- Personalidad, Autovaloración y Rendimiento Deportivo
- Elaboraciones de González Rey, F.
- Algunas elaboraciones de Valdés, Casal, H. (1996)
- Métodos y Técnicas para la realización del estudio
- Análisis de los resultados
- Consideraciones Finales
- Bibliografía
- Anexos
En la actualidad el trabajo del psicólogo del deporte tiene una creciente demanda, a nivel nacional e internacional, a causa de las implicaciones que cobra la preparación psicológica del deportista en el logro de rendimientos superiores. Las investigaciones que se han venido realizando con el equipo juvenil masculino y femenino de Taekwondo de alto rendimiento, con una población conformada por 18 atletas permitió estudiar y caracterizar la formación psicológica compleja autovaloración deportiva, a partir de los métodos análisis – síntesis, el test de Holmes, el completamiento de frases variante composición y la entrevistas, por tanto, la intención de este artículo, está dirigida a ofrecer a psicólogos y entrenadores un material que les permita proyectar su trabajo pedagógico y psicológico al desarrollo de la autovaloración deportiva e incidir en la formación de la personalidad del deportista con la fortaleza mental para enfrentar los retos del entrenamiento y las diferentes competiciones, seguros de sí mismos.
Palabras claves: preparación psicológica del deportista autovaloración deportiva; rendimiento deportivo; Taekwondo
ABSTRACT
Nowadays the psychologist´s work on sport has a high demanding in the national and international level, due to the implications the psychological training of the sporty in the achieving of superior results. The investigations that have doing in the male and female young team of taekwondo, with a population of 18 sporty let to propose the study and characteristic of psychological formation complain sporty self-assessment, through the methods of investigation, analysis – synthesis ,test the Holmes, phrases completion composition variable and an entrevius. Therefore, the intention of this article is guided to offer to psychologists and trainers a material, which let them to project their pedagogical and psychological work to the development of self-assessment and to take part in the personality formation with sporty a mental strength for have the face the challenge training and competition self – confident
Key Words Psychological training of the sporty; sporty self-assessment; Rendimiento deportivo; Taekwondo
Personalidad, Autovaloración y Rendimiento Deportivo
Concepciones de la psicología marxista que abordan la autovaloración en sus estudios.
En los trabajos de Bozhovich, L. I., aparecen elementos interesantes que tienen que ver con el tema, relacionados con la personalidad de niños y adolescente, los que valora a partir de los postulados de Vigotsky, con la influencia de Lewin, K. y. Allport, G. W.
Para Bozhovich, L. I. la autoconciencia y la autovaloración son esenciales en la formación y desarrollo de la personalidad, así como en la regulación del comportamiento. Tanto la autoconciencia como la autovaloración reciben la influencia de la valoración social, aunque cuando alcanza determinado nivel de desarrollo se hacen independientes, propias y con mayor valor afectivo, de modo que el sujeto actúa en correspondencia con su autovaloración, al propio tiempo que interviene de manera más intensa en la formación de la personalidad, en la regulación del comportamiento. En esta dirección en Cuba escribe. Arias, H (1998) "la autoconciencia y la autovaloración y también como consecuencia de la autorregulación alcanzando determinado nivel de desarrollo se forma una autovaloración propia independiente. Cuando esto ocurre resulta más importante y de mayor valor afectivo para el sujeto actuar acorde con su autovaloración."
La autovaloración estable determina el nivel de aspiración del sujeto y cómo puede en cada actividad que realiza alcanzar parte de la meta planteada. Bozhovich, L. I. (1977) concede relevante importancia a la autovaloración al expresar: "La autovaloración ocupa un lugar especial entre los estímulos humanos". Como unidad cognitivo-afectivo que impulsa el desarrollo de la personalidad sobre la base de su autoconocimiento.
Otros autores como Petrovsky, A.V. (1988), I. S Kon (1990) conceden gran importancia a la autoconciencia y la autovaloración. Ellos consideraron relevante el papel del autoanálisis, que según el grado de profundidad refleja el nivel de desarrollo alcanzado por la personalidad y a su vez la autoexigencia que de él se derivan, condición necesaria para el logro de las metas. El autoanálisis constituye un elemento esencial de la autovaloración, en la valoración detallada de las posibilidades con que contamos y las fallas que en este sentido se presentan con los recursos que necesitamos y la necesidad de autoperfeccionamiento. Petrovsky, A.V. (1988) considera. "La autorreflexión juvenil es por una parte la toma de conciencia de su propio yo ¿cómo soy?, ¿cuáles son mis capacidades?… y por otra parte, la toma de conciencia de su posición en el mundo la misma necesidad de autoanálisis es un indicio indispensable de la personalidad desarrollada es imposible dejar de ver que la profundidad de este autoanálisis refleja la complejidad de la personalidad y las más elevadas exigencias a sí mismo que constituyen una de las condiciones de logros futuros".
