Introducción
Las ulceras por presión (UPP) representan una importante problemática de salud a nivel mundial y aun mas cuando se observa con frecuencia que las instituciones hospitalarias que brindan una atención en salud, son testigos silenciosos de la presencia de las UPP. La presencia de UPP tiene importantes repercusiones tanto personales como socioeconómicas, convirtiéndose así en un problema de salud pública.
Hoy en día se ha evidenciado según estudios a nivel internacional la preocupación por este tema, especialmente porque se cree que la mayoría (95%) de las UPP que presentan los pacientes son evitables y aun más que otro porcentaje importante (60%) de estas serian prevenibles a través de la aplicación de escalas de valoración y riesgos de UPP.
Por esto la prevención de las UPP se convierte en un tema de interés para los profesionales, pues se ha convertido en uno de los indicadores de calidad en el cuidado de enfermería, porque determina la efectividad del cuidado de la piel dado por el profesional que desempeña su labor en las diferentes instituciones de salud.
Estas ulceras son un problema en los hospitales y centros de atención a largo plazo, y son una causa importante de morbilidad. En el entorno hospitalario contribuyen a una mayor duración de la estancia del paciente y de esta manera bloquean las camas para ser utilizada por otro paciente. Las úlceras son difíciles de tratar, son una causa permanente de dolor y las molestias para el paciente y puede ser una presión sobre las finanzas de los hospitales y centros de atención. Las úlceras por presión no son exclusivos de los tiempos modernos, ya que se han descubierto en los restos de un cuerpo momificado egipcio (Armstrong y Bortz, 2001). Esto podría sugerir que el problema se remonta a los faraones, y ha seguido siendo un problema difícil a lo largo de los siglos (Bridel 1992).
Mediante
Resumen
Las úlceras por presión (UPP), son en la actualidad un problema de salud pública, donde su incidencia va incrementando día a día, situación que afecta directamente a la persona, familia, entorno social; como a las instituciones y sistemas de salud.
He aquí la relevancia de valorar en forma oportuna los factores que intervienen y favorecen el desarrollo de las UPP, para minimizar al máximo el costo personal, social y gubernamental.
En Chile, son poco conocidos los estudios respecto a incidencia y prevención del desarrollo de UPP, a pesar de la importancia significativa que representan para la salud pública y económica de nuestro país.
Mediante la revisión bibliográfica y datos recogidos a nivel local de la aparición de UPP en pacientes hospitalizados; identificaremos factores predisponentes, demostrando el impacto personal, familiar y gubernamental, que tiene esta complicación; con el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas en riesgo y a su vez fomentar en el profesional de Enfermería la Gestión del Cuidado.
PARTE
Marco lógico conceptual
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La presente problemática de este estudio, surge en el internado del Sub-Departamento de Traumatología del Hospital Regional Dr. Ernesto Torres Galdames de la ciudad de Iquique, durante el transcurso de este internado se pudo constatar que las ulceras por presión (UPP) es un problema constante en los hospitales o centros de atención de largo plazo, y son una causa importante de morbilidad. En el entorno hospitalario estas contribuyen a una mayor duración de la estancia y de esta manera "bloquean" camas que pueden ser utilizadas por otros pacientes.
Las úlceras por presión son definidas universalmente como una lesión causada por trastornos en la irrigación sanguínea y nutrición tisular, producida por la presión prolongada en prominencias óseas o cartilaginosas.
Es fundamental mantener la integridad de la piel para todas las personas. Al presentarse una UPP se altera esta integridad del individuo, el cual se ve afectado en su salud con repercusiones sanitarias, demostradas por la incidencia en la morbimortalidad y en el aumento de las infecciones y además las repercusiones sociales por la influencia en la calidad de vida.
Por lo tanto es importante destacar el impacto económico que las UPP provocan en el servicio de salud, aumentando los costos en: días-camas, hora enfermera, insumos, considerando que es un problema evitable en un 95 % (Hibbs P. 1987) (Waterlow J. 1996), por lo que es importante disponer de estrategias de educación y prevención integradas dentro de guías de práctica clínica interdisciplinares que contemplen los distintos niveles asistenciales. Además hay que destacar que la incidencia de las UPP, como reconoce la OMS, refleja la calidad asistencial de la red hospitalaria de un país.
