El clima está caracterizado por una estrecha amplitud térmica, que varía desde los 24º C en enero a 5º C bajo cero en julio, con una temperatura promedio anual de aproximadamente 5,6º C. La sensación térmica suele ser inferior debido al viento. La lluvia es escasa, de 625 milímetros al año en Stanley1.
El sistema de gobierno consiste en un gobernador, consejo ejecutivo, consejo legislativo, municipalidades y un tribunal supremo2. La legislación está basada en una constitución propia. La constitución incluye el derecho a la autodeterminación de los isleños. El gobernador preside un consejo ejecutivo compuesto por cinco miembros: tres electos y dos honorarios (el director ejecutivo y el secretario financiero). Además, el procurador general y el comandante de las fuerzas británicas en las Islas Malvinas participan por invitación. El consejo legislativo tiene ocho miembros, además de los dos miembros honorarios del consejo ejecutivo, elegidos por sufragio universal adulto y es moderado por uno de ellos. Como es usual en territorios británicos de ultramar, los consejeros electos tienen una gran responsabilidad por la conducción de los asuntos de sus territorios. El gobernador está obligado a consultar al consejo ejecutivo para cumplir sus funciones (excepto en ciertas circunstancias, como defensa y seguridad, en las que debe consultar al Comandante de las Fuerzas Británicas en las Islas). Si bien tiene el poder constitucional para actuar sin seguir las indicaciones del Consejo Ejecutivo, está obligado a informarlo inmediatamente al Gobierno Británico. El gobernador es responsable de la política exterior.
1 Sitio web, Malvinas, Falkland Islands Government, http://www.falklands.gov.fk/location.php
2 Sitio web, Londres, Foreign and Commonwealth Office, http://www.fco.gov.uk
3 Crosby, Ronald, El reto de las Malvinas, editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1968, p 19
* El sitio web del Foreign Office da un valor distinto para el censo de 2006, pero opté por tomar el valor directamente del Gobierno de las Islas Malvinas
ECONOMÍA DE LAS MALVINAS ENTRE 1900 Y 1980
Este período estuvo caracterizado por una lenta disminución de la población de ovinos y al fracaso de varias industrias livianas relacionadas con la producción de alimentos. Estratégicamente, la importancia de las Islas disminuyó hasta situarlas en una posición absolutamente marginal.
En el siglo XIX, las Malvinas se constituyeron en una base de reaprovisionamiento para los barcos que navegaban a través del Estrecho de Magallanes. Por otra parte, también operaban desde las Islas los cazadores de ballenas y de focas. Sin embargo, desde principios del siglo XX, estas actividades desaparecieron1. Con la apertura del Canal de Panamá, el tráfico mercante se desvió a través de América Central y dejó de repostar en las Islas. Sólo recuperó algo de interés con el cierre del Canal de Suez en 1967 y la aparición de barcos que superaban las dimensiones máximas para usar el Canal de Panamá y que, por consiguiente, se veían forzados a navegar por el extremo austral de América2. Por otro lado, se prohibió la caza de focas y la ballena dejó de ser un recurso importante en la economía. Esto dejó como única actividad la cría de ovejas1.
En 1898 la población ovina en las islas era de 807000 animales, pero a principios del siglo XX sufrió una brusca disminución, hasta que finalmente se estabilizó en 19361. En 1974/1975 era de 644014 cabezas, lo cual representa una disminución del 24,7%. La razón principal fue el mal aprovechamiento del suelo. En lugar de subdividir los campos, las ovejas eran dejadas libres para recorrer toda la propiedad, con lo cual el suelo no podía descansar. Por otra parte, hubo un abuso de la práctica de quemar los campos. El objetivo de esta práctica es quemar los yuyos duros y dejar crecer las hierbas blandas, pero sólo debe usarse como último recurso y no como una práctica constante. Esto dependía de cada propietario. En ese sentido, había algunos más cuidadosos.
