- El entorno natural de Cajobabo
- Encuentro con su hermano Martí
- Diario de Campaña
- ¡Fidel ha quedado por Martí!
- Fidel en Playita de Cajobabo
- Fragmento de la conversación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con Salustiano Leyva
- Fidel en el Centenario de la Expedición Martiana
- Anexos
El entorno natural de Cajobabo
El poblado y la Playita de Cajobabo se encuentran ubicados en el municipio de Imías situado al sureste de la Provincia de Guantánamo. El nombre Cajobabo se deriva de los asentamientos de tainos que habitaron la zona entre los años 1310 y 1520.
Según el Dr. Antonio Núñez Jiménez el topónimo de Cajobabo mencionado por Martí en su diario, mientras que Máximo Gómez lo refiere como Cajobal es de origen indocubano e indoespañol, aunque Zayas en su lexicografía, dice que Cajobabo viene de Cojoba, que significa tabaco. Cajobabo, pues, sería tabacal, aunque pudiera provenir de Cahoba o caoba y entonces equivaldría a Caobal.
Actualmente el Consejo Popular de Cajobabo tiene una extensión territorial de 55.87 km2, con una población de alrededor de 1 428 habitantes. Limita al Sur con el mar Caribe, al Norte con el Consejo Popular Veguita del sur, al Este con la carretera de Maisí y al Oeste con el Río Jojó.
Cajobabo fue el escenario del arribo a nuestra patria de la expedición liderada por el Delegado José Julián Martí Pérez, el Generalísimo Máximo Gómez Báez, el General Ángel Guerra, el General Francisco Borrero Lavadí, el dominicano Marco del Rosario y César Salas en la noche del 11 abril de 1895, para continuar la gesta iniciada en La Demajagua en 1868. Al mismo tiempo constituye el primer campamento en tierras cubanas, la casa de "Los Leyva" de donde se trasladan el día 12 por la tarde hacia la cueva de Juan Ramírez.
La Playita de Cajobabo (Monumento Nacional)[1] no solo es un patrimonio geológico[2]de Cuba, sino es el punto de partida de la Ruta de Gloria[3]del Apóstol, que culmina el 19 de Mayo de 1895, fecha de su caída en combate en Dos Ríos. En el mismo los expedicionarios recorren 375 km en 38 días, estableciendo 25 campamentos. Aparte del sitio de desembarco, en el municipio de Imías se encuentran los 7 primeros campamentos, varios de ellos de elevada relevancia histórica[4]Así como el lugar donde es ascendido José Martí a Mayor General[5]
Conjuntamente con los valores históricos de la localidad, se destaca su riqueza natural y paisajística. El sitio está ubicado dentro de las terrazas marinas de Maisí, donde coexisten antiguas formaciones geológicas, que junto a factores climáticos conforman el principal ecosistema semidesértico de Cuba.
La Playita de Cajobabo forma parte de un grupo de pequeñas y grandes caletas que se alternan de forma continúas unas de otras, separadas por promontorios rocosos entre ellas en ocasiones (Playa del tipo Caleta). Es decir entre la Punta Yana al Este y la Punta Jojó al Oeste.
En este litoral predominan los procesos sísmicos y tectónicos-abrasivos. De ahí la presencia de grandes bloques de piedras, que no solo son testigos de la intensidad de la acción abrasiva del oleaje, sino son productos de derrumbes ocurridos por eventos sísmicos en épocas geológicas anteriores de edad Pleistocénica.
Este fenómeno natural ocasiona que la caleta se interrumpan o dividan en otras más pequeñas y en este tramo costero llegan a formar playas del tipo de guirnalda[6]Precisamente por en una de estas pequeñas caletas ubica al Sureste de Cajobabo desembarcaron Martí y Gómez, de ahí su nombre diminutivo de Playita de Cajobabo.
El farallón[7]de más de 70 metros de alturas donde se encuentra el obelisco del desembarco está compuesto por rocas de la formación Maquey constituida por potentes alternancias de calizas, areniscas, margas y aleurolitas de edad Oligoceno Superior-Mioceno Inferior. Según el Derrotero de las costas de Cuba de 1989 el mismo se reconoce como Farallón Alto de Jojó situado al W de Punta Caleta es notable y muy visible a gran distancia, desde el Sur.
Ya en la franja costera se encuentran sedimentos de la formación Varadero donde predomina el aporte terrígeno fluvial con gravas y cantos de coloración oscura y abigarrada. Edad Holoceno.
Las rocas de la formación Maya formada por calizas macizas, duras y recristalizadas que se observan bien en la escarpa abrasional elaboradas en la terraza marina de Cajobabo las cuales actualmente le cruza la carretera hacia Maisí.