Se refieren también a la autoestimación, como reflejo generalizado de la autovaloración que determina la aceptación o no hacia sí mismo. En esta dirección Petrovsky, A.V. (1988) refiere, ¨ un rasgo de la personalidad particularmente importante el respeto a sí mismo, esto es la autoevaluación generalizada, el grado en que uno se toma o no se toma a sí mismo como personalidad.¨ La autoestimación en la personalidad puede ser alta, sobrevalorada o disminuida. Cuando es alta favorece el desarrollo de la personalidad, infunde confianza en las propias fuerzas y lleva a la proposición de objetivos, pero cuando es sobrevalorada incide negativamente en el desarrollo de la personalidad e impide el autoperfeccionamiento, conduciendo a un locus de control externo y a culpar a elementos ajenos de sus fracasos y conflictos. Por otra parte, la autoestimación disminuida propicia la falta de confianza y un nivel de pretensiones muy bajo, aspecto que limita el desarrollo de la personalidad. Petrovsky, A. V. (1988) expresa, " el débil respeto hacia sí mismo hace que el nivel de pretensiones de la personalidad sea muy bajo, incita a apartarse de toda actividad en que haya competición. Tales personas se rehúsan al logro de objetivos planteados, ya que no cree en sus propias fuerzas, y esta a su vez refuerza su autoevaluación rebajada."
Así refiere Petrovsky, A.V. (1986), refiere, "una evaluación demasiado alta o demasiado baja puede convertirse en fuente de conflictos para la persona, esta conflictividad puede expresarse de diferentes maneras, una autoevaluación exageradamente alta conduce a que la persona se incline a sobrevalorarse en situaciones en las cuales no hay razón para ello. Como resultado de esto con frecuencia choca con el escepticismo del grupo de referencia con relación a sus pretensiones, entonces se irrita manifiesta desconfianza o altivez y encerrarse en sí mismo."
Kon, I. S (1990), al referirse a la autovaloración, enfatiza en que esta tiene dos medios de realización, uno derivado por la confrontación de la opinión social y otro comparando el nivel de pretensiones con los resultados obtenidos. Tanto la confrontación social como la contrastación del nivel de pretensiones con los resultados obtenidos, constituyen aspectos que se integran y encuentran espacio en la formación de la autovaloración. En este sentido refiere. Petrovsky, A.V. (1988). "Hay dos modos de autoevaluación – del joven –uno consiste en medir el nivel de las propias pretensiones con el resultado alcanzado (si no he retrocedido ante una situación difícil quiere decir que soy capaz). La segunda vía de autoevaluación es la comparación social, la confrontación de las opiniones de los circundantes sobre sí mismo."
Para este autor el sujeto posee imágenes complejas y difusas de su propio yo, plantea el yo real tal y como el sujeto se ve en el momento presente, el yo dinámico, que es como el sujeto trata de ser, y el yo ideal, como el sujeto cree que debe ser.
En sus elaboraciones Chesnakova, I. (1997) considera que la autovaloración constituye una forma especial de autoconciencia integrada por el autoconocimiento y la actitud emocional valorativa hacia sí misma en forma generalizada. El autoconocimiento como proceso complejo y multifacético de formación de imagen propia, incluye diversas vivencias y la actitud emocional valorativa hacia sí mismo, como producto de la generalización de las vivencias que se experimentan en la actividad y los resultados del conocimiento de sí mismo. En esta dirección escribe la autora (1974)" la autoconciencia es la unidad indivisible del conocimiento y de la vivencia, más exactamente, es la unidad de la conciencia y de la vivencia, relacionada con el análisis de la conducta propia, de su actividad hecho por la personalidad."
En este sentido Arias, H. (1998) expresó que en la autovaloración se incluyen los valores morales, las posibilidades y relaciones. Cada uno de ellos puede tener distintos niveles de adecuación y madurez con diferentes tipos de relación entre sí, lo que puede llevar al sujeto a prestar mayor atención a sí mismo y a su mundo interno, a fin de comprender mejor su valor y lugar en la vida.
En esta dirección escribe Chesnakova, I. (1977): "la forma superior de autorregulación sobre la base de la autovaloración consiste en la peculiar actitud creativa hacia la propia personalidad, en la aspiración de cambiarse, de mejorarse a sí mismo y en la realización de esta aspiración". La autovaloración constituye un eje central en todo el proceso de autorregulación de la personalidad, y su estructura motivacional orienta y propicia la elección y dirección de los medios de su realización y la interpretación que hace el sujeto del efecto de su conducta. La autovaloración se desarrolla, profundiza y corrige sistemáticamente. En este sentido –escribe Chesnakova, I. (1977)- "el resultado del proceso de autorregulación se relaciona de forma directa con la calidad de la autovaloración y con su adecuación. Solamente un alto nivel de desarrollo de estas características de la autovaloración en una determinada combinación condiciona también el correspondiente nivel de autorregulación."
