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Diabetes Mellitus Tipo 1. Como tratarla con suplementación ortomolecular (página 2)

Enviado por Bego Orive Tudela


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Si bien el fenómeno de la autoinmunoagresión es progresivo y termina con la destrucción casi total de las células ß , la enfermedad puede manifestarse antes de que ocurra, al asociarse a una situación de estrés que inhibe en forma transitoria la capacidad secretora de insulina de las células residuales. En la etapa clínica puede haber una recuperación parcial de la secreción insulínica que dura algunos meses ("luna de miel"), para luego tener una evolución irreversible con insulinopenia que se puede demostrar por bajos niveles de péptido C (< 1 ng/ml).

La mayor parte de las características fisiopatológicas de la diabetes de tipo I pueden atribuirse a los siguientes efectos de la falta de insulina: 

  • Problemas con los hidratos de carbono: los diabéticos presentan un metabolismo parecido al que se tiene normalmente en ayuno. Pero por el hecho de no haber insulina suficiente para facilitar la entrada de glucosa en la célula, el nivel de sangre aumenta, con lo cual la célula se deshidrata por osmolaridad; esto hace que la célula pierda agua para intentar igualar las presiones osmóticas. Por lo que se produce un aumento de la osmolaridad en el compartimento extracelular y por ello, también en la sangre.

Hablamos entonces de la existencia de una hiperglucemia, que puede llegar

a valores serológicos de 300-350 mg/dL.

En el riñón se produce glucosuria (la glucosa se excreta por la orina) debido al hecho que la concentración de glucosa en el plasma sanguíneo supera el umbral renal); esta glucosa que pasa a la orina arrastra agua osmóticamente, dando lugar a uno de los síntomas cardinales de esta dolencia que es la poliuria, que a su vez dará lugar a una deshidratación intra y extracelular, estimulando el centro de la sed y derivando en una acentuada polidipsia.

Si la pérdida de agua es muy importante se producirá hipovolemia e hipotensión. 

  • Problemas con las grasas: cuando no se produce la captación de glucosa mediada por la insulina, las células del organismo reaccionan obteniendo energia (ATP) de los ácidos grasos. La sangre se carga de ácidos grasos y tendrán lugar una serie de anomalías en el metabolismo lipídico, favoreciéndose el depósito de lípidos en las paredes de los vasos, pudiendo derivar en una arterioesclerosis.

En el hígado, por otra parte, se estimulará el mecanismo de transporte a través de la carnitina hacia la mitocondria, que es donde tiene lugar la beta-oxidación de los ácidos grasos. Los derivados del catabolismo de los ácidos grasos, los cuerpos cetónicos, saldrán entonces de las mitocondrias y se irán acumulando en la sangre, dando lugar a una cetoacidosis,, la cual disminuye el pH sanguíneo, y puede conducir a la persona a una situación crítica de coma diabético e incluso a la muerte.

Hay que decir también con respecto al papel de los cuerpos cetónicos en la fisiopatología de la diabetes mellitus tipo 1, que éstos al no poder ser captados por los tejidos son eliminadors por dos vias:

  • El aliento, que puede causar un desagradable olor a acetona (olor característico parecido a furta madura o mansana).

  • Por la orina, dando lugar a una cetonúria.

La acumulación de cuerpos cetónicos en sangre provoca, por otra parte, una cetonemia. Como los cetoácidos tienen un umbral de excreción renal muy bajo, esto lleva a la cetonuria a la cual se acaba de hacer referencia. Ahora bien, parte de estos cetoácidos serán excretados en la orina como sales sódicas.

Como consecuencia de la propia acidosis diabética surge la acidosis metabólica, a la que contribuye por un lado la propia idiosincrasia ácida de los ácidos cetónicos y además, la transformación del cuerpo cetónico en acetona y ácido beta-hidrobutírico, liberándose protones que acidifican el medio. A esta acidosis metabólica también ayuda la transformación de los ácidos en sales, que desplazan protones.

Toda esta degradación lipídica puede provocar pérdidas de peso y polifagia.

Los trastornos sobre los lípidos pueden provocar fácilmente hiperlipemias a la vez que una disnea que deriva de una sobreestimulación del centro respiratorio como consecuencia de la acidificación del medio interno: respiración de Kussmaul, que dará lugar a una excreción excesiva de dióxido de carbono.