En general, las personas que frecuentemente presentan UPP son aquellos de edad avanzada y politraumatizados, postrados por períodos prolongados en condiciones de inmovilidad. Esta situación se observa principalmente en los servicios clínicos de cuidados. La tendencia de estas lesiones a infectarse es alta, complicando aún más su problema de salud: prolongando la estadía hospitalaria e incrementando los costos de hospitalización.
PREGUNTA DE LA INVESTIGACIÓN
¿Cuál es comportamiento y factores que condicionan la aparición de ulceras por presión (UPP) en pacientes hospitalizados en los sub-departamentos del Hospital Regional Dr. Ernesto Torres Galdames de la ciudad de Iquique, durante el periodo de Febrero a Noviembre de 2011?
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
De acuerdo al perfil epidemiológico del siglo XXI y a los estudios en salud presentados actualmente, se demuestra que gran parte de la población envejece cada vez más, aumentando significativamente la población de adultos mayores, situación que se traduce en la inversión de la pirámide poblacional, derivando a una población más vulnerable a padecer diversas complicaciones, específicamente las UPP.
Otro grupo vulnerable son las personas politraumatizadas, secundarios a accidentes que es la cuarta causa de morbimortalidad. Accidentes que se presentan en cualquier etapa del grupo etáreo, afectando a los jóvenes y adultos que se encuentran laboralmente activos.
Lo que nos lleva a reflexionar como abordar la problemática actual de acuerdo al perfil epidemiológico y demográfico, y a su vez exponer a través de instrumentos estadísticas y estudios realizados la importancia del manejo de esta complicación y el cuidado que se debe tener como profesional a la hora de actuar.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Determinar el comportamiento y los factores que condicionan la aparición de ulceras por presión (UPP) en pacientes hospitalizados en los sub-departamentos del Hospital Regional Dr. Ernesto Torres Galdames de la ciudad de Iquique, durante el periodo de Febrero a Noviembre de 2011
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Identificar los principales factores predisponentes en el desarrollo de las úlceras por presión en pacientes hospitalizados.
Evaluar el perfil de los pacientes hospitalizados que han presentado ulceras por presión.
Conocer las UPP de mayor prevalencia según ubicación anatómica del paciente
Investigar las UPP de mayor prevalencia según grado al momento de la pesquisa del la UPP.
Chequear cuáles son las condiciones del estado del paciente según estado mental, movilidad, incontinencia, nutrición y actividad al momento de la pesquisa de la UPP
Identificar la existencia y utilización de protocolos que incluyan factores de riesgo y planes de cuidados para las UPP en los distintos sub-departamentos de responsabilidad del Hospital Ernesto Torres Galdámes de la ciudad de Iquique.
Conocer cuáles son los servicio de mayor incidencia y prevalencia de UPP
Prevalencia de periodo
La prevalencia de periodo se define como la frecuencia de una enfermedad o condición existentes, durante un lapso definido, tal como un año
Incidencia
La incidencia refleja el número de nuevos "casos" en un periodo de tiempo. Es un índice dinámico que requiere seguimiento en el tiempo de la población de interés. Cuando la enfermedad es recurrente se suele referir a la primera aparición.
JUSTIFICACIÓN
LIMITES DE LA INVESTIGACIÓN
El presente estudio se desarrollara en base al Registro de Notificación de UPP de los sub-departamentos del Hospital Regional Dr. Ernesto Torres Galdames de la ciudad de Iquique, durante el periodo de Febrero a Noviembre de 2011
Limites del Hospital
Norte: Calle Piloto Pardo
Sur: Calle Thompson
Este: Calle Genaro Gallo
Oeste: Avda. Héroes de la Concepción
1.6.1 Lo que depende
La investigación se realizará con los Registro de Notificación de UPP de los sub-departamentos del Hospital Regional Dr. Ernesto Torres Galdames de la ciudad de Iquique
Pacientes de 18 años y mas
Lo que no depende
Quedarán excluidos los servicios clínicos de la Clínica Iquique y Clínica Tarapacá.
Quedarán excluidos las instituciones de Atención Primaria de Salud de la ciudad de Iquique.
