se honra el compromiso y se jura por jurar aunque este juramento sea firmado y obre en el legajo de cada uno de los integrantes de la PNP.

Y por último el Decálogo del Policía Nacional que extracto los preceptos éticos que necesariamente deben observar sus integrantes en su desempeño cotidiano, está bien estructurado pero no le dan la magnitud del mensaje, no se ha visto una resocialización por dichos principios morales.

Respecto a la Doctrina Policial , diremos que esta debe formular, desarrollar, consolidar la doctrina policial como filosofía integradora, no sólo para consolidar la cultura organizacional, sino también para brindar un eficaz y eficiente servicio policial. Y, frente a los cambios ocurridos en el país, el accionar policial necesita una doctrina absolutamente clara, sencilla, que parta de un modelo propio, que tome en cuenta nuestra realidad social, económica, política y cultural. Nos parece que no es recomendable importar una doctrina policial de otra realidad para implantarla como una innovación en la nuestra., es por ello que en la parte teórica hemos advertido que cada sociedad engendra su propia y peculiar policía,

No olvidemos que la historia del país juega un papel importante en la doctrina policial por que fortalece los valores y rescata las tradiciones y el legado de nuestros héroes y mártires (por lo dicho, no existe doctrina sin principios y valores éticos la doctrina policial no puede ser la excepción)

Las lecturas citadas en el Marco teórico nos dicen que, el Tercer Milenio obliga a la PNP replantear sus principios y valores para desarrollar una cultura organizacional de excelencia que busque la calidad personal como base de la calidad total. Estos valores de la doctrina deben tomar en cuenta –como dijimos- los valores tradicionales y aquellos que tienen importancia en un determinado espacio y tiempo de la sociedad peruana, integridad, honradez, lealtad, respeto a la vida, la libertad de las personas, patriotismo, etc., hasta los valores que son tomados de las nuevas corrientes del pensamiento globalizado: Los Derechos Humanos y la Cultura de la Paz. Esta estructura de principios y valores de la doctrina deben fortalecer la autoestima, cohesión y determinan la política del comportamiento policial en el presente siglo

Finalmente, diremos, que en los últimos tiempos se ha llegado a la conclusión de que la efectividad personal o institucional debe basarse en la ética del carácter, de "adentro hacia afuera". No basta tener hermosos códigos o manuales de ética policial para decir que vamos a mejorar al elemento policial o a la institución. Primero debemos empezar por la persona, por la parte más interna de la persona para así poder cambiar los paradigmas, el carácter y los motivos. Primero la calidad personal y luego la calidad total

CAPITULO VI

Conclusiones y recomendaciones

  • A. CONCLUSIONES

  • 1. La doctrina policial debe considerar claramente la distinción de los conceptos: cultura, valores y normas en el sentido que toda ética, tiene una filosofía que es el contenido de los juicios morales, y estos son diversos de sociedad a sociedad y de persona a persona, permite identificar lo bueno, lo malo y viceversa;

  • 2. Históricamente, la reforma de la religión católica, impactó en la formulación de teorías, sobre los compromisos valorativos que conciernen a la identidad social y; los filósofos morales modernos hasta el momento no han distinguido entre las preguntas ¿Qué clase de acciones debemos realizar? Y ¿Qué clase de cosas deben existir en virtud de sí mismas?

  • 3. Existe una ética de la responsabilidad basada en el limite del poder y de la responsabilidad social que determinan funciones especificas a cumplir, por tanto es importante conocer al factor humano en toda su complejidad que son los papeles, la individualidad y la personalidad de cada servidor policial.

  • 4. El papel de la educación es decisivo, debe fortalecer una formación que promueva los valores democráticos fundamentales como la igualdad de trato, la solidaridad, la verdad y el respeto mutuo, entre otros, debiendo otorgarse prioridad a las acciones que promuevan la conciencia ciudadana respecto a los derechos y deberes fundamentales, tomando en consideración el importante papel que juega, en ese sentido, la PNP.

  • 5. La PNP, frente a los cambios y avances de la ciencia y tecnología, hoy en día tiene que partir de una cultura organizacional que implique un rediseño institucional, que oriente una nueva doctrina policial, con nuevos valores y nuevas estrategias, de acuerdo al tipo de sociedad que vivimos. Porque el futuro es rasgo de una ética de la responsabilidad, no se agota en el presente y, es absolutamente unilateral, pero que busca la calidad personal como base de la calificación total.

  • 6. La Doctrina Policial, debe tomar en cuenta los valores tradicionales y aquellos que tienen importancia en un determinado tiempo y espacio de la sociedad peruana hasta los valores que propugnan las nuevas corrientes del pensamiento globalizado : Derechos Humanos y la Cultura de Paz. Esta estructura de principios y valores de la doctrina deben fortalecer la autoestima y cohesión que determina la política de comportamiento policial en el presente siglo.

  • 7. La efectividad personal o institucional debe basarse en la ética del carácter de adentro hacia fuera. (No basta tener hermosos códigos o manuales de ética policial para decir que se va a mejorar al elemento policial)

  • B. RECOMENDACIONES

  • 1. Hacer un diagnostico de la realidad socioeconómica de los servidores policiales que explique las características de las actitudes y el comportamiento de cada uno de ellos para focalizar y reforzar los aspectos educativos en valores.

  • 2. Continuar impulsando el profesionalismo con mayor exigencia académica en todos los niveles de la formación, capacitación y perfeccionamiento policial, procurándose de una plana docente de reconocida trayectoria y que disponga de solvencia moral, económica y académica civil y no policial

  • 3. Que cada oficial seleccione a su personal para tareas especializadas y priorice los trabajos en equipo en lugar de los grupos, inspirando confianza en ellos y una necesidad de compartir el éxito y el liderazgo.

  • 4.  En los procesos de selección de personal, para cualquier función, indagar por información de aspectos culturales que guarden relación con el diagnostico socioeconómico propuesto., porque la ética es una muestra del cumplimiento del deber de toda la institución

  • 5. Repotenciar los órganos de control interno y las comisiones de investigación de inconductas funcionales de los servidores, pero con misiones e intenciones de readaptación con el ejemplo y, no para la aplicación de sanciones severas

  • 6. Educar, y socializar, que, la ética trata "lo que es la realidad" pero para el trabajo policial se debe buscar "lo que debería ser" que es señalar el futuro

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Autor:

Santiago Ramon Salazar Navarro

 

Partes: 1, 2, 3, 4
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