  • Problemas con las proteínas: disminuye la síntesis de proteínas en los tejidos, favoreciéndose la proteolisis (se tiene que hacer gluconeogénesis a partir de los aminoácidos). Ello se manifiesta clínicamente, con un conjunto de alteraciones del metabolismo lipídico, en una disminución del peso y una polifagia. La disminución de peso, si bien es progresiva puede alcanzar un estado crítico que denominamos "caquexia".

Señalar que si la hiperglucemia evoluciona hacia una cetoacidosis muy extrema, el individuo puede entrar en coma cetoacidótico, primera causa de muerte entre los pacientes diabéticos no controlados; si bien es un coma de larga evolución, al que se tarda mucho en llegar, constituye una evidente urgencia médica.

La hiperglucemia puede también conducir a un coma hiperosmolar, sin necesidad que curse la acidosis, produciendo inconsciencia y coma.

Como consecuencia del aumento de la viscosidad plasmática, pueden aparecer microtrombosis, así como coagulación vascular diseminada. La mortalidad del cuadro alcanza el 50%, a lo que contribuyen los procesos infecciosos subyacentes y el deterioro general del paciente.

Sintomatología

La sintomatología característica que se produce cuando hace la aparición ("el debut diabético") la diabetes tipo 1 son polidipsia (aumento de la sed), polifagia (incremento anormal de la necesidad de comer), poliuria (aumento de la excreción de orina) y disminución de peso de forma brusca y sin existir una causa aparente; debilidad y fatiga.

Estos síntomas se presentan de forma brusca.

Durante el trascurso de la enfermedad pueden surgir otro tipo de síntomas tanto por el padecimiento de la propia diabetes, como si se llegan a desarrollar las complicaciones anteriormente comentadas.

Hiperglucemia (cuando existe una cantidad superior a los valores que se consideran normales de glucosa en sangre) debido a un aporte exógeno insuficiente de insulina, procesos víricos, bacterianos, estrés, etc.; hipoglucemia (cuando los valores de glucemia son inferiores a 40-50 mg/dl) por no ingerir alimentos suficientes, actividad física aumentada, excesiva dosis de insulina exógena, etc.

Implicación psicoemocional

Según muchos autores que están a favor de las teorías metafísicas, la diabetes mellitus tipo 1 se relaciona con la falta de amor. Éstos sustituyen la palabra azúcar por la de amor, para poder explicar su teoría.

Según estas teorías la causa metafísica de la diabetes mellitus sería el padecer una "tristeza profunda".

Exponen que el diabético busca el amor porque lo necesita, pero al mismo tiempo dice "no me conviene", "no puedo tomarlo"…, por lo que dicha búsqueda no es activa.

Explican también que los diabéticos no pueden recibir amor, porque no han aprendido a darlo, por lo que no es retenido en el organismo y es expulsado (igual que se expulsa el exceso de glucosa a través de la orina)

Al no tener amor la persona se vuelve amarga (por la falta de azúcar), incluso puede llegar a "avinagrarse" y esto comporta que las personas de su alrededor puedan llegar a no soportarla.

Otras teorías relacionan la diabetes con un sentimiento de rabia. Ésta también podría ser traducida como falta de amor, agresividad, etc.

Muchos autores explican que la diabetes está muy influenciada por situaciones que pueden haber ocurrido en la infancia; con los progenitores y la relación de amor que se establece con ellos.

Las emociones afectan de forma muy importante a la persona diabética. Habitualmente cuando se produce sentimientos negativos como rabia, celos, miedos, nerviosismo, baja autoestima, sentimiento de culpa, etc. la persona diabética sufre un aumento de sus niveles de glucosa (hiperglucemia), lo que comporta que su diabetes se descompense y pueda llevar a la cetoacidosis diabética.

El llevar una vida estresada, desordenada, caótica, etc. también afecta de forma negativa a esta patología, como es habitual en todas las patologías crónicas, pero en la diabetes puede incluso producir más efectos negativos. Puesto que la hormona insulina se encuentra muy relacionada con las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina, entre otras) y la hormona del crecimiento.

Al "debut" de la enfermedad la persona puede tener sentimientos de rabia, rebeldía (porque me ha tenido que pasar a mi), de culpa (que es lo que he hecho mal o a quién he hecho daño) hasta que llega a aceptar lo que le está pasando.