Pacientes con uup desde la casa
DEFINICIÓN DE CONCEPTOS OPERACIONALES
Biosicosocial Modelo o enfoque participativo de salud y enfermedad que postula que el factor biológico, el psicológico (pensamientos, emociones y conductas) y los factores sociales, desempeñan un papel significativo de la actividad humana en el contexto de una enfermedad o discapacidad.
HOSPITAL: Un hospital (del lat. hospitalis) es un lugar físico donde se atiende a los enfermos, para proporcionar el diagnóstico y tratamiento que necesitan.
SAMU: Sistema de Atención prehospitalaria, creado como una estrategia del MINSAL para otorgar atención de urgencia y emergencia de calidad, profesionalizada y que busca dar un soporte vital avanzado y prolongar la vida de quienes lo requieran.
UTI ADULTO: Unidad de tratamiento intensivo del adulto, en la cual la calidad y condición de los pacientes es de carácter grave, en donde se realizan procedimientos y tratamientos intensivos, invasivos, monitorización continua.
UNIDAD DE EMERGENCIA: Servicio en el cual los pacientes que ingresan pueden presentar riesgo vital inmediato, como así también tardío, es en esta unidad donde se realizan las primeras acciones para estabilizar y tratar a pacientes de riesgo inestable. Altamente estresante sindrome de Burn-out: El síndrome de burn-out, síndrome de desgaste profesional o del trabajador desgastado o consumido es un tipo de estrés prolongado motivado por la sensación que produce la realización esfuerzos que no se ven compensados personalmente.
MARCO TEORICO
GENERALIDADES
Se define una úlcera por presión o úlcera por decúbito (UPP) como un deterioro de la integridad cutánea en cualquier persona que experimente una restricción de la movilidad, alteración neurológica, reducción circulatoria o cualquier factor que interfiera en el metabolismo celular, sea, por falta de oxígeno o falta de nutrientes alterando una correcta circulación sanguínea lo que provoca una isquemia tisular.
La piel esta formada por tres capas:
Epidermis: Su espesor varía según el sitio de ubicación, el lugar mas grueso es la planta de los pies y las palmas, donde alcanza un espesor de 1,5 milímetros. Su epitelio es pluriestratificado compuesto por láminas de keratina. Esta capa de la piel también contiene células con pigmentos llamados melanocitos, que son los que dan el color de la piel, las células de Langerhans cumplen funciones defensivas y células nerviosas con funciones hormonales (células de Merkel). Esta capa no posee vasos sanguíneos.
Dermis: Tiene un espesor variable, que alcanza los 3 milímetros en la planta de los pies. Es tejido conjuntivo sobre el que descansa la epidermis y que consiste principalmente en fibras (colágenas), células de tejido conectivo (fibroblastos), fagotitos inmunológicamente activos (macrófagos) y mastocitos que median reacciones alérgicas e inflamatorias. Esta capa dérmica contiene vasos sanguíneos y linfáticos, al igual que receptores sensitivos, pelos, glándulas sebáceas y sudoríparas. Las glándulas sudoríparas producen una secreción acidita que actúa como una capa protectora que no permite el crecimiento bacteriano sobre la piel.
Hipodermis: Está compuesta por el tejido conjuntivo laxo, uniendo de manera poco firme la dermis con los órganos subyacentes y esta formada por una capa variable de tejido adiposo con una función de aislamiento, que permite que la piel se modifique y proteja contra la perdida de calor y traumatismos superficiales.
Las UPP afectan a las tres capas de la piel antes mencionadas y ocurren con mayor frecuencia en personas confinadas en cama o en silla de ruedas, comprometidos de conciencia, aumentando el riego de presentar estas UPP, personas con déficit nutricional, adultos mayores con dependencia en la movilización.
Los sitios comprometidos en más del 80% de los casos son: sacro, trocánteres, nalgas, maleolos externos y talones.
Se manifiestan como una zona eritematosa no blanqueable, pérdida epitelial, solución de continuidad o formación de escaras sobre prominencias óseas.
El factor causal primordial en la aparición de las ulceras es la fuerza de compresión, ya sea fuerzas de compresión de alta intensidad por corto periodo o de baja intensidad por largos periodos, las que pueden producir ulceraciones cutáneas. Son más sensibles los tejidos subcutáneos y el músculo, bastando presiones de 60-70 mmHg por 1-2 hrs. para sufrir cambios irreversibles. Se debe tomar en cuenta que la presión ejercida sobre el sacro y trocánteres en las camas hospitalarias puede alcanzar hasta los 100-150 mmHg, donde el efecto es mayor en las personas sentadas.