En la Playita de Cajobabo se destacan la formación vegetal de los Uverales que no son más que bosques siempreverdes dominados por la Uva Caleta (Coccoloba uvífera). Este uveral continuo desarrollándose con un mayor porte en la playa continua cuya franja de arena es más ancha. En esta playa frente a un gran peñasco los expedicionarios dejan el bote, el cual fue quemado al siguiente día del desembarco[8]
Cuando se empieza a caminar por el borde del farallón por donde tuvieron que caminar los expedicionarios en dirección hacia Cajobabo nos encontramos con un relieve rocoso producto de los deslizamientos geológicos donde se desarrolla el Complejo de Vegetación de Roca Alta, sobre las que se asientan pequeños arbustos entre los cuales se destacan la Cuabilla de costa (Suriana marítima) y el Romero de costa (Borrichia arborescens).
Ya cuando pasamos de la playa y cogemos la cuesta de lo que fue un trillo[9]o actual camino del Abra abierto entre las terrazas marinas, paso obligado que tuvieron que coger los expedicionarios a ambos lados nos encontramos establecido el Bosque Arbustivo Semidesértico que no son más que matorrales abiertos de 4 – 5 m de altura, formados por pequeños árboles y arbustos mayormente espinosos con gran cantidad de cactáceas.
Luego al bajar por el abra llegamos a una llanura subcostera de origen aluvial donde se ha establecido el Bosque de Ciénaga que actualmente está muy antropizada. Contiendo varias especies de plantas adaptadas al exceso de humedad como mangles y bagá.
Los expedicionarios tuvieron que seguir el trillo que flanqueaba este tipo de vegetación que los conducía hacia el barrio de Cajobabo que es la actual carretera hacia Maisí hasta encontrar la casa o rancho de los Leyva (Actual monumento), según Salustiano su madre los escondió en el bosque cercano a la poceta o manantial (Bosque Martiano) que tiene a su izquierda las elevaciones rocosas premontañosa[10]donde está establecido el Bosque Arbustivo Semidesértico y a la derecha el Bosque de Ciénaga.
Por eso Martí escribe en su diario ese día: " Arriba por piedras, espinas y cenegal "Las piedras en el Farallón del Jojó y la playita, las espinas por el trillo o abra de la terraza costera de Cajobabo y después el cenegal por la laguna costera establecida detrás de la playa de Jojó que era bordeada por el trillo de los pescadores que conducía hacia el barrio de Cajobabo (actual camino hacia Imías).
Encuentro con su hermano Martí
Salustiano Delgado Leyva[11]nació en Cajobabo el 8 de junio de 1884, para esa fecha ya había finalizado la Guerra de los Diez Años (1868–1978). Estaba transcurriendo la llamada "Tregua Fecunda", se preparaban los patriotas para iniciar la lucha armada contra el coloniaje español.
El niño de 11 años dormía en su humilde casa en compañía de su madre, y quizá interrumpía su sueño el parloteo de un amigo de la familia nombrado Blas Martínez que se había quedado esa noche al resguardo de la familia y que había venido de Guantánamo a esperar los expedicionarios.
Aquella noche lluviosa a menos de dos millas en alta mar un bote y seis hombres eran bajados para dirigirse a la costa. Tras titánica lucha contra las fuertes corrientes marinas, el oleaje y la inexperiencia marinera que impedía al grupo de expedicionario dirigir el bote a tierra rumbo a la ensenada del Río Jojó o Cajobabo donde existía un surgidero[12]
A tres kilómetros de la Casa de Los Leyva aquella noche del 11 de abril de 1895 transcurre el histórico desembarco de José Martí y Máximo Gómez y demás compatriotas. Este encuentro está bien recogido en el Diario Martiano que transcribiré textualmente solo los días del desembarco y la estancia en Cajobabo junto a familia de los Leyva, primer campamento de los expedicionarios.
9 Abril.-Lola[14]jolongo, llorando en el balcón. Nos embarcamos[15]
10. – Salimos del Cabo[16]- Amanecemos en Inagua[17]– Izan el [11][18]- bote[19]Salimos a las 11. Pasamos (4)[20] rozando a Maisí[21]y vemos la farola[22]Yo en el puente[23]A las 7 1/2, oscuridad. Movimiento abordo. Capitán[24]conmovido. Bajan el bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbarnos mal[25]Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubasco. El timón se pierde. Fijamos rumbo. Llevo el remo de proa. Salas[26]rema seguido. Paquito Borrero[27]y el General[28]ayudan de popa.[29] Nos ceñimos los revólvers. Rumbo al abra. La luna asoma, roja, bajo una nube. Arribamos a una playa de piedras, (La Playita[30]al pie de Cajobabo). Me quedo en el bote el último vaciándolo. Salto. Dicha grande[31]Viramos el bote, y el garrafón de agua. Bebemos Málaga[32]Arriba por piedras, espinas y cenegal. Oímos ruido, y preparamos, cerca de una talanquera. Ladeando un sitio, llegamos a una casa[33]Dormimos cerca, por el suelo[34]
12. – A las 3 nos decidimos a llamar. Blas[35]Gonzalo[36]y la Niña[37]– José Gabriel[38]vivo, va a llamar a Silvestre[39]-Silvestre dispuesto.[40] – Por repechos, muy cargados, salimos a buscar a Mesón[41]al Tacre[42]- (Záguere). En el monte claro esperamos, desde las 9, hasta las 2. -Convenzo a Silvestre a que nos lleve a Imía.[43]- Seguimos por el cauce del Tacre. – Decide el General escribir a Fernando Leyva[44]y va Silvestre. Nos metemos en la cueva[45]campamento antiguo, bajo un farallón, a la derecha del río. Dormimos: hojas secas: Marcos[46]derriba: Silvestre me trae hojas.