En los elementos teóricos que aborda Chesnakova, I. se destaca el rol de la autoconciencia en la autovaloración, se destaca el papel regulador y autorregulador del comportamiento de esta, sobre la base de la calidad que la misma alcanza a partir de su desarrollo, manifiesta en la combinación integral de los elementos que a su juicio lo caracterizan y que ya referimos con anterioridad.
Elaboraciones de González Rey, F.
Los elementos teóricos que este autor aporta al estudio de la personalidad en esta área, parten de los estudios realizado por Bozhovich, L.I. quien no define la categoría que estudia y que González, F. denominó formaciones motivacionales complejas. En este sentido González, F. (1989) expresó "que estas no pueden reducirse a una de las esferas de expresión de la personalidad, y consideró que deben manifestarse en sus distintas esferas de expresión. Esto da lugar a complejos sistemas de regulación que conforman precisamente la personalidad."
Otro aspecto de relevante importancia se aprecia en las características generales de las formaciones motivacionales complejas que elaboraron los autores. Teniendo las siguientes características:
Son conscientes.
Son expresiones activas de la elaboración intelectual del sujeto.
Son de naturaleza cognitivo-afectiva. Aunque su forma esencial de existencia son conceptualizaciones, reflexiones y valoraciones de la esfera cognitiva, estas expresan los contenidos de los motivos que están en su base, por lo cual son portadores de una elevada carga emocional, que evidencia su potencial motivacional, sobre el comportamiento.
Sus contenidos son relativamente estables. Están orientada ante todo, a la regulación del comportamiento teniendo su expresión en esta dirección en objetivos, valoraciones y otras formas activas que dan dirección y efectividad a las tendencias orientadoras de la personalidad.
Para este autor, la autovaloración constituye un sistema de regulación motivacional que integra un conjunto de motivos, cuyos contenidos se refieren a un concepto preciso y generalizado del sujeto sobre sí mismo, sobre sus cualidades y capacidades que están comprometidos en la realización de sus aspiraciones más significativas en las diferentes esferas de la vida. La autovaloración implica una unidad indisoluble entre lo cognitivo y lo afectivo.
El criterio que se asume al considerar el conocimiento de sí mismo por el sujeto y el dominio de cuáles son sus cualidades y capacidades, lo conducen a una determinada dirección a partir de los siguientes cuestionamientos.
¿En qué condiciones estamos? ¿Qué posibilidades tenemos? ¿Qué nos falta? ¿Cuáles son nuestras perspectivas?
Así la autovaloración orienta al sujeto y regula su comportamiento, con un nivel de adecuación o inadecuación. Los elementos teóricos que se refieren en este trabajo se tienen en cuenta por la Psicología del Deporte como ciencia aplicada al estudiar -según Sánchez, M.E (2005), " la manifestación, el desarrollo y la transformación de los aspectos psicológicos que en respuesta a las exigencias de los deportes en cuestión, se materializan en las condiciones del proceso de entrenamiento y competencia de los deportistas. Por tanto, estudia el comportamiento de los atletas como personalidad activa, consciente y comunicativa, que vivencia sus transformaciones e influye sobre los demás provocando también transformaciones."
Diferentes autores han estudiado la autovaloración como formación psicológica de la personalidad de los atletas. En esta dirección se destacan los trabajos realizados por N. C. Ozolin (1970), Arosiev, D. A. (1971), Judadov, N. (1978), García, Ucha, F. (1979), A. Fernández, F. García, Ucha, F. (1980), Richards, R.L. y García, Ucha, F (1981), Posada, P. y García, Ucha, F. (1981). Gutiérrez, P. (1984), García, Ucha, F. (1985), García, F. Domínguez, M y Pres, Rosendo. (1987), Rodríguez, E.L. y Domínguez, Martha (1988).G. García. Matilde (1990). V, Casal Hiran (1996); González Carballido L. G. (2001), (2002), (2003), (2005).
Ozolin, N. (1970) Investigó atletas de diferentes deportes y arribó a la conclusión, que a mayor experiencia del deportista, más exacta será la autovaloración que posee. Corroboró que la relación entre la autovaloración y el deseo de entrenar, la capacidad de trabajo, el pronóstico de los resultados por un lado y el resultado deportivo por otro es tan estrecha que puede emplearse para el control de la preparación especial.
Arosiev, D. A. (1971) En sus elaboraciones abordó las principales ventajas de la autovaloración. Obtuvo índice sin sobrecarga del organismo, por lo cual pueden emplearse todas las veces que se requieran en cualquier fase de agotamiento y recuperación, observó con exactitud los problemas que surgen en la regulación del entrenamiento y encontró diferencias en los atletas de los distintos niveles deportivos para autovalorarse.