La intensidad y duración de la compresión y una posible oclusión capilar, determina un aumento de la presión sobre los capilares, produciendo su ruptura, lo que desencadena micro hemorragias y áreas de necrosis.
Los efectos negativos de la presión por compresión son exacerbados en presencia de:
a) Fricción: determina un daño epitelial, por ejemplo: tracción de sabanas. La fricción se caracteriza por afectar las capas superficiales de la piel, limitándolo a la epidermis.
b) Humedad: condicionado por la orina y deposiciones. Facilita la maceración de la piel.
c) Fuerzas cortantes: son la fuerza generada por los tejidos sacrocoxígeos profundos.
Estos efectos pueden causar la oclusión de los vasos glúteos y/o daño mecánico de los tejidos subcutáneos.
El segundo componente esencial en el mecanismo de génesis de las ulceras es la isquemia, especialmente en las prominencias óseas.
La presión ejercida en dichas áreas ocluye los vasos sanguíneos. Cuando trascurre corto tiempo se manifiesta por eritema blanqueable. En periodos mas prolongados, por eritema no blanqueable y posteriormente daño subcutáneo y muscular.
Según su extensión se clasifica en:
Estadio 1: Alteración observable en la piel integra, relacionada con la presión, que se manifiesta por un eritema cutáneo que no palidece al presionar; en pieles oscuras, puede presentar tonos rojos, azules o morados.
En comparación con un área (adyacente u opuesta) del cuerpo no sometida a presión, puede incluir cambios en uno o más de los siguientes aspectos:
Temperatura de la piel (caliente o fría).
Consistencia del tejido (edema, induración).
Sensaciones (dolor, escozor).
Estadio 2: Perdida parcial del grosor de la piel que afecta a la epidermis, dermis o ambas. Ulcera superficial que tiene aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
Estadio 3: Perdida total del grosor de la piel que implica lesión o necrosis del tejido subcutáneo, que puede extenderse hacia abajo pero no por la fascia subyacente.
Estadio 4: Perdida total del grosor de la piel con destrucción extensa, necrosis del tejido o lesión en músculo, hueso o estructuras de sostén (tendón, capsula articular). En este estadio como en el 3, pueden presentarse lesiones con cavernas, tunelizaciones o trayectos sinuosos.
Factores intrínsecos y extrínsecos:
Es importante mencionar que existen factores de riesgo intrínsecos o internos, que predisponen al desarrollo de una UPP, así como también la evolución de estas en cualquier edad de la persona o causa por la cual ocurre el desarrollo de las UPP.
1.- Factores Intrínsecos:
a) Las enfermedades agudas como lo son las fallas cardiacas, alteraciones vasomotoras, la vasoconstricción, dolor, hipotensión y cambios en la temperatura. Los periodos de hipotensión, así como también los de hipotermia se consideran como factores de riesgo, estos se relacionan con la disminución de la irrigación de los tejidos y por la vasoconstricción periférica e hipoxia celular. La hipertermia se puede considerar factor de riesgo ya que inestabiliza la vitamina C, a diferencia de la hipotermia y la hipertensión que actúan como factores protectores, debido a que el primero disminuye el consumo de oxigeno tisular, y el segundo aumenta la presión arterial capilar media.
b) Las enfermedades crónicas severas y/o las terminales, como por ejemplo la falla multiorgánica o enfermedades oncológicas generan mayor riesgo para el desarrollo de UPP por la disminución en la movilidad y estado de inmunosupresión.
c) El estado de conciencia, que disminuye la capacidad de la persona para realizar en forma conciente los cambios de posición cada vez que sea necesario; aliviando la presión en las zonas de apoyo.
d) El estado nutricional como lo es la malnutrición por déficit la cual genera atrofia muscular y reducción de los tejidos subcutáneos, generando así una disminución de la resistencia de la piel a la presión.
