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Modelos socio-económicos y culturales en las intervenciones de las industrias extractivas


Partes: 1, 2

    Modelos socio-económicos y culturales en las intervenciones de las industrias extractiva en La Encañada-Cajamarca: Las percepciones e intereses de los actores sociales

    Introducción

    La presente publicación fue elaborada, como estudio de caso, en el contexto de la Empresa Minera Yanacocha en el distrito La Encañada (Región Cajamarca), ubicada al noroeste del Perú. Sin embargo, las experiencias que han ayudado a afirmar las reflexiones de este trabajo también provienen de estudios que hemos elaborado en otras zonas aledañas de los centros mineros en Moquegua y Tacna (Souther), en Huaraz (Altamina), en Ayacucho y en Huancavelica. Se inicia por exponer los conceptos de Responsabilidad Social Corporativa. Concepto que es extraído tanto de la teoría como también de las propias empresas, sobre todo de Latinoamérica y de las empresas mineras del Perú. Concepto en el cual deberá tenerse en cuenta –como sugirieron Bruno Revesz y Anthony Bebbington en sus comentarios a esta ponencia- los movimientos sociales son otros de los factores que presionan para que los modelos de responsabilidad social de las empresas mineras cambien hacia niveles de mayor equidad con la naturaleza y la población del entorno minero.

    Después se trata sobre los enfoques, estrategias y metodologías para la propuesta de un modelo de intervención minera con responsabilidad social, así como las características del modelo de desarrollo rural de la Empresa Minera Yanacocha. Se describen las características socio-económicas de las familias de las comunidades del entorno minero. Se trata sobre las consecuencias sociales, económicas, culturales y medio ambientales, según las experiencias de los pobladores y los líderes locales.

    Asimismo, se trata sobre las características del modelo de intervención minera para que no se generen conflictos, según las percepciones de los campesinos y se finaliza la ponencia con el estudio de propuestas para el desarrollo, dentro del cual se abordan propuestas para que las empresas mineras, el gobierno local y regional promuevan el desarrollo territorial en las comunidades y e la creación de "puentes culturales" entre empresas y comunidades campesinas.

    Estas experiencias, que no son buenas por parte de la empresa Yanacocha, fue el pasivo social negativo que han dejado para que los grupos antiminero propaguen en el país las inconveniencias de la minera para el país. Teniéndose como uno de los resultados más negativos que se postergue la in inversión en la minería:

    Por ejemplo, el director del Instituto Peruano de Economía (IPE), Roberto Abusada, estimó que en los últimos doce años, en el Perú se paralizaron proyectos mineros por US$ 8,000 millones por temas sociales y políticos.

    El primer proyecto de grandes inversiones paralizado fue Tambogrande en Piura en el año 2002. La conflictividad social hizo que la empresa minera Manhattan se retire de la zona.

    Otro de los proyectos es Cerro Quillish que se encuentra paralizado desde el año 2004 y está a cargo de minera Yanacocha. Este mismo año el proyecto Río Blanco fue objeto de protestas para luego ser detenido.

    En el gobierno de Alan García se paralizó a través de decretos los proyectos Tía María en Arequipa y Santa Ana en Puno, que a la fueca siguen paralizados (2015). En el actual gobierno el proyecto Conga en Cajamarca es el que también se ha paralizado.

    Por otro lado, durante su exposición en el XI Simposium del Oro y la Plata, Abusada aseguró que la minería sí ayuda a generar empleo en el país, contrariamente a lo que opinan sus críticos.

    Explicó que por cada puesto de trabajo directo que se da en la minería, se crean nueve empleos indirectos. Cifras muy superior a la que se observa en el agro, donde se necesitan seis empleos directos para crear un empleo indirecto.

    La clave de esos fracaso, ha sido por un lado la falta de un modelo territorial que haya propuesto el Gobierno nacional y los gobiernos regionales, para "des enclavizar" la minería y hacer partícipe como socios a los pobladores del entorno minero y, por otra parte, que existen varios partidos políticos que a tiempo completo de dedican a desprestigiar la minería. Y finalmente, con el caso Yanacocha, con relaciones comunitarias obsoletas y sin respeto a la población de su entorno, ha dejado un pasivo social y cultura muy duro para ser resuelto después de más de 10 años de relaciones comunitarias inapropiadas para llegar a un diálogo y a una propuesta de desarrollo territorial del entorno minero.

    Conceptos de Responsabilidad Social Empresarial

    Las teorías sociales han elaborado muchos conceptos, objetivos y características de un modelo de Responsabilidad Social Empresarial –al que muchos incluyen el término "corporativo", RSC-. Se indica que no existe una definición única de lo que significa la RSC, pues generalmente esta depende de la cultura, religión o tradición de cada sociedad. "No existe una talla única, por lo que se debe diseñar una para cada caso y necesidad" (Bjorn Stigson, WBCSD). Para los objetivos de la presente ponencia se pueden citar, por ejemplo, los siguientes conceptos de lo que es la RSC:

    "RSC es el continuo compromiso de los negocios para conducirse éticamente y contribuir al desarrollo económico mientras mejoran la calidad de vida de sus empleados y familias, así como de la comunidad local y sociedad en general" (Lord Holme y Richard Watts, World Business Council for Sustainable Development) .

