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Una lectura de la psicopatología del trabajo (página 2)


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Una de las razones para intentar este vínculo entre ámbitos de trabajo dice relación con aquello que en un primer momento podría ser llamado un sufrimiento del psiquismo experimentado en el vínculo con el trabajo cotidiano de un sujeto. Es allí donde algo falla, donde se muestra una dolencia que interrumpe la continuidad de la actividad laboral como actividad humana de sustento, tanto psíquico como social y económico, que aparece el sufrimiento como una modalidad de relación -entre la actividad laboral y el psiquismo- que nos hace aparecer interrogantes sobre la amplitud de este vínculo y nuestras posibilidades de intentar responder a aquellas.

Uno de los terrenos que sin duda abre enorme cantidad de preguntas y que por lo demás requiere de urgentes e ineludibles tentativas de respuesta es el ámbito de la psicopatología del trabajo. La relevancia de este gesto señalado de una "vuelta a preguntar" yace en una necesidad de intentar extender el terreno al que hacen referencias las investigaciones de la Psicología laboral y reconducirlo hacia un campo de mayor alcance y que lo compromete, a decir, la relación entre las instituciones y los aspectos psíquicos que en ellas se ven involucradas.

Pero esto último requiere de una explicación adicional. Sin el ánimo de intentar aclarar todo lo propuesto desde la entrada, se podrá decir que la institución es en un sentido amplio una actividad normada bajo ciertos patrones más o menos fijos y parcialmente estables. La actividad laboral que un sujeto desempeña en su puesto de trabajo es así, por excelencia, una institución. Sometida a horarios, a distintos encuentros y obligaciones, o a una gama precisa de "comportamientos esperados y esperables", esta institución se involucra absolutamente con aspectos psíquicos.

Así, en toda tarea sea del tipo que sea, hay una necesaria participación del psiquismo. Causa, efecto, producción o condición de un registro sobre el otro, de la institución sobre el psiquismo y viceversa, pueden ser maneras de enfrentar el problema, pero se puede mostrar como esto se volverá secundario al dar cuenta de la emergencia de ciertas modalidades de relación entre lo psíquico y lo laboral que se presentarían, por ejemplo a través de fenómenos psicosomáticos, en los cuales se traba un compromiso excepcional entre ambas dimensiones, cristalizándose el modo de funcionar la articulación psique-soma en una actividad claramente institucionalizada.

La idea es volver, por medio de discusiones con otros alcances, a confrontar el hecho empírico que constituye los problemas subjetivos en situación laboral, sea ésta de la índole que sea, esto es, no delimitada únicamente a la empresa o a la asistencia, como terrenos más investigados por la Psicología convocada a los medios laborales. La cuestión sería no detenerse en mostrar la "anormalidad" que se puede ver en cierto vínculo como el referido, sino ante todo otorgarle visibilidad a aquello que él nos da para pensar de los límites de la relación entre el psiquismo y la institución. En este caso, y ello será importante, la institución del trabajo.

Dentro del transcurso de lo que se pretende exponer y discutir, tratar de detenerse en un autor podría parecer nada más que una excusa para hablar de ciertos problemas aparentemente ya trazados. Para ir despuntando nuestro recorrido, y como un estímulo para nuestros señalamientos y aseveraciones, nos detendremos especialmente en ciertos textos del psicoanalista francés Christophe Dejours, quien en su obra "Trabajo y Desgaste mental. Una contribución a la psicopatología del trabajo" (1980) inauguraría un modo de visualizar el campo de la Psicología del trabajo con características bien específicas.

En Dejours se daría un entronque entre un cierto psicoanálisis inspirado sobretodo en las teorizaciones de Melanie Klein y la experiencia del trabajo (psíquico) en el medio laboral. Este sería un punto importante y podría acercarnos también a comprender por que existe un fuerte desconocimiento del legado de Dejours en campos tanto clínicos y organizacionales como teóricos. El gesto es también el que recorre este artículo: dar pie a una apertura hacia otros alcances de la investigación psicoanalítica y psicosomática y de la investigación en Psicología laboral, buscando contribuir a replantear ciertas cuestiones que sólo podrían ser abordadas si existe una disposición hacia este diálogo.