Una malnutrición proteica crónica puede inducir a una mayor susceptibilidad de desarrollar UPP, la atrofia dérmica con mayor perdida de colágeno y elastina puede estar relacionada a un desequilibrio entre la actividad proteolítica-metaloproteinasa e inhibidores del tejido. Un buen soporte nutricional evita la aparición de ulceras por presión. Una situación nutricional deficiente produce un retraso o imposibilidad de la cicatrización total de las lesiones interfiriendo en los mecanismos de defensa y favoreciendo la aparición de otras nuevas.
La nutrición es importante en la mantención del balance positivo del nitrógeno, el cual aumenta la cicatrización de las heridas. Se debe aumentar el aporte proteico y calórico de la persona si es necesario y proporcionar un suplemento multivitamínico que contenga vitaminas A, C y E. Se recomienda un aporte proteico adicional de 0,8 gr/kg/día así como un aporte de vitamina C de 750 mg/día para las mujeres, y 900 mg/día para los hombres.
La obesidad determina un aumento del tejido adiposo, cuya característica principal, en la predisposición en la génesis de UPP, se basa en la vascularización disminuida de este tejido.
e) El estado anémico, determinado en medición de hemoglobina serica, genera una disminución del transporte de oxigeno, agravando aun mas la condición hipóxica de los tejidos.
f) La deshidratación reduce la elasticidad de los tejidos, y de esta manera aumenta el riesgo de la deformación expuesto a bajo presión o fricción.
2.-Factores extrínsecos:
Existen también factores de riesgo extrínsecos que están relacionados con la injuria tisular, los cuales si se eliminan, se disminuye el daño.
a) Fármacos que afectan la movilidad, como por ejemplo los sedantes, el uso prolongado de corticoides, puede afectar los mecanismos defensivos del organismo. Los analgésicos pueden reducir el estimulo normal que lleva a aliviar la presión. Los inotrópicos causan vasoconstricción periférica e hipoxia tisular. Los antiinflamatorios no esteroidales perjudican la respuesta inflamatoria a la injuria de la presión. El tratamiento anticoagulante tiene un alto riesgo de generar hematomas en zonas en las que la irrigación y nutrición se ven disminuidas.
b) La higiene cutánea corresponde a la mantención de la piel limpia y seca, evita la desintegración de esta y debe realizarse sin la utilización de jabones y lociones alcohólicas producto de la desecación y residuo alcalino, lo cual evita el crecimiento de la flora saprofita, favoreciendo el crecimiento de microorganismos oportunistas. Si se aplica con exceso fervor el jabón y agua pueden contribuir a erosionar la epidermis, lo cual empeoraría, más que aliviar, el riego de provocar una dermatitis por la irritación en la zona. Considerando el pH del jabón utilizado, el normal de la piel es de 5,5 por lo que es necesario escoger un producto con pH cercano a este valor.
El propósito en el cuidado de la piel incluye el remover la suciedad e irritantes regularmente, prevenir y minimizar la exposición adicional a factores irritantes y/o a bacterias, estableciendo un medio ambiente local optimo que prevenga la formación de UPP o promueva la cicatrización en presencia de estas.
También se consideran: el tipo de colchón, las rugosidades de las sabanas y pijamas, exposición a la humedad como lo son la orina, perdidas insensibles y deposiciones.
c) Habito tabáquico: Existen diferencias en la aparición de UPP en personas fumadoras y no fumadoras, demostrando que los fumadores tienen 45% menos respuesta hiperémica que los no fumadores, medidos a través de peaks en flujometría doopler en la zona sacra.
d) Permanencia hospitalaria e impacto económico de la prevención de las UPP se ve reflejado en la estadía de una persona, es así como una persona internada en un servicio de medicina, sin UPP permanece en promedio 9,7 días, a diferencia de aquel que desarrolla una, alargando su estadía hasta 12 días. De la mano de esto va que el 90% del costo de una UPP corresponde a mano de obra de enfermería, variando según los estadios.
El impacto económico de la no prevención se refleja, además, en el porcentaje de complicaciones de las úlceras en un estado mas avanzado, es así como los días de cicatrización aumentan de cinco días en una úlcera en estadio I, hasta mas de cuatro meses en aquellas en estadio III y IV, donde 10% se complican con infecciones, el 15% con celulitis, y 15% con osteomielitis.
Tratamiento de las ulceras por presión
Aspectos Generales
· Valorar al paciente de forma integral.
· Enfatizar la prevención.
· Conseguir la implicación del paciente y su familia en el programa.