Sin embargo, la reducción de la población ovina no afectó negativamente la producción de lana. En el gráfico 1 se puede apreciar la disminución de la cantidad de ovejas esquiladas entre 1909 y 1978. Sin embargo, en el gráfico 2 queda de manifiesto que la producción de kilos de lana no tiene grandes variaciones, excepto para el período comprendido entre 1919 y 1923, pero esto puede deberse a una circunstancia particular del momento. El hecho de que la cantidad de ovejas esquiladas disminuya pero la producción se mantenga se explica por el aumento de la productividad de lana por animal, que pasa de aproximadamente 3 kilos por oveja a 3,8 kilos al final del período. Si se tiene en cuenta que el precio del kilo de lana prácticamente no varió durante este período, se puede concluir que la producción de lana siempre ha rendido aproximadamente lo mismo, si bien poco a poco se fue mejorando la productividad y disminuyendo el volumen de ovinos esquilados. Sin embargo, entre 1963 y 1968, el costo de producción aumentó un 22%, con lo cual el margen de ganancia se redujo considerablemente.
1 Crosby, Ronald, El reto de las Malvinas, editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1968, pp 20-26
2 Insulza, José Miguel, "Seguridad en el Atlántico Sur: nuevas percepciones" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989 pp 247-250
La unidad productiva principal en las Islas es la estancia. Debido a la falta de caminos interiores, el casco está situado en la costa, desde donde se traslada la lana por barco a Stanley. Las estancias están bien equipadas, con electricidad y agua potable. Sin embargo, el trabajo es principalmente manual y poco tecnificado. Pese a eso, las condiciones laborales para los peones son buenas, debido a la falta de mano de obra. Sólo en algunas estancias se han hecho experimentos tendientes a mejorar la producción con mejores técnicas de cultivo de pastos y de cruza de especies.
Uno de los principales problemas que tiene la población de las Islas es que hay una sola compañía de transporte, la Falkland Island Co. (fundada en 1851) que lleva la lana a Inglaterra y vuelve con productos manufacturados. Además, es dueña del 46% de la tierra1, la cual produce muy poco por unidad de área. Sólo cuatro de las 29 estancias no venden su producción mediante la Falkland Island Co. Asimismo es una sola la compañía que remata la lana en la metrópolis. Por esta razón, el costo del flete para la mercadería es muy alto. Desde que se empezó a volar regularmente desde Comodoro Rivadavia, la dependencia exclusiva de esta compañía de transporte se redujo.
En este período hubo intentos de industrializar la producción en las Malvinas, pero fracasaron. Entre ellos, el envío de carne de oveja congelada, carne enlatada, jabón, vidrio y algas. Si bien todos esos productos eran manufacturados a partir de materias primas de las Islas, sufrían la falta de competitividad. Esto se debía a que el costo de producción era enorme, porque debido a la falta de mano de obra, los salarios eran altísimos, al punto que resultaba más rentable enviar las materias primas y manufacturarlas en Inglaterra. Al respecto, Crosby recomendaba importar mano de obra más económica desde la Argentina. Otro obstáculo que impidió la industrialización fue la falta de fuentes de energía.
Crosby proponía varias soluciones para los problemas económicos de las Malvinas. Una de ellas es exportar embriones de ovejas. Se trata de un producto con un alto valor pero que ocupa muy poco espacio, con lo cual se reduce el costo del flete y aumentan las ganancias. También consideraba exportar carne congelada, pero para ello habría que introducir razas de carne, lo cual reduciría la calidad de la lana. Otra propuesta consistía en explotar el petróleo o el krill. Por el contrario, la pesca con flota propia no era considerada, porque no ofrece ninguna ventaja frente a los puertos argentinos. Por último, el autor proponía fomentar el turismo, para aprovechar las maravillas naturales. Sin embargo, planteaba la necesidad de construir la infraestructura necesaria.