Para dilucidar nuestra hipótesis de un vínculo entre el psiquismo y la institución del trabajo, recurriremos a remarcar los lugares en los que dicha ligazón se establece. Ciertas patologías que en el texto se hacen objeto de atención (las afecciones psicosomáticas, la ansiedad y la insatisfacción laboral), nos permiten hallar un compromiso entre el aparato psíquico del individuo y las situaciones en las que se define su trabajo de sustento. Allí es donde ciertos énfasis psicoanalíticos permiten dar una luz sobre el sufrimiento psíquico que un individuo sostiene en su puesto de trabajo.

La institución del trabajo y el vínculo subjetivo.

El hallazgo que Dejours pone sobre el tapete es un intento de mirar a través de un tratamiento psicoanalítico las problemáticas intersubjetivas que se ponen en juego en el trabajo, más precisamente, en la tarea específica que se desempeña en el día a día. Este hallazgo se ofrece, y será bueno sostenerlo de antemano, a precio de una reducción fundamental.

La operación a discutir es una reducción en la cual la institución del trabajo es reducida a una situación de confrontación entre un medio social y lo psíquico. Hay dos registros, la institución y el psiquismo, que en su acercamiento se hacen temblar entre sí, puesto que "en el enfrentamiento del hombre con su tarea, pone en peligro su vida mental."

(Dejours, 1992a, pág.9) Bajo este eje de análisis, la psicopatología laboral se vuelve punto importante de consideración al establecer, a partir del hallazgo del sufrimiento en los individuos, una continuidad entre este sufrimiento, como ligazón del orden psíquico- somático que sustenta la subjetividad in dividual, y las condiciones que se establecen para llevar a cabo una tarea circunscrita en el medio laboral.

Habría, de este modo, una "continuidad" de carácter bien particular. Este vínculo se estaría mostrando como pasaje entre lo individual y lo social, allí donde la distancia de ambos parece generar un fenómeno nuevo. En este marco, y desde nuestra particular lectura, consideraremos a la tarea laboral como un caso excepcional de la introducción de la norma en el devenir subjetivo, una serie de normas asociadas entre sí, con vistas a mantener una actividad vital de sostén psíquico y socioeconómico. Entonces, la situación laboral como lugar excepcional para pesquisar el trabajo propio del psiquismo en el entorno social que es aquel que le da todo su sentido y su expresión.

La operación que nos parece interesante de rescatar es el intento de localizar al "síntoma" de este choque en un lugar descentrado y no individualizable por entero, enfatizando la relación producida bajo un determinado entorno laboral. Este es también el problema, en tanto se presenta como un ejemplo de lo institucional, pero reduciéndolo al delimitarlo únicamente al ejemplo presentado en la relación laboral. Esta determinación de un entorno que por excelencia se articula según sus funciones y operaciones precisas hace parecer que de lo que se habla es de una organización social específica y no directamente del peso que ella estaría imprimiendo sobre toda actividad, peso que es propiamente la institución y que actúa sobre otras dimensiones además de la organización social. Sin embargo, es la inserción de la normativa en lo subjetivo -una "normativización del psiquismo"- aquello que da cuenta de ciertos modos de atravesamiento de la institución en el psiquismo y de la configuración de éste en virtud de la institución del trabajo, esto es, la configuración que recibe el psiquismo en su contacto con un cierto orden establecido según las tareas precisas que un sujeto debe desempeñar en un puesto de trabajo. Es aquí mismo donde se abriría una puerta de entrada para definir una psicología en términos liminares y no puramente centrada en el individuo.

En el medio de la tarea que debe desempeñar el trabajador en su puesto laboral, el énfasis de Dejours se establece sobre el encuentro entre el comportamiento y la ejecución de la tarea, considerando la eventual flexibilidad o falta de ella en esta relación. El sufrimiento se sitúa en dichos movimientos que constituyen la tarea, la ligazón hombre tarea. El sufrimiento es una ausencia, pero es ausencia de comportamiento libre (Ibíd., p.28), la cual en su permanencia y en su continuidad -de la tarea que se lleva a cabo- va a mantener el sufrimiento en este medio. El sufrimiento, bajo esta mirada, vaa ser designado según un empobrecimiento en el compromiso de lo psíquico con la institucióndel trabajo, allí donde ella no se flexibiliza frente a las capacidades de lo psíquico, a la creatividad que el psiquismo imprime al trabajo.

