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Santiago Zavala: rechazo a las expectativas familiares

Enviado por a20011138


    Trabajo de narrativa

    1. Desarrollo
    2. Conclusión
    3. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    ¿Por qué Santiago Zavala rechaza las expectativas familiares, especialmente las de su padre?. Esta es una interrogante que se desprende al leer la obra de Mario Vargas Llosa: Conversación en la catedral. Una novela intensa, escrita en el estilo único que caracteriza a Vargas Llosa. Santiago Zavala, Zavalita, protagonista de la novela, contempla impotente y resignado la ruina del país, tan inevitable y corrosiva como su propia mediocridad. Durante las cuatro horas escasas que Zavalita conversa con Ambrosio en el bar La Catedral, descubre desolado que su padre había sido un individuo tan ruin y despreciable como el infecto «Cayo Mierda», odioso comisario de la dictadura. Santiago recuerda minuciosamente cada episodio de su vida y de pronto todas las piezas encajan con implacable dolor: Zavalita jodido, el Perú jodido, todos jodidos, sin solución.

    El por qué Zavalita rechaza las expectativas familiares, se responderá a través del análisis que iré desarrollando a lo largo del ensayo, basándome en comentarios y criticas de otros autores.

    Mi hipótesis es la siguiente: Zavalita rechaza las expectativas de su familia porque no quiere ser igual a su padre ni ser rico como su familia, no quiere saber nada con poder o con la política de Odría, porque es consciente que estos lo pueden arrastrar a la corrupción que domina al Perú, es por eso que elige el fracaso, porque asume que es la única opción moral digna en medio de la podredumbre. El proyecto de independencia familiar paralelo al deseo de ingresar a la universidad San marcos, nace del hecho que Santiago se siente incluido en un mundo que condena y excluye al marxismo, con esta filosofía pone en duda la moralidad de su familia. Santiago en todo momento busca la pureza, busca un lugar donde se sienta bien ubicado, pero todos sus intentos son alcanzados temporalmente (San Marcos, abogado, comunismo, Cahuide, autonomía económica, trabajo en la Crónica, relación con Ana, reconciliación con la familia) y finalmente fracasan, sucumbiendo así en la mediocridad.

    Conversación en la Catedral es una novela de Crecimiento, ya que desarrolla la formación de carácter y personalidad, la forma como se establece la inserción de Zavalita a la sociedad.

    Para responder a la pregunta planteada, es necesario saber que es familia, que son expectativas familiares y como estas repercuten en el comportamiento de los adolescentes como es en el caso de Zavalita. Procederé a estudiar su comportamiento en cada etapa de su vida donde buscaba un lugar en el cual realmente se sienta bien.

    Finalmente trataré de responder a la pregunta de Zavalita: ¿en que momento se jodió el Perú, en que momento me jodí?

    SANTIAGO ZAVALA: RECHAZO A LAS EXPECTATIVAS FAMILIARES

    Oviedo señala que "Conversación en la catedral" es una historia de múltiples frustraciones que se van mezclando y relacionando hasta abarcar el país mismo y completar un circulo vicioso: todos se frustran porque todo se frustra, irremediablemente. Santiago Zavala es el personaje más conflictivo y más complejo, que se relaciona mucho con la experiencia personal de Vargas Llosa.

    El tema de la familia es de gran importancia en Conversación en la Catedral, ya que influye en el comportamiento de santiago Zavala (Zavalita) y su proyecto de independencia familiar.

    La familia supone una profunda unidad interna de dos grupos humanos: padres e hijos que se constituyen en comunidad a partir de la unidad hombremujer. Algunas de las principales funciones de la familia son: Brindar apoyo físico y emocional, demostrar afecto al niño, estimular su desarrollo, fomentar su autonomía, facilitar la comunicación, permitir y potenciar la socialización, ayudar a la solución de conflictos, y establecer límites y normas que proporcionen seguridad al niño.

    Nuestra actitud, nuestras creencias acerca de la vida, de quienes nos rodean y de nosotros mismos son diferentes en cada de nosotros y van a influir en nuestras emociones y en nuestra forma de actuar. Estas creencias se han ido formando poquito a poco, a través de todas las experiencias que hemos vivido, desde el momento que nacimos hasta el día de hoy. Pero es la familia el principal factor de educación, tanto por la duración como por la fijación de sus enseñanzas. Los padres son los primeros profesores y la familia un contexto de desarrollo y socialización. El influjo de los padres es imprescindible. El niño aprende a saber quién es a partir de su relación con sus padres -personas que le quieren-. Nadie puede descubrirse a sí mismo si no hay un contexto amor y de valoración. 1

    Protección, seguridad, aceptación, estima y afecto. Cinco aspectos que debe aportar la familia a todo niño. Lo que aprende el niño en la familia es determinante.