Respecto del petróleo, tal vez el recurso más codiciado de las Malvinas desde la década del 70, en este período hubo algunos intentos de explotarlo, pero no dieron frutos2. En 1972 se descubrió un yacimiento en la Patagonia, lo cual animó a Estados Unidos y Canadá a pedir licencias para explorar las Malvinas. En 1975, se entregó un informe geológico sobre las Malvinas donde se informaba que podría haber depósitos en la zona oriental. Ese mismo año, el Senado argentino declaró que el petróleo de las Islas es argentino y las concesiones que había hecho el gobierno insular a compañías privadas no eran válidas. En 1976 se conoce el primer informe Shackleton, el resultado de una larga exploración del subsuelo de la plataforma continental que rodea las Malvinas. Notablemente, el gobierno británico estudia explotar los yacimientos petrolíferos en cooperación con la Argentina. Esta postura se mantuvo incluso hasta después de la guerra. En 1985, Sir Geoffrey Howe anunció que el Reino Unido no estaba dispuesto a negociar la soberanía de las islas, pero sí la explotación conjunta con nuestro país.
1 Crosby, Ronald, El reto de las Malvinas, editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1968, pp 31-54
2 Pinto, Mónica, "Islas Malvinas / Falkland, Georgias y Sándwich del sur: algunas consideraciones relativas a los hidrocarburos" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio,Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989 pp 126-132
En este período, la presencia militar en las Islas era mínima. Sólo había treinta infantes de marina y un cuerpo de vigilantes voluntarios. Sin embargo, dado que la criminalidad era muy baja, esto era suficiente.
Una característica de este período es la lenta disminución de la población, que empezó en 1936. En el gráfico 3 se aprecia perfectamente un aumento rápido de la población durante el siglo XIX y principios del XX, seguido de una lenta disminución de la cantidad de habitantes. Esta tendencia se revierte luego de la guerra: en 2006, la población alcanza su máximo histórico, sin contar el personal militar destacado en la base. Además, hay más hombres que mujeres en las Islas. Esto implica que hay pocas familias, con lo que una gran parte de la población no está arraigada en las Malvinas1. Por otra parte, al analizar la cantidad de población por edades, se nota que la mayor disminución corresponde al segmento de población económicamente activo.
En promedio, 22 personas por año abandonaban las Islas en el período entre 1900 y 1980. Las razones de este éxodo son varias. En primer lugar, la falta de comunicación con otras regiones (un problema frecuente de todas las islas pobladas). Las familias con hijos a veces preferían emigrar, porque el nivel de enseñanza era inferior al de las escuelas argentinas. Recién a partir de 1980 empezó a funcionar una escuela de nivel secundario en las Malvinas. Antes, el gobierno becaba a dos alumnos por año para cursar la enseñanza media en Inglaterra. Los demás debían costearse sus estudios. La falta de enseñanza en las Islas hacía que los propios habitantes no fueran idóneos para ocupar los cargos públicos, por lo que los funcionarios raramente eran malvinenses y con más frecuencia eran ciudadanos británicos, sin ningún interés ni conocimiento de aquella distante comarca. Esto causaba una cierta inestabilidad política1. Cuando el joven terminaba su educación, se ponía de manifiesto la falta de oportunidades en las Malvinas. Si bien la mano de obra era escasa, no había muchos empleos que no fueran en el campo. Independizarse era difícil, porque no había tierra en venta. Fuera de la jornada laboral, las opciones de esparcimiento no eran muchas. En Port Stanley había una biblioteca y una emisora de radio. Tal vez por la falta de actividades de ocio, el alcoholismo era un problema importante1 y la causa del alto número de divorcios.
El sistema de salud, si bien no era muy complejo, cubría las necesidades inmediatas de la población. Stanley contaba con un hospital general, que se dedicaba principalmente a tratar enfermedades debidas al clima. Para tratamientos de mayor complejidad, el paciente usualmente tenía que viajar a la Argentina.
En definitiva, el nivel de vida en las Islas era alto. Los trabajadores gozaban de altos ingresos y exención de impuestos sobre artículos de primera necesidad. Por otra parte, no había muchas posibilidades de gastar el dinero en cosas superfluas, debido a la falta casi total de posibilidades de esparcimiento. Se puede decir que en este período el bienestar económico que gozaban los trabajadores se veía opacado por la falta casi total de horizontes de vida, más allá del trabajo de campo.