Judadov, N. (1978) Estudió y desarrolló métodos de autovaloración de las reacciones emocionales ante el estrés competitivo así como las formas de autorregulación.
Ozolin, N., Arosiev, N., Judadov, N. Desde diferentes perspectivas de investigación abordaron el papel de la experiencia en el desarrollo de la autovaloración del deportista, formas diferentes de manifestación de las mismas, según el nivel del atleta. Ozolin, N. esbozó el rol de orientación y motivación hacia el entrenamiento y en su generalidad coincidió con la capacidad de control y autorregulación de la autovaloración. Tanto de manera explícita como implícita, pero se hace notar en sus resultados.
Haciéndose notar por los estudios e Investigaciones realizadas por psicólogos cubanos.
García, Ucha, F. (1979). Estudió la autovaloración a partir de la comparación de un grupo de atletas de alto rendimiento, que se dedican a la práctica del Atletismo, unos con éxitos y otros no, arribando a la conclusión de que los atletas con bajos resultados en las competencias subvaloran sus capacidades deportivas, poseen sentimientos de minusvalía y se inhiben antes los factores externos antes de las competencias que pueden constituir un obstáculo para lograr el éxito.
Fernández, A., García, Ucha, F. (1980). Investigaron en un equipo de Polo Acuático de alto rendimiento, la autovaloración del estado general de los mismos y la autoevaluación del pronóstico de los resultados y arribaron a la conclusión de que la autovaloración se relaciona con los años de experiencia del atleta. Este resultado coincide plenamente con las investigaciones de Ozolin, N. sus regímenes de preparación y con el resultado de su formación deportiva.
Richards, R. L. Y García, Ucha, F. (1981). Analizaron la autovaloración y el nivel de aspiración de un grupo de jóvenes gimnastas, encontrando como tendencia general de estos atletas, la sobrevaloración de acuerdo con el nivel deportivo que poseen.
Posada, P. y García, Ucha, F. (1981). Indagaron la relación entre el nivel de autovaloración, con los rendimientos deportivos y la calidad de la táctica en tenistas, arribaron a la conclusión de la tendencia a sobrevalorarse en los aspectos de la táctica al comparar su valoración con la valoración de los entrenadores.
Gutiérrez, P. (1984). Realizó un análisis comparativo de la autovaloración del atleta y la valoración grupal que de él hace el grupo de trabajo y los entrenadores.
García, Ucha, F. (1985). Investigó la autovaloración en los atletas de Voleibol femenino de alto rendimiento. Posteriormente, en el año 1987, el autor antes mencionado junto a Domínguez, M. y Pérez, Rosendo. Muestran un estudio en torno a la autovaloración y su significado para el rendimiento deportivo, concluyendo que la autovaloración del comportamiento deportivo tiene un papel directo en la transformación de los rendimientos competitivos de alto nivel.
Otro trabajo en torno al tema que nos ocupa fue la investigación realizada por Rodríguez, E. L., y Domínguez, M. (1988) referida a la autovaloración y su significado para el rendimiento de corredores de distancia media y larga. Demostraron que la autovaloración le permite al atleta correlacionar su nivel de aspiración con sus posibilidades reales de rendimiento cumpliendo un papel importante en la regulación y control del comportamiento deportivo.
Las elaboraciones de estos autores se pueden reunir en cuatro grupos:
Un primer grupo integrado por García, Ucha, F., Richards, R.L. y Posada, P. Aportan elementos relacionados con la subvaloración y la sobrevaloración de la autovaloración en atletas de alto rendimiento de diferentes deportes, que tienen que ver con la adecuación o inadecuación de la autovaloración y las consecuencias negativas que las dos direcciones traen consigo para el logro de resultados deportivos.
Un segundo grupo en el que se encuentran Fernández, A. y García, Ucha, F. ofrecen información relacionada con la autovaloración, la experiencia deportiva, la preparación, la formación deportiva y el comportamiento deportivo en la transformación de los rendimientos deportivos de alto nivel, lo que constituyen aproximaciones cada vez más profundas del tema y por consiguiente contribuyen a una mejor preparación psicológica de atletas y en particular al tratamiento que psicólogos y entrenadores deben dar a cada uno para el ulterior desarrollo de esta formación psicológica.
El tercer grupo representado por Rodríguez, E. L., Domínguez, M., se detuvo en el análisis de la autovaloración y el control del comportamiento, conocimiento que tiene una alta incidencia en los resultado del entrenamiento y la competición, en tanto el atleta tienen conciencia de sus meta y a dónde quiere llegar, y en esa misma dirección orienta su quehacer deportivo.