Salustiano vivió días muy emocionantes a pesar de su corta edad, ya que había conocido a grandes figuras del Ejército Mambí como Martí, Gómez y el resto de los expedicionario entre estos últimos el que más le quedo grabado en su memoria fue el dominicano Marco del Rosario. Al mismo tiempo vio como sus familiares (los Leyva) y demás vecinos de Cajobabo se portaron valientemente y ayudaron a los patriotas sin reparar esfuerzo alguno hasta ponerlo a salvo de los guardias españoles que se encontraban en el fortín de la Tintorera.
Su madre mantuvo una actitud ejemplar y coopero también en proteger y alimentar a los héroes recién llegados a su humilde casa y posteriormente cuando estaban ya en la cueva de Juan Ramírez, de esto da cuenta el propio Salustiano en una entrevista concedida a sus 89 años a la revista Bohemia en 1973. [47]
"- Yo estaba con mi madre, Adela Leyva, cuando tocaron a la puerta los revolucionarios. Recuerdo que ella les advirtió del peligro que los amenazaba, puesto que la zona estaba "cundía" de españoles. Parecían nerviosos Mi madre les dijo que debían salir pronto del lugar. Estaba también con nosotros Blas Martínez, que hacía noche en Casa. Mi madre salió a buscar después a mi tío Gonzalo Leyva, a Narciso Rivera y a Silvestre Martínez. Todos ellos acordaron llevarse a los revolucionarios a un sitio más seguro, escapando entonces por las márgenes del río Tacre hasta la cueva de Juan Ramírez, monte adentro.
– Martí era delgado y menudo – dice-, tenía la frente ancha y hablaba muy bonito. Vestía, como Máximo Gómez, un chaquetón[48]verdoso y pantalones prietos. En el grupo había un moreno gordo[49]Recuerdo que Martí le regaló a mi madre un doblón de oro que ella conservaba con orgullo y solía mostrarlo con frecuencia a mí y a mis hermanitos. Jamás olvidaré lo que le dijo al Apóstol, cuando ya se disponía a salir: Piense que soy su madre, y donde mueren los hijos, muere la madre". Martí le contestó: "En esta tierra cubana, si hago Patria, yo seré su hijo, ¡y usted mi madre!"
Ella lo acompañó también en el recorrido por el Tacre hasta dejar a "los apóstoles" en su nuevo campamento. Por cierto que nos denunciaron por prestación de auxilio. El chivato fue un tal Mesón. El caso es que tuvimos que huir hacia un lugar que le llaman La Teresa, lejos de aquí Nos avisó un tío mío, José Jesús Leyva."
De la estancia en el humilde bohío oriental, esa madrugada, Martí le expresó a Gómez: "General, nunca podremos olvidar las grandes cosas acontecidas esta noche, pero sobre todo este fogón y esta taza de café".[50]
Así sorprendió a Salustiano trabajando como embarcador de maderas la derrota de Batista. Es entonces cuando aquel 1 de Enero de 1959, disfruta de la victoria de la Revolución. Pero ya con sus 75[51]años tropieza con un bolo de madera y sufre una caída donde tienen que ser trasladado al Hospital de Santiago de Cuba para ser intervenido quirúrgicamente, tras su convalecencia e invalidez física tiene que dejar de trabajar y empieza a quejarse de "esta dichosa pierna, que la tengo estropeada".
La Revolución le ofrece atención y ayuda espiritual, económica y material. En 1971 le construye la vivienda de mampostería con el llamado sistema Sandino. En la misma entrevista realizada por Bohemia dice el periodista que sin que se le invite a tratar el tema, es él quien habla de la Revolución, de su obra en Cajobabo. En una frase resume todo lo que quiere decir. Alza la mano, como subrayando las palabras, cuando exclama:
¡Fidel ha quedado por Martí! Los sueños de Martí están en la obra de la Revolución. Martí cayó, pero Fidel siguió su obra. ¡Ahora sí tenemos patria libre e independiente! Nos liberamos de España y nos liberamos de los Estados Unidos. ¿Ya no hay explotación?
Cuenta las vicisitudes que siguieron al terminar las guerras de independencia, bajo los gobiernos títeres; o de la guerra misma, perseguida su familia por los guardias españoles. Y cobran más emoción sus palabras cuando se refiere a la lucha contra la tiranía batistiana y a sus simpatías por los rebeldes hasta la total liberación de la zona, "donde operaba –dice-el Comandante Villa[52]
Desde entonces –expresa con entusiasmo- comenzaron a cambiar las cosas en Cajobabo; pero sobre todo, a partir del triunfo de la Revolución. La tierra es ahora del pueblo, y produce para el pueblo. Ya tenemos caminos. Contamos con una escuela, a donde acuden los niños, que antes no podían educarse [53]
Para Salustiano su vida transcurre entre visitas de pioneros, jóvenes y organizaciones políticas y de masas todo el que visita el Monumento en la Playita de Cajobabo quiere conocer aquel viejo pescador que con 11 años de edad conoció a Martí y Gómez y a los expedicionarios que habían desembarcado para iniciar la guerra del 95. Salustiano es parte ya de esa historia está vivo y en plena facultad para contarla a las nuevas generaciones y a viva voz con profundo amor patriótico proclamar que es hermano de Martí y de Fidel.