ECONOMÍA DE LAS MALVINAS DURANTE LA GUERRA
El costo de la guerra para el Reino Unido fue de mil quinientos millones de libras, mientras que el costo de reemplazar el material perdido ascendió a 1278 millones de libras1. Sin embargo, prácticamente no hubo ninguna repercusión en la población de las Islas. Sólo tres mujeres murieron, víctimas del fuego amigo2. Aún quedan en las Malvinas 125 campos minados sin limpiar, los cuales causaron treinta muertes desde el final de las hostilidades. Actualmente, entrar a un campo minado es un crimen gravísimo en las Islas y es perseguido con toda dureza por la justicia3.
Durante un breve período después de la guerra, el gobierno de las Malvinas implementó una restricción al comercio con Argentina. Sin embargo, esto resultó más perjudicial para los isleños que para los argentinos, dado que el comercio recíproco era despreciable en la balanza comercial argentina, pero muy importante para las Malvinas. Por otra parte, el gobierno argentino dejó de cumplir el pago de sus deudas, lo cual perjudicó aún más al Reino Unido. Además, la negativa de Argentina de discutir el comercio con las Islas sin discutir la soberanía y la negativa del Reino Unido a tratar este tema hicieron que recién en 1986 se restableciera el comercio recíproco4.
1 Freedman, Lawrence, Britain & the Falkland War, Editorial Basil Blackwell, Oxford, 1988
2 Sitio web, Londres, Royal Air Force, http://www.raf.mod.uk/falklands/rafetcroll.html
3 Sitio web, Londres, Foreign and Commonwealth Office, http://www.fco.gov.uk
4 Thomas, Caroline y Hayson, Pamela, La relación comercial angloargentina 1982-88" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989 pp 166-170
ECONOMÍA DE LAS MALVINAS DESPUéS DEL CONFLICTO
Después de la guerra, la economía de las Islas mejoró sensiblemente, aunque la actividad agropecuaria e industrial prácticamente no cambió.
En 1966, la Argentina instauró una Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 200 millas marinas desde la línea costera, lo cual incluía el territorio de las Malvinas, menos 3 millas marinas desde la costa insular, que eran consideradas aguas territoriales. En la década del 70, la producción de pescado de Argentina se incrementa al pasar de cien mil a cuatrocientas mil toneladas entre 1970 y 1979. Además, en ese período empiezan a operar en la ZEE pesqueros uruguayos, polacos, japoneses y soviéticos.1
El 12 de abril de 1982, el gobierno británico creó una zona de exclusión marítima de 200 millas marinas en torno a un punto imaginario que correspondería al centro de las Islas (51º 40" S, 59º 30" W). Esta zona, conocida como FIPZ (Falkland Islands Protection Zone), estaba vedada a buques de guerra y de apoyo argentinos. Desde el 26 de julio, se extendió la veda a cualquier tipo de barco o aeronave, tanto civil como militar, que enarbolase bandera argentina. Sin embargo, el área se redujo a 150 millas marinas. Cabe destacar que esta zona está casi completamente comprendida en los límites de la ZEE argentina. Ningún otro país tenía restricciones de ningún tipo dentro de la FIPZ. Como la Argentina se veía imposibilitada de ejercer su soberanía dentro de la FIPZ, las flotas pesqueras se trasladaron hacia allí, dado que podían operar sin control ni límite de pesca. La pesca indiscriminada produjo un grave daño al ecosistema, según un informe de la FAO.1
Esto terminó el 29 de octubre de 1986, cuando las Malvinas reclaman una zona de pesca exclusiva de 150 millas marinas, conocida como FICZ (Falkland Islands, Interim Conservation and Management Zone). Desde el 1 de febrero de 1987, el gobierno insular exige licencias de pesca. Esta medida es puramente económica, dado que, al no imponer cuotas de explotación, cualquiera que pague la licencia puede extraer la cantidad de pescado que desee. Por lo tanto, la pesca indiscriminada continuó. Para tener una idea de lo que representan los derechos de pesca en la economía de las Islas, baste mencionar que en 1986 el PBI era de 9,8 millones de libras, mientras que en 1987 llegó a 30,7 millones de libras1, de las cuales 13,7 millones provenían de las licencias de pesca. Asimismo, se estima que el costo de mantener la FICZ ascendió a 4 millones de libras ese mismo año.2 Al ocupar la FICZ y la FIPZ la misma área, se pueden aunar los recursos militares para ejercer el control de ambas zonas. Actualmente, el producto bruto de las Islas es de 75 millones de dólares por año, de los cuales 40 millones provienen de los permisos de pesca3.
