Ejercicio físico en enfermedades crónicas no transmisibles en el adulto mayor (página 2)
Enviado por Amarilys Castanedo Alfonso
Desarrollo
En las últimas décadas, la comunidad científica y sobre todo la comunidad médica mundial, ha comenzado a tomar conciencia de la relevancia de la actividad física en salud, viéndola como uno de los pilares terapéuticos de numerosas patologías, especialmente de aquellas denominadas crónicas, reivindicando su importancia tanto para su prevención como para el tratamiento de las mismas, siendo a la vez una de las opciones más económicas de las que se pueda disponer.
La actividad física es un eficaz medio mediante el que el individuo puede prevenir enfermedades graves, y una forma costo-eficaz en que la sociedad puede mejorar la salud pública. Algunos profesionales consultados manifiestan que: La actividad física es un componente muy importante en el tratamiento de distintas enfermedades donde se ha demostrado que la actividad física luego del plan de alimentación, le gana al uso de medicamentos por lo que puede ser la medicina más eficiente y económica para muchas enfermedades y sin los efectos colaterales de las drogas. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la supervivencia del ser humano ha dependido de su capacidad de llevar a cabo una actividad física sostenida.
La fuerza, velocidad, resistencia y agilidad eran las principales cualidades que debía poseer el hombre primitivo para conseguir el sustento de cada día y defenderse de posibles agresiones de sus congéneres o de animales. Se cree que realizar deporte es algo que no corresponde a las personas mayores de 60 años, lo que responde a una imagen prejuiciada de la vejez, así como que las actividades deportivas pueden poner en peligro la salud del anciano.
Es frecuente que se subestime la capacidad física de un Adulto Mayor sin evaluarse de forma objetiva. Con la edad cambian varios aspectos perceptibles en el cuerpo humano. Tal vez, la primera indicación del envejecimiento aparece cuando disminuye la cantidad de sangre que fluye hacia los riñones, el hígado y el cerebro. La capacidad de los riñones para depurar toxinas y fármacos decrece. Se constata una menor capacidad del hígado para eliminar las toxinas y metabolizar la mayoría de los fármacos. La frecuencia cardiaca máxima disminuye pero la frecuencia en reposo no sufre cambios .Disminuye el volumen máximo de sangre que pasa a través del corazón. Disminuye la tolerancia a la glucosa. Disminuye la capacidad pulmonar.Se observa un aumento de la cantidad de aire remanente en los pulmones (después de espirar).La resistencia a las infecciones es menor. La caída de la fecundidad y el incremento de la esperanza de vida han avanzado de manera más rápida de lo que se había previsto. No es un fenómeno exclusivo de las sociedades modernas, sino que ha estado presente todas las etapas del desarrollo social y ha sido siempre de interés para la Fisiología, el Arte y la Medicina.
Existen determinadas modalidades deportivas que son más adecuadas por encima de los 60 años y en especial para aquellos que comienzan la práctica deportiva: marcha, carrera de medias distancias, natación, ciclismo, golf, etc. Por sus características biológicas, el anciano es más apto para la actividad deportiva aeróbica, de iniciación gradual, dinámica y bajo un especial control médico. Es importante identificar el grado de actividad física que realizan los individuos y estudiar si tiene relación con su estado general de salud. La realización de actividad física de manera habitual conlleva importantes beneficios para la salud tanto a nivel cardiovascular, metabólico, osteomuscular como mental.
El ejercicio previene los problemas más relevantes de Salud Publica y reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas, incluyendo la Diabetes tipo 2, la osteoporosis, la obesidad, la hipertensión, la depresión, el cáncer de pecho y el de colon. En general, podemos afirmar que el ejercicio físico regular produce efectos beneficiosos sobre las articulaciones, pérdida de peso y efectos psicológicos positivos para la salud y el bienestar de la población. También es aceptado que las personas que realizan actividad física de manera regular tienen menor mortalidad, especialmente debida a enfermedades cardiovasculares. La práctica regular de ejercicio físico tiene efectos beneficiosos sobre las articulaciones, favorece la pérdida de peso, potencia efectos psicológicos positivos para la salud, aumenta la autoestima y produce, en general, bienestar a los individuos que lo practican de manera sistémica.
En las recomendaciones de ejercicio físico para los ancianos es preciso tener en cuenta: Aquellos que han sido deportistas y que siguen realizando ejercicio físico, en los cuales pocas recomendaciones se puede hacer puesto que sus conocimientos sobre sus condiciones físicas son máximos, y aquellos que tras largos años de vida sedentaria llegan al convencimiento de que la práctica de actividad física puede mejorar su estado de salud. En este último caso las recomendaciones deben ser muy claras y deben estar en función del estado físico en que se encuentra cada uno. Siempre se debe tener presente el papel que ejerce el envejecimiento sobre las funciones vitales del individuo y sobre su capacidad de trabajo muscular. Hay que tener en cuenta a la hora de recomendar una actividad física en ancianos, determinados déficit que en ocasiones pueden pasarse por alto y son de gran importancia, tales como la pérdida de la agudeza visual o auditiva, alteraciones del equilibrio, sin olvidarse de la arteriosclerosis, insuficiencias venosas, isquemias, etc.