Estos sentimientos están muy relacionados con la edad en la que se le detecta al paciente diabetes mellitus tipo 1.

Al llegar a la adolescencia, época ya de por sí caótica, de rebeldía, de romper con las normas, de no seguirlas,.. la persona diabética puede sentirse excluida, fuera de lugar, por no poder hacer todo lo que sus amigos, compañeros,… hacen. Habitualmente en esta etapa de la vida las personas no suelen seguir pautas alimenticias muy correctas, quieren no seguir las normas, los horarios, etc. pero la persona diabética no puede realizar trasgresiones y esto comporta que se convierta en una etapa de la vida, muchas veces, realmente difícil. El porqué, es porque piensa que no es igual que los demás y se siente raro, diferente, pero con el agravante que ella no es quien lo decide, sino su patología.

Puede llegarse a sentir sobreprotegido por las personas que le rodean, porque dichas personas creen que al ser una persona con una enfermedad crónica que se ve muy influenciada por los hábitos alimentarios, los hábitos higiénicos, el estilo de vida, etc. tienen que estar en todo momento ayudándola a sobrellevarla. Por lo que en según qué momentos puede sentirse agobiada, ahogada, ansiosa, por la excesiva atención que se le presta sin que ella la esté demandando.

A medida que la enfermedad evoluciona la persona puede llegar a desarrollar diversos sentimientos negativos que afectan a su diabetes como la desesperación (por el hecho de llevar muchos años padeciendo una enfermedad), agresiones contra su propia persona por no querer tener tanto control sobre su vida, por descontrolarse (por estar cansada, agotada,.. de llevar una vida tan controlada, pautada, rutinaria en referencia a horarios, pautas alimentarias, hábitos higiénicos, etc.), otras veces le embarga la abulia, la apatía, la resignación,.. muy típico de las enfermedades crónicas.

Se trata de una enfermedad donde el estado psicoemocional tiene mucho que ver tanto en su "debut" como en la evolución de la misma.

Tratamiento

El tratamiento debe centrarse en intentar mantener el nivel adecuado de glucosa en sangre por lo que la dieta y el ejercicio son pilares fundamentales de cualquier tratamiento.

El tratamiento de la medicina convencional, y que es totalmente necesario para la persona diabética, es la insulina por vía subcutánea.

Si la persona desarrolla complicaciones se le suministran fármacos para paliar la sintomatología, pero no nos extenderemos en ellos en este trabajo.

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

– Sustituir los cereales y las harinas refinadas por cereales integrales. En especial arroz y la avena. Por poseer un menor índice glucémico.

– Tomar 2 ó 3 veces a la semana legumbres, en especial la soja por ser rica en fitoesteroles, a no ser que exista hipersensibilidad o intolerancia a ésta legumbre. Habas y guisantes en menor cantidad. Por la gran cantidad de fibra que poseen.

– Sustituir grasas saturadas, trans o hidrogenadas, por las insaturadas. Imp. Aceite (oliva, girasol, maíz, etc.) que sea virgen y de primera presión en frío. También aceite de semilla de lino y pescado azul (ricos en omega 3). Y los aceites de borraja y onagra (omega 6).

– Buen aporte de alimentos antioxidantes, por tratarse de una enfermedad crónica.

– Alimentos que no se recomiendan por tener un alto índice glucémico son la cerveza, las colas industriales, la miel, pasteles, chocolate, uva, cerdo, mermeladas, reposteria, maiz, entre otros.

– Alimentos muy recomendables son:

– Aguacate, por ser un alimento lipido-glucídico con grasa de buena calidad que además ayuda a mantener la glucosa en los niveles adecuados.

– Alcachofa, por poseer una actividad hipoglucemiante.

– Apio, ayuda a regular el nivel de glucosa en sangre.

– Cebollay ajo, por ser unos alimentos muy alcalinizantes que disminuyen los niveles de glucemia.

– Champiñón, es de fácil asimilación y mejora el estado de los pacientes.

– Patata, por ayudar al enlentecimiento de la glucosa en la digestión.

– Verduras, son bien toleradas por los diabéticos y por su escaso aporte calórico evitan la obesidad. También por contener gran cantidad del mineral potasio. Resultan especialmente recomendables la endibia, la escarola, la lechuga, la judía verde, el pepino, el brécol, la coliflor y, en general, toda la familia de las coles (crucíferas), incluyendo la col fermentada.