Gutiérrez, P. Este autor conforma el cuarto grupo, aborda el papel social de la autovaloración sobre la base de la opinión que el grupo tiene del atleta, con la valoración que este tiene, como indicador de relevante importancia por la influencia que la opinión social del grupo tiene en la formación y desarrollo de la autovaloración
En sentido general estos estudios han permitido profundizar en el conocimiento teórico y práctico acerca de la autovaloración en el desarrollo de la personalidad, y el logro de resultado en la vida deportiva, como nivel autoconsciente que permite valorar las capacidades mentales, físicas y tácticas, así como los resultados de la actividad. En este sentido, según González. Matilde (1990), la autovaloración constituye aquel nivel de autoconciencia en que la persona no solo conciencializa sus necesidades, capacidades y actividad, sino que es capaz además de valorarse, de evaluar sus capacidades mentales, físicas, sus cualidades morales y los resultados de su actividad. La autovaloración es la base del nivel de aspiraciones, es decir, de aquel nivel de funcionamiento que el individuo se considera capaz de realizar (González, L.G., 2004). Es por ello que está presente en todo acto de comportamiento como elemento orientador.
Algunas elaboraciones de Valdés, Casal, H. (1996)
Para este autor la autovaloración en el practicante de la actividad física sistemática y deporte agudiza sus percepciones en relación con la actividad. Más adelante escribe: "Así un saltador de altura es capaz de detectar un centímetro en la altura de la varilla, el corredor de larga distancia puede calcular hasta el segundo el tiempo de los tramos recorridos y un pesista sabe cuándo tiene un gramo de más en la palanqueta. De la misma forma se hace muy precisa la evaluación de los estados internos como el funcionamiento cardíaco o la percepción del esfuerzo para realizar el movimiento".
El investigador refiere la intervención de la autovaloración en la manera que el sujeto psicológico percibe la actividad, percibe su estado interno y su propia persona en función de la actividad física y deportiva, aspectos que actúan también en el autocontrol que realiza de la actividad.
Valdés, Casal, H., considera que la autovaloración de los practicantes de la actividad física, recae sobre todo en los posibles resultados a obtener, que depende a su vez de la historia de éxitos, derrotas y del tipo de orientación hacia la meta del deportista. Hace referencia a que la orientación hacia la superación provoca autovaloraciones más adecuadas que la orientación hacia el resultado, juicio que se considera interesante, si se tiene en cuenta que la superación y auto superación constante, conduce generalmente a metas cada vez más altas. Cuando un atleta se autoevalúa en términos de su desempeño, de su maestría, estará en condiciones de realizar mayores esfuerzos, persistirá y perfeccionará sus habilidades y al final enriquecerá su personalidad y elevará los resultados obtenidos.
Otro autor cubano que ha realizado estudios sobre la autovaloración en atletas de alto rendimiento es González Carballido, L. G. Con respecto a la autovaloración escribe: "Esta capacidad de formar juicios sobre nosotros mismos, que van más allá de la simple conciencia de quienes somos para aportar elementos valorativos que implican actitudes autoreferenciadas, se forma sobre la base de la autoconciencia y de las vivencias acumuladas a lo largo de la vida(González, L.G., ( 2005) Significa esta reflexión el papel que tiene la historia personal en la formación y desarrollo de la autovaloración, es decir la influencia que ejercen las vivencias.- agregaríamos- experiencias y traumas en la formación y desarrollo de la autovaloración.
El autor se detiene en aspectos tales como la posibilidad del sujeto de realizar juicios autovalorativos acertados o desacertados que pueden reflejar o no la realidad, o que pueden hacerlo de manera inapropiada o imprecisa. Ciertamente de esa manera ocurre el comportamiento del hombre concreto y real y estas diversas maneras de reflejar la realidad van conformando, estructurando la personalidad y en particular su autovaloración.
González. L. G. (2005) coincide con otros autores en torno al rol de la adecuación o inadecuación de la autovaloración en la autorregulación eficaz del comportamiento y refiere, "cuando la autovaloración es adecuada la capacidad para regular eficazmente el comportamiento es alta. Los rendimientos en ese caso se optimizan, sin embargo cuando el deportista se sobrevalora o se subvalora, ocurre lo contrario".
Los estudios que el autor realizo con tiradores del equipo nacional, reflejaron que la adecuación de los juicios autovalorativos estuvo asociado al rendimiento deportivo: los mejores tiradores se equivocaron significativamente menos que los "no destacados" en los pronósticos de rendimiento, a partir de la percepción de sus propias capacidades y de sus compromisos. Los niveles de aspiraciones de rendimiento resultaron significativamente estables, realistas y cautelosos. Este aspecto evidencia el papel autorregulador de la autovaloración en el rendimiento deportivo. (González. L. G., 2001).