· Desarrollar guías de práctica clínica a nivel local que impliquen a la atención comunitaria, atención especializada y socio-sanitaria.
· Configurar un marco de práctica asistencial basado en evidencias científicas.
· Tomar decisiones basadas en la dimensión coste-eficacia.
· Evaluación constante de la práctica asistencial e incorporar a los profesionales a actividades de investigación.
Valoración de las UPP
Es el punto de comienzo y la base en la planificación del tratamiento y evaluación de sus resultados. Una valoración adecuada es también esencial a la hora de la comunicación entre cuidadores. La valoración debe hacerse en el contexto de salud del paciente tanto físico como psicosocial.
– Valoración inicial:
Historia clínica completa y examen físico prestando atención especial a: factores de riesgo (inmovilidad, incontinencia, nutrición, nivel de conciencia etc); enfermedades de interfieran en la curación de la UPP (alteraciones vasculares, respiratorias, metabólicas, inmunológicas, neoplasias, psicosis, depresión); edad avanzada, tabaco, alcohol, higiene, fármacos. Complicaciones (dolor, anemia, infección)
– Valoración nutricional:
El objetivo es asegurar los nutrientes adecuados para favorecer la cicatrización. Utilizar un método sencillo de despistaje de déficits nutricionales (calorías, proteínas, niveles de albúmina sérica, minerales, vitaminas, aporte hídrico. Reevaluar periódicamente.
– Valoración psicosocial:
Valorar la capacidad, habilidad y motivación del paciente para participar en su programa terapéutico. Esta información es fundamental para que el plan de cuidados que se establezca sea adecuado al individuo
– Valoración del entorno:
El objetivo es crear un entorno que conduzca al cumplimiento del plan de tratamiento. Identificar al cuidador principal. Valorar aptitudes, disponibilidad, conocimientos y recursos del entorno del cuidador (familia, cuidadores informales).
– Valoración de la lesión:
Debería estar descrita por parámetros unificados que faciliten la comunicación entre los profesionales y permitan verificar la evolución. Es muy importante la valoración y registro de la misma semanalmente. Siempre que exista deterioro del paciente o de la herida debe reevaluarse el plan de tratamiento. La valoración debe incluir:
– Localización de la lesión.
– Estadiaje.
– Dimensiones.
– Existencia de fistulizaciones o excavaciones.
– Tipo de tejido presente en el lecho: necrótico, esfacelo, granulación.
– Estado de piel perilesional: íntegra, lacerada, macerada, eczematización, celulitis.
– Secreción de UPP: escasa, profusa, purulenta, hemorrágica, serosa.
– Dolor.
– Signos clínicos de infección local: exudado purulento, mal olor, bordes inflamados, fiebre.
– Antigüedad.
– Curso-evolución
Alivio de la presión sobre los tejidos.
El objetivo es mejorar la viabilidad del tejido blando y promover la cicatrización de las UP situando la lesión en condiciones óptimas para su curación (fuerzas de presión, temperatura y humedad). Cada actuación estará dirigida a disminuir la presión, fricción y cizallamiento, que podrá obtenerse mediante técnicas de posicionamiento (encamado o sentado) y una elección apropiada de superficies de apoyo.
Técnicas de posicionamiento:
Sentado:
– Si la UP se sitúa sobre la superficie de asiento: evitar esta posición. Excepcionalmente, ayudándonos de superficies de apoyo que garanticen el alivio de presión, se permitirá por períodos de tiempo limitados.
Si no existe lesión sobre la superficie de asiento: cambios de posición horarios, facilitando el cambio de apoyo de su peso cada 15 minutos mediante cambio postural o realizando pulsiones.
Encamado:
– No apoyar sobre las UPP.
– Si no es posible, debido a la situación del paciente o al número de lesiones: aumentar la frecuencia de los cambios.
Pueden ser útiles las superficies de apoyo.
En ambas:
– Nunca emplear dispositivos tipo flotador.
– Siempre realizar un programa individualizado y escrito.
– Implicar al cuidador.
En pacientes de alto riesgo realizar cambios más frecuentes.