Fidel en Playita de Cajobabo[54]
En la madrugada del 5 de noviembre de 1976 ocurre un acontecimiento histórico carros con la insignia del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos), hacen su entrada en Cajobabo, lugar apartado, pero no olvidado, raudos se dirigen a la Playita. Al frente viene el cineasta Santiago Álvarez Román[55]con su equipo de filmación ya que está rodando su documental "La Guerra Necesaria[56]horas después, tras aterrizar el helicóptero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) llega nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al escenario de Playita de Cajobabo y comienza la entrevista de Santiago a Fidel la cual transcribiré algunos de sus fragmentos textualmente:
Santiago Álvarez: El mar es un símbolo, Comandante en Jefe.
Comandante en Jefe Fidel Castro: Es un gran símbolo. Ya tú ves este mar donde estamos nosotros ahora. Cuando uno piensa lo que significó el desembarco por aquí por Playitas… Eran seis hombres solamente, hace ochenta y un años, el 11 de abril de 1895. El Moncada ocurre aproximadamente cincuenta y ocho años después, y el Granma ocurre sesenta y un años después.
[…] Ahora me pongo a imaginar lo que significó aquel hecho, desembarcar de noche[57]por esa costa no abundan estas playas. En el Diario de Martí dicen que a las siete y media se prepararon para desembarcar. Ya en aquella fecha era de noche. La noche era tormentosa. Martí dice que rumbaron mal. Llegaron aquí a las diez de la noche, en una noche oscura.
Me pregunto cómo pudieron encontrar esta playita. Porque indiscutiblemente en estas costas, en las zonas de rompientes fuertes y de rocas, habría sido virtualmente imposible desembarcar. De puro milagro encontraron un rinconcito tan pequeño como este, que apenas tiene ochenta metros para desembarcar[58]Más allá hay una playita un poco mayor, pero después no se encuentran playas por este lugar.
Cuando veníamos en el helicóptero hacia acá estábamos mirando la topografía del terreno, son montañas ásperas, bastante secas, de una vegetación muy difícil de atravesar; y me imagino lo que tiene que haber sido para Gómez y para Martí, y los demás expedicionarios, pero especialmente para Martí.
Que Martí[59]no tenía experiencia de la guerra, que Martí[60]no era un hombre físicamente fuerte, que Martí había dedicado su vida a un trabajo de organización, a la creación literaria, a la creación política: era un intelectual.
Cómo habrían sido aquellos momentos y de dónde encontró fuerzas para realizar una proeza semejante: remar[61]desembarcar, cargar con su mochila, con su fusil, con sus cien balas, caminar de noche por esos lugares donde nosotros con mucho trabajo hemos llegado de día, avanzar por todas esas montañas[62]en aquellas condiciones es algo realmente increíble.
Pero él mismo decía que precisamente de esas situaciones, de esa felicidad que el hombre encuentra cuando está realizando una tarea de esta naturaleza[63]es que saca fuerzas, y él sacó fuerza, y nunca se vio en todo el Diario de Martí, jamás se ve una queja, sino todo era optimismo, todo era entusiasmo, todo era orgullo. Él decía que había dejado las cadenas que lo habían acompañado durante toda su vida en la lucha por la independencia de Cuba[64]Yo creo que fue una proeza extraordinaria[65]y este lugar es un lugar sagrado.[66]
Santiago Álvarez: ¿Usted sabe que aquí cerca también está el hijo de la señora[67]con que se encontraron Martí y Gómez, a unos cuantos metros de aquí?
Comandante en Jefe Fidel Castro: Con muchísimo gusto cuando pasemos por allí podemos saludarlo.
Todo quedaba listo para que en esta ocasión se filmara el documental titulado "Mi Hermano Fidel".[68] Realmente lejos de saludarlo el Comandante en Jefe entrevista y precisas con Salustiano Leyva muchos detalles de la historia que se desconocían hasta entonces.
Fragmento de la conversación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con Salustiano Leyva[69]
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz se persona a la casa del campesino Salustiano Delgado Leyva cumpliendo así, su compromiso realizado al cineasta Santiago Álvarez. Fidel llega sin presentación alguna, ni identificación como un periodista o una persona más interesada que quiere conocer el hecho histórico ocurrido, ya que tenía la intención de darle una sorpresa al humilde campesino Salustiano que declaraba con todo fervor revolucionario y amor propio que Martí y Fidel eran sus hermanos, así que parte del desarrollo de la entrevista de Fidel con Salustiano, él desconoce quién es su interlocutor, ya que a sus años había perdido la visión.