– Como suplementos se les puede recomendar levadura de cerveza o germen de trigo, ricos en vitaminas del complejo B.

– Modificar la dieta si aparecen complicaciones como hipertensión, hiperlipemias o alteraciones renales, entre otras.

– Eliminar la comida-basura, los alimentos precocinados, congelados y las comidas preparadas. Utilizar los alimentos lo más naturales posibles.

– Las cocciones de los alimentos mucho mejor si son al vapor, hervidos, a la plancha, evitando fritos.

– Consumir un mínimo de 1,5litros de agua al día.

Recomendaciones psicoemocionales y de calidad de vida

– Tratar de mantener el peso y evitar la obesidad.

– Mantener un horario de comidas lo más regular posible.

– Evitar el consumo de alcohol, café y otras sustancias tóxicas.

– Realización de actividad física moderada, de forma diaria. Ayuda a estimular el metabolismo de la glucosa en las células y mejora su respuesta cuando existen oscilaciones de la glucosa, principalmente en el músculo y el tejido adiposo.

Y también se cree que el ejercicio puede aumentar el depósito de cromo en los tejidos.

– Llevar una vida lo más tranquila posible y libre de estrés y de preocupaciones.

– Las técnicas de relajación son muy aconsejables, así como el yoga, tai chi, etc.

– Realizar controles glucémicos diarios.

– Realizar controles periódicos con su endocrino para poder valorar el control glucémico por medio de analíticas, así como controlar las posibles complicaciones que puedan a parecer a largo plazo (control renal, ocular y dermatológico).

Pautas de terapia ortomolecular

Complejo B: es muy destacable por tener una actividad muy notable sobre el sistema nervioso; de estas vitaminas hidrosolubles, las que tienen un papel más importante en el tratamiento de la diabetes son:

  • Vitamina B1 o tiamina, ayuda a la regulación de la glucosa y favorece la síntesis de glucógeno en el hígado, por la relación que desarrolla en el metabolismo de los glúcidos.

  • Vitamina B3 o niacina, porque participa en la producción del factor de tolerancia de la glucosa, ayuda a reducir el nivel de lípidos en sangre y puede prevenir el desarrollo de la diabetes.

  • Vitamina B6 o piridoxina, inhíbele la glicosilación de las proteínas; es un factor protector contra la neuropatía diabética; mejora los niveles intracelulares del magnesio, inhibe la agregación plaquetaria y crea puentes cruzados de colágeno.

  • Vitamina B12 o cianocobalamina, para mejorar la neuropatía diabética. No se sabe con certeza si se debe a la corrección de la deficiencia de dicha vitamina o a la normalización del metabolismo de la misma.

  • Vitamina B8 o biotina, por aumentar la sensibilidad a la insulina e incrementar la actividad de la glucoquinasa (enzima) responsable en el primer paso del uso de la glucosa por el hígado.

  • Vitamina B7 o inositol, para tratar la neuropatía diabética.

Vitamina C: facilita el transporte de la insulina al interior de las células.

Se sabe que por el hecho de existir una alteración en el transporte o por una dieta carente en esta vitamina, se produce una deficiencia de la misma, por lo que podría ser el factor causante del aumento de la permeabilidad capilar y de otras alteraciones vasculares que se desarrollan en la diabetes (enlentecimiento en la curación de heridas, sangrado de encías, mayor predisposición a las infecciones, etc.)

Su deficiencia crónica puede llegar a causar un aumento en los niveles de colesterol, reducción de la actividad de la membrana y depresión del sistema inmunitario.

También previene la conversión del azúcar intracelular en sorbitol, hecho asociado a trastornos visuales, nerviosos y renales en pacientes diabéticos.

Vitamina E: actúa como protectora del sistema circulatorio (contra los radicales libres).

Mejora la actividad de la insulina aumentando la sensibilidad a esta por parte de los tejidos.

Posee una acción antioxidante.

Actúa en sinergia con el selenio.

Vitamina A: por el tropismo que presenta con la estructura y función ocular, para la prevención y para parar la degeneración de la retinopatía diabética.

Por su acción antirradicalar.