Superficies de apoyo:
Considerar para la elección la situación clínica del paciente, las características de la institución o nivel asistencial y las características de la superficie de apoyo. Su elección se basa en la capacidad de contrarrestar los elementos y fuerzas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar lesiones o agravarlas, así como su facilidad de uso, mantenimiento, costos, confort, y preferencias del paciente. – Su empleo es importante en la prevención y como coadyuvante al tratamiento. Nunca sustituyen a los cambios posturales.
– Si una UPP no cura, deberá reevaluarse el plan completo antes de cambiar una superficie de apoyo.
Pueden actuar a dos niveles:
– Superficies que reducen la presión: los valores de reducción de la presión no están necesariamente por debajo de los que impiden el cierre capilar.
– Superficies que alivian la presión: los valores de reducción de la presión en los tejidos blandos están por debajo de la presión de oclusión capilar; además eliminan la fricción y el cizallamiento.
Directrices para el empleo de superficies de apoyo:
– Uso de superficies de reducción o alivio de presión según las necesidades específicas del paciente.
– Uso de superficie estática si el individuo puede asumir cambios de posición.
– Uso de superficie dinámica si no puede asumirlos.
-Sería recomendable que los responsables de administración de recursos dispusieran de algunas de estas superficies, por el beneficio que pueda obtenerse. Su asignación debería depender de las circunstancias sociales y el riesgo del paciente, por lo que se sugiere el empleo sistemático de la escala de valoración de riesgo.
Requisitos para las superficies de apoyo:
– Que sea eficaz en la reducción o alivio de presión.
– Que aumente la superficie de apoyo
– Que facilite la evaporación de la humedad.
– Que provoque escaso calor al paciente.
– Que disminuya las fuerzas de cizallamiento.
– Que tenga buena relación coste-beneficio.
– Que sea de manejo y mantenimiento sencillos.
– Que sea compatible con necesidades de reanimación cardio-pulmonar si se requiere.
Cuidados generales
Prevención de nuevas UPP:
Tienen mayor riesgo de desarrollar nuevas UPP aquellos que ya presentan o presentaron UPP. Hacer mayor énfasis en la profilaxis en estos pacientes.
Soporte nutricional: Un buen soporte nutricional favorece la cicatrización y puede evitar la aparición de nuevas lesiones.
Las necesidades nutricionales de una persona con UP están aumentadas y la dieta debe garantizar como mínimo:
Calorías: 30-35 Kcal por kg. de peso y día.
Proteínas: 1.25-1.5 g/kg. de peso y día. En casos de hipoproteinemia puede llegar a necesitarse hasta 2 g/kg.
Minerales: Zinc, hierro y cobre.
Vitaminas: C, A y B.
Soporte hídrico: 30 cc de agua al día por kg. de peso. Si lo anterior no se cubre con la dieta habitual recurrir a suplementos hiperprotéicos de nutrición enteral oral para evitar estados carenciales y situar al paciente en un balance nitrogenado positivo.
Soporte emocional: Se produce una disminución de la capacidad funcional que afecta tanto al individuo como a la familia. Tener presente el apoyo psicológico y la educación a la hora de elaborar el plan de cuidados y en el seguimiento.
Tratamientos de las ulceras por presión.
– Plan básico
– Desbridamiento del tejido desvitalizado.
– Limpieza de la herida.
– Prevención y abordaje de la infección.
– Elección de un apósito.
En todo caso la estrategia de cuidados dependerá de la situación global del paciente.
– Desbridamiento
El tejido húmedo y desvitalizado favorece la proliferación de organismos patógenos e interfiere el proceso de curación. El método de desbridamiento se elegirá dependiendo de la situación global del paciente y de las características del tejido a desbridar. Los diferentes métodos que se exponen, pueden combinarse para obtener mejores resultados.
Desbridamiento quirúrgico: Se considera la forma más rápida de eliminar áreas de escaras secas adheridas a planos más profundos, áreas de tejido necrótico húmedo o áreas de tejido desvitalizado en úlceras extensas. También debe usarse cuando existe una necesidad de desbridaje urgente (por ejemplo celulitis progresiva o sepsis). Es un método cruento que requiere destreza, habilidades técnicas y material apropiado. Las pequeñas heridas se pueden hacer a pie de cama, pero las extensas se harán en quirófano o en una sala adecuada. Se realizará por planos y en varias sesiones (salvo el desbridaje radical en quirófano) comenzando por el centro y procurando lograr tempranamente la liberación de tejido desvitalizado en uno de los lados de la lesión. Cuando se desbridan úlceras en estadio IV en quirófano debería considerarse realizar biopsia ósea para descartar osteomielitis subyacente.