De los estudios autovalorativos en el deporte se desprende que los juicios están asociados a mejores y más estables rendimientos, mientras los desacertados afectan la autorregulación y la propia ejecución. La conducta del deportista inadecuadamente autovalorado comienza a desajustarse frente a leves e iníciales fracasos durante una competencia. El modo de reflejar y tolerar las frustraciones parciales (González. L. G. 2002) revela la adecuación de la autovaloración y con ella, la capacidad de autocontrol, punto de vista que coincide con otros autores y que asume en este estudio.
González, L. G. (2005) refirió las consecuencias que puede provocar una autovaloración inadecuada en el deportista:
1. Descuidar la realización de ejercicios que le permitan elevar los niveles de la cualidad que autovalora.
2. Negar o rechazar cualquier criterio técnico dirigido a neutralizar los efectos negativos de su limitación.
3. Diseñar un sistema de ejecución técnica apoyándose en una cualidad que realmente se encuentra en déficit.
4. Dejar de apoyarse de manera suficiente en otras cualidades que posee más intensamente desarrollada.
5. Formularse niveles de aspiraciones que no se corresponden con sus posibilidades reales por debajo o por encima de ellos, lo cual genera dificultad en el autocontrol en el plano emocional.
6. Perder oportunidad de autoperfecionarse, al encontrar las causas de los fracasos parciales fuera de sí y de dedicarse a defender su "yo" o a rumiar el obstáculo en vez de persistir en la necesidad de vencer.
Los elementos que se acaban de describir caracterizan de alguna manera el comportamiento manifiesto en atletas de alto nivel con una autovaloración inadecuada, lo que le posibilita a otros investigadores acceder a un referente teórico-práctico para el trabajo, tanto para entrenadores como para psicólogos deportivos.
Métodos y Técnicas para la realización del estudio
Para el desarrollo de la investigación se seleccionaron y utilizaron los siguientes métodos del nivel teórico.
Análisis y síntesis. Para penetrar en la esencia de los objetos que se estudian, sobre la base de la descomposición y la integración del fenómeno posibilitando descubrir relaciones y características generales.
La entrevista. Para profundizar en la información obtenida sobre la autovaloración
Test de adecuación autovalorativa para obtener información sobre la adecuación de autovaloración de los atletas. Para la aplicación de este test, se le solicitó a cada atleta marcar con una cruz las cualidades que él cree tienen sus compañeros y las que el mismo cree tener, para sobre esa base determinar la adecuación autovalorativa del atleta.
Completamiento de frases, variante composición. Fue elaborada por H. Arias (1998). Se introducen frases que tienen que ver con la vida deportiva del atleta, para profundizar en la información obtenida acerca de la autovaloración
Métodos estadísticos. Se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson.
Autovaloración.
Indicadores tenidos en cuenta.
Conocimiento de las cualidades que debe tener un taekwondista para triunfar.
Contraste entre lo que el deportista cree de sí y la valoración externa acerca de las mismas cualidades que evalúa. Se entregó planilla en las que debían marcar con una cruz las cualidades que él cree tener y las que el cree tienen sus compañeros y se utilizó la fórmula propuesta utilizada por Yánez (2005) para su evaluación. (Ver anexo 1)
Para profundizar en los resultados obtenidos en el test de Adecuación autovalorativa (Holmes) se aplicó el completamiento de frases variante composición, en el que se evaluó de manera cualitativa el establecimiento de juicios sobre ellos mismos, de sus cualidades y la existencia de tendencia al autoperfeccionamiento.
La autovaloración se diagnosticó de la siguiente manera:
Adecuación de la autovaloración, sobre la base de los más altos índices obtenidos en el test de Adecuación autovalorativa y el análisis cualitativo del completamiento de frases variante composición. A partir de que sus juicios autovalorativos y su nivel de aspiración se correspondiera con su nivel de ejecución.
Inadecuación de la autovaloración por subvaloración, sobre la base de los más bajos índices obtenidos en el test de Adecuación autovalorativa y el análisis cualitativo del completamiento de frases variante composición. A partir de que sus juicios autovalorativos y su nivel de aspiración estuvieran por debajo de su nivel de ejecución
Inadecuación de la autovaloración, por sobrevaloración sobre la base de altos o bajos índices autovalorativos obtenidos del test de Adecuación autovalorativa y el análisis cualitativo del completamiento de frases variante composición. A partir de que sus juicios valorativos y su nivel de aspiración estuvieran por encima de su nivel de ejecución
Rendimiento deportivo.
Para evaluar el rendimiento deportivo se tuvo en cuenta la historia deportiva del atleta, los criterios de pronósticos de los entrenadores y los resultados alcanzados por cada taekwondista en las principales competencias.
Sobre la base de los criterios anteriores se evaluaron los resultados de la siguiente manera:
Alcanzan bajos e inestables rendimientos.
Alcanzan rendimientos promedios.
Alcanzan medallas en las principales competencias, mostrando un nivel aceptable de perfección y dinamismo en los combates, con alguna estabilidad en los resultados.