    Lo que se encuentra en la mayoría de conceptos sobre Responsabilidad Social alude a los siguientes elementos que identifican a ese concepto: las relaciones de la empresa con el entorno externo, en particular son las relaciones con las comunidades locales, la preservación del Medio Ambiente (que es uno de los desafíos de las empresas modernas) y las relaciones con el entorno interno. Por otro lado, el concepto de RSC ha sido apreciado como una estrategia importante para generar mayor valor, para generar competitividad y rentabilidad (Segal,Jean-Pierre. 2004) [1]

    Concepto en el cual deberá tenerse en cuenta –como sugirieron Bruno Revesz y Anthony Bebbington en sus comentarios a esta ponencia- los movimientos sociales que son otros de los factores que presionan para que los modelos de responsabilidad social de las empresas mineras cambien hacia niveles de mayor equidad con la naturaleza y la sociedad –por ejemplo, los diversos movimientos sociales ocurridos en el entorno minero de Yanacocha, como en el sector Combayo de La Encañada en el año 2006- . Esos movimientos, que no son solamente formas de resistencia que influyen en las formas de desarrollo territorio rural, sino también marcan rutas de desarrollo endógeno que deben ser incorporados en los planes de desarrollo territorial de los entornos mineros.

    Críticas y desafíos a la Responsabilidad Social Empresarial: la importancia de lo cultural

    A pesar del "boom minero" actual y con tendencia a expandirse los próximos años, lo cual es muy beneficioso para la economía del país y no obstante los esfuerzos de las empresas mineras por utilizar tecnologías de punta para disminuir los impactos ambientales negativos, varios grupos sociales –con razón o no- consideran que no es positivo el impacto a la salud, el medio ambiente y las condiciones sociales de las poblaciones lugareñas donde se realizan las operaciones. Profundizándose esos problemas en el 2000 debido al suceso del derrame de mercurio en el pueblo de Choropampa que afectó directamente la salud y el bienestar de más de 1500 personas.

    Así, en la Revista Ecomin, especializada en Minería, en el año 2006, se publicó un resumen del Proyecto Estratégico para el Desarrollo de Cajamarca (Asociación los Andes. Proyecto. 2006), donde se puede extraer las siguientes características socio-económicas en esta región, a pesar del "boon minero" y cabe agregar de la descentralización y la regionalización: la problemática de la salud es caracterizada por una elevada mortalidad materna, alta prevalencia de desnutrición crónica y mortalidad infantil y elevada incidencia de enfermedades crónicas y degenerativas, se tiene alta proporción de analfabetismo (20%) y altos índices de pobreza y bajo desarrollo humano. No obstante que la Empresa Minera Yanacocha ha invertido mucho dinero supuestamente para el desarrollo de Cajamarca, sin embargo esas inversiones no han sido adecuadas o han sido invertidas mayormente en infraestructura urbana no productiva[2]

    Por otro lado, Laura Madalengoitia (2005) en una ponencia sustenta importantes conceptos y referencias sobre las nuevas posiciones de las instituciones internacionales como la OIT, PNUD, el Banco Mundial, la OEA sobre la necesidad de construir metodologías que revelen la importancia de las culturas de las sociedades originarias en el concepto de responsabilidad social. Algunas de estas ideas las trascribiremos a continuación. Por ejemplo, sostiene L. Madalengoitia que en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha visto que es necesario establecer puentes culturales entre las empresas mineras y los indígenas, en vista que esas minas se encuentran preferentemente en áreas de dominio de estas etnias.

    "Esta no es una situación casual, sino que responde al hecho geológico/natural por el cual las áreas geográficas en las que se encuentra una mayor concentración de minerales e hidrocarburos resulta por lo general coincidente con aquellas en la que se concentra la mayor diversidad biológica y cultural del planeta y, por consiguiente, una mayor concentración de las poblaciones indígenas, depositarias de esta diversidad natural y cultural". En el caso de de nuestro país, es una demostración contundente de ello, como se puede apreciar en los mapas del Perú, donde se muestra que las reservas naturales y los centros de extractivos mineros están ubicados precisamente en las zonas donde viven principalmente las poblaciones nativas (sean en la sierra o en la selva).

    Sin embargo, teniendo en cuenta los argumentos de A. Bebbington en sus comentarios en esta ponencia, que para el intento de la construcción de estos puentes culturales entre las empresas extractivas y las comunidades campesinas debe identificarse los siguientes elementos que pueden frenar esas intenciones: que son dos subculturas con lógicas encontradas, por lo cual no tendrían capacidad de promover el desarrollo económico local; que no puede hablarse en forma genérica de mercado o de modelos de intervenciones mineras, reconociéndoce que existen muchas diferencias socio-culturales que existen entre los ámbitos territoriales de las diversas regiones donde se ubican los centros mineros y las comunidades campesinas (concepto que en parte también lo recoge B. Revesz).