1 Castillo, Lilian, "Los recursos pesqueros de la plataforma continental patagónica: controversia y negociación" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, EditorialPuntosur, Buenos Aires, 1989 pp 79-92
2 Churchill, Robin, "Las cuestiones pesqueras en el sudoeste atlántico: ¿medio u obstáculo para mejorar las relaciones anglo-argentinas?" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989 pp 93-110
Desde el punto de vista legal, La FICZ y la FIPZ no son legítimas, porque perjudican la posición de la Argentina. Un principio de derecho internacional, sostenido entre otros por la ONU, consiste en que, en un territorio en disputa, ninguna de las partes puede tomar una medida unilateral que perjudique la posición de la otra parte en esa área. Esto claramente no es respetado por el Reino Unido, dado que estas zonas impiden a la Argentina ejercer su soberanía y resguardar su patrimonio.
Sin embargo, el Reino Unido paga un alto precio por este territorio de ultramar. En efecto, el costo de mantener la guarnición militar oscila entre cien y doscientos millones de libras al año1. Pero este costo es afrontado por el Reino Unido, mientras que los beneficios de la pesca quedan exclusivamente para los habitantes de las Malvinas.
En lo que respecta a la calidad de vida, el aumento enorme de la recaudación aumentó en PBI per capita a 25000 dólares. Sin embargo, la variedad de actividades de ocio que se pueden hacer en las Islas sigue siendo limitada. Actualmente hay una estación de radio AM y siete FM, televisión por cable sólo en Stanley y un gran porcentaje de la población está conectada a Internet (en 2002, 1900 personas tenían acceso a la Red, lo cual representa aproximadamente el 70% de la población)2. También hay actividades deportivas de interior y exterior en Stanley.
Actualmente, el crecimiento de la población es de 2,44% anual, con lo cual se revirtió la tendencia al despoblamiento que había antes de la guerra. Según el censo de 2006, la población es de 2478 personas, excluyendo los más de 1700 militares y civiles destacados en el complejo Mount Pleasant21.
1 Churchill, Robin, "Las cuestiones pesqueras en el sudoeste atlántico: ¿medio u obstáculo para mejorar las relaciones anglo-argentinas?" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989 pp 93-110
2 Sitio web, Langley, CIA Factbook, https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/print/fk.html
3 Sitio web, Malvinas, Falkland Islands Government, http://www.falklands.gov.fk/location.php
CONCLUSIÓN
La situación de las Islas justo antes de la guerra era delicada. Si bien la disminución de la población no era muy grande, agudizaba el problema de la falta de mano de obra. Los costos de producción ya eran enormes y hacían que la lana malvinense fuera poco rentable. De no haber ocurrido la guerra, la población podría haber disminuido lo suficiente como para que la ganancia ya no compensase la producción, lo cual hubiera acarreado la quiebra de varios productores y posiblemente una ola de desempleo que hubiera forzado a más gente a abandonar las Islas.
Por otra parte, la economía estaba ligada exclusivamente a una única actividad, que además es de poco valor agregado y está muy sujeta a los vaivenes del mercado. El precio de la lana no varió mucho durante el siglo XX, pero los costos de trabajo en las Islas aumentaron constantemente a medida que se reducía la oferta de mano de obra, debido a la disminución de la población. Los intentos para diversificar la producción no dieron resultados, y el petróleo, que era uno de los recursos más atractivos para extraer, nunca se explotó. Por lo tanto, si bien nunca hubo una crisis económica en las Islas, podría haberse dado el caso de una baja en la producción de lana o una disminución de la demanda que podrían haber causado una fuerte caída de la economía.