Alcanzan medallas en las principales competencias, mostrando perfección y dinamismo en los combates y estabilidad en los resultados.
El coeficiente de correlación de Pearson se utilizó para el análisis de los resultados del test de Adecuación autovalorativa (adecuación de la autovaloración) y el rendimiento de deportivo de los taekwondistas. Este coeficiente se utilizó para el análisis del test de adecuación autovalorativa y el rendimiento de los taekwondistas. También se utilizó para el análisis de los resultados del test de adecuación de la autovaloración
Autovaloración y Rendimiento Deportivo En Taekwondistas Juveniles
Análisis de la adecuación autovalorativa asociada a mejores rendimientos en taekwondistas juveniles de la provincia de Las Tunas Cuba.
En la tabla No. 1 se pueden apreciar las relaciones encontradas entre las mencionadas variables luego de un análisis de correlación de Pearson. Se alcanzó un coeficiente de correlación positivo de .73, con un nivel de significación menor de 0,05, lo que indica que las variables crecen en la misma medida y en el mismo sentido. Es decir, cuando aumenta la puntuación en el test de Adecuación autovalorativa, aumenta también el rendimiento deportivo, lo que permite afirmar que la adecuación de la autovaloración está asociada a mejores rendimientos deportivos en estos deportistas.
Tabla No. 1 Análisis de correlación entre la adecuación autovalorativa y el rendimiento de los taekwondokas estudiados.
Variable | Adecuación autovalorativa. | Rendimiento |
Adecuación autovalorativa. | 1.00 | 73 |
Rend | 73 | 1.00 |
Es evidente que la actividad deportiva ha sido capaz de influir favorablemente en el juicio autovalorativo de estos deportistas, como era de esperar. Esto puede explicar los favorables rendimientos que en sentido general se han obtenido, referidos en la introducción del presente estudio.
Según Del Monte, L. (2008), su "experiencia de trabajo con la selección femenina de Judo confirma la importancia que se concede a la adecuación autovalorativa para el rendimiento deportivo". La autovaloración es un "subsistema de la personalidad que incluye un conjunto de necesidades y motivos junto con sus diversas formas de manifestación consciente. La forma esencial en que se expresan los elementos integrantes de la autovaloración, es un concepto preciso y generalizado del sujeto sobre sí mismo, que integra un conjunto de cualidades, capacidades, intereses, etc., que participan activamente en la gratificación de los motivos integrantes de la tendencia orientadora de la personalidad o sea que están comprometidos en la realización de las aspiraciones más significativas de la persona." (González, 1983).
Según Savonko (citado por González, L.G., 2001), la autovaloración "constituye un componente indispensable de la autoconciencia, es decir, de la conciencia que el hombre tiene de sí mismo, de las fuerzas y capacidades mentales propias de las acciones, motivos y objetivos de su comportamiento, de su actitud ante lo que lo rodea, hacia otras personas y hacia sí mismo la autovaloración incluye la facultad de evaluar sus fuerzas y posibilidades de examinarse con espíritu crítico. Permite al hombre "medir" fuerzas de acuerdo con las tareas y exigencias del medio ambiente y en consonancia con ello, plantearse independientemente determinados objetivos y misiones De esta manera, la autovaloración forma la base del nivel de pretensiones, o sea, del nivel de las tareas que el hombre se cree capaz de realizar. Al estar presente en cada acto de la conducta, es un importante componente del control de la misma, siendo por esa causa un factor de peso en la formación de la personalidad".
González, F. (1983) refirió las tres funciones que posee la autovaloración:
Función valorativa: Son las cualidades que cree poseer, tanto con su realización en la conducta como con las exigencias de su vida y sus aspiraciones.
Función autorreguladora: La autovaloración posee una importancia vital en la regulación de las conductas en las que el sujeto se siente comprometido.
Función autoeducativa: Representa el momento superior de desarrollo de la función autoreguladora de la autovaloración, ella no solo implica la participación activa de los distintos elementos autovalorados de la conducta, sino una efectiva retroalimentación que le posibilite al sujeto reorientar su actividad cuando esta no responde a sus verdaderos objetivos.
Es evidente que nuestros taekwondokas con mejores rendimientos deportivos gozan de recursos psicológicos que les permiten una mejor autorregulación, que repercute positivamente en el rendimiento. Tal capacidad se nutre de una adecuada autovaloración.
La autovaloración adecuada –según González (1983)- incluye los siguientes aspectos:
a) Riqueza de contenido, que posibilite al sujeto orientarse conscientemente y con apropiada previsión en todas las esferas de su actividad.
b) Flexibilidad, es decir posibilidad de asimilar elementos autovalorativos disonantes con la tendencia general de la personalidad, así como de analizar y asimilar resultados no acordes con las expectativas personales.
c) Integridad, en la cual se designa la tendencia de la autovaloración a mantener su estabilidad y sus particularidades cualitativas a pesar de la asimilación de los elementos autovalorativos disonantes y de conductas o resultados de la actividad que no se corresponden con el nivel de aspiración del sujeto.