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    Enfoques, estrategias y metodologías para la propuesta de un modelo de intervención minera con responsabilidad social

    Teniendo como referencia el contexto anterior, en la presente ponencia se presenta información sobre los procesos de intervención de las empresas mineras en el distrito La Encañada-. El estudio parte por la tesis de que no solamente se debe analizar los conceptos o las definiciones teóricas, sino también se debe recoger y analizar participativamente las percepciones y las experiencias de los pobladores del entorno minero, es decir, el enfoque de esta premisa se basa en la interculturalidad (como el reconocimiento de los intereses de los distintos grupos sociales y étnicos, así como de la necesidad de reconocer que se debe dar apertura a un diálogo entre personas e instituciones que tienen el derecho a pensar desde su propia cultura), en el desarrollo territorial y en la nueva ruralidad (visión holística del entorno de la población) y donde se reconoce, como lo afirma A. Bebbington, que entre las empresas extractivas y las comunidades campesinas existen distintas visiones sobre el desarrollo territorial. Mientras la visión de las comunidades originarias el desarrollo territorial:"… implica cambios territoriales sucesivos, cotidianos y marcados por continuidades con significados históricos"[3]. En tanto que, los cambios que proponen las empresas mineras en el territorio son rápidos, radicales o drásticos.

    Sobre esa base, se analiza y se reflexiona acerca de la dinámica socioeconómica y ambiental generada por el desarrollo de las explotaciones de las Industrias Extractivas (IE).

    4.1 La muestra, las herramientas y las preguntas centrales para recoger información

    Entre los años 1995 y el 2006, se ha recogido información de la zona de estudio mediante talleres, entrevistas, encuestas y revisión de documentos, principalmente los planes de desarrollo concertado de los caseríos y del distrito La Encañada. Particularmente, se ha recogido información de un total de 250 familias (con una muestra aleatoria) de tres sectores que conforman el distrito de La Encañada ( de la provincia de Cajamarca). Los sectores son Combayo (15 caseríos[4]con una muestra de 20.7%) , La Encañada (4 caseríos[5]con una muestra de 24.6%) y Michiquillay (8 caseríos[6]con una muestra de 18%).

    Este estudio trata de dar respuestas a las siguientes preguntas: ¿cuáles son los modelos de intervención socio-económicos y culturales que han manejado estas IE para relacionarse con las poblaciones aledañas y efectuar las explotaciones de minerales en estas zonas? y ¿cuáles fueron las consecuencias sociales, económicas, culturales y medio ambientales, según las experiencias de los pobladores, los líderes locales y los representantes de la IE? Por otro lado, ¿cuáles son los modelos que proponen los pobladores del entorno minero? y ¿cuál es la importancia de conocer e interpretar ese modelo para re-elaborar conceptos y nuevas estrategias de responsabilidad social?

    De acuerdo a la sistematización de los procesos ocurridos y guardados en la memoria colectiva de las familias de los caseríos de los sectores de Combayo, la Encañada y Michiquillay (que son los sectores más importantes de este gran centro minero) ¿en qué condiciones es posible incorporar estrategias de desarrollo rural sostenible en las empresas mineras? ¿Es posible mejorar el gasto público utilizado por los gobiernos locales, el gobierno regional y los recursos generados por las IE para el desarrollo local y regional? ¿Cuáles serían los aportes de programas y proyectos de desarrollo basados en la interculturalidad, el desarrollo territorial (proyectos integrados entre los distintos sectores de la sociedad para promocionar el fortalecimiento de la arquitectura institucional, la transformación de la producción local y regional, para superar la pobreza) y la nueva ruralidad (estrategias para diversificar y democratizar en el mundo rural) para que, sobre la base del manejo de nuevos instrumentos de propuestas y planes de desarrollo, se integren y logren impactos sostenibles, se motiven cambios para que los campesinos pobres mejoren sus recursos naturales, el medio ambiente, sus ingresos y la calidad de vida?

    4.2 Los procedimientos analíticos

    Los métodos que se utilizan para el análisis de los resultados de las preguntas planteadas son los siguientes: las respuestas serán analizadas con los procedimientos de la estadística descriptiva y cualitativa, donde los propios campesinos serán los que escriban sus alternativas y se hará un cálculo porcentual de las respuestas en orden de prioridad y comparar los tres sectores: Combayo, La Encañada y Michiquillay.