Para evitar dolor durante estas operaciones se aconseja usar un analgésico tópico (gel de lidocaina al 2%). Si se presenta hemorragia puede realizarse control mediante compresión directa, apósitos hemostáticos, etc,. Si no cede la hemorragia habrá que recurrir a la sutura del vaso sangrante; una vez controlada se debe emplear un apósito seco de 8 a 24 horas y cambiarlo posteriormente por uno húmedo.
Desbridamiento químico o enzimático: Valorar este método cuando no se tolere el desbridamiento quirúrgico y no presente signos de infección. Existen productos proteolíticos y fibrinolíticos, como por ejemplo la colagenasa (Iruxol mono®). Estos enzimas hidrolizan la matriz superficial necrótica y ablandan la escara previamente al desbridaje quirúrgico. Se recomienda proteger el tejido periulceroso con una pasta de zinc o silicona y aumentar el nivel de humedad de la herida para potenciar su acción. Este método es ineficaz para eliminar una escara endurecida o cantidades grandes de tejido en lechos profundos, en estos casos se precisarían además varias aplicaciones lo cual encarecería los costes y se dañaría más el tejido adyacente.
Desbridamiento autolítico: Se realiza mediante el uso de apósitos sintéticos concebidos en el principio de cura húmeda. Al aplicarlos sobre la herida permiten al tejido desvitalizado autodigerirse por enzimas endógenos. Es un método más selectivo y atraumático. No requiere habilidades clínicas y es bien aceptado. Su acción es más lenta en el tiempo y no deben emplearse si la herida está infectada. Se emplea en general cualquier apósito capaz de producir condiciones de cura húmeda y de manera más específica los hidrogeles de estructura amorfa (geles). Estos geles se consideran una opción de desbridamiento en el caso de heridas con tejido esfacelado, ya que por su acción hidratante facilitan la eliminación de tejidos no viables
Desbridamiento mecánico: Es una técnica no selectiva y traumática. Se realiza por abrasión mecánica mediante fuerzas de rozamiento (frotamiento), uso de dextranomeros, irrigación a presión o uso de apósitos tipo gasas humedecidas con cloruro sódico al 0.9% que al secarse pasadas 6-8 horas se adhieren al tejido necrótico, aunque también al sano, que se arranca con su retirada. En la actualidad son técnicas en desuso.
Limpieza de la lesión:
Limpiar las lesiones al inicio y en cada cura. Usar como norma suero salino fisiológico empleando una técnica atraumática utilizando la mínima fuerza mecánica y los materiales menos bastos tanto en la limpieza como en el secado posterior. Usar una presión de lavado efectiva para facilitar el arrastre sin que se produzca traumatismo en el fondo de la herida. Las presiones de lavado efectivas de una úlcera oscilan entre 1 y 4 kg/cm2. Para conseguir una presión de 2 kg/cm2 sobre la herida, se recomienda el uso de jeringa de 35 ml con una aguja o catéter de 0.9 mm.
No emplear antisépticos locales (povidona yodada, clorhexidina, agua oxigenada, ácido acético, solución de hipoclorito) o limpiadores cutáneos. Son todos productos citotóxicos para el nuevo tejido y su uso continuado puede provocar a veces problemas sistémicos debido a su absorción. Otros agentes que retrasan la curación son los corticoides tópicos.
Prevención y cuidado de la infección:
Las UPP en estadio III y IV están colonizadas por bacterias. En la mayoría de los casos una limpieza y desbridamiento adecuados previene que la colonización bacteriana progrese a infección clínica. El diagnóstico de infección asociada a UPP debe ser fundamentalmente clínico. Los síntomas clásicos son: inflamación (eritema, edema, calor), dolor, olor y exudado purulento. La infección de una UPP puede estar influida por factores propios del paciente (déficit nutricional, obesidad, fármacos -inmunosupresores, citotóxicos-, enfermedades concomitantes, edad avanzada, incontinencia) y por otros relacionados con la lesión (estadio, existencia tejido necrótico y esfacelado, tunelizaciones, alteraciones sensitivas, alteraciones circulatorias en la zona).
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