    La familia de Santiago, la cual es adinerada, se ve como un estereotipo de familia perfecta; están los padres (Fermín Zavala y Zoila), que aparentemente llevan una buena vida conyugal, por otro lado están los hijos (Chispas, Teté y Santiago), los tres han sido criados y educados de una manera ejemplar como lo indico en el párrafo anterior. Chispas y Teté siguen las expectativas de sus padres, aspirando tener una vida igual o mejor de acomodada como la que tienen; pero Santiago no quiere seguir las expectativas de sus padres, la de ser un político exitoso como su padre. Santiago no se siente bien con la vida que lleva y menos con los planes que Don Fermín tiene para él. Este comportamiento rebelde de Santiago se hace admisible en un comienzo, ya que esta en plena adolescencia.

    La adolescencia es una etapa de la vida difícil en la que se padece una crisis de crecimiento en todos los aspectos. Con frecuencia padres e hijos se ven obligados a rediseñar su propia vida y a adaptarse a las nuevas relaciones que provocan estos cambios de sus hijos adolescentes. Tanto padres como hijos difieren en la manera de concebir sus relaciones. Esto es lo que sucede cuando Santiago termina el colegio, hasta ese entonces, él era el hijo modelo, era inteligente, el primero de su clase, tenía una alta autoestima, ya estaba preparado para seguir los pasos de su padre. Entre padres e hijos adolescentes con frecuencia aparecen discrepancias y discusiones sobre temas diversos, pero en este caso Santiago no quería ser marinota de sus padres, es decir que ellos decidieran su plan de vida.

    Todos los padres tienen expectativas para sus hijos, quieren que sean mejores que ellos, que lleguen a ser el orgullo de la familia, quieren lo mejor para sus hijos. Don Fermín ya había decidido el futuro de su hijo: estudios en la Universidad Católica que le proveerán de amistades de importancia social, una profesión liberal como la abogacía que le facilite hacerse cargo de interese económicos que heredará, y un matrimonio que consolide su éxito personal. Santiago se encargó de derrumbar estas expectativas como lo veremos más adelante.

    El primer paso en el proceso de liberación de su familia, es la postulación a San Marcos y rechazo a la Universidad Católica también identificada con la esfera familiar, ya que esta la estima aconsejable para las relaciones. Desde este momento surge un conflicto entre padre e hijo.

    "¿Entonces no se fue porque tenía distintas ideas políticas con su papá?— dice Ambrosio."

    " El pobre no tenía ideas políticas— dice Santiago —. Sólo tenía intereses políticos, Ambrosio. A mi no me parecía un gran hombre, sino un canalla. Y lo odiaba."

    En las citas anteriores se muestra que la independencia de Santiago es un dejar de vivir al amparo de quien profesa como meta vital el poder (su padre), en el momento en que él comienza a profesar la justicia social. Es así que comienza a acercarse al partido comunista y sentir una vocación por el derecho y las letras, lo cual está relacionado con su concepción de pureza. Como a continuación se muestra:

    "La revolución, los libros, o museos,— dice Santiago, —¿Ves lo que es ser puro?".

    Durante toda su vida Santiago busca la pureza en todas las cosas que hace, para él lo puro no esta relacionado con el poder, con la corrupción, con la ambición de ser rico cada vez más. Es por eso que rechaza las expectativas de su padre, puesto que él estaba estrechamente vinculado con lo anteriormente descrito, lo impuro.

    Al ingresar a San Marcos, Santiago conoce a Aida y Jacobo, dos chicos de baja condición social y con pensamientos comunistas. Santiago se hace amigo inseparable de ellos.

    "¿Habría oído hablar del comunismo en su casa?, causas dela primera guerra mundial, ¿qué pensaría cuando supiera que el viejo era odriísta?, la batalla de Marme, a lo mejor no querría juntarse más contigo, Zavalita: te odio papá. Nos hacíamos preguntas pero no nos las hacíamos, piensa. Piensa: nos estamos haciendo amigos. ¿Habría estudiado en un Colegio Nacional? Sí, en Unidad Escolar, ¿y él?, en el Santa María, ah en un colegio de niñitos bien. Había de todo, era un colegio malísimo, él no tenía la culpa que sus viejos lo hubieran metido ahí, hubiera preferido el Guadalupe y Aida se echó a reír: no te pongas colorado, no tenía perjuicios, qué había pasado en Verdún."