    Se utilizarán también los métodos de la estadísticas multivariada, en particular, el análisis "discriminantes" (Visauta, B., 1998), para priorizar de acuerdo a las percepciones de los campesinos divididos en dos grupos a priori: Uno, los que no están de acuerdo con el crecimiento de la minería en la zona y, dos, el grupo que está de acuerdo (esta es la variable dependiente obtenida mediante otra pregunta anterior) y luego se señalan las variables[7]– o las características del modelo de intervención minera en la zona para que no se generen conflictos, de acuerdo a la propuesta de los campesinos- que contribuyen en mayor grado a discriminar a los entrevistados en los dos grupos establecidos previamente.

    La función lineal discriminante, similar a la de regresión múltiple, es la siguiente

    D =B0 + B1X1 + B2X2 + … + BPXP

    Donde

    X: son las variables independientes

    B0: es la constante

    Bp: son los coeficientes estimados a partir de los datos originales de modo que los valores de la función difieran el máximo posible entre los grupos (en este caso son dos grupos).

    Los dos grupos son previamente determinados por sus respuestas a la pregunta si ¿están o no de acuerdo con las empresas mineras en la zona? (es la variable dependiente). Las variables que conforman el modelo de intervención percibido o deseado (son las variables independientes) por los campesinos. Asimismo, se analizan las propuestas de los proyectos de los campesinos para el desarrollo de las comunidades y el desarrollo local.

    Resultados

    5.1. Características del modelo de desarrollo rural de la Empresa Minera Yanacocha

    La Empresa Minera Yanacocha se encuentra ubicada al noroeste del Perú, en la Región Cajamarca, en el distrito de La Encañada. El yacimiento se halla ubicado entre los 3,500 y los 4,100 msnm. Está a 20 Km de la ciudad de Cajamarca. La empresa trabaja a tajo abierto, extrae minerales, mediante el procesamiento respectivo, extrae lingotes de doré compuestos de 70% de oro y 30% de plata. La producción de oro en Yanacocha es la más grande de América Latina. La empresa pertenece a Newmont (51,35%), Buena Ventura (43,65%) y el Banco Mundial (5%), (Yanacocha. 2007 ).

    La mayor parte de campesinos en el ámbito de esta mina tienen parcelas agrícolas de menos de 3 Has[8]El distrito La Encañada sigue siendo muy pobre. Los ingresos son variados de acuerdo a los sistemas de producción; en el año 2004, los campesinos que se dedicaban más a la ganadería tenían un ingreso promedio familiar entre los 216 y los 380 nuevos soles mensuales, en la agricultura entre 216 y 350 y los que dedicaban a los forestales tenían un promedio de ingresos de 400 nuevos soles[9]Es decir, esos ingresos son menores al mínimo salario mínimo vital (SMV), lo cual no alcanza para cubrir las necesidades básicas de la población (en ese entonces el SMV era de S/. 450 mensuales).

    En ese contexto ¿cuál es el modelo de intervención socio-económico y cultural que han manejado estas IE para relacionarse con las poblaciones aledañas y efectuar las explotaciones de minerales en estas zonas?

    • a) El Canon Minero como posible palanca para el desarrollo local y regional

    En el año 2001, el Canon Minero para Cajamarca fue de 30 millones de nuevos soles, esa cantidad se incrementó a 286 millones de nuevos soles[10]en el año 2005. Ese dinero debe ser transferido por el gobierno central a los gobiernos locales (para las municipalidades de los distritos se destina el 10%, para el nivel de la provincia el 25%, 40% para las demás municipalidades de la región y para el gobierno regional 20%[11]; dinero con el cual se deben realizar y consolidar proyectos de desarrollo en Cajamarca. EL Canon Minero podría ser una de las principales palancas económicas para la legitimidad de la intervención minera en la región.

    El destino de ese Canon es principalmente para el desarrollo urbano de la provincia de Cajamarca (27.95%, mayormente para mejorar las calles e infraestructura urbana), transportes (23.09%), educación (21.19%, mayormente obras de aulas e infraestructura), saneamiento (9.32%, mayormente infraestructura), electricidad (7.24%), para comunicaciones (0.52%), para el sector agropecuario (6.61%) y otros[12]Es decir, el Canon Minero no tiene como objetivo principal el desarrollo rural o agropecuario en particular, no obstante que el entorno minero y la región son predominantemente agropecuarios. Por lo tanto, las intervenciones a partir del Canon Minero no son una palanca importante para el desarrollo del contexto rural de la minería en la provincia de Cajamarca.

    • b) El modelo de desarrollo rural de la empresa minera

    Más allá de las intenciones puestas en las declaraciones conceptuales del desarrollo sostenible y de los principios del plan de desarrollo rural de la Empresa Minera Yanacocha, se puede afirmar que las características del modelo de intervención en el contexto minero no tienen las posibilidades de impulsar con gran fuerza al desarrollo rural debido, principalmente, a las siguientes razones:

    • (i) A pesar de que las propuestas se realizan mediante programas de desarrollo agropecuario (ganadero, forestación, desarrollo agrícola, micro-empresas artesanales, saneamiento básico, educación, salud, etc.), sin embargo, estos proyectos no están articulados, están separados y operativizados mediante proyectos aislados entre sí (como capacitación, desarrollo ganadero, etc.) en cada caserío por separado y de acuerdo a familias no asociadas. No hay proyectos –a parte de las carreteras- que articulen a las familias y los caseríos, a los municipios distritales con los provinciales y con el gobierno regional[13]no son proyectos con la lógica del desarrollo territorial. No hay impacto en cadena. No logran conformar territorios competitivos.