Es evidente, por tanto, que los mejores taekwondokas juveniles de la provincia Las Tunas Cuba han favorecido sus rendimientos al amparo de una autovaloración que dota de tales cualidades los juicios y la conducta deportiva propiamente dicha.
Los niveles de aspiración que se formulan a partir de una adecuada autovaloración, tienen más probabilidades de ser realistas y sensatos. Por el contrario, una inadecuada autovaloración favorece la formulación de niveles de aspiración inconvenientes, que no reflejan las posibilidades reales de los deportistas. Los niveles de aspiración que no toleran contrariedades y que se orientan básicamente a la exaltación de la individualidad reciben el nombre de "nivel de aspiración artificialmente elevado".
Este se manifiesta de manera preferente en deportistas que tienden a la sobrevaloración. En tales casos, se percibe el fracaso de manera amplificada, exagerada, y el deportista emite conductas desajustadas, que no contribuyen el rendimiento, como patear el piso, decir palabras obscenas, etc. Según Del Monte (2008) "esta intolerancia al fracaso refleja la poca flexibilidad de la autovaloración y su incapacidad para aceptar elementos o conductas disonantes con su tendencia general, lo cual es un sólido índice de inadecuación"
De acuerdo con la correlación obtenida en esta investigación y las entrevistas y observaciones realizadas, los taekwondokas que más dificultades tuvieron con el rendimiento deportivo exhibían una autovaloración menos adecuada y actuaban, precisamente, como han destacado los mencionados autores. En este caso se observan los resultados de Y.C. Esta atleta obtuvo 14 puntos en el test de adecuación autovalorativa, lo que revela una autovaloración adecuada. Alcanza resultados en las principales competencias con un nivel de perfección y dinamismo en los combates que la condujeron a ser campeona nacional y obtener plata en diferentes competiciones. Esta taekwondista conoce sus cualidades (fuerza, rapidez, autocontrol, concentración de la atención, anticipación, valoración del contrario y velocidad de reacción.) y se apoya en las que más ha desarrollado para perfeccionar la técnica y la táctica en la ejecución de los ejercicios. Ella se ha propuesto elevar el nivel de desarrollo alcanzado. En este caso se encuentra también Y. P. que alcanza 6.5 puntos en el test de adecuación autovalorativa.
El diagnóstico de la autovaloración de los taekwondistas a partir del test de adecuación autovalorativa, el completamiento de frases variante composición y la entrevista, arrojó los siguientes resultados. Los taekwondistas Y. C. y Y. P, con una autovaloración adecuada, poseen un nivel de aspiración que se corresponde con su nivel ejecución. Se orientan consecuentemente con apropiada previsión en la ejecución de los ejercicios y analizan sus resultados conscientemente aun cuando están por debajo de sus expectativas. Estos deportistas realizan valoraciones ricas y profundas.
El pronóstico realizado por el entrenador se corresponde con los logrados por estos taekwondistas. En estos deportistas se destacan las siguientes características:
Cuidan la realización de los ejercicios que le permiten elevar los niveles de la cualidad que autovaloran.
Aceptan los criterios técnicos dirigidos a neutralizar los efectos negativos.
Diseñan un sistema de ejecución técnica apoyándose en las cualidades más desarrolladas.
Los niveles de aspiración que se formulan se corresponden con sus posibilidades reales, lo que contribuye al autocontrol en el plano emocional.
Muestran una tendencia al autoperfeccionamiento en la ejecución de los ejercicios al más alto nivel.
Estos deportistas son considerados como destacados.
Se encuentran también los deportistas M.P, Y.P, y CM.N con una autovaloración adecuada y niveles de aspiración que se corresponde con su nivel de ejecución. Alcanzan medallas en las principales competencias, mostrando un nivel aceptable de perfección y dinamismo en los combates, con alguna estabilidad en los resultados.
Las principales características de estos deportistas son:
Cuidan la realización de los ejercicios que les permiten elevar los niveles de la cualidad que autovaloran.
Aceptan los criterios técnicos dirigidos a neutralizar los efectos negativos, aunque en ocasiones no lo tienen totalmente en cuenta.
Diseñan un sistema de ejecución técnica apoyándose en las cualidades más desarrolladas, aunque en ocasiones no hacen buen aprovechamiento de ellas.
Los niveles de aspiración que se formulan se corresponden con sus posibilidades reales, aunque en ocasiones se confían y cometen errores que no favorecen la total estabilidad en el autocontrol emocional
Tienen tendencia al autoperfeccionamiento en la ejecución de los ejercicios, aunque no siempre realizan todo el esfuerzo que necesitan para lograrlo.
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