    En la cita anterior, Santiago conoce a Aida, quien es hija de un obrero y tiene pensamientos marxistas. En ese momento, Santiago rechaza su mundo, el mundo de su padre, por estar de acuerdo con Aida. Critica los modelos tradicionales que hay en la sociedad y se desilusiona de la Paideia (la forma como la sociedad decide educar). Santiago no está seguro de lo que quiere pero se inclina al comunismo.

    Santiago se sentía enamorado de Aida, pero nunca logra decírselo, de esta manera no logra satisfacer su carencia emocional, como se muestra en la siguiente cita:

    "Nunca la veía a solas —dice Santiago— No estaba amargado, a ratos un gusanito en el estómago, nada más."

    "–Usted quería enamorarla y no podía, tenía ahí al otro—Se lo que se siente estando cerca e la mujer que uno quiere y no pudiendo hace nada."

    Santiago con muchas dudas entra a la organización política clandestina "Cahuide" y asume un compromiso político. Estando en esta célula se da cuenta que no puede cree en nada, está confundido, él desea creer en algo como sus compañeros, en especial Jacobo. En él, la conciencia del pensamiento y la acción es perfecta: "Es lo mejor que le puede ocurrir aun tipo, Ambrosio —dice Santiago— Creer en lo que dice, gustarle lo que hace". Es decir luchar por conseguir algún objetivo. Santiago quisiera tener un impulso para vivir y superarse, pero parece que no lo tienen y no concibe creer en nada ni tener fe. Sin embargo en el fondo sabe que si tuviera fe renegaría de ella y que si pudiera actuar se sentiría inútil. En la cita que se presenta a continuación Santiago habla con Ambrosio de este tema.

    "Lo pero era tener dudas, Ambrosio, y lo maravilloso poder cerrar los ojos y decir Dios existe, o Dios no existe, y creerlo. Se había dado cuenta que a veces hacía trampas en el círculo, Aida: decía creo o estoy de acuerdo y en el fondo tenía dudas. (…) Cerrar los puños, apretar los dientes, Ambrosio, el Apra es la solución, la religión es la solución, el comunismo es la solución, y creerlo. Entonces la vida se organizaría sola y uno ya no se sentiría vació, Ambrosio (…)

    Las dudas eran fatales, decía Aida, te paralizan y no puedes hacer nada y Jacobo ¿pasarse la vida escarbando? ¿será cierto?, torturándose, ¿será mentira? en vez de actuar. El mundo no cambiaría nunca. Para actuar había que creer en algo, decía Aida, y creer en Dios no había ayudado a cambiar nada, y Jacobo: preferible creer en el marxismo que podía cambiar las cosas, Zavalita (…) Piensa: pensabas no Zavalita. Cerrar los ojos, el marxismo se apoya en la ciencia, apretar los puños, la religión en la ignorancia, hundir los pies en la tierra, Dios no existía, hacer grujir los dientes, el motor de la historia era la lucha de clases, endurecer los mulos, al liberarse de la explotación burguesa, el proletariado liberaría a la humanidad, y embestir: e instauraría un mundo sin clases. No pudiste, Zavalita, piensa. Piensa: eras, eres, serás, morirás un pequeño burgués."

    Según Oviedo, el problema de Santiago es el de no poder pasar rectamente del pensamiento a la acción; como no lo logra la encarnación de sus principios, no logra actuar o sencillamente se descompromete de los que hace: la fe, si la tiene no le alcanza para tanto. Del intelectual solo le queda a Santiago la marca de déclassé: ni completamente burgués ni completamente proletario, no ocupa un lugar social que él considere verdadero.

    Durante esta primera etapa de desligamiento familiar, Santiago muestra inmadurez sentimental, está confundido y busca desesperadamente darle rumbo a su vida. La etapa de adolescencia por la que Santiago está pasando es dura. Ya que trata de definir su personalidad. Esta se va definiendo por las expectativas que él le da a su vida y su posterior fracaso de estas.

    A causa de los proyectos de revolución que tenía la organización Cahuide, Santiago termina en prisión al igual que sus compañeros, pero gracias a las influencias de su padre es el único del grupo que logra evitar la justicia. Esto le trae humillación y un simultaneo abandono de hogar así como de ideas políticas. Santiago se desliga completamente de la organización Cahuide y de sus ideas marxistas. Santiago tiene rechaza los dogmas de la sociedad, es por eso que no se convence del todo acerca del marxismo puesto este es un dogma.

    Santiago no satisface su carencia política al abandonar Cahuide. De esta manera su primer proceso de liberación familiar queda frustrado, dando paso al segundo proceso: abandono de hogar y autonomía económica. Paralelamente a esto Santiago se desilusiona de San Marcos, como lo muestra la siguiente cita.