    • (ii) A pesar de que las inversiones para el desarrollo rural son importantes, aunque en menor cuantía que para el sector urbano[14](lo cual hace que se califique al modelo de desarrollo de Yanacocha como más urbanista que ruralista), sin embargo, la población beneficiada relativamente es baja. Por ejemplo, en el año 2005 se invirtió $ 1"021,954 y se beneficiaron tan sólo 2,480 familias, no obstante en el entorno social de Yanacocha hay 4,111 familias. Es decir, casi el 40% no se benefició de estas inversiones. Además, los montos de inversión por proyecto fluctúan entre los 7 mil y 144 mil dólares americanos (Yanacocha. 2005), es decir, los proyectos son relativamente pequeños, por lo tanto, sus impactos son bajos.

    • (iii) El programa de crédito podría ser un importante impulsor del desarrollo de la producción agrícola en el contexto minero, pero es mediante montos pequeños por prestatario. En el año 2005, el monto total de crédito para la producción agropecuaria fue de S/. 159,280 y si se tiene en cuenta el número de prestatarios que son 124, por lo tanto, a cada uno le tocó en promedio S/. 1,244.51 (Yanacocha. 2005); es decir, una suma de dinero muy reducida, con la cual no se puede generar el desarrollo de las unidades productivas familiares.

    • (iv) Los planes de desarrollo concertado fueron elaborados por diversas instituciones (ASODEL. 2006) e hicieron 120 planes en las comunidades del ámbito de influencia de Yanacocha, pero no elaboraron proyecto y, por lo tanto, los planes carecieron de financiación. Esos planes fueron hechos con enfoques muy tradicionales, donde se manifestó el convencional sectorialismo (ejes y áreas desarticuladas, por ejemplo, el eje y el área de recursos naturales separado del eje productivo o de la infraestructura social productiva[15]la falta de planes que articulen a caseríos, a los gobiernos de los centros poblados, a los gobiernos distritales, provinciales y regional. No hubo una integración entre agricultura, ganadería, transformación, servicios. No se fortaleció el capital social y humano por familias, comunidades y distritos. Pero sí fue importante el apoyo de la empresa minera para el crecimiento de la infraestructura de saneamiento en las comunidades. Por ejemplo, en 1993, sólo el 15% de la población tenía acceso al agua potable, en cambio, en el 2004 subió ese acceso al 85% de la población (Yanacocha. 2004).

    Estas serían algunas de las razones por lo que en una validación que ejecutó la Empresa Minera Yanacocha sobre las intervenciones del programa de desarrollo rural (en 1993 y el 2001), la mayoría de la población participante calificó ese programa como "regular" (58%, porque "los apoyos fueron para algunas necesidades pero las comunidades tienen muchas más") y como "malo" (19%, porque "la empresa minera no cumple lo que promete"), solamente el 23% calificó a esta intervención como "buena" (porque "realizan obras en las comunidades") [16]

    En suma, el modelo de intervención del programa de desarrollo rural de la Empresa Minera Yanacocha tiene las siguientes características: dota de una cantidad muy importante de dinero a través del Canon Minero (además del pago de impuestos, de la compras de diversas mercancías en Cajamarca, oferta de trabajo, etc.), pero este es invertido mayormente en el sector urbano.

    De igual manera, es la característica de sus programas de inversiones de Responsabilidad Social. Además, los programas, los planes concertados y los proyectos se restringen a una minoría y con montos bajos de inversión por familia; por lo tanto, los impactos de este modelo de desarrollo rural son bajos, no estimulan un desarrollo integral entre comunidades, entre municipios (falta por ejemplo, un plan de desarrollo en la forma de mancomunidades, para que los impactos sean mayores y más inclusivos) de los centros poblados, entre municipios distritales con los gobiernos provinciales y la región.

    5.2.Movimientos sociales y perspectivas de las empresas mineras: caminos obscuros hacia el desarrollo económico local

    En la presentación de esta ponencia en el SEPIA XII (en Tarapoto), se esbozaron comentario en el sentido que era difícil elaborar una propuesta de desarrollo económico local (DEL) con una visión compartida entre las empresas mineras y las organizaciones campesina, debido a que ambas tienen lógicas encontradas, visiones distintas sobre el desarrollo territorial, las comunidades tienen como ideal principal su subsistencia y la tradición; en cambio, las empresas mineras se rigen por el mercado y la modernidad.