Comandante en Jefe Fidel Castro: Buenos días.
Salustiano Leyva: Buenas.
Comandante en Jefe: ¿Cómo esta Salustiano? Está bien Quítese el sombreo un poco, que así, no lo veo, así Como se siente.
Salustiano Leyva: Malo de la cintura, no puedo caminar arengado completamente.
Comandante en Jefe: Sabe que vengo hacer una visita por acá, por Playita.
Salustiano Leyva: De Martí.
Comandante en Jefe: Sí.
Salustiano Leyva: Mi hermano Martí.
Comandante en Jefe: Usted vivía por acá.
Salustiano Leyva: Nosotros vivíamos allí, donde está el parquecito. (Señalando con la mano hacia donde está el mismo).
Comandante en Jefe: Muy lejos de aquí muy lejos de aquí.
Salustiano Leyva: No, allí donde está el obelisco ese que esta Martí.
Comandante en Jefe: Eran una familia numerosa la de ustedes.
Salustiano Leyva: Éramos no era grande éramos como cuatro nada más.
Comandante en Jefe: Usted se acuerda que edad tenía entonces.
Salustiano Leyva: Yo, 11 años.
Comandante en Jefe: Ah! es correcto entonces, es verdad porque a mí me habían dicho que tenía 7 años, pero yo calcule que si hace 81 años que desembarco Martí y usted tenía 11 años, ahora tienen correctamente 92 años.
Dr. José Miyar[70]Sentado a la izquierda de Fidel pero en el interior de la cocina interviene Pero yo había leído
Salustiano Leyva:(interviene afirmativamente) Yo, tengo 92 años.
Comandante en Jefe: Usted se acuerda.
Salustiano Leyva: Pero como no me voy acordar! Martí era un hombrecito blanquito él, de los bigoticos negros latiguito, Máximo Gómez alto.
Comandante en Jefe: Máximo Gómez era más alto que Martí.[71]
Salustiano Leyva: He.
Comandante en Jefe: (repite). Más alto Máximo Gómez que Martí.
Salustiano Leyva: Oh un hombrón alto[72]y Marco del Rosario un hombre trigueño gordo y ellos parece que de allí arriba reconocieron la fortaleza que estaba allá bajo en la Tintorera[73]
Comandante en Jefe: Había había militares.
Salustiano Leyva: He.
Comandante en Jefe: En la fortaleza había militares españoles, la fortaleza a qué distancia estaba de su casa.
Salustiano Leyva: Ha casi, no había un kilómetro.
Comandante en Jefe: Entonces ellos pasaron a un kilómetro de las tropas españolas.
Salustiano Leyva: Si Si ellos cogen porque aquí en aquel entonces todo esto era montaña, aquí solo existían como siete u ocho vecinos, si ellos aciertan a coger el trillito[74]ese, van derechito a la fortaleza,[75]se hubieran entregados, pero ellos
Comandante en Jefe: Algunos de los que venían en el grupo conocían la familia de usted.
Salustiano Leyva: No.
Comandante en Jefe: No ellos llegaron como por casualidad a la casa de ustedes verdad[76]
Salustiano Leyva: Ellos reconocieron la casa y ahí se tiraron[77]
Comandante en Jefe: Ellos durmieron allí mismo al lado de su casa.
Salustiano Leyva: Sí.
Comandante en Jefe: No era demasiado peligroso.
Salustiano Leyva: No entonces mi mamá[78]se volvió loca cogió los metió entre la poceta[79]y le pareció mal por una ronda que hubiera lo saco de ahí lo escondió más palante.
Comandante en Jefe: En el monte.
Salustiano Leyva: En el monte.
Comandante en Jefe: Ellos llegaría aquí como a las 11 de la noche verdad.
Salustiano Leyva: Como a las 12.
Comandante en Jefe: Como a las 12 como tuvieron que caminar todo ese tramo. Ellos llegaron a las 10 y ese camino es muy malo[80]
Salustiano Leyva: Muy Malo.
Comandante en Jefe: Tienen que haber llegado como dos horas después. Usted ha visto la tarja que pusieron en el año 1947.
Salustiano Leyva: Si hombre.
Comandante en Jefe: Fue en el mismo lugar que desembarcaron[81]
Salustiano Leyva: En el mismo lugar.[82]
Comandante en Jefe: Allí fue como encontraron de noche esa playa, había podido llegar a la zona de costa rocosa[83]verdad.
Salustiano Leyva: Allí ese Marco del Rosario era práctico, porque ese Marco del Rosario estuvo aquí.
Comandante en Jefe: Ha Marco sabía.
Salustiano Leyva: Marco sabía.
Comandante en Jefe: Ellos venía a este lugar.
Salustiano Leyva: Ese del Rosario, ese Marco del Rosario.
Comandante en Jefe: Usted era un muchacho que tenía 11 años cuando llegaron a las 12 de la noche usted se despertó y se levantó también.
Salustiano Leyva: Como que no, todos nos levantamos.
Comandante en Jefe: Todo el mundo se levantó.