Cromo: se almacena en el hígado formando parte del denominado Factor de Tolerancia a la Glucosa (GTF) con funciones muy importantes en la economía corporal. Este elemento posee valores muy bajos en pacientes diabéticos.

Magnesio: este mineral interviene en la producción de insulina por el páncreas (dependen el uno de la otra y a la inversa) y se reduce de forma significativa en los diabéticos, ya que lo eliminan en gran cantidad a través de la orina.

Si se suplementa a la persona diabética con este mineral tiene que estar balanceado con el calcio.

Cobre: junto con el cromo y el manganeso interviene en la formación de la insulina.

Zinc: es esencial para el funcionamiento correcto del páncreas y tiene un efecto protector frente a la destrucción de las células ß del páncreas, incrementa la secreción de insulina y la sensibilidad a la glucosa y actúa en sinergia con el cromo.

Manganeso: cofactor de enzimas importantes del metabolismo de la glucosa.

Se sabe que en las personas diabéticas poseen la mitad de la cantidad del resto de personas no diabéticas.

Potasio: mejora la sensibilidad, la capacidad de respuesta y la secreción de insulina.

Selenio: por su acción antioxidante, muy importante en toda patología crónica.

Quercitina: inhibe la producción de aldosa reductasa, una enzima responsable de la conversión de la glucosa en sorbitol (sorbitol se encuentra muy implicado en el desarrollo de ciertas afecciones degenerativas).Muy útil si existe retinopatía, neuropatía y nefropatía diabética.

Mejora la función del sistema inmune así como la estructura vascular y provoca un aumento intracelular de la vitamina C.

L-carnitina: consigue reducir significativamente los niveles séricos de colesterol total y de triglicéridos. Potencia la degradación de los ácidos grasos, por medio de la prevención de la cetoacidosis diabética.

Coenzima Q10: estimula la síntesis de la insulina y su secreción; favorece también la utilización periférica de la glucosa y la regulación de la glucemia. Es bastante frecuente su deficiencia en las personas diabéticas.

Ácido glutámico o glutamina: participa en el factor de tolerancia de la glucosa.

Ornitina: estimula la liberación de insulina.

Taurina: por estar presente en la retina, ayuda en la retinopatía diabética.

Realiza una acción parecida a la insulina en cuanto a la regulación de la glucosa en sangre.

Vigilar la dosis a prescribir por no provocar picos de hipoglucemia.

Leucina, isoleucina y valina: forman parte del metabolismo glucídico y ayudan al control de la glucemia.

Cisteína: colabora en la síntesis de insulina, aparte de tener un papel antioxidante.

Ácido alfa-lipoico: se trata de un nutriente hidrosoluble y liposoluble, por lo que su actividad se ve aumentada en el organismo. Un poderoso antioxidante por su contenido en azufre.

Previene de la glucación, es decir, del daño directo que se produce sobre las proteínas tisulares por los azúcares que existen en la sangre.

Puede mejorar la acción de la insulina en el músculo esquelético; disminuye los niveles de glucemia por medio de potenciar la captación y el uso de la glucosa.

Efecto beneficioso en la neuropatía.

Luteína: beneficia la integridad de la mácula y representa uno de los agentes preventivos más importante freten a trastornos degenerativos oculares.

Vanadio: oligoelemento que imita o aumenta la actividad de la insulina sobre la glucosa, reduciendo esta a nivel plasmático.

Incrementa la sensibilidad a la insulina en los músculos esqueléticos y aumenta la captación periférica de la glucosa.

?-6: potencia los efectos de la insulina y evita las complicaciones de la diabetes.

Suplementarlo siempre con ?-3 para que esté balanceado el aporte de los dos ácidos grasos esenciales.

?-3: es un factor preventivo ante la aparición de neuropatías y retinopatías.

Bibliografía

Libros:

Swearingen, Pamela L. Manual de enfermería médico-quirúrgica. Tercera edición. Mosby/Doyma libros. 1996, Madrid.

Murray, N.D. and Pizzorno N.D., Joseph. Enciclopedia de Medicina Natural. 2ª edición. Tutor. 1998, Madrid.

Shealy,C. Norman Dr. Medicina alternativa. Guías de salud. Susaeta ediciones. Madrid. Pag. 214-215.

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http://www.interhiper.com/Medicina/medicinainterna/Metabolismo/diabetesmellitus.htm

 

 

Autor:

Bego Orive Tudela

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