    "¿Había sido el primer año, Zavalita, al ver que San Marcos era un burdel y no el paraíso que creías? ¿no le había gustado, niño? No que las clases comenzaran en junio en vez de abril, no que los catedráticos sean decrépitos como los pupitres, piensa, sino el desgano de sus compañeros cuando se hablaba de libros, la indolencia de sus ojos cuando de política. Los cholos se parecían terriblemente a los niñitos bien, Ambrosio. A los profesores les pagaría miserias, decía Aida, trabajarían en ministerios, darían clases en los colegios, ¿quién les iba a pedir más?. Había que comprender la apatía delos estudiantes, decía Jacobo, el sistema los formó así: necesitaban ser agitados, adoctrinados, organizados."

    Santiago dentro de la red social donde se encontraba (San Marcos), se da cuenta que las cosas no funcionaban como él creía. Es así que toma la decisión de dejar San Marcos y su carrera como abogado.

    El segundo paso en el proceso de liberación de su familia, es el abandono de hogar y una posible autonomía económica e ideológica a través del ingreso a la redacción de la crónica. La obtención de trabajo gracias a su tío Clodomiro se ve como un mejoramiento parcial, ya que se limita a satisfacer necesidades materiales. Llevándolo así por un camino de degradación, que se ve reflejada en el abandono de estudios (el cual era parte de su autoconcepción de pureza) que habrían posibilitado su formación política.

    "Lo que veo es que te falta un tornillo —dijo el tío Clodomiro—. Estoy arrepentido de haber llamado a vallejo, flaco. Me siento responsable de todo esto.

    Sino hubiera entrado a la Crónica habría conseguido cualquier otro trabajo —dijo santiago–. Sería lo mismo.

    ¿Sería Zavalita? No, a lo mejor sería distinto, alo mejor el tío Clodomiro era responsable en parte."

    En la cita anterior Santiago reflexiona si realmente fue bueno conseguir ese trabajo. Pero más adelante se da cuenta que gracias a la Crónica es un fracasado y mediocre.

    Carlitos, el colega que más lo conoce, interpreta y diagnostica la naturaleza del mal: en Santiago hubo siempre un escritor frustrado, un inconforme cuya verdadera profesión eran las palabras y las contradicciones: "Debiste dedicarte a la literatura y no la revolución, Zavalita", le dice. Por eso es significativo que este escéptico se refugie en un periódico: se trata sin duda de un purgatorio en donde sobre vive sin esperanzas, pero el menos en un mundo afín, un sucedáneo.2

    Traidor de su pureza juvenil, traidor de sus dudas, traidor de su clase. Santiago no ha hecho más que romper los lazos sin poder establecer otros más duraderos: está solo sin partido sin familia, lejos de la solidaridad aun consigo mismo. Ni siquiera es fiel a su propia frustración porque la disimula detrás de los rasgos negativos: "Ni abogado, ni socio del Club Nacional, ni proletario, ni burgués, Zavalita. Sólo una pobre mierdecita entre los dos", concluye Carlitos. Santiago es consciente que ha caído en esa negatividad, pero le dice con cierto orgullo a Ambrosio: "Porque gracias a San Marcos no fui un alumno modelo, ni un hijo modelo ni un abogado modelo, Ambrosio."3

    El cambio a policiales lleva a Santiago a un hecho significativo en su vida, ya que trabajando en ella se entera quien es realmente su padre (homosexual), esto cambia su vida, dándose cuenta así que todos sabían verdad menos él. A consecuencia de esto y de todo lo dicho por Queta, Santiago se amista con su familia, esta y en especial su padre siempre quiso que regresara a la casa o que al menos mantengan una relación cercana con ella.

    El periodismo es la tumba de Santiago: ha llegado a la última destrucción de sí mismo. Su drama consiste en que ninguno de los personajes que pudo ser lo convence a sí mismo. Tampoco puede ser un tranquilo burgués, porque haga lo que haga jamás se librará de su mala conciencia y su duda metódica. El periodismo se muestra estéril y decepcionante, ya que Santiago no surge al igual que sus amigos.4

    La sucesión de hechos posteriores a la reconciliación con su familia, no son hechos proyectados por Santiago sino por el azar. Cuando Santiago viaja a Trujillo conoce a Ana, una enfermera provinciana. En un comienzo tiene una relación pasajera con ella.

    "Esa anodina relación hecha de menús baratos y melodramas mexicanos y juegos de palabras que había adquirido una vaga estabilidad."