Salustiano Leyva: Todo el mundo se levantó.
Comandante en Jefe: Y por la mañana usted los vio, antes de irse.
Salustiano Leyva: Como no.
Comandante en Jefe: También. .. A qué hora salieron ellos.
Salustiano Leyva: Ellos salieron de ahí como a las 3 una cosa así.[84]
Comandante en Jefe: De la mañana.
Salustiano Leyva: De la mañana.
Comandante en Jefe: Entonces qué tiempo tuvieron ahí.
Salustiano Leyva: Bueno durante que vinieron los que lo sacaron Fernando[85]y Silvestres[86]
Comandante en Jefe: Entonces tuvo tres horas o cuatro horas nada más en su casa. Usted estuvo todo el tiempo ahí.
Salustiano Leyva: A dios todo el tiempo, todos levantados.
Comandante en Jefe: Otros vecinos no lo vieron.
Salustiano Leyva: No no aquí no los vio nadie.
Comandante en Jefe: Entonces los únicos vecinos que lo vieron fueron ustedes.
Salustiano Leyva: Nosotros nada más Nadie más los vio, así, quien le cuente de Martí, todo es mentira, porque aquí todo lo que meten es mentira, porque yo, ya hay quien dice que yo no sé nada de Martí, mira allá arriba hay uno, pues que dice cuando Martí desembarco la mamá era una muchachita y él vio a Martí Yo no sé por dónde lo vio. (Risas).
Comandante en Jefe: Oiga es que siempre que ocurren estos acontecimientos históricos muchas gentes después se imaginan que vio y surgen muchas leyendas alrededor de todo eso. Pero todo el mundo sabe que usted si lo vio, todo el mundo lo sabe. ¿Por qué usted dice que usted es hermano de Fidel?
Salustiano Leyva: Porque yo soy hermano del General Martí y Fidel es hermano del General Martí, también porque él hizo las veces de Martí, Socialista, Comunista se y yo muero por Fidel así como estoy que no puedo, arengado, si se ofrece yo gateando camino.
Comandante en Jefe: ¿Pero usted no lo conoce?
Salustiano Leyva: Yo lo vi una vez.
Comandante en Jefe: Donde lo vio.
Salustiano Leyva: Allá bajo, en la playa.
Comandante en Jefe: ¿A quien se parece?
Salustiano Leyva: Yo no me acuerdo bien a quien se parece.
Comandante en Jefe: No sabe que a mí, me confunden muchísimo con él.
Salustiano Leyva: Bueno, se parece. (Con cierta duda, ya que todavía le están realizando la graduación de la vista).
Comandante en Jefe: Cierto parecido, es por la barba y eso
Salustiano Leyva: Si.
Comandante en Jefe: Yo le voy a proponer una cosa que lo lleven allá por Imías que le traigan un oculista que le traigan un oculista aquí para que le pongan los espejuelos para que conozca los amigos, se da cuenta, así que somos hermanos y usted no me conoce (le dice cariñosamente) si yo soy Fidel.
Salustiano Leyva:(emocionado, ya con espejuelo) ¡Qué tenga mucha felicidad, mucha prosperidad y mucha vida, que dure por lo menos 300 años!
Ya con espejuelo Salustiano podía contemplar de nuevo su entorno natural y familiar, los paisajes de las serranías de Imías que siempre lo había acompañado juntos a sus hijos y nietos y los pobladores de Cajobabo.
Tras la retirada del Comandante en Jefe quedo el polvo levantado de los carros que transportaba la comitiva que había cumplido con creces con la historia. Allí quedó Salustiano, dos hermanos se habían acabado de conocer y a la vez de despedir y el fantasma poeta rondaba orgulloso en aquel paraje histórico, allí quedó también la profecía de Salustiano ¡Qué tenga mucha vida y que dure por lo menos 300 años!
Hasta ahora se está cumpliendo, Fidel se ha comportado como un viejo caguairán[87]ha rebasado los infortunios que le ha reparado la vida, pero ahí está, ahí, ahí y seguirá ahí, por los tiempos de los tiempos, predestinado a convertirse en inmortal que son los que rebasan el tiempo reivindicado por Salustiano. Porque su ejemplo y su obra es y será siempre en este universo y en los que están por revelar, eterno.
El 2 de septiembre de 1981 se enferma Salustiano Leyva de Bronconeumonía y es hospitalizado con urgencia en Guantánamo, transcurrido 15 días fallece el 17 de septiembre a la edad de 96 años.
El 16 de octubre de 1986 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz vuelve a visitar a Cajobabo, pero esta vez intervino en el Acto Nacional por el inicio de la aplicación masiva del Médico de la Familia y la Residencia de la Medicina General Integral[88]a solo unos metros de la Playita de Cajobabo.
Fidel en el Centenario de la Expedición Martiana
EL 11 de abril de 1995 se celebró en Cajobabo en horas de la mañana el acto por el centenario del desembarco de Martí, Gómez y otros patriotas por Playitas de Cajobabo Estuvo presente el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, y el miembro del Buró Político José Ramón Balaguer.