Todo esto cambió después de la guerra. Actualmente, el crecimiento de la población es positivo. Además, están los efectivos destacados en la base militar, que contribuyen con su presencia a la economía de las Islas.
Económicamente, ya no es la lana la única actividad económica externa, sino que gran parte del PBI ahora proviene de las licencias de pesca. Esta actividad tiene la ventaja de que no requiere prácticamente inversión ni mano de obra. Sin embargo, si los esfuerzos para evitar la sobreexplotación de los recursos pesqueros no dan resultados, podría reducirse la cantidad de empresas que obtienen licencias. Ahora bien, cabe preguntarse si la instauración de la FICZ estuvo relacionada de algún modo con la guerra. Antes del conflicto, el gobierno de las Malvinas mantenía un trato más cercano con la Argentina, en parte debido al temor de que, sin contactos comerciales con nuestro país, las Islas pudieran sufrir desabastecimiento. Sin embargo, la guerra puso de manifiesto que las Malvinas pueden cortar la dependencia con la Argentina sin efectos negativos en su economía. Por otra parte, aumentó mucho la presencia militar y económica del Reino Unido en las Islas, por lo que se alejó el fantasma del aislamiento. Estas razones pudieron haber animado al Gobierno de las Malvinas a instaurar un sistema que atenta claramente contra el patrimonio argentino, dado que cualquier sanción económica que pudiera haber impuesto nuestro país no habría tenido efectos notables en la economía (de hecho, las restricciones al comercio casi no causaron ningún efecto a los isleños).
Por lo tanto, es evidente que la situación de las Malvinas mejoró mucho debido directamente a la guerra. Exceptuando los escasos isleños que murieron o fueron heridos durante el conflicto o al penetrar en campos minados, los demás tienen un nivel de vida muy superior ahora que antes. En definitiva, para ellos la Guerra de Malvinas resultó un buen negocio.
BIBLIOGRAFÍA
Libros
- Castillo, Lilian, "Los recursos pesqueros de la plataforma continental patagónica: controversia y negociación" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989.
- Churchill, Robin, "Las cuestiones pesqueras en el sudoeste atlántico: ¿medio u obstáculo para mejorar las relaciones anglo-argentinas?" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989
- Crosby, Ronald, El reto de las Malvinas, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1968
- Freedman, Lawrence, Britain & the Falkland War, Editorial Basil Blackwell, Oxford, 1988
- Insulza, José Miguel, "Seguridad en el Atlántico Sur: nuevas percepciones" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989
- Pinto, Mónica, "Islas Malvinas / Falkland, Georgias y Sándwich del sur: algunas consideraciones relativas a los hidrocarburos" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989
- Thomas, Caroline y Hayson, Pamela, La relación comercial angloargentina 1982-88" en Borón, Atilio y Faúndez, Julio, Malvinas hoy: herencia de un conflicto, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989
Sitios web
- En línea, Londres, Foreign and Commonwealth Office, consulta 20/9/2007 http://www.fco.gov.uk
- En línea, Islas Malvinas, Falkland Islands Government, consulta 16/9/2007 http://www.falklands.gov.fk/location.php
- En línea, Londres, Royal Air Force, consulta 20/9/2007. http://www.raf.mod.uk/falklands/rafetcroll.html
- En línea, Langley, CIA Factbook, consulta 23/9/2007 https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/print/fk.html
Anexos
Población | |
Año | Gente |
1/1/1851 | 287 |
1/1/1861 | 541 |
1/1/1871 | 811 |
1/1/1881 | 1510 |
1/1/1891 | 1789 |
01/01/1901 | 2043 |
01/01/1911 | 2272 |
01/01/1921 | 2094 |
01/01/1936 | 2392 |
01/01/1946 | 2239 |
01/01/1953 | 2230 |
01/01/1962 | 2172 |
01/01/1963 | 2152 |
01/01/1964 | 2122 |
01/01/1965 | 2079 |
01/01/1971 | 2020 |
01/01/1973 | 1957 |
01/01/2006 | 2478 |
Autor:
Ricardo Daniel Barreiro Gramigna
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