    La cita demuestra que Santiago asume la relación sin ningún interés. Pero luego se torna seria.

    "Lo que pasa es que ni eso lo decidí realmente yo. Se me impuso solo como el trabajo, como todas las cosas que me han pasado. No las he hecho para mí. Ellas me hicieron a mí, más bien."

    De esta manera Santiago interpreta su matrimonio como algo azaroso e inesperado. Demostrando así que es una víctima de las oportunidades perdidas por abulia o indecisión.

    Su matrimonio con una mujer de modesta extracción como Ana, es quizá la prueba definitiva de que él pertenece del todo al borroso mundo de ella. A pesar de todo esto Santiago decide presentarla a su familia e intentar tener más contacto con ella. Pero este proyecto fracasó con el rechazo y humillación de Ana, ya que no era lo que su madre esperaba. Esto provocó que Santiago se alejara de nuevo de su familia. Fue con la muerte de don Fermín que se reanudaron los lazos familiares y que doña Zoila termina aceptando a Ana.

    Al morir su padre, Santiago descubre que ha ido ya tan lejos que no puede dar marcha atrás: no podría ser otro hijo pródigo por que había renunciado a las posibilidades de un matrimonio brillante, no sólo a perdido su estatus familiar, social, económico, sino también racial. Frente a su familia siente que está en otro mundo, donde no hay ambiciones y la piel es oscura: "Ya no eras como ellos, Zavalita, ya eras un cholo. Piensa: "ya sé porque te venía esa furia apenas me veías, mamá."

    La autonomía económica de Santiago es parcialmente obtenida, aunque depende de empréstitos rechaza la parte de la herencia de su padre que le correspondía. Finalmente Santiago permanece ligado a su círculo familiar y claudica en su idealismo puro (ser comunista, estudiar derecho y letras), olvidando así los perjuicios ideológicos que en un pasado lo llevaron a apartarse de su familia.

    Santiago sabe que algo fallo y que le impide realizarse, pero no sabe en que momento de su vida sus dudas dejaron de ser legítimas y se convirtieron en una dimisión, en que momento dejó de ser un inconforme y se convirtió en un cobarde. La derrota existencial de Santiago tiene una señal de reconocimiento verbal: la palabra es "jodido". En la larga conversación que Santiago tiene con Ambrosio, se trata de responder la pregunta: ¿Dónde se jodió realmente Santiago?, ¿en San Marcos, en la Crónica, cuando supo lo de su padre, cuando se casó con Ana? En un comienzo Santiago dice que el acontecimiento decisivo de su frustración fue saber que su padre era homosexual, pero luego renacen sus dudas: 5

    "No en el momento que lo supiste, Zavalita, sino ahí. Piensa: sino en el momento que supe que toda Lima sabía que era marica menos yo"

    CONCLUSIÓN

    Tras el desarrollo del ensayo queda demostrada la hipótesis planteada. Santiago Zavala rechaza las expectativas de su familia porque no quiere ser igual a su padre ni ser rico como su familia, no quiere saber nada con poder o con la política de Odría, porque es consciente que estos lo pueden arrastrar a la corrupción que domina al Perú, es por eso que elige el fracaso, porque asume que es la única opción moral digna en medio de la podredumbre. El proyecto de independencia familiar paralelo al deseo de ingresar a la universidad San marcos, nace del hecho que Santiago se siente incluido en un mundo que condena y excluye al marxismo, con esta filosofía pone en duda la moralidad de su familia. Santiago en todo momento busca la pureza, busca un lugar donde se sienta bien ubicado, pero todos sus intentos son alcanzados temporalmente (San Marcos, abogado comunismo, Cahuide, autonomía económica, trabajo en la Crónica, relación con Ana, reconciliación con la familia) y finalmente fracasan, sucumbiendo así en la mediocridad.

    Bibliografía

    • Oviedo, José Miguel. Mario Vargas Llosa: la invención de la realidad. Barcelona: Barral, 1970.
    • Guiddens, Anthony. "Familia, matrimonio y vida privada". En Sociología. Madrid: Alianza Editorial, 2000.
    • Ideas sobre la autoridad parental y conflictos familiares durante la adolescencia.

    www.members.fortunecity.es/robertexto/ archivo10/autor_parental.htm – 23k

    • Cifuentes, Claudio. Conversación en la catedral: Poética de un fracaso. Odense University Press, 1983.
    • Ortega, Julio. La imaginación crítica: el otro Vargas Llosa. Lima: Peisa. 1974

     

    Cintia Espinoza Menacho

    PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

    ESTUDIOS GENERALES LETRAS