Para hacer patente lo dicho hasta aquí, Dejours va a localizar su investigación en un sector específico, el de los trabajadores industriales, para mostrarlo como lugar en donde el sufrimiento aparecería más marcado y visible. En este grupo de trabajadores la enfermedad mantiene una relación unívoca a la interrupción del trabajo: el cuerpo se hace visible sólo cuando es posible que éste hable desde un dolor. (Ibíd., p.36) Es en los trabajos más pesados -la construcción y las industrias químicas son los ejemplos a los que el autor nos remite- donde se requiere de un paso intermedio, un punto de mediación de este dolor. Para ello, se constituye una suerte de ideología defensiva, la cual "consiste en mantener alejado el riesgo de un agotamiento del cuerpo que lo aleje del trabajo"

(Ibíd., p.38) Lo central en dicho mecanismo es que no se constituye como un mecanismo de defensa individual -a la manera de los125 Psique, soma, institución. Una lectura de la psicopatología del trabajo , Vol. XII, Nº 1: Pág. 121-131. 2003 descritos por Anna Freud2 , por ejemplo-, sino como una verdadera ideología defensiva en tanto dimensión especifica que se instala como resistencia colectiva frente a una cierta situación que puede llegar a desencadenarse en el trabajo, resistencia colectiva frente a lo que puede llegar a ser: resistencia a la amenaza de desbordamiento del psiquismo frente a una situación incontenible y amenazante. Esta ideología defensiva presenta dos ejes fundamentales que es preciso resaltar. Por un lado, se rescata el tema de la defensa, la cual actúa como un punto intermedio entre el sufrimiento efectivo y las condiciones laborales de su producción.

Por otra parte, se rescata a lo colectivo como aquel medio en el cual se constituye esta estrategia defensiva, lo cual lleva a considerar que el lugar que ella circunscribe no posee un dueño, a la manera en que se podría ser "dueño" de una cierta sintomatología clínica. No, Dejours da cuenta que si bien esta sintomatología aparece en cada individuo, esta responde a un lugar común. Tal como la organización científica del trabajo propuesta por Taylor, "individualiza a los hombres frente al sufrimiento" (Ibíd., p.44), aquí el mecanismo pesquisado remite directamente a las relaciones propias de una estructuración particular del trabajo la cual es, por entero, colectiva.

Las distinciones entre trabajador y trabajo, entre psiquismo e institución, se pondrían en suspenso, mostrando algo más primordial a toda oposición: la relación laboral hace exhibir el enfrentamiento de dos tipos de registros: el psiquismo y la institución. El enfrentamiento a la tarea hace que el sujeto se movilice en dos planos.

Por un lado, una tarea se impone a su psiquismo, apareciendo como una imposición exterior a él. Por otra parte, resulta ser que las tareas que constituyen la actividad laboral se ven vinculadas, separándose, al trabajo psíquico que marca sus propias pautas. Es allí donde surgiría el sufrimiento que el sujeto experimenta. Es allí mismo donde el psicoanálisis podría llegar a proponer los instrumentos conceptuales para enriquecer lo que en la actividad laboral ocurre, haciendo visible, dando otra visibilidad a la compleja articulación de relaciones entre los aspectos psíquicos que impulsan al trabajador y las situaciones en que éste se ve comprometido. Detengámonos sobre esto más de cerca.

Insatisfacción y ansiedad. La difícil vinculación entre psique-soma e institución.

El modo de lectura del sufrimiento que se produce en el trabajo y que va a ser ligado directamente a la relación entre condiciones de producción subjetivas y sus espacios laborales correspondientes (de distinto tipo: psíquico, lugar físico, tipo de tarea a ejecutar, etc.) opera por el develamiento de ciertos síntomas claves a través de los cuales podrán aparecer dos modos de sufrimiento fundamentales que competen al psiquismo de los involucrados: la insatisfacción y la ansiedad.(Ibíd., p.55 y ss.) Discutiremos como eje central ambas formas del sufrimiento en el mundo del trabajo y, en su transversalidad, buscaremos esbozar ciertas determinaciones teóricas para una puntualización de carácter más general sobre el sufrimiento psíquico en la relación con la institución del trabajo, enfatizando asimismo cómo se logra ver allí la relación entre el psiquismo, el cuerpo y la institución.