    Sin embargo, en un intento de poder explicar, positivamente, algunos de los fundamentos de esos desencuentros, en esta ponencia se parte por la tesis que ambos movimientos y culturas sí podrían encontrarse –aunque no fundirse en una sola visión- y concertar si modifican algunos de los estilos de los movimientos y el carácter de sus propuestas de ambas entidades; por ejemplo, en los contenidos y perspectivas de los movimientos sociales se percibe que hay más denuncias y lemas en contra de la minería que propuestas –puede observarse en Cajamarca, por ejemplo, las características y los temas de esos movimientos entre los años 2005[17]y 2006[18]Por otro lado, en las empresas mineras, en sus planes o proyectos de las relaciones comunitarias abundan propuestas desarrollistas sin una visión integral del desarrollo; aunque muchas de ellas benefician a los campesinos, pero con escasa vitalidad para ser replicadas en otros espacios productivos y sociales o para superar la pobreza. No hay, pues una visión articulada, intersectorial con intenciones de generar el desarrollo económico local, que creen territorios competitivos, donde se incluyan hasta las más alejadas comunidades campesinas y se articulen con profundidad y equidad con la economía urbana de los entornos mineros.

    En los programas medio ambientales y sociales de las empresas mineras están invirtiendo, generalmente, en proyecto aislados entre ellos, sectoriales o puntuales, muy localizados y sin articular a las comunidades campesinas o los caseríos de acuerdo a la lógica transversal de las cuencas y microcuencas, peor aún no hay serios intentos de concertar con otras empresas privadas, el Estado y la sociedad civil en los gobiernos locales o regionales, donde el propio Estado está ausente en las propuestas de desarrollo territorial; por ejemplo, no hay propuestas intersectoriales para lograr la seguridad alimentaria y disminuir la desnutrición infantil. Es decir, el desencuentro entre las comunidades campesinas y las empresas mineras (se incluye al Estado) no solamente es cultural o entre lógicas económicas diferentes, sino también en cuanto que en ambos sectores no hay propuestas consistentes para el desarrollo local y regional competitivos, que superen la pobreza[19]

    5.3 Características socio-económicas de las familias de las comunidades del entorno minero

    Las características socio-económicas de las familias entrevistadas son las siguientes (Gráfico 1): existen desigualdades significativas de las familias en cuanto a la tenencia de la tierra dentro y entre los sectores. En el sector Michiquillay las extensiones de tierras son mayores (promedio de 12.3 Has. por familia; en segundo lugar está el sector de Combayo (con 8.2 Has); en cambio, en La Encañada (4.7 Has por familia) las extensiones de tierras son menores. Aunque debe precisarse que la mayoría de esas tierras son de pastoreo o de secano.

    La producción agrícola principal en los tres sectores es de papa, cebada y trigo, entre otros productos. En cuanto a la propiedad de ganado vacuno –que es el principal recurso en estas comunidades-, entre el 82% y el 72% de las familias tienen un rango de propiedad de 1 a 10 cabezas de esta especie ganadera. En suma, las familias de dichas comunidades tienen pocos recursos productivos y su economía se mueve entre la subsistencia y la articulación con el mercado con una parte de sus productos, mayormente mediante la venta de leche y quesos. La transformación de insumos agrícolas es muy tradicional, pues mayormente son papa seca, harina de trigo, cebada y otros, que los destinan para el autoconsumo.

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    5.4 El valor cultural de la tierra, la importancia de la subsistencia y la articulación de los campesinos con el mercado con sus propios recursos

    En muchos estudios se sostiene que la población del campo ya no quiere vivir de la agricultura o que las relaciones de los campesinos con los mercados son muy débiles. Que a pesar de las emigraciones a las ciudades, el mercado de tierras es débil. Que los pequeños productores que aún quedan en el campo deben tener como única opción innovar su tecnología y relacionarse más intensamente con el mercado y mejor aún si es con el mercado externo.

    Por otro lado, que ese sistema de mercado, en un contexto de pobreza, se articula necesariamente con las ideas de la subsistencia y la soberanía alimentaria de los campesinos; es decir, con las ideas de que, a pesar de la pobreza, deben seguir produciendo alimentos para su seguridad alimentaria y, al mismo tiempo, tienen que incrementar los productos para llegar mejor al mercado. Sin embargo, llegar al mercado no es fácil, por el contrario, es riesgoso para los campesinos minifundistas que tienen una baja cultura financiera, como escribe M. Sobrado (2007) refiriéndose a los cambios que el mercado exige a la cultura de los campesinos:

    "Esto implica el manejo de costos e ingresos, un software que va mucho más allá de la producción para el consumo, donde predomina el valor de uso" (Sobrado, Miguel. 2007).