Pero por la noche a la misma hora que desembarcará Martí y Gómez hace acto de presencia su mejor discípulo, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.[89] Esa noche no es tormentosa, ni hay lluvia, pero son cerca de las 10 y 30 de la noche con su traje verde olivo, caminando por las arenas gruesas de Playita de Cajobabo se encuentra ya, el otro cubano universal para rendir homenaje a José Martí y a los expedicionarios que lo habían acompañado a la patria 100 años atrás.
En entrevista realizada esa noche en el escenario natural de Playita de Cajobabo por el director de la Oficina de Asuntos Histórico del Consejo de Estado Dr. Pedro Álvarez Tabío[90]El propio Fidel le comenta al llegar a Playita de Cajobabo el sentido de lo que va a tener efecto allí esa noche:
¨Yo he sentido un deseo especial de estar esta noche aquí a la hora de la llegada de Martí y de Gómez. Y quería esperarla con la bandera de la estrella solitaria plenamente independiente. Creo que es el homenaje más digno que se le puede ofrecer a un hecho histórico de aquella grandes como el desembarco por aquí por Playitas.
Esa es la emoción que sentía yo en el momento en que allí los esperaba con la bandera, y soñando con que esa escena la repitan siempre las futuras generaciones de siglo en siglo.
Que sean iguales a las generaciones que las precedieron. En primer lugar, la generación que inició nuestra lucha por la independencia, y las generaciones que continuaron esa lucha, las generaciones que se enfrentan hoy a muy difíciles circunstancias para mantener en alto esa bandera y libre a la Patria. ¡Qué sean como esas es mucho pedir, pero lo pedimos! ¡Qué sean mejores es pedir más, pero lo esperamos!" [Álvarez, 1995: 4-5].[91]
Luego de cinco años de aquel acto solemne y de tributo en enero del año 2000 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz confesaba que por Martí, él se había convertido en Revolucionario. "Lo que soy y lo que siento se lo debo más que nadie a Martí. Por él me convertí en revolucionario y su enorme influencia en mí durará hasta el último aliento de mi vida".[92]
Bibliografía.
Álvarez. Santiago, (1977): "Mi hermano Fidel". Documental de 17 minutos. Encuentro del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con Salustiano Leyva. ICAIC. La Habana.
Álvarez Tabío. Pedro, (1995): ¨Fidel en Playita: El más digno homenaje a una hazaña grandiosa¨. Periódico Granma. Año 31/número 73. Cierre: 12: 30 A.M. Ciudad de La Habana, Jueves 13 de abril de 1995. Pp.4 y 5.
Castro Ruz. Fidel, (1983): José Martí. El autor intelectual. Selección y presentación Centro de Estudios Martianos. "Un respeto extraordinario por este lugar". Pp.214-219. Editora Política. La Habana
———————–, (2000): "Por el me convertí en revolucionario", Periódico Juventud Rebelde, La Habana, 21 de enero de 2000.
Casals Corella. Cosme, (2011): Notas y archivo de fotos expedición geohistórica a la Playitas de Cajobabo. Imías. Guantánamo. 18-20 de octubre y 15-20 de diciembre del 2011. CENPALAB. Inédito.
———————-, (2014). "Martí, Fidel y Salustiano Leyva: Al pie de Cajobabo. Revista Bimestre Cubana. Vol 116, No 41. Edición digital http://www.bimestrecubana.cult.cu/ojs/index.php/revistabimestre
Colectivo de autores. (1984): Geología de la Región Central y Suroriental de la Provincia de Guantánamo. Ediciones Oriente. Santiago de Cuba. P- 125.
Del Cueto. Mario G. (1973): Al pie de Cajobabo. (Articulo). Revista Bohemia. Año 65. No. 14. 6 de abril de 1973. La Habana. Pp.8 -9.
Gómez Báez. Máximo, (1968): Diario de Campaña. Instituto Cubano del Libro. La Habana.
García. Gaspar, (2010): "El asentamiento Cajobabo, de Martí a nuestros días". (Artículo).Revista de Arquitectura y Urbanismo. Vol. XXXI. No. 1. La Habana. pp. 51-57.
Lubian Arias. Rafael, (1938): La Ruta de Martí. Editorial Molina y Compañía. La Habana.
Martí. José, (1959): Diario de Cabo Haitiano-Dos Ríos. Biblioteca Popular Martiana No.1. Editorial Lex. La Habana. P-65-119.
__________, (1962): Diarios de Campaña. Ordenación y Prólogo de Ezequiel Martínez Estrada. Editorial Nacional de Cuba. Casa de Las Américas. La Habana. P-169.
__________, (1996): Diarios de Campaña. Edición Crítica. Mayra Beatriz Martínez y Froilán Escobar. Casa Editora Abril. Ciudad de La Habana. Pp.410.
__________,(2007): José Martí. Diarios de Campaña. Edición Crítica. Martínez. Mayra Beatriz, Centro de Estudios Martiano. La Habana. P- 233.
Antonio Núñez Jiménez (1982): El Archipiélago. Colección, Cuba: La Naturaleza y el Hombre. Editorial Letras Cubanas.Vol.1. La Habana. P. 299-300.