Los estudios llevados a cabo en los años sesenta por el congreso de Europa han demostrado que la práctica de actividades físicas es uno de los factores a considerar al hablar de esperanza de vida Barrí, 1966, Filadelfia, estudio a 8 sujetos de 55 a 78 años comparados a 5 sujetos de 58 a 83 años estudiados antes y después de 3 meses de entrenamiento 3 sesiones semanales en bicicletas ergométricas de 40 minutos de duración, lo que tuvo como efecto un aumento de 76% de trabajo máximo realizado con una mejora del 50% de la ventilación pulmonar (35 a 53 l/min.) y una elevación del 38% del 02 consumido en el esfuerzo. Con una disminución de la taquicardia 126 a 106 por min. y la hipertensión 190 a 170min/Hg.
La terapia y los ejercicios respiratorios con fines determinados eran ya conocidos desde tiempos muy remotos en Egipto, China, Japón, India, y el Tibet. El arte del masaje es tan antiguo como la humanidad. Es una de las técnicas corporales, pues trata, en definitiva, del tacto de la mano con la piel. Siendo en la actualidad uno de los medios higiénicos y terapéuticos más empleados El culto al cuerpo, tan arraigado entre griegos y romanos, fue desapareciendo posteriormente Europa, durante la Edad Media, la extraordinaria influencia de las enseñanzas religiosas de la Iglesia Romana hizo abandonar las técnicas del masaje; ello originó una gran parada de siglos de duración en su evolución.
El gran progreso de la medicina que tuvo lugar durante el siglo XIX se hizo patente, asimismo, en la masoterapia. Destacan el sueco H. Ling (1776- 1839), Ya en el siglo XX aparecieron nuevas técnicas y sistemas basados en fundamentos científicos cada vez mejor conocidos. Destacan por sus aportaciones A. Hoffa (1859-1907), B. Mennel (1880-1957), Terrier que en 1957 público un sistema en el que se combinan manipulaciones y masajes y G. Beard (1887-1971), entre otros.
En la medida en que el envejecimiento es un proceso que concierne a todas las generaciones, la participación de las personas mayores debe contemplar el conjunto de temas de interés de la comunidad, aplicando de este modo una perspectiva intergeneracional. Las personas mayores, tanto en los países en vías de desarrollo como en los países desarrollados, disponen de una experiencia a compartir con las generaciones más jóvenes, lo que les permite ser el nexo entre el pasado y el presente y por ello constituyen un recurso clave para dar continuidad a los valores culturales y preservar la diversidad de identidades.
Se debe destacar que existirá un progresivo aumento de la esperanza de vida, por consiguiente en el 2025 en los países desarrollados los hombres de 60 años vivirán 17 años más y las mujeres 21; en los países de menos desarrollo la relación será de 16 para los hombres y 18 para las mujeres.
En el mundo es ampliamente reconocida la función del ejercicio físico como promotor de la salud y la calidad de vida del individuo. Si nos preparamos desde muy temprana edad en la realización continuada de ejercicios físicos, nuestro organismo tendrá cada vez más capacidad física y se mejoran paralelamente las capacidades de función: cardiacas, mentales, motivacionales, que permitan una mayor capacidad de vida en la etapa de Adulto Mayor, favoreciendo una mayor Longevidad funcional.
El ejercicio físico puede ayudar no solo a conseguir y mantener un estado de completo bienestar físico, mental y social, sino también a disfrutar plenamente de la vida. El fenómeno del envejecimiento que se esta produciendo en las sociedades mas desarrolladas del mundo constituye sin dudas la transformación más importante producida desde el final del pasado siglo. Este crecimiento del número de personas mayores, sin precedentes en la historia, esta originando que en casi todos los países se produzcan importantes acercamientos al tema de la vejez, que ofrecen como resultados estudios que vienen a colaborar desde el ámbito académico universitario, en el quehacer de las políticas sociales respectivas.
La actividad física adecuada y sistemática contribuye también a instaurar estilos de vida más saludables. Sin duda alguna, el ejercicio físico contribuyó a elevar la calidad de vida de los Adultos Mayores, puesto que paralelamente se controlaron o aliviaron otros procesos morbosos asociados, lo cual justifica continuar la experiencia y extenderlas a otras áreas de salud del territorio.
Todas las fuentes coinciden en que la Longevidad es una etapa de la vida marcada por las enfermedades, ya que el 85% de las personas mayores padecen de algún tipo de patología. Dentro de las más frecuentes, según expertos en Geriatría, están los reumatismos, las patologías cardiovasculares, la Hipertensión Arterial y la Diabetes Mellitus. .
Por otro lado, el deporte aumenta la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio necesarios para, por ejemplo, evitar las temidas caídas, de consecuencias tan devastadoras en los ancianos. Finalmente, huir del sedentarismo, incluso a esta edad, donde es fácil dejarse arrastrar a él, repercute en un aumento de la fuerza, la resistencia, el tono muscular y el buen funcionamiento de los sistemas osteoarticular y cardiovascular.
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Autor:
Lic. Herminia Farrés Zequeira
Enviado por:
Amarilys Castanedo Alfonso
SUM. "Mártires de Barbados".
Municipio: Martí.
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