    Para explicar la dinámica de ese mercado, en ese contexto social y cultural, debe agregarse también otras variables culturales, por ejemplo, la necesidad de explicar las relaciones que existen entre la negativa de los campesinos a vender sus tierras, aunque cada vez haya mayor minifundio, produzcan poco, incluso se mantenga el ideal de la subsistencia aunque paralelamente tengan mayores relaciones con el mercado. Estas variables culturales y sociales entran a explicar, por ejemplo, las restricciones que existen en la región sobre el mercado tierras; así, entre los entrevistados de los tres sectores estudiados en el distrito La Encañada, el 15% ha vendido tierras a las empresas mineras. En tanto que los campesinos que no han vendido sus tierras y que no tienen intención de vender tierras son el 85% (Pasco-Font, A. Diez Hurtado y otros. 2003). Detrás de esa explicación porcentual hay un factor cultural que tiene que ver con los modelos mentales de la compra y venta de las tierras, así como de la valoración de la autonomía para la subsistencia y de las relaciones con el mercado.

    Respecto a lo anterior, preguntamos a los campesinos (una muestra de ese 15%) que vendieron tierras a las empresas mineras ¿cuáles fueron las razones –además de fuerza económica y legal de las empresas mineras- por las que vendieron sus tierras? La mayoría de entrevistados dijo que era muy pobre, que sus tierras solamente eran de pastoreo tradicional y que no tenían dinero para vivir. En efecto, como explican Pasco-Font y A. Diez Hurtado (2003), para el caso de los campesinos de Combayo que vendieron tierras a la empresa minera Yanacocha –entre los años 1993 y 1999- "más de la mitad de los vendedores invirtió su dinero en consumo corriente no productivo (principalmente ropa y comida), por lo que sirvió para reemplazo en la actividad económica que se dejaba de realizar a raíz de la venta de tierras. Cerca de la quinta parte compró terrenos, mucho más pequeños que los vendidos pero con riego, apostando por una continuidad en la actividad agropecuaria. El resto parece haber optado por una reconversión hacia actividades urbanas".

    En cambio, la mayoría de los que no vendieron tierras (o algunos que vendieron extensiones más pequeñas y se quedaron con algunas parcelas) y que tampoco lo harían hoy, están innovando la tecnología agropecuaria mediante sistemas de riego promocionado por diversos organismos del Estado, ONGs, la Empresa Minera Yanacocha y con sus propios recursos. Varias familias están transformando sus predios familiares en pequeñas empresas de transformación agrícola (producción y venta de quesos, mantequilla, bebidas con el uso de insumos de frutales silvestres, turismo vivencial, etc.) aprovechando para sí, las oportunidades que conlleva esta actividad, mientras que otros campesinos han vendido sus tierras y hoy la mayoría vive en extrema pobreza. Son pocos los que se han beneficiado con la venta de tierras al tener hoy proyectos de inversiones rentables en la ciudad o en el propio campo. Los campesinos que no han vendido sus tierras o que las han vendido para comprar otras de mejor calidad han innovado la tecnología y prefieren seguir ligados a la agricultura bajo el principio de la denominada "codeterminación", es decir, valorar la producción del autoconsumo para la autosubsistencia y, al mismo tiempo, se articulan al mercado con la venta de una parte de sus productos.

    Detrás de estas realidades se encuentra un factor cultural profundo que tiene que ver con los modelos mentales, o un "software cultural primario" (que incluso queda como sustrato cultural de la época en que se hacia el rito a la "pacha mama", como señal simbólica del amor y protección que la familia debe darle a tierra, al agua y otros recursos naturales y productivos), derivado de la práctica económica y social local, que no se puede superar sólo con instrucción educativa, sino que requiere procesos de autocapacitación masivos basados en la educación intercultural y el "constructivismo".

    Por esas razones, cuando preguntamos a los campesinos de los tres sectores de La Encañada ¿por qué no venderían sus tierras? Ellos respondieron en 5 alternativas (Gráfico 2), entre las cuales, la mayoría respondió que no vendería sus tierras porque "No tendría productos para vender" y "No tendría productos para comer". Es decir, los campesinos han fortalecido su cultura del apego a la tierra, aunque haya crisis agraria, pero no dejan de producir sus propios alimentos y se relacionan con la venta de productos que tienen mejores precios en el mercado.

    Estas respuestas, que tienen un enorme peso cultural, plantean retos importantes para los programas de desarrollo rural y para construir un modelo de Responsabilidad Social Empresarial en está región. No solamente en el sentido que una mayoría no estaría dispuesta a vender sus tierras y con ello podrían frenar el desarrollo minero en la zona, sino que además implica que los proyectos de desarrollo local –que sean impulsados por el gobierno local o las empresas mineras- deben estar ligados a los objetivos de los pobladores de la zona y hacer propuestas de proyectos que muestren capacidad, por ejemplo, para incrementar significativa y sosteniblemente sus ingresos económicos, para lo cual deben plantear estrategias, tanto para que los campesinos intensifiquen la producción basada en la innovación tecnológica (que en menos tierra produzcan más) y se articulen más entre ellos. Por ejemplo, se asocien, formen capacidades para construir cadenas de valor, se organicen en una forma empresarial y destinen competitivamente una parte de su producción al mercado, como también para que produzcan sus propios alimentos con calidad y en forma más intensiva.