Datos del autor.
Cosme Casals Corella (Holguín, 1956) es ingeniero geólogo y Máster en Gestión Ambiental, autor de los libros La Zeolita Mineral del Siglo XX (1988), La Costa Noroeste de Holguín (1995), y coautor de Bariay (1992), Colón en Cuba 1492 (2002), El Primer Viaje de Cristóbal Colón a Cuba (2005 y 2006), Derrotero de Cristóbal Colón por la costa de Holguín, 1492 (2005), Biotur-2006, Parque Natural Cristóbal Colón (2007). Condecorado con la Orden al Mérito Julio Antonio Mella, entre otras distinciones, ha publicado más de cien artículos en periódicos nacionales y extranjeros, y en oros medios digitales. Posee la Categoría científica de Investigador Agregado y actualmente se desempeña como asesor, especialista en turismo de naturaleza y fundador del Parque Cristóbal Colón y su Grupo Gestor. Miembro de la Comisión Provincial de Monumentos de Holguín, de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC) y de la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP). Trabaja en el Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (CENPALAB).
Contacto:
Email [email protected]
Teléfono: 53-52237248.
Dirección Particular : Calle : Pedro Rogena No.7
Entre : Ave. Libertadores y Eugenio Gonzalez.
La Aduana. Holguín. Cuba.
Camino hacia la Playita para esperar las 10:30 pm del 11 de abril de 2015 la llegada de los expedicionarios hace 120 años y Fidel hace 20 años, el destino reparo que igual que en el 1895 dos personas estaban en la costa y precisamente dos holguineros besamos la tierra, cantamos como un gallo como lo hiciera el general Máximo Gómez, bebimos Málaga (Havana Club), cantamos el himno nacional y pasamos lista de los expedicionarios. El poeta holguinero Ronel González que me acompaño dio lectura a sus dos poemas uno dedicado a Martí y otro a Gómez. (Se adjuntan al final). Luego retornamos cargados de emociones únicas en medio de la oscuridad entre el sonido de los grillos y murciélagos hasta el monumento (Casa de los Leyva). Valió el esfuerzo, mantenemos la bandera y la patria siempre.
Bajo la sombra de un Jobo en la quietud del Bosque Martiano.
Exponiendo el proyecto en la X edición del taller Identidad, Tradiciones y presencia Martiana. Para saborear raíces. En el patio de la casa de Salustiano, hoy bello museo.
¡Una joya de la museología cubana!.
En la tribuna tras la terminación del acto.
Con Diego director de la Oficina de Patrimonio en Guantánamo.
La despedida por la directora Milvian Delgado.
El peso de la cruz[93]
Escribo, poco y mal, porque estoy pensando
con zozobra y amargura.
José Martí: Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos,
14 de mayo de 1895.
Agua del Contramaestre.
Agua turbia.
Agua crecida.
¿Hasta qué punto la vida
es un cántico silvestre?
Entre el fango,
lo terrestre va enmaniguándose.
Un vado al muslo.
El cuerpo angustiado
y, en el sopor que lo inhibe,
la noche bella proscribe
el sueño del Delegado.
Un río.
Un caballo.
Un hombre.
El sol licuando la piel.
El croquis de un coronel
en la sabana sin nombre.
Un río.
Un caballo.
Un hombre.
Un paredón de humo infame.
No importa que alguien se llame
Ángel, si en vano custodia,
ni que entonen la rapsodia
un fustete y un dagame.
Las bayonetas a un palmo
de los fervores solícitos,
los desencuentros ilícitos,
el verso indómito o calmo.
¿Hay entre el augusto salmo
y la pólvora nefasta
algún vocablo entusiasta,
alguna zona intermedia
que disfrace la tragedia
de "episodio iconoclasta"?
Hay criaturas sin derecho a ser felices. Hay seres que, entre la cruz y placeres, optan por llevar al pecho el manuscrito deshecho de una fortuna reacia,
y sobre el hombro la audacia temeraria del novicio,
que al más febril sacrificio entran
de un tiro de gracia.
Algo.
Alguien se encamina
hacia un cuerpo.
Alguien apunta el odio de una pregunta
y, al gloriarse, se anodina.
Sangra la maleza indina.
Nadie es sacro o pusilánime.
Algo serpentea exánime.
No plañe ni un rostro magro
y nada invoca un milagro
en la soledad unánime.
Ser héroe nunca es ser Dios,
aunque ambos se transfiguren.
Por más que sus obras duren
no hablan con la misma voz.
Hay un intersticio atroz,
un filamento vibrante
que los envela un instante
y el héroe se enmarmoliza,
sin dar tiempo a que la brisa
espiritual lo levante.
Pedir que la piedra arrope al polvo
es un afán manco
si sobre un caballo blanco
la sangre sigue al galope.
A veces la selva inope
en torno quiere enramarse,
pero la Luz vuelve a darse
a los discordes montíos,
y entonces,
todos los ríos
vuelven a transparentarse.
Septiembre de 2013.
General de dos patrias[94]
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