Conclusiones:

La insatisfacción frente a la tarea que el trabajador desempeña se constituye como un polo de origen del sufrimiento. Más que predecir, la insatisfacción experimentada muestra una imposibilidad de convergencia entre los objetivos de la tarea y sus resultados. Así, entra en pugna el nivel de calificación y de formación requerido en un puesto de trabajo, frente a las aspiraciones particulares delos trabajadores. Precisamente, "el sufrimiento Revista de Psicología de la Universidad de Chile 126 comienza cuando la evolución de esta relación está bloqueada" (Ibíd., p.57) El bloqueo genera una distancia entre el requerimiento del espacio laboral y el requerimiento efectuado por el psiquismo. En ese intermedio, el sufrimiento anuda ambos espacios de un modo violento; el psiquismo no se adapta a la normativa impuesta por una exterioridad a él, no se adapta a sus deberes. Si la especificidad de lo psíquico es presentarse también como "ateniéndose a una cierta norma", como dirigido por un orden propio, asistimos aquí a un choque entre dos dimensiones normativas.

Pero, en este choque, el trabajo del espacio psíquico es absorbido por la figura – las funciones- del trabajo que debe ser desempeñado en un puesto de trabajo: Las normas productivas son también normas mentales. (Ibíd., p.145) En este "encuentro" ocurre una singular figurabilidad del mismo. Lo que sobra, lo excedente, es la tarea impuesta que se desempeña en un puesto de trabajo y que muestra al psiquismo ordenado desde ciertos patrones exteriores a él.

Este excedente permanece bajo la no-simbolización. En este sentido, la incapacidad de simbolizar lo excesivo de esta tarea para el psiquismo, su incapacidad de adecuación a la tarea, estaría mostrando que no hay una apropiación del psiquismo sobre la tarea en la cual se debe desenvolver: el significado del trabajo es aquello insimbolizable, sometido a las puertas exteriores de lo psíquico y generando un sufrimiento fundamental por la discordancia entre la tarea y su incapacidad de integrarla bajo una significación. En este punto se aloja un sufrimiento, como cruce entre el trabajo del psiquismo y las condiciones del puesto de trabajo. Este sufrimiento que se deja sentir en la dimensión psíquica, no actúa como oposición frente a un posible placer absoluto y total en la tarea que se despeña. Este sufrimiento estaría dado por la incapacidad de cambiar la tarea (Ibíd., p.60) que se desempeña, tarea que se busca flexibilizar pero que nunca es totalmente adecuada para las exigencias del psiquismo: Hay algo que resiste la articulación. Pareciera ser que lo psíquico actuaría en gran medida como un flujo que no se deja aprehender por otra normativa fuera de la suya.

El error sería creer que esta normativa es algo natural: se puede intuir que es precisamente la presencia de estas imposiciones y ordenamientos aquello que da una cierta "identidad" al psiquismo, imposiciones que no son sino el mismo movimiento del principio de realidad, descrito por el psicoanálisis.

 

Referencias

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  • DEJOURS, C. (1992A). Trabajo y desgaste mental. Una contribución a la psicopatología del trabajo. Buenos Aires: Credal-humanitas. (orig: 1980)
  • DEJOURS, C. (1992B). Investigacionespsicoanalíticas sobre el cuerpo. Supresión y subversión en psicosomática. México: Siglo XXI Editores. (orig: 1989)
  • DEJOURS, C. (1988). Plaisir et souffrance dans le travail. Paris: Ed. de l´AOCIP.
  • DUEZ, B. "Psicopatología de lo imaginario y tratamiento de la figurabilidad. Elementos para una práctica psicoanalítica en institución", en Kaës, R. y otros (1998). Sufrimiento y psicopatología de los vínculos institucionales. Elementos de la práctica psicoanalítica en institución. Buenos Aires: Paidós. (orig: 1996) JAQUES, E. (1970). "Los sistemas sociales como defensa contra las ansiedadespersecutoria y depresiva. Una contribución al estudio psicoanalítico de procesosociales", en Menzies, I. y E. Jaques, Los sistemas sociales como defensa contra la ansiedad. Buenos Aires: Paidós. Buenos Aires: Editorial Paidós. (orig: 1955)
  • LACAN, J. (1995). El Seminario. Libro 2: El Yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós. (orig:1978)
  • LACAN, J. El Seminario. Libro XI. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. BuenosAires: Paidós. 2 Véase a este respecto y para mostrar mas claramente la noción de mecanismo de defensa frente a lo por Dejours propuesto: Freud, Anna (1961). El Yo y los mecanismos de defensa. Buenos Aires: Paidós

 

MsC. Juan Francisco Tejera Concepción. Profesor auxiliar CPRI MINSAP Provincial.

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Año 2008

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