    Por ejemplo, en muchos caseríos los campesinos nos explicaron que sus padres antes tenían 50 Has de tierras, mayormente con pastos naturales y que la producción no les alcanzaba para sostener a sus 5 hijos; en cambio, hoy cada hijo tiene 10 Has y la producción de cada predio es mayor que el predio de sus padres, por lo tanto, les alcanza para vivir mejor y vender productos. Los cambios logrados son gracias a la innovación tecnológica (como el riego por aspersión y el mejoramiento de pastos y ganado), a las nuevas capacidades de los campesinos y al asocio entre ellos para vender sus productos a mejores precios.

    Todo ello supone que se elaboren programas de educación y capacitación, no solamente para que los niños lean mejor, sino también para que se formalicen como pequeños empresarios competitivos. Por ejemplo, que se capaciten en los temas referentes a cálculo de costos, beneficios, actualización tecnológica y manejo de los mecanismos de mercado; educación que debe darse incluso a niños del nivel primario (capacitación a los emprendedores).

    Se requiere también que haya cambios culturales –sin que desaparezca sus ideales de una subsistencia autónoma- para lograr una racionalidad productiva innovada. Pero deberá comprenderse que, junto con la penetración del mercado en el mundo agrario de los campesinos andinos, la economía de autosubsistencia de los campesinos también tiene otras connotaciones que diferencia el ideal de autosubsistencia de los siglos anteriores. Es cierto que ese ideal de autosubsistencia se sigue derivando de las necesidades de la seguridad del consumo familiar, como una estrategia ante los riesgos del mercado.

    Esa cultura de autosubsistencia y el apego a la tierra (aunque esta sea de extensión minifundista) no es fácilmente comprendida en sus implicaciones cotidianas por quienes viven en la economía mercantil. No logran apreciar los roles que juega esa autosubsistencia para que los campesinos puedan sobrevivir a pesar de tener escasos recursos y riesgos. Como explica F. Eguren, F. (2007) refiriéndose a la importancia del minifundio y la autosubsistencia o "aquellos campesinos que tienen una hectárea que mal que bien les permite producir parte de los alimentos que necesita para sobrevivir y un espacio para la vivienda". Pero también esas pequeñas propiedades les permite seguir aportando con productos sanos al mercado –porque utilizan mayormente insumos orgánicos- y, al mismo tiempo, que se dediquen a otras actividades no agrícolas, así como también que cumplan con los roles de ser preservadores del medio ambiente, de la biodiversidad, del paisaje y de la vida buena del campo. Estas diferencias locales nos obligan –como dice Miguel Sobrado. 2007- a revisar las teorías del desarrollo y a aplicar a lo macroeconómico lo que Harvard Business Review llama la moderna "inteligencia cultural"; o sea, sobre el arte de adaptar los patrones culturales al interior de la empresa transnacional.

    5.5 Consecuencias sociales, económicas, culturales y medio ambientales, según las experiencias de los pobladores y los líderes locales

    Los medios que ha utilizado la empresa minera para relacionarse con las comunidades, así como las consecuencias de la presencia de la misma en la zona, revelan las propuestas y estrategias que ha utilizado para relacionarse con las comunidades.

    El entorno social de la empresa minera ha sido considerado mayormente como ofertante de mano de obra no calificada para las minas y para lograr que el ambiente social sea favorable a la empresa minera; para lo cual la empresa se ha dedicado mayormente a construir obras en los centros poblados y dar apoyo a algunos colegios con mobiliario o la construcción de aulas.

    En ese sentido, las percepciones que los campesinos tienen acerca de las consecuencias de las acciones de la empresa minera en las comunidades destacan, en primer lugar, que han creado un mercado de trabajo que antes no lo tenían (el 61% de los entrevistados consideró que esa era una de las principales consecuencias), aunque el trabajo no es de calidad debido a que es de carácter temporal (durante 3 meses, pero lo cierto es que la ley tampoco permite que esos contratos, logrados mediante empresas de intermediación laboral, sean por largo tiempo), los salarios son bajos porque la mano de obra no es calificada y dan trabajo a un grupo pequeño de campesinos.

    Por otro lado, manifiestan también que entre las consecuencias como más importantes se tiene que la empresa minera hace obras en las comunidades (18%), ahora tienen mejor infraestructura en el sector educativo (14%). No obstante, los campesinos entrevistados, en su mayoría, no destacan como importante el apoyo de la empresa minera al desarrollo agropecuario, por lo que las consecuencias de la minería no es muy importante para el desarrollo agropecuario (consideran escaso el apoyo para mejorar el sistema de riego, mejoramiento de pastos, ganadería, industria, carreteras, etc. que son las prioridades de los campesinos).

    Partes: 1, 2
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